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REFERENCIA: 130016001128201911241
DELITOS DENUNCIADOS:
I .- PRIMEROS HECHOS
En ese orden de ideas, paso a demostrarle con elementos probatorios como son los
documentos que sirvieron de vehículo para orquestar un impresionante fraude ante
la oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Cartagena, aprovechándose de
estos, la Fundación Mario Santodomingo y así, conseguir mediante actuaciones
ilegales y dolosas, la expedición de títulos a su nombre, sin que medie la voluntad de
2
3.- Como prueba del extravagante fraude y de la afirmación que hago en el párrafo
anterior, le pongo de presente a su Señoría, el escrito de clarificación de la propie-
dad 060-54391 y las que se desprendan de ella, radicado ante la oficina de Registro
de Instrumentos Públicos de Cartagena, entre estos la escritura 580 de fecha 02 de
marzo del 2011, donde también se evidencia las actuaciones dolosas para conseguir
no solamente, los ilegales títulos, sino que, también con la constitución de la escritu-
ra 580, se orquestó un Detrimento Patrimonial al estado, en contubernios con el
Notario y el Registrador de ese entonces, actuaciones que apuntan directamente a la
comisión de conductas punibles, como la de fraude procesal, enriquecimiento ilícito,
detrimento patrimonial del estado, falsedad en documento público y concierto para
delinquir, bajo el entendido, que:
3.2.- Por otro lado, el supuesto vendedor tenía la obligación de pagar el impuesto
predial por el valor total de la venta, es decir, “$23.980.796.000, oo” y no por
$13.035.798.000.oo, como lo registra la Alcaldía de Cartagena de Indias, por medio
de la Secretaria de Hacienda.
Así las cosas, las conductas omisivas del Notario, Registrador, Vendedor y compra-
dor del bien inmueble, apuntan directamente a un Detrimento Patrimonial y por
consiguiente un Fraude Procesal, ante el registro, y con más contundencia a la
conducta de Concierto para Delinquir y Enriquecimiento Ilícito. (dejaron de
pagar aproximadamente 900 millones de pesos)
3.4.- Del simple análisis de la escritura 580, se evidencia sin lugar a equívocos, que
el acto no fue una transferencia a una FIDUCIA ADMINISTRATIVA, sino una
transferencia del dominio de un bien inmueble donde hubo un tradente y un
adquiriente, supuestamente el adquiriente pago la suma de VEINTITRES MIL
NOVECIENTOS OCHENTA MILLONES SETECIENTOS NOVENTA Y
SEIS MIL PESOS M/L ($23.980.796.000,oo) y el tradente adquirió la misma su-
ma, luego entonces, debieron pagar los impuestos por el valor recibido producto
de la venta.
La escritura 580 refleja en sus cláusulas la realidad del acto escriturario, que no es
más que la transferencia del dominio de un bien inmueble a una fiducia, en otras
palabras, quien quedo siendo propietario de los derechos reales es la Fundación Ma-
rio Santodomingo, al patrimonio autónomo denominado “FIDEICOMISO PA-
TRIMONIO AUTÓNOMO FUNDACIÓN MARIO SANTODOMINGO-
FIDUBOGOTA”, veamos:
3.4.- Señor(a) Fiscal, Juez, en esta cláusula se evidencia con contundencia, que la
transferencia de dominio del bien inmueble se hizo a nombre de “FUNDACION
MARIO SANTODOMINGO”, y no a la fiducia mercantil de administración, des-
tacándose en esa cláusula el disfraz al que me refiero en el punto anterior.
3.5.1.- Con la declaración rendida por el Señor Luis González Hernández, tradente
de la escritura 580, queda demostrado que la Fundación Mario Santodomingo trasla-
po el predio que originalmente le vendió el Sr González, dándole una ubicación
diferente en la oficina de catastro o IGAC, para así tener un terreno o bien inmueble
mayor valorizado por el desarrollo que tiene el Sector en Cartagena, diferente al que
tiene el sector en Bayunca, donde realmente se le vendió a la Fundación, eviden-
ciando así, el tener que despojar violentamente a los poseedores que se encontraban
en el predio MAGULLA de la familia Hernández (ASÍ LO DEMUESTRAN LOS
VIDEOS APORTADOS CON ANTELACIÓN)
1.- En el año 1939, fallece el señor Pedro Hernández Altamar, quien dejó en
vida hijos naturales tales como: Ana Teresa, Carlos Manuel, Pabla Bienve-
nida, María, Fidel, Nicasio, Marcial Y José Ángel, reconocidos como tal,
mediante Sentencia de 4 abril de 1940 del Juzgado Primero Civil Del Cir-
cuito de Cartagena, y que de acuerdo con el árbol genealógico de la familia,
Pedro Hernández, vendría siendo el papá del señor Marcial Hernández
Díaz y este a su vez el papá de PEDRO HERNANDEZ DE HORTA y este
es el papa de Manuel Hernández Vergara (mi poderdante), quien ostenta su
condición de heredero y propietario en comunidad, manteniendo en su finca
“MAGULLA, ARENALES Y MEMBRILLAL” posesión pública, pacífica e
ininterrumpida, la cual se encuentra situada en el Corregimiento de Bayunca
de la ciudad de Cartagena de acuerdo al certificado de registro de instrumentos
públicos de Cartagena, certificado de libertad y tradición, matricula inmobilia-
ria No. 060-54391.
2.- En el año de 1940, los legítimos herederos del finado Pedro Hernández
inician un proceso de división, partición y adjudicación en sucesión, ante el
Juzgado Primero Civil del Circuito de Cartagena, quien en sentencia hizo
la división, partición y adjudicación de los bienes relictos provenientes del
Señor Pedro Hernández, sobre tres lotes de terrenos adquiridos y debida-
mente registrados en la oficina de registro de instrumentos públicos de Carta-
gena, los que detallo a continuación:
En otras palabras, señor JUEZ, la entidad competente del Estado para el Re-
gistro e identificación de las personas, mediante la respuesta del 31 de marzo
del 2017, nos comprueba, que los supuestos vendedores de los derechos he-
renciales, y el supuesto comprador de estos que registra la Escritura No. 89
de abril 20 de 1940, sus identificaciones no pertenecen a los otorgantes de la
escritura No 89. La misma suerte de la escritura 89, corren los certificados
de impuestos catastral o predial, que se protocolizan en la espuria escritura,
toda vez, que estos fueron expedidos a nombre de personas cuyas cedulas no
pertenecen a ellas.
En la misma línea y con la misma suerte corren las escrituras 119, 92 y 252
toda vez que tienen las mismas falsedades porque sus otorgantes se identifican
12
con Cédulas que no pertenecen a ellos, y además del análisis de cada una de
ellas se evidencia con claridad meridiana, que no fueron expedidas por un no-
tario legalmente posesionado, ya que no reúne las características que la ley
exigía, para el otorgamiento de la escritura ( Articulo 2595 del Código Civil).
Escritura Pública No. 119 Del 10 De Junio De 1940 expedida por la Notaría
Tercera de Cartagena, mediante esta escritura el señor FIDEL HERNÁNDEZ
DÍAZ (Q.E.P.D), identificado con cédula de ciudadanía 2. 282. 016, supues-
tamente vende al señor ALFREDO DEL CAMPO, quien se identificó con la
cédula No. 1.085.336 la mitad de los derechos herenciales que le quedaban en
la sucesión de su padre PEDRO HERNÁNDEZ ALTAMAR.
Escritura Pública No. 252 del 21 de septiembre de 1940, expedida por la No-
taría Primera de Cartagena, protocolización de una sucesión del causante PE-
DRO HERNÁNDEZ, quien falleció el 19 de noviembre de 1939 y la Senten-
cia de Sucesión tiene fecha de septiembre 21 de 1940.
Código Civil:
tervenido en el acto o contrato o de las que firman por ruego de aquellos que
no puedan o no sepan hacerlo; y las firmas enteras de los testigos instrumen-
tales y del notario.” (Fuera de texto)
Ahora bien, en el mismo sentido el actual Estatuto de Registro Ley 1579 de
2012 dispone:
Artículo 29. Título antecedente. Para que pueda ser inscrito en registro
cualquier título, se deberá indicar la procedencia inmediata del dominio o del
derecho real respectivo, mediante la cita del título antecedente, la matrícula
inmobiliaria o los datos de su registro, si al inmueble no se le ha asignado
matrícula por encontrarse inscrito en los libros del antiguo sistema. Sin este
requisito no procederá la inscripción, a menos que ante el registrador se
demuestre la procedencia con el respectivo título inscrito”
audiencia, con el fin de motivar los motivos fundados, y la vez serán de soporte a la
fiscalía, para el desarrollo de la audiencia de imputación a saber:
1.3. –El resultado del experticio técnico, suscrito, por el señor PERITO DARIO
JULIO DIAZ - Técnico Profesional en Documentologia, después de efectuar un
análisis exegético, adecuado a los protocólogos de metodología de la materia, sobre
la Escritura Pública Número 4618 del 19-12-2007, que genero resultados negativos,
propios de guarismos contrarios a la realidad material, que no deja dubitación
alguna, de que la estructura de dicha ESCRITURA PUBLICA, es FALSA.
OBSERVACION
1.2. Acredita la vinculación de los bienes y recursos con los hechos objeto de la
investigación.
Si de por si, ya esta es una situación dolosa y grave, lo peor, fue que LA POLICIA
NACIONAL, en compañía el jefe de seguridad de la FUNDACION JULIO MARIO
SANTODOIMINGO y una agencia de seguridad privada, fueron al lote, como lo
vera, su señoría, en las imágenes, que nos permitimos presentar, a punto de coerción
armada y disparos, desplazaron en forma violenta a mi poderdante y a su familia del
predio. (veamos el video ), objeto de la denuncia penal. Hoy en día mis poderdantes
se encuentran desplazados vi armata.
Si esto fuera poco, contra esta actuación, mi poderdante, se permitió presentar una
acción de tutela, que le correspondió por reparto Al JUZGADO NOVENO CIVIL
MUNICIPAL DE CARTAGENA, quien, en primera instancia, la niega, por lo que
es impugnada ante el JUZGADO SEGUNDO DEL CIRCUITO DE CARTAGENA,
que se permitió revocarla. Luego subió a revisión ante la HONORABLE CORTE
CONSTITUCIONAL, quien decreto la nulidad de todo lo actuado, desde su génesis,
lo que generaba, que se retrotrajera la actuación y por ende, se le entregara la
posesión material del perdió a mi poderdante
Esta inspección de policía, ha entrado en claro y pleno desacato, por lo que el JUEZ
CIVIL MUNICIPAL DE CARTAGENA, abrió un incidente, que hoy se encuentra
en trámite, el cual había sido fallado, ordenando cárcel al señor inspector…De todas
maneras, si las autoridades denunciadas han vulnerado el DERECHO
CONSTITUCIONAL CIVIL, no nos queda duda, que volverán a hacerlo, por lo que
acudimos a esta medida de tipo provisional, dentro del PROCESO PENAL, COMO
UNICA IDONEA Y COERCITIVA, PARA LOS EFECTOS LEGALES EN
FAVOR DE LA VICTIMA
24
Con esa orientación, los artículos 22 y 101 de la Ley 906 de 2004 disponen:
En la sentencia —o en cualquier otra providencia que ponga fin al proceso penal, se-
gún la Sentencia C. Const. C-060/08— se ordenará la cancelación de los títulos y re-
gistros respectivos cuando exista convencimiento más allá de toda duda razonable
sobre las circunstancias que originaron la anterior medida.
Lo dispuesto en este artículo también se aplicará respecto de los títulos valores suje-
tos a esta formalidad y obtenidos fraudulentamente.
Si estuviere acreditado que con base en las calidades jurídicas derivadas de los títu-
los cancelados se están adelantando procesos ante otras autoridades, se pondrá en
conocimiento la decisión de cancelación para que se tomen las medidas correspon-
dientes.
1 Principio viene del griego arché y se trata de la ley fundamental de un sistema, es decir de la base fundamental a partir de
la cual se pueden desarrollar teorías en todos los campos del conocimiento. En filosofía se ha entendido desde el punto de
vista del conocimiento y del Ser. http://www.eumed.net/libros-gratis PRINCIPIOS RECTORES.htm
2 “Principios programáticos de la política económica y social que informan la actuación de los poderes públicos,
la legislación positiva y la práctica judicial. Sólo podrán alegarse ante la jurisdicción ordinaria conforme a lo que dispongan
las leyes que los desarrollen. http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/principios-rectores/principios-rectores.htm
3 Conjunto de mecanismos procesales que tienen por objeto tutelar los derechos constitucionales y permitir su goce efecti-
vo sin que nada lo impida para lo que la mayoría de las Constituciones incorporan un c onjunto de garantías genéricas y una
extensa relación de garantías específicas.
25
esas medidas hay que acudir para restablecer los derechos de las víctimas, siem-
pre que exista certeza suficiente sobre el carácter apócrifo de los títulos de pro-
piedad o registros fraudulentos y sin que ello esté atado a una sentencia y menos
a una decisión de naturaleza condenatoria:
Adviértase que, tal como lo exponen varios intervinientes, pueden existir diversas si-
tuaciones en las que se cuente a cabalidad con prueba suficiente sobre los elementos
objetivos del tipo penal, sin que se reúnan, en cambio, las exigentes condiciones que
son necesarias, particularmente en cuanto a la responsabilidad penal, para poder
proferir sentencia condenatoria (art. 7º, L. 906/2004), siendo necesario entonces
emitir un fallo absolutorio.
También pueden presentarse casos en los que exista “convencimiento más allá de to-
da duda razonable” sobre el carácter apócrifo del título de adquisición, pero ningu-
na información acerca de los posibles responsables de dicha adulteración, circuns-
tancia en la cual no podrá procederse al archivo de las diligencias por parte de la
Fiscalía, por cuanto esta situación no encuadra en los supuestos que para esta deci-
sión prevé el artículo 79 de la misma Ley 906 de 2004. Por el contrario, el ente in-
vestigador debe continuar ejerciendo la acción penal a fin de poder determinar quié-
nes fueron los autores de dicha conducta punible, y mientras tanto, de acuerdo con lo
establecido en los ya citados artículos 22 ibídem y 250.6 de la Constitución Política,
deberá adoptar las medidas necesarias para hacer cesar los efectos producidos por
el delito, y de ser posible, que las cosas vuelvan al estado anterior, independiente-
mente de la responsabilidad penal.
Finalmente, puede surgir también un factor de extinción de la acción penal, como al-
guna causal de preclusión u otras situaciones que la terminan (muerte del procesado
antes de proferirse sentencia, prescripción o, en los casos previstos por la
ley, mutatis mutandis y dentro de sus propias condiciones legales y aún constitucio-
nales, algunas de ellas preservantes de los derechos de las víctimas, como indemni-
zación integral, pago, desistimiento, amnistía propia, aplicación del principio de
oportunidad).
Así las cosas, no obstante que se hubiere arribado al “convencimiento más allá de
toda duda razonable” sobre el carácter fraudulento del título en cuestión, la ocu-
rrencia de cualquiera de las situaciones últimamente reseñadas traería como conse-
cuencia la definitiva imposibilidad, pues no habrá fallo condenatorio, de obtener la
cancelación del título apócrifo, necesaria para lograr el pleno restablecimiento del
derecho de la víctima.
Es claro entonces que por efecto del requisito contenido en la expresión “En la sen-
tencia condenatoria”, el segundo inciso del artículo 101 parcialmente demandado
puede dar lugar a situaciones en las que antijurídicamente se pierda por completo la
posibilidad de que la víctima obtenga el pleno restablecimiento de su derecho, me-
diante la cancelación de los títulos y registros fraudulentamente obtenidos.
Por todo lo anterior, encuentra la Corte que por efecto de la expresión demandada,
algunas de las víctimas de este tipo de delitos no tienen completamente garantizado
el derecho a acceder a la administración de justicia, para que pronta y cumplidamen-
te se le defina la restitución a que tiene derecho, situación que a su turno vulnera,
parcialmente, las garantías constitucionales del debido proceso y el restablecimiento
del derecho (arts. 229, 29 y 250-6 constitucionales, respectivamente).
Ha de resaltarse, claro está, que como constante frente a todo lo analizado, también
opera el respeto debido a los principios fundamentales que trazan la forma, caracte-
res y fines del Estado social de derecho (arts. 1º, 2º y preámbulo de la Constitución).
Por su parte, la Sala de Casación Penal ha sido consistente en sostener que el res-
tablecimiento del derecho es «intemporal y en esa medida se puede realizar en
cualquier momento de la actuación procesal porque (...) es independiente a la
declaración de responsabilidad penal; por consiguiente, para que opere plena-
mente, basta con que esté demostrada la materialidad de la conducta o el tipo
objetivo» (cfr. CSJ AP 28 nov. 2012, Rad. 40246). Específicamente, en CSJ
AP 11 dic. 2013, rad. 42737, estableció:
9. Por consiguiente, hay lugar a adoptar medidas para cesar los efectos produ-
cidos por el delito, siempre que exista convencimiento más allá de toda duda ra-
zonable sobre el carácter apócrifo del título, proceder que no está atado inflexi-
blemente a un juicio de autoría o participación, como sucede, por ejemplo, en
casos en los que: (i) no se logró la identificación de los responsables; (ii) aun de
existir implicado conocido, la investigación terminó con preclusión; (iii) la sen-
tencia fue absolutoria porque se acreditó la ausencia de dolo o alguna causal exi-
mente de responsabilidad; (iv) en el curso del proceso penal surgió una circuns-
tancia de extinción de la acción penal, como la muerte o la prescripción de la ac-
ción penal, o (iv) se aplicó el principio de oportunidad (cfr. CSJ AP3905-2016,
rad. 47998).
SENTENCIA C-395/194.-
En este contexto, entendiendo que las víctimas también están facultadas para solici-
tar tal medida en virtud de la sentencia C-839 de 2013, no resulta ajustado a dere-
cho el límite contenido en la norma para realizar tal solicitud. Lo anterior por
cuanto, sin perjuicio de lo señalado en el artículo 136 de la Ley 906 de 2004 y en la
jurisprudencia constitucional sobre la participación de la víctima en las distintas
etapas procesales del sistema acusatorio, de acuerdo con el artículo 340 de la cita-
da codificación, las víctimas son formalmente reconocidas en la audiencia de acu-
sación y es a partir de ese momento cuando tienen acceso y conocimiento pleno del
expediente y cuando se hace el descubrimiento de las pruebas recaudadas. Por lo
tanto, es en este escenario donde la víctima conocerá las evidencias existentes y
contará con elementos materiales de prueba para respaldar su petición
ceso, con algunas formas de participación directa dentro de las fases de investiga-
ción y juicio.
Sin embargo, aunque el legislador contempló varias etapas y mecanismos para sal-
vaguardar las garantías de las víctimas, esta Corporación “ha constatado que en mu-
chos casos introdujo restricciones injustificadas a su participación directa en el
proceso y a las posibilidades de intervención en defensa de sus intereses, las cuales
a su vez se han traducido en menoscabos o limitaciones desproporcionadas a sus
derechos.”5 Por lo que ha buscado subsanar estas limitaciones ampliando los espa-
cios de participación de los agraviados con los hechos delictivos y fijando su alcance
dentro del proceso penal.
7.2. En esta oportunidad la Sala Plena comparte los argumentos expuestos por las
accionantes y por los intervinientes, toda vez que la limitación temporal para solici-
tar la medida de suspensión del poder dispositivo de los bienes registrados fraudu-
lentamente afecta el acceso a la administración de justicia y los derechos de repara-
ción y restablecimiento del derecho de las víctimas, pacíficamente protegido por la
jurisprudencia constitucional.
Bajo ese entendido, es clara la obligación que tienen los funcionarios judiciales den-
tro del proceso penal, de garantizar la participación de la víctima a través de recur-
sos efectivos y de adoptar las medidas relacionadas con el restablecimiento del dere-
cho de las víctimas de delitos, aun cuando haya prescrito la conducta punible. Por lo
tanto, el restablecimiento del derecho se puede reconocer en cualquier etapa del pro-
ceso penal y no necesariamente en la audiencia de juzgamiento, en la medida en que,
se reitera, éste es independiente de la responsabilidad penal.
7.4. En efecto, en la exposición de motivos de la Ley 906 de 20047 se estableció cla-
ramente la trasformación del sistema penal con el fin de garantizar la protección de
las víctimas y la reparación integral de los perjuicios ocasionados con la comisión
del delito. Al respecto, se indicó:
concepción limitada de los derechos de las víctimas, común en los sistemas penales
tradicionales en cuanto las relega a una posición marginal de cara al proceso pe-
nal, ha venido sufriendo una transformación sustancial al punto que en la actuali-
dad el derecho de las víctimas de los delitos surge como uno de los desafíos de la
comunidad jurídica, el cual exige cambios estructurales tales como la implementa-
ción de instrumentos que les otorgue espacios dentro y fuera del proceso a través de
métodos alternativos para la solución de conflictos como la mediación. Esta tenden-
cia sin duda tiene acogida en el sistema acusatorio de procesamiento criminal, im-
plantado con el Acto Legislativo 03 de 2002 y desarrollado en el proyecto de Códi-
go de Procedimiento Penal que hoy se presenta a consideración de la Cámara de
Representantes, a través del tratamiento que aquí se da a las víctimas y perjudica-
dos con miras a cumplir los estándares internacionales requeridos en materia de
eficiencia del sistema penal.
Es así como a la luz de la nueva regulación legal, las víctimas de un delito en ga-
rantía de los derechos que les asiste a la verdad, la justicia y la reparación, pueden
intervenir en todas las fases de la actuación penal para demandar la adopción de
medidas de atención indispensables en orden a garantizar su seguridad personal y
familiar, como también las de protección necesarias frente a toda injerencia indebi-
da a su privacidad o dignidad.
De manera que las víctimas y los perjudicados adquieren con el nuevo sistema pe-
nal el status de protagonistas activos, acorde con los principios de protección y
promoción de los derechos humanos y de la lucha contra la impunidad”.
Si bien es claro que uno de los deberes de la Fiscalía General de la Nación es repre-
sentar los intereses de la víctima, de conformidad con el artículo 250 de la Constitu-
ción Política y los artículos 11, 132 y siguientes de la Ley 906 de 2004, esta puede
intervenir de manera directa en el proceso.
7.6. Así las cosas, los argumentos expuestos hasta el momento permiten concluir
que la limitación temporal de la solicitud de suspensión y cancelación de registros
fraudulentos por parte de las víctimas resulta vulneratoria de sus derechos de acceso
a la justicia y más concretamente a la reparación y al restablecimiento del derecho.
No obstante y aunque los cargos presentados van dirigidos exclusivamente a cues-
tionar el término procesal contenido en la norma frente a la facultad otorgada a la
víctima para solicitar la medida, la declaratoria de inexequibilidad de la expresión
habilitaría al fiscal para que, al igual que la víctima, pueda solicitar esta medida de
suspensión y cancelación de los registros fraudulentos en cualquier momento proce-
sal.
Los derechos de las víctimas dentro del proceso penal tienen una importancia cardi-
nal, y no se agotan en la mera reparación económica de los perjuicios irrogados con
la conducta punible, pues además de la reparación que debe ser integral, se agregan
la posibilidad de conocer la verdad a cerca de los sucedido y que se haga justicia,
sancionando conforme la ley a quien o quienes hayan cometido el delito.
CANCELACION DE REGISTROS OBTENIDOS FRAUDULENTAMENTE-
Medida eficaz para lograr el restablecimiento del derecho y la reparación integral
La cancelación de títulos de propiedad y registros fraudulentamente obtenidos es
una medida eficaz y apropiada para el restablecimiento del derecho y la reparación
integral de las víctimas en un proceso penal
CANCELACION DE REGISTROS OBTENIDOS FRAUDULENTAMENTE-
Solicitud de la Fiscalía ante certeza de su carácter apócrifo de registros
La Fiscalía debe solicitar al juez la aplicación de esta medida, siempre que exista
certeza suficiente sobre el carácter apócrifo de aquellos.
8 Corte Constitucional. Sentencia C-839 de 2013 (MP. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub).
9 Hito, en la actualidad, se utiliza para denominar a la señal permanente que permite indicar una dirección
31
El inciso primero de dicho artículo prevé la posibilidad de que, por orden del juez de
control de garantías, se suspenda el poder dispositivo sobre bienes sujetos a registro,
cuando existan motivos fundados para inferir que el correspondiente título fue obte-
nido fraudulentamente. A continuación, el inciso segundo prevé la posibilidad de
cancelación de esos mismos títulos “cuando exista convencimiento más allá de toda
duda razonable sobre las circunstancias que originaron la anterior medida”, enten-
diéndose que el convencimiento que se exige es sobre la obtención fraudulenta del
título, que en la anterior hipótesis se plantea como presupuesto de la suspensión del
poder adquisitivo sobre los bienes en cuestión.
Conclusión
Sentencia C-839/13
Esta Corporación consideró que pueden existir diversas situaciones en las que se
cuente a cabalidad con prueba suficiente sobre los elementos objetivos del tipo pe-
nal, sin que se reúnan, en cambio, las exigentes condiciones que son necesarias, par-
ticularmente en cuanto a la responsabilidad penal, para poder proferir sentencia con-
denatoria. Al respecto se agregó que, en virtud de la expresión demandada, algunas
de las víctimas de este tipo de delitos no tienen completamente garantizado el dere-
cho a acceder a la administración de justicia, para que pronta y cumplidamente se les
defina la restitución a que tienen derecho, situación que a su turno vulnera, parcial-
mente, las garantías constitucionales del debido proceso y el restablecimiento del
derecho. En consecuencia, se señaló que remitir la posibilidad de cancelar los títulos
a aquellos eventos en los cuales exista sentencia condenatoria vulnera los derechos
de las víctimas:
Desde el punto de vista procesal, la suspensión del poder dispositivo de los bienes
sujetos a registro cuando existan motivos fundados para inferir que el título de pro-
piedad fue obtenido fraudulentamente es una medida exclusivamente patrimonial
que no tiene una incidencia necesaria sobre la determinación de la responsabilidad
penal, a tal punto que puede ordenarse pese a que no exista sentencia condenatoria.
En este sentido, el artículo 92 de la Ley 906 de 2004 señala que “El juez de control
de garantías, en la audiencia de formulación de la imputación o con posterioridad a
ella, a petición del fiscal o de las víctimas podrá decretar sobre bienes del imputado
o del acusado las medidas cautelares necesarias para proteger el derecho a la indem-
nización de los perjuicios causados con el delito”.
33
Por lo anterior, permitir que las víctimas puedan solicitar la suspensión del poder
dispositivo de los bienes sujetos a registro es plenamente compatible y coherente
con el sistema de medidas cautelares patrimoniales contemplados en la ley 906 de
2004. La circunstancia de que las víctimas no estén específicamente legitimadas en
la norma demandada para solicitar la suspensión del poder dispositivo constituye
una simple omisión legislativa que tampoco fue justificada en el debate del proyecto
de Código de Procedimiento Penal en el Congreso de la República.
“Una apreciación articulada de tal antecedente con las consideraciones del fallo C-
060 de 2008, permiten a la Sala advertir que el restablecimiento del derecho de la
víctima es una garantía intemporal que dimana directamente de la Constitución Polí-
tica y de la cual no puede sustraerse el juez; por ello, a pesar de la prescripción de la
acción como declaración objetiva de extinción de la acción penal, legalmente con-
templada (artículo 38 de la Ley 600; artículo 77 de la ley 906 de 2004), la compe-
tencia para hacer este tipo de declaraciones se mantiene”12 (subrayas fuera del texto
original).
11 Sentencias de la Corte Constitucional C-025 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto y C-536 de 2008, M.P. Jaime
Araujo Rentería.
12 Sentencia de junio 10 de 2009, rad. 22881
34
o, lo que es igual, no siempre debe ser pleno, sino que también proce-
de con carácter provisional, en cuyo caso demanda la adopción de
medidas inmediatas que no se pueden posponer hasta cuando se pro-
fiera alguna determinación con carácter definitivo en el proceso.
Por otro lado, tampoco es cierto que los funcionarios judiciales puedan adoptar
cualquier clase de medida para que cesen los efectos creados por la comisión de la
conducta punible, o para que las cosas vuelvan al estado anterior y se indemnicen
los perjuicios causados por la conducta punible, puesto que ellos sólo podrán tomar
las medidas que estimen necesarias conforme a la ley, habida consideración del caso
concreto, lo cual debe decidirlo el juez en cada evento, previo cumplimiento del
procedimiento que la misma ley establece.
Por último, bien está insistir que estas medidas pueden ser suscitadas por las vícti-
mas directamente o por intermedio de la Fiscalía, al tenor de lo previsto en el artícu-
lo 134 de la Ley 906 de 2004, según el cual:
Iguales solicitudes podrán formular las víctimas, por sí mismas o por medio de su
abogado, durante el juicio oral y el incidente de reparación integral”.
1.4.2. Necesidad: que no exista otra igualmente idónea pero menos restrictiva
con la cual se pueda cumplir el mismo fin constitucional.
1.4.3. Proporcionalidad strictu sensu: balance de intereses entre el derecho
fundamental que se afecta y el fin constitucional que se pretende.
1.2. Identifica los bienes y/o títulos valores sujetos a registro objeto de la
solicitud.
1.5.2. Necesidad: que no exista otra igualmente idónea pero menos restrictiva
con la cual se pueda cumplir el mismo fin constitucional.