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Introducción
¿Ha regresado el fascismo? La pandemia de coronavirus, la crisis del capitalismo
mundial y las tendencias al Estado de excepción -no solo en la Argentina- nos lleva
a que este interrogante nos aceche nuevamente. 1 Preocupaciones de este presente
incierto nos interpelan a revisitar nuestro pasado traumático y a preguntarnos
sobre las características del régimen político adoptado por la última dictadura en la
Argentina y América Latina.
2
Los diagramas de Venn tienen casi un siglo y medio y su enseñanza generalizada en la educación formal
medio siglo.
3
I. FASCISMO: GENERALIDADES
Frecuentemente, en ciencias sociales uno se encuentra con dificultades para definir
un término a fin de establecer una especie de compartimento estanco donde
“encajar”, o no. Otras veces a la luz de una discusión política se adjetiva
4
Ser parte de una organización trotskista nos brinda una autoridad única para
discutir de forma crítica al fascismo. Trotsky fue indiscutiblemente de los teóricos
que vio en forma más temprana y abordó con mayor preocupación el surgimiento
del fascismo y su avance. No sólo intentó poner al combate contra el fascismo en
los primeros lugares de la agenda de la clase obrera italiana, alemana y mundial
3
Mussolini (1932), en su Doctrina del fascismo de alguna forma autodefine al fascismo como una doctrina
política del siglo XX que viene a superar las doctrinas propias del siglo XIX (socialismo -a la que adhirió en su
juventud-, liberalismo y la democracia). Reivindica el carácter autoritario de su doctrina que encarna el
“bien”. Una doctrina colectiva que se impondrá sobre las doctrinas del individuo. Integra a todos los actores
al estado, nada ni nadie queda por fuera de él. Considera orgullosamente al fascismo como comparable a
una religión. Todo hombre es visto, en consecuencia, bajo la perspectiva de una ley superior conformándose
una voluntad objetiva que se imponga sobre los intereses individuales o particulares, así se “eleva”
perteneciendo conscientemente a una sociedad espiritual.
5
Hay que recalcar que dicho límite, que llamaremos el umbral del fascismo, no
sólo es función de la acción proletaria, sino también de la coyuntura económica. De
esta manera, habrá situaciones en las que una débil burguesía, como la de Europa
oriental antes de la Segunda Guerra Mundial, no requerirá de la presencia de un
poderoso movimiento obrero para instaurar el fascismo, su estrecho umbral del
fascismo se vio determinado por su propia debilidad.
Pensamos que ni la simple variante política (crisis de hegemonía política) ni
la sola variante económica (crisis económica) permiten, aisladamente, explicar el
surgimiento del fascismo. Es cierto que lo que subyace en el fondo es la extracción
de plusvalía y la reproducción del capital en mejores condiciones para la
burguesía, pero a la vez, el fascismo se da en condiciones políticas y sociales tales
que limitan la reproducción del sistema en los marcos de la democracia
parlamentaria y el bonapartismo.
Tanto el fascismo como el capitalismo monopolista de Estado constituyen, en
lo económico, intentos por contrarrestar la caída de la tasa de ganancia y conseguir
una mayor racionalidad en el caos productivo. No es un hecho fortuito que la
primera gran oleada fascista surja en el periodo que va de 1919 a 1938, periodo en
el que las sucesivas crisis económicas provocaron graves conflictos sociales.
(Kershaw 2013)
En el caso del fascismo la caída de la tasa de ganancia se trata de contrarrestar
mediante dos medidas fundamentales. Primero, la disposición económica del
Estado, en beneficio del capital monopólico. Segundo, mediante la sobre
explotación de la clase obrera, adquiriendo, dicha sobre explotación la forma de
pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor, para lo cual es necesario la
destrucción de las organizaciones de clase de los proletarios, utilizando para ello la
represión y el terror (lo cual no implica que también se puede echar mano de
medios ideológicos de manipulación).4
4
Para ver la evolución de la tasa de explotación durante las dictaduras latinoamericanas se puede consultar
Farina, Joaquín (2018)“La tasa de explotación como medida de desigualdad global (1973-2012): Un aporte
desde el Marxismo Cuantitativo” disponible en: https://www.teseopress.com/mqtesis/
6
2. El proceso de fascistización
1. La vía electoral. Esta vía se funda en un poderoso movimiento fascista que tiene
su base social entre la pequeña burguesía propietaria y asalariada principalmente.
En este punto cabe la aclaración de que la burguesía no ha requerido siempre del
apoyo masivo y militante de la pequeña burguesía para instaurar al Estado
fascista, y en los casos en donde dicho apoyo ha sido el motor fundamental para el
acceso de los fascistas al poder, esas clases medias han sufrido un proceso de
manipulación por parte del gran capital, que aprovechando las contradicciones de
las clases medias con el capitalismo, las supo atraer a la lucha anti socialista y anti
obrera.
Es importante distinguir la existencia de contradicciones importantes entre la
pequeña burguesía y el capitalismo, sobre todo en periodos de crisis, así como la
manipulación que de dichas contradicciones ha sabido hacer el gran capital. En los
casos donde el fascismo instó con el apoyo masivo de la pequeña burguesía los
partidos fascistas elaboraron en los inicios del proceso de fascistización, un amorfo
proyecto político económico que nunca tuvo oportunidades reales, ni intenciones,
de prosperar -dado su carácter de clase secundaria, la pequeña burguesía es
incapaz, estructuralmente, de implementar un proyecto viable de reconstrucción
de la sociedad- este proyecto poseyó, al principio, tintes anticapitalistas y más
específicamente anti monopólicos.
Los movimientos reaccionarios de clase media han pululado en toda época
del capitalismo, pero sólo han logrado volverse masivos cuando la crisis
económica azota fuertemente a dichas clases medias y cuando los intereses del
7
gran capital han requerido del apoyo de un movimiento fascista. En esas condiciones
la gran burguesía se encargará de proporcionar los medios adecuados para el
desarrollo de esos movimientos reaccionarios de clase media. Así sucedió en Italia
y en Alemania. En Italia, casi desde la fundación de los fascio di combattimento el
movimiento fascista recibió el apoyo financiero y político de importantes grupos de
capitalistas. Sin embargo, ni en Alemania ni en Italia, que son los casos típicos del
ascenso del fascismo al poder por la vía electoral, los fascistas fueron capaces de
llegar al poder por su propia fuerza electoral, sino que en ambos casos esto fue
posible en virtud de una alianza con los partidos tradicionales (conservadores y
liberales) de derecha.
2. La vía a través del golpe militar. Cuando no es posible aspirar a la toma del
poder mediante elecciones, sea por debilidad del movimiento fascista o por la
fuerza de la izquierda o de partidos del régimen, entonces son los militares
derechistas los encargados de dar el golpe sobre la democracia burguesa y la clase
obrera. El golpe militar para la instauración del fascismo comúnmente barre con
las fuerzas políticas tradicionales, incluyendo a los partidos de derecha. En este
caso se encontraría la España de Franco y el Portugal de Salazar. Aunque en ambos
casos existían grupos y partidos fascistas con anterioridad a la toma del poder por
los militares, éstos nunca llegaron a constituir un movimiento importante de
masas, incluso la Falange de Primo de Rivera. 5 Se trató de un pequeño grupo que
fue fácilmente derrotado en las lides electorales por los partidos de izquierda. En
España el golpe en contra de la República no fue organizado por la Falange, sino
por los generales derechistas y sólo posteriormente la Falange fue incorporada a la
lucha antirrepublicana por los elementos ideológicos que proporcionó al
franquismo. En Portugal el proceso fue semejante, un levantamiento militar barre
la democracia burguesa en 1926 y para 1932 el fascismo se encontraba
completamente establecido haciendo desaparecer partidos y sindicatos.
5
Primo de Rivera (22/03/1933) reivindica la esencia del fascismo, la unidad como idea, por encima de la
violencia que es meramente una táctica. Sostiene que la violencia para ellos no es un dogma como para el
marxismo sí lo es la violencia propia de la lucha de clases. O la violencia intrínseca de la lucha propia del
sistema de partidos que promueve el liberalismo. Al contrario, el fascismo promueve la unidad permanente
de clases y de partidos, a esa unidad la llama patria (La Patria, con mayúsculas). No hay una pugna entre una
burguesía explotadora y un proletariado que pretende tiranizar a la burguesía. “Sino la unidad entrañable de
todos al servicio de una misión histórica, de un supremo destino común, que asigna a cada cual su tarea, sus
derechos y sus sacrificios.”
8
en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. 6 En los casos señalados, antes de
la instauración del fascismo se observa la presencia de pequeñas bandas fascistas
que no llegan a constituir un movimiento nacional. Cuando la coyuntura nacional
e internacional es la adecuada esos regímenes derechistas se auto transforman en
fascistas, englobando, aunque sin ser la fuerza principal, a las bandas a las que nos
referimos anteriormente. En general en Europa central y oriental -excepto la
Guardia de Hierro rumana- el fascismo no se presentó como un partido
organizado. En los países donde el fascismo siguió la vía del autogolpe el
movimiento obrero era débil y la izquierda no constituía un peligro importante, la
política era dominada por la derecha; sin embargo, en lo económico, las burguesías
de esos países eran débiles y subordinadas al imperialismo.
A la luz de los acontecimientos que se dieron durante la pandemia del mismo año
y los comportamientos de los altos mandatarios de EEUU y Brasil se vio cómo
regímenes que en principio hubieran sido calificados de no fascistas viran a fuerza
de medidas represivas y grupos de choque apañados por el estado decididamente
hacia el fascismo. ¿Constituyen al promediar el año 2020 regímenes fascistas? La
respuesta podría ser aún no. Subrayando aún. Querrá decir que seguramente lo
serán, no se sabe. Pero es la mutación que deben hacer si quieren permanecer en el
poder. Es de destacar que desde el acto en la embajada de Brasil cuando nadie
creía en la posibilidad de que Bolsonaro llegara al poder Altamira lo dio como una
franca posibilidad. Y poco tiempo después ante el ballotage nos posicionamos
contra Bolsonaro por el #EleNão. Algo había de diferente en ese desempate con
respecto al que ganara casi cuatro años antes Macri. No fue revisionismo. Fue que
se vio algo diferente a la interna interburguesa. Se vio un peligro latente. Peligro
que cada vez se torna más palpable.
El desarrollo del fascismo y la propia dictadura fascista revisten en los distintos países formas
diferentes, según las condiciones históricas, sociales y económicas, las particularidades nacionales
y la posición internacional de cada país. En unos países, principalmente allí, donde el fascismo no
cuenta con una amplia base de masas y donde la lucha entre los distintos grupos en el campo de
la propia burguesía fascista es bastante dura, el fascismo no se decide inmediatamente a acabar
con el parlamento y permite a los demás partidos burgueses, así como a la socialdemocracia,
cierta legalidad. En otros países, donde la burguesía dominante teme el próximo estallido de la
revolución, el fascismo establece el monopolio político ilimitado, bien de golpe y porrazo, bien
intensificando cada vez más el terror y el ajuste de cuentas con todos los partidos y agrupaciones
rivales, lo cual no excluye que el fascismo, en el momento en que se agudeza de un modo especial
su situación, intente extender su base para combinar -sin alterar su carácter de clase- la dictadura
terrorista abierta con una burda falsificación del parlamentarismo. (Dimitrov 1935)
6
Ver Traverso, Enzo (2009)“A sangre y fuego. De la guerra civil europea,1914-1945”. Editorial Prometeo,
Buenos Aires.
9
3. El Estado fascista
7
Esta definición se ajusta o es prima hermana y se ve ampliada en de la definición del Diccionario Soviético
de Filosofía (1959) donde establece que los elementos más reaccionarios, chovinistas e imperialistas del
capital financiero instaura una dictadura abiertamente terrorista [tomado del XIII Pleno del Comité Ejecutivo
de la Internacional Comunista] “con el fin de aplastar la resistencia de la clase obrera y de todos los
elementos progresistas de la sociedad. El fascismo es una manifestación de esa reacción política en todos los
dominios, lo que es propio del capitalismo en la etapa suprema de su desarrollo, en la etapa imperialista.”
10
al nuevo orden del estado fascista, concebido como estructura autoritaria vertical de
corporaciones. Vislumbró cómo el triunfo del fascismo estaba inevitablemente
destinado a exasperar la crisis europea y mundial.
Dado que el principal instrumento del Estado fascista para el sometimiento de los
trabajadores es la fuerza, el uso extensivo de ésta requiere del control por parte del
Estado de todas las esferas de la actividad social y no sólo de lo económico y la
político, puesto que de otra forma, esferas no políticas pueden llegar a ser
politizadas por el descontento de los trabajadores y convertirse en focos de
subversión del orden fascista. Por totalitarismo queremos significar la pérdida de
la independencia relativa de la sociedad civil y los aparatos ideológicos frente a los
aparatos políticos del Estado; es la incorporación de la sociedad civil a la política:
la intervención del Estado en todos los ámbitos de las relaciones sociales.
Estos aportes resultan centrales en la discusión que buscamos dar, ya que pone el
centro en un dominio que excede al dominio político propio del bonapartismo, el
dominio social, y ubica al apoyo de las masas en un lugar accesorio.
8
Se ha mencionado con diferentes acepciones la palabra patria. Es importante entender que no es lo mismo
la Patria de los fascistas y naciones opresoras donde busca una unidad nacional para llevar a una clase
obrera a confrontar y someter a nombre de su burguesía local a trabajadores de otras naciones que la patria
de los oprimidos y revolucionarios que los une para enfrentar a potencias imperialistas. En el primer caso la
defensa de la patria es reaccionaria, en el segundo es progresiva y hasta podría ser revolucionaria. Más allá
que para los marxistas la patria y la nación son conceptos superados. (Altamira 26/07/2017)
11
El fascismo prometió a los obreros un «salario justo», en realidad les colocó a un nivel de vida
aun más bajo, más miserable. Prometió trabajo a los parados; en realidad les proporcionó
mayores torturas de hambre y trabajo forzado de esclavos. En realidad, el fascismo convierte a los
obreros y a los parados en parias de la sociedad capitalista, desprovistos de todo derecho,
destruye sus sindicatos, les arrebata el derecho a la huelga y de prensa obrera, los enrola por la
fuerza en las organizaciones fascistas, les roba los fondos de los seguros sociales, convierte las
fábricas y los talleres en cuarteles, donde reina el despotismo desenfrenado de los capitalistas.
El fascismo prometió a los campesinos arruinados y depauperados acabar con el vasallaje de las
deudas, suprimir el pago de las rentas e incluso expropiar sin indemnización la tierra de los
terratenientes en favor de los campesinos sin tierra y arruinados. En realidad, entrega al
campesinado trabajador a la esclavitud sin precedentes de los trusts y del aparato del Estado
fascista y aumenta hasta lo indecible la explotación de las masas fundamentales del campesinado
por los grandes terratenientes, los bancos y los usureros. (Dimitrov 1935)
El fascismo, que pretende superar las divergencias y las contradicciones existentes en el campo
de la burguesía, viene a agudizar todavía más estas contradicciones.
El fascismo intenta establecer su monopolio político, destruyendo por la violencia los demás
partidos políticos. Pero la existencia del sistema capitalista, la existencia de diferentes clases, la
agudización de las contradicciones de clases conducen inevitablemente a sacudir y derribar el
12
monopolio político del fascismo. No es el país soviético en el que la dictadura del proletariado es
ejercida también por un partido único, pero donde este monopolio político responde a los
intereses de millones de trabajadores y se apoya cada vez más sobre la construcción de la
sociedad sin clases; en un país fascista, el partido de los fascistas no puede mantener por mucho
tiempo su monopolio, porque no está en condiciones de proponerse la misión de suprimir las
clases y las contradicciones de clase. Suprime la existencia legal de los partidos burgueses, pero
algunos de ellos siguen viviendo ilegalmente y el Partido Comunista avanza, incluso dentro de la
ilegalidad, se templa y dirige la lucha del proletariado contra la dictadura fascista. De este modo,
el monopolio político del fascismo tiene necesariamente que derrumbarse bajo los golpes de las
contradicciones de clase.
Otra de las causas de la precariedad de la dictadura fascista estriba en que el contraste entre la
demagogia anticapitalista del fascismo y la política del enriquecimiento más rapaz de la
burguesía monopolista permite desenmascarar el fondo de clase del fascismo, quebrantar y
reducir su base de masas.
Además, la victoria del fascismo provoca el odio profundo y la indignación de las masas,
contribuye a revolucionarlas e imprime un poderoso impulso al frente del proletariado contra el
fascismo.
La clase obrera tiene que saber aprovechar las contradicciones y conflictos existentes en el campo
de la burguesía, pero no debe hacerse ilusiones de que el fascismo puede asfixiarse por sí solo. El
fascismo no se derrumbará automáticamente. Sólo la actividad revolucionaria de la clase obrera
hará que los conflictos, que surgen inevitablemente en el campo de la burguesía, se aprovechen
para minar la dictadura fascista y derribarla. (Dimitrov 1935)
Durante el auge del fascismo y antes de la segunda guerra mundial que terminaría
con un desprestigio total y global de la ideología fascista tanto teóricos burgueses
como marxistas se ocuparon del fascismo.
Trotsky (1932) en el The militant (brevísimo texto publicado a partir de una carta a
un camarada inglés fechada el 15 de diciembre de 1931) debate con la Comintern si
13
La idea de Trotsky era que la democracia era para los días de sol y no estaba
blindada a las inclemencias de los desequilibrios tanto domésticos como
internacionales. “El fascismo no vino en absoluto "en vez" del socialismo. El
fascismo es la continuación del capitalismo, un intento de perpetuar su existencia
utilizando las medidas más bestiales y monstruosas.” “Podemos anunciarlo como
una ley histórica: el fascismo pudo triunfar sólo en aquellos países donde los
9
“Recordemos que Primo de Rivera se autopercibía fascista. Para no poner, en este caso, en duda el
sentimiento de pertenencia del fascista español (coincidamos en que la autopercepción ideológica no tiene
por qué coincidir con la ideología real de una persona) deberemos afirmar que si al decir de Trotsky que su
régimen no cumple con todas las condiciones de conformación y surgimiento no alcanza con decir que no es
fascista, sino que no lo es pero pretende serlo. Sería un régimen pretendidamente fascista (se desconoce si
estamos acuñando un nuevo término o categoría)” (Farina, 2019: 10-11)
14
proletariado que ha defraudado sus expectativas. Estas son las premisas para la
formación de un partido fascista y su victoria.” (Trotsky 1940)
10
En base a Farina (2020)
17
Von Mises es considerado por los “libertarios” como la mente más brillante del
liberalismo del siglo XX. En 1927 escribe en el capítulo 1 apartado 10 de su libro
“Liberalism, In The Classical Tradition”11 . En esa media decena de páginas Mises
11
Traducción al español del apartado disoponible en: http://quantitativemarxism.com.ar/FILES/DT_13.pdf
18
No llama para nada la atención la poca lectura de los austríacos ya que Hayek, sus
pobres argumentos en realidad, había sido repondido por Dimitrov (1935) casi una
década antes “La variedad más reaccionaria del fascismo es la de tipo alemán.
Tiene la osadía de llamarse nacionalsocialismo, a pesar de no tener nada de común
con el socialismo. El fascismo alemán no es solamente un nacionalismo burgués, es
un chovinismo bestial. Es el sistema de gobierno del bandidaje político, un sistema
de provocaciones y torturas contra la clase obrera y los elementos revolucionarios
del campesinado, de la pequeña burguesía y de los intelectuales. Es la crueldad y
la barbarie medievales, la agresividad desenfrenada contra los demás pueblos y
países.”
Otra esteril defensa es la que desde las páginas del Mises Institute, ensaya Raico
(2018). Primero argumenta que “Liberalism” fue escrito en forma precipitada y
enmarcado por su temor a las masas. Sostiene que el escrito es válido para el
fascismo en el período 1919-1922, pero “Liberalism” es de 1927. Tal demora en
terminar su obra choca con el argumento de que había algún apuro por detrás.
Pero aún más, Dertaube (2020), deja en evidencia que el Partido Liberal Italiano los
acompañó en las elecciones de 1924, el primer ministro de economía fue un liberal,
“...entre 1919 y 1923 el porcentaje de gasto del estado sobre la renta nacional giraba
en torno al 26%; en el período que va entre 1923 y 1927 dicho gasto era ya de
alrededor del 17%. [...]las primeras medidas económicas del gobierno fascista
fueron la privatización absoluta de la seguridad social y la mayoría de las
compañías telefónicas, se dio inicio a las concesiones privadas de las autopistas y la
privatización total de la sociedad Ansaldo, inmensa empresa armamentística que
20
El fascismo aspira a la más desenfrenada explotación de las masas, pero se acerca a ellas con una
demagogia anticapitalista, muy hábil, explotando el profundo odio de los trabajadores contra la
burguesía rapaz, contra los bancos, los trusts y los magnates financieros y lanzando las consignas
más seductoras para el momento dado, para las masas que no han alcanzado una madurez
política; en Alemania: "Nuestro Estado no es un Estado capitalista, sino un Estado corporativo";
en el Japón: "por un Japón sin explotadores"; en los Estados Unidos: "por el reparto de las
riquezas", etc…
El fascismo entrega al pueblo a la voracidad de los elementos más corrompidos y venales, pero se
presenta ante él con la reivindicación de un "gobierno honrado e insobornable". Especulando con
la profunda desilusión de las masas sobre los gobiernos de democracia burguesa, el fascismo se
indigna hipócritamente ante la corrupción (véase, por ejemplo, el caso Barmat y Sklarek en
Alemania, el caso Staviski en Francia y otros).
El fascismo capta, en interés de los sectores más reaccionarios de la burguesía, a las masas
decepcionadas que abandonan los viejos partidos burgueses. Pero impresiona a estas masas por
la violencia de sus ataques contra los gobiernos burgueses, por su actitud irreconciliable frente a
los viejos partidos de la burguesía.
Dejando atrás a todas las demás formas de la reacción burguesa, por su cinismo y sus mentiras, el
fascismo adapta su demagogia a las particularidades nacionales de cada país e incluso a las
particularidades de las diferentes capas sociales dentro de un mismo país. Y las masas de la
pequeña burguesía, incluso una parte de los obreros, llevados a la desesperación por la miseria, el
paro forzoso y la inseguridad de su existencia, se convierten en víctimas de la demagogia social y
chovinista del fascismo.
Por otra parte, Rieznik (2011) sostiene que los embates en favor de la derecha al
final del 3er gobierno de Perón, el de Isabel y la última dictadura escondían el
objetivo de arbitrar en favor de la fascista juventud sindical, en detrimento de la
izquierda a la que debían exterminar.
Son frecuentes los análisis de la cuestión del fascismo desde el punto de vista
clásico con exclusividad. Ese análisis si bien no es erróneo no deja de estar limitado
12
Zavaleta Mercado, René, “Nota sobre fascismo, dictadura y coyuntura de disolución”, en Revista
Mexicana de Sociología, núm. 1, enero-marzo 1979, páginas 83-85.
23
13
Esto fue predicho por Trotsky y también por Keynes (en las “Consecuencias económicas de la
paz”).
24
Estos interrogantes nos viene abordando a los autores de estas líneas y fueron una
gran motivación para estudiarlo en profundidad. Ya apareció anteriormente el
concepto del umbral donde esa aproximación contínua se torna discreta 14 al pasar
un límite. Consideramos que el plan de exterminio es ese límite.
”Ni totalitarismo ni fascismo son conceptos puros para los estudiosos. Ambos
términos, desde que comenzaron a usarse, tienen una doble función: como
instrumento ideológico de categorización política negativa, […]; y como
instrumento heurístico que los estudiosos han usado en un intento por ordenar y
clasificar los sistemas políticos. […] En el caso del totalitarismo, Friedrich produjo
una definición conceptual, pero no provee una legítima teoría del totalitarismo. En
el caso del fascismo, la mayoría de los enfoques no marxistas, […], son esencialmente
descriptivos y se apoyan en premisas teóricas no definidas con claridad, mientras los
enfoques marxistas derivan de posiciones teóricas, pero la teoría aplicada no siempre
está basada en claras definiciones conceptuales y a veces éstas hasta resultan estar
muy cerca de las tautologías.” (Kershaw 2004: 56)
Las teorías del fascismo ponen el acento en la forma en que asciende el movimiento
y las condiciones previas que generó el caldo de cultivo, mientras quienes hablan
del totalitarismo eluden la fase de acceso al poder y se centran en los sistemas y
técnicas de gobierno. (Kershaw 2004: 57)
14
Contínua y discreto en términos matemáticos.
26
él, en el espacio y en el tiempo, aplicado a diferentes contextos políticos o como forma de insulto
ante cualquier exhibición de comportamiento autoritario, […]. En los últimos años, sin embargo,
la aparición de movimientos racistas, xenófobos y protectores del orgullo y de la identidad
nacional nos han traído ecos del fascismo histórico, de aquel que echó sus semillas y creció entre
1919 y 1945. La historia avisa, aunque muchos, lejos de tomársela en serio, prefieren mentar el
fascismo en vano, […]. Nolte, muy influyente en las posteriores aproximaciones revisionistas y del
nuevo consenso, fue mucho más allá y defendió que la ideología y prácticas del Holocausto eran un
reflejo de las purgas políticas de Stalin de los años treinta. En su provocadora sentencia, el gulag fue
anterior a Auschwitz. En una imagen simplificada de la historia, que es lo que gusta a quienes la
ignoran o les interesa solo su uso político en el presente, […]. A partir de esa explicación, en la
que los factores sociales y económicos que condujeron al surgimiento del fascismo interesaban
poco o nada, algunos autores, Roger Griffin entre ellos, pusieron énfasis en la ideología positiva del
fascismo, que no solo buscaba destruir las formas políticas existentes sino crear un nuevo mundo. El
fascismo, además de su parte reaccionaria y ultraderechista, tenía también su lado racional,
revolucionario, una especie de síntesis de ideas de la derecha y de la izquierda, una tercera vía
entre el capitalismo y el comunismo. […] Los historiadores que han aportado análisis empíricos
sobre el fascismo, […], se han alejado casi siempre de ese revisionismo y han destacado sus
componentes antidemocráticos, antisocialistas, paramilitares y ultranacionalistas, su carácter de
religión política (Emilio Gentile), manifestado en la profusión de símbolos y ritos y en el culto a los
mártires. Los fascismos fueron movimientos de masas que nacieron desde la violencia callejera y,
tras conquistar el poder, militarizaron al Estado y a la sociedad. No todos los casos históricos de
fascismo, o sus compañeros de viaje colaboracionistas, tuvieron como componente esencial el
determinismo biológico del nazismo alemán, […], cuando fueron derrotados en 1945 y pudo
hacerse balance, se comprobó que todos se habían sumado a las atrocidades de la guerra
imperialista, los campos de concentración, las cárceles y los asesinatos en masa del contrario
(rojos, judíos, demócratas o disidentes). Y los que los copiaron y sobrevivieron a la era fascista, los
regímenes de Franco y Salazar en España y Portugal mantuvieron durante sus largas décadas de
dominio la misma hostilidad y violencia frente al liberalismo, el comunismo y la democracia. […] Es
probable que el fascismo, como fuerza electoral y paramilitar, continúe siendo marginal en
muchas partes de Europa, pero aquellos que señalan a las minorías étnicas, inmigrantes o
refugiados como chivos expiatorios de los problemas que no pueden solucionar nuestros políticos
y sociedades –y atacan al mismo tiempo a la democracia, al multiculturalismo y a los derechos
humanos–, están sembrando la semilla de un nuevo fascismo, con su rastro de intolerancia, abuso
y esclavitud. No todo lo que se opone a la política establecida es fascismo […], no es necesario
equiparar todas las manifestaciones de violencia política o dictatoriales. Ni mentar el fascismo en
vano. (Casanova 03/01/2018)
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27
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