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TEMA 5.

AL FARABI

INTRODUCCIÓN

Al Farabi nació en 959 en Turquestán, su padre ejerce un cargo en la corte de los


Sasánidas. Fue maestro en Bagdad, donde tuvo un preceptor cristiano Yohanna ibn
Haylam. Estudia lógica, gramática, filosofía, música, matemáticas y ciencias. Domina al
menos dos idiomas y llega ser considerado como el primer filósofo importante de la
filosofía oriental, estando situado en la escala de los mejores detrás de Aristóteles.

Escribió más de cien obras de muy diversa índole, Física, Cosmología, Ética, política,
lógica, etc.

A) Metafísica. Dios y Mundo

Al-Farabi no le confiere especial relevancia a la metafísica, si bien establece algunas


referencias al respecto. En primer lugar, la metafísica, para él, estudia lo común de la
realidad de los seres existentes, de modo que no se confunde con la teología (kâlam). Al
contrario que Al-Kindi.

Establecida la diferencia tenemos una distinción entre el ser necesario por sí mismo y
ser creado y contingente. El primero es el ser que no está sujeto a las categorías ni a
elementos de cambio estructural (materia-forma), ni temporal (principio-fin). Este ser se
identifica con Dios: Bien, Pensamiento y Amor. Este primer ser es, pues, la Primera
causa indisociable al primer motor, siguiendo a Aristóteles. Frente a él están los seres
causados dominados por la contingencia y la diversidad. De este modo, la cosmología
de Al-Farabi está influida por Aristótes y distingue seis principios de ser: la causa
Primera, las Causas Segundas (los intelectos incorporales), el intelecto agente, el alma,
la forma y la materia.

Lo que Aristóteles atribuye al movimiento, Al-Farabi lo atribuye al ser y al


entendimiento.

Si la teología es un saber secundario respecto a la metafísica es por la diferenciación


absoluta del Ser de Dios, inefable e indefinible y que, en consecuencia, imposibilita una
teología positiva. Pero esta diferenciación en el ámbito del conocimiento no supone una
imposibilidad de la relación de Dios con el mundo, desde la lectura neoplatónica de la
metafísica aristotélica que supondrá una lectura emanantista de la creación. Realiza una
explicación de la creación necesaria y eterna: 1) De Dios-Uno, Ser primero y necesario
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per se emana la Primera inteligencia que concibe lo uno y lo múltiple como intelecto
que se piensa a sí mismo, (2) mientras conoce a Dios, emana de él la segunda
inteligencia, que conociéndose a sí misma en cuanto necesaria emana el alma (la
forma), y que conociéndose como posible emana el cuerpo (materia) dando lugar a la
primera esfera y (3) de esta forma se produce en cascada un proceso de mecanismo
emanantista hasta la décima inteligencia, llamada Intelecto Agente, de la que emana
nuestra alma (forma) y la materia prima dando origen a la Tierra, y, por consiguiente, al
mundo sensible y sublunar. De este modo, emanantista, se supone la existencia de una
causa primera

B) La lógica

La lógica es de suma relevancia en Al-Farabi. De ahí que comenté el Organon de


Aristóteles.

Es necesario estudiarla porque guía las normas que han de regir el pensamiento, nos
previene del error y del sofisma.

Al-Farabi distingue entre dos acciones elementales en el ejercicio racional del hombre:
1) la conceptualización, que consiste en la aprehensión de los conceptos simples a la
hora de definir la naturaleza de las cosas; y 2) la comprobación, que surge cuando se
quiere comprobar la verdad o falsedad del argumento (lógica).

Lo que es la gramática al lenguaje, lo es la lógica al pensamiento al establecer reglas


universales y comunes a todos los pueblos. Idea clave en los filósofos árabes y muy
especialmente en Averroes.

C) El hombre y la comunidad política

La capacidad racional humana es el ejercicio de la facultad más elevada del alma


humana, constituida por el apetito (el deseo o la aversión por un objeto de los sentidos),
los sentidos (percepción de las sustancias corporales), la imaginación (retención,
percepción y combinación de imágenes sensibles) y la razón o el intelecto. Por
Intelecto, Al-Farabi entiende (Siguiendo De Anima de Aristóteles):

- El intelecto posible
- El intelecto en acto

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- El intelecto adquirido
- Intelecto agente, que es un agente exterior, última instancia el responsable de la
actividad del pensar; se corresponde con la Inteligencia de la esfera de la luna.

Al-Farabi entiende la perfección desde la capacidad de conocer la estructura del


universo, como los principios que informan su estructura.

El intelecto humano es indisociable de la materia corporal y, en ese sentido, solo


representa un estado cognitivo elemental. La perfección podrá realizarse gracias a la
acción del Intelecto agente permitiendo pensar a los hombres.

¿Cómo nos podemos unir a Dios? Mediante dos vías:

- Por la contemplación intelectual del filósofo, que expone en su Camino de la


felicidad, a través del proyecto de la felicidad de la ética nicomáquea de
Aristóteles. Posibilidad racional.
- Por la contemplación profético-religiosa, ética religiosa del Corán.

La unión del hombre con el Intelecto agente proporciona, a su vez, la unión con Dios,
pues a través de él fluye el conocimiento. Esta labor será fundamental en cada individuo
para su felicidad (ética) y para la comunidad musulmana constituyendo el estado ideal
(política). Como, para Aristóteles, el camino de la felicidad se inicia en el hombre, pero
se desarrolla en la comunidad. De modo que la felicidad se constituye en el tema
fundamental de su filosofía y el objeto primario de la ciencia política.

La filosofía puede acercarnos a la felicidad, puesto que nos permite comprender el


vínculo entre lo especulativo y o práctico. Por ello, el filósofo dedica gran parte de sus
tratados política a hablar sobre el alma humana, pues de ella extraer consecuencias
sobre el régimen político. Este será el que facilite que sus habitantes tengan las almas
sanas, garantizando el desarrollo de la virtud humana o la excelencia, como camino
hacia la felicidad. Al-Farabi se presenta, así como fundador de la filosofía política entre
los árabes.

El único jefe ideal es el rey-filósofo-profeta, distinto del filósofo, puesto que conoce la
verdad revelada con esfuerzo y tras largo tiempo. Solo el acceso a la auténtica
perfección y a la unión con el entendimiento agente es posible en la ciudad ideal.

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La felicidad, no obstante, no se consigue solo por el conocimiento, sino también por la
voluntad y el amor.

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