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Vicente Filisola

La Guerra de Tejas

Vicente Filisola nació en Italia, pero por razones del destino, termino viviendo
primero en España y luego en México. Sus acciones están mas dirigidas a las
hazañas militares, en 1806 se une al ejercito de la Nueva España donde cumple
con sus funciones escalando poco a poco en los rangos militares. Después de la
independencia, fue gran seguidor de Iturbide donde actuó bajo sus ordenes
luchando por el en Chiapas y Guatemala. Tiempo después, con Santa Ana, estuvo
al frente de grandes batallas en el norte, vivió en carne propia la batalla de Texas
y su emancipación del territorio mexicano. Muere en 1850 gracias al colera.

Sus escritos son diversos y de forma pelicular, él no se basa en otros autores para
poder crear sus textos, el no utiliza fuentes o trata de fundamentar sus argumentos
juntándolos con los de otras personas. Lo único que utiliza son sus memorias
acerca de los eventos los cuales el describe en cada uno de sus escritos. Podría
decirse que el en realidad está escribiendo relatos, anécdotas de guerra,
contestaciones, cartas, manifestaciones de su sentir e incluso se podría decir que
se basa en sus bitácoras por la exactitud en la que narra los sucesos. Sus textos
están basados en su vida al 100%, narrando su experiencia al sur en Chiapas y
Guatemala con su escrito “Manifiesto del General Filisola sobre su expedición a
Guatemala” en 1824 y también tenemos los relatos que hace sobre su experiencia
en el norte, en este caso de Texas con su texto “Memorias para la Historia de la
Guerra de Tejas” en 1848, el cual, este último texto es del que vamos a hablar.

Desde el inicio, la llegada al territorio texano fue muy complicada, a su mando


tenía a un batallón compuesto de un cañón reforzado, cincuenta caballos y cercad
e 800 hombres listo para la batalla. En su camino, se encontraron con un pequeño
arroyo el cual causo un poco de conflicto ya que murieron algunas mulas y se
perdieron algunas cosas de equipaje. Lo interesante de este suceso, es la forma
en la que lo cuenta, como si fuera una experiencia por así decirlo “Graciosa” que
le paso al batallón, clara prueba de que el mismo Filisola estaba presente cuando
esto sucedió.
El territorio texano era diverso al inicio de la expedición se enfrentan a un territorio
rudo, fangoso, donde solo había puro llano en la zona que Filisola transitó,
después de pasar por esta zona, se encontraron con un bosque denso, cosa que
ocasiono después que sufrieran una emboscada. De clima lluvioso e impredecible,
los saldados avanzaban poco a poco hasta el próximo pueblo, donde, aunque el
mismo Filisola no lo narre con exactitud, da entender que eran lo que justamente
se había mencionado más de una vez, eran un ejército que arrasaba con cualquier
cosa que se pusiera en su camino, puesto que narra al encontrarse una hacienda
o alguna casa con muchas provisiones, la saquean e inmediatamente después, le
prenden fuego. El ejército mexicano por su parte, hizo todo lo que estaba en sus
manos para poder lograr la guerra, lucharon ante todas las adversidades y
seguían las reglas de sus comandantes en mando. Todos eran importantes en el
campo de batalla, todos se brindaban soporte entre ellos, y si algún pelotón quería
desertar, significa la muerte, tal cual tenemos con el caso del pelotón que salió de
Toluca. Si ellos dejaban sus puestos, lo más probable es que todos los demás
hubieran muerto. Ningún general arriesgaba de más y cada acción era pensada
con el único propósito de obtener el mejor resultado. Aunque es cierto, el
nepotismo era lo que reinaba en las filas del ejército, lo dice el General Castrillón,
ya que, en su momento, sufrieron por tener al ejercito en un punto franqueable.
Castrillón argumenta que si por el fuera, no estarían ahí, pero el no da las
ordenes, si no, que todo eso esta basado en “Capricho, la arbitrariedad y la
ignorancia de ese hombre” refiriéndose a su líder.

Al final no se menciona como tal la perdida de Texas, pero si menciona como su


batallón fue perdiendo la guerra gracias a la impresionante cantidad de enfermos y
lo vulnerable que se había convertido su brigada. A falta de equipo médico, las
enfermedades y las heridas iban consumiendo a todos sus hombres. La vida
militar era horrible, pasaban noches sucios y quedaban impregnados de fetidez,
esto debido a que los soldados no expulsaban más que deshechos y sangre. La
lluvia y luego el calor termino rematando a gran parte del ejército.
Fuente
Vicente Filisola, “La guerra de Tejas” en Ernesto de la torre y Villar, Lecturas Históricas Mexicanas,
1988. Vol. II, pp. 196-202.

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