Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1. FILOSOFIA INSTITUCIONAL
Además dentro, del espíritu y el método Tomista, se orienta la cátedra desde un comienzo
en trabajar e inculcar la armonía y fecundidad en formar tanto la cultura científica como la
cultura humanística. Esta finalidad explica que en el desarrollo de los diferentes temas
partiendo de la problemática actual de la juventud universitaria, se establezca una unidad
orgánica entre la vida universitaria de Tomas de Aquino, sus grandes obras y controversias
hasta su influencia en la dinámica de las ideas en América Latina Dicha presentación se
hace en torno a núcleos problémicos que responden a los grandes interrogantes de la
cátedra: cómo se presenta hoy la dinámica juvenil en general y en particular la juventud
universitaria de Colombia, cuáles fueron las circunstancias que suscitan el comienzo de las
universidades en la edad media, cuáles fueron los grandes temas y problemas que afrontó
Tomas de Aquino especialmente en la Universidad de Paris, cuál ha sido la impronta de
sus ideas en América Latina y finalmente cuál es su ideario, su filosofía educativa que le
da al estudiante un papel protagónico en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
2. ANTROPOLOGÍA
Se trata por tanto, de una problemática que nos obliga a mirarnos en nuestra condición,
en nuestra naturaleza y esencia más allá de nuestra particularidad, de nuestra
personalidad. Nos indica que nuestros problemas, no solo los de la vida cotidiana o los
que atañan nuestra futura profesión: antes que ingenieros, contadores, sicólogos,
economistas… somos seres humanos, somos personas.
Este análisis de qué o quiénes somos, tiene un sentido, un significado la vida humana,
somos sólo seres materiales, seres finitos o ¿somos seres abiertos a la trascendencia y la
inmortalidad? Qué decide sobre la vida humana que Dios Exista o no? Está dotada la
realidad de sentido o todo culmina en el absurdo y la nada?
Esta materia por su objeto y sus dimensiones (antropológica, filosófica, física y cultural)
tiene la ventaja de no dejarnos indiferentes o considerar que estos interrogantes están en
el ámbito de lo no científico, de lo no profesional (de las “materias costuras”) pues nos
obligan a tomar partido y las preguntas tanto como las respuestas van a cambiar
profundamente el tipo de profesional y de ciudadano que seremos en el futuro.
Esta materia además está en estrecha relación con la misión de la universidad “inspirada
en el pensamiento humanista cristiano de Tomas de Aquino” (Estatuto Orgánico 2002,
Articulo 7) y que opta y defiende una visión del hombre integral, es decir, una concepción
que reafirmando la integridad del hombre como fin considera a Dios como origen y futuro
absoluto del hombre. Esta orientación rechaza a todos aquellos que afirman que para
afirmar al hombre hoy se niega a Dios (humanistas antropocéntricos o ateos) ya que por el
contrario y desde una larga tradición (Aristóteles, Platón) el hombre por su naturaleza
espiritual y trascendente encuentra solo en Dios su sentido y la razón de ser su existencia
y su esencia.
Esta problemática tiene además una larga historia pero solo en la sociedad moderna se
hace cada vez más problemática ante la diversidad de posibles soluciones provenientes de
la tecnología, de las ciencias naturales y la filosofía.
Pero el problema antropológico actual dimensionan estos interrogantes con las ciencias
naturales y nos remiten a los grandes debates suscitados por la teoría de la evolución y la
dinámica del hombre como ser cultural-histórico. Las implicaciones acerca de estas
dinámicas (origen y desarrollo del universo, de la vida y del hombre) como los procesos de
la socialización, la globalización y la pluralidad de cultura son una fuente muy rica en
discusiones y controversias. Todo ello nos indica que más allá del carácter puramente
profesional la disciplina antropológica es la base de la vida humana, de los problemas y
enigmas que desbordan nuestros límites estrechos y de intereses sólo inmediatos. La
materia nos ofrece la oportunidad de decidirnos por una vida auténtica, por una búsqueda
de respuestas profundas de nuestras vidas y considerar en serio la propuesta
antropología cristiana como la solución más profunda y radical a esta búsqueda e
indagación.
3. CULTURA TEOLÓGICA
Esta materia por su objeto está muy vinculada con la identidad de la USTA en cuanto a
universidad católica, dominicana y tomista. En cuanto católica se supone la posibilidad de
que el pensamiento cristiano se haga presente en la universidad de modo explícito y
concreto al nivel de educación superior, es decir, con cátedra académica que asume el
fenómeno religioso desde las diversas perspectivas que posibilitan su estudio sistemático
y profundo. Esta confesionalidad no implica un carácter errado y excluyente: la USTA
reconoce y respeta la libertad de cátedra, la libertad de pensamiento y la libertad
religiosa. La cátedra se orienta en una perspectiva conciliar (Vaticano II) al conocimiento y
fundamentación antropológica del fenómeno religioso partiendo de la impronta que en
nuestros países implicó la simbiosis conflictiva entre la religiosidad, indígena, africana y
el catolicismo heredado de España.
Este fenómeno llamado “religiosidad popular” que más bien debería denominarse
Religiosidad cultural explica muchas de nuestras creencias, actitudes, prácticas que
dominan todavía el horizonte religioso de nuestros países en América latina, permite por
tanto la cátedra un reconocimiento histórico y sistemático del hecho religioso en general
con el fenómeno de las grandes religiones y un acceso al estudio del cristianismo en su
núcleo fundamental. Con esta impronta que viene heredada por el ambiente cultural y
familiar tenemos por fin la posibilidad de estudiar y confrontarlas con las diversas ofertas
religiosas, teniendo en cuenta además los fenómenos álgidos del ateísmo
contemporáneo, la indiferencia religiosa, el pluralismo religioso, las sectas de moda y la
propuesta fundamental del cristianismo.
Esta actitud incluyente se logra con un conocimiento básico de las grandes religiones y el
conocimiento igualmente de lo fundamental del cristianismo (El Cristo histórico y el Cristo
de la fé). Para ello en su fundamentación debemos asumir en serie la critica moderna
cristianismo con sus diversas variables y actores (La Critica de la Ilustración, Nietzsche,
Freud, Marx, Sartre…) y confrontarlas con los pensadores más profundos de la cristiandad
y la filosofía, de tal modo que la materia se convierte en un auténtico ejercicio de debate
y discusión sobre el fenómeno religioso. Se entenderá entonces el esfuerzo y la obra
teológica universitaria de Tomás de Aquino (“La Suma Teológica”) que se mueve con la
orientación de la correlación armoniosa entre razón y fe. En esta materia tan rica de
matices, discusiones y controversias podemos tener la posibilidad de profundizar o
cuestionar nuestras tradiciones y opciones religiosas, de fundamentar el fenómeno
religioso y de entrar en el espíritu, de conciliar, de dialogar y colaborar incluso con los no
creyentes (“gaudium et spes”).
4. EPISTEMOLOGÍA
5. FILOSOFIA POLITICA
Ya desde la antigüedad la política como forma de vida era considerada como una
dimensión social y comunitaria de la inserción orgánica con la comunidad (polis) y por ello
la participación activa y continuada estaba presente en sus ideales acerca de la naturaleza
y funciones del Estado, de las instituciones democráticas y las formas de control social.
Esta conciencia política como conciencia ciudadana y como conciencia democrática ha ido
desarrollándose en formas diferentes a través de la historia y a los diversos intentos de
modelos de sociedad que quieren hacer de la participación el eje de la actividad política. El
ideal democrático a pesar de sus limitaciones empezó en Grecia, en particular en la época
de Solón, se revivió en la modernidad y ha reconocido sus versiones como democracia
liberal, como democracia social democrática etc., todos ellos como intentos de la utopía
de configurar una democracia total que abraque lo económico, lo sociopolítico y lo
educativo cultural. La USTA reafirma el pedido de la iglesia (“gaudium et spes”) para
colaborar en la formación política especialmente de la juventud. Pedido que hoy se
encuentra con la problemática de la indiferencia, la apatía y el proceso creciente de la
despolitización, incluido el estatuto universitario. La clase de política tiene como objetivos
concientizar, informar y formar en los grandes principios y autores de la sociedad
democrática y plural. Se encuentra paradójicamente en el contexto de un conflicto de más
de 50 años y que polariza las opciones políticas en medio de una guerra que involucra
diversos actores de la violencia enmarcados todos ellos con estructuras de marginalidad,
injusticia y opresión.
6. ÉTICA
Hoy casi todos los ciudadanos reconocen y proclaman la crisis generalizada de la ética,
especialmente en el campo político, económico y ciudadano. Este vacío ético, esta crisis
moral que afecta a las personas y a las instalaciones, se evidencia en los múltiples casos de
corrupción tanto en el sector privado pero especialmente en el público, y aun cuando la
formación moral empieza en la familia y se desarrolla en los diversos procesos evolutivos
sicológicos es muy claro que la cuantificación del vacío moral se hace cada vez más
escandaloso y afecta en la práctica a millones de personas cuando en los grandes
presupuestos y contratos de utilidad común se ven desviados hacia grupos e intereses
particulares. A ello se suma que en nuestro país en las últimas décadas ha ido
conformándose una especie de narco-cultura que enfatiza la orientación de las personas
hacia la consecución del dinero fácil sin importar los medios y las mediaciones. Si a ello
agregamos la dinámica particular de las doctrinas y practicas neoliberales que desde el
estado y los modelos económicos existen dinámicas y estructuras que orientan el
quehacer social con el predominio del capital sobre el trabajo. Existe por tanto la urgencia
de reformar una ética del trabajo, de la empresa, del comercio nacional e internacional
que busque primero el bien común y el desarrollo armónico y sostenido que cierre la
brecha entre clases sociales y ponga fin al origen raizal de muchos conflictos en nuestra
sociedad y que agrava en nuestro contexto de países subdesarrollados.
La ética no se orienta sólo a un deber ser de la vida del individuo, sino también a las
implicaciones normativas de los diversos grupos que exigen hoy sentar las bases de una
ética mundial que reorganice la gestión económica y política entre naciones y bloques de
países.
Diríamos que la clase de ética se presenta como el punto clave y decisivo de la formación
humanística de la USTA. Esta al final como horizonte del ya casi profesional que cobra
conciencia a través de este conocimiento de las implicaciones morales de su vida y de su
vida profesional principalmente. La ética le proporciona los elementos reflexivos del deber
ser de su actuación en función de una actividad libre y responsable mediada por un
conjunto de principios y valores que han estado pensados y analizados por diversas
doctrinas éticas y teorías en la historia del pensamiento. Pero y fundamentalmente le
proporciona una reflexión práctica de su quehacer profesional que se evidencia hoy a
través de los múltiples códigos de ética profesional de las diversas disciplinas. Desde esta
perspectiva se une la reflexión ética a la visión tomista que distingue entre ética
fundamental (análisis del acto humano) y ética aplicada. La ética además conlleva una
fundamentación antropológica y tiene consecuencias sociopolíticas. Llegadas a este punto
vemos como desde la filosofía institucional se trata siempre en diversos niveles de ir
integrando los conocimientos propios científicos y técnicos de cada disciplina con las
diversas exigencias de una humanidad integral que se basa fundamentalmente en una
presencia activa que compromete a transformar al hombre y a la sociedad según
principios, valores y actitudes que explicitan una solida formación ética profesional, ética
ciudadana, ética cristiana.
Por la ética sabemos que el cambio estructural es insuficiente para construir un mundo
nuevo, un hombre nuevo. Una ética personalista nos remite a la dialéctica persona y
sociedad que es el fundamento de nuevas utopías cuando se impone la tarea de la justicia
social, de la solidaridad humana, del desarrollo integral.
“La USTA no solamente atiende la formación filosófica, ética, política, a través de las
asignaturas que el “Estudio general” ofrece a todas las carreras y que forma parte
fundamental del cada plan de estudios de formación profesional, sino que multiplica las
acciones comunitarias abiertas a todas las facultades pastorales, actividades estéticas,
cultura física, deportes…”(PEI.2004.P.64)
La cátedra institucional por tanto deriva de la razón dialógica y critica que exige la
formación integral, el humanismo propio de la USTA. La visión humanística no concluye
solo con las materias que desde la filosofía institucional hasta la ética moldear sus
principios constitutivos sino que se abre como en un abanico a diversos problemas,
perspectivas y situaciones que deben interesar a toda la comunidad académica. Cada
cátedra tiene un mentor, un motivador eximido que por su vida y obra dejó elementos
valiosos en dicha problemática. No significa que ya esté concluida la tarea y la obligación
de repensar hoy dichas perspectivas acordes a los nuevos retos de la sociedad
contemporánea. El alumno puede y debe consultar cada mentor y elaborar un breve
ensayo sobre la visa y obra de cada Dominico en cuestión. En este caso lo más importante
el conjunto de problemas a los que nos obliga a pensar. Por ahora el PEI señala 14
cátedras institucionales abiertas sin embargo en una futura ampliación según se necesite
o surja de los intereses de la comunidad universitaria. La cátedra institucional nos indica
claramente que el humanismo de la USTA, es un humanismo incluyente, abierto,
dialógico, critico, abierto a los problemas fundamentales nuestro tiempo. Al mismo
tiempo ofrece a los estudiantes un conjunto de tópicos que pueden sugerirles intereses
que estén más o menos cercanos a su propia disciplina o profesión. De ahí que
enfatizamos las cátedras primero por la problemática y luego por su mentor modélico.
Piden intereses vitales y académicas se establecen así:
“Los talentos históricos de las figuras dominicanas modélicos que presiden estas cátedras
afirman la perspectiva humanista cristiana, abierta al necesario pluralismo académico.
Este pluralismo favorece la inclusión de nuevas cátedras desde otras perspectivas
humanistas” (PEI, op., cit. Página 66).