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DON DE
PALABRA DE
SABIDURIA
Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría (1 Co. 12:8).
Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino
para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón (Dn.
2:30).

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El don de la palabra de sabiduría es el primero de los tres dones de revelación: Palabra de sabiduría,
palabra de ciencia y discernimiento de espíritus. Todos los dones son una manifestación del Espíritu Santo
(1 Co. 12:7), debido a ello tenemos que considerar que, al igual que los dones de sanidades y milagros, el
don de la palabra de sabiduría es sobrenatural, y también es una parte de la operación de Dios por medio
de su Iglesia. Aunque todos los dones funcionan por medio de vasijas de barro, su fuente es divina ya que
son revelados en la presencia de Dios. No pensemos entonces que son el resultado de poderes del alma
humana. Por lo tanto, si sólo diéramos una definición de sabiduría no estaríamos definiendo correctamente
este don, aunque a veces para clarificar y dar un mejor entendimiento vamos a referirnos también a la
sabiduría natural.
En su bosquejo de los dones del Espíritu, Pablo indica claramente que estos nueve dones sobrenaturales
no son dados imprudentemente por Dios a todos los miembros de la iglesia, sino a varios miembros
escogidos por el Espíritu Santo. Por ejemplo, si a una persona en particular le son dados los dones de
sanidades no significa que sea la única apta en la iglesia para orar por los enfermos, porque cualquier
creyente puede imponer sus manos sobre los enfermos y orar por su sanidad (Mr. 16:15-18).
Cuando a otra persona le es dada la PALABRA DE SABIDURÍA, no significa que los demás miembros de la
iglesia no pueden pedir y recibir sabiduría divina. Todo lo contrario, todos los miembros del cuerpo de
Cristo son animados a hacerlo:
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin
reproche, y le será dada (Stg. 1:5).
Note también:
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia (Pr. 4:7).
En 1 Corintios 1 y 2 se ilustra adecuadamente que el don de la palabra de sabiduría viene esencialmente
por revelación. En estos capítulos la palabra sabiduría y sus derivados ocurren unas 24 veces, y siempre
con una distinción marcada entre “la sabiduría del hombre” y “la sabiduría de Dios”.
Pablo enfatiza que Cristo lo envió a predicar el evangelio, y no con sabiduría de palabras (1 Co. 1:17;
considere también los versículos 19 al 25 de este mismo capítulo). Pablo sigue declarando en el capítulo 2
que dejó a un lado toda sabiduría natural, que sin duda poseía y que podía haber usado (2:1-4), para llegar
a ser un canal de la sabiduría sobrenatural del Espíritu. Continúa explicando que esta sabiduría viene por
revelación (vv. 6-10). Además se refiere a que es una palabra de sabiduría, y no sabiduría en forma
abstracta, porque él dice:
… hablamos sabiduría… Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta… Pero Dios nos las
reveló a nosotros por el Espíritu… lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría
humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual (1 Co. 2:6, 7, 10, 13).
El uso del don en estos pasajes es para descubrir las verdades tocantes a la predicación de la cruz y las
cosas que Dios ha preparado para los que le aman. Sin duda alguna, este es el nivel más alto del uso del don
de la palabra de sabiduría.

I. LAS FUENTES DE SABIDURÍA


Para entender mejor el propósito y la obra de este don especial, notemos que la Biblia hace una distinción
clara entre tres fuentes de sabiduría (Stg. 3:15-17):
Sabiduría de lo alto o sabiduría divina
Sabiduría humana o natural
Sabiduría satánica

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Cada uno de los tres tipos de sabiduría tiene esto en común: Se dedica a buscar los mejores medios para
asegurar un resultado determinado, y para traer un mayor avance o desarrollo a su propio reino.
Para facilitar el estudio del don de sabiduría consideremos por un momento los tres tipos de sabiduría
comenzando con la que se mencionó al final, la sabiduría satánica.
A. SABIDURÍA SATÁNICA (Stg. 3:14-16)
La sabiduría satánica es usada especialmente con propósitos malos para impulsar el reino de Satanás.
1. EZEQUIEL NOS HABLA DE LA SABIDURÍA DE SATANÁS (Ez. 28:12-17).
Siendo Satanás originalmente una criatura perfecta y pura, corrompió su sabiduría por el orgullo: Hijo de
hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la
perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura… Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura,
corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor, yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré
para que miren en ti (vv. 12, 17).
Esto quiere decir que él prefirió usar su sabiduría con el propósito de autoexaltarse, en vez de usarla para
los propósitos de Dios y el bien de todo el universo. El resultado fue su caída del cielo. No obstante, después
de su caída, Satanás retuvo su sabiduría y la habilidad de escoger los medios más eficaces para alcanzar
sus propósitos malos y perversos, en total oposición a Dios. Hubo un cambio trágico a causa de su rebelión
pues ahora su sabiduría es diabólica por naturaleza.
2. SATANÁS USÓ SU SABIDURÍA CORRUPTA PARA SEDUCIR A EVA EN EL HUERTO DE
EDÉN.
Satanás calculó con premeditación los diferentes pasos que debía tomar. Primero, escogió esconderse en
la serpiente, la bestia más sutil del campo; luego, escogió a la mujer, la cual fue creada después de Adán y
que por consecuencia tenía menos experiencia que su esposo, y la tentó cuando estuvo sola.
Todo el método de Satanás de presentar la tentación a Eva (Gn. 3) es una lección de astucia y engaño.
Para comenzar, puso en duda la veracidad y bondad de Dios: Y vio la mujer que el árbol era bueno para
comer…, siguió la apelación a su alma: era agradable a los ojos, y finalmente la tentación a su espíritu: árbol
codiciable para alcanzar la sabiduría… (Gn. 3:6).
La mujer quería ser una buena esposa y así poder aconsejar a su marido, por eso codiciaba la sabiduría.
Mediante el efecto combinado de estas tentaciones, Eva fue persuadida a rendirse a la sugerencia de
Satanás: comió del fruto prohibido e hizo que Adán también participara.
3. LA INFLUENCIA DE LA SABIDURÍA SATÁNICA EN LOS HOMBRES.
De la misma manera que Dios usa a los hombres para llevar a cabo sus propósitos, Satanás también
inspira a los hombres para que ayuden a promover su reino. En la sociedad humana encontramos a
personas que están totalmente dedicadas a sus propios propósitos; están dispuestos a usar cualquier
engaño o método para lograr beneficios personales, y permanecen indiferentes ante el hecho de que sus
acciones dañan a otros. Santiago se refiere a ese tipo de sabiduría, diciendo que no es de lo alto ...sino
terrenal, animal, diabólica (Stg. 3:15). A través de la historia encontramos muchas personas que usaban
este tipo de sabiduría: Stalin de Rusia, Hitler de Alemania, Idi Amin de Uganda y Castro de Cuba, entre
otros. Aunque los propósitos de las acciones y tentaciones de Satanás siempre son malvados, su estrategia
es buena y su manera de obrar es inteligente porque él usa toda su sabiduría corrompida. En el caso de
Job, la intención de Satanás fue probar que ningún hombre serviría a Dios sin un motivo egoísta. Si hubiera
tenido éxito, hubiera sido una victoria sobre Dios, quien reclama la lealtad de su pueblo. Satanás, no
obstante, no pudo probar su punto de vista a causa de la fidelidad de Job.

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La sabiduría satánica es aplicada regularmente en la sicología, el espiritismo, razonamientos
materialistas y designios malvados —todos ellos tienen sus raíces en el infierno. Satanás tiene muchos
ayudantes, los demonios, quienes gobiernan sobre las grandes ciudades y naciones e inspiran a la gente a
hacer cosas malas, cometer crímenes, etc.
Los cristianos carnales a veces son tentados a usar este tipo de sabiduría en los asuntos de la iglesia. El
resultado será que: …donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa (Stg. 3:16).
B. SABIDURÍA HUMANA (1 Co. 2:1-5)
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres
(1 Co. 1:25).
La sabiduría humana o natural se dedica a los intereses de esta vida y usa los mejores medios para
impulsar el reino del hombre.
La sabiduría humana o natural está definida en el diccionario como: La habilidad de aplicar
apropiadamente conocimientos y experiencias.
Este tipo de sabiduría está aumentando en el mundo, …y la ciencia se aumentará (Dn. 12:4). Pero en
comparación con la sabiduría de Dios, la sabiduría del hombre es locura, y un día terminará (1 Co. 1:19-
21).
1. USO DE LA SABIDURÍA HUMANA EN LA VIDA COTIDIANA.
Existen en las Escrituras muchas ilustraciones acerca de esto. Por ejemplo, Jesús en una parábola mostró
que si un hombre hace planes para construir una torre, lo sabio es calcular los gastos, no sea que todos los
que lo vean comiencen a hacer burla de él porque no pueda terminarla. O en el caso de un rey que debe
considerar si hay probabilidades de obtener la victoria o no al enfrentarse a un enemigo que tiene el doble
de soldados que él. Si no fuera posible ganar, sería sabio mandar a un embajador a pedir condiciones de
paz (Lc. 14:28-32). Por supuesto, Jesús aquí se refiere a la sabiduría humana. Por el contrario, mediante la
sabiduría sobrenatural es posible derrotar a un enemigo de poder superior al nuestro, aun usando un
número más reducido de hombres, como en el caso de Gedeón (Jue. 7:725).

“¿Y ahora?… Creo que no tengo más remedio que crear un nuevo invento que destruya los inventos
anteriores”

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2. LA SABIDURÍA HUMANA Y LA NATURALEZA HUMANA.
Se han escrito muchos libros con el propósito de ayudar a la gente a tomar ventaja de las leyes que
gobiernan la naturaleza humana. Estas son cosas que todos sin duda deben saber. Debemos entender que
la cortesía común y la consideración hacia otros son factores importantes en nuestro trato con el prójimo.
Seguramente podemos ganar más almas para Cristo usando palabras apropiadas y observando buenos
modales que actuando de una manera descortés y grosera.
La sabiduría humana, no obstante, se usa más a menudo con propósitos egoístas como ganar más dinero,
gozar de la buena vida, etc. Es posible tener sabiduría humana sin conocer a Dios. Tal sabiduría puede
ayudar al hombre a tener éxito en esta vida, pero no lo prepara para la vida venidera. Salomón nos da un
testimonio interesante acerca de la búsqueda de la sabiduría humana:
Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los
que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia. Y dediqué mi
corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era
aflicción de espíritu. Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor
(Ecl. 1:16-18).
De acuerdo al testimonio de Salomón, la búsqueda de sabiduría meramente humana le dejó con el alma
vacía y el espíritu afligido. Muy a menudo, la sabiduría mundana en sí es opuesta a la sabiduría de Dios, y
tal sabiduría se acabará.
Jesús al contar la parábola del rico insensato llama “necio” al que depende solamente de la sabiduría
humana. Este hombre en verdad tenía sabiduría natural, sabía cómo prosperar y mejorar su estado natural,
pero se olvidó de hacer provisión para su alma (Lc. 12:16-21).
C. SABIDURÍA DIVINA (1 Co. 2:6,7)
La sabiduría divina es la sabiduría que usa los mejores medios para impulsar el reino de Dios, y se
manifiesta en el hombre espiritual. La relación entre sabiduría y ciencia espiritual es casi la misma que
existe entre sabiduría y ciencia natural.
Puesto que la sabiduría natural es la habilidad para aplicar el conocimiento, la ciencia y la experiencia
que uno tiene, así la sabiduría divina es la habilidad para aplicar el conocimiento espiritual.
El conocimiento es el material crudo que la sabiduría usa.
1. PABLO HACE UN CONTRASTE ENTRE LA SABIDURÍA NATURAL Y LA ESPIRITUAL (1
Co. 1:19-25).
La sabiduría del hombre natural pone suprema importancia a las cosas de esta vida; piensa totalmente
en términos de lo corto que resulta la vida del hombre, y en cómo mejorar su vida y la de su familia, etc.,
dejando de considerar que en un momento puede dejar de latir su corazón e instantáneamente puede
perder todas sus posesiones terrenales. Por el contrario, la sabiduría divina piensa más allá de esta vida,
en cosas eternas y espirituales, y le ayuda al hombre a hacer un buen juicio entre las cosas naturales y
espirituales. ¿Quién construiría una casa en la playa donde puede venir la marea a destruirla? ¿Quién con
una mente sana usaría la mayor parte de su energía en hacer tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín
corrompen y los ladrones minan y hurtan? Solamente el hombre espiritual es verdaderamente sano en su
mente. Él hace planes para la hora cuando tenga que partir de este mundo; para poder decir como el
apóstol Pablo con palabras triunfantes:
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás me está guardada la
corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí sino también a todos los
que aman su venida (2 Ti. 4:7, 8).

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2. LA SABIDURÍA DIVINA ESTÁ DISPONIBLE PARA TODOS.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin
reproche, y le será dada (Stg. 1:5).
Es el Señor quien da esta sabiduría y no puede ser clasificada con la sabiduría humana que tiene su origen
en la mente:
Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sana
sabiduría a los rectos… (Pr. 2:6, 7).
La sabiduría divina no siempre viene por medio de un don particular. Las Escrituras animan al pueblo de
Dios a buscar sabiduría porque es necesaria para la vida cotidiana, para el funcionamiento de la Iglesia y
para la correcta manifestación de los dones del Espíritu.
3. UNA COMPARACIÓN ENTRE EL DON DE LA PALABRA DE SABIDURÍA Y LA SABIDURÍA
GENERAL (LA QUE TODOS PUEDEN PEDIR Y RECIBIR).
Puesto que todos pueden pedir y recibir sabiduría, entonces, ¿Qué significado y propósito tiene la
“palabra de sabiduría” que es dada a un número limitado de personas?:
Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría (1 Co. 12:8).
Para responder a esta pregunta, debemos entender que toda la sabiduría divina, ya sea que venga por
medios naturales o sobrenaturales, es sabiduría de Dios; pero los medios por los cuales se imparte son
diferentes:
Se aprende sabiduría divina por los medios siguientes:
Al estudiar las Escrituras.
Al escuchar sermones y enseñanzas ungidas por el Espíritu.
Por medio de libros escritos por hombres de Dios.
Por medio del trato con otros, observación experiencias, consejos, etc.
La “palabra de sabiduría” no se puede aprender. Esta es dada por medios sobrenaturales y aquí esta la
diferencia.
La persona que tiene el don de la palabra de sabiduría no queda exenta de buscar la sabiduría por todos
los medios que estén a su alcance. Al contrario, debe crecer continuamente en sabiduría espiritual y
también en sabiduría natural.
Este principio se ve ilustrado en la vida de Jesús. Jesús adquirió sabiduría divina aparte de la “palabra de
sabiduría”. Se nos dice acerca de Jesús que en su juventud: crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia
para con Dios y los hombres (Lc. 2:52).
Jesús todavía no había sido bautizado con el Espíritu Santo. Por eso sabemos que la sabiduría que él
recibía mientras estaba creciendo hacia la madurez no era la “palabra de sabiduría”, sino la sabiduría
general.
Notemos que existe una diferencia entre la sabiduría que necesitamos todos los días y la “palabra de
sabiduría” que se recibe por medio del don. Aprendemos sabiduría divina mediante pruebas y
experiencias, pero la “palabra de sabiduría” viene solamente por revelación.

II. DEFINICIÓN DE LA PALABRA DE SABIDURÍA


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A. LO QUE NO ES LA PALABRA DE SABIDURÍA
La palabra de sabiduría no es el desarrollo de la sabiduría humana, sino que obra por medio de lo
sobrenatural. No se puede obtener este don mediante el estudio y la experiencia, pero tampoco sirve como
un substituto de éstos.
No es, como algunos enseñan erróneamente, la capacidad de sabiduría humana dada por Dios. Aceptar
esto sería tan ridículo como suponer que la profesión médica representa los dones de sanidades.
No es “una” palabra de sabiduría sino “la” palabra de sabiduría; no es solamente una palabra sobre la
situación, sino que es “la” palabra, respuesta o solución de Dios para esa situación específica.
B. LO QUE ES LA PALABRA DE SABIDURÍA
1. DEFINICIÓN:
La palabra de sabiduría es:
A. Un fragmento de la sabiduría de Dios que es dada por medios sobrenaturales para una ocasión
particular (tiempo preciso).
B. La habilidad dada por Dios para recibir revelación acerca de qué hacer en una situación, una vez que
se conocen los hechos.
La palabra de ciencia es la revelación de hechos—pasados, presentes o futuros—, pero esta información
por sí misma no es suficiente, necesitamos la palabra de sabiduría para enfrentar la situación y saber cómo
actuar en lo que Dios nos ha mostrado. A consecuencia de esto la palabra de sabiduría y la palabra de
ciencia frecuentemente funcionan juntas.
2. Dios tiene toda la sabiduría y en ocasiones, cuando se requiere, nos imparte un poco de ella. Dios tiene
en su alfolí divino todo el conocimiento de los cielos y la tierra, del tiempo y la eternidad:
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!
¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! (Ro. 11:33).
En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Col. 2:3).
Nosotros podemos tener sabiduría por medio de las experiencias del pasado, pero Dios siempre está
consciente de todas las cosas pasadas, presentes y futuras; por eso él tiene toda la sabiduría. En el momento
que Dios da al hombre un vistazo o una revelación de algún evento futuro, está dándole un fragmento de
su propósito infinito, o la “palabra de sabiduría” específica.
La palabra de sabiduría es el agente sobrenatural activo mediante el cual puede ser impartida sabiduría
espiritual o natural, conforme la necesidad del momento. Al estudiar las Escrituras encontramos que
existen tanto la sabiduría divina como la sabiduría natural. Cualquiera de éstas puede manifestarse
mediante la palabra de sabiduría, porque de acuerdo a lo que dice Pablo tocante a los dones:
Y hay diversidad de ministerios… y hay diversidad de operaciones… (1 Co. 12:5, 6).
En un sentido la sabiduría y la ciencia divina son la suma total de toda la ciencia pasada, presente y futura.

II. ILUSTRACIONES DE SABIDURÍA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO


A. LA SABIDURÍA DE DIOS EN LA CREACIÓN
Los propósitos y las manifestaciones de la sabiduría son diversas e infinitas en su alcance. La sabiduría
estuvo presente en la creación del universo, de los cielos y de la tierra.

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Cuando formaba los cielos, allí estaba yo [la sabiduría]; cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;
cuando afirmaba los cielos arriba, cuando afirmaba las fuentes del abismo (Pr. 8:27, 28).
Así entendemos que el universo que ahora conocemos es el gran resultado de la sabiduría divina. Satanás,
en su traición, trato de arruinar la creación perfecta de Dios, pero los resultados de su rebelión son
solamente temporales y al final la creación de Dios será restaurada a su perfección.
B. SABIDURÍA PARA CONSTRUIR EL ARCA
Dios dio a Noé sabiduría para la construcción del arca después de haberle informado mediante la palabra
de ciencia que iba a venir sobre la tierra un diluvio. Dios mismo lo instruyó en la manera que tenía que
construirla, sus medidas, el material, etc. Hoy día Dios nos puede dar también instrucciones específicas
acerca de algunas situaciones particulares.
C. SABIDURÍA DE JOSÉ EN SU CONSEJO A FARAÓN.
José reconoció que su sabiduría no provenía de él mismo sino de Dios:
Respondió José a Faraón diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón (Gn. 41:16).
Mediante la palabra de sabiduría José pudo aconsejar a Faraón, después de haber interpretado su sueño,
cuya revelación recibió por medio de la palabra de ciencia (Gn. 41:15-37). José advirtió a Faraón acerca de
los siete años de abundancia que iban a ser seguidos por siete años de hambre. Faraón reconoció la
sabiduría del consejo de José:
Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? (v.
38).
D. SABIDURÍA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL TABERNÁCULO
Habló Jehová a Moisés, diciendo: Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la
tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para
inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce (Ex. 31:1-4).
Encontramos que Dios dio a Bezaleel sabiduría y entendimiento particular, un don especial en arte y
diseño para construir el tabernáculo con todos sus muebles. Era más que sabiduría general o humana, fue
sabiduría que vino por el Espíritu. Probablemente fue algo un poco distinto de la operación de la palabra
de sabiduría en el Nuevo Testamento; no obstante, fue sabiduría divina dada especialmente a Bezaleel para
ayudarle en la preparación de los finísimos muebles del tabernáculo.
Más adelante, en el capítulo 35 notamos que Bezaleel y Aholiab fueron escogidos para proyectar y para
enseñar, y Moisés enfatiza otra vez que Dios les ha llenado de su Espíritu (vv. 30-35).
E. SABIDURÍA EN LA VIDA DE DANIEL
Cuando el rey Nabucodonosor puso a prueba a todos los sabios de su reino se dio cuenta de la sabiduría
de Daniel:
Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel… En todo asunto de
sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos
que había en todo su reino (Dn. 1:19, 20).
Cuando Nabucodonosor quiso matar a todos los sabios del reino porque no podían decirle su sueño
olvidado, Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, quien le dio un tiempo
para buscar el rostro de Dios. Cuando Dios le reveló tanto el sueño como su significado, Daniel reconoció
que no fue por sabiduría natural que podía hacer esto:

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Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino
para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón (Dn.
2:30).
En toda su vida Daniel se comportó tan sabiamente que pudo sobrevivir a los muchos cambios de reinos
y reyes; le fue posible servir con fidelidad a Nabucodonosor, Belsasar, Darío y Ciro.

IV. LA PALABRA DE SABIDURÍA EN LA VIDA DE JESÚS


La palabra de sabiduría funcionaba a la perfección en el ministerio de Jesús, por lo tanto un estudio de
algunos eventos de su vida nos dará más entendimiento en cuanto al uso de este don.
Muchos no identifican el papel que jugaba la palabra de sabiduría en el ministerio de nuestro Señor. Al
pensar en él como el poseedor de toda sabiduría se tiene la tendencia de olvidar su humanidad. Es cierto
que Cristo compartía con el Padre la sabiduría infinita y omnisciente antes de su encarnación. No obstante,
Filipenses 2:6-8 demuestra que Cristo se despojó a sí mismo de su omnisciencia y tomó sobre sí la forma
de hombre, con todas las limitaciones comunes del ser humano. Es por ello que Lucas declara que Jesús
crecía como cualquier otro niño y que: …crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los
hombres (Lc. 2:52). No sería posible hacer tal declaración acerca de alguien que ya poseyera toda ciencia y
sabiduría. La sabiduría que Jesús adquirió en su juventud era sabiduría divina, pero no era la palabra de
sabiduría que obtuvo como un don particular del Espíritu Santo después de ser bautizado en el río Jordán,
inmediatamente antes de comenzar su ministerio activo. Fue después de este evento que el Espíritu
comenzó a manifestarse en su vida. Juan da evidencia de que el milagro del agua cambiada en vino fue el
primer milagro que Jesús hizo: Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria…
(Jn. 2:11).
Fue a causa de la sabiduría sobrenatural que todas las obras que Jesús hizo eran perfectas aun en los
detalles más pequeños. Él conocimiento en sí no es suficiente, se necesita sabiduría para saber cómo y
cuándo usarlo. Al estudiar la vida de Cristo podemos maravillarnos de la perfección con la cual actuaba en
cada situación. Sería imposible notar todos los ejemplos de esta sabiduría maravillosa de Cristo; pero al
considerar algunos incidentes no podemos menos que reaccionar de la misma manera que la gente de su
tiempo, maravillados ante su sabiduría y sus milagros (Mt. 13:54).
A. SABIDURÍA EN SU RESPUESTA A SATANÁS
El primer evento del ministerio de Cristo después de recibir el Espíritu Santo, fue su encuentro con
Satanás en el que la sabiduría divina triunfó sobre las artimañas satánicas (Lc. 4:3-14).
Hay un misterio en esta confrontación que Cristo tuvo con el diablo en el monte de la tentación. No
entendemos completamente cómo fue que Satanás llevó a Jesús al pináculo del templo ni tampoco cómo le
mostró los reinos del mundo en un tiempo tan corto. No obstante, las tentaciones eran muy reales y fueron
presentadas de una manera muy sutil. Satanás estuvo dispuesto a dar a Cristo los reinos de este mundo y
su gloria… si él solamente le adoraba. Cristo rechazó la oferta. Satanás usó su conocimiento (ciencia) para
hacerle caer en la trampa, pero Cristo usó la sabiduría divina aplicada específicamente a aquella ciencia.
Es interesante notar que Jesús no discutió con el diablo. Este no hubiera sido el mejor camino. En vez de
eso, le respondió a Satanás con: Escrito está (v. 4,8).
Cuando Satanás llevó a Jesús al pináculo del templo y le dijo que se echara hacia abajo para probar que
era el Hijo de Dios, Jesús respondió con las palabras de las Escrituras: … No tentarás al Señor tu Dios (v.
12). Ninguna respuesta podía haber sido más eficaz que ésta; Satanás había aplicado equivocadamente las
Escrituras, usando la promesa …A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden (v. 10). Pero Jesús
censuró esta aplicación de la palabra de Dios al citar otra escritura. El Señor mostró que el poder de Dios
nunca debe ser usado para propósitos sensacionalistas y espectaculares. Jesucristo, el Hijo de Dios, había
venido a este mundo para humillarse a sí mismo, y no para mostrarse en el papel de un “supermán”.
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Daría mejor resultado si los cristianos, al tener un encuentro con Satanás, usaran contra él las Escrituras,
que son la espada del Espíritu, en vez de sus propios argumentos o razonamientos.
B. SABIDURÍA EN SU RESPUESTA A JUAN EL BAUTISTA
Es muy probable que Juan el Bautista estuviera un poco desilusionado con el ministerio de Cristo. Juan
había preparado con fidelidad el camino del Mesías mediante su fuerte predicación de la Palabra de Dios.
Sin duda, él esperaba con ansia el tiempo cuando podía sentarse bajo el ministerio de aquel que vendría
después de él. No obstante, después que bautizó a Jesús en el rió Jordán, no existe registro de que Juan el
Bautista encontrara al Señor otra vez, aunque algunos reportes llegaron a él. Algunos de sus discípulos más
celosos vinieron para decirle que el ministerio de Jesús era más espectacular que el suyo: …y todos vienen
a él (Jn. 3:26); poco después de esto Juan fue echado en la cárcel. Sería razonable que el profeta pensara
que el Señor, de una manera u otra, vendría a liberarlo. Pero Juan siguió aparentemente olvidado en la
cárcel, y por fin entendió que no se iba a hacer nada por él. Fue entonces que una pequeña duda entró en
la mente de Juan el Bautista y envió a dos de sus discípulos a Jesús con un mensaje particular: ¿Eres tú aquel
que había de venir, o esperaremos a otro? (Mt. 11:3). ¿Cuál fue la respuesta de Jesús? ¿Le explicó a Juan que
su ministerio tenía que desaparecer para dejar lugar al del Mesías? ¿Le dio alguna explicación? No, él hizo
algo mucho más sabio. Les dijo a los mensajeros que esperaran un poco y tendrían su respuesta; se nos
dice que:
En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio
la vista (Lc. 7:21).
En otras palabras, en vez de dar una explicación larga y complicada, solamente les dijo que esperaran
para ver si su ministerio llevaba las señales del Mesías:
Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan,
los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el
evangelio (Lc. 7:22).
Esta fue una respuesta de sabiduría perfecta.
C. SABIDURÍA EN SU MINISTERIO A LA MUJER SAMARITANA
Jesús primeramente trató con la mujer samaritana funcionando en la palabra de ciencia al revelarle su
vida pasada. Después Jesús también manifiesta la palabra de sabiduría aplicada a esta ciencia al hacerla
consciente de su estado pecaminoso y su necesidad de un salvador. La mujer comenzó a discutir, como
hace la mayoría de los pecadores cuando surge el tema de religión, aunque usualmente eso no los lleva a
ninguna solución.
Los samaritanos tenían una doctrina favorita, creían que el hombre debería adorar a Dios en su montaña.
Según ellos, Dios era un Dios samaritano. Pusieron tanto énfasis en esta enseñanza, que la mujer supuso
que ésta era el asunto más importante de la religión. Cuando ella creyó que Jesús era profeta le hizo de
inmediato la antigua pregunta “¿Qué iglesia es la iglesia verdadera?”.
Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros
decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar (Jn. 4:19, 20).
La mayoría de los maestros judíos inmediatamente se hubieran metido en una discusión acalorada sobre
el tema; hubieran dicho que el judaísmo era la “iglesia verdadera”.
Pero noten que Jesús no lo hizo así. La palabra de sabiduría dictó una respuesta diferente. Jesús no quiso
definir cuál era su posición en este conflicto común entre los samaritanos y los judíos porque esto
solamente hubiera aumentado el prejuicio religioso. En vez de esto, el Señor reveló a la mujer una verdad
mayor: la adoración es más que un lugar o un local. Dios es Espíritu, por lo tanto la adoración a Dios tiene
que ser en el espíritu. Esto llevó la atención de la mujer de lo natural a las cosas espirituales, expresando
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su esperanza que el Mesías vendría un día para explicar todas esas cosas; por lo tanto, se presentó la
oportunidad para que Cristo le revelara su identidad.
D. SABIDURÍA EN ASUNTOS LEGALES
Cristo vino para dar al hombre vida eterna, para traer paz y refrigerio a aquellos que estaban afanados
con los problemas de esta vida. No tenía ninguna intención de proclamar una igualdad económica. Él dijo:
Porque los gentiles buscan todas estas cosas (Mt. 6:32).
Por lo tanto, cuando uno de la multitud le interrumpió pidiéndole un favor personal (Lc. 12:13-15), Jesús
se negó a interferir en sus asuntos legales. Jesús indicó que su reino estaba fundado en principios
espirituales no en asuntos legales. También se negó a ser solamente el amigo de uno, declarando su juicio
imparcial. Este hombre que interrumpió a Jesús mientras que predicaba acababa de oír las palabras “los
magistrados y las autoridades”, y éstas le sugirieron el tema en el cual sus pensamientos estaban puestos
continuamente —el pleito con su hermano tocante a su herencia.
Jesús le hizo la siguiente pregunta:
Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? (Lc. 12:14).
Jesús se negó a interferir porque quiso hacer una distinción entre los reinos de este mundo y el gobierno
de su Iglesia; también porque él vio que este hombre estaba pasando por alto asuntos más serios que el de
su porción de la herencia.
E. SABIDURÍA EN SUS RESPUESTAS A SUS ENEMIGOS
Casi cada acto de Jesús de alguna manera es un ejemplo de sabiduría divina. Jesús dijo que él recibía
sabiduría del Padre:
… yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo… y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseño
el Padre, así hablo (Jn. 8:26, 28).
Jesús hizo a sus discípulos una promesa tocante a la palabra de sabiduría en momentos de prueba y crisis
para enseñarles que deberían depender totalmente de la operación del Espíritu Santo en esos tiempos:
Porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan
(Lc. 21:15).
El ministerio de nuestro Señor nos da muchas ilustraciones de esta manifestación de sabiduría divina.
F. SU PREGUNTA A LOS PRINCIPALES SACERDOTES.
Cuando Jesús estuvo enseñando en el templo, los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos se le
acercaron para exigirle que les explicara porqué había echado del templo a los mercaderes y quién le había
dado autoridad para hacerlo.
Jesús no trató de excusarse o argumentar, solamente les respondió con otra pregunta:
¿Fue Dios el que envió a Juan a bautizar o no? Era una pregunta difícil de contestar, y se pusieron a
discutirla entre sí en voz baja. Si decimos que
Dios lo envió –se decían–, nos preguntará por qué no creímos en él. Y si decimos que no fue Dios el que lo
envió, el pueblo se enojará, porque casi todo el mundo cree que Juan era profeta. Pero por fin respondieron:
No, no sabemos. Y Jesús les dijo: Pues yo tampoco les voy a decir quién me dio autoridad para hacer estas
cosas (Mt. 21:25-27 LBAD).
Perplejos y avergonzados los sacerdotes no supieron cómo responder a esta palabra de sabiduría.
G. LA RESPUESTA TOCANTE AL TRIBUTO AL CÉSAR.

12
En otra ocasión los fariseos querían enredar a Jesús en sus propias palabras y hacerle decir algo que le
comprometiera. Por eso enviaron a algunos de sus hombres, juntamente con algunos herodianos, a
formularle algunas preguntas (Mt. 22:15-22).
Comenzaron a alabarle para llevarle a su destrucción; dijeron: ... sabemos que amas la verdad y que la
enseñas sin miedo a las consecuencias. Dinos,
¿Debe uno pagar impuestos al gobierno Romano? (Mt. 22:16, 17 LBAD). Existían dos poderes, el del César
y el de la multitud. Aquí viene un tercer poder para tratar de arruinar la reputación de Jesús en mala
reputación con uno de los dos. Parece que solamente hay dos respuestas posibles a esta pregunta. Si él dice
“sí”, la multitud se va a enojar con él. Si dice “no” tendrá que enfrentarse a los romanos. En esta ocasión los
fariseos no estaban solos pues tenían consigo a algunos herodianos, por lo tanto, estaban presentes los que
podían denunciarle inmediatamente al oír su respuesta. Finalmente, puesto que Jesús siempre estaba
dispuesto a dar instrucción y enseñanza, a responder las preguntas y también a reprender a los malos, no
podía optar por evitar la pregunta, que era la tercera posibilidad, porque eso sería la ruina absoluta de su
ministerio público: … Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino
de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres (Mt. 22:16) ¿Cómo podía
él mantener silencio habiendo sido retado a hablar sobre estos principios? Parecía que no podría escapar
de esta trampa. Pero Jesús estuvo listo para responderles de inmediato para solucionar el problema
mediante la palabra de sabiduría. Jesús expuso sus razones diciendo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? (v.
18). En realidad esta era una respuesta adecuada porque Jesús no estaba obligado a responder a este tipo
de pregunta. Por tanto, cuando les pidió una moneda, no podían negársela; también tenían que responder
a su pregunta: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? respondieron: de César (v. 20). Entonces Jesús les
dio la respuesta sabía que por siglos ha causado la admiración de muchos:
… Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios (v. 21).
Puesto que Dios había permitido a los Romanos gobernar en este tiempo, deberían dar a César lo que
Dios había permitido que fuese dado a César en aquel tiempo. Quedó igualmente claro que deberían
también rendir a Dios lo que él todavía se había reservado para sí mismo. Por lo tanto no había ninguna
contradicción entre las dos cosas y a causa de esta palabra de sabiduría sus enemigos salieron
sorprendidos y avergonzados.
H. LA RESPUESTA A LOS SADUCEOS.
Tan pronto como desaparecieron los fariseos, los saduceos aparecieron en el escenario. Ellos también
tienen una pregunta; tiene que ver con su incredulidad acerca de la doctrina de la resurrección: Porque los
saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu… (Hch. 23:8). Por medio de su pregunta piensan
desacreditar tanto esa doctrina como a Cristo. Argumentaron que en una familia de siete hermanos cada
uno en realidad había estado casado con la misma mujer. A causa de eso, cada uno podía reclamarla como
suya en la resurrección. A fin de cuentas, razonaron ellos, ¿Cómo podría una doctrina que guiaba a un
resultado tan absurdo ser una doctrina de verdad? y si existía otra solución querían que Jesús la presentara.
Jesús respondió a los saduceos en su forma característica, refiriéndose solamente a los libros de Moisés
en los cuales ellos creían. Por la palabra de sabiduría les mostró que con sólo considerar los nombres de
Dios se podían encontrar pruebas suficientes de la verdad de la resurrección. ¿Qué quería decir Dios
cuando se describe como un Dios de ciertos hombres que estaban ya muertos?
Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos (Mt.
22:32).
Jesús les dio a entender, que estos hombres se encontraban todavía vivos para Dios y que el Dios vivo es
el Dios de los vivos; al oír esta respuesta la multitud se maravilló de su doctrina y los saduceos callaron.

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Los fariseos todavía se creían más listos que los saduceos y otra vez uno de ellos se acercó a Jesús para
tentarle acerca de cuál era el gran mandamiento. La respuesta de Jesús señaló el amor supremo a Dios, y
amar al prójimo como a sí mismo:
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas (Mt. 22:40).
Esta respuesta ha permanecido desde entonces como la palabra final sobre este tema y es un ejemplo de
la simplicidad y grandeza de una palabra de sabiduría.

V. PROPÓSITOS DE LA PALABRA DE SABIDURÍA


A. SABIDURÍA PARA GUIAR AL PUEBLO DE DIOS
La habilidad natural inherente en una persona para ser un líder no es necesariamente sabiduría de Dios.
No obstante, Dios imparte al líderazgo sabiduría sobrenatural para situaciones específicas y ésta es dada
por el Espíritu de Dios. Vemos esto ilustrado a través de la historia de los hijos de Israel; vez tras vez, los
líderes recibían de Dios sabiduría sobrenatural para tratar con asuntos y problemas difíciles.
Consideremos aquí dos de ellos:
1. MOISÉS Y LA REBELION DE CORÉ.
En la vida de Moisés hubo innumerables ocasiones cuando la palabra de sabiduría, la palabra de ciencia
y la profecía trabajaron juntas, lo mismo puede decirse de los dones de milagros y sanidades. Había más
de dos millones de personas en el desierto; indiscutiblemente se requería una buena disciplina para
preservar la ley y el orden en una congregación de este tamaño. No obstante, surgió una insurrección
cuando algunos hombres rebeldes, que no negaron la religión pues eran demasiado astutos para eso,
retaron la autoridad de Moisés pública y abiertamente. Eran doscientos cincuenta hombres, hombres
ambiciosos y sin escrúpulos, considerados príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de
renombre (Nm. 16:2). Guiados por Coré pensaron que tenían suficiente influencia sobre la congregación
para retar la posición de Moisés.
Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos
ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación
de Jehová? (Nm. 16:3).
¿Qué debería hacer Moisés? Esta rebelión era el problema más serio al cual Moisés había tenido que
enfrentarse hasta ese momento. Si la rebelión tenía éxito, todo se perdería. Cuando Moisés oyó esto se
postró sobre su rostro. Mientras estuvo en oración, Dios le dio la palabra de sabiduría que le mostró las
decisiones que debería tomar. Él debería llamar a Coré y sus seguidores a una junta particular de consejo.
Dios siempre trata de aconsejar antes de enviar juicio (Mt. 18:15-18). No obstante, los rebeldes no estaban
impresionados y enviaron una corta respuesta a Moisés: … No iremos allá (Nm. 16:12). Puesto que los
hombres no estaban dispuestos a responder a la misericordia, tenía que venir sobre ellos la disciplina
divina. Moisés convocó a otra reunión a la puerta del Tabernáculo, pero Coré había incitado a toda la
congregación contra Moisés y Aarón, y todos se reunieron a observar. Entonces la gloria de Jehová apareció
e iba a destruir a todo el pueblo, pero Moisés y Aarón se postraron delante de Jehová pidiendo misericordia.
Entonces Moisés mandó al pueblo apartarse de la tienda de Coré, Datán y Abiram, amonestándoles que si
no se apartaban de estos hombres inicuos iban a ser incluidos en su pecado y juicio. Entonces todo el
pueblo hizo caso a Moisés y se apartó de los rebeldes. Moisés puso a prueba todo su ministerio:
Y Moisés dijo: Ahora se sabrá si el Señor me ha enviado o no a hacer todas las cosas que he hecho, o si he
hecho algo por iniciativa mía: Si estos hombres mueren en forma natural, de algún accidente o enfermedad
común, Jehová no me ha enviado. Pero si Jehová hace un milagro y la tierra se abre y se los traga juntamente
con todo lo que les pertenece, y entran vivos en el Seol entonces se sabrá que estos hombres han despreciado
a Jehová (Nm. 16:28-30 B. al D.).

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Tan pronto como Moisés acabó de hablar, la tierra se abrió debajo de los rebeldes y una gran grieta se los
tragó junto con sus tiendas, familias y amigos que estaban con ellos y con todo lo que poseían. Enseguida
descendió fuego de Jehová y quemó a los doscientos cincuenta hombres rebeldes.
La rebelión había crecido en tales proporciones y sus instigadores eran tan aferrados y duros de corazón
que no quedó otro remedio sino destruirlos. No obstante, el asunto no se había terminado. La semilla de
descontento y rebelión había sido sembrada en todo el pueblo. Aunque estaban llenos de temor,
comenzaron a murmurar contra Moisés y Aarón hasta que Dios tuvo que volver a enviar otro juicio; cayó
una plaga sobre ellos y murieron catorce mil setecientas personas además de los que habían muerto el día
anterior con Coré. La palabra de sabiduría mostró que ésta era la única manera posible de prevenir que la
nación de los hijos de Israel se dividiera en muchas compañías pequeñas e independientes, cada una
yéndose por su propio camino.
2. JOSUÉ CON SABIDURÍA INTRODUCE AL PUEBLO A CANAÁN.
Antes de tomar el liderazgo del pueblo de Dios, Josué había recibido el espíritu de sabiduría por medio
de la imposición de manos de Moisés (Dt. 34:9), y a través de su vida vemos muchas veces las
manifestaciones de ella. La Instrucción divina le fue dada a Josué mediante palabras de sabiduría para
enfrentar situaciones particulares en diversas ocasiones.
a. Al cruzar el Jordán (Jos. 3).
Hubiera sido muy fácil para Josué presumir que podían cruzar el Jordán de la misma manera que habían
cruzado el mar Rojo en los días de Moisés y que las aguas iban a apartarse al extender la vara sobre ellas.
Pero Dios le dio una palabra de sabiduría, que en esta ocasión era necesario que los sacerdotes entraran
en medio del río, parándose ahí con el Arca del Pacto sobre sus hombros, hasta que la gente cruzara al otro
lado.
b. Al conquistar Jericó (Jos. 6).
Dios le dio a Josué una palabra de sabiduría indicándole cómo conquistar la ciudad de Jericó. Le mostró
que tenían que marchar alrededor de los muros una vez cada día, y siete veces el séptimo día; que tocaran
las trompetas y lanzaran gritos de júbilo, hasta que se derrumbaran los muros. Cuando esto sucedió los
israelitas entraron en la ciudad conquistándola.
c. Al enseñarle cómo tratar con Acán (Jos. 7).
Este había robado las cosas malditas y así causó la derrota de Israel en Hai. Por medio de la palabra de
sabiduría Josué supo cómo encontrar al culpable y cómo castigarle juntamente con su familia y posesiones.
d. Al detener el sol en Gabaón (Jos. 10:1-27).
Cuando todos los reyes de las montañas se reunían contra Israel, Josué subió de Gilgal y todo el pueblo
de guerra con él. Entonces recibió una promesa del Señor: No tengas temor de ellos; porque yo los he
entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti (v. 8). Esto era suficiente para Josué; él y
sus hombres de guerra viajaron toda la noche y tomaron al ejército enemigo por sorpresa. Jehová les ayudó
llenando el corazón del enemigo con pánico de modo que huyeron. Mientras el enemigo huía, el Señor hizo
llover granizo sobre ellos y más hombres murieron a causa del granizo que por las espadas de los israelitas.
Sin embargo, Josué vio que iba a oscurecer antes de poder terminar la batalla, por eso ordenó: … Sol, detente
en Gabaón; y tú, luna, en el valle de Ajalón (v. 12). Y el sol y la luna no se movieron hasta que el ejército
israelita acabó de destruir a sus enemigos. Teniendo un día más largo Josué pudo acabar totalmente con
sus enemigos.
e. Al vivir una vida ejemplar (Jos. 24:15).

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La vida de Josué delante del pueblo era un testimonio fuerte y un reto para todas las generaciones
venideras. Cuando llegó a los últimos días de su vida reunió al pueblo para darles una última exhortación.
Repasó la historia de Israel desde el llamamiento de Abraham hasta el día en que habían entrado en la
tierra prometida y les exhortó de la siguiente manera:
Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad… Y si mal os parece servir a Jehová,
escogeos hoy a quién sirváis… pero yo y mi casa serviremos a Jehová (Jos. 24:14, 15).
Josué mediante la sabiduría y fe sirvió a su generación. Las siguientes bien podían ser palabras de elogio
expresadas al final de la vida de Josué:
Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y
que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel (Jos. 24:31).
B. SABIDURÍA PARA TRATAR LOS PROBLEMAS PERSONALES DE LA GENTE
Una de las necesidades más grandes de la Iglesia Cristiana es contar con sabiduría para resolver los
problemas humanos que se levantan constantemente. Por medio de la palabra de sabiduría Dios puede
impartir dirección para resolverlos.
1. EJEMPLOS DE SABIDURÍA EN LA VIDA DE SALOMÓN.
Salomón tenía una sabiduría peculiar que había recibido de Dios, la cual le ayudaba a tratar los problemas
de la gente (1 R. 3:11, 12). Se nos dice que la sabiduría de Salomón era un don particular de Dios que tuvo
su efecto en todos los que le oyeron:
… y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar (1 R. 3:28).
Jesús mismo se refirió a la sabiduría de Salomón como algo muy especial que hizo que la gente viajara
grandes distancias para escuchar sus palabras y aprender sus juicios (Mt. 12:42).
No es de gran importancia discutir si el don de Salomón era exactamente lo mismo que la palabra de
sabiduría en el Nuevo Testamento. Ciertamente fue sabiduría que recibió por medios sobrenaturales. El
mundo cristiano universalmente ha aceptado sus tres libros como inspirados por Dios, reconociendo las
palabras de sabiduría manifestadas en ellos.
¿Cómo y por qué recibió Salomón este don particular? Siempre la soberanía divina tiene su papel en la
repartición de los dones espirituales: Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a
cada uno en particular como él quiere (1 Co. 12:11). Pero también tiene que ver la cooperación humana.
Somos exhortados a codiciar los mejores dones (1 Co. 12:31). Cuando Salomón era un joven se dice de él:
Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David… (1 R. 3:3). Vivía en un ambiente
espiritual que le preparó para recibir su ministerio particular.
Al principio de su reinado, Dios se le había aparecido en un sueño diciendo: Pide lo que quieras que yo te
dé (1 R. 3:5). Quienes estudian estas cosas dicen que en los sueños frecuentemente se revelan los deseos
más profundos de una persona. ¿Qué quería Salomón más que cualquier otra cosa? ¿Riqueza, honor o fama?
¡No, él quería sabiduría!
Algunas personas sueñan con encontrar tesoros y riquezas, mientras otros sueñan con grandes honores.
Pero el deseo ferviente del corazón de Salomón era tener sabiduría. Heredó la responsabilidad de guiar el
destino de un gran pueblo, y se dio cuenta que le hacía falta la sabiduría necesaria para tratar los problemas
y las necesidades de su pueblo. Por lo tanto, Salomón respondió a la pregunta de Dios con una petición de
sabiduría:
Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy
joven, y no se como entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande,
que no se puede contar ni numerar por su multitud. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu
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pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?
(1 R. 3:7-9).
Esta petición agradó a Dios, y nosotros también podemos estar seguros que es la voluntad de Dios que
pidamos sabiduría. Dios elogió a Salomón por su selección sabia. Debido a que no pidió riqueza ni gloria,
Dios prometió dárselas también (1 R. 3:10-14).
Esto nos hace recordar las palabras de Jesús en el monte:
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mt. 6:33).
a. ¿Quién era la madre del niño? (1 R. 3:16-28).
Salomón sabía tratar problemas humanos difíciles con su sabiduría. Dos rameras aparecieron ante
Salomón; las dos habían dado a luz a un hijo, pero uno había muerto. Ahora cada mujer reclamaba al hijo
vivo como suyo diciendo que la otra mujer le había robado a su hijo vivo. Aparentemente no había modo
de determinar quién decía la verdad y quién estaba mintiendo. Salomón pidió una espada y mando cortar
en dos al niño vivo para darle una mitad a cada una de las mujeres. Inmediatamente se manifestó la
verdadera madre del niño. La madre falsa estaba dispuesta a permitir que mataran al niño, pero la otra
clamó: ¡Ah, Señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis (1 R. 3:26).
Entonces Salomón mandó dar el niño a la madre verdadera.
Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la
orilla del mar (1 R. 4:29).
b. La visita de la reina de Sabá (1 R. 10:1-13).
Se cree que la reina de Sabá venía de Etiopía; vino a Salomón para probarle con preguntas difíciles (v. 1).
Su testimonio fue que había oído muchas cosas acerca de su grandeza pero que en verdad su sabiduría y
bienes eran mucho mayor que la fama que ella había oído. Además dijo: Bienaventurados tus hombres,
dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría (v. 8). A causa de la
sabiduría que ella vio en Salomón, bendijo a Jehová el Dios de Israel. Existe una tradición que dice que una
de las preguntas que ella le hizo tenía que ver con dos flores que ella tenía en sus manos. Una era una flor
viva y la otra era artificial, pero aparentemente no se podía distinguir la diferencia entre las dos. La
pregunta era ¿cuál es la flor verdadera? El rey abrió una ventana dejando que una abeja se metiera en el
cuarto, la cual, por supuesto, voló directamente a la flor genuina y así Salomón le dio la respuesta.
c. Su sabiduría vista en Proverbios y Eclesiastés.
En estos dos libros de las Escrituras se ve reflejada la sabiduría de Salomón en su trato de muchos
problemas de la vida. Especialmente en los Proverbios encontramos una expresión de la sabiduría divina
aplicada a las condiciones del pueblo de Dios. No obstante, es posible recibir sabiduría divina y todavía
estar sujeto a la tentación; también es posible saber lo que es recto y enseñarlo a otros, pero fracasar
personalmente.
La riqueza de Salomón le hizo mirar las cosas desde un punto de vista materialista. Cada año él recibía
666 talentos de oro para añadirlos a sus tesoros (1 R. 10:14). No sabemos si esto tiene alguna conexión,
pero el número de la bestia de Apocalipsis es también 666. Se nos dice que Salomón amó a muchas mujeres
extranjeras, las cuales volvieron el corazón del rey a otros dioses. De esta manera Salomón violó el
mandamiento de Dios de evitar la idolatría.
Notamos por lo tanto que es posible ser perfecto en sabiduría y todavía permitir entrar la perversidad y
el pecado en la vida personal, como también sucedió en el caso de Lucifer quien tenía en el principio una
sabiduría perfecta.
2. LA SABIDURÍA DE NATÁN AL MOSTRAR A DAVID SU PECADO (2 S. 12:1-4).
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Cuando el rey David había pecado al tomar a Betsabé y enviar a la batalla a su esposo Urías para que lo
mataran, el Señor envió al profeta Natán para hablar con David. Dios puso la palabra de sabiduría en la
boca del profeta. Si éste se hubiera acercado a David para señalarle directamente su pecado es muy posible
que el rey se hubiera enojado en vez de arrepentirse. El hombre que ha caído en el abismo del pecado
necesita ayuda de afuera; es inútil esperar que él salga del hoyo sin ayuda de alguien; por eso el Señor
envió a Natán.
Los medios que el profeta usó eran maravillosamente adaptados para conseguir los resultados deseados.
No existe otra parábola del Antiguo
Testamento que se pueda comparar con la de la “corderita”; y su aplicación práctica al corazón y a la
conciencia nunca ha sido superada.
En la parábola había dos hombres en una ciudad. Así como David y Urías, aunque uno era rey y el otro un
sujeto ordinario, tenían unas cosas en común, los dos eran sujetos a las leyes políticas, sociales, y religiosas
que Dios había dado a la nación. También existía el contraste, entre el rico y el pobre. La riqueza significa
poder para satisfacer los deseos que uno tiene y para llevar a cabo sus propios propósitos. La pobreza a
menudo significa la necesidad de sumisión de la voluntad propia a aquellos que están sobre nosotros
socialmente. Así fue con el opresor y el oprimido en la parábola y también fue así con David y Urías. La
posición del rey le permitió ratificar sus deseos ilegales sin impedimento. La posición de Urías puso su
felicidad doméstica y aun su vida en las manos de su señor, y esta desigualdad agravó el crimen de David.
La parábola también señala otro contraste:
El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita.
David tenía muchas esposas, pero de la narración podemos concluir que Urías tenía una sola.
Evidentemente hasta ese momento David no se había enfrentado a su crimen; pero ahora que era
expuesto delante de él, pudo ver su enorme delito y quedó sin excusa. Es muy probable que Natán, quien
seguramente era de gran estima delante de David, en tiempos pasados le haya informado acerca de hechos
de injusticia cometidos por sujetos ricos contra sus hermanos pobres. Si añadimos a esto el hecho de que
Natán había sido el portavoz del bien y la bendición de Dios hacia David y su casa, entenderemos que Natán
era un mensajero muy adecuado para traer el mensaje, pues sólo él podía asegurar la atención deseada y
producir el resultado necesario. Debemos observar que Natán en esta parábola no llama la atención a la
sensualidad o crueldad del crimen de David, sino sencillamente hacia su egoísmo intenso y brutal. Todo el
suceso es una exhibición de la palabra de sabiduría y la manera misericordiosa en que Dios trata con el
hombre caído: Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia (Sal. 103:8).
3. LA SABIDURÍA DE PEDRO EN SU TRATO CON SIMÓN EL MAGO (Hch. 8:18-24).
Simón el mago al ver que el Espíritu Santo descendía sobre los creyentes con la imposición de las manos
de los apóstoles, les ofreció dinero. Esto revela que Simón no tenía un entendimiento verdadero o claro de
la naturaleza de este don milagroso que había sido conferido a los creyentes de Samaria. Su petición no era
que los apóstoles le concedieran el Espíritu Santo, sino el poder de conferir a otros el Espíritu Santo con
sus dones sobrenaturales. En lo que Pedro y Juan habían hecho, Simón reconoció un poder que transcendió
su propio poder, y él deseaba asegurarlo para sí mismo para recobrar de esta manera su influencia perdida
con la gente.
Pedro respondió con una palabra de sabiduría:
Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte
ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios (vv. 20, 21).
La propuesta de Simón reveló que no había entendido la verdadera naturaleza de lo que había sucedido.
No comprendió que no se pueden comprar con dinero las bendiciones de Dios. Pedro declaró que Simón

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no compartía ni la palabra ni la doctrina del evangelio o el Espíritu Santo que Dios impartía a los creyentes.
Esto fue prácticamente una sentencia de excomunión para Simón; le excluía de la congregación de
creyentes sobre la base de que tu corazón no es recto delante de Dios. Había más mal en Simón que falta
de entendimiento. Su corazón no era recto, no era sincero o justo, sino torcido, perverso y corrupto; se
dirigía hacia cosas terrenales en vez de las espirituales. No estaba sediento de la vida eterna, sino de tener
poder temporal; no buscó la gloria de Dios, sino su propia fama; un corazón no es recto delante de Dios
cuando está ansioso de obtener ganancias de la piedad, cuando desea comprar la salvación, cuando
secretamente ama al pecado y cuando es un enemigo del evangelio de Jesús.
Pedro lo exhortó solemnemente a arrepentirse de su maldad; enfatizó la seriedad de la ofensa de Simón
explicándole que estaba en el estado de hiel de amargura y en prisión de maldad; no dice que caerá en esto
si no se arrepiente, sino que ya está ahí.
Por medio de la palabra de sabiduría Pedro expuso delante de los samaritanos recién convertidos la
diferencia entre el poder de Dios y el poder satánico de un mago.
4. SABIDURÍA DE PABLO.
Ante el Sanedrín (Hch. 23:1-10).
Pablo está ante el tribunal eclesiástico y religioso más alto del país, compuesto de sacerdotes, ancianos y
escribas pertenecientes a los dos partidos principales de su tiempo, los fariseos y los saduceos. Pablo se
dirige al concilio llamándoles “hermanos” y afirmando que él ha vivido delante de Dios con una buena
conciencia.
En este momento viene una interrupción, el sumo sacerdote Ananías ordena que le golpeen en la boca. El
arrogante presidente del concilio no podía tolerar la presunción de que un prisionero les llamara
“hermanos” o que él reclamara para sí la inocencia. Sigue un intercambio de palabras entre Pablo y los
demás, pero de pronto Pablo se da cuenta que el concilio consiste de los dos partidos, los fariseos y los
saduceos. Sabiendo muy bien que los saduceos niegan la resurrección del cuerpo, un juicio futuro y la
existencia de ángeles o espíritus, mientras que los fariseos creen en todo esto; toma ventaja de este
conocimiento, y por medio de la palabra de sabiduría declara que él es un fariseo, hijo de un fariseo; y que
se le juzga acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos. El resultado fue un alboroto entre
los saduceos y los fariseos; éstos últimos se pusieron al lado de Pablo diciendo que no encontraban ningún
mal en él.
La gritería iba aumentando. Entre ambos bandos traían a Pablo de un lado a otro:
…finalmente, el comandante, temiendo que despedazaran al apóstol, ordenó a los soldados que lo retiraran
a la fuerza y lo llevaran de vuelta a la fortaleza (v. 10. LBAD).
Esa misma noche el Señor vino a Pablo y le animó diciéndole que era necesario que testificara también
en Roma, indicándole que sus pruebas y tribulaciones no eran en vano.
Dando Consejos Acerca del Matrimonio (1 Co. 7).
Sus instrucciones eran tan sanas que se pueden aplicar hoy día tanto como entonces. Él menciona los
deberes que cada creyente tiene con el otro; da consejos sobre largas separaciones; aconseja contra el
divorcio o contra dejar a su pareja con la excusa de que es inconverso.
Los escritos de Pablo están llenos de sentido común y sabios consejos para resolver muchos problemas
que se levantan en la vida cotidiana (1 Co. 7:1-16).
C. SABIDURÍA EN TIEMPO DE GUERRA
El general del ejército que tiene éxito es el que sabe cuándo tomar la iniciativa. Aquel que va a entrar en
guerra trata de obtener toda la información posible tocante al enemigo, su número, su condición física, si
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sus provisiones son adecuadas, etc. Así sucede también en la guerra espiritual, el siervo del Señor debe
tener un conocimiento sobrenatural de parte de Dios para saber la debilidad del enemigo, y de esta manera
ganar ventaja sobre él. En los tiempos del Antiguo Testamento la palabra de sabiduría y de ciencia vinieron
a los hombres de Dios mientras estaban en guerra. Este conocimiento sobrenatural suplió una información
importante que necesitaban para hacer frente a situaciones difíciles. Esto se ilustra en la historia de David
cuando los filisteos hacían guerra contra él.
David en su temprana edad había aprendido a esperar en el mover del Espíritu. El libro de los Salmos
refleja muchas de sus experiencias de aquellos días. Cuando David llegó a ser rey en lugar de Saúl, los
filisteos, su antiguo enemigo, volvieron para pelear contra él. Todavía se acordaban de la derrota
vergonzosa que una vez habían sufrido en manos del joven David cuando su campeón Goliat murió;
pensaron que ahora era un tiempo apropiado para tomar venganza. Desde su victoria reciente sobre Saúl,
donde tanto él como su hijo Jonatán fueron muertos, los filisteos se tornaron muy valientes y atrevidos. Al
recibir las noticias que David ya era rey, los filisteos trajeron un gran ejército contra Israel:
Y vinieron los filisteos, y se extendieron por el valle de Refaim (2 S. 5:18).
Los espías de Israel trajeron al campamento de David las noticias de lo que estaba sucediendo. El rey
llamó a su ejército y se prepararon para la batalla. El joven rey tenía que hacer frente a una decisión seria:
¿Actuaría con sabiduría aquél que atacara rápidamente antes que el enemigo tuviera la oportunidad para
organizarse, o sería preferible esperar hasta que su propio pequeño ejército hubiera recibido refuerzos?
David buscó a Dios en este asunto, y la palabra de sabiduría del Señor vino a él:
Entonces consultó David a Jehová, diciendo: ¿Iré contra los filisteos?
¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová respondió a David: Vé, porque ciertamente entregaré a los filisteos
en tu mano (2 S. 5:19).
Al recibir estas palabras de seguridad, David y sus hombres salieron contra el enemigo y lo vencieron.
Pronto los soldados filisteos huyeron en todas las direcciones dejando atrás a sus ídolos, y David y sus
hombres los recogieron y los quemaron. No obstante, los filisteos eran muy rebeldes y no se dieron
fácilmente por vencidos; así que se fortalecieron y se prepararon otra vez para pelear contra David. Esta
vez iban a estar preparados para cualquier emergencia, estaban seguros que ahora sí entendían la táctica
de David y así serían capaces de derrotarle.
David, entusiasmado por el éxito de su primera victoria, pudo haber pensado que podía derrotar al
enemigo peleando de la misma manera; pero él sabía que necesitaba la guía divina en todo tiempo. Por lo
tanto, David consultó otra vez al Señor y la palabra de sabiduría para esta nueva batalla vino a él:
Cuando David le preguntó a Jehová qué tenía que hacer, Él respondió: No los ataques de frente. Vé por la
retaguardia y sal detrás de ellos en las balsameras. Cuando oigas ruido como de pies que marchan por las
copas de las balsameras, atácalos. Porque significará que Jehová te ha preparado el camino y tú los derrotarás
(2 S. 5:23, 24 LBAD).
Esta era una táctica militar muy buena, y Dios le dijo que esperara hasta el momento oportuno: Ruido
como de pies que marchan por las copas de las balsameras es un tipo del mover del Espíritu. Al oír esta
señal, David y sus hombres salieron y propinaron al enemigo una gran derrota que quebró para siempre
el espíritu dominante de los filisteos. No existe ningún registro de otra invasión a Israel por este pueblo
guerrero, lo que significa que los filisteos eran un pueblo vencido.
Esta gran victoria fue ganada a causa de la palabra de sabiduría sobrenatural que vino a David en el
momento preciso, de otra manera, Israel podría haber sido la nación vencida.
D. SABIDURÍA PARA GOBERNAR LA IGLESIA
Se necesita urgentemente la palabra de sabiduría en el gobierno de la iglesia:
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Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que
hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas (1
Co. 12:28).
Dios ha puesto su gobierno en la Iglesia y aquellos que él ha colocado en lugares de autoridad necesitan
sobre todo el don de la palabra de sabiduría. Dios dio a la Iglesia cinco ministerios; en ningún lugar la Biblia
trata de un solo pastor, sino que siempre se mencionan en plural ancianos, obispos, apóstoles etc., y aun
en esto se encuentra la palabra de sabiduría.
Mas en la multitud de consejeros hay seguridad (Pr. 11:14).
Y en la multitud de consejeros está la victoria (Pr. 24:6).
1. SABIDURÍA PARA RESOLVER LA DISPUTA ACERCA DE LAS VIUDAS EN LA IGLESIA
PRIMITIVA (Hch. 6:1-7).
Es evidente en la historia de la Iglesia Primitiva que la palabra de sabiduría tiene un papel importante en
el gobierno de la Iglesia. Esta iglesia tuvo un problema que estaba asociado con el crecimiento.
Cuando la iglesia era pequeña los apóstoles podían cuidar de toda la gente asegurándose que cada uno
fuese ministrado correctamente. Más tarde, mientras la iglesia crecía, algunos de los creyentes dijeron que
las viudas de descendencia griega no recibían el mismo cuidado que las demás viudas. Cuando la comida
era entregada en las casas de los necesitados y de las viudas, las griegas no recibían la misma cantidad que
las hebreas. No sabemos si esto era realmente la verdad, pero notamos cómo los apóstoles se levantaron
para buscar una solución al problema.
Dijeron algo similar a esto: “La iglesia está creciendo tanto que ya no podemos encargarnos de todos los
problemas sin ayuda, por lo tanto busquemos siete hombres que puedan encargarse de administrar estos
asuntos”.
No cualquier persona podía recibir esta responsabilidad, sino que tenían que ser: hermanos… de buen
testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría (v. 3). Estos hombres fueron encontrados, ordenados y
colocados en su lugar en el ministerio. Llamamos a estos hombres los primeros diáconos de la Iglesia. Al
leer sus nombres podemos darnos cuenta que algunos de ellos eran griegos. Evidentemente esto solucionó
el problema, porque ya no volvemos a escuchar más de ello en la Biblia.
Aunque fue una palabra de sabiduría inspirada por el Espíritu Santo a los apóstoles con relación a estos
hombres, esto no significa que cada iglesia debe tener solamente siete diáconos; sino que nos enseña que
Dios tiene una solución y una respuesta a cada necesidad de la iglesia y para nuestra vida personal. Algunas
iglesias necesitan tres diáconos, otras veinte o más; lo importante es que se resolvió el problema, porque
agradó la propuesta a toda la multitud. Cuando las ideas de un predicador pueden agradar a toda la
multitud, entonces Dios ha estado ayudándole con una sabiduría especial. En verdad estos hombres
elegidos tenían sabiduría.
Cuando Esteban, uno de los siete, llegó a ser un gran predicador y líder de la Iglesia Primitiva se nos dice
acerca de sus adversarios: Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba (Hch. 6:10).
2. SABIDURÍA PARA SOLUCIONAR LA DISENSIÓN TOCANTE A LA CIRCUNCISIÓN (Hch.
15:1-29).
Cuando surgieron problemas con relación a las doctrinas fundamentales de la Iglesia, vemos que bajo la
dirección del Espíritu Santo los apóstoles encontraron las respuestas correctas. Cuando algunos
enseñaban que los hermanos gentiles tenían que ser circuncidados para poder ser salvos, los apóstoles y
ancianos se reunieron en Jerusalén para decidir este asunto. En dicha reunión y después de mucha
discusión escucharon los testimonios de Pedro, Pablo y Bernabé quienes les contaban cuán grandes

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señales y maravillas Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Después de oírles, todo el
concilio, guiado por Jacobo, llegó a la siguiente conclusión:
Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas
necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales
cosas si os guardaréis, bien haréis (vv. 28, 29).
Esta fue una palabra de sabiduría para cierta situación que podría haber causado muchísimos problemas
de no haberse resuelto, además era la mejor solución para un pueblo que acababa de salir del paganismo.
3. SABIDURÍA ANTE LAS AUTORIDADES.
Jesús supo con anticipación que sus discípulos iban a ser llevados ante los gobernadores y reyes para
defender su fe y testimonio. Como instrucciones específicas les dijo que no dependieran de su propia
sabiduría, sino que en aquella hora se les daría qué hablar (Lc. 21:12-20):
… porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; y aun ante gobernadores y reyes
seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os
preoccupies por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar (Mt.
10:17-19).
Jesús estaba refiriéndose a la palabra de sabiduría, y fue por medio de ésta que Pedro pudo dar una
respuesta adecuada al Sanedrín cuando él y Juan habían sido encarcelados a causa de la sanidad del
hombre cojo en la puerta del templo, la Hermosa. Pedro no tuvo miedo de hablar la verdad delante de los
gobernadores, los ancianos y los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan y Alejandro, y todos los que
eran de la familia de los sacerdotes, porque sin duda se acordó de la promesa de Jesús: Porque yo os daré
palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan (Lc. 21:15). Esta
promesa fue cumplida (Hch. 4:1-21). Los miembros del concilio se maravillaban con el testimonio de Pedro
y Juan especialmente sabiendo que carecían de instrucción profesional. Tampoco podían negar la curación
de aquel hombre que estaba de pie junto a ellos. Por medio de la palabra de sabiduría los apóstoles
confundieron a sus acusadores, los cuales no sabían como castigarlos porque tenían miedo del pueblo que
había presenciado el gran milagro. Entonces los volvieron a amenazar, pero luego los soltaron.
Esteban también usó la palabra de sabiduría cuando los religiosos disputaban con él Pero no podían
resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba (Hch. 6:10).
En el Antiguo Testamento Dios había prometido a Moisés que iba a darle la palabra de sabiduría para
responder a Faraón cuando tuviera que comparecer delante de éste y pedir permiso de llevar al pueblo de
Israel al desierto para adorarle:
Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar (Ex. 4:12).
Este es un tipo o sombra de lo que iba a suceder en la Iglesia Primitiva y también de la promesa que
tenemos hasta hoy día. Dios nos dará la palabra de sabiduría necesaria si somos llamados ante las
autoridades.
Un ministro de la Palabra de Dios fue llevado ante las autoridades acusado de no haber pagado a un
trabajador por el período de tres años. Cuando estuvo parado ante el juez, Dios le dio una palabra de
sabiduría; él metió entre las páginas de su Biblia el salario de los tres años para este hombre, y le dijo:
“Usted sabe que esta es la Palabra de Dios, y si delante de Dios puede afirmar que yo no le pagué su salario
por estos tres años, entonces tome ahora su dinero de esta Biblia”. Asustado el hombre no se atrevió a
sacar el dinero de la Biblia y el juez cerró el caso.
El pastor Joshua Kamya Musoke, presidente de “Gospel Mission To Uganda” durante el reinado del tirano
Amin, puso en práctica la palabra de sabiduría cuando fue llevado y acusado delante de las autoridades.

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Los soldados lo arrestaron acusándole de tener muchas armas, a lo cual respondió que tenía una sola arma,
la Biblia.
Querían matarlo ahí mismo con sus rifles, pero el pastor pidió permiso para quitar del patio a un niño que
podía ser herido, y ya para entonces había muchísima gente en el patio. Por lo tanto no lo mataron sino
que lo llevaron a la cárcel principal de Nakasero, conocida como el lugar de la muerte, de donde nadie
regresaba. Lo echaron en una celda grande donde había muchos cuerpos muertos, suciedad, orina, sangre
etc.; el olor era horrible. El pastor se arrodilló en medio de todo eso y sintió alabar a Dios en voz alta. Siguió
haciéndolo en voz alta, tan alta que aun los soldados lo oyeron. Pensaban que el pastor se había vuelto loco
y por eso lo llevaron ante el comandante de la cárcel quien lo interrogó. Sin embargo el pastor no le
respondió palabra sino con los ojos cerrados siguió alabando a Dios en voz alta: “Dios te alabo, gracias
Jesús, gracias”. Todos alrededor temblaban de temor. Entonces el comandante mando que dejara de hablar
inmediatamente, y ya no le regresó a la celda, sino que le dijo: “Reconocemos que tú eres un verdadero
hombre de Dios, vuelve a tu casa y trae tu pasaporte, los comprobantes de impuestos pagados, etc.”. De
esta manera, el pastor
Joshua fue liberado por medio de la palabra de sabiduría y el poder de la alabanza. Más tarde escapó a
Nairobi, Kenia, donde permaneció hasta la caída del Presidente Amin.
E. SABIDURÍA PARA LA VIDA COTIDIANA Y PARA GANAR ALMAS
Proverbios y Eclesiastés, los libros de Salomón que tratan sobre la sabiduría, describen respectivamente
los dos tipos principales de sabiduría: la divina y la natural. Proverbios habla particularmente de la
sabiduría divina, mientras que Eclesiastés se ocupa de la búsqueda de la sabiduría natural. Salomón
declara que su esfuerzo por obtener sabiduría natural resultó finalmente en vanidad y aflicción de espíritu.
En contraste con esto, la Escritura recomienda un deseo por la sabiduría divina: Fíate de Jehová de todo tu
corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia (Pr. 3:5). Algunas personas nacen con una habilidad natural
y una sabiduría que les capacita para tener éxito en los negocios, deportes, etc. Otros que no tienen esta
sabiduría pueden recibir sabiduría tanto natural como espiritual al buscar al Señor (Stg. 1:5). Tanto la
sabiduría natural como la divina, pueden ser impartidas de una manera sobrenatural; cuando este es el
caso se puede decir que es una “palabra de sabiduría”.
En ninguna otra actividad cristiana se necesita tanto la sabiduría sobrenatural como en la obra personal.
El sabio dijo: Y el que gana almas es sabio (Pr. 11:30). Esto es verdad, también se requiere sabiduría para
ganar las almas y necesitamos guía sobrenatural en nuestro acercamiento a la gente. Hemos oído la historia
del barbero que tenía una gran carga acerca de testificar a la gente preguntándoles respecto al destino de
su alma. Un día mientras daba filo a la navaja de afeitar, trataba de animarse a testificar a un hombre que
ya tenía espuma en su cara para ser afeitado. Finalmente el barbero se volvió al hombre y con la navaja
colocada cerca de su cuello le preguntó “¿Señor, está listo para morir?” La historia dice que la persona no
espero para responder o ser afeitado, sino que se levantó de la silla y huyó apresuradamente por la puerta
hacia la calle.
Se ganan más almas usando la sabiduría del Señor que asustando a las personas con el juicio o el infierno.

VI. CÓMO SE MANIFIESTA LA PALABRA DE SABIDURÍA


Dios tiene la capacidad de operar en múltiples formas, no resulta extraño entonces que exista más de una
forma de manifestar el don de sabiduría. Hay diversas operaciones y ministraciones de este don, como
también ocurre con la mayoría de los demás dones.
La palabra de sabiduría puede venir en una de las siguientes maneras:
A. IMPRESIONES DEL ESPÍRITU O INTUICIÓN ESPIRITUAL

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Dios puede hablar sin una voz audible, y lo hace muy a menudo; esto significa oír la voz del Espíritu con
el oído espiritual. Sin duda existen personas que frecuentemente reciben la palabra de sabiduría mediante
la intuición directa; optan por un curso de acción que parece natural y lógico, pero de pronto la persona
pone un alto a su acción y cambia su dirección. Nadie le ha dicho nada, pero sin lugar a dudas sabe que Dios
le ha hablado. Los eventos posteriores prueban que el cambio de planes era la cosa más sabia que pudo
haber sucedido.
El libro de los Hechos nos muestra vez tras vez cómo Dios habla sin una voz audible. Él imparte sus
propósitos e intentos usando como agente al Espíritu. De repente uno sabe cuál es la voluntad de Dios en
cierto asunto. Esto no se puede explicar, sino que solamente se puede decir que viene mediante una
comunicación espiritual. Esta comunicación viene acompañada de una fe instintiva y la seguridad que es
“una palabra de sabiduría divina”.
1. EJEMPLOS DE GUÍANZA PROPORCIONADA POR LA PALABRA DE SABIDURÍA
MEDIANTE IMPRESIONES DEL ESPÍRITU EN LA VIDA DE PABLO.
Muchas veces Pablo recibió la guíanza del Espíritu durante sus viajes mediante la palabra de sabiduría.
Por ejemplo, les fue prohibido predicar en Asia y tampoco se les permitió ir a Bitinia como habían
propuesto (Hch. 16:6-8); sin embargo, más tarde cuando era el tiempo preciso, fueron a Asia y predicaron
el evangelio de Jesucristo con buenos resultados.
Algunos han criticado a Pablo por ir a Jerusalén a pesar de los avisos que recibió acerca del peligro que
les esperaba allí. Pero debemos notar que a Pablo le había sido dada una palabra de sabiduría y él supo
que debía seguir adelante hacia Jerusalén a pesar de la palabra profética que le anunciaba que allí le
esperaban prisiones y aflicciones:
Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el
Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con
gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios (Hch.
20:22-24).
Debemos recordar que hay una gran diferencia entre tener ciencia y tener sabiduría. Pablo sabía que le
esperaban prisiones, pero también sabía que esto estaba dentro de la voluntad de Dios. Note que después
que el profeta Agabo profetizó su futuro, ni él ni los hermanos de Cesarea pudieron persuadir a Pablo que
no fuera a Jerusalén, por lo que entonces lo encomendaron a la voluntad del Señor (Hch. 21:8-14). Pablo
siempre se gobernaba por la voluntad de Dios. Él fue a Roma como el “prisionero de Jesucristo”, no de Roma;
él mismo lo dice cinco veces (Ef. 3:1; 4:1; 2 Ti. 1:8; Flm. 1,9).
Es de notar que al principio de su encarcelamiento en Jerusalén el Señor le confirmó que esto también
era parte de su plan divino:
A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en
Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma (Hch. 23:11).
Así que Pablo apeló a César para que juzgara su caso. Fue enviado a Roma por su propia elección… con
todos los gasto pagados por Roma (Hch. 26:32). Era necesario otro milagro para que Pablo llegara a su
destino, y esto sucedió mientras se dirigían a Roma por barco, pues se levantó una gran tempestad y Pablo
tuvo que interceder para que se preservara la vida a todos los que iban a bordo (Hch. 27). En esta manera
Dios cumplió la palabra que había dado por medio de Ananías a Pablo después de su conversión: … porque
instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos
de Israel (Hch. 9:15).
2. GUÍANZA A TRAVÉS DE LA PALABRA DE SABIDURÍA AL ACONSEJAR.

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Frecuentemente la palabra de sabiduría es dada a los líderes mientras están aconsejando a la gente. Aun
algunas veces puede funcionar incluso sin que el consejero perciba que está expresando una palabra de
sabiduría.
Muy a menudo la gente tiene la habilidad de esconder sus verdaderos problemas y presentar al líder
solamente lo que quieren que sepa. O puede ser que estén tan confundidos acerca de cuál será la verdadera
solución a su problema que se requiere una palabra de sabiduría impartida por el Espíritu Santo para traer
claridad y dirección.
Cuando el Espíritu imparte una palabra de sabiduría y ésta se declara, se produce una crisis en la que
debe suceder una de dos cosas: la oposición es quebrantada y la persona se rinde a la palabra de Dios o se
rebela abiertamente contra ella.
Posiblemente aquí es conveniente señalar un ángulo de precaución. Simplemente rendirse a cualquier
impulso puede causar que cometamos errores serios. En las Escrituras se nos manda probar los espíritus
y considerar las cosas; aun cuando el que habla sea un profeta, sus palabras deben ser juzgadas (1 Co.
14:29). Pedro pensó conocer la voluntad de Dios cuando amonestó al Señor acerca de ir a Jerusalén para
cumplir su misión. En realidad el consejo de Pedro fue una sugerencia de Satanás (Mt. 16:21-23).
B. SUEÑOS, VISIONES, Y ÉXTASIS
Existen muchos incidentes en el Antiguo Testamento donde Dios habló a la gente por medio de visiones
o sueños. Este mismo ministerio también aparece en el Nuevo Testamento:
Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas
profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñaran sueños (Hch. 2:17).
1. CORNELIO RECIBE INSTRUCCIONES POR MEDIO DE UNA VISIÓN (Hch. 10:1-6).
Encontramos que este centurión romano tenía mucha hambre de Dios y oraba sin cesar. En cierta ocasión
mientras oraba, el Señor le mostró una visión en la cual le dio instrucciones acerca de lo que debía hacer.
Obedeciendo estas instrucciones Cornelio envió algunos hombres a Jope a buscar a Simón Pedro para que
viniera a anunciarles el evangelio y de esta manera toda su casa fue salva.
2. PEDRO ES INSTRUIDO MIENTRAS ESTÁ EN UN ÉXTASIS (Hch. 10:10-17).
Pedro, un judío con muchos prejuicios, en verdad necesitaba una palabra de sabiduría para entender que
era Dios quien había hablado a Cornelio y que era su voluntad que él acompañara a sus hombres para ir a
compartirles el evangelio.
Se puede definir la palabra éxtasis como: una condición en la cual al hombre le son quitadas su conciencia
y la percepción ordinaria de circunstancias naturales, para que el alma sea susceptible solamente a la
visión impartida por Dios.
El éxtasis de Pedro no fue autoinducido sino que lo trajo el Espíritu. Fue un estado temporal de
insensibilidad al nivel natural, tal como lo experimentaron muchos profetas cuando les fueron mostradas
realidades espirituales o eventos futuros. Pedro no pudo negar la palabra de sabiduría que le había sido
dada sobrenaturalmente y entendió el mensaje: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común, por lo tanto fue
obediente y los gentiles aceptaron el evangelio.
3. EN VARIAS OCASIONES PABLO RECIBIÓ LA PALABRA DE SABIDURÍA POR MEDIO DE
UNA VISIÓN.
Fue durante su segundo viaje misionero cuando Pablo estuvo en Corinto enseñando en la sinagoga todos
los días de reposo y persuadiendo a judíos y a griegos: Pero oponiéndose y blasfemando los judíos, Pablo
sacudió sus vestidos y les dijo: Desde ahora me iré a los gentiles (Hch. 18:6). No obstante, esa noche el Señor
le habló en una visión asegurándole que no iba a sufrir daño, que permaneciera en Corinto, y que no cesara
25
de hablar porque ahí Dios iba a tener mucho pueblo (Hch. 18:9-11). Como resultado de esta palabra de
sabiduría recibida por medio de una visión, Pablo se detuvo allí un año y seis meses enseñando la Palabra
de Dios.
El Espíritu no le permitió a Pablo ir a Bitinia, pero en una noche tuvo una visión sobre un varón Macedonio
que se le apareció rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos (Hch. 16:9). Pablo en seguida
entendió que Dios le llamaba para anunciar el evangelio en la provincia de Macedonia y como resultado
Europa escuchó el evangelio y muchas iglesias fueron establecidas.
Cuando Pablo llegó a Jerusalén fue aprehendido en el templo por los judíos y como defensa ante la
multitud relató su conversión. También les testificó que le sobrevino un éxtasis y mientras estuvo en esta
condición el Señor Jesús se le apareció mostrándole lo qué tenía que hacer; porque en esa ciudad, Jerusalén,
no recibirían su testimonio todavía (Hch. 22:17-21).
C. UNA VOZ AUDIBLE O UN ÁNGEL
1. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
Uno de los métodos que el Señor ha usado desde el Antiguo Testamento para impartir la palabra de
sabiduría es con una voz audible. Mientras Moisés apacentaba las ovejas de su suegro, se le apareció el
ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza, y cuando Moisés se acercó, Dios le habló con
una voz audible de en medio de la zarza (Ex. 3:1-4).
En otra ocasión Dios habló con una voz audible al joven Samuel cuando estaba durmiendo en el Templo
de Jehová (1 S. 3:1-14).
En muchos otros lugares en las Escrituras vemos que la voz de Dios vino a sus profetas. Cuando Elías
estuvo en el monte de Dios oyó el sonido de un viento fuerte seguido por un terremoto y fuego, pero el
Señor no estaba allí. Fue después de estas manifestaciones que él oyó un susurro suave y apacible por
medio del cual recibió la palabra de sabiduría para llevar a cabo su obra contra Baal, para llamar y ungir a
su gran sucesor Eliseo y terminar su ministerio hasta ser arrebatado (1 R.19:11, 12).
2. EN EL NUEVO TESTAMENTO.
Mientras había un gran avivamiento en Samaria, un ángel del Señor le habló a Felipe dirigiéndolo al
camino hacia Gaza en el desierto (Hch. 8:2629). El versículo 29 clarifica que fue el Espíritu quien le habló;
y por la obediencia de Felipe a esta palabra de sabiduría, el etíope oyó el evangelio, se convirtió y fue
bautizado. Sin duda Felipe también echó mano del don de la palabra de sabiduría al hacer las aplicaciones
apropiadas de las Escrituras de Isaías que el etíope estaba leyendo, pero esto lo trataremos en el punto
siguiente.
Después de aparecer a Saulo en el camino a Damasco, Dios le habló a Ananías con una voz audible dándole
instrucciones de lo qué tenía que hacer. Ananías quería argumentar o discutir con el Señor; pero cuando
Dios le habló la segunda vez él fue obediente a la palabra de sabiduría, teniendo como resultado que Saulo
recibiera la vista y fuera bautizado en agua y en el Espíritu Santo (Hch. 9:10-18).
El ángel de Dios se le apareció a Pablo para explicarle los planes de Dios, cuando estaba junto con otros
prisioneros en un barco en alta mar en medio de una terrible tempestad (Hch. 27:21-25). El mensaje del
ángel dio nuevo ánimo a todos, pues había declarado que era necesario que Pablo compareciera ante César;
y que Dios le había concedido la vida de todos los que navegaban con él.
D. VIVIFICACIÓN O APLICACIÓN DE LAS ESCRITURAS
Generalmente el estudio de las Escrituras no es en sí una manifestación de la palabra de sabiduría, aunque
es la fuente principal para adquirir conocimiento y sabiduría divinos. Sin embargo, hay ocasiones en las
que el pueblo de Dios busca la voluntad divina en la oración y en el estudio de la Palabra, cuando de repente
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el Señor ilumina un versículo de las Escrituras, haciéndolo casi saltar de las páginas del Santo Libro. Esto
no debe confundirse con la práctica ingenua de algunos que abren la Biblia y esperan encontrar la
respuesta a su problema particular en el primer versículo que leen. Es verdad que en ocasiones no muy
frecuentes algunas personas han recibido ayuda del Señor de esta manera, pero tal práctica no debe ser
recomendada como una manera común de recibir la dirección del Señor. Las Escrituras mismas son la
fuente principal de la guía para el creyente, porque en ellas son revelados los grandes principios de la
voluntad divina: Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino (Sal. 119:105). Sin embargo, a
veces necesitamos una vivificación específica del Espíritu Santo para poder aplicar correctamente las
Escrituras a nuestra situación particular. Consideremos en seguida unos ejemplos de este principio en
acción.
1. OTRO ES ELEGIDO PARA ANDAR CON LOS ONCE (Hch. 1:15-26; 2:13-36).
Mientras los apóstoles y el resto de los ciento veinte estaban en oración en el aposento alto, Dios abrió el
entendimiento de Pedro mostrándole lo que se debía hacer (Hch. 1:15-26). El Señor hizo esto al vivificar
las Escrituras a Pedro. De repente se enciende la luz en su mente y se levanta para dirigirse a los hermanos
usando varios Salmos (41:9; 69:25 y 109). Pedro explica a los demás que alguien debe ser elegido para
tomar el oficio que Judas desocupó al traicionar al Señor y en efecto se hizo la elección.
2. VIVIFICACIÓN DE LAS ESCRITURAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO EN EL DÍA DE
PENTECOSTÉS.
Cuando los apóstoles y los creyentes se reunían en el aposento alto para esperar la promesa del Padre no
sabían en realidad lo que iba a suceder, pero en obediencia al mandamiento del Señor estaban
continuamente en el Templo adorando y alabando a Dios. No obstante, cuando llegó el día de Pentecostés
y el Espíritu Santo fue derramado acompañado de señales, Pedro recibió una palabra de sabiduría por
medio de la vivificación de las Escrituras (Hch. 2:13-36). Puesto en pie se dirige a la multitud que se ha
reunido y basándose en el libro del profeta Joel hace una aplicación de las Escrituras a la situación que
ellos están viviendo. Hasta este momento Pedro tampoco había entendido el alcance de la promesa que
había dado el profeta Joel acerca del derramamiento del Espíritu Santo sobre toda carne, pero de repente,
por el Espíritu Santo, viene a él una vivificación de las Escrituras y así recibe entendimiento por medio de
la palabra de sabiduría. Después sigue predicando a Jesucristo resucitado basándose en los Salmos 16:8-
11 y 110:1 para mostrar a todos los presentes que David mismo entendió que el Cristo muerto y resucitado
daría cumplimiento al pacto con Israel. Tan eficaz fue la aplicación de las Escrituras a la situación que tres
mil personas recibieron la Palabra, fueron bautizados y añadidos a la iglesia.
A. Felipe Recibe Sabiduría Para Interpretar Las Escrituras.
El evangelista Felipe fue enviado por medio de la palabra de ciencia al camino hacia Gaza para
encontrarse con el etíope que estaba regresando de su visita a Jerusalén para adorar a Dios. Fue por medio
de la palabra de sabiduría que Felipe se acercó al funcionario y abrió una conversación con él mediante
una sencilla pregunta: …Pero ¿entiendes lo que lees? (Hch. 8:30). El etíope contestó: “¿Cómo lo voy a
entender si nadie me lo ha explicado?” Entonces le pidió a Felipe que subiera a su carro. El funcionario había
estado leyendo Isaías 53:7, 8, y comenzando desde esta Escritura Felipe le predicó el evangelio de Jesús
con mucha sabiduría. Tan convincentes fueron las palabras de Felipe y tan sencilla la fe del funcionario que
al ver el agua a un lado del camino quería ser bautizado. Su deseo fue cumplido y siguió gozoso su camino.
B. Por Medio De La Palabra De Sabiduría El Apóstol Pablo Recibió La Revelación Del
Misterio De Cristo (Ef. 3:1-11).
Y este era el misterio: que los gentiles compartirán plenamente con los judíos la herencia de los hijos de Dios.
Ambos están invitados a pertenecer a su iglesia, y cada una de las grandes promesas de Dios de bendecir
abundantemente por medio de Cristo, se aplican a ambos cuando aceptan las Buenas Nuevas de Cristo. Sin

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merecerlo, Dios me dio el privilegio de anunciar a todo el mundo este plan divino, y me concedió poder y
ciertas habilidades para anunciarlo con efectividad (vv. 6, 7 LBAD).
C. Vivificación De Las Escrituras En Relación A La Ley Y Costumbres Judías.
La iglesia neotestamentaria tuvo que enfrentarse a la cuestión si los gentiles deberían guardar la ley o las
costumbres judías de la misma manera que los judíos. Esta disputa pudo haber seguido a través de los años
trayendo a los hermanos desunión y contienda. No obstante, esto no fue así porque Jacobo recibió el
Espíritu de sabiduría y de revelación tocante a un pasaje del Antiguo Testamento (Am. 9:11, 12) que ayudó
a traer la solución al problema. Jacobo entendió que todas las naciones eran llamadas por Dios para tomar
parte en la reedificación del tabernáculo de David. La decisión del Concilio trató con las relaciones de los
creyentes gentiles con la ley y los judíos. Se puede comparar la decisión con la siguiente Escritura: … no
estáis bajo la ley, sino bajo la gracia (Ro. 6:14). Los creyentes gentiles habían recibido gracia, pero también
debían mostrar gracia absteniéndose de aquellas prácticas que serían ofensivas para los judíos piadosos.
D. El Pastor Layzell, Un Ejemplo De Nuestros Días.
Después de ser un negociante con bastante éxito por muchos años y al mismo tiempo estar ministrando
en diferentes iglesias como laico, el hermano Layzell se sintió llamado al ministerio de tiempo completo y
comenzó a pastorear una pequeña iglesia en Mission, British Colombia, Canadá en 1947. Sin embargo, el
ministerio le pareció muy difícil al principio, casi imposible. Lo peor de todo era que él todavía no era un
gran predicador y que los miembros de la iglesia estaban esperando un evangelista flamante. El hno.
Layzell solamente tenía una opción —la oración. Por la mañana y por la tarde se arrodillaba en el templo
orando, llorando, clamando a Dios por su ayuda, pero la campaña que había comenzado siguió peor cada
noche. El hno. Layzell estuvo a punto de renunciar cuando de repente el Espíritu le guió a leer los Salmos.
Recibió como un choque eléctrico cuando llegó al Salmo 22:3: Pero tú eres santo, tú que habitas entre las
alabanzas de Israel; fue una vivificación de la Palabra de Dios, una Escritura que él ya sabía por muchos
años en verdad fue una palabra de sabiduría. De repente entendió el significado de este pequeño versículo,
que Dios en verdad habita o mora entre las alabanzas de su pueblo. En un instante recibió la revelación del
mensaje de la alabanza y de adoración y por primera vez entendió que si él quería la presencia de Dios lo
único que tenía que hacer era alabarle.
Inmediatamente decidió poner su nueva revelación a prueba. ¿Sería posible que diera resultado en una
situación tan imposible y difícil? En el culto de la noche lo iba a saber. El resto del día el hno. Layzell estuvo
caminando por todo el templo alabando y adorando a Dios con voz audible; comenzó a levantar sus manos
hacia el cielo sin saber porqué y a pronunciar “aleluya, gloria a Dios, etc.”. Cuando casi era tiempo para
comenzar el culto, el hno.
Layzell se arrodilló en el altar y con voz baja siguió alabando el nombre de Dios. Puesto que no sabía
muchos himnos y no podía cantar muy bien, al llegar el momento para comenzar decidió entonar un canto
que él sí sabía, y empezaron con “Hay poder en la sangre de Jesús”. Apenas comenzaron a cantar el coro
por primera vez cuando una hermana con un grito alzó sus manos y repentinamente cayó al suelo bajo el
poder de Dios hablando en otras lenguas. Los demás siguieron cantando y pronto otros también cayeron
al piso cuando el Espíritu de Dios vino sobre ellos. En todo el culto hubo una unción muy fuerte que nunca
antes habían experimentado. Noche tras noche continuó así; el poder y la unción de Dios era cada vez más
fuerte. El hno. Layzell había probado el gran principio que ahora es bien conocido por muchos a través de
toda la tierra: que Dios habita entre las alabanzas de su pueblo. De esta manera comenzó un gran
avivamiento cuyo fuego todavía no se ha apagado. Cuando el hno. Layzell comenzó a estudiar el tema de la
alabanza encontró para su gran sorpresa que toda la Biblia está llena de alabanza para Dios, pero antes de
poder entenderlo necesitaba una revelación y una vivificación particular. Este avivamiento y restauración
en la alabanza y adoración ya ha cubierto casi todos los países en el mundo.
E. LA PROFECÍA.
28
La palabra de sabiduría puede venir mediante una palabra profética, especialmente en conexión con
eventos futuros. Esto puede incluir el desarrollo del plan de Dios para el futuro de las naciones, lugares,
ciudades o aun de individuos. La palabra de sabiduría expresada en tal ocasión no será únicamente para la
predicción de eventos, sino que vendrá también para dar a la gente mandamientos e instrucciones
relacionados con ellos. Esta palabra de sabiduría solamente se cumple al pasar el tiempo, conforme se van
desarrollando los eventos mencionados.
Eliseo predijo que habría siete años de hambre y le advirtió a aquella mujer —cuyo hijo él había
resucitado— que se fuera a vivir a otra tierra a causa del hambre que Dios iba a enviar sobre esa región.
Ella se fue con toda su familia y vivieron en la tierra de los filisteos durante los siete años, después volvieron
a su propio lugar (2 R. 8:1, 2).
El rey Belsasar había hecho un gran banquete para sus príncipes, mientras los ejércitos de Media estaban
desviando el caudal del río para poder entrar a la ciudad bajo el gran muro que se consideraba
inconquistable y que la protegía desde hacía muchos años. Belsasar caminaba en el mismo camino de
orgullo que su padre Nabucodonosor. No había humillado su corazón aún sabiendo cómo había tratado
Dios con él. Por lo tanto, Daniel explicó el propósito de Dios en todo esto mediante la palabra profética y la
palabra de sabiduría; había llegado el momento de su juicio, pues murió esa misma noche (Dn. 5).
Fue por medio de la palabra de ciencia y la palabra de sabiduría que Pablo vio una gran iglesia en Corinto
aun antes que ésta hubiera sido formada. Él recibió la palabra profética: … porque yo tengo mucho pueblo
en esta ciudad (Hch. 18:10). A través de la palabra de sabiduría Pablo sabía que era provechoso que se
quedara en Corinto. Como resultado se detuvo allí un año y seis meses y en verdad se estableció una iglesia
fuerte en la cual funcionaban todos los dones del Espíritu.
F. UNIDAD ENTRE LOS LÍDERES ESPIRITUALES
La Biblia habla en varios lugares acerca de la bendición que hay en la pluralidad de liderazgo. Si ha llegado
el tiempo para tomar una nueva dirección o ponerla en práctica, si es tiempo de muchas dificultades, etc.,
la
Biblia nos dice que existe una gran bendición en la multitud de consejeros:
Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad (Pr. 11:14).
Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman (Pr.
15:22).
Porque con ingenio harás la guerra, y en la multitud de consejeros está la victoria (Pr. 24:6).
En la iglesia neotestamentaria vemos por lo menos dos ocasiones donde el liderazgo recibió una palabra
de sabiduría por medio de la unidad de espíritu entre ellos.
La primera se encuentra en Hechos 6:1-6 cuando se enfrentaron a un problema mayor que requería una
decisión mayor.
Dios dio la palabra de sabiduría a los doce revelando la dirección, no solamente para su propia situación,
sino para la Iglesia a través de toda la historia. El puesto de diácono llegó a ser un oficio y una función en
la Iglesia.
Esto fue confirmado más tarde por Pablo en 1 Timoteo 3:8-13.
En otra ocasión encontramos que una gran crisis fue enfrentada y solucionada por medio de la pluralidad.
Trabajaron juntos para dar una buena respuesta al problema. La explicación de Pedro de su visión, los
frutos apostólicos del ministerio de Pedro y Bernabé y la palabra de sabiduría del apóstol Jacobo sirvieron
para dar unidad de Espíritu entre todos los apóstoles y ancianos; así encontraron la solución (Hch. 15:2, 4,
6, 22, 23).
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VII. ¿CÓMO SABEMOS QUE TENEMOS UNA PALABRA DE SABIDURÍA?
Las Escrituras declaran específicamente cómo es la sabiduría divina, por lo tanto podemos fácilmente
saber si la revelación que tenemos es una palabra de sabiduría dada a nosotros para un asunto específico,
o si es solamente nuestra imaginación:
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de
misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía (Stg. 3:17).
INGREDIENTES DE UNA
PALABRA DE SABIDURÍA

CONCLUSIÓN
EL PODER Y EL LUGAR DE LA PALABRA DE SABIDURÍA
Una pregunta de vital importancia para nosotros es: ¿Está activo el don de la palabra de sabiduría en
nuestra iglesia en la actualidad?
Una cosa es cierta y es que la iglesia de hoy día lo necesita urgentemente. Este don juntamente con el de
la palabra de ciencia es usado por Dios para dar guía y solucionar los problemas. Es la cabeza hablando a
su cuerpo.
Podemos decir que la palabra de ciencia, que vamos a estudiar en el capítulo siguiente, es el diagnóstico
de Dios, a veces funciona como rayos X; y que la palabra de sabiduría es la prescripción de Dios para traer
el remedio a la necesidad. La palabra de ciencia nos da la información que debemos tener, mientras que la
palabra de sabiduría nos da entendimiento o dirección.

30
Algunas personas siempre están proclamando que ellos poseen el don de la palabra de sabiduría, pero
esta afirmación más bien puede probar todo lo contrario, puesto que el que tiene los dones verdaderos del
Espíritu no necesita anunciarlos porque se manifiestan a través de su vida y ministerio.
Por otro lado es un hecho que el don de la palabra de sabiduría funciona muy frecuentemente en la iglesia
sin que nos demos cuenta.
El sermón predicado por el pastor cierto domingo bajo la guía y unción del Espíritu Santo, que señaló con
exactitud la condición del corazón de un inconverso y que lo llevó al arrepentimiento y salvación, puede
ser la palabra de sabiduría funcionando.
Las palabras de ánimo de un creyente que habla a su amigo cuando más las necesitaba puede ser la
palabra de sabiduría en operación.
La solución a un problema profundo que no tenía salida hablando humanamente, dada durante la sesión
de consejería es la palabra de sabiduría.
Las palabras del pastor cuando estaba en oración con sus ancianos, los cuales fueron tocados
profundamente en el corazón y cambiaron su punto de vista rebelde, son palabras de sabiduría.
El Hno. Donald Gee, de Inglaterra, cita un ejemplo en su libro About Spiritual Gifts (Acerca de los Dones
Espirituales):
“Y es lo que debo creer”, dijo un joven la mañana después de haberse entregado a Dios, cuando un
compañero de trabajo, burlándose de él le preguntó:
—“¿Cómo te sientes Eric?” .
—“¡Oh, me siento muy feliz!”, fue la respuesta.
—“Esto sólo lo crees”, dijo el hombre.
—“Y es lo que debo creer”, contestó el joven.
Con esta respuesta tan sencilla pero tan acertada y llena de la sabiduría de Dios, el hombre quedó mudo
y se fue; pero todo el día sonaban en sus oídos las palabras de Eric: “Es lo que debo creer, es lo que debo
creer”; hasta que se dijo a sí mismo: “es verdad, es lo que debo creer”. Aquella misma noche acompañó al
joven al culto y se entregó a Dios. Dios puede a veces poner aun la palabra de sabiduría en la boca de un
recién convertido como Eric.
Jesucristo es la sabiduría de Dios:
Mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios (1 Co. 1:24).
A los Colosenses Pablo escribió:
Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud (Col. 1:19).
Esto significa la plenitud de toda la sabiduría. Salomón da la manifestación a su sabiduría cuando en
Proverbios capítulo 8 alaba a la sabiduría:
¿No clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia? Salomón concede a Cristo su debido lugar tocante al
tema de la sabiduría divina de los versículos 22 al 30. Nosotros aprendemos de él haciendo lo mismo.
La palabra de sabiduría es el primer don mencionado y también es necesario en la operación de todos los
demás dones.
Pablo reconoció que la sabiduría tiene una conexión con el conocimiento íntimo y profundo de Dios; por
lo tanto siempre su oración para los santos era que Dios les llenara de sabiduría:
Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación
en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento… (Ef. 1:17, 18).

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Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis
llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es
digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de
Dios (Col. 1:9-10).
El apóstol Pedro reconoció que a Pablo le había sido dada la sabiduría de Dios para poder aconsejar y
orar por los santos de esta manera. Ambos estaban de acuerdo que sin sabiduría era imposible andar como
es digno del Señor, agradándole en todo y llevando fruto en toda buena obra.
Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado
hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en
ellas de estas cosas… (2 P. 3:15, 16).
La sabiduría en sí es la habilidad de aplicar el conocimiento y la experiencia que tenemos. Se ocupa de
tratar con los asuntos en un nivel práctico, pero separadamente del estudio y la investigación. La ciencia
es el material crudo, pero se necesita la sabiduría para edificar con ella. Es Dios quien pone la sabiduría en
el corazón del hombre. En los tiempos de Salomón toda la gente lo notaba: Toda la tierra procuraba ver la
cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón (1 R.10:24)
El mismo Salomón se dio cuenta que solamente por medio de la sabiduría podía el hombre ser guardado
del mal, preservado del mal camino y de las perversidades de los hombres:
Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere grata a tu alma, la discreción te guardará…
Para librarte del mal camino (Pr. 2:1012).
En estos tiempos de restauración Dios nos está enseñando sus caminos. Cada vez resulta más notoria la
verdad de que en la sabiduría y en la ciencia existe un gran poder y fuerza:
Jehová con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia (Pr. 3:19).
De la misma manera que el Señor fundó la tierra y los cielos con sabiduría, él también en estos días esta
edificando su casa, la Iglesia, con sabiduría para que llegue a ser una Iglesia gloriosa sin mancha o arruga
o cosa semejante:
Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo
bien preciado y agradable. El hombre sabio es fuerte, y de pujante vigor el hombre docto. Porque con ingenio
harás la guerra, y en la multitud de consejeros está la victoria (Pr. 24:3-6).
El don de la palabra de sabiduría tendrá un papel trascendental en la iglesia de los últimos días; porque
es imperativo que conozcamos la voluntad de Dios en todos los asuntos de su reino.
El tiempo es un factor crítico en el funcionamiento de la palabra de sabiduría. Si Dios no hubiera revelado
a Daniel el sueño de Nabucodonosor en el tiempo preciso, tanto él como sus tres compañeros y todos los
demás sabios hubieran muerto. La palabra de sabiduría que llegó a tiempo hizo la diferencia entre la vida
y la muerte.
Otra cosa que podemos notar es que cuando la palabra de sabiduría funcionaba en diferentes hombres,
producía resultados distintos. La palabra de sabiduría funcionando por medio de José y Daniel les trajo
honor y poder; en Salomón la manifestación mayor de sabiduría fue el libro de los Proverbios; pero la
manifestación de la palabra de sabiduría en Esteban le llevó al martirio.

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DON DE LA PALABRA DE
CIENCIA
A otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu (1 Co. 12:8).
Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo: Mañana a esta misma
hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y
salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado
hasta mí (1 S. 9:15, 16).

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La palabra de ciencia es el segundo de los dones espirituales en la lista de Pablo. Y aunque el orden no
necesariamente significa la importancia relativa de los dones, la palabra de ciencia es un don sumamente
precioso innegablemente. No tan sólo es muy grande el alcance de su utilidad, sino que su operación
también tiene un efecto solemne sobre aquellos que lo ven en acción.
Pablo da mucha importancia a la palabra de sabiduría y a la de ciencia, y esto concuerda con el tenor
general de las Escrituras. Particularmente, el libro de Proverbios está dedicado casi en forma total a la
enseñanza de la sabiduría y del conocimiento o ciencia. Proverbios 1:2 nos dice que los proverbios fueron
escritos: Para entender sabiduría y doctrina, y está hablando de la sabiduría de Dios, pues en el mismo
capítulo se nos dice: El principio de la sabiduría es el temor de Jehová (Pr. 1:7). A través de toda la Biblia
encontramos constantemente los temas: sabiduría, ciencia y entendimiento. Dos versículos en el Nuevo
Testamento combinan los dos términos:
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!
(Ro. 11:33).
En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Col. 2:3).
Dios enfatiza la importancia de la sabiduría y la ciencia en la vida cristiana cotidiana, tanto en las
relaciones con el Señor como en las que tenemos con nuestro prójimo. Según Proverbios 24:3, 4, la única
forma en que podemos edificar algo permanente es por medio de estas dos cualidades:
Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo
bien preciado y agradable.
En la vida de muchos creyentes en la iglesia no se necesitan en realidad grandes milagros ni tampoco una
liberación poderosa, sino más bien una impartición de sabiduría, ciencia y entendimiento. Cuando el pastor
y los ancianos pueden dar a los cristianos una palabra de sabiduría y ciencia en su tiempo de necesidad,
entonces traerán a su vida paz, gozo y soltura espiritual.
Todos los demás dones y operaciones del Espíritu son edificados sobre éstos y son gobernados y guiados
por ellos. Es un error tratar de edificar algo permanente sobre otra base que no sea la sabiduría y la ciencia.
Por lo tanto, especialmente aquellos que están en el liderazgo deben enfatizar y buscar sinceramente estos
dos dones y considerarlos como los dones mejores (1 Co. 12:31).
Jesús también dio importancia a la sabiduría:
Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos (Lc. 7:35).
En otras palabras, la sabiduría es probada por lo que produce; la sabiduría y la ciencia producirán buen
fruto. Por eso la verdadera prueba de una obra o ministerio se encuentra en lo que produce a través del
tiempo.

I. DEFINICIÓN DE LA PALABRA DE CIENCIA


Primeramente determinemos si el don de la palabra de ciencia es un don sobrenatural.
Una explicación satisfactoria para muchos, y fácil de aceptar, sería que la palabra de ciencia es solamente
un don natural santificado por el Espíritu Santo y consagrado al servicio de Dios. Es indudable que esta
explicación daría a Dios la gloria por nuestros dones naturales al indicar que éstos son puestos al mejor
servicio cuando son rendidos a Dios, lo cual es verdad.
¿Pero es esto una explicación verídica? ¿Está en armonía con todo lo demás que enseña el Nuevo
Testamento? Existe una oposición invencible a esta explicación: Este don está incluido en la lista de
manifestaciones del Espíritu Santo; y así, esencialmente, es una parte de la capacitación divina por medio
del Espíritu Santo. En todo el pasaje de 1 Corintios 12:8-11 encontramos un énfasis insistente:

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Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo
Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu… Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu….
El hombre no regenerado, que nunca ha recibido el Espíritu de Dios, puede poseer grandes dones
naturales de sabiduría y ciencia. Aunque grandes obras clásicas de filosofía y enciclopedias han sido
escritas por ateos, ciertamente ellos no tenían el don de la palabra de sabiduría, ni el de la palabra de
ciencia.
Es cierto que Pablo aquí se refiere a dones que son dados a los creyentes por una soberana operación del
Espíritu. Esta es la única manera en que podemos tratar todo el tema de los dones espirituales. Nadie va a
reclamar que los dones de sanidades en el Nuevo Testamento tenían alguna conexión con la ciencia médica,
o que el don de lenguas era sencillamente aprender un idioma extraño. Así también tenemos que reconocer
que la palabra de ciencia es un don sobrenatural que se manifiesta solamente por medio del Espíritu de
Dios.
A. LO QUE EL DON DE LA PALABRA DE CIENCIA NO ES
1. No es conocimiento humano o algo que aprendemos en un proceso de educación; no es sicología o
sabiduría de este mundo.
2. No es una información acumulada mediante un estudio directo de las Escrituras, libros o comentarios.
3. No es una predicción del futuro a través de un médium; ésta es una falsificación del diablo de este don
de Dios.
4. No es uno de los dones vocales, aunque se hace vocal al ser combinado con otros dones para ser
compartido con la gente. Por ejemplo: Una palabra de ciencia fue recibida por Samuel acerca de la casa
de Elí pero la guardó para sí hasta más tarde, cuando la contó a Elí (1 S. 3:10-18).
5. Tampoco es “el don de ciencia” como algunos erróneamente lo llaman, porque esto colocaría a nuestra
disposición toda la ciencia de Dios.
a. Debe entenderse que los que operan en este don no tendrán automáticamente toda la ciencia, de la
misma manera que las personas que tienen el don de milagros tampoco pueden hacer todos los
milagros que quieran.
Quisiéramos enfatizar que no es la voluntad de Dios que sus dones tomen el lugar de un estudio
sistemático de las Escrituras. Dios quiere que sus hijos escudriñen su Palabra con fidelidad para
buscar las verdades tal como un hombre busca el oro escondido en la tierra de una montaña. Los que
piensan que no necesitan estudiar las Escrituras al tener los dones de la palabra de ciencia o de
sabiduría, están en peligro de entrar en errores muy serios. Es muy triste que hoy día en el mundo
cristiano encontramos a muchos que se jactan de “revelaciones” que están totalmente opuestas a la
Palabra de Dios, guiando a muchos a desilusiones lamentables. Estos nunca hubieran entrado en tales
errores si hubieran poseído un conocimiento básico de la Biblia. Jesús mismo nos mando escudriñar
las Escrituras (Jn. 5:39). El apóstol Pablo también nos insta a que estudiemos la palabra: Procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la
palabra de verdad (2 Ti. 2:15).
En la vida de Daniel vemos una buena ilustración de la necesidad del estudio de las Escrituras, aun
para aquellos que poseen dones de revelación. Este profeta recibió algunas de las revelaciones más
profundas encontradas en la Biblia; pero para entender unas profecías que habían sido dadas
anteriormente, Daniel tenía que estudiar las Escrituras como cualquier otro estudiante de la Palabra
(Dn. 9:2). Daniel aprendió cuánto tiempo iba a durar la cautividad babilónica por medio del estudio
de las profecías de Jeremías.

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b. Eliseo era un hombre por medio del cual fue manifestado visiblemente el don de la palabra de ciencia;
pero hubo ocasiones en que le fue detenida cierta información que él quería. Él tenía que esperar y
aprender los hechos por medios ordinarios. Así fue el caso de la mujer sunamita cuyo hijo murió.
Eliseo estuvo confundido por la aflicción de la madre, que por el momento había enmudecido. Cuando
Giezi trato de echarla a un lado, el profeta le detuvo diciendo: ...Déjala, porque su alma está en
amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado (2 R. 4:27). Eliseo tenía que
esperar hasta que la madre le revelara el problema, aunque en otras ocasiones él tenía una gran
libertad para moverse en el don de la palabra de ciencia.
c. El apóstol Pablo dice: Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese
toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy (1 Co. 13:2). Él estaba
basando su argumento solamente sobre una suposición, indicando que esto no es posible. Ni él, ni
otro ser humano tiene tal omnisciencia, únicamente Jesucristo.
6. La palabra de ciencia nunca debe servir para un propósito egoísta o para satisfacer la curiosidad
humana. Tampoco tiene nada que ver con espiritistas, o con los que leen la mente y predicen el futuro
por ganancias personales. Además, no es el propósito de este don invadir la privacidad de los
pensamientos de otras personas. No obstante, existen excepciones cuando la hipocresía y los
propósitos malvados necesitan ser expuestos y destruidos. En algunas ocasiones, lo que Dios revela es
algo muy secreto que no debe ser descubierto públicamente.
A causa de estas consideraciones podemos entender que se necesita también la palabra de sabiduría para
funcionar correctamente en la palabra de ciencia.

LA PALABRA DE CIENCIA NO PROVIENE DE CAPACIDADES


NATURALES

Así que… ¡ No se valen las “jugadas personales” ¡


B. LO QUE ES LA PALABRA DE CIENCIA
1. DEFINICIÓN:
36
La palabra de ciencia es la habilidad sobrenatural de recibir de Dios, por medio de revelación, el
conocimiento de hechos acerca de cualquier cosa que la persona no puede saber por medios naturales. Es
lo que la Biblia llama “una palabra”, “un fragmento” o una porción” de toda la ciencia de Dios:
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos (1 Co. 13:9).
2. LA FUENTE DE LA PALABRA DE CIENCIA ES DIOS, QUIEN ES OMNISCIENTE.
La palabra omnisciente significa literalmente “todo lo sabe”. El conocimiento de Dios es completo, pues
él conoce todas las cosas: pasadas, presentes y futuras. En su mente está todo conocimiento, toda la ciencia
del tiempo y de la eternidad.
Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y
abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta (He. 4:13).
Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos (Hch. 15:18).
Yo conozco tus obras… (Ap. 2:2).
… Dios… sabe todas las cosas (1 Jn. 3:20).
Mediante el don de la palabra de ciencia, Dios revela al hombre un pequeño fragmento de su ciencia para
usarse en un caso particular.
C. ¿QUÉ CLASE DE CONOCIMIENTO ES REVELADO MEDIANTE ESTE DON?
1. LOS PENSAMIENTOS DEL CORAZÓN DE LOS HOMBRES.
Juan el Bautista sabía que los fariseos eran muy justos ante sus propios ojos, no estaban conscientes de
su propio pecado y necesidad espiritual. Él les decía:
…¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento (Mt. 3:7, 8).
Jesús en muchas ocasiones conoció los pensamientos de los hombres por medio de la palabra de ciencia.
Cuando Jesús perdonó los pecados del paralítico que fue bajado por sus amigos a través de la azotea,
los escribas se enojaron grandemente:
Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros
corazones? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? (Lc. 5:22,
23).
En otra ocasión, también en el día de reposo, Jesús sanó al hombre que tenía la mano seca. Los escribas
y los fariseos estaban esperando esto a fin de hallar algo de qué acusarle.
Lucas también nos da el registro del día cuando Jesús comió en la casa de Simón el fariseo. Mientras
comía, una mujer de la calle, una prostituta, enterada de que él estaba allí, entró tímidamente y rompió
un frasco de alabastro con un perfume costoso; lavó sus pies con sus lágrimas y lo ungió con el perfume,
el fariseo dijo para sí:
… Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. Entonces
respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro (Lc. 7:39, 40).
Entonces Jesús le contó la parábola del acreedor y los deudores mostrando que al que le ha sido
perdonado mucho, también ama mucho; pero aquel al cual le ha sido perdonado poco, poco ama.
Mientras enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo, sanó a la mujer que desde hacía 18 años
tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, pues en ninguna manera se podía enderezar. Jesús
sabía la situación de esta mujer y le dijo:
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Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura
en el día de reposo? (Lc. 13:16).
La palabra de ciencia puede incluir los planes del hombre, como en la experiencia de Acab (1 R. 21:17-
20). Por medio de la palabra de ciencia
Elías fue enviado a Acab, rey de Israel, para hablarle sobre el asesinato de Nabot y para pronunciar juicio
sobre él:
Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle,
diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros
lamerán también tu sangre, tu misma sangre (v. 19).
2. CONOCIMIENTO DE EVENTOS DEL PASADO, PRESENTE O FUTURO.
El apóstol Juan tuvo una revelación de lo que era Cristo antes de la encarnación (Jn. 1:1-5).
El profeta Agabo mediante este don supo que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada (Hch.
11:27-30).
3. CONOCIMIENTO DE SITIOS ESPECÍFICOS EN DONDE SE ENCONTRABAN LOS
HOMBRES.
Al discípulo llamado Ananías le fue revelado en Damasco dónde se encontraba Saulo de Tarso (Hch. 9:10-
17).
A Cornelio el centurión de Cesarea le fue revelado dónde encontrar a Pedro, quien estaba en la casa de
Simón el curtidor en Jope (Hch. 10:1-6). El mismo capítulo contiene la historia de cómo Pedro fue
preparado para acompañar a los tres que le buscaban (Hch. 10:9-22).
4. DIOS REVELA LAS COSAS QUE SON NECESARIAS PARA EL CUMPLIMIENTO DE SU
VOLUNTAD Y PROPÓSITOS ENTRE SU PUEBLO.
Usualmente él va a revelar esas cosas a personas en el liderazgo que están en la posición de
responsabilidad y que tienen cuidado y amor por los demás.
Dios no revela estas cosas sólo para dar una información, sino para traer los cambios necesarios y los
ajustes deseados. Frecuentemente habrá una revelación de una necesidad física; él revela esto a aquella
persona que tiene la fe necesaria para liberar o traer sanidad a la persona enferma a través de los dones
de sanidad.

II. EJEMPLOS ESCRITURALES DE LA PALABRA DE CIENCIA


A. EN LA VIDA DE SAMUEL
Vemos claramente cómo Dios ejerce su voluntad soberana al dar el don de la palabra de ciencia a Samuel.
Mientras que él era todavía un joven, y antes de tener una experiencia definida con el Señor, Dios le reveló
algunas cosas acerca de la casa de Elí:
Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada (1 S. 3:7).
Dios le reveló a Samuel detalles acerca del juicio que vendría sobre el sacerdocio de Elí y sus hijos, y al
recibir el mensaje fielmente lo transmitió a Elí. Era una advertencia muy seria; Elí había dejado de
restringir a sus hijos malvados y por eso el juicio fue decretado sobre su casa (1 S. 3:10-18).
Por la palabra de ciencia Samuel también supo con mucha anticipación cómo el rey trataría a la gente y
como reinaría sobre ellos (1 S. 8:6-18).

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La gente pronto reconoció que Samuel poseía el don de la palabra de ciencia. Cuando Saúl no pudo
encontrar los asnos de su padre, su siervo le sugirió que consultaran al profeta (1 S. 9:6). Mientras tanto,
la palabra de Dios ya había venido a Samuel dándole toda la información acerca de Saúl y su búsqueda de
los animales perdidos:
Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo: Mañana a esta misma
hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y
salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado
hasta mí (1 S. 9:15, 16).
Después de que Samuel se encontró con Saúl lo invitó a comer, y le dio la siguiente promesa: …te
descubriré todo lo que está en tu corazón (1 S. 9:19). Mediante la palabra de ciencia Samuel sabía:
Que Saúl vendría (v. 16).
Que ya habían encontrado los asnos de su padre (v. 20; 1 S. 10:2).
Dónde encontrar a Saúl cuando éste se había escondido entre el bagaje (1 S. 10:21-23).
B. EN LA VIDA DE JOSÉ
Por medio de la palabra de ciencia José pudo interpretar los sueños del copero y del panadero de Faraón
cuando habían sido puestos en la prisión. Ellos estaban tristes porque no había quien interpretara sus
sueños, pero con confianza José les dijo: …¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora (Gn.
40:8).
A los dos les sucedió exactamente conforme a las palabras de José; el copero fue restaurado a su lugar, en
la casa del rey; pero el mismo Faraón hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como lo había predicho José
interpretando su sueño (Gn. 40:9-22).
Después José interpreta el sueño de Faraón (Gn. 41:1-36). Cuando Faraón tuvo su sueño y ninguno de los
magos de Egipto pudo interpretarlo, llamaron a José para ver si él podía dar la interpretación. Al oír el
sueño, José dio la interpretación por la palabra de ciencia; aún más, por la palabra de sabiduría aconsejó a
Faraón cómo prepararse para los siete años de hambre que vendrían sobre toda la tierra. Faraón,
impresionado por las habilidades que vio en José, le puso sobre toda la tierra de Egipto.
La operación de los dones sobrenaturales le abrió la puerta a José para preservar la vida de toda la casa
de Israel.
C. EN LA VIDA DE ELISEO
De todos los profetas del Antiguo Testamento es en Eliseo en quien el ministerio de la palabra de ciencia
aparece con mayor énfasis. Es obvio que mucho de su éxito se debe al poder que este don le dio.
Inmediatamente después que cayó el manto de Elías sobre Eliseo recibió una doble porción del Espíritu y
la palabra de ciencia comenzó a manifestarse con libertad en su ministerio; debemos reconocer que la
operación de este don depende de una fuerte unción del Espíritu Santo. Es posible que pueda operar en
cierta medida con una fe débil, pero su funcionamiento apropiado sólo es posible donde hay una fe firme,
una fe sin sombra de duda, tal como la que poseía Eliseo. Esto fue demostrado por los eventos inmediatos
después del traslado de Elías. Los hijos de los profetas aparentemente tenían sólo un conocimiento parcial
del evento; pues solo tenían suficiente fe para aceptar que Elías había sido transportado a algún valle, o
que Dios le había dejado en una montaña lejana, mientras que Eliseo sabía que era inútil ir a buscar a Elías
(2 R. 2:16-18).
ELISEO AYUDA EN LA BATALLA DE LOS REYES (2 R. 3:6-25).

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Josafat, rey de Judá, estaba en problemas por unirse al malvado rey Joram, hijo de Acab, y al rey de Edom
en su guerra contra Moab. Estos reyes y sus ejércitos se encontraron en el desierto sin agua y por eso
buscaron la ayuda de Eliseo.
La palabra de ciencia vino a Eliseo mientras que el tañedor tocaba, y comenzó a profetizar diciendo que
no vendría viento o lluvia, como en el caso de Elías que por su oración puso fin a la sequía, sino que Dios
iba a usar otros medios para suplir el agua necesaria.
En realidad ya había una abundancia de agua en el valle, pero estaba escondida bajo la superficie de la
tierra. Por la palabra de ciencia, Eliseo sabía que si cavaban estanques, éstos se llenarían de agua por las
fuentes subterráneas. El profeta también conoció el resultado final y lo que iba a suceder en la mañana a
la salida del sol.
Cuando los moabitas se levantaron temprano por la mañana se sorprendieron al ver lo que les parecía
ser un mar de sangre, pero que en realidad era el reflejo del sol sobre el agua. Concluyeron erróneamente
que los reyes y sus ejércitos se habían peleado y que el líquido rojo que veían era la sangre de los caídos.
Totalmente ignorantes de la condición verdadera, los moabitas corrieron al campamento de los israelitas
intentando tomar el despojo. De pronto encontraron que habían caído en una trampa. Y en medio del
pánico emprendieron la huida; los ejércitos de los reyes les seguían y la batalla terminó con la derrota
completa de los moabitas.
1. LA MANIFESTACIÓN DE LOS DONES EN CONEXIÓN CON EL REY DE SIRIA (2 R. 6:8-23).
El sexto capítulo de 2 Reyes es bastante interesante. Aquí podemos notar cómo los diversos dones del
Espíritu funcionan en armonía y coordinación. Este capítulo también nos muestra que la verdadera lucha
del pueblo de Dios no está en esa tierra, sino en lugares celestiales:
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principiados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Ef.
6:12).
Puesto que nuestra lucha es una lucha espiritual, no debemos cometer el error de pelear contra carne ni
sangre; sino que debemos luchar contra los poderes de las tinieblas que tienen bajo control a personas
carnales. En esta lucha necesitamos los dones del Espíritu, así como toda la armadura de Dios, por medio
de la cual somos protegidos contra los ataques del enemigo. Mediante las manifestaciones de los dones
podemos estar a la ofensiva en vez de estar siempre a la defensiva. En este capítulo encontramos en
funcionamiento todos los dones del Espíritu con excepción del don de lenguas y el de interpretación de
lenguas; estos dones aparecen por primera vez en la iglesia neotestamentaria.
a. La palabra de ciencia (2 R. 6:8-12).
A pesar de que Eliseo había hecho un gran servicio al rey de Siria mediante la sanidad de Naamán, capitán
de su ejército, el rey invadió Israel con el propósito de tomar cautivo a su rey y destruir a su ejército. Pero
Eliseo vio todo lo que estaba sucediendo y envió mensajes al rey de Israel acerca de las trampas que se
estaban preparando contra él. Como resultado el rey escapó tres veces; en cada caso Eliseo, mediante la
palabra de ciencia, anticipó los movimientos del ejército de Siria y avisó al rey de Israel.
b. Discernimiento de espíritus (2 R. 6:13-17).
El corazón del rey de Siria se turbó por esto y pensó que había algún espía en su ejército. Pero uno de sus
siervos le descubrió la razón por la cual el rey de Israel escapaba de las trampas que ponían a su paso: … el
profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más
secreta (v. 12).
Por lo tanto, el rey de Siria decidió capturar a Eliseo, y para esto envió a su ejército a Dotán donde el
profeta estaba. En medio de la noche rodearon totalmente la ciudad. Al despertar en la mañana, el siervo
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de Eliseo vio el gran ejército con sus carros y en su desesperación clamó a Eliseo: …¡Ah, señor mío! ¿qué
haremos? (v. 15).
Eliseo oró para que se abrieran los ojos del joven y pudiera ver; y cuando el siervo vio: he aquí que el
monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo (v. 17). Se había cumplido
la declaración anterior de Eliseo: … más son los que están con nosotros que los que están con ellos (v. 16).
Por el don de discernimiento de espíritus Eliseo podía ver el mundo espiritual. Se dio cuenta de que los
espíritus buenos, los ángeles que Dios había enviado para ministrarles y protegerles, eran más numerosos
que los enemigos.
c. El hacer milagros (2 R. 6:18).
Puesto que los líderes del ejército de Siria no sabían con qué tipo de hombre tenían que tratar, se
acercaron para tomar al profeta. Este clamó al Señor y dijo: …Te ruego que hieras con ceguera a esta gente…
(v. 18). Y sucedió exactamente conforme a la palabra de Eliseo. Esta fue la operación del don de milagros,
el don designado para hacer actos sobrenaturales, más allá de los poderes humanos o naturales. Mediante
la operación de este don de poder, toda la fuerza del gran ejército en un momento fue completamente
nulificada. Eliseo también usó este don cuando pidió que se abrieran los ojos de su siervo para darle la
habilidad de ver el ejército del Señor (v. 17).
d. Los dones de sanidades (2 R. 6:20).
Sorprendido por la calamidad que les había sobrevenido al perder su vista, el ejército de los sirios fue
fácilmente guiado a la ciudad de Samaria donde estaba el rey de Israel. El rey estuvo muy sorprendido por
el gran desfile que Eliseo guiaba hacia él a través de las calles de la ciudad, y después de saber lo que había
sucedido, se preparó para matarles. Pero Eliseo lo detuvo. En vez de eso, el profeta pidió a Dios que
restaurara la vista de todo el ejército, y así tomó lugar la sanidad de toda la multitud. De esta manera vemos
trabajar los dones de sanidades.
e. La palabra de sabiduría (2 R. 6:22, 23).
Como ya mencionamos, después de saber todo lo que había sucedido, el rey de Israel se propuso matar a
todo el ejército; pero Eliseo a través de una palabra de sabiduría dio su voto contra este plan. Él dijo: No
los mates.
¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para
que coman y beban, y vuelvan a sus señores (v. 22). Los sirios estaban tan agradecidos por la preservación
de sus vidas que jamás volvieron a invadir Israel.
f. El don de fe.
La fe fuerte y singular que poseía este profeta respaldaba la operación de todos los dones ya mencionados.
El atrevimiento que tuvo al tratar de esta manera con un gran ejército, sólo se puede explicar a través de
la operación de la fe sobrenatural.
Esta fe resultó de un caminar muy estrecho con Dios, pues el varón de Dios ya se había acostumbrado a
ver la operación de lo sobrenatural.
g. El don de profecía.
Eliseo fue un profeta; por eso habló e hizo todas estas cosas por el Espíritu de profecía.
Se debe notar que ninguno de los dones operaron independientemente, sino que se mezclaron y se
coordinaron en sus operaciones el uno con el otro.
De la misma manera que Elías y Eliseo necesitaban los dones en tiempos antiguos, así también el
ministerio de los últimos días necesita tenerlos en operación.

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2. ELISEO PREDICE EL REINADO DE HAZAEL SOBRE SIRIA (2 R. 8:7-13).
Ben-adad rey de Siria estaba enfermo y envió para preguntar a Eliseo si iba a sanar de su enfermedad.
Eliseo comenzó a llorar al responder a Hazael, y cuando éste le preguntó la razón, Eliseo le respondió: …
Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel; a sus fortalezas pegarás fuego, a sus jóvenes matarás a espada,
y estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres que estén encintas (v. 12). Eliseo explicó a Hazael
que Jehová le había mostrado que él iba a ser el siguiente rey de Siria. De hecho así sucedió, porque al día
siguiente murió Ben-adad y reinó Hazael en su lugar.
D. EN LA VIDA DE DANIEL
1. LA REVELACIÓN DEL SUEÑO DE NABUCODONOSOR (Dn. 2:19-45).
Cuando Nabucodonosor tuvo un sueño importante que no pudo recordar al despertar, ninguno de los
sabios de Babilonia pudo decirle el contenido y mucho menos su interpretación; a causa de esto, el rey
mandó matar a todos los sabios, incluyendo entre ellos a Daniel. Este entró y pidió al rey que le diese
tiempo y que él mostraría el sueño y su interpretación. Daniel y sus compañeros pidieron misericordia a
Dios, quien respondió y reveló el secreto a Daniel. Daniel alabó a Dios y dijo:
Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. A ti, oh Dios de
mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que
te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey (vv. 22, 23).
Después de esto fue Daniel a Arioc y le dijo que estaba listo para mostrar la interpretación al rey. En este
incidente vemos entrelazados los dones de la palabra de sabiduría y la palabra de ciencia. Como resultado,
la vida de los sabios fue preservada y el rey reconoció que el Dios de Daniel es el verdadero Dios y quien
revela los misterios a sus siervos.
2. LA INTERPRETACIÓN DE LA ESCRITURA EN LA PARED, EL JUICIO SOBRE BELSASAR
(Dn. 5).
El rey Belsasar hizo un gran banquete para sus príncipes y súbditos, y mientras que todos bebían vino en
los vasos santos de oro y plata del templo de Jerusalén aparecieron los dedos de una mano de hombre que
escribían unas letras en la pared del palacio real. Al ver el rey la mano que escribía palideció, y sus
pensamientos lo turbaron. Hicieron llamar a Daniel para que interpretara lo que estaba escrito:
Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. TEKEL: Pesado has sido
en balanza, y fuiste hallado falto. PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas (vv. 26-28).
La misma noche se cumplió la palabra de Daniel y Belsasar murió.
E. EN LA VIDA DE JESÚS
Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese
testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre (Jn. 2:24, 25).
En la vida de Jesús la palabra de ciencia funcionaba a la perfección. Puesto que el Señor dejó toda la gloria
divina que poseía antes de la encarnación, él necesitaba los dones del Espíritu, de la misma manera que
sus seguidores iban a necesitarlos. Era el propósito de Dios que Jesús ministrara bajo las mismas
condiciones que los hombres. Vamos a observar que Cristo al manifestar los dones solamente los usaba
para la gloria del Padre, y nunca para conveniencia o provecho personal. Cristo pudo haber cambiado las
piedras en pan para probar que él era el hijo de Dios; pero no aceptó esta sugerencia del diablo. Por otra
parte no dudó en alimentar por medios milagrosos a la multitud, cuando estaban cansados y tenían
hambre. Jesús se negó a hacer algún milagro para satisfacer la curiosidad de Herodes. Tampoco quiso
producir una señal para los fariseos incrédulos. Pero en otras ocasiones hizo muchos milagros para
mostrar su gloria a aquellos que creían en él.
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Cristo nunca quiso o trato de usar poderes sobrenaturales para satisfacer la curiosidad humana; pero por
otra parte, usaba estos recursos cuando podía ayudar al hombre y glorificar al Padre. Mediante la palabra
de ciencia y el discernimiento de espíritus Jesús podía entender los motivos escondidos de los hombres
que venían a él, y así al saber si sus motivos eran buenos o malos podía responderles con palabras
acertadas y apropiadas para su situación.
Es claro que la palabra de ciencia, trabajando en armonía con otros dones, jugaba un papel muy
importante en el ministerio de Cristo. Jesús de este modo pudo cumplir las profecías hasta en el menor
detalle y terminar su obra en la tierra. De la misma manera como Cristo cumplió su ministerio en la tierra,
así también el cuerpo de Cristo cumplirá su ministerio en los últimos días por medio de la operación de los
dones.
1. JESÚS CONOCÍA A SUS PROPIOS DISCÍPULOS.
Jesús dijo: Conozco mis ovejas. Él conocía los corazones, el temperamento y el carácter de cada uno de
sus discípulos. Esto no fue por medio de la sabiduría divina que tenía con el Padre antes de venir a este
mundo; sino que fue mediante la palabra de ciencia que vino a él por el Espíritu Santo. En lo natural Jesús
crecía en sabiduría y en estatura (Lc. 2:52), como cualquier otra persona nacida en este mundo. Pero
cuando llegó el tiempo para comenzar su ministerio, el Espíritu Santo vino sobre él y así recibió la
capacidad necesaria para cumplir su misión.
Cuando Jesús encontró a Pedro, inmediatamente conoció su temperamento, su fuerza y debilidad; por lo
tanto él podía decir: Tu eres Simón, serás llamado Pedro (que quiere decir piedra).
A Natanael le dijo: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Cuando Natanael, atónito,
quería saber cómo lo había conocido Jesús, el Señor respondió … Antes que Felipe te llamara, cuando estabas
debajo de la higuera, te vi (Jn. 1:47-50).
Jesús también conocía todo acerca de Judas, y entendió que detrás de su exterior suave se escondía la
traición y el engaño. Sin identificar directamente quién era el discípulo falso, Jesús dijo: ¿No os he escogido
yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? (Jn. 6:70).
2. JESÚS CONOCÍA LOS CORAZONES DE TODOS.
Jesús conocía bien a María Magdalena a quien había liberado de siete demonios; también descubrió la
vida de la mujer samaritana cuando se reveló a ella como el Mesías (Jn. 4:17, 18).
El corazón de Nicodemo, un principal entre los judíos que vino a visitar a Jesús en la oscuridad de la noche,
también fue conocido por Cristo, quien le dijo que debía nacer de nuevo para ver el reino de Dios (Jn. 3:3).
Cuando Simón Pedro se jacta de que él puede seguir al maestro a cualquier lugar, Jesús le dice que le va a
negar (Jn. 13:38). Después que Jesús había dado el gran discurso sobre el pan de vida en la sinagoga en
Capernaum, sus discípulos murmuraron; y Jesús conoció sus pensamientos:
Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? (Jn. 6:61).
3. JESÚS SABÍA CUANDO SUS DISCÍPULOS ESTABAN EN PELIGRO (Mr. 6:46-51).
Los discípulos estaban tratando de cruzar el mar de Galilea cuando se levantó una gran tempestad;
mientras tanto, Jesús estaba en una montaña orando. A pesar de la oscuridad de la noche y la gran distancia
desde la montaña hasta el mar, por la palabra de ciencia Jesús supo el peligro en el cual estaban sus
discípulos. Él dejó de orar y fue a ellos caminando sobre las aguas. Aquí se deja ver un hermoso ejemplo de
dos dones, la palabra de ciencia y el hacer milagros, funcionando juntos.
4. LA PALABRA DE CIENCIA EN CONEXIÓN CON LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO (Jn. 11:3-
44).

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A Jesús le llegó la noticia de que Lázaro estaba enfermo, pero él permaneció dos días más en aquel lugar
ministrando. Jesús dijo a sus discípulos: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para
que el Hijo de Dios sea glorificado por ella (v. 4). Por eso los discípulos concluyeron que Lázaro iba a sanar.
Cuando Cristo comenzó a caminar hacia
Betania sus seguidores no entendían la razón por la que debían volver a la ciudad de Jerusalén donde su
vida estaría en peligro, y trataron de cambiar su opinión. Entonces el Señor les informó que el propósito
de su viaje era para despertar a Lázaro. Los discípulos no entendieron y el Señor tuvo que hablar más
francamente y explicarles acerca de la muerte de Lázaro. Por la palabra de ciencia Jesús ya sabía todo: la
enfermedad de Lázaro cada día más seria, su muerte, el funeral y los familiares entristecidos que lloraron
por él. Por lo tanto él podía actuar con confianza aunque para sus discípulos todo era confuso y misterioso.
Pronto iban a aprender que Lázaro había muerto y que iba a ser resucitado de los muertos.
En este incidente notable vemos cinco dones funcionando en armonía el uno con el otro:
Había una palabra de ciencia por la cual Jesús sabía lo que había sucedido en Betania.
Después había una palabra de sabiduría para saber que él debía terminar su ministerio al otro lado del
Jordán, aunque el resultado de la enfermedad sería la muerte.
Vemos operando una fe sobrenatural, la que hizo posible a Cristo tomar dominio sobre la situación para
cambiar la tristeza en gozo y la muerte en victoria gloriosa.
Había el mensaje profético que Lázaro resucitaría.
Por último vemos el don de hacer milagros, por medio del cual el cuerpo de Lázaro, ya en estado de
descomposición, fue restaurado a vida y salud perfecta.
5. LA PALABRA DE CIENCIA EN LA ÚLTIMA SEMANA DE SU MINISTERIO.
En los últimos días del ministerio de Jesús en esta tierra hubo una manifestación muy clara de la palabra
de ciencia:
Inmediatamente después de la confesión de Pedro del señorío de Jesús, éste empezó a hablar acerca de
los eventos que terminarían con su vida:
Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer
mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer
día (Mt. 16:21).
Cuando él y sus discípulos se acercaron a Jerusalén, envió a dos de sus discípulos para conseguir el asno
sobre el cual entraría a la ciudad:
Diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino
con ella; desatadla, y traédmelos. Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los
enviará (Mt. 21:2, 3).
Queda entendido que Jesús tenía una fuente sobrenatural de información para poder cumplir la profecía
de Zacarías, en la cual había sido profetizado que él entraría a la ciudad montado sobre un asno. Mandó
a sus discípulos y obedeciéndole fueron y encontraron las circunstancias exactamente como Jesús había
dicho.
Al llegar a Jerusalén se levantó la pregunta: ¿Dónde se iba a preparar la pascua? Jesús les informó que
al entrar en la ciudad encontrarían a un hombre llevando un cántaro de agua:
Él les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de
agua; seguidle hasta la casa donde entrare, y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice:
¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Entonces él os mostrará un gran
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aposento alto ya dispuesto; preparad allí. Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la
pascua (Lc. 22:10-13).
Esto no era algo muy usual, puesto que traer el agua era el trabajo de las mujeres; fue una operación
específica de la palabra de ciencia.
Cuando los discípulos tomaron la Santa Cena con Jesús no tenían ningún conocimiento de que Judas iba
a traicionarlo. Pero Jesús lo sabía e indicó quién era el que iba a hacerlo, dándole el pan (Jn. 13:21-30).
Jesús sabía que el valor de Pedro iba a fallar y que también le negaría tres veces:
Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces (Lc.
22:34).
F. EN LA VIDA DE PEDRO Y JUAN
Por revelación divina Pedro sabía que Jesús era el Cristo:
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en
los cielos (Mt. 16:16, 17).
También por la palabra de ciencia Pedro se dio cuenta del engaño de Ananías y Safira (trataremos este
evento en el tema “Clasificación de Milagros” del Capítulo 12).
Felipe era un gran evangelista y tuvo mucho éxito en Samaria donde hizo muchas señales. Era obvio que
tenía el don de milagros:
Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y
cojos eran sanados (Hch. 8:7).
Sin embargo, Felipe todavía no tenía el don de la palabra de ciencia, y pudo ser engañado por Simón el
mago, quien pretendió arrepentirse y hasta fue bautizado. Cuando los apóstoles Pedro y Juan fueron a
Samaria e imponían las manos sobre los recién convertidos y éstos recibían el Espíritu Santo, Simón quiso
tener el mismo poder:
Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció
dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiera las manos reciba
el Espíritu Santo (Hch. 8:18, 19).
Inmediatamente Pedro discernió que el corazón de Simón no era recto delante de Dios, que no se había
arrepentido en verdad sino que estaba todavía en necesidad de perdón. Fue por medio del don de la
palabra de ciencia que los apóstoles conocieron la verdadera condición del corazón de Simón.
G. EN LA VIDA DE PABLO.
La operación de la palabra de ciencia es evidente a través de la vida y ministerio del apóstol Pablo. Se
debe observar, no obstante, que el don no fue reservado exclusivamente para hombres notables como
Pablo y los apóstoles. El Señor hubiera podido darle a Saulo de Tarso todas las instrucciones que él quería
mientras estaba postrado en el camino a Damasco; en vez de esto, el Señor le dio el mensaje a un discípulo
desconocido llamado Ananías. Este hombre, juntamente con otros discípulos, había estado esperando con
temor y atención la llegada del “lobo” que iba a esparcir el rebaño. La noticia de la intención de Saulo de
tomar cautivos a hombres y mujeres que profesaban la fe en Jesucristo había llegado a Damasco antes que
el joven fariseo. Por lo tanto, fue grande la sorpresa para Ananías cuando recibió instrucciones del Señor
para visitar a este hombre, quien había sido el mayor enemigo de la Iglesia; aún más, él tendría que
imponer sus manos sobre Saulo para que sanara de su ceguera y para que fuese lleno con el Espíritu Santo:

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Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado
Saulo, de Tarso; porque he aquí él ora, y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone
las manos encima para que recobre la vista (Hch. 9:11, 12).
Note que le fue dada la siguiente información:

Incidentalmente, éste no fue el único lugar donde fue dada la dirección de una calle por medio de una
revelación directa. En Hechos 10, el centurión Cornelio de Cesarea, mientras oraba, fue instruido a enviar
por Simón Pedro, quien se encontraba en Jope en la casa de Simón, un curtidor, quien tenía su casa junto
al mar, para que viniera a predicar a su casa el camino de la salvación:
Envía, pues, ahora hombres a Jope, y has venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. Este posa en
casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas (Hch.
10:5, 6). A través del ministerio de Pablo, la palabra de ciencia frecuentemente vino para ayudarle en
momentos críticos de decisión, capacitándole para moverse correctamente y en el tiempo preciso.
1. Por medio de la palabra de ciencia y de sabiduría a Pablo le fue prohibido predicar en Asia (Hch. 16:6),
y en vez de esto fue dirigido a Macedonia para predicar el evangelio en Europa entre la gente que
esperaba su ayuda (Hch. 16:9, 10).
2. Cuando Pablo comenzó a predicar en la sinagoga de Corinto testificando a los judíos que Jesús era el
Cristo, encontró mucha oposición. Por lo tanto, Pablo decidió ir a predicar a los gentiles. Sin embargo,
el Señor le dio instrucciones referentes a su ministerio en Corinto:
Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy
contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta
ciudad (Hch. 8: 9, 10).
A causa del ánimo que Pablo recibió se detuvo ahí un año y seis meses enseñando la Palabra de Dios.
3. Por medio de este don, Pablo fue avisado de antemano por el profeta Agabo, y otros discípulos, que si
se dirigía a Jerusalén iba a ser arrestado, atado y encarcelado (Hch. 21:4-13).
4. Mediante la palabra de ciencia Pablo supo las circunstancias peligrosas inminentes y aconsejó al
capitán del barco que lo iba a llevar a Roma que no continuara el viaje, sino que permaneciera en el
puerto para evitar una tempestad violenta que, sin saberlo ellos, se estaba levantando en el
Mediterráneo (Hch. 27:10, 11).
Cuando el capitán rechazó el consejo de Pablo y fue persuadido a seguir de todos modos con el viaje, les
sobrevino un desastre exactamente como Pablo le había dicho. No obstante, después de orar y ayunar, Pablo
fue capaz de traer palabras de ánimo a sus compañeros declarando que aunque perderían el barco ninguna
persona perdería la vida, sino que todos los que se encontraban a bordo del barco se salvarían (Hch. 27:21-
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III. CÓMO SE MANIFIESTA LA PALABRA DE CIENCIA


Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el
Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho (1 Co. 12:4-7).
De estas palabras de Pablo notamos que habrá manifestaciones variadas en la operación de casi todos los
dones. Esto es verdad, especialmente en la palabra de ciencia, así como también en la palabra de sabiduría.
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Además, frecuentemente parece que los dones se mezclan los unos con los otros como los colores del arco
iris. Esto sucede generalmente con la palabra de ciencia y la de sabiduría. El don de la palabra de ciencia
es impartido y manifestado en diferentes maneras y puede funcionar como un don distinto o manifestarse
mediante los otros dones.
A veces la operación de este don es inesperada y completamente involuntaria de parte nuestra. Si existe
alguna necesidad de la cual no estamos conscientes, Dios nos revela su voluntad, nos prepara para una
emergencia o nos hace orar por alguien en particular, por medio de la palabra de ciencia. Pero en general,
este don comienza a operar cuando por un acto voluntario nos extendemos hacia Dios en fe para recibir la
información necesaria para cierta ocasión.
Consideremos las siguientes maneras que Dios usa para impartir una palabra de ciencia:
A. IMPRESIONES DEL ESPÍRITU O POR LA VOZ INTERIOR DEL ESPÍRITU
La palabra de ciencia viene a través de impresiones claras reveladas al hombre por el Espíritu Santo. El
movimiento de los cuáqueros, en el tiempo de su avivamiento, llamaba a esto “el testimonio interior”.
Existe en la persona una convicción firme, una seguridad interior fuerte; no es una imaginación o
adivinación de la mente, pues nada tiene que ver con la mente, de la misma manera que tampoco el hablar
en otras lenguas proviene de la mente natural; sino que Dios se comunica con el espíritu del hombre, y éste
sabe, sin lugar a dudas, que algo le ha sido revelado.
A veces la palabra de ciencia viene con palabras claras, precisas, una frase entera o un párrafo breve. Es
el privilegio de cada cristiano ser guiado e instruido por la voz interior, la voz del Espíritu Santo, pero
muchos no aprovechan este privilegio. Cuando el Espíritu Santo viene a una persona para morar en su
espíritu y renovarlo, la primera cosa que hace es hablarle; él da testimonio al espíritu del hombre que ahora
es un hijo de Dios:
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios (Ro. 8:16).
Esto, no obstante, es solamente el principio; el trabajo del Espíritu es guiar e instruir al cristiano durante
toda su vida. Por medio de una comunión íntima y estrecha con Dios el cristiano siempre puede estar
consciente de su guía:
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas,
y os recordará todo lo que yo os he dicho (Jn. 14:26; lea también Jn. 16:13, 14).
Ezequiel tuvo esta experiencia:
Y oí uno que me hablaba desde la casa… (Ez. 43:6).
Nosotros también tenemos la oportunidad de oír una voz hablándonos desde el interior del “templo” que
es nuestro cuerpo, porque ahí mora el Espíritu Santo. La comunión constante y la guía dada por el Espíritu
pueden y deben ser la experiencia de cada cristiano; todo lo que necesita es ponerse en sintonía con su voz
para oírlo, porque tenemos que escucharlo.
Jesús enseñó que sus ovejas “oyen su voz”. El apóstol Juan dice:
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice… (Ap. 2:29).
Muchos han recibido de Dios una palabra de ciencia mientras aconsejaban a alguien, al escribir una carta
o aun estando en oración intercediendo por alguien o por una situación particular.
B. SUEÑOS Y VISIONES
A veces la palabra de ciencia es algo que la persona ve cuando tiene los ojos cerrados esperando la
revelación de Dios. Aparecen como en una pantalla letras, palabras, símbolos, escenarios y hasta cuadros.
Dios usa estos cuadros, similitudes o parábolas para comunicar la palabra de ciencia que la persona busca:
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Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas (Os. 12:10).
La palabra de ciencia vino varias veces al profeta Amós. En las siguientes citas note las expresiones: Me
mostró, Ha mostrado y ¿Qué ves? (Am. 7:19; 8:1, 2; 9:1). También podemos observar que cada visión fue
seguida por una palabra de explicación para hacer más claro el significado.
El rey Belsasar tuvo una visión pero no entendió el significado y por eso pidió a Daniel que la interpretara
(Dn. 5:24-28). Si una persona no entiende la visión que le es mostrada, es correcto pedir al Señor la
interpretación (1 Co. 14:13), la cual usualmente le será dada mediante la voz del testimonio interior. A
veces, como en el caso de Pedro y su visión del lienzo lleno de animales inmundos (Hch. 10:9-22), tenemos
que esperar la interpretación para saber cómo actuar:
Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los
hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la
puerta (v. 17).
Tanto José (Gn. 41:25-36) como Daniel (Dn. 2:15-21) recibieron la palabra de ciencia por medio de
visiones. Una visión clara y distinta, a veces a todo color, puede aparecer delante de los ojos de la persona,
aun mientras están abiertos; aunque esto no es muy usual, es lo que le sucedió a Balaam:
Y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él. Entonces tomó su
parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, Y dijo el varón de ojos abiertos; dijo el que oyó los dichos de Dios,
el que vio la visión del Omnipotente; caído, pero abiertos los ojos (Nm. 24:2-4).
Resulta evidente que para Pedro tener visiones era algo común, de manera que cuando el ángel lo libró
de la cárcel él pensó que era otra visión:
Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión
(Hch. 12:9).
Casi todo el libro de Apocalipsis es la revelación de las visiones que tuvo Juan en la isla de Patmos.
A veces los que oran por los enfermos no reciben una visión, sino que sienten en su propio cuerpo el
mismo dolor del enfermo, y por medio de esta operación particular de la palabra de ciencia, sienten el
poder de Dios moviéndose ministrando sanidad al cuerpo del afligido.
C. UNA VOZ AUDIBLE O UN ÁNGEL
De vez en cuando Dios imparte una palabra de ciencia con voz audible. Isaías tuvo esta experiencia:
Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos (Is. 22:14). Las Escrituras dicen que Jehová
llamó a Samuel con una voz audible:
Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque
tu siervo oye (1 S. 3:10; lea también 1 S. 3:11-14; 9:15-17).
En la Palabra encontramos cómo diferentes personas recibieron una palabra de ciencia mediante visitas
angelicales. Así sucedió con Abraham y Lot (Gn. 18:19).
A Abraham le fue revelado que Sara iba a concebir un hijo, y también le fue revelada la destrucción de
Sodoma y Gomorra. Los mismos ángeles visitaron a Lot y le avisaron de la destrucción que vendría sobre
ese lugar; estos ángeles también lo tomaron de la mano juntamente con su esposa y sus dos hijas y lo
sacaron fuera de la ciudad para salvarles la vida.
Daniel era un hombre que constantemente recibía revelaciones del Señor, fuera por sueños, visiones o
visitas de ángeles:
Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante
de mí uno con apariencia de hombre. Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel,
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enseña a éste la visión. Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre
mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin (Dn. 8:15-17).
Más tarde el ángel Gabriel vino a él, y hablándole, le hizo entender las visiones que había visto, trayéndole
sabiduría y entendimiento (Dn. 9:21-23). Cuando José quiso dejar secretamente a María porque sabía que
ella estaba encinta, un ángel del Señor se le apareció y le dio una palabra de ciencia diciendo:
… José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu
Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt.
1:20, 21).
La mañana de la resurrección de Jesús, un ángel del Señor descendió, removió la piedra, y se sentó sobre
ella. Él mismo reveló el mensaje de la resurrección a María Magdalena y a la otra María y les mandó ir a
contar todo a los discípulos (Mt. 28:2-7).
Cuando el evangelista Felipe experimentaba el gran avivamiento de Samaria, recibió una palabra de
ciencia que le indicó que en el desierto había un hombre hambriento y necesitado de escuchar el evangelio:
Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de
Jerusalén a Gaza, el cual es desierto (Hch. 8:26).
Un hombre piadoso llamado Cornelio, que oraba a Dios siempre, también recibió una palabra de ciencia
acerca de qué debía hacer. Cornelio tenía hambre de conocer la verdad; el ángel no le pudo predicar el
evangelio, pero sí le dio instrucciones acerca de cómo enviar por alguien que le diese las buenas nuevas
(Hch. 10:1-6).
Como ya mencionamos, Pablo también recibió en varias ocasiones una palabra de ciencia:
Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no
temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan
contigo (Hch. 27:23-24).
Con estos ejemplos concluimos que cuando existe una grande necesidad y las personas oran, ayunan y
buscan a Dios, entonces él está dispuesto a darles la solución o la salida del apuro, ya sea mediante sueños,
visiones, una voz audible o por medio de la visita de un ángel.
D. VIVIFICACIÓN DE LAS ESCRITURAS
La palabra de ciencia también puede venir mediante una vivificación de cierta porción de las Escrituras.
Este no es un acto de la mente al recordar algo que aprendimos de memoria, sino que es un acto del Espíritu
Santo que se comunica con el espíritu del hombre, dando la información necesaria en el lenguaje de las
Escrituras. El Salmista dijo:
Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley (Sal. 119:18). Esto sucedió en la Iglesia Primitiva después
de la ascensión de Jesús; de pronto, los discípulos entendieron las Escrituras que habían sido escritas
acerca de Judas en los Salmos (Hch. 1:15-22). Volvieron a tener la misma experiencia en el concilio de
Jerusalén cuando se levantó la pregunta si los gentiles deberían o no guardar la ley judía (Hch. 15:13-25).
En estas ocasiones vemos otra vez cómo funcionan juntas, en armonía, la palabra de ciencia y la de
sabiduría. Sabiendo que las Escrituras nos pueden guiar, digamos todos juntamente con David: Pues tus
testimonios son mis delicias y mis consejeros (Sal. 119:24).
E. LA PALABRA DE CIENCIA PUEDE VENIR MEDIANTE LA PROFECÍA COMO VINO A
PABLO Y BERNABÉ
…dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado (Hch. 13:2).
El profeta Agabo dio a Pablo una palabra de ciencia por medio de una profecía:

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Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán
en manos de los gentiles (Hch. 21:11).
Así vemos que Dios tiene una variedad de maneras por medio de las cuales nos puede impartir algún
conocimiento sobrenatural cuando sea necesario. Lo importante es que estemos en sintonía con él para
poder oírle cuando nos hable, para poder movernos en el Espíritu con fe y obediencia.
¡No estemos tan afanados por las cosas de esta vida que no tengamos tiempo para esperar en su presencia
y oír su voz!

IV. PROPÓSITOS DE LA PALABRA DE CIENCIA


Dios revela las cosas que son necesarias para el cumplimiento de sus propósitos y su voluntad entre su
pueblo. Usualmente revela estas cosas a las personas que están en el liderazgo o aquellos que ocupan
posiciones de responsabilidad, o a los que tienen cuidado y amor por los demás. Dios, no obstante, no le
revela secretos a los hombres solamente para dar una información, sino para llevar a cabo los cambios
necesarios y los ajustes requeridos. Frecuentemente existe una aplicación a las necesidades físicas y Dios
revela esto a la persona que tiene la fe necesaria o los dones de sanidades para traer liberación al enfermo.
Muchas veces la palabra de ciencia viene en un tiempo crítico para avisar de antemano al pueblo de Dios,
pero además existen otros propósitos de la palabra de ciencia, y en seguida consideraremos algunos de
ellos:
A. PARA INFORMAR SOBRE EL JUICIO INMINENTE
1. ABRAHAM FUE AVISADO DEL JUICIO DE SODOMA Y GOMORRA.
A causa de la terrible maldad de los habitantes de las ciudades de Sodoma y Gomorra, Dios decidió enviar
un espantoso juicio sobre ellos. Pero antes de ejecutar este juicio se sintió obligado a informar a su fiel
siervo Abraham acerca del evento que iba a suceder:
Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande
y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a sus
hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga
venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él (Gn. 18:17-19).
Se debe notar que Dios no solamente avisó a Abraham de la destrucción inminente de las ciudades; sino
que también explicó la razón por la que iba a hacerlo.
Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado
en extremo (v. 20).
El Señor mostró a Abraham que él no enviaría juicios arbitrarios, sino que serían enviados solamente
cuando la copa de iniquidad estuviera llena, además, es evidente que Abraham fue avisado de antemano
para poder interceder por la ciudad. Antes de permitir caer su juicio, Dios detiene su ira sobre los malos
hasta que no le queda otro recurso. Él busca intercesores para que oren y tengan una carga por la salvación
de los perdidos.
2. JONÁS ADVIERTE A LOS HABITANTES DE NÍNIVE ACERCA DEL JUICIO DE DIOS (Jon.
3:2-4).
La misericordia siempre espera encontrar un arrepentimiento tal como ocurrió en el caso de Nínive.
Cuando Jonás predicaba que dentro de cuarenta días Nínive sería destruida, el rey, juntamente con todos
los hombres de Nínive, creyeron a Dios y proclamaron ayuno y arrepentimiento. El rey aun proclamó un
ayuno para todos los animales y no les permitió tomar alimento ni bebida.
El juicio sobre la ciudad fue detenido y no cayó sino hasta siglos después.
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B. PARA REVELAR LOS SECRETOS DE LOS HOMBRES
Lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando
que verdaderamente Dios está entre vosotros (1 Co. 14:25).
Ya mencionamos esta fase del ministerio y alcance de la palabra de ciencia. A veces los corazones de los
hombres necesitan ser manifestados, y el hombre de Dios busca una palabra de ciencia para juzgar
correctamente el carácter y los motivos de las personas con quienes tiene que tratar o aconsejar a través
de su ministerio.
1. EL PROFETA SAMUEL MANIFESTÓ ESTA FASE PARTICULAR DE LA PALABRA DE
CIENCIA.
El Señor le mostró la naturaleza del nuevo rey (1 S. 8), y también sabía lo que estaba en el corazón de Saúl
(1 S. 9:15, 16, 19).
Esta revelación de los secretos del corazón de los hombres es una manifestación particular de la palabra
de ciencia, y en muchos casos es difícil distinguir si es una manifestación del don de discernimiento de
espíritus o de la palabra de ciencia.
2. JESÚS TENÍA Y USABA LA PALABRA DE CIENCIA A LA PERFECCIÓN.
Él no dependía de lo que otros le dijeran, sino que sabía lo que estaba en los hombres (Jn. 2:24, 25).
Cuando Jesús encontró a Pedro supo que era un pescador impetuoso, pero que detrás de su exterior rudo
había un diamante sin pulir.
C. PARA DAR ÁNIMO A UN CREYENTE DESANIMADO
Muchos cristianos piensan del profeta Elías como un tipo de superhombre; que no era igual a los humanos
ordinarios. El apóstol Santiago niega este pensamiento, diciendo:
Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras… (Stg. 5:17).
Después de la gran victoria de Elías sobre los profetas de Baal, al obtener como resultado la manifestación
sobrenatural del fuego del cielo, y después del rompimiento de la sequía, uno puede pensar que tal hombre
era invencible. Pero al día siguiente lo encontramos huyendo de Jezabel, la reina malvada. Esta reacción,
que frecuentemente sigue a una victoria, es bien conocida por los que estudian el patrón de las emociones
humanas. La debilidad y la depression que ocurren de vez en cuando pueden estorbar temporalmente al
individuo.
Entonces los hombres fuertes hacen cosas necias que parecen estar muy fuera de su verdadero carácter.
Elías estaba convencido que él era el único siervo de Dios que permanecía fiel a Jehová en Israel. Entonces,
¿para qué seguir la lucha, cuando toda la nación se había entregado a la idolatría? Y ahora Jezabel estaba
detrás de él queriendo quitarle la vida. Solamente él quedaba, o por lo menos así pensaba; sería mejor para
él morir:
Él respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado
tu pacto, han dejado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y solo yo he quedado, y me buscan
para quitarme la vida (1 R. 19:14).
En el momento más crítico vino a Elías la palabra de ciencia, él no estaba solo, pues había otros en Israel
que no se habían arrodillado ante Baal:
Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron
(1 R. 19:18).

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Así Dios animó a su profeta. Corregido por su falta de fe, volvió a su trabajo con fuerzas renovadas y con
una nueva confianza y unción. Cumplió su ministerio al ungir a Eliseo, el hombre que iba a ser el profeta
siguiente; también ungió a un nuevo rey. Elías volvió al palacio de Acab y Jezabel, de donde había huido,
para denunciar su maldad. Además Dios no respondió a la oración de Elías, quien quería morir, sino que él
fue arrebatado al cielo en medio de carros de fuego.
De esta manera la Palabra de Dios viene a su pueblo para hacerles saber que él todavía está sentado en
su trono, que tiene todo el control y que tiene a otros muchos santos fieles viviendo en victoria aun bajo
condiciones y circunstancias difíciles.
D. PARA REVELAR CONOCIMIENTOS OLVIDADOS
La historia del rey Nabucodonosor y su sueño olvidado es algo bien conocido. Todos sus hombres sabios
no pudieron describir el sueño y su significado. Como resultado, los astrólogos y magos del reino estaban
bajo sentencia de muerte. Pero había un joven hebreo, Daniel, que había sido llevado cautivo desde
Jerusalén. Cuando éste buscó a Dios, le fueron revelados todos los detalles acerca del sueño olvidado y
también la interpretación (Dn. 2:1-30).
Aquí encontramos dos dones funcionando juntos: a través de la palabra de ciencia, Daniel pudo mostrar
al rey su sueño; pero cuando interpretó el significado de la visión, fue por la operación del don de profecía.
E. PARA DESCUBRIR LA MALDAD
En muchos lugares de las Escrituras la palabra de ciencia, juntamente con el don de discernimiento de
espíritus, fue usada para descubrir la maldad y traer juicio.
1. Cuando Noé despertó después de haberse embriagado, el Espíritu de Dios vino sobre él y supo lo que
le había hecho su hijo más joven (Gn. 9:24). Entonces Noé profetizó que una maldición iba a caer sobre
Cam, quien había mirado su desnudez.
En este caso Noé debe haberse sentido avergonzado al pensar que su manera de actuar había
contribuido a la delincuencia de su hijo.
2. Mientras Moisés estuvo en el monte de Dios recibiendo los mandamientos en tablas de piedra, fue
avisado por el Señor que el pueblo se había corrompido durante su ausencia, y que aún en ese mismo
momento ellos estaban danzando desnudos y borrachos alrededor de un becerro de oro; Moisés hizo
su intercesión por Israel y salvó a la nación de la destrucción. No obstante, tres mil personas murieron
como resultado de su pecado (Ex. 32:7-8, 26-35).
3. Después de la conquista de Jericó, Acán había pecado tomando un manto babilónico, plata y oro. Josué
sabía que algo andaba muy mal cuando su ejército fue derrotado en Hai, pero no podía señalar
exactamente cuál era la causa:
Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aun han
quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han
mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres (Jos. 7:10, 11).
4. La identidad del culpable fue revelada después que echaron suertes, y Acán, de la tribu de Judá, fue
tomado; pero fue por medio de la palabra de ciencia que Josué supo cuál era el pecado de Israel.
La hipocresía de Giezi fue revelada a Eliseo cuando Naamán, capitán del ejército de Siria, vino y recibió
su sanidad al seguir los consejos del profeta. Naamán estuvo maravillado y agradecido por el milagro
que había sucedido en su cuerpo, así que regresó a la casa de Eliseo para darle regalos al varón de Dios,
pero éste los rechazó. No obstante, Giezi, su siervo codicioso, decidió que él aceptaría los regalos. Dios
reveló a Eliseo la conducta de Giezi por medio de la palabra de ciencia (2 R. 5:2-26).

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5. Cuando cayó enfermo Abías, hijo de Jeroboam, éste envió a su esposa disfrazada al profeta Ahías para
conseguir ayuda de él (1 R. 14:1-4).
El profeta Ahías era muy viejo y estaba casi ciego, pero esto no le impedía funcionar en su ministerio. Por
la palabra de ciencia, Dios le reveló la identidad de la mujer y también la manera en que su hijo iba a morir
a causa de todo lo malo que había hecho Jeroboam a la casa de Israel. Sucedió exactamente como Ahías
había dicho (1 R. 14:5-18).
F. PARA REVELAR LA CORRUPCIÓN EN LA IGLESIA
En la Iglesia Primitiva muchos cristianos vendían sus propiedades y entregaban el dinero a los apóstoles
para suplir las diferentes necesidades.
Ananías y Safira querían ser notables y eso los llevó a vender una propiedad, pero guardaron una parte
del precio para sí, pretendiendo haber dado todo. Por la palabra de ciencia su engaño fue revelado a Pedro
y el juicio de Dios cayó, primeramente sobre Ananías, y después sobre su esposa Safira, porque se habían
atrevido a mentir a Dios (Hch. 5:1-11).
G. PARA ANUNCIAR UN PELIGRO VENIDERO
Ya mencionamos cómo la palabra de ciencia vino a José dándole la interpretación del sueño de Faraón.
Esto fue para avisarle del peligro del hambre que vendría sobre todo Egipto.
El profeta Eliseo avisó al rey de Israel acerca del peligro que le esperaba de parte del rey de Siria (2 R.
6:9).
Pablo recibió una palabra de ciencia acerca del peligro que vendría a la Iglesia; por eso podía amonestar
a los líderes que tuvieran cuidado en tales tiempos peligrosos (Hch. 20:28-30).
H. PARA CONVERTIR A UN PECADOR
Jesús por la palabra de ciencia sabía todo lo que había hecho la mujer samaritana. Ella se convenció de la
necesidad de un salvador cuando Jesús le dijo todo lo que estaba en su corazón (Jn. 4:7-30).
I. UNA ILUSTRACIÓN DE LA PALABRA DE CIENCIA EN LA ACTUALIDAD.
Permítanme usar un ejemplo de nuestra vida personal: Uno de los pastores de nuestra iglesia Glad Tidings
Temple, en Vancouver, Canadá, recibió una palabra de ciencia mediante una visión. En esta visión pudo ver
una multitud de creyentes con las manos levantadas, alabando a Dios, en medio de un gran avivamiento.
Sobre la multitud había un letrero grande que decía: “GUADALUPE”.
Puesto que el pastor no sabía en qué país se encontraba este nombre o lugar, fue con su secretaria a la
biblioteca para buscarlo en los mapas. Encontraron un lugar llamado “Guadalupe” cerca de Monterrey, N.
L., y comprendieron que Glad Tidings tenía que enviar misioneros a México y que por medio de su
ministerio muchos iban a entrar a la alabanza y adoración. Parecía un poco ridículo enviar misioneros de
Canadá a México, puesto que los Estados Unidos están mucho más cerca y tienen una frontera muy larga
con este país; pero el pastor ya había aprendido que es mejor obedecer la dirección del Señor. Por eso nos
llamó a mi esposo y a mí a la oficina para hablar con nosotros.
En esos días nos hallábamos en Canadá visitando las iglesias, después de 11 años de trabajo misionero
en Africa, pero esperábamos volver pronto a Uganda. Cuando el pastor nos explicó su visión y nos preguntó
si estábamos dispuestos para ir a México en lugar de regresar a Uganda, tuvimos que pensarlo dos veces.
En Uganda Dios había dado un movimiento sobrenatural y en muy poco tiempo había más de diez mil
cristianos y alrededor de 200 pastores que ya habían sido entrenados. Para nosotros fue una decisión muy
difícil, porque amábamos mucho a África y a los miles de cristianos y especialmente a los obreros a quienes
habíamos entrenado para el ministerio. Sin embargo, casi de inmediato sentimos que era la voluntad de
Dios que viniéramos a México en lugar de volver a África como lo habíamos planeado.
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La decisión fue tomada e hicimos nuestros planes para ir a Guadalajara y estudiar el español. Mientras
estuvimos estudiando este idioma, la puerta fue cerrada para los misioneros en Uganda. Idi Amin,
inspirado por poderes satánicos, echó fuera de este país a todos los misioneros, muchos de ellos con un
rifle apuntándoles y algunos otros perdieron la vida. Al oír todo eso entendimos la misericordia de Dios
hacia nosotros.
Por la palabra de ciencia él nos había guiado para venir a México, y antes de que se cerrara una puerta,
Dios nos había abierto otra.
CONCLUSIÓN
De la misma manera que la mayoría de los dones, la palabra de ciencia puede ser un don bastante
peligroso si no es usado correctamente y con sabiduría; recordemos que el simple hecho de que algo ha
sido revelado, no significa necesariamente que tiene que ser compartido en el mismo instante; o
posiblemente nunca debe ser anunciado en público. Es un gran error de algunos ministros declarar
públicamente las cosas que Dios quiere que compartan solamente con la gente involucrada en el asunto.
Esto puede suceder a causa de un espíritu ambicioso o un deseo de parecer “superespiritual”; pero estas
cosas son pecado. Una persona con el don de la palabra de ciencia puede edificar y traer liberación si usa
su don prudentemente, o puede traer vergüenza y ruina si revela todo lo que sabe. Puesto que este don
frecuentemente se relaciona con la vida privada de individuos, se hay que respetar la confidencialidad y
privacidad cuando sea necesario.
Para mantener un fluir máximo en la operación de los dones, no es correcto usarlos para atraer la
atención hacia sí mismo. Sus propias palabras pueden ser pocas y llenas de humildad sin poner grandes
“adornos” a la revelación que Dios le ha dado. Es menester que se dedique mucho tiempo en la presencia
de Dios en oración y alabanza, en la lectura de la Palabra, y en la edificación de sí mismo orando en el
Espíritu. La mejor prevención del orgullo es mantener una actitud humilde y un corazón quebrantado
delante del Señor en su vida devocional.
A veces puede suceder que una persona reciba una palabra de ciencia de parte del Señor que tiene
relación con asuntos importantes, pero quizás no esté seguro de cómo actuar o qué hacer. En este caso, él
puede compartir con el pastor y los ancianos lo que le ha sido revelado para que Dios pueda impartir
sabiduría para actuar.
Puede suceder que una palabra de ciencia venga mediante la profecía en un culto público. Esta puede ser
una amonestación o palabra de precaución a alguien que esta viviendo en pecado o está por cometer un
gran error. Cuando la palabra de ciencia se presenta de esta manera en un culto general, probablemente
nadie sabe a quien va dirigida la palabra, con excepción de la persona que está viviendo en esta situación;
pero en otras ocasiones la persona puede ser llamada por nombre y recibir dirección y guía específica:
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia,
primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que
sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas (1 Co. 12:27, 28).
En este pasaje notamos que los dones del Espíritu son dados como herramientas a los apóstoles, profetas,
maestros y otros ministerios que han sido puestos en la Iglesia. Por lo tanto, podemos concluir que la
palabra de ciencia tiene una relación muy estrecha con el ministerio de enseñanza, además de un alcance
mayor que solo prestar ayuda al pueblo de Dios en tiempos de emergencia. Notemos los siguientes
versículos:
Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado; lo
oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que
verdaderamente Dios está entre vosotros ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros

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tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación
(1 Co. 14:24-26).
En términos generales la palabra usada aquí “profetizan” incluye enseñanza, cántico en el Espíritu, hablar
en otras lenguas (con su interpretación), así como la impartición de revelación, y mediante éstos, “lo oculto
de su corazón se hace manifiesto”. La enseñanza inspirada por Dios causa que sean revelados los secretos
del corazón de los hombres. Sucede que el maestro ungido por Dios enseña aun sin darse cuenta sobre
alguna verdad que señala el pecado escondido en alguna vida. Aunque el propósito principal de la palabra
de ciencia no es la interpretación de las Escrituras, encontramos a menudo que también opera en esta área.
Pablo hace una conexión entre los dones de la palabra de ciencia y la profecía con el entendimiento de los
misterios divinos:
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los ministerios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera
que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy (1 Co. 13:2).
También menciona en varios lugares que el misterio de Dios le fue declarado por revelación:
Que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio
de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo (Ef. 1:8, 9).
Que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis
entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a
conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu
(Ef. 3:3-5).
Cuando el maestro está ungido por el Espíritu Santo a tal grado que su enseñanza es como un oráculo de
Dios, entonces es cuando las ovejas oyen la voz del Buen Pastor hablándoles mediante los labios humanos.
Las Escrituras nos instan a procurar o codiciar los mejores dones. Se puede preguntar ¿cuál es el mejor
don? El mejor don es el que resuelve el problema y da la respuesta a la necesidad presente.
Por ejemplo, para un predicador haciendo una campaña evangelística el mejor don puede ser de sanidad;
pero si hay necesidad de ciencia sobrenatural, aun el don de milagros no sería el mejor para esa ocasión.
Estamos conscientes que Dios tiene a su alcance toda la ciencia del universo. Él nos conoce a cada uno y
sabe el menor detalle de nuestra vida. Jesús enseñó que nuestros cabellos están contados, y que somos de
más valor que los pajarillos, pues ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre lo sepa. Podemos animarnos
al saber que él tiene cuidado de nosotros y está listo para escucharnos; es maravilloso saber que Dios
escucha a cada persona, no importa de dónde clame a él.
El profeta Daniel anunció que en el tiempo del fin … la ciencia se aumentará (Dn. 12:4).
Vemos el cumplimiento de esto en el aumento de la ciencia natural en todos los aspectos, pero en estos
últimos días también debe esperarse un aumento en la operación del don de la palabra de ciencia. Sabemos
que Dios tiene todo bajo su control, está sentado sobre su trono y no necesitamos temer el futuro, la
tribulación o las grandes interrogantes de la Iglesia, porque sabemos que Dios ha prometido que él no hará
nada sin antes revelarlo primeramente a sus siervos los profetas.

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DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS
A otro, discernimiento de espíritus (1 Co. 12:10)
Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del
criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de
Eliseo (2 R. 6:17)

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El don de discernimiento de espíritus es el último en la clasificación de los dones de revelación. Dios ha
revelado sus misterios y su conocimiento al hombre a través de estos dones específicos; pues no hay nada
que Dios sepa que no pueda ser revelado, lo cual sólo depende de su soberana voluntad.
Dios ha dado esta capacidad al hombre desde tiempos remotos, empezando con los padres de la raza
humana; y es incomprensible que Eva, aunque deseaba distinguir entre lo bueno y lo malo, no pudo
discernir la identidad de su sutil tentador, quien logró engañarla y hacerle comer del árbol prohibido, lo
que trajo como resultado su propia caída y la ruina de todo el género humano.
Desde que este desastroso evento sucedió en el huerto del Edén, cuando el pecado y la muerte entraron
en el mundo, se dejó ver la imperiosa necesidad y la importancia de saber discernir la maldad cuando ésta
se presenta.

I. LA FUENTE DEL DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS


La fuente de este don está en el poder de la Deidad.
Dios en su omnisciencia posee un absoluto conocimiento de todo, y por consecuencia tiene la capacidad
de discernir todas las cosas porque puede penetrar en cualquier lugar con su mirada.
Las Escrituras hablan con suficiente claridad de este atributo de Dios, y de la forma milagrosa en que él
puede llegar aun a los rincones más escondidos para descubrir lo que hay:
… porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos… (1 Cr. 28:9).
Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y
abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta (He. 4:13; lea también Sal. 139:1-12; Pr. 15:11;
Jer. 17:10).
Por lo tanto, como Dios tiene la ilimitada facilidad de entrar en cualquier situación, su Palabra impresa –la
Biblia– tiene el mismo poder (He. 4:12).
Los tres dones de revelación funcionaban a la perfección en la vida del Señor Jesucristo. Él otorga esta
misma capacidad en especial a aquellos que están preparados como vasijas limpias. Aunque estos son
elementos humanos, permiten que el Espíritu Santo les llene con su poder, les dé la habilidad de distinguir
entre lo bueno y lo malo, y de discernir entre los hombres y los espíritus; recordando que estos dos niveles,
al igual que todas las cosas, están desnudos y abiertos ante los ojos de Dios, quien es la fuente de toda
revelación.

II. EL MUNDO DE LOS ESPÍRITUS


Cuando pensamos en los espíritus tenemos la tendencia de referimos solamente a espíritus malos; sin
darnos cuenta que también existen espíritus buenos, quienes además superan en número a los malos.
A. EXISTEN DIFERENTES TIPOS DE ESPÍRITUS
Dios es Espíritu (Jn. 4:24).
Los ángeles de Dios son espíritus (He. 1:7, 14). Satanás es espíritu (Ef. 2:2).
Los ángeles del diablo son espíritus (Lc. 10:17-20; 1 Ti. 4:1; Ap. 16:14). El hombre también es un espíritu
(Job 32:8; Stg. 2:26; Zac. 12:1; 1 Ts. 5:23; He. 4:12).
Sólo que a él le ha sido dado un cuerpo carnal (Gn. 2:7).
B. ¿EN DÓNDE SE MUEVEN LOS ESPÍRITUS?
El mundo de los espíritus, tanto buenos como malos, es muy amplio, y se extiende por todo el espacio, es
decir “la expansión”, desde la tierra hasta el cielo (Gn. 1:7, 8).
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En “los lugares celestiales” (Ef. 1:3, 20; 2:6; 3:10; 6:12). En “todos los cielos” (Ef. 4:10).
¿Por qué “todos” los cielos? ¿Cuántos cielos hay?
En la Biblia se hace referencia a tres cielos; Pablo habla del tercer cielo (2 Co. 12:2). Estos tres cielos que
se mencionan, pueden ser clasificados de la siguiente manera:
El cielo de las nubes (la atmósfera). El cielo de las estrellas.
El cielo de la morada de Dios (2 Co. 12:2; Mt. 6:9).
En el “aire” (Ef. 2:2). Alrededor de la tierra, en la atmósfera. En este lugar hay mucha actividad, pues “el
príncipe de la potestad del aire” —el diablo— y sus demonios libran una lucha interminable contra los
hijos de
Dios (Ef. 6:12), pero también los ángeles de Dios actúan para el bien de los santos (Dn. 10). Esto nos da
una idea de la actividad que existe en el mundo de los espíritus.

III. LO QUE NO ES EL DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS


Existen algunos conceptos erróneos acerca de las funciones de este don. El don de discernimiento de
espíritus frecuentemente es confundido con otras cosas. Si determinamos primeramente lo que este don
NO es, podremos entender mejor lo que en realidad sí es.
A. NO ES LA HABILIDAD DE VER ERRORES EN OTROS
Con frecuencia en una forma equivocada se piensa que este don es la habilidad de encontrar errores en
otros. Pero ninguno necesita el bautismo del Espíritu Santo para que se le conceda “la virtud de criticar y
descubrir faltas”.
Por nuestra naturaleza caída tenemos esta “virtud” en abundancia, pero las Escrituras prohiben su uso:
No juzguéis, para que no seáis juzgados (Mt. 7:1).
Uno de los propósitos del bautismo en el Espíritu Santo es destruir este hábito de crítica y reemplazarlo
por los dulces frutos del Espíritu: amor y benignidad, para cubrir las faltas de los humanos:
Sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud
de pecados (Stg. 5:20; lea también Pr. 10:12; 1 P. 4:8).
Este don espiritual opera en el mundo de los espíritus, no en el carácter de la gente.
DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS NO ES VER ERRORES EN OTROS

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“Siempre estuve equivocado; mi búsqueda de fallas en los demás no tenía nada que ver con el
discernimiento de espíritus”
B. NO ES EL ARTE DE LEER LA MENTE
Existen adivinos profesionales por todo el mundo que han sorprendido a multitudes por su percepción
extrasensorial. Estas personas, aparentemente, conocen los pensamientos de la gente, localizan artículos
perdidos y en algunos casos ayudan a descubrir crímenes. Pero los mismos adivinos aceptan que estas
demostraciones síquicas no tienen ningún significado espiritual.
Los dones de Dios nunca son dados a una persona para que ésta entretenga a un público que sólo anda
buscando cosas sensacionales, sin ningún fruto espiritual. Y por esto el don de discernimiento de espíritus
no tienen ninguna relación con el arte de adivinar.
C. EL DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS NO TIENE NINGUNA RELACIÓN CON EL
ESPIRITISMO
Es muy conocido el fenómeno de los espiritistas, que es producido por los médiums profesionales.
Algunos médiums reclaman para sí el don de discernimiento de espíritus, pero esto es un fraude. Los
médiums se entregan a espíritus inmundos los cuales tienen acceso a información que los mismos
médiums desconocen, por eso estas personas pueden hacer demostraciones que sorprenden y convencen
al mundo. Estos espíritus inmundos tienen la capacidad de imitar la voz de los muertos, así que por medio
de su ayuda los espiritistas engañan a la gente. A veces revelan información secreta de algo sucedido años
atrás. Por ejemplo, cuando Saúl visitó a la adivina de Endor, ella no conocía su identidad, pero tan pronto
como la mujer entró en trance supo la identidad de su visitante (1 S. 28:7-14).
La práctica del espiritismo está prohibida en las Escrituras (Dt. 18:9-14), y no tiene nada que ver con el
don de discernimiento de espíritus.
D. NO ESTÁ RELACIONADO CON LA SIQUIATRÍA
Recientemente la profesión siquiátrica ha ganado considerable popularidad. Muchas personas que han
sido perturbadas emocionalmente acuden a un siquiatra, éste les dice que se relajen para recordar cosas
sucedidas, posiblemente en su niñez, con el propósito de descubrir la causa de su perturbación. Se emplean
métodos científicos para escudriñar la mente de la persona supuestamente afectada en lo emocional, quien
al arrojar su problema, queda libre.

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La Iglesia necesita consejeros capacitados pero la siquiatría no es la respuesta para los cristianos; no
porque los siquiatras tengan trato con espíritus inmundos, pues la mayoría de ellos son científicos, sino
porque la mayoría son inconversos y niegan la existencia de Dios y de los espíritus inmundos.

IV. LO QUE ES EL DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS


A. EL DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS ES:
La habilidad sobrenatural que permite a las personas que lo poseen, poder percibir la presencia de
espíritus visibles o invisibles e identificar su naturaleza y carácter.
Usualmente la habilidad para discernir e identificar a un espíritu viene acompañada del conocimiento de
lo que el espíritu está haciendo. Esto es importante porque nos pone en una mejor posición para tratar la
situación.
B. EL DICCIONARIO DEFINE “DISCERNIR” COMO:
El poder de percepción; conocimiento de las cosas exteriores obtenido por las impresiones de los
sentidos; conocimiento profundo de las cosas; acto de percibir o poder para ver claramente.
De acuerdo con esta definición podemos decir que el discernimiento de espíritus significa:
1. Tener la capacidad de percibir a los espíritus.
2. Un conocimiento profundo de la presencia y actividad de los espíritus.
3. Poder para ver claramente lo que está sucediendo en el reino de los espíritus.
C. LOS DIFERENTES TÉRMINOS TRADUCIDOS DEL ORIGINAL COMO DISCERNIR Y
DISCERNIMIENTO TIENEN MUCHOS SIGNIFICADOS.
Algunos de éstos son:
Distinguir, separar para investigar, examinar, escrutar, preguntar; penetrar la superficie y mirar a través
de las cosas, y después formar su juicio sobre la base de lo que uno ha visto.
En algunas ocasiones encontramos la palabra griega diakrisis (que se traduce como discernir) con el
sentido de “juzgar”. Por ejemplo en 1 Co. 11:31, este versículo habla en relación a los elementos de la cena
del Señor de “discernir” y “comprender”, lo que representa “juzgar” cualquier mal que hay en su vida
(Vine’s Expository Dictionary, pág. 316).

V. EL DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS ES LA PUERTA AL


MUNDO ESPIRITUAL
Las Escrituras revelan claramente la existencia de dos mundos distintos: el mundo natural y el mundo
espiritual. Por medio de nuestros cinco sentidos podemos percibir la existencia de lo natural. No obstante,
estos sentidos no nos ponen en contacto con el mundo espiritual; es solamente por medio de una capacidad
sobrenatural como este don, que podemos atravesar el velo que divide estos dos mundos, para poder ver
y percibir las cosas que el ojo natural no puede alcanzar.
Originalmente el hombre fue creado para ser ciudadano de dos mundos.
Dios proveyó un lugar en el huerto del Edén donde el hombre tuviera el señorío sobre la creación. Dios
mismo descendió al aire del día para comunicarse con él. Así que el hombre tenía el conocimiento de estos
dos mundos; pero el pecado cambió esta situación porque hizo que el hombre se escondiera de Dios. Cortó
la conexión entre él y lo divino. Ya no podía ver a su creador con los ojos naturales ni tampoco era posible
para el espíritu del hombre entrar y morar donde la deidad habitaba. Se había levantado un velo que dividía

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estos dos mundos. Por medio de la redención a través de Jesucristo el velo ha sido roto y la comunión con
Dios restaurada, pero el contacto del hombre con el mundo espiritual todavía no ha sido restablecido por
completo. Sin embargo, el don de discernimiento de espíritus da al hombre la habilidad para que en ciertas
ocasiones pueda echar un vistazo al mundo espiritual.
A. ESTE DON CAPACITA AL HOMBRE PARA PERCIBIR LA PRESENCIA DE LOS ÁNGELES
Muchos limitan el don de discernimiento de espíritus creyendo que solamente permite identificar
espíritus malos. Pero en vista de que hay más espíritus buenos que malos, es conveniente tener la habilidad
de percibirlos (Ap. 12:4).
Estos espíritus buenos son usualmente llamados “ángeles”, y tienen una responsabilidad particular hacia
los redimidos. Referencias de los ángeles como espíritus ministradores:
1. En Hebreos 1:14, Pablo se refiere a ellos al decir:
¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la
salvación?
Se nos dice que estos seres vivientes están constantemente sirviendo a los justos:
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende (Sal. 34:7).
Jesús dijo que tenemos ángeles guardianes que siempre están velando por nosotros (Mt. 18:10).
Cuando el hombre fue echado fuera del huerto del Edén, un ángel fue enviado para guardar el camino
hacia el árbol de la vida, para que el hombre no comiera de su fruto y, en consecuencia, viviera por
siempre en ese estado pecaminoso (Gn. 3:24). Pero ahora por medio de Cristo se ha abierto el camino
al árbol de la vida, el cual aún está guardado y protegido por el ángel, hasta que llegue el día cuando el
hombre tenga que participar de su fruto (Ap. 2:7).
Comúnmente los espíritus buenos o ángeles no son visibles para el ojo humano; pero ha habido
ocasiones cuando una comunicación entre los ángeles y los seres humanos ha resultado benéfica. Para
que esto sea posible, los ángeles aparecen en forma física, como hombres; si esto no sucede así, la
persona con quien desean comunicarse necesita recibir una sensibilidad espiritual especial para
identificarlos. Estos poderes implican la operación del discernimiento de espíritus.
2. Generalmente la visitación de los ángeles en los tiempos bíblicos sucedía en conexión con algún evento
importante, durante el desarrollo del plan divino. Tales acontecimientos producían un impacto
tremendo en los individuos.
Tenemos como ejemplo las vidas de Elías y Eliseo.
Este último tenía un deseo ardiente de poseer el ministerio que el profeta tenía. Cuando el fin del
ministerio de Elías se acercaba, éste dijo a Eliseo:
Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble
porción de tu espíritu sea sobre mí (2 R. 2:9).
Elías le respondió:
… Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no (v. 10).
¿Qué significaban realmente las palabras de Elías? Significaban que si Eliseo podía penetrar el velo que
existe entre el mundo natural y el espiritual, y ver el momento de su traslado, le sería concedido; de lo
contrario no recibiría la doble unción del profeta. Como ya sabemos Eliseo pudo ver cuando Elías fue
quitado de él, y también pudo ver el carro y los caballos de fuego, y recibió el manto del profeta. Desde ese
momento Eliseo se convirtió en otro hombre, ya no era simplemente el siervo que derramaba agua sobre

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las manos de Elías, ahora el manto de Elías estaba sobre él; por lo cual ejercía un nuevo poder y autoridad.
Desde aquel momento en adelante Eliseo se convirtió en un hombre que vivía en dos mundos.
3. Podemos preguntamos: ¿Cuándo recibió Elías la capacidad de entrar en los dos mundos? ¿Fue cuando
resucitó al hijo de la viuda, cuando cayó fuego del cielo, o cuando oró para que los cielos se abrieran y
hubiera abundancia de lluvia? Aunque el ministerio de Elías era poderoso, no fue en este tiempo en que
Elías entró al conocimiento tanto del mundo natural como espiritual, lo cual le convirtió en un hombre
valiente, sino hasta más tarde. Un día llegó a él la noticia de que la reina Jezabel quería matarlo; entonces
Elías huyó temeroso hacia Beerseba, la última parte de Israel. Cuando apenas había descansado se fue por
el desierto a un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro con el deseo de morirse. Sin embargo,
esta hora amarga llegó a convertirse en el principio de un nuevo ministerio para Elías:
… he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una
torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. Y volviendo el ángel
de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. Se levantó, pues,
y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el
monte de Dios (1 R. 19:5-8).
Este fue el evento que cambió la vida de Elías. Cuando llegó a la cueva de Horeb, oyó una voz que le dio
instrucciones acerca del ministerio importante que Dios tenía para él. Elías había hablado con un ser del
mundo espiritual y esto había traído fortaleza y valentía a su vida, por lo cual nunca volvió a huir de sus
enemigos; por el contrario, fue hasta el palacio del rey y su esposa y proclamó juicio contra ellos a causa
de su maldad. Desde ese momento la vida de Elías tuvo victoria tras victoria, hasta su traslado. Él llegó a
ser un ciudadano de los dos mundos: el natural y el espiritual.
B. EJEMPLO DE ALGUNOS PERSONAJES BÍBLICOS A QUIENES FUE DADO EL PODER DE
ENTRAR EN EL MUNDO ESPIRITUAL
Al estudiar la vida de estos hombres será notorio el efecto que esas experiencias tuvieron sobre ellos, y
de esta manera se ampliará el entendimiento acerca de los propósitos del don de discernimiento de
espíritus.
1. EL MINISTERIO ANGELICAL EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
Es interesante notar el hecho de que cuando algunos de los ángeles aparecieron en el tiempo del Antiguo
Testamento no era reconocida su identidad de inmediato. No obstante, en algunas ocasiones eran
reconocidos como hombres de Dios por su apariencia solemne y su conversación. Esto nos indica que la
apariencia de los ángeles es semejante a la de los seres humanos.
a. Abraham y los Ángeles.
Cuando los ángeles se le aparecieron a Abraham, y más tarde a Lot, fueron reconocidos solamente como
hombres de Dios. Pues, aunque instintivamente Abraham sabía que eran personas santas, no percibió
inmediatamente su identidad angelical. A pesar de que uno de ellos era el Señor, él no se reveló solamente
por su identidad sino también a través del propósito de su misión:
… ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer…? (Gn. 18:17, 18).
La visita del Señor y los ángeles fue un hecho sobresaliente en la vida de Abraham. Jesús dijo, hablando
sobre este evento:
Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó (Jn. 8:56).
Fue a raíz de esta experiencia que Abraham se convirtió en un gran intercesor. Su oración sobre Lot y la
ciudad de Sodoma es un ejemplo clásico de la oración intercesora (Gn. 18:23-33).
b. Moisés, un Hombre de dos Mundos.
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Moisés tenía 80 años cuando Dios le llamó desde la zarza ardiendo. Después de 40 años de exilio, cuando
sus ambiciones humanas habían muerto, Dios no se había olvidado de él. En el tiempo preciso Dios le llamó
para librar a los hijos de Israel de la esclavitud de Egipto.
La experiencia más extraordinaria en la vida de Moisés ocurrió en el Sinaí, el monte de Dios.
En este lugar, lejos de todo compañerismo humano, intercedió por un pueblo que estaba en peligro de
perecer a causa de su idolatría. Dios no solamente aceptó la intercesión de Moisés, sino también le concedió
el privilegio reservado a muy pocos hombres: permitirle ver la forma y la gloria de Dios desde una
hendidura en la peña (Ex. 33:12-23).
Cuando bajó de la montaña su rostro estaba brillando a causa de la gloria divina.
Se había convertido en un hombre de dos mundos: el natural y el espiritual; de tal manera que, cuando
murió, Dios le ocultó. Moisés fue uno de los personajes que se encontró con Jesús en el monte de la
transfiguración, rodeado de la gloria de Dios (Mt. 17).
c. Josué y el príncipe del ejército de Jehová.
Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, Josué estaba como capitán de los ejércitos de Israel, y era
apenas un joven. Poco después llegó a ser uno de los espías que inspeccionaron la tierra de Canaán y que
llegó ante Moisés con un buen reporte (Nm. 14:30). Más tarde Moisés le impuso sus manos para que
recibiese el espíritu de sabiduría, antes de llegar a ser su sucesor (Dt. 34:9). Después de la muerte de
Moisés, Dios le comisionó para que fuese el guía del pueblo de Israel y lo condujese hasta la tierra
prometida. Cuando Josué y el pueblo se encontraban cerca de Jericó, tenían atrás de ellos el río Jordán y
delante la ciudad de Jericó. Había llegado la hora decisiva a la vida de Josué y fue precisamente en este
momento que él vio al mensajero del mundo espiritual:
…alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y
Josué, yendo hacia él, le dijo: ¡Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? (Jos. 5:13).
Josué pudo percibir que estaba hablando con alguien del otro mundo, el espiritual, no el natural. El varón
le dijo a Josué: … como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora… (Jos. 5:14). Josué fue animado al
saber que los ejércitos celestiales estaban de su lado. Cuando el varón le dijo a Josué que se quitara el
calzado de sus pies, fue un acto simbólico para mostrarle que la batalla no era suya sino del Señor, y para
enseñarle a no depender de sus propias fuerzas. En este momento Josué se convirtió en ciudadano de dos
mundos.
d. Gedeón, un “…varón esforzado y valiente” (Jue. 6:11-40).
Cuando Gedeón se encontraba sacudiendo trigo atrás del lagar donde estaba escondido a causa de los
madianitas, el ángel del Señor se le apareció. En ese momento su actitud no era la de un héroe. Parecía que
tenía un complejo de inferioridad a causa de la pobreza de su familia y se consideraba el menor de la casa
de su padre (v. 15).
Cuando él reconoció a este personaje como un mensajero celestial se sorprendió tanto que se sintió morir
(v. 22). Cuando Dios le ordenó que destruyese el altar de Baal y la imagen de Asera que estaba en casa de
su padre, él fue y lo hizo, pero de noche por temor a su familia (v. 27).
También podemos ver el carácter temeroso de Gedeón cuando Dios lo envió a pelear contra los
madianitas. A causa de este temor, él pidió las señales de los vellones para que le fuese mostrado que Dios
estaba con él y que iba a ganar la batalla.
Gedeón nunca hubiera tenido el valor suficiente para levantarse y pelear si no hubiera tenido la visitación
del ángel, y si no hubiera venido la confirmación sobrenatural. Cuando Gedeón supo que tenía ayuda de
parte del otro mundo fue transformado en un hombre valiente.

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e. El anuncio del nacimiento de Sansón (Jue. 13:1-23).
Durante uno de los períodos en que Israel se encontraba oprimido por los filisteos, un ángel del Señor se
le apareció a la esposa de Manoa, diciéndole: …He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero
concebirás y darás a luz un hijo … él comenzara a salvar a Israel de mano de los filisteos (vv. 3-5).
Entonces la mujer fue y le dijo a su esposo: … Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto
de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su
nombre (v. 6).
Ella pudo percibir que este varón de Dios era un ángel, aunque no estaba completamente segura. Después
de escucharla, Manoa tuvo un ardiente deseo de conocer también a este varón, por esta razón oró a Dios
para que el ángel les visitara nuevamente. Dios respondió a su oración, y el ángel se le apareció
confirmando el mensaje que anteriormente le había dado a su esposa. Después de esto, Manoa preparó un
sacrificio para ofrecerlo en el altar, y el ángel hizo un milagro ante ellos:
…cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de
Manoa y de su mujer… (v. 20).
Manoa tuvo temor de esto y pensó que iban a morir a causa de que habían visto al ángel de Jehová. Pero
su esposa, teniendo más seguridad, le dijo: … Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos
el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto (v.
23).
f. Un ángel aparece a Daniel.
… su rostro parecía un relámpago (Dn. 10:6).
De todos los personajes del Antiguo Testamento, encontramos que Daniel fue quien tuvo mayor
entendimiento del mundo invisible. Además tuvo experiencias en las cuales pudo hablar con seres de aquel
mundo.
En una ocasión Daniel tuvo un encuentro con el ángel Gabriel, quien le ministró sabiduría y
entendimiento.
En otra ocasión, un ángel se le apareció mientras él se encontraba ayunando y orando en compañía de
otros (Dn. 10:3-6). Los que acompañaban a Daniel tuvieron gran temor de esta visión y salieron huyendo;
pero él permaneció en aquel lugar a causa del discernimiento que tenía. Entonces el ángel le habló y le
reveló of información acerca del gran conflicto que estaba ocurriendo en el mundo invisible entre los
poderes de justicia y los poderes de maldad. Es evidente que Daniel poseía un don que los demás no tenían.
2. EL MINISTERIO ANGELICAL EN EL NUEVO TESTAMENTO.
Es difícil, por ahora, estudiar detallamente las visitaciones angelicales registradas en el Nuevo
Testamento, pero haremos mención de algunos casos.
a. Gabriel, el ángel del Señor, apareció a Zacarías para anunciarle el nacimiento de su hijo, Juan el Bautista
(Lc. 1:11-22). Zacarías quedó mudo hasta el cumplimiento de esta palabra debido a que dudó de las
palabras dichas por el ángel.
b. El ángel Gabriel se le apareció a María informándole del gran privilegio que se le había concedido, pues
ella iba a ser madre del Hijo de Dios (Lc. 1:26-38).
c. Un ángel también vino en sueños a José y le dijo que estaban en peligro él, su esposa y su hijo. Por esta
razón les ordenó que saliesen hacia Egipto y permaneciesen allí hasta la muerte de Herodes (Mt. 2:13-
15).

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d. Una multitud de huestes celestiales aparecieron a los pastores que guardaban sus ovejas en las colinas
de Belén informándoles del nacimiento del Mesías (Lc. 2:9-20).
e. Un ángel tocó a Pedro cuando estaba en la cárcel y lo libró abriendo las puertas (Hch. 12:5-7).
f. A Pablo se le apareció un ángel de Dios cuando se encontraba en un barco en el mar durante una
tormenta, y le dijo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha
concedido todos los que navegan contigo (Hch. 27:24).
Basándose en estos eventos podemos concluir que el don de discernimiento de espíritus está relacionado
con el ministerio de los ángeles.
Además, se puede apreciar fácilmente cómo muchos hombres de Dios, tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento, recibieron fortaleza, ánimo y dirección para cumplir con la obra que se les había
encomendado al tener un encuentro con seres angelicales.

VI. LOS PROPÓSITOS DEL DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS


Muchas personas no entienden la operación de este don, y es muy triste ver cómo menosprecian los dones
que el Señor les ha dado. Él ha dado a su Iglesia las armas necesarias para defenderse contra los ataques y
engaños de Satanás.
La operación del don de discernimiento de espíritus muestra que Dios está atento a las necesidades de su
Iglesia. Aunque muchos afirman que hoy día la Iglesia no posee este don, tal afirmación es incorrecta pues
no tiene ningún apoyo escritural ni racional. Aquellos que afirman que el Señor ya no ministra por medio
de este don en su Iglesia son los mismos que dicen que el peligro seductor de Satanás aumenta más cada
día. Pensar que Dios dejaría indefensa a su Iglesia en este tiempo de peligro sería deshonrarle (1 Ti. 4:1-3;
2 Ti. 3:1-5).
El don de discernimiento de espíritus tiene un alcance mayor del que podemos pensar. Es la puerta
principal que conduce al mundo espiritual, y por eso el pueblo de Dios puede discernir entre los ángeles y
los espíritus malos.
Consideremos los propósitos definidos del don de discernimiento de espíritus:
A. PARA VER EN EL MUNDO DE LOS ESPÍRITUS
El hombre, limitado en este mundo por los sentidos naturales, es capacitado por el don de discernimiento
para ver las cosas del mundo de los espíritus, donde operan dos grandes poderes: el divino y el satánico.
Muchos de los personajes de la Biblia tuvieron experiencias en el mundo de los espíritus; consideremos
algunos:
1. ELISEO, SUS OJOS FUERON ABIERTOS AL MUNDO ESPIRITUAL (2 R. 6:15-17).
2. EL PROFETA MICAÍAS TUVO UNA VISIÓN DE LO QUE IBA A SUCEDERLE A ISRAEL (2 Cr. 18:16-22).
3. EL APÓSTOL PABLO TUVO EXPERIENCIAS SOBRESALIENTES EN EL MUNDO ESPIRITUAL (2 Co. 12:1-
7).
… fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar (v. 4).
Aunque Pablo estuvo ausente de la iglesia, por el espíritu él estaba consciente de las necesidades de ella
(Col. 2:5; 1 Co. 5:3).
Pablo dijo: No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven… (2 Co. 4:18). Esto, en un sentido
más amplio, significa la operación sobrenatural del don de discernimiento de espíritus.

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Estos hombres, y muchos más, no temían a las potestades de las tinieblas porque los que están escondidos
en el Altísimo son hijos del reino de luz; viven en dos mundos y tienen poder sobre lo visible y lo invisible.
B. PARA PERCIBIR EL ESPÍRITU DE DIOS Y LOS ÁNGELES, CUANDO TRABAJAN EN LA
VIDA DE CONVERSOS E INCONVERSOS
Cuando sabemos lo que Dios está haciendo para ayudarnos podemos ser animados.
1. Eliseo vio el carro de fuego con caballos de fuego que llevó al profeta Elías al cielo. Aunque Eliseo había
pedido una cosa difícil, la recibió, porque tenía percepción espiritual o habilidad para ver el mundo de
los espíritus.
2. Cuando los ejércitos de los sirios rodearon la casa en Dotán, Eliseo no se turbó, porque sus ojos estaban
abiertos al mundo espiritual, y él pudo ver los caballos de fuego que Jehová había mandado. Sintiéndose
seguro pudo dar ánimo a su siervo diciendo: …más son los que están con nosotros que los que están
con ellos (2 R. 6:14-17). Eliseo notó que su siervo no podía ver lo que él estaba viendo, y por esta razón
oró por él para que tuviera esta capacidad en esta ocasión particular.
Cuando Jacob salió de su tierra vio en visión una escalera donde los ángeles de Dios subían y bajaban. Y a
causa de esta visión Jacob fue animado, pues supo que Jehová estaba con él (Gn. 28:10-15).
Más tarde, Jacob nuevamente recibió ánimo cuando volvió a Israel para encontrarse con Esaú pues
ángeles de Dios se le aparecieron (Gn. 32:1).
Al poco tiempo volvió a tener otro encuentro con un ángel, con el cual luchó para obtener bendición de
él. Y su nombre fue cambiado de Jacob, “el suplantador”, a Israel, “un príncipe de Dios” (Gn. 32:2-31).
C. PARA ESTAR PROTEGIDOS CONTRA EL ENGAÑO Y PARA DISCERNIR LA DOCTRINA
FALSA
Satanás falsifica el don de discernimiento de espíritus substituyéndolo por un espíritu de adivinación,
que es dado a aquellos que participan en cosas ocultas; pero todo eso es mentira, pues el verdadero don
de discernimiento de espíritus existe y proviene de Dios. Este don capacita a los cristianos, especialmente
a los pastores, para distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo falso y lo verdadero. Cada pastor debe
tener este don porque Dios los ha puesto como atalayas: A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya
a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte (Ez. 33:7).
Pablo insta a los ancianos de la iglesia de Éfeso a que velen por el rebaño, previniéndolos de los lobos
rapaces (falsos maestros) que intentarían entrar. De la misma manera, los pastores de hoy día necesitan
este don para estar preparados contra el ataque de los falsos maestros.
La Iglesia Primitiva constantemente tenía experiencias en el nivel sobrenatural, tanto en los cultos como
en su vida diaria. Recibían constantemente mensajes inspirados por Dios y dados a la Iglesia a través de
sus profetas y maestros; y no sólo esto, sino muchas más manifestaciones del poder de Dios, tales como
sanidades y operaciones de milagros.
Debemos observar que el diablo siempre ha tratado de imitar las obras de Dios; esto significa un gran
peligro, porque puede penetrar en la Iglesia un espíritu de error y causar serios problemas, destruyéndola
por medio de sus engaños:
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios (1 Ti. 4:1).
He aquí la gran necesidad que hay de que todos los pastores y dirigentes espirituales tengan el don de
discernimiento de espíritus para descubrir a estos lobos que vienen vestidos con piel de oveja (2 Co.
11:13-15; 2 P. 2:1; Ap. 13:14).

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D. PARA DESCUBRIR LA PRESENCIA DE SATANÁS Y LO QUE ESTÁ HACIENDO
A veces algunos espíritus malos se hacen pasar por espíritus de Dios para engañar a los cristianos. Por
ejemplo: Algunos espíritus malos intentaron adorar a Cristo cuando él estuvo en la tierra, pero él siempre
los desenmascaraba y los echaba fuera de las personas que eran oprimidas por ellos. Como ya hemos visto,
el fracaso de Eva al no identificar a Satanás en la serpiente, causó que ella escuchara la mentira de la
serpiente y trajese gran calamidad sobre sí misma y sobre toda la raza humana.
Por medio del don de discernimiento de espíritus el ministro puede percibir la presencia de un espíritu
malo que pretende atar a un hombre.
1. En Hechos 16 tenemos un ejemplo claro de la operación del don de discernimiento de espíritus:
Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de
adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba
voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.
Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en
el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora (vv. 16-18).
Notemos algunos detalles de este incidente: Primeramente, el espíritu de adivinación que tenía la
muchacha quiso hacerse pasar como el Espíritu de Dios. Este espíritu de adivinación no atacó la
predicación de Pablo, sino más bien, pretendió hacerse pasar por un simpatizador. Algunas personas
pudieron haber sido engañadas por tal demostración, pero no así Pablo.
Notando que si él no hacía algo con respecto a este asunto, la gente podría confundir el evangelio con
esta práctica diabólica de adivinación, entonces ordenó al espíritu inmundo que saliese fuera, en el
nombre de Jesús.
La acción de Pablo desagradó mucho a los amos de la muchacha, y como resultado él y Silas fueron
encarcelados. No obstante, esto obró para bien. En la cárcel las puertas fueron abiertas milagrosamente
por un terremoto, y el carcelero y toda su familia se convirtieron. Pablo y Silas fueron puestos en
libertad para que siguieran con su obra evangelística. Europa llegó a ser una fortaleza de la fe cristiana
gracias al ministerio de Pablo.
2. En Hechos 8:9-25 tenemos el caso de un mago llamado Simón. Este había adquirido mucha reputación
entre el pueblo de Samaria; porque hacía sus ritos misteriosos como si fueran milagros de Dios, y por
medio de magia y palabras persuasivas ganó la confianza del pueblo, quienes lo aceptaron como un
verdadero profeta de Dios. Cuando Felipe llegó a aquel pueblo, predicando y haciendo milagros, la gente
creyó en él, y también Simón; pero la Biblia no registra que el mago haya tenido un arrepentimiento de
corazón.
A pesar de que Felipe tenía, aparentemente, los dones de sanidades y milagros, no tuvo discernimiento
de espíritus para percibir las verdaderas intenciones de Simón. Pero cuando Pedro y Juan fueron enviados
a Samaria, para que oraran por todos los que habían creído, y éstos recibieron el Espíritu Santo, el mago
que había visto todo esto tuvo un deseo fuerte de tener el mismo poder, así que les ofreció dinero para que
se lo dieran. Pedro inmediatamente discernió qué clase de espíritu se encontraba dentro de Simón y por
eso le dijo:
Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte
ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad,
y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en
prisión de maldad veo que estás (Hch. 8:20-23).

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A causa de esta exhortación, Simón tuvo miedo y le dijo que rogara a Dios para que el juicio no cayera
sobre él. No se nos dice que hubo un verdadero arrepentimiento en su vida, solamente nos muestra el
deseo de escapar del juicio.
Hoy día hace mucha falta un entendimiento de los poderes malvados que están en acción; pues las artes
como el hipnotismo, los horóscopos y el espiritualismo trabajan seguramente en asociación con la obra de
espíritus malos.
Dios mismo ha provisto, para la Iglesia, el don de discernimiento de espíritus. Quiere que sepamos cuándo
están obrando Satanás y sus espíritus malos para poder tomar autoridad sobre ellos y sujetarlos.
E. PARA DISCERNIR EL ESPÍRITU DEL HOMBRE
¿Por qué es necesario discernir entre las obras de Satanás y sus espíritus, y las obras de los hombres?
Porque de otra manera uno no sabría cómo tratar correctamente con el asunto. Con el don de
discernimiento de espíritus uno puede llegar al blanco del problema y atacarlo, a fin de liberar a la gente
que está mal guiada, atormentada o afligida en la mente, el alma o el cuerpo.
1. Jesús poseía todos los dones en su perfección, incluyendo el de discernimiento de espíritus; él pude
discernir aun el espíritu del hombre:
Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese
testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre (Jn. 2:24, 25).
2. En el tiempo de la reconstrucción del muro alrededor de la ciudad de Jerusalén, Nehemías encontró
una fuerte oposición de parte de Sanbalat y Tobías. Estos, por medio de astucia y mentiras, trataron de
impedir que esta obra siguiera adelante. Nehemías no solamente tenía que hacer frente a la oposición
de afuera, sino también al desánimo de adentro. Cuando los intentos de Tobías y Sanbalat fallaron,
enviaron a un hombre para que aconsejara a Nehemías, diciéndole que se escondiera en el templo: …
Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para
matarte; sí, esta noche vendrán para matarte (Neh. 6:10). Al principio Nehemías no reconoció que este
hombre era un espía de Tobías y Sanbalat; pero de pronto el espíritu de discernimiento vino a él, y se
dio cuenta que aquel mensajero era un espía del campamento enemigo y dijo: Entendí que Dios no lo
había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat lo habían sobornado
(Neh. 6:12).
3. Cuando Dios envió al profeta Samuel a Belén, a la casa de Isaí, para ungir a uno de sus hijos como rey,
el profeta cometió el error humano de usar su propia mente y trato de elegir al más grande y mejor
parecido:
Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y
Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho;
porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues él hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero
Jehová mira el corazón (1 S. 16:6, 7).
4. Pablo escribe a los cristianos en Corinto diciéndoles:
… a nadie conocemos según la carne… (2 Co. 5:16).
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven… (2 Co. 4:18).
En alguna ocasión Satanás puede utilizar o manipular el espíritu del hombre para conseguir que la
gente ponga su atención en las cosas que se ven (materiales), y evitar que estén atentos a las cosas que
no se ven (espirituales).
a. El hno. Reg. Layzell, pastor de una iglesia en Vancouver, Canadá, tuvo una experiencia que nos puede
servir de ejemplo: Mientras él estaba predicando en uno de los cultos, una mujer se levantó de su
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asiento y comenzó a moverse por todo el templo, entre los pasillos, como si fuese una serpiente. Toda
la gente que se encontraba reunida, dejó de escuchar la predicación y puso su atención en aquella
mujer. Inmediatamente el hno. Layzell se dio cuenta de lo que estaba sucediendo; discernió que tal
demostración provenía del espíritu de la mujer, con el fin de que la gente quitase su atención de la
predicación.
Entonces el pastor les dijo que no hicieran caso a la mujer, y obedecieron. Al poco rato ella dejó de
hacer tal demostración, y el culto pudo seguir adelante.
b. Otro caso semejante tuvo lugar en el Instituto Bíblico La Nueva Esperanza: Un día llamaron al hno.
Noé Rodríguez, profesor del Instituto, para decirle que uno de los estudiantes se encontraba muy
grave. Cuando llegó al lugar donde estaba el joven, encontró a unos cuarenta estudiantes orando
alrededor de él, reprendiendo y tratando de echar fuera a un supuesto demonio. El hno. Rodríguez
inmediatamente discernió que no se trataba de un mal espíritu, sino del espíritu humano, se acercó
al joven, y con voz firme le dijo que se levantara. El supuesto endemoniado se levantó y no hubo más
problemas.
5. En algunas ocasiones es importante conocer qué es lo que hay en la mente o en la vida de la gente
para poder ayudarle. Existen casos en que una persona está viviendo en pecado y al mismo tiempo
está públicamente buscando sanidad en un culto. Una persona no recibe liberación cuando se
presenta en una congregación con una actitud hipócrita. En otras ocasiones algunos individuos se
presentan en la iglesia haciéndose pasar como verdaderos creyentes, pero su único deseo es provocar
problemas y divisiones entre el pueblo de Dios. Muchas veces las iglesias han sufrido este tipo de
ataques a causa de su ignorancia acerca del discernimiento de espíritus.
El Espíritu de Dios es muy gentil y en muy raras ocasiones expone públicamente a una persona que ha
pretendido hacerse pasar por un verdadero creyente, con la posibilidad de que llegue a salvarse.
Debido a que Dios es misericordioso, él trata en secreto con la transgresión cuando existen
esperanzas de arrepentimiento. En ocasiones el Señor tiene que revelar una situación antes de que
ésta provoque algún problema. Una vez que Dios ha expuesto el pecado o la transgresión del hombre,
no hay nada que pueda cubrir nuevamente la situación.
6. La capacidad de poder discernir el espíritu del hombre es especialmente útil para la obra personal,
pues la persona que está testificando a la gente puede saber con seguridad si el individuo en realidad
ha aceptado a Cristo en su corazón (Hch. 8:37). También puede darse cuenta cuando el individuo no ha
llegado a conocer a Cristo (Hch. 8:9-23).
Pedro dijo: porque tu corazón no es recto delante de Dios (v. 21). Él estaba discerniendo el espíritu del
hombre. Tratar de dar seguridad de salvación a una persona que en realidad no ha tenido ninguna
experiencia definida con Dios, no le ayuda, ni tampoco honra a Dios.
7. Es necesario saber discernir el espíritu de los profetas que hablan inspirados por su propia mente.
Existen falsos profetas que hablan influenciados por los espíritus que los han sujetado. Pero, por otra
parte, también existen aquellos que hablan influenciados por su propio espíritu presuntuoso. Uno de
los propósitos del don de discernimiento de espíritus es el de distinguir o percibir el espíritu por el cual
un profeta habla.
Dios también nos enseña otra manera por medio de la cual podemos determinar si un profeta habla
inspirado por el Espíritu de Dios o no; aunque esto requiere un proceso largo:
Y si dijeras en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare
en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con
presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él (Dt. 18:21, 22).

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Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio
corazón: Oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos
de su propio espíritu y nada han visto! (Ez. 13:2, 3).
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan
con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová (Jer. 23:16).
Jeremías discernía que las profecías de Hananías eran falsas. Hananías era un falso profeta que hablaba
influenciado por sus propios sentimientos. Él profetizó que Jehová iba a romper el yugo de Nabucodonosor,
rey de Babilonia; que todos los utensilios del templo iban a ser devueltos a Jerusalén, al igual que todos los
cautivos de Judá. Jeremías pudo discernir que esta profecía era falsa pues no provenía del Espíritu de Dios
sino del corazón de este hombre, sobre el cual cayó juicio a causa de sus mentiras:
Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú has
hecho confiar en mentira a este pueblo. Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz
de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová. Y en el mismo año murió Hananías,
en el mes séptimo (Jer. 28:15-17).
F. PARA DISCERNIR LOS DIFERENTES ESPÍRITUS QUE TRAEN AFLICCIÓN, OPRESIÓN O
TORMENTO, Y AYUDAR A LAS PERSONAS A SER LIBRES DE ELLOS
1. LOS ESPÍRITUS SATÁNICOS PUEDEN SER CLASIFICADOS EN TRES GRUPOS:
Espíritus exaltados y poderosos que gobiernan desde una posición elevada de autoridad en las regiones
celestiales, los cuales controlan y apoyan las operaciones de numerosos espíritus de rango subordinado
(Ef. 6:12).
Espíritus que atacan y obran a través de la mente humana.
Espíritus que afligen al cuerpo humano.
Los espíritus exaltados y poderosos muchas veces apoyan a los más débiles o de menor rango en sus
actividades. Es necesario que sepamos que no importa qué tan grande sea la oposición de estos espíritus
débiles o que tan fuerte sea el apoyo que reciban de sus superiores, pueden ser lanzados fuera y atados en
el nombre de Jesús.
También hay otra clase de espíritus, como por ejemplo: los que trabajan controlando los asuntos de las
naciones, pero no es nuestro trabajo tratar con ellos aquí.
2. EL DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS TIENE UNA RELACIÓN DETERMINADA CON EL
MINISTERIO DE SANIDAD.
Muchas personas no saben que Satanás es, directa o indirectamente, el causante de toda enfermedad;
esto queda aclarado en las Escrituras.
El diablo fue el responsable de la enfermedad que vino sobre Job:
Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie
hasta la coronilla de la cabeza (Job. 2:7).
El apóstol Pedro, al predicar su primer sermón a los gentiles, declaró que la enfermedad es causada por
el diablo, y que Cristo fue revelado para destruir sus obras:
Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes
y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él (Hch. 10:38).
Cristo mismo atribuía a Satanás las obras que éste hacía; por ejemplo: El caso de la mujer que había estado
encorvada por 18 años:

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Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura
en el día de reposo? (Lc. 13:16).
La palabra que habló Jesús nos explica que los espíritus malos son la causa de muchas aflicciones. En este
caso la mujer había estado encorvada por causa de “un espíritu de enfermedad”, pero cuando Cristo echó
fuera este espíritu la mujer recuperó su posición normal. Observemos que cuando la enfermedad es
causada por un demonio, la persona no puede ser librada hasta que el espíritu sea echado fuera.
3. NO TODAS LAS ENFERMEDADES SON CAUSADAS POR ESPÍRITUS MALOS.
Podemos ver que Jesús usando el don de discernimiento de espíritus, trató con las enfermedades de
maneras diferentes: siempre reprendía a los espíritus malos, pero, al tratar con los enfermos, los sanaba:
Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomándole aparte de la
gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; y levantando los ojos al cielo, gimió, y
le dijo: Efata, es decir, Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua,
y hablaba bien (Mr. 7:32-35).
Queda entendido que éste fue un caso de sanidad, pues no hay ninguna mención de algún espíritu que
estuviese atando a la persona sorda.
Pero observemos un caso parecido en que el Señor se movió de diferente manera:
Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y
sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndolo con violencia,
salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano,
le enderezó; y se levantó (Mr. 9:25-27).
4. DIFERENTES TIPOS DE ESPÍRITUS MALOS QUE AFLIGEN EL CUERPO:
El espíritu de enfermedad (Lc. 13:11).
El espíritu mudo y sordo (Mr. 9:25).
El espíritu ciego y mudo (Mt. 12:22).
El espíritu mudo (Mt. 9:32, 33).
El espíritu inmundo (Mr. 1:23; 7:25).
El espíritu asesino (1 S. 18:9-11).
El espíritu de epilepsia (Lc. 9:39).
5. UNA PERSONA PUEDE SER POSEÍDA POR MÁS DE UN ESPÍRITU MALO.
a. María Magdalena estuvo poseída por siete demonios y Jesús la libró de todos (Mr. 16:9).
b. El endemoniado de Gadara estaba poseído por una legión (3 o 4 mil demonios) pero Jesús echó fuera
a todos (Mr. 5:9).
c. En caso de apostasía una persona puede llegar a ser la habitación de siete o más espíritus (Lc. 11:24).
Si el ministro no tiene discernimiento para saber que la persona está poseída por más de un demonio es
posible que solamente eche fuera a uno, y esta persona no queda sana porque todavía está poseída por
otros; esta es la necesidad de tener discernimiento.
Una persona que tiene el don de discernimiento de espíritus debe estar segura de tener una unción fuerte,
para no equivocarse y decirle a la gente que tiene cierta enfermedad, que en realidad no tiene. Por esto, la
persona que funciona en este don debe orar mucho, esperando en Dios, para estar siempre llena del
Espíritu Santo. Otra precaución que las Escrituras nos enseñan es que: No impongamos nuestras manos
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repentinamente sobre una persona desconocida. Si la persona que no está fuertemente ungida por el
Espíritu impone las manos sobre uno que está endemoniado, sin conocer su propia autoridad, los mismos
espíritus pueden afligirle a él.
G. PARA DESCUBRIR A LOS SIERVOS DE SATANÁS
Tenemos el caso del falso profeta Barjesús, llamado Elimas, quien trató de estorbar a Pablo cuando éste
estaba testificando al procónsul Sergio Paulo:
… Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo:¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo
del diablo, enemigo de toda justicia!
¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? (Hch. 13:9, 10).
Entonces Pablo pronunció juicio sobre él. Tinieblas y oscuridad cayeron sobre el mago, el cual tuvo que
buscar quién le condujese de la mano (vv. 6-12).
H. PARA DESCUBRIR LA HIPOCRESÍA ENTRE EL PUEBLO DE DIOS
Cuando Felipe se encontraba evangelizando en la ciudad de Samaria, proclamando el reino de Dios;
hombres y mujeres creyeron en el Señor Jesucristo y se bautizaron. Entre ellos se encontraba Simón el
mago, que antes ejercía gran dominio sobre esa ciudad. A causa de que Felipe no tenía el don de
discernimiento de espíritus, no pudo descubrir lo que verdaderamente había en el corazón de Simón; pero
cuando Juan y Pedro llegaron, este último se dio cuenta de que el mago en realidad no se había arrepentido
y solamente estaba maravillado por los milagros y sanidades que había visto. Pedro le dijo:
No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues,
de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de
amargura y en prisión de maldad veo que estás (Hch. 8:21-23).

VII. MEDIOS QUE SATANÁS USA PARA DESVIAR AL PUEBLO DE DIOS


Es muy importante que el pueblo de Dios conozca los diversos métodos que Satanás usa para desviar y
guiar erróneamente a la gente.
A. SATANÁS ES EL CULPABLE DIRECTO DE MUCHOS DESASTRES, PERO ÉL SIEMPRE
QUIERE HACER CREER A LA GENTE QUE DIOS ES EL CULPABLE
La vida de Job es un ejemplo.
Satanás envió un fuerte viento sobre los hijos e hijas de Job y éstos murieron (Job 1:18). Luego permitió
que los sabeos atacaran y asesinaran a los siervos que estaban cuidando a los bueyes y a las asnas (vv. 14,
15). Después mandó un relámpago, el cual quemó a las ovejas y a los pastores, consumiéndolos (v. 16).
Posteriormente hizo que los caldeos vinieran y robaran los camellos, matando a los criados que los estaban
cuidando. Finalmente, Satanás hirió a Job con una enfermedad:
Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie
hasta la coronilla de la cabeza (Job 2:7).
Es sorprendente notar que, aunque Satanás fue el culpable de estos desastres, todos, incluyendo Job, le
echaron la culpa a Dios, creyendo que él había sido el culpable:
Uno de los siervos que escapó de una de estas calamidades dijo: … Fuego de Dios cayó del cielo... (Job 1:16).
Los tres amigos de Job declararon que no había duda que todos los desastres habían venido como castigo
sobre Job, a causa de algún pecado cometido por él.
Le exhortaban a que se arrepintiera:

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Como yo he visto, los que aran iniquidad… Y por el soplo de su ira son consumidos (Job 4:8, 9).
¿Acaso te castiga, o viene a juicio contigo, a causa de tu piedad? (Job 22:4).
Su esposa también creyó que Dios había sido el responsable de todas estas calamidades y fue por ello que
le aconsejó diciendo: …Maldice a Dios, y muérete (Job 2:9).
Aunque Job no aceptó el consejo de maldecir a Dios, no obstante, también creía que Dios era el
responsable de todo, por eso dijo: ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? (Job
2:10).
Hubiera sido de gran ayuda para Job conocer la identidad del verdadero culpable de todos estos
desastres. Se nos dice que Job fue el primer libro escrito de todo el canon bíblico; si esto es verdad, entonces
la primera revelación que Dios hizo por escrito, fue con el propósito de identificar a Satanás como el
causante principal de la mayoría de los desastres ocurridos al hombre. Esta situación enfatiza la
importancia de saber discernir los poderes diabólicos cuando están en operación.
B. SATANÁS ES LA FUENTE PRINCIPAL DE LAS RELIGIONES Y SECTAS FALSAS
Desde los días de la torre de Babel hasta hoy, muchas falsas religiones se han levantado, y el principal
responsable de todo es Satanás.
1. SATANÁS USA DOS FUENTES PARA INTRODUCIR ERROR Y APOSTASÍA EN LA IGLESIA.
a. Maestros falsos que provienen del exterior:
Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es
maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus
ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras (2 Co. 11:13-15).
Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que
introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre
sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la
verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales
ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme (2 P. 2:1-3).
b. Líderes ambiciosos que se encuentran dentro de la Iglesia:
Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe.
Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra
nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo
prohibe, y los expulsa de la iglesia (3 Jn. 9, 10).
… desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes
entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar (1 Ti. 1:19, 20).
Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas las cuales yo también aborrezco… Y también tienes
a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco (Ap. 2:6, 15).
Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos
anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros;
porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase
que no todos son de nosotros (1 Jn. 2:18, 19).
Jesús mismo enseñó a sus discípulos que tuvieran cuidado para que no fuesen engañados:
… Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos
engañarán… Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos… Porque se levantarán falsos

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Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible,
aun a los escogidos (Mt. 24:4, 5, 11, 24).
C. SATANÁS, EN ALGUNAS OCASIONES, INSPIRA A LOS LÍDERES A TOMAR DECISIONES
INCORRECTAS
1. La vida de David es un ejemplo de esto, él pecó al mandar que se hiciera un censo sin antes ofrecer los
sacrificios requeridos por Dios; pero todo esto fue inspirado por Satanás:
Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel (1 Cr. 21:1).
Aun Joab, un hombre que no era muy espiritual, se dio cuenta que el deseo de David era inspirado por
el orgullo; por lo cual le hizo fuertes reproches. Pero David persistió en su determinación, sin tomar en
cuenta lo que había sido mandado en la ley de Moisés. La ley decía que cuando se hiciera un censo se
tenían que ofrecer unos sacrificios particulares, para que ninguna maldición cayera sobre el pueblo de
Dios (Ex. 30:12).
David había estado tan ocupado en satisfacer sus propios deseos que no había tenido tiempo de
considerar todos estos requisitos, por lo cual el juicio cayó sobre su pueblo. Por medio de este juicio
David pudo darse cuenta que había pecado. La actitud que él tomó en todos estos acontecimientos fue
la de arrepentirse y buscar al Señor, y cuando lo estaba haciendo sucedió que:
… alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada
desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus
rostros, cubiertos de cilicio (1 Cr. 21:16).
Pero Dios ya había aceptado el arrepentimiento de David y había ordenado al ángel que detuviera su
mano y no destruyese más (v. 15)
2. Abimelec (Jueces 9).
Envió Dios un mal espíritu entre Abimelec y los hombres de Siquem, y los de Siquem se levantaron contra
Abimelec (v. 23).
Aquí vemos que un mal espíritu fue enviado sobre los de Siquem y sobre Abimelec. Aparentemente los
que seguían a Abimelec no tenían idea de la identidad del espíritu que dominaba a su ambicioso líder;
lo seguían ciegamente, sin darse cuenta que se estaban dirigiendo directamente a la destrucción.
En este ejemplo podemos ver en operación una ley espiritual: Los malos espíritus tienen libertad para
controlar a aquellos hombres que buscan el poder y la autoridad a través de la traición y la conspiración.
3. No cabe duda que era un espíritu satánico el que dominaba la vida de Adolfo Hitler. Pero la nación que
él gobernaba y aun muchas de las iglesias en Alemania no pudieron discernir el espíritu que controlaba
a este hombre vil y asesino. Muchas personas de su nación lo recibieron con los brazos abiertos, sin
darse cuenta que los guiaba hacia una destrucción total. Les hacía falta discernimiento de espíritus, y
demasiado tarde reconocieron la fuente de inspiración de su dictador.
Otros ejemplos similares los tenemos en las vidas de Castro en Cuba, y de Idi Amin en Uganda, África.
Es muy triste reconocer que muchas veces la iglesia de hoy, todavía no tiene la capacidad suficiente
para discernir entre lo bueno y lo malo.
4. EL REY SAÚL LLEGÓ A SER DOMINADO POR UN MAL ESPÍRITU.
El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová. Y los criados
de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te atormenta… Y cuando el espíritu malo
de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba
mejor, y el espíritu malo se apartaba de él (1 S. 16:14, 15, 23).
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Saúl era un hombre sobre quien el Espíritu de Jehová había descendido con poder y había sido cambiado
en un nuevo hombre, también el espíritu de profecía vino sobre él (1 S. 10:6).
Pero a pesar de esto, movido por sus propios deseos, entristeció a Dios y provocó que el Espíritu de Dios
saliese de él y que un espíritu malo tomase su lugar. Después de esto los siervos de Saúl pudieron discernir
que él ya no era guiado por el Espíritu de Dios sino por un mal espíritu que había tomado posesión de él (1
S. 16:15). Los siervos de Saúl notaron que David, el hijo de Isaí, tenía una fe no muy usual y también poseía
el poder de Dios; por esta razón fueron con él y le pidieron que ministrase delante del rey. Cuando David
lo hizo, este mal espíritu se apartó de Saúl (v. 23).
Pero Saúl no quedó completamente librado de este mal espíritu; porque a causa de sus conflictos
emocionales, él permitió que volviese nuevamente:
Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no
le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. Aconteció al otro día, que
un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y él desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano
como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la mano (1 S. 18:8-10).
Saúl tenía celo desmedido en contra de David y fue por eso que el espíritu malo tomó control de su vida.
A causa de la maldad que había entrado en Saúl, él se atrevió a consultar con la adivina en Endor (1 S. 28:7-
15). Como consecuencia de este extraño comportamiento de Saúl las puertas para los espíritus malos
fueron abiertas.
D. ESPÍRITUS MENTIROSOS EN BOCA DE FALSOS PROFETAS (1 R. 22:1-39)
Uno de los ejemplos más notables del discernimiento de espíritus malos se encuentra en el Antiguo
Testamento. Trata de la vida del rey Acab, quien era notable por su vida malvada, y del piadoso rey Josafat.
A pesar de que este último era uno de los reyes de Judá que más temía a Dios, había cometido un serio
error al hacer una alianza con los malvados.
Vemos que Acab y su esposa Jezabel eran muy religiosos, pero su culto lo rendían a dioses paganos,
mezclando en su adoración horribles ritos paganos. Ambos mantenían a un grupo de profetas paganos;
quienes eran usados con el propósito de invocar la bendición de parte de sus dioses para cualquier negocio
que ellos querían realizar.
En una ocasión Acab propuso una aventura militar contra Ramot de Galaad, y de alguna manera persuadió
a Josafat para que participara con él en esta aventura. Entonces Acab llamó a sus profetas para que
pusieran su bendición sobre este plan. Ellos profetizaron diciendo: …Sube, porque Jehová la entregará en
mano del rey (v. 6). Sin embargo, Josafat no estuvo totalmente satisfecho con las profecías de los profetas
de Acab, e insistió en llamar al profeta de Dios, Micaías. Este profeta había tenido algunas discusiones con
Acab a causa de que siempre profetizaba mal contra él. Mientras que los falsos profetas seguían
profetizando prosperidad y éxito para la aventura de Acab, Micaías profetizaba la derrota y la muerte de
Acab diciendo:
… Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto
a él, a su derecha y a su izquierda. Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de
Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo:
Yo le induciré. Y Jehová le dijo:
¿De qué manera? Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le
inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues, y hazlo así. Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en
la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti (vv. 19-23).

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Este es un caso muy claro de discernimiento de espíritus. Mediante una revelación sobrenatural Micaías
pudo percibir que el espíritu en la boca de los profetas no era de Dios, sino que era un espíritu mentiroso.
A causa de sus palabras, Micaías fue encarcelado y afligido.
No obstante, la profecía pronunciada por Micaías se cumplió, el rey Acab murió en la batalla y los perros
lamieron su sangre, como el profeta había predicho.

VIII. EL PELIGRO DE DISCERNIR DE UNA MANERA EQUIVOCADA


En algunas ocasiones la obra de Dios ha sido perjudicada o impedida de una manera lamentable, a causa
de que algunas personas llenas de prejuicios han juzgado, y hasta condenado, la verdadera obra de Dios,
solamente porque no concuerda con sus “ideas personales” acerca de cómo Dios debería moverse.
Algunos avivamientos han sido impedidos o apagados por pastores que se han opuesto a la influencia e
inspiración del Espíritu Santo en otras personas. El bautismo en el Espíritu Santo es tan poco conocido
entre algunos ministros que a veces lo consideran como manifestaciones fanáticas, ataques de nervios,
histeria, sentimentalismo o desequilibrio mental. Pero, para juzgar las manifestaciones del Espíritu Santo
tenemos que tomar en cuenta dos aspectos muy importantes: Primero, si vamos a juzgar, tenemos que
hacerlo conforme a la palabra de Dios; y el otro aspecto es que si vamos a juzgar las cosas espirituales
necesitamos haber vivido experiencias espirituales. Por desgracia existen muchas personas que condenan
las experiencias y las manifestaciones de aquellos que han recibido el Espíritu Santo y sus dones, sin que
ellos hayan tenido alguna experiencia con respecto a esto.
Quienes no han tenido experiencias espirituales no están capacitados para juzgar las manifestaciones del
Espíritu. En el Nuevo Testamento tenemos un ejemplo de cómo, en algunas ocasiones, Satanás tiene éxito
en confundir al pueblo de Dios, por medio de pensamientos completamente contrarios a la voluntad de
Dios. Consideremos las palabras de Pedro en Mateo 16:22:
Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en
ninguna manera esto te acontezca.
Antes de esta declaración, Pedro había confesado que Jesús era el Cristo (Mt. 16:16), y el Señor le había
dicho que esta gran verdad no había venido de la sabiduría humana, sino que era una revelación directa
de Dios; pero inmediatamente después de esto Pedro trató de persuadir a Jesús que no permitiera que le
matasen:
Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones
la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres (Mt. 16:23).
Esta declaración que Jesús hizo no fue dirigida directamente a Pedro, sino a Satanás. Y por medio de esta
afirmación Jesús atribuyó las palabras de Pedro a Satanás. Por lo tanto es evidente que inclusive un buen
hombre de Dios, si no está alerta, puede equivocarse y pensar que las sugerencias de Satanás provienen
del Espíritu de Dios.

CONCLUSIÓN
La realidad del mundo de los espíritus está documentada en las Escrituras como ya hemos visto; no
obstante, solamente un verdadero cristiano espiritual es capaz de discernir o tener experiencias en dicho
mundo. El hombre natural no puede entender las cosas del Espíritu, porque su entendimiento se basa en
los cinco sentidos: La vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto (1 Co. 2:11-14). El hombre está dispuesto a
aceptar las cosas del mundo natural, tales como: El amor, el dolor, la electricidad, etc., aunque no las pueda
probar; pero, no está dispuesto a hacer lo mismo con las cosas del mundo de los espíritus. El hombre
espiritual, por lo contrario, descubre que las cosas que él no ve son más tangibles que aquellas que puede
ver:

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No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales,
pero las que no se ven son eternas (2 Co. 4:18).
Debemos reconocer que no estamos en una batalla contra carne y sangre, sino contra potestades en
lugares celestes:
Nuestra lucha no es contra seres de carne y hueso, sino contra seres incorpóreos —malignos soberanos del
mundo invisible, poderosos seres satánicos y príncipes de las tinieblas que gobiernan este mundo— y contra
perversas huestes espirituales en el mundo espiritual (Ef. 6:12 LBAD).
De la misma manera que la radio envía sus ondas en la atmósfera alrededor de la tierra, así Satanás, por
medio de sus emisarios desde lugares celestes, se comunica con el corazón del hombre inconverso en la
tierra, haciéndole cumplir sus mandatos. Pero gracias a Dios que nuestro Señor, que está sentado a la
diestra del Padre, también se comunica con sus hijos, los redimidos, para que lleven a cabo su obra. Sin
embargo, muchas veces los cristianos están tan preocupados por el fin de este mundo, que sus oídos no
están afinados para oír la voz del maestro. Aquí es donde entran el ayuno y la oración, ayudándole al
creyente para ponerse en sintonía con su Creador. Mediante un tiempo de ayuno y oración la percepción y
el entendimiento del mundo espiritual llegan a ser más agudos y eficaces. Así estaremos preparados para
la comunicación espiritual. El apóstol Juan en la isla de Patmos recibió este tipo de comunicación del cielo.
Como si fuera un programa de “Televisión Celestial” Juan percibió la transmisión del estado del cielo, y nos
dio una descripción de lo que vio; esta transmisión del cielo sigue en la actualidad.
El don de discernimiento de espíritus, aunque es una capacidad sobrenatural de provecho para la Iglesia,
puede ser peligroso si es usado por un neófito. Hemos visto el daño que puede causar una persona
inmadura que piensa tener este don. Por ejemplo ha sucedido que un cristiano, al querer orar por un
necesitado, le advierte que su problema es que tiene demonios. Después ora por él, pero puesto que no
tiene suficiente poder y autoridad para liberarle, le deja en una condición peor que cuando acudió al culto
para pedir oración.
Por lo tanto la persona que quiere funcionar en este don debe tener mucho cuidado y sabiduría, además
de estar seguro del terreno que pisa; de otra manera, en lugar de ser una bendición, causa daños, a veces
irrevocables. Por otra parte, por medio del don de discernimiento de espíritus se pueden obtener
resultados muy positivos y buenos, y especialmente cuando funciona en asociación con otros dones, tal
como los dones de palabra de ciencia, palabra de sabiduría, fe y a veces el don de milagros.
El pastor, más que todos, necesita el don de discernimiento de espíritus para cumplir la comisión de Cristo
para discernir y desenmascarar a los
“lobos” que entran al rebaño disfrazados como ovejas. Al dar libertad en la operación de este don, el
rebaño es protegido y los malos espíritus pueden ser echados fuera, una vez que se discierne su presencia
en una persona.
Antes de concluir este capítulo un último consejo:
¡Funcione en este don con mucho amor y sabiduría!

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