Presupuesto... ¿lo consideras como un pesado ejercicio de matemáticas o como
hacer oficios casero los domingos temprano? Es importante la manera en que lo veas. Si nunca hiciste presupuesto con anterioridad -tanto porque no te gustaba la idea o porque el proceso de presupuestar te asusta -debes cambiar tu punto de vista.
Reducido a lo básico, un presupuesto es una herramienta.
Es una manera de dar el primer paso hacia la organización y el control de las
finanzas. ¿Cómo?
Un presupuesto da información para ayudar a tomar decisiones sensatas. Por
ejemplo, si sabes cuánto vas a gastar cada año en meriendas, golosinas, entradas a cine, entre otros; podrás empezar a ahorrar por anticipado, de modo que no tengas la sorpresa o preocupación para cubrir esos gastos. O si puedes estimar cuánto gastas en la ropa de temporada navideña, podrás ahorrar poco a poco el dinero necesario, dejando de comprar algunos artículos no prioritarios o aplazando ciertos gastos.
Un presupuesto te ofrece un estado de ingresos y gastos. Indica cuánto tienes
de dinero y en qué lo vas a gastar.
Crear un presupuesto es una forma de asumir control: te ayuda a obtener una
imagen realista de tu situación financiera y suministrarte los hechos que necesitas para comenzar a tomar decisiones asociadas con el dinero.
Pero el fondo la cuestión, nuevamente, es que un presupuesto es sólo una
herramienta. El presupuesto no puede tomar decisiones por ti. No te hará automáticamente auto disciplinado sobre los gastos y el ahorro. No te eliminará tus preocupaciones financieras de la noche a la mañana; pero te puede proveer la información que necesites para ejercer opciones que te permitan tomar control de tu vida financiera.