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¿Cuál es el origen de las diferencias individuales?

“ORIGEN DE LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES”

Con respecto a la inteligencia, los expertos señalan que es el producto de la


interacción entre la herencia (los genes) y el ambiente (toda la estimulación que
recibimos)

¿Cómo se relaciona la herencia y el medio ambiente?


La herencia y medio ambiente son factores que intervienen en la conducta
del ser humano. ... Es el proceso por el cual el ser humano origina nuevos
seres parecidos a ellos, mediante la transmisión de caracteres de ascendientes
a descendientes.

¿Cuáles son las diferencias individuales en la inteligencia?


Diferencias individuales. Diferencias individuales Las diferencias
individuales son el conjunto de características o rasgos que diferencian a una
persona de las demás Cada uno de nosotros es diferente, ya que el psiquismo
de cada uno, se procesa y elabora de distinta forma de acuerdo a algunos
factores.
El estudio de las diferencias individuales
La convicción sobre la existencia de diferencias individuales se
remonta a la antigüedad. Hipócrates expuso su teoría humoral que
sostenía que el temperamento de los individuos depende de la mezcla
de cuatro humores que daba lugar a cuatro tipos: sanguíneo,
melancólico, colérico y flemático. Platón menciona las diferencias que
existen entre los individuos en cuanto a las dotes naturales.

Luis Vives aconseja que el ritmo de la enseñanza se debe adaptar a


las diferentes cualidades de los individuos. Y Huarte de San Juan, que
observó que los hombres manifiestan grandes diferencias en cuanto a
sus habilidades naturales en función de su temperamento. Estas
convicciones fueron recogidas por los sistemas educativos
tradicionales que organizaban sus enseñanzas con una serie de filtros,
de manera que el paso de unas etapas a otras se restringía a los
alumnos que mostraban suficientes cualidades.

Diferencias intelectuales
El estudio de las diferencias individuales nace con el interés de
conocer las cualidades de las personas y de clasificarlas en relación a
los demás miembros de su grupo. Las características y diferencias de
los individuos se pueden agrupar en dos categorías principales que se
corresponden con los dos grupos principales de funciones que la
psicología general distingue en el comportamiento humano. La
primera hace referencia a los procesos cognitivos, que abarcan todo lo
relativo a las aptitudes y competencias intelectuales.
La segunda se refiere a los procesos afectivos y motivacionales,
referidos a características de carácter (conjunto de cualidades que
caracteriza y distingue a un individuo de otro, referidas a procesos
afectivos y motivacionales) o personalidad (significado más amplio, se
refiere a la organización total de un individuo, incluyendo tanto
características cognitivas como afectivas y motivacionales).

Galton fue el pionero en el estudio científico de las diferencias


individuales, inventó instrumentos e ideó el índice de correlación para
determinar el grado de relación entre dos variables, además de fundar
el laboratorio antropométrico. Concibió que la inteligencia era un rasgo
unitario, y la definió en función de la posición relativa que ocupa un
individuo dentro de un grupo.

Binet diseñó un método para poder identificar los niños de edad


escolar con deficiencias mentales y situarlos así en escuelas
especiales. Creó la Escala de Inteligencia, elaborada con Simon. A
partir de Binet se consolida una rama de la psicología que él llamó
psicología Individual y que Stern denominará psicología diferencial.
Después, Cattell acuñó el término test mental. Y Thorndike contribuyó
al desarrollo de los tests mentales.

Las pruebas psicométricas siguen siendo válidas para el diagnóstico


de las diferencias individuales y del potencial de los alumnos, aunque
no debemos olvidar que las variables cognitivas responsables del
aprendizaje de los alumnos no son sólo las aptitudes, pues junto a
ellas, los conocimientos previos y los estilos cognitivos ocupan un
lugar destacado.

Diferencias de personalidad
TIPOS DE PERSONALIDAD

El primer procedimiento utilizado por los psicólogos para caracterizar a


los individuos en función de su personalidad fue clasificarlos en tipos:
situar a cada individuo dentro de un grupo que se define por una serie
de características somáticas y/o mentales similares, diferentes de las
de otros grupos.

Más tarde aparecerá el concepto de rasgos, por el que se


caracterizará al individuo por el grado en que participa en una serie de
dimensiones distintas. La estrategia de clasificación en tipos es la que
utilizó Hipócrates. En el s. XX han aparecido distintas tipologías: de
base somática, de base psíquica, con base somatopsíquica e incluso
otras con base filosófica.
Heymans y Wiersma hablan de tres dimensiones básicas de la
personalidad: la emotividad, la actividad y el predominio de la función
primaria o secundaria de las representaciones, que combinadas daban
lugar a ocho tipos de temperamento: nerviosos, sentimentales,
sanguíneos, flemáticos, coléricos, apasionados, amorfos y apáticos.

Jung presentó una de las tipologías, más conocidas con dos


dimensiones: introversión–extraversión, que sería verificada por
Eysenck. También es importante la tipología de Kretschmer, que trata
de integrar los aspectos físicos y psíquicos de la personalidad.
Determinó tres grupos somáticos: leptosomático (tipo esquizotímicos),
pícnico (tipos ciclotímicos) y atlético (tipos ixotímicos).

Por aquellos mismos años aparecen las pruebas de personalidad.


Wood- worth ideó la Hoja de Datos Personales con la que mediante
preguntas sobre hábitos, intereses, actitudes… pretendía llegar a un
diagnóstico de la personalidad. En 1921 aparece el Test
Psicodiagnóstico de Rorschach. A partir de estos momentos la
Psicología se dotó de unos instrumentos científicos para el estudio de
las diferencias individuales.

RASGOS FRENTE A TIPOS

Las clasificaciones tipológicas han sido objeto de duras críticas que no


han

llegado nunca a desaparecer por completo. Desde mediados del s.


XX, en la conceptualización de las diferencias individuales ha ido
ganado terreno el estudio de rasgos, con lo que se persigue
determinar los rasgos que sobresalen en la conducta de los individuos
y en función de ellos identificar sus características principales.

Los rasgos (término introducido por Allport) son disposiciones o


cualidades de la personalidad, que poseen los individuos que se
desarrollan en virtud de la herencia y de sus experiencias o
aprendizajes y que son indicadores de formas estables o equivalentes
de comportamiento.

Eysenck y Eysenck los definen como disposiciones que permiten


describir a las personas y predecir su comportamiento. No son
directamente observables, sino que son abstracciones inferidas a
partir de los comportamientos constantes y repetidos que se observan
en los individuos en distintas situaciones.

Allport dice que los rasgos son individuales: no hay dos personas que
posean el mismo rasgo. Distingue tres tipos de rasgos. El rasgo
cardinal es el que tiene una significación principal en una persona,
hasta el punto de que es dominante en su conducta. Para Allport,
aunque los rasgos son individuales, cabe hablar de rasgos comunes,
que son los que se encuentran en mayor o menor medida en todos los
individuos de un grupo social o cultural y que se distribuyen
desigualmente entre sus miembros en un continuo lineal.

Para determinar qué rasgos son principales de la personalidad, hay


dos modelos relevantes, y ambos se caracterizan por usar el análisis
factorial como técnica, que son el modelo de Cattell y el modelo de
Eysenck. Cattell toma como punto de partida la lista de términos de
Allport y Odber.

Seleccionó 171 rasgos expresados en dimensiones bipolares, y


mediante estudios empíricos la redujo a 36. Tras factorializarlos,
observarlos y evaluarlos, determinó una lista de 16 rasgos básicos de
la personalidad, que permiten caracterizar y distinguir a un individuo
de otro en función de su situación en cada una de las dimensiones
bipolares.

Eysenck propone una lista de rasgos muy pequeña. Según este autor,
los actos y disposiciones de la personalidad se organizan de forma
jerárquica . Las respuestas específicas y concretas están en el nivel
inferior y ocurren en un determinado momento, son las de menor
generalidad.

Las respuestas habituales son las respuestas reincidentes en


circunstancias similares. El rasgo es originado por un grupo reducido
de respuestas habituales. Es una constelación de tendencias
individuales de acción. Y el tipo, en el nivel superior, es el de mayor
generalidad, originado por un pequeño grupo de rasgos. Es un
conjunto de rasgos organizados (ver fig 18.1.).

Eysenck se plantea la hipótesis de que los individuos se distinguen


unos de otros por su posición a lo largo de la dimensión introversión-
extraversión. Propone también la dimensión estabilidad-inestabilidad
emocional, que llama neuroticismo, para distinguir a los individuos.

Así los distintos factores de Cattell aparecen agrupados en Eysenck


en estos dos grandes superfactores. Añadirá una tercera: el
psicoticismo. Posteriormente trató de descubrir los mecanismos
fisiológicos que fundamentan la introversión y la extraversión.

En resumen la psicología diferencial pone de manifiesto que el modo


de actuar de las personas no es aleatorio, es consistente y estable en
las diferentes situaciones, y ese comportamiento es consecuencia de
una serie de características personales, en definitiva de su
personalidad.

Para Catell la personalidad puede definirse como aquello que nos dice
lo que una persona hará cuando se encuentre en una situación
determinada. Por otra parte, ese modo de ser y de actuar de cada
persona es distinto de una persona a otra dentro de una misma
situación. Las diferencias individuales son el resultado de la
personalidad, en la que se integran las variables cognitivas, afectivas y
motivacionales, y cuyo desarrollo depende de factores hereditarios y
ambientales.

La enseñanza y las diferencias individuales


La atención a la diversidad
El aprendizaje y la enseñanza son unos de los ámbitos más
interesados por el tema de las diferencias individuales. Al finalizar el
curso algunos alumnos alcanzarán los objetivos educativos, mientras
que otros fracasarán e incluso desistirán en su esfuerzo debido a las
diferencias individuales. Y esas experiencias afectarán a la
personalidad, autoconcepto y motivación de los alumnos, lo que
determinará su trayectoria futura tanto dentro como fuera del aula.

En la educación tradicional los contenidos y los objetivos de la


enseñanza eran comunes, todos los alumnos debían aprender lo
mismo, con el mismo método y a la misma velocidad. Este modo de
plantear las actividades instructivas ignora las diferencias individuales.
La educación debe adaptar sus enseñanzas a las diferencias
individuales. Existe una amplia variedad de diferencias individuales en
cualquier nivel de edad de los alumnos.

Cada alumno es un individuo singular y distinto y debe incluirse como


tal a la hora de planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por
ello, si el profesor quiere conseguir un rendimiento satisfactorio de
todos los alumnos debe tener en cuenta esas diferencias individuales
y diseñar unos programas de instrucción individualizados para cada
alumno. Esto implica alejarse del tradicional principio de
homogeneización y aproximarse al principio de individualización de la
enseñanza.

A comienzos del s. XX, con el movimiento de la educación progresiva,


se planteaba la necesidad de respetar el principio de individuación en
la enseñanza, aunque hasta mediados del siglo no se generalizaba
como una necesidad educativa. Se defiende que los objetivos no han
de ser los mismos para todos los alumnos, que los contenidos
curriculares, las explicaciones y ayudas, los reforzadores y ritmo de
aprendizajes han de estar diversificado. Los alumnos no deben
evaluarse siguiendo un criterio normativo, sino atendiendo a sus
progresos particulares. Desde un punto de vista ideal, pues, los
objetivos, contenidos, ritmo, metodología y evaluación del aprendizaje,
deben estar en función de las capacidades y características
personales del alumno.

Cronbach muestra los diferentes procedimientos para adaptar la


instrucción a las diferencias individuales, ordenados de menor a mayor
flexibilidad. El primero es el más tradicional. Se caracteriza porque
tanto los objetivos y contenidos, como la metodología y los criterios de
evaluación son los mismos para todos los alumnos.

Subyace la idea de que cada alumno debe permanecer en el sistema


educativo hasta donde se lo permitan sus capacidades. Son los
alumnos los que se tienen que adaptar a la instrucción. Es un método
selectivo basado en la idea de que sólo algunos alumnos podrán
continuar hasta culminar los estudios superiores.

En el segundo procedimiento el alumno también se encuentra con


unos contenidos fijos establecidos, pero introduce la flexibilidad del
tiempo necesario para el aprendizaje.

Asume que todos los alumnos son capaces de aprender, pero difieren
en su ritmo de aprendizaje. En consecuencia, la escolaridad se debe
prolongar como mínimo hasta que adquiera los contenidos fijos
establecidos independientemente del tiempo que se tenga que
emplear.

El tercer procedimiento se caracteriza por una adaptación de las


enseñanzas a las diferencias individuales. Los objetivos y contenidos
educativos no son los mismos para todos los alumnos, pues se
establece la posibilidad de un cambio en los objetivos de un
determinado alumno en función de sus características y posibilidades.
Ej: que unos alumnos trabajaran en dibujo técnico y otros modelaran
figuras con arcilla.

El cuarto procedimiento trata de reducir las diferencias individuales


mediante ayudas y apoyos, y tras el periodo remediador el alumno
sería capaz de incorporarse al sistema normal de su aula. Para
Cronbach este procedimiento se ha de usar de forma restrictiva,
normalmente será insuficiente y no solucionará el problema (actúa
como un parche). El quinto procedimiento consiste en modificar y
adaptar los métodos de enseñanza a las características y
posibilidades de los alumnos. Cada alumno requiere un trato
diferenciado.

Estos procedimientos no son excluyentes y podemos encontrar todos


en cualquier sistema educativo. Los procedimientos selectivos se
utilizan para ac- ceder a los estudios universitarios. En la última
década se ha orientado a eliminar barreras. El de flexibilidad en el
tiempo se muestra cuando repiten curso: la tendencia educativa se ha
orientado a poner límites a la retención y a adaptar los objetivos y los
contenidos de aprendizaje. Ha dado lugar a la diversificación de las
enseñanzas y de adaptaciones curriculares.

El agrupamiento homogéneo de los alumnos como procedimiento


para adaptar las enseñanzas a las diferencias individuales

Los primeros intentos de adaptar la enseñanza a las diferencias


individuales se hicieron formando grupos homogéneos en cuanto a
sus características individuales: edad, capacidad, conocimientos,
rendimiento…, siendo la forma más generalizada de agrupamiento la
edad combinada con los conocimientos previos, sobre todo a partir del
XIX con la obligatoriedad escolar, por lo que aumenta el número de
alumnos obligando a la separación de éstos para reducir las
diferencias individuales y conseguir unas enseñanzas más adaptadas
a sus necesidades. Este modelo de agrupamiento continúa en vigor en
todos los niveles educativos.

A partir del s. XX, la psicología nos ofrece un concepto psicométrico


de la inteligencia y de las aptitudes y el desarrollo de los instrumentos
para su medida tendrá una gran influencia en la individualización de la
enseñanza.

Una función principal que se asignó a las pruebas de inteligencia fue


la de clasificar a los estudiantes en grupos de capacidad semejante
para que las enseñanzas se adaptaran a sus niveles intelectuales.
Cuando el número de alumnos en un determinado curso era
numeroso, se fragmentaba en varias clases paralelas: los más
inteligentes, los intermedios y los menos inteligentes.

El agrupamiento por capacidad intelectual puede hacerse de dos


maneras. La primera, más usada en la enseñanza secundaria, es
reunir a los alumnos de capacidad similar en una misma clase, lo que
favorece la actividad del profesor.

Pero de la separación de los alumnos en clases diferenciadas sólo se


benefician los grupos de más capacidad, mientras que grupos de baja
capacidad se ven perjudicados, pues reciben una instrucción de
menos calidad debido a que los maestros muestran menos
entusiasmo y la autoestima del grupo se ve menoscabada por estar en
la “clase de los tontos”.

La segunda, más frecuente en primaria, consiste en formar subgrupos


dentro de una misma clase con el objeto de homogeneizar su
actividad y practicar con materiales adecuados a su nivel.

Los resultados de esta estrategia suelen ser positivos siempre que se


observen algunas condiciones: 1) que los grupos se formen en función
del desempeño de los estudiantes en la materia concreta para cuya
actividad se constituyen los mismos, 2) que los alumnos cambien de
grupo tan pronto como mejore su desempeño, 3) que el maestro evite
las comparaciones entre grupos y fomente la cooperación entre los
alumnos y 4) que el número de subgrupos sea reducido para poder
recibir atención directa y casi continua.

Ausubel señala que reunir a los alumnos de capacidad similar tiene la


ventaja de que permite al profesor adaptar sus enseñanzas al grupo y
que el proceso de aprendizaje se facilita. Pero también tiene sus
contrapartidas, que son:

1. Que la homogeneidad del grupo no se consigue nunca pues los


alumnos diferirán en la mayoría de las variables que influyen en el
aprendizaje escolar.

2. Que el agrupamiento en función de las puntuaciones en inteligencia


pierde eficacia conforme las aptitudes de los niños se van
diferenciando.

3. Que la heterogeneidad tiene valores positivos.

4. Que el agrupamiento por capacidad tiende a estigmatizar al alumno


torpe y hace arrogante al brillante.

5. Que la adaptación de las enseñanzas se pueden realizar de una


forma más eficaz cuando se reúne a los alumnos de distinta capacidad
en una misma clase.

Los procedimientos de agrupar a los alumnos según la capacidad en


aulas diferenciadas se ponen en duda ya que parece ser favorable en
momentos concretos, pero de forma globalizada los inconvenientes
superan a las ventajas.
Incluso con los alumnos con necesidades educativas especiales, que
antes eran acogidos en centros especiales, en las últimas décadas
prima la normalización e integración de estos alumnos en escuelas
ordinarias, recibiendo cada uno las ayudas y apoyos individualizados
que necesitan para conseguir el mayor desarrollo posible de sus
facetas cognitiva, personal y social.

La enseñanza individualizada
La enseñanza individualiza es una forma de enseñanza para adaptar
la instrucción a la diversidad de los alumnos y satisfacer sus
necesidades singulares. No implica necesariamente que se deba
impartir de manera aislada ni que el alumno tenga que trabajar de
manera independiente, o que el aprendizaje se produzca de forma
programada, aunque puedan ser estrategias válidas para individualizar
la enseñanza.

Lo que implica es que las enseñanzas se planifican en función de las


necesidades educativas de cada alumno y que cada alumno recibe la
orientación oportuna para guiar su proceso de aprendizaje. No es un
procedimiento uniforme, pues admite numerosas modalidades. No
obstante, se pueden destacar algunas características:

1. Ofrece una gran variedad de objetivos y de alternativas entre las


que el alumno puede elegir para acceder al logro de esos objetivos.

2. Ofrece un amplio apoyo documental entre los que el estudiante


puede elegir en función de sus necesidades e intereses.

3. Organización del material didáctico en módulos no muy extensos


seguidos de una evaluación. El estudiante sólo pasa al módulo
siguiente cuando domina el anterior.

4. Libertad en la velocidad o ritmo de aprendizaje. En la enseñanza


individualizada, pues caben variaciones en todas las variables de la
enseñanza: objetivos, contenidos y materiales, en las actividades, en
el ritmo y en los procedimientos de evaluación.

Edling sugiere que todas estas posibilidades se pueden reducir a


cuatro grupos generales: Tipo A: la escuela determina los objetivos
para cada alumno y el método a seguir para alcanzarlos; Tipo B: los
objetivos son propuestos por la escuela, pero el alumno elige la
metodología; Tipo C: el alumno elige los objetivos y la escuela los
métodos; y Tipo D: el alumno elige tanto los objetivos como los
métodos.

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