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COACTIVAS”
I.- EXORDIO
Para ser más claro y directo, ni bien tomé conocimiento por los medios de difusión
masiva de que el Sr. José Ángel ALLENDE, imputado de los delitos de enriquecimiento ilícito,
negociaciones incompatibles con la función pública, y de amenazas y coacciones contra el
suscripto y contra la Ministra de Salud, Sonia Velázquez, había firmado un acuerdo con el
Ministerio Público Fiscal para concluir las cuatro (4) causas imputadas seguidas en su contra
por el mecanismo de JUICIO ABREVIADO previsto en el art. 391º del CPPER, que comprendería
todos los injustos cometidos, me vi compelido a presentar un escrito con el objeto de expresar
y dejar sentada MI EXPRESA Y MOTIVADA OPOSICION A LA ACUMULACION ACORDADA, en
atención a que dichas causas, por ser de distinta naturaleza penal y de diversa sustancia,
deberían tratarse y ser resueltas por separado, a los fines de que se INDIVIDUALICE LA PENA
para cada una de ellas, en el marco legal respectivo, de tal suerte que una no quede
subsumida y prácticamente diluida en la otra, desnaturalizándose disruptivamente el proceso
de Juicio Abreviado, y se INVISIBILICEN DERECHOS DE ESPECIAL PROTECCIÓN
CONSTITUCIONAL E INTERNACIONAL.
Que si bien no he sido informado de los términos y motivaciones de ese Acuerdo, sin
embargo y por lo que trascendió en algunos medios de prensa, se intentan concluir cuatro (4)
causas seguidas contra el imputado por el mecanismo de JUICIO ABREVIADO, que
comprendería todos los injustos cometidos, pese a tratarse de causas de distinta sustancia y
naturaleza penal, con distintos sujetos como víctimas, lo que IMPIDE INDIVIDUALIZAR LA
PENA para cada uno de los delitos, de tal suerte que las amenazas coactivas perpetradas en mi
contra y la responsabilidad penal del imputado relacionadas con ese injusto, quedarían
subsumidas en un una especie de “combo” o juzgamiento a “bulto cerrado” de cuatro
acciones delictivas, una más grave que otra, en una suerte de cambalache jurídico resumido
en una oferta del “4 x 1”.- Tal situación, va de suyo, no sólo que desjerarquiza y devalúa la
sagrada función jurisdiccional, sino que sienta un obscuro y pésimo precedente, no sólo de
paupérrima factura jurídica, sino de desalentador mensaje para la sociedad toda.-
Debe quedar claro como verdad inamovible e inconmovible que José Ángel Allende, a
la sazón Diputado Provincial, sin frenos inhibitorios ni conciencia cívica ninguna, atentó
mediante una velada amenaza hacia mi persona, por un medio público de gran audiencia,
contra todo el periodismo, invocando, sin tapujos y con aviesa intencionalidad, un hecho
gravísimo y trágico consumado en democracia, precisamente a raíz del ejercicio del derecho a
la libertad de expresión: el bestial asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas,
luctuoso emblema de uno de los mayores atentados a la República toda. Incluso, resignificó
con inusitado desparpajo y prepotencia, su desprecio por las normas, al atreverse a negar con
enorme osadía una decisión de la justicia nacional que quedó firme y pasada en autoridad de
cosa juzgada hace ya muchos años: negó infamantemente, en una suerte de apología del
crimen, que Yabrán haya asesinado a Cabezas (Alfredo Yabrán, destaco y recuerdo, fue
imputado por el Juez Federal de Dolores, José Luis MACCHI de haber sido el autor intelectual
de ese atroz homicidio).
Que para ser más preciso y directo VE, debo decir que no se comunicó conmigo el fiscal
Álvaro Piérola quien llevó adelante la investigación, para consultar mi opinión, o explicarme
los motivos de su cambio drástico de parecer. El Fiscal había solicitado -hace dos años- la
elevación a juicio de mi causa y dos años y seis meses de prisión de cumplimiento condicional
para el imputado Allende POR LA GRAVEDAD DEL HECHO ATRIBUIDO; esto MIENTRAS EL
IMPUTADO GOZABA DE FUEROS PARLAMENTARIOS. Con fecha 27 de octubre de 2017, el Juez
de Garantías Mauricio Mayer resolvió LA REMISIÓN y APERTURA DE JUICIO del legajo de
referencia, ante el Tribunal de Juicio y Apelaciones de esta ciudad.
Ahora, luego de la formal elevación a Juicio y CON POSTERIORIDAD A DOS CITACIONES
A JUICIO DEL IMPUTADO, el mismo Fiscal –Piérola- habiendo transcurrido más de dos años y
cuando el imputado no puede “ampararse” ya en sus fueros parlamentarios, ACUERDA UN
JUICIO ABREVIADO ABARCATIVO DE 3 DELITOS MÁS, NO CONEXOS, EN EL QUE SE
ACUMULARÍAN DE ESE MODO CUATRO (4) CAUSAS DE DISTINTA NATURALEZA Y
SUSTANCIA, POR UNA SANCIÓN CASI IDÉNTICA (2 AÑOS Y 8 MESES DE PRISIÓN DE
CUMPLIMIENTO CONDICIONAL), más decomiso de dos bienes y una sanción económica que
nada tienen que ver con el delito perpetrado en mi contra.
La verdad sea dicha, sin ambages, me llama doblemente la atención y molesta mucho
la actitud del Fiscal Piérola: por su radical e intempestivo cambio de posición frente al injusto
del imputado y su absoluta falta de consideración, empatía y descortesía hacia mi persona,
ignorándose rotundamente, me da la impresión, que soy la víctima en esta historia.-
Que si bien es cierto que el juicio abreviado ha sido institucionalizado para garantizar
una administración de justicia más rápida, ello no autoriza, en modo alguno, que deba llevarse
a cabo sobre la base de la vulneración de los derechos de las víctimas, del interés social del
caso y de la propia ley ritual o adjetiva.
Que no ser partidario del punitivismo, como es mi caso, VE, no obsta MI OPOSICIÓN
motivada y racional a que el proceso de Juicio Abreviado sea en base a una ACUMULACION DE
CAUSAS O PROCESOS QUE NO GUARDAN CONEXIÓN ENTRE SÍ. Son distintas sus naturalezas,
modos de comisión, sujetos pasivos (víctimas), tiempos y lugares de ocurrencia. Y aún sin
computar –contra rei-, como se debería razonablemente hacer- que se tratan de dos hechos
de AMENAZAS COACTIVAS y dos hechos de DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACION PÚBLICA
(CORRUPCIÓN), con lo cual se infiere, que al haber sido cada uno de los cuatro injustos
cometidos en distintos tiempos y contra distintas personas, se trata de un mismo u único
sujeto activo (Allende), con evidente propensión inercial a reiterar conductas delictivas.
Debe quedar muy claro VE y como hecho probado palmariamente, que las violentas
amenazas del imputado Allende fueron lanzadas hacia mi persona debido a las publicaciones
periodísticas de NOTICIAUNO sobre hechos que aparecían como irregulares en el Ministerio de
Salud de la Provincia de Entre Ríos, bajo la conducción, en aquel entonces, del Dr. Ariel De la
Rosa. Hechos, que por otra parte y a mayor abundamiento, produjeron una andanada de otros
episodios atravesados por la violencia, el patoterismo y las amenazas coactivas, como una
inveterada metodología del imputado y el grupo sindical más cercano que lo acompañaba
para lograr imponer sus ideas y arrancar decisiones de los poderes estatales, en los que la
facción sindical del imputado tenía cierta gravitación.
La violencia ejercida contra periodistas, VE, tiene un triple efecto: vulnera el derecho
de las víctimas a expresar y difundir sus ideas, opiniones e información; viola los derechos de
todas las personas y la sociedad a buscar y recibir información, y genera un efecto
amedrentador, de silenciamiento y autocensura de comunicadores y comunicadoras, que
desaparecen del debate sobre temas de interés público.
Que es esencial destacar que el derecho vulnerado por el imputado Allende es además
EL DERECHO DE LA COMUNIDAD A SER PLENAMENTE LIBRE. En tal sentido la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que “la libertad de expresión es, en fin,
condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, esté suficientemente
informada. Por ende, es posible afirmar que una sociedad que no esté bien informada, no es
plenamente libre” (Corte IDH, Opinión Consultiva OC-5/85, cit., párr. 70).-
La misma Corte ha señalado que uno de los factores fundamentales que contribuyen a
la impunidad generalizada en muchos casos de violencia ejercida contra periodistas, es
precisamente la falta de voluntad política -comprensiva de todos los poderes del Estado- para
sancionar efectivamente los casos, o incluso la existencia de una cultura de intolerancia frente
a la crítica o la aceptación tácita de los delitos cometidos, especialmente en casos en que la
violencia es cometida contra periodistas que denuncian irregularidades cometidas por
autoridades estatales.
Debe tenerse presente que, aunque cada año el Informe Anual de la Relatoría Especial
documenta cientos de amenazas y ataques contra periodistas de distintos puntos de la región,
LO MÁS GRAVE, es que dichos informes no consiguen reflejar la verdadera gravedad de la
situación, ya que a menudo es difícil registrar en qué medida los periodistas apelan a la
autocensura para evitar convertirse en una lamentable estadística. En estos casos, quienes
atacan a periodistas con la finalidad de silenciarlos consiguen sus propósitos ilícitos en el
futuro sin necesidad de recurrir a la violencia, ya que la amenaza de violencia es de por sí tan
grave que los periodistas optan por el silencio.
La debilidad de las instituciones estatales, entre ellas la Justicia, deja a los y las
periodistas sin una protección efectiva contra los ataques perpetrados y el efecto inmediato es
la autocensura.
Los altos niveles de violencia contra periodistas pueden explicarse, al menos en parte,
por la impunidad de que han gozado los responsables de estos ataques.
Tanto la Comisión como la Corte, al referirse al efecto amedrentador que los ataques
contra periodistas tienen para otros y otras profesionales de los medios de comunicación, así
como para los y las ciudadanas que pretenden denunciar abusos de poder o actos ilícitos de
cualquier naturaleza, señala que podrá evitarse “mediante la acción decisiva del Estado para
castigar a quienes resulten responsables, tal como corresponde a su obligación bajo el
derecho internacional y el derecho interno”.
Debe atenderse VE a la trascendencia social, cultural y política del mensaje que dejará
para el presente y postrer generaciones el servicio de justicia, si queda subsumido y licuado,
sin saber con precisión cuál es la pena individual –aunque sea ínfima y en suspenso- que se le
aplicará como sanción o retribución para cada uno de los injustos que se le endilgan al
ciudadano Allende, como de qué manera el imputado reparará cada uno de ellos, teniendo en
cuenta muy especialmente -para definir su gravedad y significación- el rol institucional que el
encartado cumplía en el momento en que llevó adelante la comisión de cada uno de los
delitos enrostrados y probados –sobre los cuales habría reconocido expresamente ser el autor
material-, como de los bienes jurídicos tutelados, en los casos: la incolumnidad de la hacienda
pública y su correcta y transparente administración, como la libre determinación de las
personas, la cuestión de género y los derechos a informar libremente y a ser informados.
Aunque sólo deba limitarme VE al hecho que a mí concierne en este escrito, por ser un
hombre de bien y periodista no puedo dejar de expresar PREOCUPACIÓN y ZOZOBRA, cuanto
menos, por el liviano, confuso y contradictorio tratamiento que el Ministerio Público Fiscal,
con su decisión de abreviar y unificar primero, y omitiendo toda mención al tema después en
medios de prensa, ha dado a los gravísimos y repudiables delitos perpetrados contra la Sra.
Sonia Velázquez, en su condición de mujer, y de ese modo ejercidos contra todas las mujeres
(delito cometido en el contexto de violencia género, condición que agrava y resignifica el
injusto). Guardar silencio sería adherir a la “invisibilización de los delitos cometidos en un
contexto de violencia de género”.
Imaginemos por un instante, acasos como un sano ejercicio de consciencia y
responsabilidad cívicas, aunque también con sentido interpelador a los decisores del servicio
de justicia, que si el ex diputado Allende, no ha tenido reparo alguno en llevar adelante
actitudes patoteriles y de amedrentamiento incalificables, de modo ostensible y públicamente
contra la Ministra de Salud Sonia Velázquez y el suscripto, en mi condición de periodista, qué
lo podría detener ante una ciudadana o ciudadano común, sin el alto conocimiento público de
una Ministra y un hombre de prensa? Interrogante que, por obvios motivos, me relevo de
responder, pero que deberían hacérselos V.E. al momento de resolver.-
A propósito y sólo para tener una idea de cómo ha reaccionado la justicia en otras
jurisdicciones del país ante hechos similares, me permito traer a colación un fallo ejemplar, del
Tribunal de la Cámara 4ª del Crimen de Córdoba – fallo confirmado por el Tribunal Superior de
Justicia de esa provincia 2018- que condenó a dos años y dos meses de prisión de ejecución
condicional e inhabilitación para ejercer cargos públicos al exjefe de la Policía de esa
provincia, Julio César Suárez, por el delito de coacción contra el periodista Dante
Leguizamón. El tribunal consideró, con ajustado criterio y encomiable sentido de justicia, que
las amenazas hacia un periodista constituyen un grave atentado a la libertad de expresión.
El periodista había denunciado violentos operativos de la fuerza policial, tras lo cual, el ahora
condenado dirigió mensajes amenazantes al periodista. Entre ellos, la frase “ya me voy a
encargar de vos”.-
El aludido fallo, muy similar a este caso, pone especial énfasis y atención en la calidad
del imputado (funcionario público), naturaleza del injusto y bien jurídico protegido y calidad –
rol de la víctima, para evaluar el reproche punitivo y qué circunstancias especiales resignifican
el injusto.-
En el caso del imputado José A. ALLENDE se licuan y funden cuatro injustos, cuyas
penas en abstracto generan una escala punitiva de entre dos (2) años de mínima y 16 años de
máxima de prisión, siendo inentendible y asaz injusto entonces la unificación de causas y
mucho más aún, la pena impuesta de 2 años y 8 meses, casi “pegada” al mínimo, siendo que
este hecho se superlativiza, insisto con deliberada repitencia, por varios motivos que
necesariamente deben merituarse a la hora de mensurar el reproche punitivo: cantidad de
injustos, naturaleza y bienes jurídicos protegidos, calidad del sujeto activo y de las víctimas.
Por las consideraciones vertidas supra, tenga por oportunamente deducida mi personal
OPOSICIÓN a la acumulación de causas como a la pena pactada, reiterando la petición- que
hace a mi humano y constitucional derecho como víctima del injusto- de que este memorial
sea íntegramente leído en la audiencia respectiva por Secretaría del Tribunal, antes de la
deliberación de los Señores Jueces.-
Estoy persuadido, y así deseo manifestarlo, que está en vuestras manos la inmejorable
oportunidad de hacer justicia y poner las cosas en su lugar, resolviendo la inconveniencia de
este acuerdo de juicio abreviado, por la enorme inequidad que conlleva y el desalentador
mensaje que transmite a una ciudadanía cansada y hastiada de tanta impunidad y malos
ejemplos.
Proveer de conformidad. SERÁ JUSTICIA.