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El 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud declara la pandemia por Covid-19, virus

detectado en diciembre del año 2019, en Wuhan la capital de la provincia de Hubei la ciudad
de la República Popular China. Para evitar la propagación y el contagio del virus muchos
gobiernos implementaron distintas medidas como el cierre de fronteras, el distanciamiento
social, el teletrabajo, entre otras, trayendo consecuencias, ya que se produjo el cese total de
actividades productivas y comerciales en más de la mitad de la economía mundial.
Sin duda algo sin precedentes en la economía global, aunque muchos aseguran que esta crisis
se asemeja a la Gran Recesión de 2008, por sus efectos negativos como los despidos de las
empresas o el salvavidas financiero del estado antes estas. El origen de ambas crisis es
distinto, para no ahondar demasiado en el surgimiento de la Recesión de 2008 de manera
simplificada podríamos decir que inició como una crisis subprime (de hipotecas), a causa de
una sobrevaloración en el precio en la vivienda (burbuja) en Estados Unidos, y al
otorgamiento desmedido de préstamos, y esto sucedió porque los órganos regulatorios tenían
fe ciega en que el mercado podía cuidarse por sí solo. Es importante mencionar este
acontecimiento, porque ejemplifica que el mercado no es indestructible y puede caer en
cualquier momento y ni pensar si se tuviera que sostener por sí solo durante una pandemia,
algo característico del modelo neoliberal.
En los años 30’ el modelo capitalista entra en crisis “la Gran Depresión”, para superar esto en
las sociedades posteriores se promueve una modificación del rol estatal. En donde surge el
estado benefactor con el fin de contrarrestar las crisis cíclicas del capitalismo.
El coronavirus perturba cada vez más el buen funcionamiento del mercado mundial, por ello
creo que la actual crisis global derivó en el resurgir del modelo benefactor o al menos ciertos
matices de este, un estado que se caracteriza por la redistribución de la producción,
otorgando subsidios de ciertos servicios como la educación, la salud, entre otros, además de
regular el mercado, que como ya vimos en el caso del año 2008 puede dirigir a una crisis. Y
este tipo de políticas sociales y económicas se han llevado a la práctica durante la pandemia,
es el caso del “gran representante del neoliberalismo”, EE.UU, durante esta pandemia
implementó estímulos que superarían los 2 billones de dólares, destinado a las personas más
vulnerables, también apostaría al rescate de las empresas privadas a través de préstamos,
Italia, Alemania, Francia, Reino unido, aplicaron políticas similares, a través de la
intervención del estado en el mercado, con paquetes de estímulos y préstamos. En cuanto a
Argentina, antes de la pandemia gracias al ex presidente Mauricio Macri, el país enfrentó una
gran recesión sumada a una inmensa deuda pública, lamentablemente a la crisis argentina se
añadiría la pandemia.El gobierno nacional y los gobiernos provinciales tomaron medidas
rápidas y efectivas para paliar el impacto de la crisis, se ampliaron los créditos, financiación y
exenciones tributarias.En algunos casos el estado aportaría la mitad del sueldo a los
empleados, se aumentó el seguro de desempleo, a través de financiamientos se aseguró la
producción de alimentos, entre otras medidas aplicadas desde el estado.
La “paradoja del encierro”,concepto adoptado por Gregory Daco,según este, entre más rápido
se quiera contener el virus, más severo debe ser el cierre y más severa será la alteración a la
actividad económica. Idea que sin duda fue llevada a práctica, la pregunta es ¿cómo será la
recuperación?. Partiendo del concepto antes planteado lo más probable que nos esperaría en
el futuro, es una recuperación en forma de L, esto implicaría una recesión de la economía,
una caída en los indicadores macroeconómicos, la recuperación es un proceso que se
produce de forma muy lenta, por esto estaríamos hablando de un nuevo de periodo de
depresión. La esperanza es que entre más severo sea el cierre, más agudo será el rebote, esto
nos llevaría a una recuperación en forma de V, de igual forma, apuntó a que este “rebote” es
improbable, a causa de que la pandemia ha superado la prolongación esperada. Solo veo
factible una recuperación en forma de L o en forma de U.
Hay distintas miradas que plantean el mundo post pandemia, una de las más interesantes es
presentada por Slavoj Žižek, quien plantea que la pandemia funcionara como un golpe letal
contra el capitalismo, y prevé para el futuro, una sociedad que se actualiza a sí misma en las
formas de solidaridad y cooperación global, que no es lo mismo que “capitalismo global”,que
como mecanismo económico plantea la competencia global.
El escenario abierto por la crisis ofrece elementos para repensar alternativas de largo plazo.
En medio de la catástrofe, Como ya mencione el Estado pasó a ser fundamental. No es
casual que China y Corea del Sur, que regulan su inserción a la economía globalizada desde
el Estado, o Dinamarca y Noruega, con reconocidas formas de Estados de bienestar, hayan
podido reaccionar y enfrentar con relativo éxito el impacto de la contingencia pandémica. El
Estado recobra su singular importancia. Y es que la crisis pandémica, como otras catástrofes
en la historia, dio cuenta de las contradicciones intrínsecas de un modelo social y económico
decadente, que agoniza pero deja asomar los contornos de un nuevo orden social, en el que
necesariamente recobrará centralidad el Estado y, desde éste, la posibilidad de repensar
esquemas particulares pero legítimos de Estados de bienestar.
Lamentablemente creo que improbable la cooperación global pensada desde el estado, de
hecho creo que el capitalismo será más voraz que nunca, y que tras la pandemia, el consumo
de las persona habrá cambiado y no sólo “cuánto consumen y que consumen”, sino el
cómo. El big data puede ser comprendido como el gran conjunto de datos que pueden
analizarse computacionalmente para revelar patrones, tendencias y asociaciones,
especialmente en relación con el comportamiento y las interacciones humanas. Con la
cuarentena el consumo a través de la virtualidad ha aumentado más que nunca. La Big data se
ha transformado en la nueva herramienta del capitalismo, esta acumulacion de interaciones y
datos, aumentara la competencia y la eficacia, dialécticamente esta competencia y eficacia no
puede comprenderse como progreso, y es que la gran Big data, oculta intrínsecamente la
exclavitud contemporánea o lo que Byung-Chul Han, comprende cómo la “sociedad del
cansancio”. Si la velocidad de consumo aumenta, ergo la producción y a su vez la
competencia debe hacerlo, esto deriva en menos condiciones laborales.

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