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11 Búsqueda y promoción de talentos en las edades infantil y juvenil

Definición

En los diversos intentos por definir el concepto “talento”, se suele distinguir entre un
enfoque estático y otro dinámico.

El concepto estático del talento incluye como rasgos característicos los siguientes cuatro
conceptos (Joch, 1992, 83):

• condiciones, que hacen hincapié en las capacidades;


• disposición, que destaca la voluntad;
• entorno social, que determina las posibilidades,
 resultados, que documentan los rendimientos realmente conseguidos.

En la visión dinámica del talento, éste no se “estructura” a no ser en el transcurso de un


proceso activo y dirigido hacia un objetivo (“especificación”), y este proceso es una
trasformación que abarca la personalidad en su conjunto (cf. Mühle, 1971, 93; Joch, 199
87).

El concepto dinámico del talento incluye, pues, tres rasgos característicos principales, a
saber:

• el proceso de cambio activo;

• la regulación mediante el entrenamiento y la competición, y

• el acompañamiento pedagógico.

Así pues, el concepto dinámico del talento se puede describir de la forma siguiente,
centrándonos en el aspecto del desarrollo y siguiendo a Joch (1992, 87):

“El desarrollo del talento es un proceso de cambio activo, acompañado de una pedagogía
y regulado de forma selectiva por el entrenamiento, y constituye la base de un nivel de
rendimiento (deportivo) elevado que se podrá conseguir posteriormente.”

Basándose en estos intentos de definición estática y dinámica, Joch (1992, 90) define el
talento de la manera siguiente:
Tiene talento, o es un talento, aquella persona que, sobre la base de sus condiciones, su
disposición para el rendimiento y las posibilidades de su entorno vital real, consigue
resultados de rendimiento superiores al promedio de su edad y susceptibles de
desarrollarse (a ser posible, además, acreditados en competición); dichos resultados son
producto de un proceso de cambio activo, acompañado de una pedagogía, regulado de
forma selectiva por el entrenamiento y orientado con perseverancia hacia un nivel de
rendimiento (deportivo) elevado que se conseguirá posteriormente.

Esta definición integradora del talento que plantea Joch nos parece más acertada que los
diferentes enfoques estáticos o dinámicos actualmente en curso.
Así pues, por talento deportivo entendemos la totalidad de las condiciones del niño o del
joven que le habilitan para conseguir y desarrollar rendimientos deportivos. El nivel y las
posibilidades de desarrollo de estas condiciones de rendimiento están determinados por
las predisposiciones y por el proceso de la actividad. Así pues, la aptitud se ha de
entender como un resultado de la confrontación activa de la personalidad con el entorno
(cf. Thiess/Schnabel/Baumann, 1980, 63).

Según Ulbrich (1974, 285), el 6 % aproximadamente de todas las personas, dentro de una
distribución normal en la población, presenta un valor elevado, por encima del promedio,
de algún rasgo característico.

De acuerdo con los estudios de Joch (1992, 206), los talentos múltiples aparecen sólo en
un 3 % dentro de un colectivo considerado como grupo de talento.

Así pues, un talento deportivo en una disciplina individual, y en mucho mayor medida un
talento deportivo con varias cualidades destacadas supone una variante extrema en la
distribución de rasgos característicos relevantes para el deporte (cf. Ulbrich, 1973, 374).

Búsqueda de talentos

La expresión búsqueda de talentos se utiliza en el sentido de selección de talentos


deportivos para su promoción, efectuada por diferentes instituciones en diferentes niveles
(cf. Röthig, 1983, 314).

Selección de talentos

Por selección entendemos la decisión sobre la formación y el ingreso en la competición de


un deportista en una determinada modalidad o disciplina, en un determinado momento y
durante un determinado período (cf. Hofmann/Schneider, 1985, 45).

La calificación de aptitud y la decisión de seleccionar constituyen una unidad.

Promoción de talentos

Por promoción del talento entendemos una serie de medidas selectivas para el desarrollo
de las capacidades y destrezas específicas de una modalidad, sobre todo en deportistas
jóvenes y dotados (cf. Röthig, 1983, 313).

Métodos de la promoción de talentos Existen, según Joch (1992, 64), métodos muy
diferentes para promocionar a jóvenes talentos:

• “Dejar crecer”

El juego en la calle se considera la reserva de talentos propiamente dicha, por ejemplo, en


fútbol, baloncesto o voleibol; el natural encuentro diario con las condiciones ambientales
de nieve y hielo se considera la mejor cantera en modalidades como patinaje y hockey
sobre hielo; en estos planteamientos subyace la idea básica del “dejar crecer” (cf. Joch,
1992, 65). En el juego, los niños y jóvenes perfeccionan sus capacidades específicas de la
modalidad de una manera a veces increíble: pensemos, por ejemplo, en los jóvenes
virtuosos del monopatín y similares.
“Reducción de los grados de libertad”

Como ejemplo se cita aquí el principio, aplicado a menudo en los países del antiguo
bloque socialista, del inicio lo más temprano posible y de la carga máxima posible.

Mocker (1988, 79/80) justifica de la manera siguiente esta reducción de los grados de
libertad:

“Un inicio lo más temprano posible debería provocar que el desarrollo biológico se asociara
(y no precediera) a una carga elevada, con lo cual una capacidad de carga elevada
durante toda la vida de rendimiento deportivo se convertiría en un hecho natural, incluso
en una necesidad (“impronta” del deporte de rendimiento); asimismo, debería favorecer
un aumento prolongado del volumen de entrenamiento y, partiendo de éste, de la
intensidad (que implica riesgo de lesiones y consumo de sustancias); supondría también
aprovechar la “mejor edad de aprendizaje motor” para la adquisición de técnicas
complejas específicas (!) de la modalidad (especialización temprana), y aprovechar la
desinhibición infantil para el aprendizaje de dificultades pronunciadas (p. ej., en gimnasia,
salto de trampolín, etc.).”

• “Multilateralidad intencional”

Con esta expresión nos referimos al intento de desarrollar el rendimiento deportivo


partiendo desde la actividad multilateral (v. el tratamiento específico del tema en pág.
579) y llegando a la especialización, desde la formación general amplía hasta los
contenidos de entrenamiento específicos (cf. Thiess, 1976, 515).

El camino hacia el éxito se encuentra necesariamente en una mezcla óptima de estos


planteamientos sobre la promoción de talentos.

Tesis sobre la promoción de talentos

Basándose en un largo período de estudios, Joch (1992, 317-327) resume la problemática


de la promoción de talentos en 21 tesis, que presentamos seguidamente en una
formulación lo más concisa posible:

1. La noción principal en el tema del talento es la promoción de talentos. “La


búsqueda, el reconocimiento, la selección y la conservación de talentos son
conceptos que sólo adquieren su validez especial, su significado y su eficacia
práctica asociados con el aspecto de la promoción” (Joch, 1992, 317).

2. El reconocimiento de talentos es un proceso dinámico que se plasma en el


entrenamiento. “Los talentos se reconocen en el entrenamiento sistemático y por
lo general no se encuentran a través de procedimientos diagnósticos –tests u
observaciones– realizados una única vez, ni se reclutan a través del sistema de
competición por equipos cuando dicha competición se utiliza como instrumento
único de diagnóstico” (Joch, 1992, 317).
3. El carácter de pronóstico inherente al tema del talento se resume en la idea de que
la prioridad corresponde al rendimiento final posible, no al rendimiento inicial
(juvenil). La relación entre ambos –el rendimiento final y el inicial– es menos
estrecha de lo que comúnmente se supone (Joch, 1992, 318).
4. El entrenamiento es un componente irrenunciable de la promoción de talentos.
5. La promoción de talentos en el deporte tiene lugar dentro de un esquema de
entrenamiento sistemático, a largo plazo y minucioso.
6. La promoción de talentos se basa en los principios y las regularidades del
desarrollo. “Los cambios ... no sólo se refieren al nivel de rendimiento motor y
deportivo ... sino que abarcan los diferentes ámbitos de la personalidad –
inteligencia, plano somático, motivación, entre otros– y por tanto la personalidad
en su conjunto” (Joch, 1992, 320).
7. El desarrollo de talentos se encuentra en medio de un campo de fuerzas opuestas,
en una disyuntiva entre el carácter abierto, por una parte, y la canalización, por
otra. “La canalización limita por una parte el abanico de las posibles direcciones de
formación ...” Por otra parte, es “un requisito importante para que el desarrollo del
rendimiento alcance el nivel necesario” (Joch, 1992,321).
8. La definición completa del talento incluye un componente estático y otro dinámico
9. El marco referencial teórico en el tema del talento es un modelo de motricidad
orientado hacia la personalidad.
10. La promoción del talento es también un proceso de selección.
11. El desarrollo de talentos deportivos se caracteriza por un tejido de relaciones de
dependencia entre un gran número de características motoras, físicas, psíquicas y
sociales, cuya eficacia sólo se maximiza en el sentido de la perspectiva final
(objetivos) de la promoción de talentos.
12. El talento (deportivo) es una materia prima importante a nivel social. La
socialización y las normas sociales determinan el proceso de promoción y
desarrollo de talentos.
13. La fluctuación en la promoción de talentos se encuentra en relación lógica y
objetiva con los procesos de selección, por una parte, y con el nivel de limitación
de los grados de libertad dentro del proceso de desarrollo del rendimiento a largo
plazo, por otra.
14. La edad para el inicio del entrenamiento en el contexto de la selección de talentos
está en función de las exigencias objetivas de cada modalidad y de las
particularidades del entrenamiento en cada edad. El inicio temprano del
entrenamiento no significa especialización temprana. La especialización temprana
no tiene el carácter cimentación que tiene el entrenamiento, imprescindible para la
promoción de talentos” (Joch, 1992, 324).
15. Como entrenador especializado en promoción de talentos sirven sobre todo
aquellas personas con capacidad de enriquecimiento (enrichment). “El
entrenamiento de promoción de talentos se caracteriza por el enriquecimiento de
las exigencias de rendimiento durante el proceso de aprendizaje y entrenamiento
de talentos deportivos, lo cual supone aportar al proceso formativo los siguientes
instrumentos pedagógicos: multilateralidad, generalidad, variedad, exhaustividad,
atractivo y amenidad” (Joch, 1992, 324).
16. El trabajo de entrenamiento para la promoción de talentos está determinado por el
principio de unidad de lo general y lo especial.
17. En la promoción de talentos rige el principio de unidad de entrenamiento y
competición: los principios del entrenamiento se reflejan en la competición y las
exigencias de la competición determinan el contenido, el volumen y la intensidad
del entrenamiento.
18. La colaboración entre escuela y sociedad deportiva en el ámbito de la promoción
de talentos puede ser lógica y deseable si no se cuestionan los objetivos del
deporte de rendimiento ni se restringe la etapa inicial de las medidas de promoción
de talentos, esto es, el entrenamiento básico motor.
19. La promoción de talentos no es un mecanismo con una intención primordialmente
pedagógica; no obstante, debería incluir un acompañamiento de medidas
pedagógicas, pues el grupo humano al que va dirigida está formado por niños y
jóvenes.
20. Aparentemente no existe un perfil unitario de los individuos altamente dotados; se
observa una gran riqueza de variedades, pero también un considerable predominio
de la motivación por el rendimiento, disposición a la fatiga y un nivel de exigencia
generalmente elevado.
21. El desarrollo de talentos en el deporte está subordinado a un objetivo –el mayor
rendimiento posible del individuo– y se encuentra en un campo de fuerzas
opuestas cuyos polos son, por una parte, la preparación continua a largo plazo,
con un entrenamiento planificado y sistemático, y por otra parte, la espontaneidad,
el azar y la improvisación.”

Importancia de la búsqueda de talentos y la determinación de aptitudes

La selección de talentos deportivos debe hacerse de forma correcta y a su debido tiempo,


pues los rendimientos deportivos máximos en términos absolutos sólo se consiguen con
una preparación sistemática y a largo plazo, que puede necesitar un período de tiempo de
6 a 10 años (cf. DSB, 1973, 7). Esto significa que antes de la edad de máximo rendimiento
debe delimitarse el período de entrenamiento correspondiente a la disciplina deportiva
(tabla 13), para conseguir la capacidad de rendimiento óptima en el momento correcto.

Factores de la búsqueda de talentos y la determinación de aptitudes

En la búsqueda de talentos debe tenerse en cuenta varios condicionantes o factores de


rendimiento que ejercen una influencia sobre el talento deportivo (cf. Hahn, 1982, 85):

• Condiciones antropométricas como estatura, peso, constitución corporal,


proporciones, situación del centro de gravedad del cuerpo.
• Características físicas como resistencia aeróbica y anaeróbica, fuerza estática y
dinámica, velocidad de reacción y de acción, flexibilidad y otras.
• Condiciones técnico-motoras relacionadas con la capacidad de equilibrio, sensación
del espacio, de la distancia, de la velocidad, del balón, del agua, de la nieve, etc.,
capacidad de expresión, musicalidad y capacidades rítmicas.
• Capacidad de aprendizaje, reflejada en dotes de comprensión, capacidades de
observación y de análisis.
• Disposición al rendimiento, con cualidades como disposición a la fatiga, tenacidad,
constancia en el entrenamiento, tolerancia ante la frustración.
• Capacidades cognitivas como concentración, inteligencia motora (p. ej.,
inteligencia de juego), creatividad, capacidades tácticas.
• Factores afectivos como estabilidad psíquica, disposición a la competición, aguante
en la competición y capacidad para dominar la tensión.
• Factores sociales como asunción de papeles, espíritu de servir al equipo, etc.

El problema de los dictámenes de pronóstico acerca de un “talento” radica en la


estabilidad de las características observadas. La cuestión de la estabilidad de las
características humanas en el transcurso del desarrollo del niño y el joven ocupa, por
tanto, un lugar fundamental en la búsqueda de talentos con rigor científico (cf.
Zaciorski y cols., 1974, 240). Sin embargo, éste es el problema que sigue sin
resolverse. Como constatan Hommel/Schwanbeck/Steinbach (1977, 1831) –y en torno
a esta apreciación apenas se han producido cambios esenciales–, la ciencia del
deporte carece casi por completo de criterios “que permitan seleccionar ejercicios de
prueba desde el punto de vista del desarrollo positivo del rendimiento”.

Proceso de selección y formación de talentos en el deporte

Como se puede ver en la figura 57, dependiendo del nivel de partida y la etapa de
entrenamiento, se plantean diferentes criterios de selección.
Hemos de tener en cuenta que el entrenamiento de principiantes trata de formar y
examinar condiciones básicas variadas para el desarrollo del rendimiento a largo plazo
en una modalidad. Esto significa que tanto el dictamen de aptitud como la formación
deportiva se basan en el perfil de exigencias de la modalidad.

Sobre la selección de niños y jóvenes entre la población no entrenada

A partir de la edad de alto rendimiento se distinguen, en cada una de las modalidades


(cf. Harre, 1979, 24; v. pág.123), una serie de etapas de edad en relación con el inicio
del entrenamiento. Al margen de esto, la primera actuación selectiva se suele centrar
en el ámbito de los individuos no entrenados. Así, la primera selección se efectúa ya
durante la clase de educación física o en la actividad deportiva extraescolar. El
propósito sería ganar para un entrenamiento regular sobre todo a aquellos chicos y
chicas que destacan por un nivel superior al promedio en las condiciones de
rendimiento o en los rendimientos especialmente relevantes para la modalidad o el
grupo de modalidades en cuestión (perfil de exigencia de la modalidad), o bien a
aquellos que llaman la atención por una actividad superior al promedio en la clase de
educación física y en el deporte extraescolar (intereses y necesidades) (cf.
Hofmann/Schneider, 1985, 45).

Para la selección de niños y jóvenes en el ámbito de los individuos no entrenados, la


valoración no se suele basar en rendimientos propios de la modalidad, sino en los que
reflejan, por una parte, el estado de rendimiento deportivo general del alumno y, por
otra, determinadas condiciones de rendimiento específicas de la modalidad.

La observación y la selección tienen lugar mediante varios exámenes, que constituyen


una unidad y tienen como objetivo asegurar un proceso de observación eficaz y una
selección fundamentada (cf. Hofmann/Schneider, 1985, 47).

Un proceso de observación eficaz supone que, dentro de un esfuerzo sostenible en


términos económicos, se somete a observación al mayor número posible de niños o
jóvenes.

La decisión fundamentada de selección significa elaborar, con herramientas y métodos


cada vez más específicos de la modalidad, y por tanto cada vez más costosos, un
dictamen de aptitud y efectuar una selección entre el primer examen y el inicio del
entrenamiento regular.

Sobre la selección después de un entrenamiento variado y orientado hacia la


modalidad

En esta etapa, la formación escolar y el entrenamiento discurren en paralelo. En


ocasiones el choque de intereses es inevitable, incluso cuando una parte de los
alumnos admitidos en un programa de deporte de rendimiento se aloja en los
llamados internados deportivos.
La continuación de la carrera en el deporte de rendimiento presupone unos
rendimientos escolares suficientes y unas determinadas características de la
personalidad.

El criterio de selección cada vez más dominante en esta etapa es el rendimiento de


competición, pues refleja la capacidad de rendimiento de la personalidad en su
conjunto y documenta los resultados individuales en el marco de un perfil de
exigencias específicas (cf. Hofmann/Schneider, 1985, 46).

El rendimiento de competición es, incluso en el ámbito del alto rendimiento, la


magnitud orientativa principal en cualquier momento de la formación del deportista.

Fundamentos de la búsqueda de talentos y del dictamen de aptitud

La aptitud efectiva de una persona en un momento dado no está determinada desde el


nacimiento. La aptitud se desarrolla, sobre la base de unas condiciones anatomo
fisiológicas genéticamente condicionadas, en el proceso de la actividad y sólo se puede
reconocer a través de la actividad (Hofmann/Schneider, 1985, 49).

Así pues, los dictámenes de aptitud no son un resultado rígido e inmutable. Al comienzo
de un entrenamiento de rendimiento, hasta que no se llegue a la edad de alto
rendimiento, la aptitud de un deportista no se puede determinar con un grado suficiente
de seguridad.

Los dictámenes de aptitud se refieren a actividades específicas y van unidos a la


valoración de un gran número de capacidades, destrezas, conocimientos, motivaciones e
intereses (Hofmann/Schneider, 1985, 49).

Los dictámenes de aptitud incluyen, pues, una evaluación resumida de muchos


dictámenes aislados.
En cualquier etapa del proceso de entrenamiento a largo plazo, la aptitud de un
deportista se puede determinar con un grado de seguridad suficiente sólo para la
etapa siguiente, pues cualquier etapa de entrenamiento crea las condiciones para la
etapa siguiente (cf. Hofmann/Schneider, 1985, 51).

El dictamen de aptitud y la selección son un proceso de validez universal,


estrechamente vinculado con el desarrollo del deportista en el entrenamiento y la
competición. Al avanzar el desarrollo, este proceso se va enfocando cada vez más
hacia el diagnóstico de las exigencias específicas de la modalidad que necesitamos
para obtener los rendimientos máximos.

El entrenamiento se ha de enfocar también hacia el reconocimiento de las aptitudes, lo


que significa, entre otras cosas, que la variedad, como principio rector de la formación
en el ámbito juvenil, sirve de principio de control y al mismo tiempo de criterio de
determinación de aptitudes (cf. Hofmann/Schneider, 1985, 51).

Los dictámenes de aptitud son dictámenes probabilísticos, cuya fiabilidad aumenta al


avanzar el proceso de formación y la adquisición de conocimientos teórico-prácticos.

Los dictámenes de aptitud tienen que considerarse, según Hofmann/Schneider (1985,


51), desde el punto de vista de la probabilidad, y ello por dos razones: por una parte
existen siempre factores no mensurables (condiciones individuales y sociales), que
además suelen actuar sólo durante un período de tiempo determinado, y por otra
parte, para confirmar el dictamen de aptitud deben intervenir los estímulos de
desarrollo complejos del siguiente entrenamiento.
Ejemplos de perfiles de exigencias para el ámbito juvenil a partir de las exigencias en
el ámbito de alto rendimiento:

Ámbito de alto rendimiento

Tipo de constitución corporal Expresión estética, Dificultades técnicas máximas,


técnicas específicas, disciplina específica, fuerza de salto, táctica, capacidad de
intensificación, actividad competitiva

Ámbito juvenil
Datos mensurables (como estatura y masa corporal, anchura de hombros y pelvis),
Índices (como relación entre estatura y masa corporal, anchura de hombros y pelvis)
Expresión global de postura y figura, Capacidad de aprendizaje motor,
Comportamiento de aprendizaje motor, Capacidades coordinativas, Exigencias técnicas
básicas en ejercicios de tipo sencillo y difícil, Condiciones básicas en forma de
capacidades y rendimientos coordinativos y físicos, Formas más sencillas (salto de
longitud con piernas juntas, triple salto sin carreras Saltos en la ejecución técnica
exigida (ejecución de competición), Capacidad de activación mental, Saber y
conocimientos (teoría de la modalidad deportiva) Comportamiento del rendimiento
adecuado a la situación, en situaciones comparables aunque relativamente sencillas,
Actitud frente al entrenamiento deportivo Voluntad de rendimiento y tenacidad
(características psíquicas de tipo básico y específico de la modalidad), Comportamiento
en competición
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