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Matricula:19-001-0266 APC
diana.lopez.uribe@estudiante.uacm.edu.mx
Crónica intimista
Néctar de Alacrán
Todo iba de maravilla en mi mañana, eran aproximadamente las 10:30 am, era
el momento más importante del día, la ducha.No existe nada que ame más que
sentir el agua limpiando mi cuerpo y que mejor cuando el agua se siente muy
caliente.
De un momento a otro mi fiesta de shampoo , espuma y canto se esfumó; el
agua desapareció. Irritada me asomé al calentador y ya no había gas; me quedé
enjabonada y sólo pude alcanzar a enjuagarme con agua del lavabo.
Las cosas empezaban a salir mal en mi supuesto día perfecto. Necesitaba una
toalla aparte para quitarme los restos de shampoo del cabello, tomé una toalla
naranja que estaba hasta arriba de una bola de ropa en la esquina de la cama de
mis papás. Muy molesta puse la toalla sobre mi cabeza y sacudí con fuerza mi
cabello, cuando de repente sentí como si algo me hubiese picado en los dedos
repetidas veces, tiré la toalla y bien espantada le grité a mi mamá.
Mi mamá muy contenta estaba tomándose un café y creyó que mi grito era una
broma habitual que solía hacerle con situaciones simples tipo: “¡Mamá,la tele
explotó!“, “¡Mamá,el Michis se lastimó la patita!” entre otras bromas pesadas
que solía hacerle con frecuencia. Para esto yo sentía como los dedos
empezaban a entumirse rápidamente.
Ya no podía mover mi brazo izquierdo, sentía cómo cada vez me costaba más
trabajo respirar y lo peor es que seguía en toalla.En eso mi mamá me ayudó a
vestirme lo más rápido posible. Lo primero que estaba amontonado en mi
cama fue mi ropa del día, salimos corriendo de la casa para ir a urgencias; salí
sin cepillarme el cabello, llorando y lo más importante sin celular para avisarle
a mi amigo que ‘llegaría tarde’ a la cita.
Y la otra practicante me dice -No creo, como estás gordita aguantas más, si
pesaras unos 60 o 50 kilos no sales ni de tu casa, te hubiera ido a recoger una
ambulancia de la procuraduría. Las miré muy molesta y parece que sí sintieron
mi incomodidad por su horrible comentario así que se retiraron.
Pasaron las horas y al fin era hora de irme a mi casa; antes de salir de la
clínica el doctor le dio indicaciones a mi mamá, para esto el doctor se acerca y
le dice a mi mamá: _Señora su hija se salvó porque tiene mucha masa corporal
y la trajo a tiempo, si no otra historia hubiera sido.
Y así es la historia de cómo quedé en el hospital como una niña gorda que
pudo salvarse de la muerte por néctar de alacrán.Desde ese momento no puedo
tocar mis cosas sin antes sacudirlas, no tener cosas tiradas en el piso, fumigar
cada que salen estas alimañas, no andar descalza por mi casa y gritar mientras
pierdo el control cada que aparecen estas peculiares criaturas.