Hablar de dolor y dignidad nos lleva a pensar en un sin número de escenarios para poder hacer un

argumento reflexivo frente a ello, sin embargo es importante contextualizarlo para poder dar un
punto de vista acertado; el dolor en enfermedades como el cáncer en etapa terminal, hace
referencia a ese padecimiento que imposibilita, doblega y profana la dignidad del paciente, es aquí
cuando entra en ocupación la labor del personal de salud (en especial el profesional de
enfermería) aplicando los modelos y rutas de atención, los cuidados paliativos, los cuales hacen
tolerable el sufrimiento frente al dolor; así mismo cuando el paciente es el que manifiesta querer
sucumbir a la muerte, se debe reflexionar haciendo énfasis en que no es nada digno alargar un
poco más la muerte siendo esta inevitable en el paciente, es ahí que podríamos hablar de darle
una muerte digna en la que se deja atrás toda aflicción y angustia.