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El brote del coronavirus, que estalló en la ciudad de Wuhan, en China, y que ha cobrado la vida de
más de dos centenares de personas, se ha extendido a más de una veintena de países de distintos
continentes, entre ellos América.
La crisis sanitaria impactó los mercados financieros. La semana pasada, las bolsas del mundo
cayeron. Los precios del petróleo también experimentaron sus mínimos en tres menos como
consecuencia de la expansión del virus.
De hecho, el economista jefe de Moody's Capital Markets Research, Inc., John Lonski, alertó que
una pandemia de coronavirus sería "peor" que la crisis financiera mundial y la gran recesión que se
registró en 2008-2009.
“Las expectativas de una aceleración del crecimiento mundial al 3.3% en 2020 ahora están siendo
desafiadas por lo desconocido del coronavirus”, apuntó Lonski en una publicación de Moody's
Analytics que cuelga en su página web.
En la última semana, al menos nueve aerolíneas (British Airways, Lion Air, Lufthansa, Iberia, United
Airlines, American Airlines, Egyptair, Air France, Seúl Air y Delta Airlines) suspendieron sus vuelos
desde y hacia China. Otras han reducido el número de viajes. La aerolínea Air China también
anunció la suspensión temporal de su vuelo Houston-Panamá-Houston, programado para este fin
de semana. La aerolínea vuela a Panamá los jueves y domingo.
En caso de que China frene su oferta y su demanda, la economía mundial podría experimentar una
desaceleración. Los principales socios comerciales de China también se perjudicarían. “Si disminuye
el consumo, se afecta la cadena de suministro...”, expresó Chapman.
Un analista financiero vinculado al sector gubernamental, que pidió reserva de su identidad, prevé
que disminuya la demanda de bienes y de productos del comercio internacional en China como
consecuencia del coronavirus.
Incluso, si el virus se detuviera mañana, ya existe un impacto negativo a corto plazo en la industria
del turismo y en el comercio mundial. “Hasta ahora las consecuencias negativas que puede tener el
coronavirus en la economía mundial no se han calculado. Pero lo que sí se sabe es que hay un efecto
negativo en los hoteles, cruceros, restaurantes y aerolíneas y todos los que dependen de ellos", dijo
el economista Rolando Gordón.
El Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por sus siglas en inglés) dejó entre noviembre de 2002
y julio de 2003 alrededor de 800 fallecidos y le costó a la economía mundial un estimado de $33,000
millones, el 0.1% del PIB mundial.
El número de afectados por el coronavirus de Wuhan, China, ya alcanza los 11,890, y supera el total
de casos reportados con la epidemia del SARS en 2003 en todo el mundo, 8,096, alertó la semana
pasada la Organización Mundial de la Salud (OMS).Más de 250 personas ya han fallecido a causa de
la enfermedad en el país asiático.
El coronavirus ya alcanza todo el territorio de China y ya salió de sus fronteras. Una veintena de
países registran infectados: Japón, Tailandia, Singapure 0, Vietnam, Malasia, Corea del Sur,
Camboya, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Rusia, España, Canadá, Estados Unidos, entre otros,
reportan contagios.
Y aunque los economistas están conscientes de que las proyecciones que se puedan dar sobre los
efectos que causaría el coronavirus a la economía mundial son muy preliminares, en una publicación
de france24.com con información de las agencias Reuters y EFE, Daniel La Calle, PhD en Economía y
profesor en la Escuela de Inteligencia Económica (IE Business School), señaló que si se toma como
referencia el impacto económico global del SARS en 2003 y se compara con el coronavirus actual, el
impacto se podría situar entre un 0.7% y un 0.1% del PIB mundial.En 2019, el peso de China en la
economía mundial fue de $14 mil millones. El país asiático representa el 18% del producto interno
bruto (PIB) mundial, del cual una gran parte equivale a las exportaciones mundiales.
La ciudad china de Wuhan es, además, sede de los principales productores nacionales de
automóviles y acero, en la que más de 300 de las más de 500 principales empresas del mundo tienen
presencia.
Mis respuestas
1. El 14 de abril 2020 el Fondo Monetario Internacional público un informe en donde ponen cifras del
deterioro económico que se está produciendo a nivel mundial debido a la expansión de la Covid-19.
Si hasta ahora solo se intuía que la contracción económica en la que estamos podría ser mayor que
la experimentada durante los primeros momentos de la crisis financiera de 2008, ahora ya tenemos
la certeza que nos enfrentamos a un shock sin precedentes desde la Gran Depresión de los años
treinta del pasado siglo. En efecto, el FMI considera que el PIB mundial se contraerá durante este
año un 3%, frente al 0,1% que lo hizo 12 años atrás. Además, mientras que entonces el desplome se
focalizó en las economías más avanzadas y muchas de las consideradas emergentes sólo se
enfrentaron a una desaceleración más o menos pronunciada, en este caso, nadie evitará la recesión,
al menos, durante uno o dos trimestres, aun así, sorprende que, en general, la intensidad del crash
vaya a ser, otra vez, mayor en las economías avanzadas, un 6,1% en promedio, mientras que las
emergentes y en desarrollo apenas se contraerían un 1% durante este año. Además, un puñado de
ellas, entre las que se hallan las de varios países africanos, acabarían el ejercicio con crecimiento
positivo.
2. Se prevé una reducción del comercio mundial en 2020 de entre el 13% y el 32% como consecuencia
de la perturbación de la actividad económica normal y de la vida causada por la pandemia de COVID-
19 en todo el mundo. Las estimaciones de la recuperación prevista en 2021 son igualmente inciertas,
ya que los resultados dependerán en gran medida de la duración del brote y de la eficacia de las
respuestas en materia de política. Es inevitable que la conmoción económica causada por la
pandemia de COVID-19 invite a hacer comparaciones con la crisis financiera mundial de 2008-2009,
se han cerrado sectores enteros de las economías nacionales, como los de los hoteles, los
restaurantes, el comercio al por menor no esencial y el turismo, así como partes importantes del
sector manufacturero.
La elaboración de previsiones exige establecer hipótesis sólidas sobre el avance de la enfermedad y
recurrir a datos estimados más que a datos comunicados.
hipótesis relativamente optimista según la cual se registrará un acusado descenso del comercio
al que seguirá una recuperación a partir del segundo semestre de 2020
hipótesis más pesimista según la cual se registrará un descenso inicial más pronunciado y una
recuperación más prolongada e incompleta.
En ambas hipótesis, todas las regiones sufrirán disminuciones de dos dígitos en las exportaciones e
importaciones en 2020, salvo en el caso de las "otras regiones" (categoría integrada por África,
Oriente Medio y la Comunidad de Estados Independientes (CEI), incluidos los Estados asociados y los
antiguos miembros). Esta disminución estimada relativamente pequeña de las exportaciones se
debe a que los países de esas regiones dependen en gran medida de las exportaciones de productos
energéticos, la demanda de los cuales se ve relativamente poco afectada por la fluctuación de los
precios. Si se controla la pandemia y el comercio empieza a crecer de nuevo, la mayoría de las
regiones podrían registrar repuntes de dos dígitos en 2021, de alrededor del 21% en la hipótesis
optimista y del 24% en la hipótesis pesimista, si bien en ese caso partirían de mucho más abajo
(cuadro 1). El grado de incertidumbre es muy elevado, y entra dentro de lo posible que tanto para
2020 como para 2021 los resultados reales se sitúen por encima o por debajo de estas proyecciones.
2. Valeria Arias: ¿Y será intensa la recuperación? Pues no lo sabemos, porque, en esta ecuación
coronavírica, aún no somos capaces de despejar la principal incógnita: la duración de los
confinamientos y la manera en que los desconfinamientos se llevarán a cabo. Lo que ya todos
intuíamos y el FMI rubrica es que la vuelta a la normalidad no será tan rápida ni tan intensa como lo
fue el cese de la actividad económica.
Aunque algunas actividades podrían volver a ponerse en marcha en las próximas semanas, existen
muchas sobre dudas sobre cuándo y cómo se reactivarán el ocio, la restauración o el turismo.
Además, no está descartado un rebrote de la pandemia en cualquier momento, lo que nos haría
retroceder varias casillas en esta particular partida.
Independientemente de que el FMI acierte más o menos en sus proyecciones, lo que ya está claro es
que, hasta que una vacuna o algún fármaco sea capaz de conjurar la amenaza a la que nos
enfrentamos, ni nuestra vida, ni la actividad económica serán iguales a las que teníamos antes de la
expansión de la pandemia. Y según parece, para eso todavía faltan unos meses.
Por eso, en el caso de España, es necesario saber de una vez por todas quiénes están infectados,
quiénes no lo están y quiénes ya han superado la enfermedad, al objeto de poder iniciar medidas de
desconfinamiento que nos permitan recuperar el pulso económico con la mayor rapidez y con el
menor daño posible al tejido productivo.