Ha sido para mí una experiencia maravillosa e inolvidable el
transcurrir por las aulas de clase y haber conocido a tanta buena gente, no puedo pues irme sin dedicar este paso importante en mi formación profesional a Dios porque es al gran hacedor que ha encaminado mi vida, a mis padres que confían y siguen confiando en mí, a mis hermanas y sobrinos que son mi motivación, a mi familiares que ya no están presentes pero que me dieron lecciones inolvidables y que me siguen enseñando a enfrentarme a la vida sin ellos. A lis y a tantos buenos y entrañables amigos por tanto cariño y comprensión.