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Anhelando su presencia

Cita Bíblica: Salmo 51,11

No me alejes de tu presencia
ni me quites tu santo Espíritu.

¿Amantes solo de bendiciones?

La religión nos enseña a buscar las bendiciones de Dios, pero la biblia nos quiere enseñar
un poco más que eso, nos enseñará a amar y buscar la presencia. Más que la bendición
debe de ser la Presencia. Es que podría haber alguien que ame la bendición pero que no
quiera la Presencia, que quiera ver la mano de Dios pero que no quiera escuchar la
presencia de Dios; esto es como los que quieren ver la gracia de Dios pero sin escuchar su
voz que nos llama.

Su Presencia es lo que vale

La biblia va un poco más allá de aquello que queremos, la biblia quiere que entendamos
de verdad que es lo necesario, de tal manera que habrán veces en las que se nos pedirá
cosas que no queremos hacer, ir a lugares a los que no queremos ir, pero cuando
escuchamos el llamado de Dios y entendemos que ese llamado es la esencia de nuestra
vida entonces vamos detrás de ese llamado.

Es su promesa… Es mi vida….

Cuando Dios nos llama y nos convoca el siempre garantiza su Presencia, el promete
siempre que estará con nosotros. La presencia es el acompañamiento de personas que
más allá de sus gustos personales o de sus creencias están dispuestos a obedecer a Dios.
Estas personas que pase lo que pase su vida esta al servicio de Dios, el les promete su
presencia. Esto es la garantía de que todo lo que hagamos saldrá bien porque él esta con
nosotros.

Cuando hacemos lo que el quiere que hagamos ahí esta la semilla de nuestra bendición.
Nadie que ha servido a Dios queda abandonado. La esencia de la vida es amar la Presencia
de Dios.

Perder lo que sea, menos su Presencia…

Esto es lo que David entiende en este salmo. El esta pidiendo que si es posible que le quite
cualquier cosa menos su presencia. A veces nos angustiamos por la perdida de seres
amados, de patrimonios y sufrimos al ver como nos apartamos de esas cosas, pero ¿Que
es aquello que no queremos perder en esta vida? ¿que es lo que nos pondría de verdad
tristes? David por encima de lo que ha vivido y obtenido no quiere perder esta Presencia
de Dios. En todos los salmos encontraremos muchas cosas dichas por David pero jamás
encontraremos diciendo: “no me saques del palacio, o no me quites el reino” El solo se
preocupa por no perder la presencia de Dios.

No teníamos nada antes de recibir su Presencia

Cuando logramos entender la verdadera fuente de nuestra existencia humana vamos a


llegar al punto fundamental de que lo que vale de verdad es la Presencia de Dios. Y David
ni tenía nada antes de ser rey, ni siquiera tenía el apoyo de su familia, ni Samuel lo veía,
era despreciado. A nadie se le hubiera ocurrido que el más pequeño había sido escogido
por Dios, es que cuando nadie lo ve Dios si ya había puesto sus ojos en él.

Muchas veces la iglesia nos defrauda, o nadie pone interés en nosotros, no nos apoyan y
nos desanimamos por esto, pero David enseña que aunque todos lo miraban de menos
Dios si le pone su mirada y eso es todo lo que necesitamos. ¿Que importa si no nos
consideran candidato para ser rey? que no nos elija el profeta ni nuestro padre, que nos
escoja Dios, esto es lo que de verdad vale.

Por eso David sabe que lo único que ha tenido en la vida y que de verdad ha valido es la
Presencia de Dios. Muchas veces justificamos nuestra apatía de buscar y amar la presencia
de Dios con estas situaciones en que nadie nos pone atención, pero debemos de entender
que lo que vale es que Dios haya puesto sus ojos sobre nosotros.

¿De verdad lo amas?

Muchos dicen amar la Presencia de Dios pero no aman la voz de Dios. Es que ahora se vive
un romanticismo espiritual, pero no pasa de ser algo superficial y sin consistencia y
seriedad, tal como se vive en la sociedad hoy, se ven un día y se aman y se ven al siguiente
y ya se odian.

La mentalidad de ver el amor tan superficial afecta nuestra relación con Dios, muchos se
enamoran de Dios de manera tan superficial en que le dicen te amo pero cuando les pide
algo ya no pueden. El amor de Dios no es fruto de lo que reflejan los cantos espirituales de
hoy. El amor a Dios se evidencia en la seriedad que tenemos cuando el nos llama. Un día
pasaran nuestros años y estaremos delante de él y allí no estará nadie mas que él, quien
me llamo y me escogió y la clave es que en este entorno humano que estamos sepamos
diferenciar que hay un llamado divino que nos esta diciendo que amemos su presencia y
al amar su presencia entonces recibimos la bendición.

Si lo amas te acompaña

La bendición acompaña a aquel que ama su presencia, y aquel que ama su presencia ama
su llamamiento, vive para él. Este sabe que Dios lo ha escogido para cumplir un propósito
y más allá de las situaciones que pasa, David sabe que cuando ni su padre ni el profeta
creyeron en él Dios si lo había visto y creído en él.
Cuando David pasa un conflicto espiritual muy grande solo pide una cosa: “No me apartes
de tu presencia” Porque el sabe que cuando nada tenía la presencia de Dios fue quien lo
escogió.

Es una lastima que no amemos su presencia y que no nos preocupemos por cumplir su
llamado. Si queremos estar bendecidos debemos de saber que eso nace de su Presencia y
que eso significa que debemos de amarla, vivirla. Pero no debemos de reducir nuestro
amar a Dios en levantar las manos y cantar sino en llevar todo eso a un escalón más.

¿Por qué David no quiere perder la Presencia?


¡Antes no tenía nada!
Recorriendo su vida…

1 Samuel 16,13

13 Samuel tomó el cuerno de aceite y ungió al joven en presencia de sus hermanos.


Entonces el Espíritu del Señor vino con poder sobre David, y desde ese día estuvo con él.

David encontró en ese respaldo divino la raíz de toda su bendición. Aquí David no tiene
nada, pero pronto esta Presencia de Dios lo llevará muy lejos, y esto lo sabe muy bien
David porque desde ese día el Señor estuvo con él. Cuando la familia o la iglesia nos
defraude dejemos de estar llorando, porque si Dios nos llamó debemos de levantarnos y
vivir el llamado. Si la iglesia no nos trata como esperamos o no vemos la respuesta que
queremos de nuestra familia sigamos amando la presencia de Dios porque esa es la fuente
de la vida.

14 El Espíritu del Señor se apartó de Saúl, y en su lugar el Señor le envió un espíritu


maligno para que lo atormentara.

Más alla de la forma en que se expresa esto, lo que quiere decir es que cuando se aparta
de nosotros la presencia de Dios nos volvemos vulnerables a cualquier presencia de
tormento a nosotros. Solo pensemos como nos sentimos cuando nos apartamos de Dios,
la gente empieza en incidir, las realidades que pasamos nos atormentan. David vió
desmoronarse la vida de Saúl y su familia cuando el Señor se apartó de su vida, David no
quiere eso para él, por eso le dice a Dios “no me alejes de tu presencia”

Como usted se dará cuenta, un espíritu maligno de parte de Dios lo está atormentando.16
Así que ordene Su Majestad a estos siervos suyos que busquen a alguien que sepa tocar el
arpa. Así, cuando lo ataque el espíritu maligno de parte de Dios, el músico tocará, y Su
Majestad se sentirá mejor.

17 —Bien —les respondió Saúl—, consíganme un buen músico y tráiganlo.


18 Uno de los cortesanos sugirió:

—Conozco a un muchacho que sabe tocar el arpa. Es valiente, hábil guerrero, sabe
expresarse y es de buena presencia. Además, el Señor está con él. Su padre es Isaí, el de
Belén.

Porque Dios esta con él, lo que el haga será acompañado por Dios y todo lo que haga
traerá tranquilidad y paz a la vida, porque quien esta cubierto de la presencia de Dios es
fuente de paz y de vida para los demás. SI amamos la presencia de Dios entonces nos
buscarán para cualquier cosa. Pero cuando entenderemos que la presencia de Dios en
nosotros es la matriz por donde vienen toda clase de bendiciones; bendiciones por las que
a veces lloramos y nos preocupamos pero no nos damos cuenta que esas bendiciones las
encontraremos en amar la Presencia.

1 Samuel 17,33

33 —¡Cómo vas a pelear tú solo contra este filisteo! —replicó Saúl—. No eres más que un
muchacho, mientras que él ha sido un guerrero toda la vida

David tiene una respuesta a este rechazo:

34 David le respondió:

—A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva


una oveja del rebaño, 35 yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal
me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo. 36 Si este siervo de Su Majestad ha matado
leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al
ejército del Dios viviente. 37 El Señor, que me libró de las garras del león y del oso,
también me librará del poder de ese filisteo. —Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te
acompañe.

Saúl lo esta pidiendo como una suplica que Dios lo acompañe, pero en la vida de David la
presencia de Dios ya era una realidad y esa Presencia hace que el se levante y diga que no
tengan miedo, en vez de ponerse a la par de todos con miedo este se levanta a pelear, aun
cuando era un simple niño, lo único que importaba era la Presencia que lo acompañaba.

Cuando seamos conscientes de que Dios camina con nosotros que importa lo que digan de
nosotros. Muchos se ponen tristes por lo que le dicen o les hacen o por como los miran,
pero que hagan lo que sea, que digan lo que sea porque al final prevalecerá aquel en
quien Dios ha puesto sus ojos. Levantémonos entonces y peleemos las batallas del Señor.

En la vida de David siempre se repetía esto: “Peleaba las batallas del Señor” Nosotros
debemos de pelear la batalla del Señor, porque cuando peleamos para él entonces nos da
su presencia y esto trae bendición.
1 Samuel 18,12

12 Saúl sabía que el Señor lo había abandonado, y que ahora estaba con David. Por eso
tuvo temor de David 13 y lo alejó de su presencia, nombrándolo jefe de mil soldados para
que dirigiera al ejército en campaña. 14 David tuvo éxito en todas sus expediciones,
porque el Señor estaba con él.

17 Un día Saúl le dijo a David:

—Aquí tienes a Merab, mi hija mayor. Te la entrego por esposa, con la condición de que
me sirvas con valentía, peleando las batallas del Señor.

Saúl pensaba: «Será mejor que no muera por mi mano, sino a mano de los filisteos.»

Saúl quería matar a David, y le pone una trampa para que desaparezca, pero ocurre lo
contrario:

25 Pero Saúl insistió:

—Díganle a David: “Lo único que el rey quiere es vengarse de sus enemigos, y como dote
por su hija pide cien prepucios de filisteos.”

En realidad, lo que Saúl quería era que David cayera en manos de los filisteos.

Mucha gente puede estar tramando muchas trampas en nuestra contra en estos
momentos, esto es lo que hace Saúl.

26 Cuando los funcionarios de Saúl le dieron el mensaje a David, no le pareció mala la idea
de convertirse en yerno del rey. Aún no se había cumplido el plazo 27 cuando David fue
con sus soldados y mató a doscientos filisteos, cuyos prepucios entregó al rey para
convertirse en su yerno. Así fue como Saúl le dio la mano de su hija Mical.

28 Saúl se dio cuenta de que, en efecto, el Señor estaba con David, y de que su hija Mical
lo amaba. 29 Por eso aumentó el temor que Saúl sentía por David, y se convirtió en su
enemigo por el resto de su vida.

David no cae en la trampa, y hasta sobrepaso la cantidad de prepucios porque el Señor


estaba con él. ¿Cuantos enemigos se levantarán contra nosotros? pero debemos de saber
que el Señor nos dará la victoria porque esta con nosotros. Y no se trata de tener la mejor
seguridad porque lo único que hace que vivamos es la Presencia de Dios.

Si amamos su presencia y su llamamiento pueden levantarse contra nosotros cientos y


miles porque en Dios haremos proezas y el aplastará nuestros enemigos.
1 Samuel 23,1

Los filisteos atacaron la ciudad de Queilá y saquearon los graneros. Cuando David se
enteró de lo sucedido, 2 consultó al Señor:

—¿Debo ir a luchar contra los filisteos?

—Ve —respondió el Señor—, lucha contra los filisteos y libera a Queilá.

3 Pero los soldados le dijeron a David:

—Si aun aquí en Judá vivimos con miedo, ¡cuánto más si vamos a Queilá para atacar al
ejército filisteo!

4 David volvió a consultar al Señor, y él le respondió:

—Ponte en camino y ve a Queilá, que voy a entregar en tus manos a los filisteos.

5 Así que David y sus hombres fueron allá y lucharon contra los filisteos, derrotándolos
por completo. David se apoderó de los ganados de los filisteos y rescató a los habitantes
de la ciudad. 6 Ahora bien, cuando Abiatar hijo de Ajimélec huyó a Queilá para refugiarse
con David, se llevó consigo el *efod.

El efod era la vestimenta que se ponia el sacerdote para consultar a Dios, David se lo lleva
porque consultar a Dios era la esencia de la victoria. Ya los demás le habian dicho que no
se podia y esto es algo que afecta a tantos, lo que dicen los demás, y hay gente que vive
de lo que dicen los demás y por eso son inestables. David no quiere vivir de lo que la gente
dice sino de lo que Dios dice. Pero la presencia de Dios nos libra de la inestabilidad que
provoca las opiniones de los demás.

¿Que hacemos en la iglesia si en el día a día la presencia de Dios no nos ilumina? Cuando
la presencia de Dios ya no nos ilumina caemos presos de lo que los demás dicen. David
vivió momentos así en que cualquier rumor lo ponía en crisis como cuando su hijo se
subleva. Pero no importa lo que los demás digan aun cuando sea alguien cercano, lo que
importa es lo que dice la presencia de Dios.

Cuan pocos viven de lo que Dios dice, pero debemos de saber que la bendición va ligada a
obedecer lo que Dios dice, pero no dejemos de amar su Presencia.

1 Samuel 30,1

Al tercer día David y sus hombres llegaron a Siclag, pero se encontraron con que los
amalecitas habían invadido la región del Néguev y con que, luego de atacar e incendiar a
Siclag, 2 habían tomado cautivos a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el más
grande hasta el más pequeño. Sin embargo, no habían matado a nadie.

3 Cuando David y sus hombres llegaron, encontraron que la ciudad había sido quemada, y
que sus esposas, hijos e hijas habían sido llevados cautivos. 4 David y los que estaban con
él se pusieron a llorar y a gritar hasta quedarse sin fuerzas. 5 También habían caído
prisioneras dos esposas de David, la jezrelita Ajinoán y Abigaíl, la viuda de Nabal de
Carmel.

6 David se alarmó, pues la tropa hablaba de apedrearlo; y es que todos se sentían


amargados por la pérdida de sus hijos e hijas. Pero cobró ánimo y puso su confianza en
elSeñor su Dios.

Cuando las cosas se pusieron dura y todo desapareció y todos estaban en crisis que hasta
querían matarlo, el se fortaleció en Jehova. Es que hasta los más cercanos pueden estar en
nuestra contra pero si el esta con nosotros el nos dará la victoria, no nos alarmemos
porque si tenemos su presencia el nos fortalecerá.

Cuando nos va mal muchas veces buscamos culpables y se pueden volver contra nosotros
y hasta podemos quedar solos pero si amamos la presencia de Dios el nunca nos dejará
solos. Todos estaban llorando por las perdidas pero el se fortaleció.

David sabe que la Presencia es la razón de su vida. A veces nos ponemos metas en la vida
de agradar a otros, pero por más que hagamos nunca vamos a agradar a todos, pero
agrademos a Dios, busquemos su presencia y vivamos para aquello que el nos dice y Dios
estará con nosotros.

2 Samuel 17

15 Sin embargo, no le negaré mi amor, como se lo negué a Saúl, a quien abandoné para
abrirte paso.

Al alejarnos de la Presencia de Dios se cierran los caminos, pero cuando la presencia de


Dios va con nosotros se abren los caminos para que pasemos nosotros. ¿Cuales son los
caminos que tenemos cerrados en este momento? Dios quiere abrirnos caminos, aun
aquellos que no creemos que serán abiertos. El puso su presencia en nosotros para
abrirnos caminos. No hay montaña, ni mar, ni gigante que impida que Dios camine con
nosotros y nos abra paso.

No vengamos a su presencia para buscar milagros y bendiciones sino para amarla. Dios no
quiere darnos solo bendiciones sino llenarnos de su plenitud.

Antes de llorar por cosas que hemos perdido o por cosas que anhelamos lloremos por la
presencia de Dios porque el puede devolvernos su presencia sin importar la distancia.
Amen.

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