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Los mecanismos cerebrales responsables

de las decisiones simples son menos


complejos de lo que se pensaba
aportado por gestaltnet.net —

Las decisiones sencillas no se toman en las zonas del cerebro dedicadas a la cognición,
sino en zonas sensoriales.

Según un nuevo estudio financiado con fondos


comunitarios, las tareas que involucran decisiones sencillas no se procesan en la parte
del cerebro dedicada a aspectos más elevados de la cognición, como por ejemplo la
autoconciencia, contradiciendo la creencia mantenida hasta ahora. En realidad, se
procesan en las regiones del cerebro que reciben estímulos relevantes y controlan la
respuesta del cuerpo ante ellos.

El estudio, publicado en Internet por la revista Nature Neuroscience, fue cofinanciado


mediante el proyecto "Investigations in Brain Sciences Education Network", financiado
a su vez con fondos comunitarios del programa Marie Curie del Sexto Programa Marco
(6PM).

"Es importante comprender el mecanismo de decisión del cerebro en condiciones


normales para entender mejor patologías como el Alzheimer, los traumatismos
cerebrales o el ictus por las que se altera la toma de decisiones", afirmó el profesor
Maurizio Corbetta de la facultad de medicina de la Universidad de Washington (Estados
Unidos). "Queremos pensar que nuestras decisiones son actos conscientes, pero puede
que esta sensación no sea más que una ilusión. Muchas decisiones pueden estar
motivadas de forma más directa y automática en función de lo que sienta nuestro
cerebro en ese momento."

Durante mucho tiempo, hubo investigadores que asumieron que los humanos poseían
una especie de módulo de decisión en su cerebro localizado en el lóbulo frontal, la parte
del cerebro responsable de los procesos cognitivos superiores. No obstante,
investigaciones recientes realizadas en primates han revelado que las tareas sencillas se
realizan mediante mecanismos relativamente simples integrados en las regiones
cerebrales sensoras y motoras. En este nuevo trabajo, científicos de Italia y Estados
Unidos se propusieron comprobar si se producía el mismo mecanismo en humanos.
Sometieron a unos voluntarios a un ejercicio que consistía en diferenciar entre imágenes
de caras y de edificios. Cuando se les mostraba una cara, los voluntarios debían mirar en
una dirección concreta, mientras que si se les mostraba un edificio debían señalar con la
mano en la misma dirección.

"Esta decisión no es automática. Necesita tanto atención al estímulo como control de la


respuesta", explicó el profesor Corbetta.

Distintos grados de ruido oscurecían las imágenes durante el breve espacio de tiempo
que éstas quedaban a la vista. Mientras que los voluntarios realizaban este ejercicio, se
realizó un escáner de sus cerebros mediante resonancia magnética funcional (RMf).

El escáner desveló que la actividad en la parte del cerebro responsable de planear


acciones como los movimientos de los ojos o la mano aumentaba dependiendo del tipo
de imagen mostrada (una cara o un edificio) y el tipo de respuesta que el cerebro
planeaba (movimiento de la mano o de los ojos). Cuando la imagen contenía menos
ruido, situación que facilitaba la decisión, la actividad en la zona del cerebro
correspondiente aumentaba de forma acorde.

"Esto sugiere que las regiones del lóbulo parietal procesaban todas las señales
motoras, sensoriales y de decisión necesarias para decidir y ejecutar lo decidido",
comentó la autora principal del artículo Annalise Tosoni, estudiante de postgrado de la
Universidad de Chieti (Italia). "Por el contrario, ningún área del lóbulo frontal, que
hasta ahora se pensaba que participada del mecanismo de decisión, aumentó de forma
significativa su actividad en el momento de decidir."

"Incluso en el caso de decisiones visuales en cierto modo complejas y arbitrarias,


parece ser que es meramente la cantidad de información sensorial la que hace que el
cerebro se decante por una elección u otra", añadió el profesor Corbetta.

De acuerdo con los investigadores, estos descubrimientos apoyan la idea de "cognición


integrada", en la que las funciones cognitivas abstractas se basan en simples
mecanismos de procesamiento sensomotrices. En otras palabras, "ver y decidir
significa, de hecho, planear una respuesta motora", indican los científicos en su
estudio.

El equipo programa ahora investigar si las decisiones más complejas también se


procesan mediante el mismo mecanismo sensomotriz y si las decisiones se ven
afectadas por la recompensa que el sujeto espera recibir al llevar a cabo decisiones
simples y complejas.

Para más información: Nature Neuroscience y Universidad de Washington en St. Louis,


Facultad de Medicina

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