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HERNANDO DEVIS ECHANDIA Presidente de lo Institutos Iberoamericanos y Colombianos de Derecho Procesal Miembro de a Asociacién Internacional de Derecho Procesal y de los Tnstitutos Expatol, Argentino y Mexicano de Derecho Procesal. Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Bogots, Colombia, TEORIA GENERAL DEL PROCESO APLICABLE A TODA CLASE DE PROCESOS Nociones GENERALES. SusETOS DE LA RELACION JURIDICA PROCESAL. OBJETO, INICIACION, DESARROLLO Y TERMINACION DEL PROCESO Tercera edicién revisada y corregida Reimpresion EDITORIAL UNIVERSIDAD TRWaDAvin 1225 - C1vDAp oe BUENOS AIRES CaviruLo XXV TEORIA DE LOS ACTOS PROCESALES 221. Nocién general. Los actos en que se descompone el proceso tienen un aspecto comin: producen efectos juridicos. Por consiguiente, se trata de hechos jurfdicos como todos los que tienen importancia para el derecho, es decir, de hechos juridicamente relevantes, y se disti guen en actos juridicos procesales y simples hechos procesales, segiin intervenga o no la voluntad humana ™”, Por lo tanto, los actos procesales son simplemente actos ju- ridicos que inician el proceso u ocurren en él, 0 son consecuencia del mismo para el cumplimiento de la sentencia con intervencién del juez ™. Debe existir una relacién inmediata y directa entre el acto y el proceso para que se trate de actos procesales, porque existen actos juridicos que pueden servir para el proceso y que, sin em- argo, no son actos procesales, tales como el poder que se otorga a un abogado para demandar u oponerse a una demanda, como el contrato que sirve de titulo ejecutivo, como el pago que puede ser alegado para demostrar la falta de derecho en el demandante, ete. Y son hechos procesales los que no se originan en la voluntad de una persona, pero ocurren durante el proceso y producen efec- tos jurfdicos en'él. Con un criterio muy amplio se pueden consi- derar como tales, la muerte de una de las partes, su enfermedad, la destruccién por fuerza mayor del expediente o de piezas de éste, el transcurso del tiempo que puede producir la caducidad 0 pe- *® Calamandrei: Estudios sobreel proceso civil, Buenos Aires, 1945, ps. 369 ys °% Chiovenda: Principios, Madrid, 1922, t Il, p 281; Carnelutti: Sistema, ed. cit, t TT, ps. 3-145, e Instituciones, ed, ett. I, ps. 298-300; Guasp: Derecho rocesal civil, Madrid, 1962, ps, 283-294; Enrique Vescovi: Derecho procesal civil, Madrid, t. Ill, Montevideo, Eis. idea, 1975, ps. 7 a 52. COO 374 [TEORIA GENERAL. DEL. PROCESO renci6n, la fuerza mayor, por ejemplo, la muerte o enfermedad del apoderado o de ciertos parientes para los efectos de la suspensién del término 0 del proceso. Mas los actos procesales no se limitan a los que provienen de las partes, porque también el juez es sujeto de la relacién procesal y es autor de muchos de suma importancia, sin los cuales el proceso serfa imposible. Los secretarios y sus subalternos eje- cutan otros actos procesales, como notificaciones y traslados. Puede decirse que el acto procesal de las partes por ex- celencia, que sdlo se concibe como propio de ellas, es la demanda; y que el acto especial del juez, que sélo de é1 puede venir, es el proveimiento; es decir, tan propio es de la parte demandar como del juez proveer, y no Se concibe a éste demandando, ni a aquélla dictando providencias. Los actos de los terceros intervinientes pueden considerarse como actos de partes, una vez que son admitidos en el proceso. Existen actos de terceros ajenos al proceso, que producen efectos juridicos en éste, y son, por lo tanto, actos procesales, como Jas deciaraciones de testigos, los dictémenes de peritos, la rendi- cién de cuentas de secuestrés, ete. 222, La intencién, la violenc actos procesale: el dolo y el fraude en Ios Puede cxistir discrepancia no intencional entre el acto y la voluntad en los actos procesales de las partes, por error personal ‘opor el dolo de otra parte. Si de los hechos enunciados o del conjunto del escrito resulta posible conocer la verdadera intencién que tuvo 1a parte, el juez debe darle preferencia sobre el tenor literal; en los demas casos, el juez tendra que atenerse al contenido del memorial © a la peticién verbal que se le ha presentado ™, Es decir, el juez puede interpretar los escritos y las ale- gaciones de las partes, inclusive la demanda y su contestacién, Ia proposicién de excepciones y el recurso que se quiso interponer, estudidndolos de conjunto y buscando su verdadero contenido Jurfdico; pero una vez interpretado adecuadamente el acto de la parte, el juez debe atenerse a él, sin que la circunstancia de haber sido producto de un error pueda suplir el que dejé de ejecutarse en su lugar o sirva para no tener en cuenta el ejecutado. ™ Guasp: ob. cit, ps. 285.284; Corte Suprema: 3 setiembre 1937, C. J 1 XLV, niim. 1927, p, 488; 16 noviembre 1957, t. LXX, nlims, 2107-2108, p. 787 28 enero 1955, t. LXXIX, aim. 2151, p. 437; 30 abril'y 18 mayo 1955, LXXX nnims. 2159-2154, ps. 108 y 26; 14 febrero 1957, t. LXXXIV, nim, 2177, p55 THORIA DE_LOS ACTOS PROCESALES 375 Sin embargo, en los actos probatorios (confesién, testimonio, peritacién, inspeccién), la prueba del error conduce a modificar sus efectos procesales, pues dejaran de tener eficacia probatoria, Muy especial es el caso de los actos unilaterales que cual- quiera de las partes ejecuta en el proceso con mala fe, para producir efectos perjudiciales a otra o en busca de la dilacion de los tra- mites, ¢ inclusive con el dnimo de engafiar al juez y de hacerle formular declaraciones improcedentes. Esa mala fe da lugar a multas, a la imposicién del pago de las costas e inclusive a la condena de indemnizar perjuicio (véanse ntims. 25 y 188), ademas de sanciones disciplinarias al abogado y a investigacién penal, pero en nada afecta la validez procesal del acto de la parte ni del ‘que realice el juez como resultado de aquél, si queda ejecutoriado por no interponer la otra parte oportuno recurso (véase ntim, 256). Es decir, el remedio radica en el buen criterio del juez y en los recursos Es importante recordar que si la sentencia ejecutoriada se dicté por cohecho, colusién, violencia o fraude, existe el recurso extraordinario de revisién (véase mim. 316), sin que importe que ambas partes hayan consentido o fraguado, con el consejo 0 in- tervencién o por falta de asesoria de sus apoderados, dicho fraude. Lo mismo ocurriré si en el proceso se presenta la colusién de los abogados, en perjuicio de una de las partes, aun cuando ésta haya consentido ese grave ilicito por consejo de su apoderado o a falta de la asesoria que éste estd en el deber de suministrarle para disuadirla de tal maniobra. Si bien el fraude que de comtin acuerdo realicen las partes en él 0 con el proceso, generalmente en perjuicio de terceros, no lo vicia de nulidad ™, el juez debe investigarlo si sospecha que existe y tratar de impedir que surta sus efectos, ademas de pro- curar su sancién penal (es un caso de estafa procesal y por tanto un delito). La sentencia que se dicts como resultado del fraude debe tener revisin extraordinaria, como vimos. Si la violencia se ejerce sobre una de las partes, para que no ejecute determinado acto procesal (como la peticién de una prueba © Otros patses y algunos autores aceptan la nulidad por el principio ‘fraus ‘omnia corrumpit”, En ese sentido o como motivo de revocacién aun después de ‘jecutoriada la sentencia, se pronuncian: Enrique Véscovi: Derecko pracesal civil, Montevideo, 1975, t. I, p. 25, y Fraude procesal, en “Revista de Estudios Pro- cesales", de Rosario, Argentina, tl, p. 1; Couture: Revocacion de los actos pro- cesalee fraudulentos, en Estudios, ed, cit, t Ill, . $87; Gelsi Vidart: Nocisn de fraude procesal, en "Revista de Derecho Procesal Iberoamericana”, 1970, p. 7; Devis Bchandia: Fraude procesal, en “Revista de Derecho Procosal Iberoameri na’, octubre-diciembre 1970, pa. 743 a 758, 376 PROCESO © la interposicién de un recurso), estaremos en presencia de una fuerza mayor; queda también el camino del denuncio penal y de Ja queja para la sancién por falta de ética profesional (lo wltimo si se trata de un abogado). Si Ia violencia produjo la ejecucién de un acto procesal (como un desistimiento o el allanamiento a la demanda 0 el saneamiento de una nulidad), puede plantearse en el mismo proceso la nulidad, siempre que no haya concluido, asi- milando el caso al de falta de capacidad de la parte *". Ademés, si la sentencia final fue producto de la violencia, debe darse el recurso de revisién extraordinaria 223, Requisitos del acto procesal. Los actos procesales estén sujetos a requisitos; unos se re- fieren al fondo y otros a su forma; unos son subjetivos y otros objetivos. Entre los requisitos de fondo se tiene, en primer lugar, la capacidad juridica de la persona que los ejecuta y su debida’re- presentacién en caso de que no obre personalmente. Por otra parte, es necesario que su autor tenga la especial legitimacién para cada acto procesal que realice y que éste sea idéneo para el fin que con él se persigue. Los primeros son requisitos para la validez del acto, y los tltimos para su eficacia Pero la ley sefiala no sélo quiénes pueden ejecutar actos procesales, sino también las formalidades que éstos deben reunir, es decir, cémo, cudndo y dénde deben ejecutarse. Estos son los requisitos de forma. Se incluye en éstos el debido procedimiento, cl papel oficial, el lugar donde deben ocurrir, el idioma obligatorio, Jas firmas y la oportunidad para su ocurrencia o factor de tiempo © término procesal. Algunos de esos requisitos se reficren al sujeto que ejecuta el acto y otros al acto mismo. Los primeros se Ilaman subjetivos y los segundos objetivos *%, por ejemplo: son subjetivos la capa- idad, la representacién y la legitimacién; son objetivos los que constituyen formalidades del acto mismo mencionado en el parrafo anterior. * Guasp: ob. cit, p. 285. ** Guasp ob. cit, ps. 278-288; Mario Aguirre Godoy: Derecho procesal cv, Guatemala, 1973, tL ‘TeORIA DE LOS ACTOS PROCESAL 3m7 224. Importancia y efectos de las formas procesales. De lo dicho en cl parrafo anterior se infiere que los actos procesales estan regulados por la ley en cuanto a su forma, y que ni las partes ni el juez pueden escoger libremente el modo ni la oportunidad de lugar y tiempo, para realizarlos. Es lo que cons- tituye el principio de la obligatoriedad de las formas procesales. La ley fija el modo como el acto ha de cumplirse: escrito u oral, en papel comin o en papel oficial, personalmente o por intermedio de apoderado, ante el juez o sin él, ete.; el tiempo en que debe ojecutarse: antes de iniciado el proceso o después, en la primera o en la segunda instancia, dentro de un término preciso, etc.; el ugar donde debe celebrarse: en el recinto del juzgado o fuera de él, durante una diligencia o posteriormente por escrito presentado al juzgado, ete.; el sujeto que debe ejecutar el acto y también a menudo, el orden en que debe sucederse, en relacién con los otros actos del proceso, por ejemplo: la contestacién de la demanda debe seguir a ésta; el traslado se surte a partir de la notificacién, etc. El requisito “tiempo” da origen al concepto de términos procesales, que respecto de las partes produce la preclu sion de las oportunidades para ejecutar ciertos actos 0 ejercer determinados derechos procesales (véase nim. 12, punto 6). Los efectos del incumplimiento de esas formalidades legales de los actos procesales pueden ser dos: Ia nulidad de lo actuado ola pérdida de la oportunidad para ejecutarlos (véase ntim, 326). No se crea que estas formalidades de los actos procesales, obedecen a simples caprichos, 0 que conducen a entorpecer el procedimiento en perjuicio de las partes. En realidad se trata de una preciosa garantia de los derechos y de las libertades indiv duales, pues sin ellas no se podria ejercitar eficazmente el derecho de defensa ™. Couture opina que una de las garantias constitucionales mas importantes es la del debido proceso con sus secuelas de la ga- rantia de defensa, de peticién, de prueba y de igualdad ante los actos procesales **'; nuestra Constitucién Nacional lo consagra en el art. 26. Nada de esto se conseguiria sin la previa regulacién de las formalidades de los actos procesales, que son la tinica manera de hacer efectivas esas garantias ® Piero Calamandrei: ob. cit, p. 245; Carnelutti: Bstudios de derecho procesal civil, Buenos Aires, 1952, p. 108; Sistema, ed. cit, t. TIL, p. 198, Mon- tesquieu: citado por Carlos A. Leites: La forma de los actos en el proceso, Buenos Aires, 1955, ps. 18-92. Couture: Estudios, Buenos Aires, 1948, tI, ps. 18-24 378 ‘Teonta GENERAL DEL PROCESO _ La naturaleza de las formas procesales no es otra que Ia de la ley procesal, es decir, son de derecho publico, de orden publico e imperativas (véase ntim. 2). Igualmente, la vigencia en el tiempo y en el espacio de las formas procesales, no es cosa distinta de la vigencia de la ley procesal (véanse ntims. 14-16). 225. Clases de actos procesales. En cuanto al sujeto, existen actos procesales del juez, de los subalternos de éste, de las partes, de los terceros intervinientes y de auxiliares de la justicia (como secuestres, sindicos, peritos, testigos) Los actos procesales del juez pueden ser providencias que pronuncia en el proceso 0 actos diferentes como oficios librados a particulares o a otras autoridades, y despachos también diri- gidos a otras autoridades para que practiquen una diligencia 0 expidan una copia Las providencias que dicta el juez pueden ser simples érde- nes de tramite, que suelen denominarse autos de sustanciacién (véase ntim. 253), 0 decisiones sobre cuestiones de fondo (actos decisorios), que se subdividen en sentencias (cuando le ponen fin normal a la instancia, porque resuelven sobre las pretensiones contenidas en la demanda y las excepciones de fondo opuestas a aquéllas; y también las que resuelven los recursos de casacién y de revisién), y en autos 0 providencias interlocutorios que son decisiones pronunciadas en el curso de las instancias 0 del trémite de los recursos extraordinarios de casacién y revisin, o para el cumplimiento de la sentencia en el mismo proceso, sobre puntos que no son de simple tramite, que contienen alguna cuestion de fondo distinta de resolver sobre las pretensiones de la demanda y las excepciones de fondo o mérito opuestas a ellas y que en ocasiones le ponen fin al proceso, por ejemplo, cuando se declara su perencidn o caducidad o se acepta una transaccién total o el desistimiento de la demanda o del recurso de apelacién o casacién contra la sentencia, Desde otro punto de vista, pueden calificarse los actos pro- cesales, tanto del juez como de las partes, segtin el momento en que se ejecuten y el fin que persiguen, ast: 1a) actos introductorios, 0 que inician el proceso, como la demanda, el auto del juez que la admite y ordena su traslado al demandado y la contestacién de éste; el auto que ordena iniciar el sumario 0 la investigacién penal; ‘ 4) actos de impulso procesal, que hacen transcurrir al pro- ceso por sus distintas etapas y lo conducen hacia la sentencia; ©) actos probatorios, que se relacionan con la peticion, pre- sentacién, aceptacién, decreto y practica de las pruebas; d) actos decisorios, que corresponden exclusivamente al juez y se dividen, como vimos, en autos interlocutorios y sentencias; e) actos para la terminacién del proceso que pueden ser de las partes (el desistimiento de la demanda o del recurso de ape- lacién contra la sentencia de primera instancia o del recurso de casacién contra la sentencia de segunda instancia proferida por un tribunal superior) o del juez (la sentencia, aunque si ella es apelada o recurrida en casacién, s6lo la del superior le pone fin al proceso); « un anta interloentario que declara la nulidad total del proceso, 0 una caducidad o perencién del mismo, o acepta un desistimiento de los mencionados antes, 0 una transaccién total. El fin natural del proceso ocurre con la sentencia; los demas casos son de terminacién anormal o especial (véase cap, XXXIV). 226. EI negocio juridico procesal Seguin ensefia Chiovenda ®, debe reconocerse el cardcter de negocio procesal a aquellos actos cuyos efectos se hallan li- gados por la ley a la voluntad de las partes; tales son, en general, Tas declaraciones de voluntades unilaterales 0 bilaterales que estan dirigidas a producir, modificar o extinguir derechos pro- cesales, Por lo tanto, son negocios juridicos procesales los nom- bramientos de rbitros y de peritos o de secuestres cuando la ley permite que los hagan las partes, 0 cl saneamiento de una nulidad, 0 el desistimiento, o la transaccién efectuada dentro del proceso, ete. Es una nocién no sélo aceptable, sino muy dtil, en el derecho procesal *: Caracteristica comin de los negocios juridicos es que el efecto Juridico no se produce si el interesado no lo quiere. En ocasiones, el interesado determina la extensién del efecto juridico o sus condiciones, y entonces se lama negocio discrecional, como sucede en el compromiso para someter un litigio a arbitramento y en el acuerdo para designar secuestre o en el nombramiento del defen- sor. En otros casos el interesado puede hacer producir 0 no el efecto juridico, pero no sefialar el aleance que tenga, porque la ley lo determina precisamente, y se llaman negocios vinculativos, como cuando se sanea una nulidad o se allana un impedimento del juez. * Chiovenda: Principios, ed. cit, 11, adm. 52 3 Roceo: Trattato, ed. 1966, t. Ii, ps. 207-212. 380 ‘También se subdividen en negocios jurfdicos procesales uni- laterales y bilaterales, segtin que sean el producto de una mani- festacién unilateral de voluntad (como en las renuncias expresas a ciertos derechos procesales), o de una bilateral, como sucede en Jos nombramientos de peritos o secuestres hechos en comin por las partes, en el mutuo allanamiento de nulidades o de impedi- mentos en el concordato realizado dentro del proceso de quicbra y en el remate de bienes en que la voluntad del funcionario sustituye la del demandado y se une a la voluntad del rematante para efectuar la enajenacién del bien, 227. Nociones de acuerdo y de contrato procesales. Los negocios juridicos procesales bilaterales de que acaba- mos de hablar son convenciones y pueden surgir por la colabora- cién entre las partes (tal como ocurre en el allanamiento de nulidades 0 impedimentos, o en la designacién de secuestre por las dos partes) o por actos de colaboracién entre las partes y el juez, o entre éste y un tercero (como en el caso del remate 0 la venta forzosa en publica subasta). Esas convenciones procesales se dividen en dos grupos: acuerdos y contratos *” El acuerdo procesal existe cuando es necesario que las partes acttien de acuerdo, simultanea o succsivamente: por ejemplo, la renuncia de términos, la suspensién voluntaria del proceso, la designacién de secuestre o sindico. Los ejemplos citados se reficron a acuerdos entre partes Pero también existen entre una parte y el juez, y en Colombia tenemos consagrado el caso de la designacién de un curador ad litem por el menor piber o del partidor en el proceso de sucesién por causa de muerte cuando hay menores, ya que debe ser acep- tada por el juez, quien debe estudiar si es idénea la persona nombrada Hay casos en que para la consecucién de un efecto procesal se necesita una combinacién de actos, que sin duda tienen natu- raleza contractual y cuyo ejemplo tipico lo encontramos en la venta forzosa en publica subasta o remate, Se trata entonces de verda- deros contratos procesales **. Para la aceptacidn de la nocién de contrato en este caso existe yaturalmente la dificultad que pre- Carnelutt: Sistema, ed. ct, t. Il, ims. 435-497, Rocco: Trattato, ed cit, . I, ps. 207-209, * Camelutt: Sistema, ed cit tI, ims. 435-437, e Instituciones, Buenos Aires, 1959, t. II, ps, 698.700 "TeORIA DE LOS ACTOS PHOCESALES 381 senta el hecho de que en vez de concurrir el deudor a la celebracién del acto, lo hace el juez en su lugar; pero esto no es obstaculo para reconocer la naturaleza contractual del acto, porque sencillamente esa igualdad de las partes y de los actos de éstas se exige sdlo para una especie de contrato, eso es, para los de derecho privado, pero no para todos. Sucede que no se trata de un contrato de derecho privado, sino de uno que pertenece a la especie de los contratos de derecho piiblico, que es muy diferente. En relacién con los otros aspectos del contrato, no existe problema: hay una enajenacién y adquisicién de bienes; dos actos de distintas personas que se combinan para producir esos efectos; un objeto y un precio. El datio in solutum, que se presenta cuando el juez no vende los objetos del deudor para pagar con su producto al acreedor, sino que los adjudica a éste, es similar al remate, y debe considerarse como contrato procesal. Lo mismo ocurre en el concordato del deudor insolvente, en los procesos de quiebra del comerciante y de concurso civil, cuando por razén de ese concordato se adjudican los diversos bienes del quebrado a los varios acreedores, y en los concordatos preventivos sin quiebra ni coneurso.

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