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4. Clasificación de los sistemas.

Básicamente, un sistema domótico se compone de una serie de sensores que


recogen información de la vivienda y/o su entorno y la transmiten mediante un medio
de transmisión a los actuadores, los cuales realizan una serie de acciones en función
de esa información y de las directivas previamente programadas. Esta programación
puede residir en un elemento central que controle todo el sistema, o estar distribuida por
toda casa en cada actuador y sensor.

4.1. Según el medio de transmisión.

El medio de transmisión diferencia unos sistemas de otros, influyendo en la


tecnología empleada. Se utilizan cuatro:

- Sistemas punto a punto

En estos sistemas, cada elemento sensor o actuador necesita un par de cables que
lo una a la central de control. Esta central, que puede ser un autómata programable, un
ordenador o una central domótica, gestiona el funcionamiento de toda la instalación. Si
falla la central, falla todo el sistema.

La principal ventaja de estos sistemas estriba en su similitud con las


instalaciones eléctricas convencionales. También se ha de considerar positivamente su
sencillez tecnológica en comparación con otros sistemas (bus, radio).
Por otro lado, tiene las desventajas de necesitar un cableado complicado y de depender
demasiado de la central.

Esta forma de control es la que utilizan los autómatas programables y la mayoría


de centrales domóticas.

- Sistemas basados en bus.

La idea de estos sistemas es compartir un canal de control único al que se


conectan tanto los sensores como los bloques actuadores y la unidad central, que es
capaz de comunicarse individual o colectivamente con estos dispositivos. Para poder
compartir el medio de transmisión es necesario estandarizar las señales que emplean los
elementos del sistema mediante un protocolo de comunicación. Por lo tanto, los
sensores habrán de tener un interface que acondicione su señal de salida a las
características del bus. Igualmente, las señales procedentes del bus, tendrán que ser
modificadas para que puedan utilizarlas los actuadores. Esta función de compatibilizar
señales la realizan los módulos de entrada/salida.

En la elección de un sistema de bus se han de considerar una serie de aspectos


como el número máximo de elementos que soporta la red, el ancho de banda, las
distancias máximas, la posibilidad de repetidores y amplificadores, la compatibilidad
entre productos de distintos fabricantes, etc...

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Entre las ventajas de los sistemas con bus están:
-Interoperatividad entre dispositivos de distintos fabricantes que utilicen el mismo
protocolo.
- La red puede ser de mayores dimensiones.
- Es menos vulnerable frente a interferencias.

Por contra, las principales desventajas son:


- El cableado no se reduce tanto como podría esperarse, ya que muchos sistemas
actuadores requieren de una alimentación mayor (220V AC) que los 15-30V de
continua que pueda suministrar el bus.
- El precio es elevado, ya que todos los elementos sensores y actuadores han de
incorporar una electrónica adicional.

Dos ejemplos de sistemas basados en bus son el sistema Batibus y el EIBUS. El primero
tiene un control centralizado, mientras que el segundo es distribuido.

- Sistemas vía radio.

Los distintos elementos del sistema, que incorporan emisores y receptores, se


comunican con mensajes de RF. La alimentación de los dispositivos se hace mediante
baterías. Se suele utilizar modulación FSK, que es menos sensible que las de amplitud a
las condiciones meteorológicas.

La mayor ventaja de estos sistemas es la facilidad de instalación y ampliación.

Por contra, los inconvenientes son:


- Un precio elevado, ya que cada sensor o actuador debe tener un transmisor/receptor.
- Atenuación de la señal si hay muchas paredes y tabiques.
- Presencia de ecos producidos por archivadores metálicos.
- La cobertura es reducida.
- Se han de cambiar periódicamente las baterías.

-Sistemas por corrientes portadoras.

Los sistemas por corrientes portadoras aprovechan la propia instalación eléctrica


de la vivienda como soporte para el control de la red y para la alimentación de los
distintos elementos que la componen. Añadir un nuevo dispositivo a la red es tan
sencillo como enchufarlo y darle una dirección.

El principal inconveniente al utilizar corrientes portadores se encuentra en la


vulnerabilidad del medio frente a las interferencias y las caídas de tensión. Hay dos
filosofías básicas para encarar estos problemas:
- Aceptar la pobre calidad del medio y diseñar un sistema que minimice los errores más
comunes. Para ello el sistema se ha de recuperar rápida y satisfactoriamente cuando se
produzca un fallo, de forma que el usuario nunca note los problemas de transmisión.
- Utilizar una forma de transmisión de la señal tal que los mensajes no se alteren a pesar
de la hostilidad del medio.

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La primera filosofía es la que emplean las modulaciones de banda ancha (Spread
Spectrum Modulation) con una señal Chirp en la banda de 100 a 400 KHz. Su uso
prácticamente está restringido a los EE.UU. ya que en algunos países europeos esa
banda está reservada a emisiones de radio.

Las principales ventajas de las corrientes portadoras son:


- El bajo precio de las instalaciones.
- La facilidad de instalación y modificación.
- La ausencia de obras en rehabilitaciones.

4.2. Según el tipo de control.

Al considerar un sistema es fundamental ver qué elemento o elementos son los


que toman las decisiones, es decir, quién se encarga del control de la instalación. Puede
ocurrir que el elemento que gestiona el sistema sea sólo uno (control centralizado) o que
todos, o casi todos, los dispositivos puedan tomar decisiones (control distribuido).

4.2.1. Sistemas de control centralizado

En los sistemas de control centralizado, todo el peso de la gestión de las


instalaciones recae en un único elemento que procesa la información recogida por los
sensores, la compara con las consignas programadas y decide, en función de las mismas,
las actuaciones precisas.

Es inevitable en instalaciones cableadas punto a punto, en las que todos los


sensores y actuadores han de estar conectados a un elemento central. En los sistemas
con transmisión por bus es posible implementar instalaciones de control centralizado o
distribuido. Será centralizado si todos los datos de los elementos captores que acceden
al medio, se direccionan hacia un mismo dispositivo que a su vez será quien envíe las
órdenes a todos los actuadores (gestión del tipo Master-Slave).

El principal inconveniente que presentan este tipo de sistemas es la excesiva


dependencia respecto del elemento central. Un mal funcionamiento de éste dejaría
totalmente inutilizada la instalación. La gestión centralizada actualmente sólo tiene
razón de ser, por cuestiones de coste, en pequeñas instalaciones (de menos de 20 ó 30
puntos). En algunas instalaciones de grandes edificios todavía se siguen utilizando por
cuestiones de inercia histórica.

- Control por autómatas.

Los PLC’s o autómatas programables fueron los primeros elementos que se


usaron en la automatización de edificios. Proceden del entorno industrial por lo que su
diseño no es el óptimo para el uso doméstico.

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Un PLC es un módulo que se instala sobre carril DIN. Posee un número de
entradas y salidas que oscila entre la docena, para autómatas de la gama baja, y 512 para
los de altas prestaciones. Las E/S pueden ser digitales o analógicas. Para estas últimas,
el autómata posee convertidores A/D de 8 y 12 bits de resolución.

La principal desventaja de los autómatas respecto de otros sistemas centralizados


es su total falta de ergonomía; su programación es demasiado complicada, el cambiar
un simple horario de apagado/encendido de una luz puede ser dificilísimo para una
persona sin educación técnica.

- Control por ordenador.

Estos sistemas constan de un ordenador central que se encarga de la supervisión


de toda la instalación. Se plantea la vivienda como un sistema SCADA (Supervisory
Control And Data Adquisition) que procesa los datos captados por los sensores. Aunque
este sistema es demasiado caro para aplicarse en viviendas (coste del PC + tarjetas de
adquisición de datos), sí que se utiliza en edificios del sector terciario. En algunos casos
se instalan dos ordenadores para protegerse de una eventual avería de uno de ellos.

La integración y utilización de los diferentes equipamientos del sistema puede


hacerse mediante aplicaciones OLE o DDE de Windows.
En la automatización de edificios también intervienen en muchos casos las LAN’s.

-Centrales domóticas.

Es la opción más lógica a la hora de implementar una instalación centralizada.


Existen centrales de bastantes fabricantes, todas ellas con prestaciones similares y
precio asequibles. Suelen constar de uno o varios módulos de entrada/salida para ser
colocados en carril DIN, conexión RS-232 para cargar el programa de aplicación, un
display para comunicación usuario-sistema y , a veces, un plano de la planta de la
vivienda que indica los dispositivos instalados con LED’s.

4.2.2. Sistemas de control distribuido.

Los sistemas distribuidos no necesitan de un elemento central que gestione el


funcionamiento de la instalación. El control de la red se reparte entre los diferentes
elementos que la componen. Para que esto pueda suceder es necesario que todos los
elementos dispongan de cierta inteligencia. Esto implica que todos los actuadores y
sensores deben, como mínimo, ser capaces de elegir a quién enviar los datos que
recogen (si se trata de un sensor) o reconocer qué mensajes de los que viajan por la red
ha de utilizar (actuador).

Al necesitar de sensores y actuadores a los que se les tiene que incorporar una
electrónica para que puedan tomar decisiones, ocurre que para viviendas y pequeños
edificios puede salir económicamente más rentable utilizar sistemas centralizados.

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También se ha de tener en cuenta que según unas instalaciones y otras, el grado
de descentralización variará. Son los sistemas semicentralizados, en los que algunos
periféricos son capaces de asumir la gestión global de parte de la instalación,
limitándose a informar de la misma periódicamente, lo que permite descargar
considerablemente el tráfico de la información. Un ejemplo sería un edificio de tres
plantas con un nodo en cada una de ellas. El control de cada planta se realizaría de
forma centralizada por cada nodo y el de todo el edificio equivaldría a una red
distribuida con tres nodos. Estos sistemas no son óptimos, pero pueden ser una solución
en el caso de que cada subsistema tenga un propietario diferente.

- Sistemas basados en corrientes portadoras (X-10).

Fue el primer protocolo por corrientes portadoras que se comercializó. Como es


sabido, las comunicaciones a través de la línea de alimentación están sometidas a
bajones de tensión, interferencias y ruido, por eso el X-10 no es un sistema de
transmisión muy sofisticado, pero sí muy robusto. Sus prestaciones no son muy
brillantes (es extremadamente lenta), pero permiten su uso en redes con pocos
elementos y con transmisión de órdenes simples (encendido/apagado).

La idea es aprovechar los cruces por cero de la señal alterna de 50 Hz para


transmitir. Se emplea modulación PCM con una amplitud de los pulsos de 50 mV.
Las señales, de 1 ms de duración, se envían a una frecuencia de 120 KHz desde
cualquier punto de la red, sincronizándose a nivel de bit cada vez que la línea de
alimentación pasa por cero.

La transmisión de un mensaje X-10 requiere de once ciclos de corriente. Los dos


primeros ciclos representan el código de inicio. Los cuatro siguientes el de casa (A-P).
Los cinco siguientes pueden representar el código numérico (1-16) o el código de
función.

El sistema X-10 tiene la ventaja de su gran modularidad. Esto permite ir ampliando la


red fácilmente según lo requiera el usuario.

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