Está en la página 1de 6

RESERVAS DE BIOSFERA DEL PERÚ

El Perú es un país privilegiado. Su riqueza natural y cultural le valió para que la


UNESCO reconozca cinco importantes Reservas de Biosferas como sitios o laboratorios
para la ciencia y la cultura, que buscan asegurar el equilibrio existente entre los seres
humanos y la naturaleza. Así las Reservas de Biosfera Huascarán, Manú, Noroeste
Amotapes-Manglares, Oxapampa-Ashaninka-Yanesha y Gran Pajatén, han llevado a
estos espacios sobre la base de Áreas Naturales Protegidas.

1. Huascarán
Conocido como “El Parque de Altura,” Huascarán fue declarado como Parque Nacional
en 1975, y sus características excepcionales motivaron su denominación como Reserva
de Biósfera en 1977 y Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1985.
Ubicada en la región Áncash, la Reserva de Biósfera Huascarán es un área natural
protegida muy importante para el Perú, con diversidad biológica de montaña, bosques
en buen estado de conservación, valores paisajísticos y arqueológicos extraordinarios,
todo al amparo de la gran Cordillera Blanca, la cordillera tropical más alta y extensa del
mundo.
Con más de 700 glaciares, esta Reserva de Biósfera es el hogar del mayor número de
glaciares tropicales del mundo, muchos de los cuales han originado lagunas. Este
ecosistema montaña es un gran reservorio de agua que nutre una enorme cadena
biológica y económica, desde los valles en sus faldas a los complejos hidroenergéticos
hasta los grandes proyectos agroindustriales de la costa norte. El deshielo estacional de
los glaciares brinda agua limpia para animales y humanos, lleva energía a las casas y
riega los campos. Proteger la Reserva de Biosfera Huascarán es una tarea de vital
importancia.
Las poblaciones habitan y aprovechan los recursos de Huascarán hace 10,000 años, y se
nota la evidencia de las civilizaciones humanas antiguas en las reliquias de terrazas,
corrales, repesas y canales que se ven en la Reserva. Hoy en día, las actividades
humanas centrales que se realizan en la Reserva de Biósfera Huascarán incluyen
turismo que beneficia la población local, investigación, educación ambiental,
forestación con especies nativas, y control y vigilancia. Además, existe una
organización de usuarios de pastos naturales y control de ganado. Esta forma de
organizar es uno de los grandes retos de esta Reserva de Biosfera, la misma que permite
a las poblaciones locales que se desarrollan económica y socialmente, todo ello sin
perder sus tradiciones ancestrales, cumpliendo así uno de los principales objetivos de la
Reserva.
2. Manú
En 1973 se estableció el Parque Nacional del Manu como Área Natural Protegida.
Posteriormente, en 1977 la Unesco lo designó además de los territorios destinados a la
colonización que colindaban con el Parque y la Zona Reservada del Manu, como
Reserva de Biósfera.
Diez años después de su reconocimiento como tal, el Parque Nacional del Manu fue
declarado como un Patrimonio Natural de la Humanidad por su valor universal
extraordinario. Esta designación fue un reconocimiento por la Unesco de su programa
Convención de Patrimonio Mundial, cuyo propósito es catalogar, preservar y dar a
conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de
la humanidad.
El Parque está rodeado por la Reserva Territorial de los grupos étnicos Kugapakori y
Nahua, el Santuario Nacional Megantoni y la Reserva Comunal Amarakaeri, territorios
que, junto a los de la cuenca del río Mapacho, pretenden ser integrados a la Reserva de
Biosfera del Manu. Los pueblos que habitan adentro o alrededor del Parque tienen
patrones culturales de asentamientos diversos, y algunos son poblaciones en aislamiento
voluntario o contacto inicial.
En la zona núcleo del Parque Nacional de Manu se encuentra ubicada la Estación
Biológica de Cocha Cashu, en la que se realizan investigaciones ecológicas y
antropológicas. Por su parte, en su zona de amortiguamiento y transición se realizan
actividades de desarrollo sostenible y manejo de recursos, recreación, turismo y
educación ambiental.
El Parque Nacional del Manu, ubicado en las regiones de Cusco y Madre de Dios,
protege una de las ecorregiones más importantes del país y un área de megadiversidad.
Tal vez sea el área natural protegida con mayor diversidad biológica del planeta. Es uno
de los pocos espacios territoriales que comprenden desde frígidas punas, que sobrepasan
los 4,000 metros sobre el nivel del mar, agrestes montañas boscosas que dan origen a
una multitud de pequeñas quebradas y valles, hasta bosques nublados de selva alta para
finalmente llegar al llano amazónico.
3. Noroeste Amotapes-Manglares
En el año 1977 se estableció la Reserva de Biósfera Noroeste Amotapes-Manglares, que
incluye el Parque Nacional Cerros de Amotape, el Coto de Caza El Angolo, ambos
establecidos en 1975, y la Reserva Nacional de Tumbes, establecida en el 2006. En el
año 2016, la Unesco aprobó su ampliación incluyendo el Santuario Nacional Los
Manglares de Tumbes, incrementando su extensión a 961,414.52 hectáreas, y
modificando su nombre a Reserva de Biósfera del Noroeste Amotapes-Manglares.
Esta Reserva de Biósfera abarca 27 distritos en 5 provincias de los departamentos de
Tumbes y Piura. Además, cuenta con dos zonas núcleos que son el Parque Nacional
Cerros de Amotape y el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes.
Distribuida entre las cuatro áreas naturales protegidas, la Reserva de Biósfera Noroeste
Amotapes-Manglares ampara una gran variedad de ecosistemas y especies. Uno de estos
es el Bosque Seco Ecuatorial que se encuentra solo en el sur de Ecuador y el norte del
Perú, y como sucede con los ecosistemas únicos, cuenta con muchas especies endémicas
de flora y fauna.
También en esta Reserva de Biósfera se preservan el Bosque Tropical del Pacífico, el
cual es muy particular para la región costera por sus zonas colinas con vegetación
arbórea y arbustiva muy densa, con especies amazónicas. Debido a la ubicación de sus
parques y las condiciones climáticas, habitan especies tanto del Bosque Húmedo
Tropical, como del desierto costero y de ambientes altoandinos.
El Coto de Caza es la segunda área natural protegida de administración nacional con
mayor número de especies de aves amenazadas, y fue reconocido internacionalmente
como un “Área de importancia para la conservación de aves” por BirdLife International.
El Angolo es el único coto de caza oficial del país donde se practica la caza deportiva,
siendo el venado cola blanca la especie más importante desde el punto de vista
cinegético. El Club de Caza, Pesca y Turismo tiene un cargo de administración parcial
sobre un sector del coto. Su gestión, al proteger el bosque como hábitat del venado y
promover la cacería deportiva regulada, ha contribuido con los objetivos de protección
del área protegida y al mismo tiempo favorece a los pobladores aledaños, quienes se
benefician de las actividades asociadas a la caza sostenible.
La importancia de incluir al Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes radica en
que esta área natural protegida conforma el principal bosque de manglar del territorio
peruano, hábitat de decenas de especies marino costeras entre las que destaca la
avifauna; por ello también ha sido reconocido como sitio Ramsar.
Su importancia económico-social radica en que es fuente de recursos naturales claves
para la gastronomía peruana como es la concha negra y el cangrejo rojo de manglar;
especies aprovechadas sosteniblemente por cientos de pobladores debidamente
empadronados por el Sernanp con el objetivo de asegurar sus buenas prácticas de
extracción, el respeto a las vedas y las tallas mínimas.
Esta iniciativa fue acordada por unanimidad durante la asamblea del Comité de
Coordinación de la Reserva de Biosfera Noroeste Amotapes-Manglares realizada en
agosto del 2015, en la que participaron autoridades regionales, provinciales y distritales.
La Reserva de Biosfera Noreste Amotapes-Manglares cumple su misión de fomentar a
un tiempo la conservación, el desarrollo humano e la investigación científica a través de
proyectos de desarrollo económico sostenible con las poblaciones locales, investigación
sobre mitigación del cambio climático y la articulación de temas sociales con los
conservacionistas.
4. Oxapampa-Asháninka-Yánesha
La Reserva de Biosfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha, ubicada en la región Pasco fue
registrada el 2010. Ocupa un territorio de 1 millón 800,000 hectáreas que comprenden
dentro de su extensión al Parque Nacional Yanachaga Chemillén, las Reservas
Comunales de Yánesha y El Sira, así como el Bosque de Protección de San Matías-San
Carlos.
Esta Reserva de Biósfera constituye en punto muy importante de conservación por la
presencia de culturas indígenas, cultivos sostenibles y áreas naturales protegidas. La
notable gradiente altitudinal, sumada a su variedad climática genera una alta variedad de
formaciones ecológicas en un espacio geográfico relativamente pequeño, con una
consecuente alta diversidad biológica. Posee ambientes acuáticos en interrelación con el
bosque que permiten una fauna muy variada, conservando bosques inalterados y
albergando endemismos de interés nacional.
Además de conservar la naturaleza, las Reservas Comunales de Yánesha y El Sira
tienen como su objetivo principal garantizar el aprovechamiento sostenible de los
recursos silvestres para las comunidades nativas, cuya población pertenece a los grupos
étnicos Asháninka, Asheninka, Yánesha y Shipibo-Conibo, disminuyendo la presión
externa al interior de su territorio titulado, asegurando su participación en la
conservación y propiciando la mejora de sus condiciones de vida.
Las Reservas Comunales trabajan en conjunto con el Parque Nacional Yanachaga
Chemillén y el Bosque de Protección de San Matías-San Carlos en constituir un
"biocorredor" de áreas naturales protegidas que sostiene a la comunidad local de la
generación actual y las futuras.
5. Gran Pajatén
La Reserva de Biosfera Gran Pajatén fue reconocida por la Unesco el 19 de marzo de
2016, en el marco del XXVIII Consejo Internacional de Coordinación del Programa
MAB que se realizó en la ciudad de Lima. Con una extensión de 2´509,698.84
hectáreas, la Reserva de Biósfera Gran Pajatén abarca ocho provincias y 33 distritos de
los departamentos de Amazonas, La Libertad y San Martín, convirtiéndose así en la
reserva de biosfera más grande del Perú.
Esta Reserva de Biósfera constituye la expresión perfecta de conservación y desarrollo,
ya que brinda los recursos para que las poblaciones locales impulsen la
comercialización de productos con reconocimientos mundiales como el cacao y el café,
hecho que hace unos años era imposible de pensar, pues estas tierras eran destinadas a
cultivos ilícitos como la hoja de coca.
Esta realidad, que augura buen futuro, vio la luz gracias al esfuerzo conjunto del
gobierno nacional, los gobiernos regionales, provinciales y distritales; productores
locales, cooperación internacional y empresas que apuestan por el desarrollo de sus
regiones mediante actividades y acciones amigables con la naturaleza.
En total son 174,632 personas las involucradas en la gestión de esta Reserva de Biósfera
y la promoción del desarrollo sustentable mediante la mejora de los sistemas
productivos, la recuperación de los ecosistemas degradados, el impulso del ecoturismo y
la promoción de cadenas productivas de productos amigables con el medio ambiente, en
particular desarrollando una marca propia de la Reserva de Biósfera Gran Pajatén.
La Reserva de Biósfera Gran Pajatén conforma además la primera de Sudamérica en
contar con un Sitio de Patrimonio Mundial Mixto (natural y cultural) al tener como zona
núcleo el Parque Nacional del Río Abiseo, área natural protegida en la que se conserva
no solo una vasta biodiversidad, como el mono choro cola amarilla, especie endémica
de la zona; sino también la mayor manifestación de la cultura Chachapoyas, como es el
sitio arqueológico Gran Pajatén, una muestra singular de la arquitectura e iconografía
peruana que hoy trasciende al mundo.
Las Reservas de Biósfera son más que áreas naturales protegidas. Están diseñadas para
entender uno de los temas más importantes que enfrenta el mundo hoy en día:
reconciliar la conservación de recursos naturales con su uso sostenible.
Se organizan en redes temáticas y asociaciones que favorecen el intercambio de
conocimientos, la investigación y el seguimiento, la educación y la formación, y la toma
de decisiones participativas.

También podría gustarte