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LA DIVISION DE RESGUARDOS EN TIERRADENTRO, DEPARTAMENTO DEL CAUCA. Ponencia para el Simposio “Manifestaciones culturales de !a socie- dad colombiana contemporinea”. Universidad Javeriana Facultad de Filosofia y Letras. Noviembre de 1979, Bogotd, Presentada por Jorge Morales Gomez, INTRODUCCION VISION HISTORICA DE LOS RESGUARDOS EN COLOMBIA (1) El resguardo durante la époea colonial La institucién jurfdica y agratia del resguardo es de origen colonial; fué adoptada por la corona espaiiola a fines del siglo XVI como medida pratec- tora de los indigenas después del fracaso de la eneomienda en ese sentido. Por otra parte, el resguardo perseguia la facilidad de reeoger el tributo al tener a los indios concentrados y separados de la poblacién espafiola y mesti- za, Pero con todo eso, el resguardo demoré la desaparicién biolégica y cul- tural de muchas comunidades amerindias, aunque hubiera sido inspindo por tuna intencién paternalista, Eso no importa, Hoy se critica ese caricter protector del resguardo, porque, segiin se alega, niega la capacidad de autodeterminaci6n de los indigenas, Sin embargo eso no es asi. La corona designé desde un comienzo a las autoridades nativas ‘que gobernarian en los resguardos y que se concen con el nombre de Cabil- dos, cuyos miembros han sido elegidos siempre por los mismos indios. El resquardo surge en la Nueva Granada hacia 1596, cuando se hacen las primeras asignaciones de tierras comunitarias con prohibicién a la venta y ‘cualquier otro negocio con pobladores no indfgenas ademas de la negativa a ‘gue las tierras asf formadas sean penetradas por gente distinta a los naturales. (Gonzalez 1970: 20). Seguramente la corona no haba establecido resguardos si la podlacién aborfgen no hubiera disminufdo en la forma que ocurri6, Ante la crisis de la (©) extatntrodueten en pabion on UNIVERSITAS HUMANISHICA, No, 10,1979 a19 encomienda y la merma demogratica de los indios surgié el resguarda. Los nales de aquella trataron de ser comegidos con una institucién segregacio- nista (Gonzalez 1970; 29-33), patemnalista en algin grado y comunal en st teenell, pero que demostrd ser una excelente medida de conservacion de la tierra en manos de sus legitimos dueftos: los indios. Cabe recalcar eso si, que las autoridades espaiiolas maximas, residentes cen la metropoli, de ninguna manera renunciaron con el resguardo al, cobro {del tributo, Aquel vino a ser, como se dijo antes, una modalidad mis comoda Ge obtener éste, al lograr mano de obra indigena concentrada y marginada de {Gs ‘mestizos, Margarita Gongélez insiste en el caricter equilibrante del res- guardo (op. Cit: 9). También declara que dicha condicion se manifiesta al Broteger @ ios indios, por un lado y al continuar la politica de tributacion para la corona, por el otro. La seguridad que proporciona el resguardo a sus moradores empieza a minarse a medida que éstos arriendan clandestinamente parte de sus asigna- tines de tierras, a mestizos, Esto se halla demostrado documentalmente {Gonzilez, op. cit. 19-111), Se sabe también que tales arrendamfentos se hicieron desde muy temprano, recién institufdas las parcialidades, con lo ‘cual los indios buscaron siempre un ingreso destinado a, pagar el :tibuto exigido por la administracion. Sin embargo, hay que anotar que los resguar- dos musica. desaparecerieron por el alquiler de tierras a mestizos, pero tal procedimiento si contribuyé a disminuir Ia extensién de ellos. Hacia 1778 se consolida una tendencia que venia dando sus pasos Gurante la mayor parte del siglo XVIII. En ese afo, el fiscal Moreno y Escandén emprendié tna fatal reforma para los resguardos y que ccnsistio fen vender la tierra sobrante que ellos tenian, la cual pas6 por venta, a manos dde espafioles y mestizos. Con ésto se prevendia lograr una supuesta equidad ‘entre el ntimero de indios habitantes de las parcialidades y la cantidad de tierra de’ las mismas. Pero lo que result6 fue un empobrecimiento de los indigenas y un aumento de la tierra en poder de colonos, mestizos y penin- sulares. Moreno también ideé la fusion de varios resguardos y el traslado de ta poblacién de una parcialidad a otra, para compensar la falta de tierras ocurti- fa con el método anteriormente ‘referido, Asi se dio el golpe final a los esguardos en el siglo XVITT pues aumentd el nimero de usuarios y natural- mente se redujo el dtea productiva por familia, a més de surgir e incremen- tatse eonflictos entre los mismos indios. Con este panorama tan poco halagador se llega a la época de la indepen- dencia, fa cual tampoco representa nada que pueda mejorar la suerte de los resguardos. 0 parcialidades, Los inicos que se ven alejados de Ia oleada Tiaccionadora 'y destructor con lor que estin més aislados por sazones geosrificas, Sin embargo, a medida que prosperan los caminos de penetra- Gion y la invasién de mestizos durante la RepAblica, estos resguardos van eayendo dentro de los programas de division y de creacién de prop.edades particulares, tal como lo veremos adelante. 320 Los resguardos en el siglo XIX La histotia de los resguardos en la época republicana se sintetiza por el choque dialéctico entre conservacién y destrucoién, entre propiedad comu- nal y propiedad privada. Los movimientos de emancipacién tendieron margi nalmente a liberat al indgena a quien idealmente se le consideraba igual @ los demas nacionales. Pero ese ideal surgia como resultado de ideas francesas de Ja época y que en iiltimas llevaban a fortalecer una inquebrantable fe en la propiedad privada, y por ende a rechazar todas las instituciones comunales que la inhibieron © la contradijeran, ¥ ese interés ideologico por la pertenen- cia personal o familiar, expresion muy clara de un capitalismo vigorosc, se va proyectando paulatinamente en las parcelaciones de resguardos, que cons- tituyen la principal caracteristiea de la politiea offeial hacia el indio en el siglo pasado, hasta 1890. En 1821, el 11 de Octubre, el Congreso de Colombia expidié la ley sobre extincién de tributos a los indigenas y distribucién intema de tiewras de resguardo, Bl articulo tercero declaraba: “Los resguardos de tierras asignadas a los indigenas por las leyes espariolas y que hasta ahora han pose do en corntin o en porciones distributdas a sus familias s610 para su cultivo segtin el reglanento del Libertador Presidente del 20 de Mayo de 1820, se les repartira ‘el pleno dominio y propiedad, lwego de que lo permitan las cir ‘cunstancias y antes de cumplirse los cinco aos de que habla el articulo segundo”. (Friede 1944: 108). Esos cinco afios coresponden al tiempo por el cual la ley eximia los, bbienes de Ia comunidad del pago de impuestos parroquiales, mas no a las propiedades particulares, Claramente se observa que 1a mencionada ley buscaba integrar la pobla- cién indigena a la vida nacional mediante sx conversién en propistarios privados con todas las obligaciones y derechos civiles que tenia el resto de Individuos colombianos. Empero, dentro del mismo acto legislativo se eonde- nha a los indios, mediante disposiciones consignadas en el articulo 11, a per- der muy pronto sus propiedades, Dice asi “Bn las parroquias de indigenas podrén establecerse cualesquiera otros ciudadanos, pagando el correspondiente arrendamiento por los solares que ocupen sus casas; pero de ningin modo perjudica- niin a los indigenas en sus pastos, sementeras u otros productos de ‘sus resguardos”. (Friede, op. cit, 109). No puede ser més claro este documento para demostrar la actitud Subemamental contradictoria hacia el indio, Bs el estado quien autoriza las avanzadas mestizas, la continuidad del dominio y la estructura feudal, erso- gan nalmente, no ereo que haya habido mala intencién para coadyuvar en la Gestruceién de los indios agrupados en parcialidades, Lo que pasaba era que Gentro de los términos “plena posesién y dominio” habia entero derecho para arrendar la tierra a gente no aborigen. Sin embargo, esa decisién, quiz JIngenua, fue fatal para el porvenir de los indios: Hs el apoyo del estao a los intereses voraces de colonizadores y desocupados que quedaron después de la guerra de independencia, Hs el atentado contra las abatidas minorias que facias a la institucién espafiola del resguardo habian conservado algo de tierra, el elemento mas precioso para su desenvolvimiento social y econdmico, Con ese procedimiento legal también se aseguré la posicién de dominio 4e los eriollos, quienes al introducirse en terrenos de indios redujeror a éstos Ta condicion de trabajacores o peones baratos en las tierras que antes les jertenecian. BI historiador Friede ha mostrado muy detalladamente las leyes, que durante la primera mitad del siglo pasado siempre tendieron al fracciona- ‘miento del resguardo en aras del ideal de la propiedad privada. Pero tal Valor s61o signified en la practica la continuidad del proceso colonial de fexplotacidn con el agravante de que las tierras se perdieron definitivamente para la totalidad de los nativos comprendidos en las reparticiones. En 1832, nos dice Friede (op. cit, 110), Bl General Santander hace grandes esfuerzos para el cumplimiento de la ley de 1821 pues tan sido Mucho los obstaeulos que ella ha tenido para realizarse en e305 11 afios. Buscando una mejor adecuacion de la medida, la ley del 6 de Marzo del referido afio, prohibe vender las tierras distribuidas durante los 10 primeros aiios. Agrega Friede (op. cit. loc. cit. “La misma ley contiene las bases de las futuras disposiciones sobre reparto, por cuanto sefiala la separacidn del area de poblacion (ocho a veinte fanegadas), la reparticién del resguardo en doce partes iguales, Ia adjudicacion de una parte para los gastos 7 de una 6 dos para el sostenimiento de la escuela, En prevision de que los Inaigenas puedan abandonar las tierras una vez repartido el res- guardo, el articulo 7o, prohibe la venta de parcelas adjudicadas durante diez afios después de la entrega”. Mas adelante cita otra ley, la del 2 de Junio de,1834, que en suarticulo 18 establece: “Bn ningtin tribunal o juzgado se oirin reclamaciones euyo tinico xy determinado objeto sea pedir que no se repartan los resguardos" (op. cit.: 111) ‘Todas estas referencias a la legislacién nos muestran la gran tendencia de la administracion Santander a distribufr los resguardos o parcialidades, ‘més no a eliminar al indio. Seguramente esa actitud no es de mala fé, Santan. der y sus colaboradores eran exponentes de un pensamiento etnocentrista 322 de la época, que velaba por la dignidad humana entendida ante todo como respeto a la’ propiedad individual y clausura de todo coloniaje extranjero, Empero, tal ideologia iba a ser instrumento justificador para el traspaso de Ja propiedad indigena a la sociedad nacional. No pienso como Friede (op. cit, 111) que la prohibicién a verder la tierra beneficiaria directamente a los “blancos” porque as{ los ind.os no migraban y se podia conseguir mano de obra barata y segura. La experiencia, etmolégica ha demostrado que mientras el indio disfrute econémicamente dde su parcela no se acoge al patron mestizo como jomalero. Sélo lo hace cuando vende le arrebatan la tierra, Por tanto, creo que los intereses no indfgenas no quedaron satisfechos con la negativa de venta de tieras de resguardo, tal como nunca han quedado, Lo discutido anteriormente gira en torno a la misma ley, mas no a st. praxis, Desde que se establecieron los resguardos en la Nueva Granadx en el Siglo XVI, hasta hoy, las prohibiciones legales a la venta de terrenos se han ncumplido en cierto grado bajo las zozobras del endeudamiento con los intermediatios mestizos, Los espafioles, primero, y luego los nacionales delinean todo un historial de forzar al indigena a la venta clandestina, sobre todo cuando éste se halla atiborrado de deudas y sin apoyo de la solidaridad comunal, Esos procederes han sido los peores einceres sociales traidos por la division de resguardos y son incontrolables por la ley, pues la administra- cin de justicia local -municipal- es mestiza y cumple las disposiciones a su ‘manera, Bs otra evidencia del abismo entre el estado y la ciudad, tan :utina- io entre nosotros, Por tan infalible raz6n, no creo como el’histcriador Friede en la conveniencia de la ley de 1850 que dejaba en manos de los, .gobemadores las decisiones sobre distribucién de parciatidades (op. cit.: 116). No se puede trazar una division ética al respecto: que la administracion seccional si sabia cuindo era necesario repartir un resguardo, y la estaial no. Resulta que las gobernaciones tampoco han estado empapadas de los intere- ses indigenas ni identificadas con ellos, porque las autoridades municipales y sus informes son de caricter mestizo, porque las familias que hablan ante Jos funcionarios ¥ cuentan las ventajas de parcelar, siempre han tenido terras colindantes con resguardos. La politica librecambista de 1848-49 que deprime la produecién artesa nal del oriente colombiano va a dejar bastante mano de obra disponible. Muchos de esos desocupados en los centros tienen que migrar a distintos lugares de la Republica y en varios de ellos aumentan la presion mestiza sobre los resguardos. Asi se completa el nada halaguefio panorama de la politica indigenista referente a resguardos durante la mayor parte del siglo XIX, hasta que en la Ultima década, en 1890 y en la administracion de Carlos Holguin se produce la ley 89, contradicha por disposiciones posteriores y tan incumplida en la realidad, ‘iene articulos que hoy la hacen obsoleta, pero a pesar de ello est Vigente, Por ejemplo, ese acto legislativo tan humano en st espiritu general declara’ menores de edad a los aborigenes.del pais. Claro que la mayoria estén cedulados y acuden a las jomadas electorales, 323 La ley mencionada esta hecha ante todo para las comunidades de res- guard y en ella se destaca el afin por la conservacién y defensa de las Sropiedades comunales y Ia confianza en la buena administracion de los abildos, El articulo cuarto declara: “en todo to relativo al gobierno econdmico de las pareialidades, tienen los pequefios cabildos todas las facultades que les hayan transmitido sus usos y costumbres particulares”. Y¥ en el séptimo se decreta: “fmpedir que ningiin indigena, venda, arriende o hipoteque por- cién alguna del resguardo, aunque sea so pretexto de vender las mejoras que siempre se considerardn accesorias a dichos terrenos”. En el articulo trece ordena: “Contra el derecho de los indigenas que conserven titulos de sus resguardos y que, hayan sido desposetdos de éstos de manera Giolenta 0 dolosa, no podrén oponerse ni sertin admisibles excep- ‘clones perentorias de ninguna clase”. ‘Tristemente se observa que las sanas intenciones de Ja ley no hart tenido cabal aplicacion en Colombia, Solamente con movimientos de honda inspira ‘ion indigena, con dirigentes naturales y propios de las parcialidades, como fué Quintin Lame, se pudo retardar el proceso de destruccién de los “esguar- dos que ain quedan en el pais. Los resguardos en el siglo XX La Ley 56 de 1905 en su articulo segundo manifiesta algo incompatible ‘con la 89 de quince ailos atras, cuando: “La nacién cede alos distritos municipales los terrenos de resatar- do ubicados dentro de su jurisdiccion”. Bn 1916 ef’congreso de Colombia declara oficialmente una medida que en ciorta manera hace mds liviana la anteriormente citada: “BI gobierno queda facultado para hacer demarcar a peticién de los interesados, en ios terrenos baldios en que haya indigenas, resguardos para éstos, escogiendo al efecto los sitios de querencia de las tribus o pareialidades . .”. ‘Tal, el texto del artfculo 10. de la ley 60. Pero de ahi en adelante, 1a mayoria de disposiciones tienden a fac cl fraccionamiento de resguardos, As{ lo demuestran la ley 104 de 1919, la 324 19 de 1927, el decreto 1421 de 1940, el 918 de 1944 y el 2117 de 1969 que en su articulo quinto del capitulo segundo anota: “Corresponde a la junta directiva del INCORA, previa consulta al ‘ministerio de gobierno, decretar la division de ios resguardon ind. genas”. El panorama anteriormente delineado nos presonta a grandes rasgos las vicisitudes de los resguardos colombianos, desde tiempos muy cercanos as institucionalizacion a fines del siglo XVI. LA DIVISION DE UN RESGUARDO La regién de Tierradentro esté localizada en el noroeste del Departamen- to del Cauca y comprende la hoya del rfo Paez. Se trata de un territoric muy. ‘escarpado y bastante aislado hasta hace poco de los centros politicos y economicos. Hoy todavia, muchas de las parcialidades contenidas en esta regién no tienen acceso sino por camino de herradura y 2 ellas no llega las lineas telefonicas ni telegréficas, En Tierradentro hay dos municipios, In2d y Belaledzar, en cuya juris- diccién estan los resguardos de indigenas Paez de dicho tertitotio, Precisamente, por raz6n del aislamiento de Tierradentro de la vida nacional, ella es actualmente la region que tiene més parcialidades indigenas en Colombia: 16. Y es que hasta su propio nombre nos indica lo agreste y dificil de su topograffa, Como se mantuvo al margen de los centros de act vidad no suscité mayores intereses en poseer las tierras de los naturales y por eso los resguardos se han mantenido —aunque han decrecido en na- ‘mero~en ella. Hasta 1970, Calderas fué resguardo en Tierradentro. Hsté situado sobre el rfo Coquillo, afluente del Paez y pertenece a la jurisdiceién politica de Inzé. Segundo Bemal (1954: 384-988) y posteriormente Elias Sevilla han escrito etnografias sobre el xégimen del resguardo entre los Paez. Concreta- mente Bemal trabajé mucho tiempo en la parcialidad de Calderas, y Sevilla en el veeino resguardo de Tumbichuoue, De esos trabajos y de nuestra propia experiencia podemos hacer una sintesis del funcionamiento socio- econémico dentro del mismo resguardo y sus nexos con el exterior. Por definicién, el resguardo es ante todo un terreno posefdo en comtin por los pobladores indfgenas, cuyas asignaciones de tierras para explotacion familiar son hechas por el Cabildo y no pueden ser arrancadas ni vendidas a gente no indigena, y para el efecto se considera indio a quien vive dentro de Jos resguardos esencialmente. 825 Los indigenas pueden adquirir tierra por herencia, por adjudicecién y por trabajo. En cualquiera de estas modalidades el Cabildo protocoliza la Esigacion de parcelas familiares mediante las llamadas “adjudicae.ones" Dice Bernal que entre indigenas se pueden hacer operaciones con las ierras, per no venden el terreno sino su posesién, lo que significa que el verdadero Buedo en el fondo es la comunidad (336). Efectivamente el prestizio del Cabildo esta dado por su poder para adjudicar tierras y de allf el gran ritual ‘Ge comidas y bebidas que se ofrece a sus miembros el dia de la adjudicacion, Ni adn las tierras adquitidas por herencis o mediante el trabsjo son ‘vendidas a'gente externa a la parcislidad, de acuerdo no sélo a lo tradicional sino ala ley 89 de 1890, ‘Aunque los Cabildos son sobomables y no siempre los caracteriza la ecuanimidad es perfectamente factible entender que las diferencias en el famaio de las adjudicaciones familiares se debe a cantidad de tierra hereda- \da 0 a desmontes de tierras baldfas que estén dentro de los limites, de la \Dareialidad. Bxiste la actitud de considerar que las tierras desmontadas no Pertenecen al Cabildo en el sentido de que él no puede disponer de ellas para datlas en redistribucién a indigenas con poco o nada dénde cultivar. Eso Eas! pero de todos modos el Cabildo vigila que dichas propiedades no sean transferidas por negocios a gente “blanca”. En ese sentido vemos que aunque haya posesign familiar de tierras, la funci6n de la propiedad particular tal como existe entre nosotros no aparece entre los miembros de los reseuardos, hhasta el punto de que la misma prohibicion a negociar con los inmuebles contradice y anula Ia esencia de la propiedad privada, ‘Vale la pena citar en extenso a Bernal (op. cit.: $86) quien al respecto dice: “ . También se consideran de propiedad comunal las obros piibli. ‘eas tales como caminos, puentes, acequias matrices, la casa del Cabildo, la Iglesia y abogan colectivamente por su conservacién; dde la misma forma consideran como propiedad de la parcialidad los dineros que recogen para la Iglesia, los productos de laroza det ‘santo y la ganaderia'y molinos que aquella pueda poseer. Sobre Ia herencia miremos en primer lugar los conceptos 2xpresa- ddos por un informante de Calderas, Inquirido por el ntimero ideal de hijos de las familias indigenas, contestd que todos ceseaban poser bastante hijos, “Cuando uno se muere y tiene terreno, ‘quién puede manejarlo? Los antiguos han trabajado la montara, ‘por eso tenemos terreno. Somos cinco hermanos y trabajanos jun- fos. El terreno no pertenece al Cabildo, Las mujeres no ieredan. Unicamence los hombres, Tas mujeres se van con cus maridos. A los hombres se les reparte por partes iguales. Los hijos son los herederos legitimos, En caso de que el hombre muera sin dejar hijos, hereda el hermano. Al hermano se le puede pedir un pedazo de terreno para trabajar. ¥ éete dé, Si mezquinamos, mi hermano 826 ‘qué come, con qué mantiene a los hijos. El hijo mayor es impor- fante porque si el padre muere, él es quien se hace cargo de la farnilia”. Las palabras son casi todas textuales. Dediicese de ello que la hherencia se verifiea por la linea masculina. Son los hombres quienes heredan los terrenos, casas animales, en-partes iguales, Las mujeres virtualmente no heredan, pues al casarse se van con el marido, Los hijos son los herederos legttimos, En caso de que un hombre muera sin dejar descendencia heredan los hermanos, Las mujeres, no obstante, pueden ser herederosy en partes iuales ‘con los hombres, cuando el marido no tiene tierras donde trabajar. No son frecuentes, aunque tampoco son raros, los casos en que ef hombre vase a vivir a casa de su mujer, donde se queda trabalando los terrenos que por derecho de su esposa le pertenecen, Asimis- mo, algunos “‘blancos” que han logrado casarse con indigenas tienen derecho a usufructuar los terrenos de eu miajr y ésta misma exige al Cabildo tierras para trabajar cuando no las pose, Otro informante calderuno, uno de los mayores poseedores de tierra en extensi6n, desea dejarla sin dividirla a sus hijos Habiendo bastante tierra no tienen por qué pelear. Como dos de sus hijos se han marchado desde pequefios a Cali, dice, que si regresan les queda tierra para trabajar, .. Referente al ano de calderas mant- fiesta que pertenece a todos los comuneros Pueden hacer sus ‘casas allt, Los de otra parcialidad no tienen derecho, Siun comu- nero construye una casa en el lano comunal, todos los demés estén obligados a ayudarle con madera y trabajo. Hasta las propias mujeres, El terreno es comunal porque el Cabildo lo ha deternina- do, Algunos tienen en ese terreno comunal solares, puesto que tienen derecho a ello y cualquiera puede hacerlo, Quienes proce- den de otra parte tienen derecho al terreno comunal, Siemore y ‘cuando se hallan desarrollado alli. Eh Calderas hay lamerios que tienen sus terrenos porque han descuajado la montafa, in la ‘actualidad ya no hay montafias que talar, por lo mismo ya no ueden llegar personas de otra parte (sie). Si un calderuno se casa con mujer de otra parcialidad, el suegro o los cufiados tienen que darle terreno a la mujer y el esposo ingresa de hecho ala comunt- dad, Asi habl6 el informante”. Los Cabildos estin conformados por el Gobernador, el Capitan y los Aguaciles principalmente. A excepcién del Capitin todos los miembros del Cabildo son elegidos popularmente y por perfodos de un afio. El Capitin es cargo vitalioio y generalmente corresponde a alguien de prestigio econémico yy social. Ya vimos que la primordial tarea de los cabildantes ~més no la ‘ini ‘ca~ es la asignacién y adjudicacién de parcelas familiares y 1a vigilancia de dichos lotes para que no sean traspasados a mestizos extemos al resguardo. Los eabildos también dan cuenta por el respeto de las tierras fronterizas, 327 que no sean invadidas por no indigenas ni por moradores de parcialidades GBSinas, Todo inmigrante debe pedir permiso para trabajar dentro del res- fuardo y para que se le adjudique tierra, Tales autorizaciones corresponden Enicamente al Cabildo. Osea que en ellos recae Ia politica demogrifica de cada parcialidad. ‘Muchas veces las actuaciones de los cabildantes, y especialmente det Gobemador, promueven reacci6n e inconformidad. Pueden y suelen ser Calificados de parcializados, de beneficiar descartadamente en las adjudica- Gfones a los que ya tienen bastante tierra, o de repartir por igual a trabajado- res y a "perez0sos”” [A pesar de las criticas anotadas, existe el sentimiento y la conciencia de ‘que el sistema del Cabildo es bueno ¥ de que es, como autoridad, mejor alas qe°sfos blaneos”. Recaen también sobre ellos funciones policivas. Los deli ‘Cuentes son apresados por los Alguaciles y el algunos resguardos ~Chinas, Huila atin se aeostumbra el cepo para los ladrones y los azotes con ortiga a las adilteras. La generalidad de los casos van a parar a los inspectores de oliefa, mediante la intervencion de los Alguaciles Finalmente, los Cabildos representan el mecanismo politico local para interconectarse con la sociedad mayor. Los Cabildos son quienes acuden generalmente ante alealdes, gobemadores y ministros para exponer sus problemas de tierras, salud, etc. El conjunto de deseripciones anteriores corresponde a Calderas mien- tras fué resguardo 0 parcialidad, hasta 1970. En virtud de la facultad legisla tiva que concedié a INCORA Ia capacidad para parcelar resguardos, dicho {nstituto lev a cabo el fraccionamiento de Calderas en el mencionado afi. Se hicieron los estudios socio-econémicos que prevé la ley 35 de 1968 y se lego a la conclusion de que era factible la division de la propiedad colectiva y el olorgamiento de escrituras particulares para unidades familiares de produecién, El programa tenfa paralelamente otro; el de ganaderia y crédito Ruperisado’ para la misma actividad. Se repartieron tierras a 70 familias. De ellas, 24 tecibieron crédito y se afiliaron a la nueva actividad econémica {Las areas distribuidas por familiar oscilan entre 3.1 ha. y 62.4 ha. segtin el ‘mapa oficial de parcelacién, El tamaiio promedio es de 18 has. La fiabilidad del estudio provio es dudosa porque fué elaboraco por un agrénomo y un analista de crédito sin conoeimientos de economias tradicio~ eles ni expetiencias anteriores en resguardos, Por ejemplo, s¢ dize que la Chicha y la coca tienen degenerados a los indios. $i fuera ‘asi, mal podria seigae un programa de crédito a ndviduos fiotgicamenteincapaces de responder. La resolucién correspondiente a la parcelacion de Calderas declara que las propiedades privadas nuevas no podran ser vendidas ni arrendadss a nadie sin autorizacion expresa del Instituto de Reforma Agraria. Esto ofrece a primera vista un contrasentido, Se otorga propiedad privada pero se limita el 328 poder de trasnferir el bien, en este caso la tierra, Claro que la inteneién de medida es conservar para el indgena los terrenos adjudicados y evitar asi que aumente la masa de desposeidos. Los eréditos oftecidos para ganaderia exclusivamente —que es una acti- vidad no tradicional entre los Péez y particularmente entre los de Calderas~ luctian entre $ 8.000 y 40,000 y eran destinados para compra de animales, pastos y adecuacién de las tierras, Bl INCORA aseguraba asistencia técnica, Para conocer el procedimiento de divisi6n y extincién del resgaardo y sus consecuencias, el Departamento de Antropologia de esta facultad elabord tun proyecto de investigacién que fué aprobado por COLCIENCTAS. El traba- jo se hizo entze 1972 y 1974. Tomaron parte los antropélogos Pedro Marti- nez y Jorge Morales. INCORA decidié intervenir en Calderas no por decisién propia ni im- puestamente, sino ante la solicitud hecha por una comisiOn de indigenas feneabezada por los hermanos Pifiakué. Los motivos expuestos pot los infor- mantes y que llevaron a tomar dicha medida, sin: 1. Ineficacia del Cabildo para repartir equitativamente las tierras. 2, Peligro de ser invadida la eomunt. ‘ad por parcialidades vecinas. 3. Posiblidad de recibir de INCORA ciertos, adelantos como carretera, energia eléctrica y puesto de salud, Con la informacién anterior se piensa que entonces, la division del resguardo de Calderas fué resultado de una necesidad sentida por la misma ‘comunidad. Sin embargo, es0 parece ser més bien Ia apariencia. Los Pifia kué, indigenas, habiles que siempre han estado en contacto con Ta sociedad onal, hablan muy bien el castellano y son lideres reconocidos, ademés de ser de familia con més tierra en todo el resguardo, vieron que la ganaceria era una buena altemativa para aumentar ingresos y capital, pero como INCORA no apoyaria la nueva actividad sin disolver la parcialidad, optaron por presio- nar en la toma de semejante decisién, Mucho se deliberé en la comunidad, En diltimas se acepté el cambio y de hecho quedé terminado el resguardo y anulado el Cabildo, el cual fué remplazado por una Junta de Action Co- munal. Observando el mapa de parcelaci6n emitido por INCORA se aprecia que las pareelas de mayor tamaio pertenecen preferencialmente a dos familias extensas, Varios informantes me dijeron que cuando se procedi® ala reparticion de tierras y asignacién de propiedades familiares en base a lo fexistente en el régimen de resguardo, hubo anormalidades en el proceso mismo que Hevaron a mayor concentracién de tierras por parte de algunos de los que de hecho ya tenian propiedades grandes. Esto coadyuv6 incluso fen el surgimiento de rencillas enire los Ifderes hermanos Pifiakué. ‘La parcelacién eobij6 a 70 familias, pero ellas no constituyen la totali- dad de moradores en Calderas. Habia en 1975, 20 familias que viviendo en Calderas no habfan tenido escritura y todas habitaban tierras marginales, casi perdidas para agricultura y ganaderia ovina, Se trata de las laderas que 329 estén al otro lado del rio Coquillé; son supremamente inclinadas y de muy reducida ferlilidad, Muchos de estos indigenas han sido y seguirin siendo jomaleros. Muchos siguen esperanzados en que tendrén tierra propia, La mayoria de estas familias pobres son inmigrantes de resguardos vecinos, sobre todo de los de Avirama y Lame. En ellos y a diferencia de Calderas, s¢ ‘acabé por completo la tierra de reserva disponible. Entonces, una de. las, alternativas ha sido migrar a Calderas, pero como ahora no hay Cabildo tienen que esperar a que INCORA les adjudique tierras de reserva, Es un hecho incontrovertible el que pese a las imegularidades que haya podido tener el Cabildo, en la nueva situacién hay un empantanamiento enorme en la asignacion de nuevas propiedades, cosa que nunca ocurrria en el régimen anterior. Calderas cuando fué resguardo, era un refugio de la vida tradicional Paez. y ademas emporio de trigo y maiz entre otros productos. Con la intro- duecion de la ganaderia se desestimularon tajantemente las actividades agricolas y el nuevo plan no las eontempla en lo mas minimo. Y el problema se agrava alin més cuando vemos que los indigenas no han tenido ertrena- miento total en el manejo y comercializacién del ganado. Sélo unas cuantas familias se encuentran satisfechas con la innovacién. A los cinco afios de ‘estar funcionando el proyecto de ganaderia, va se habian retirado del rrogra- ‘ma de crédito 8 familias por incapacidad ‘de atender la amortizacién de la deuda, Naturalmente en las esferas de INCORA se recuri6 a la explicacién de queé la causa del fracaso fu la chicha y la coca, Calderas distruta de una situacién privilegiada en comparacién a la mayoria de parcialidades de Tierradentro: No tiene vecinos mestizos por ninguna parte. Esti rodeada de resguardos indigenas, lo cual es causa de que no haya habido invasiones a su territorio, Ademis tiene suficientes tietras de reserva para adjudicarlas a las futuras unidades familiares, Luego de ocarrida la pareelacién, los comuneros de otros resguardos piensan que Celderas, desperdicié todas esas ventajas que la colocan como una de las més fuertes ‘comunidades indigenas de la region de Tierradentro. Precisamente por la condicién de excedentes de tierras, muchos indios de Lame y Avirama resolvieron migrar a Calderas para establecerse y s¢ casa- ron con mujer calderuna, Esto sucede como altemativa forzosa ya que en ‘esas, parcialidades no hay un solo palmo de tierra sin adjudicar. La tinica posibilidad de tierras para trabajar son las heredadas, pero como el proceso hha sido largo, la atomizacién y minifundizacién es critica. Lamentable- mente para esas comunidades, él momento se ha hecho més diffeil rorque los blancos han invadido sus fronteras mediante las compras clandestinas. El razonamiento de que volviendo propiedades particulares los terrenos que explotan las familias se Iogra que en la periferia 0 sea en los te-renos fronterizos la gente se preocupe més por lo suyo y asi impida la penetracién dd indios de 10s resguardos vecinos, no me parece muy exacta porque resulta ‘que hasta hoy no ha habido usurpacién de territorio por tales vecinos. Los 330 lamefios y aviramas que se han establecido ha sido con autorizacién previa del Cabildo, O 'sea que mientras hubo resguardo, esa pretendida invasion ‘nunca ocurrié. Francamente, se trata de un pretexto dado por los directa- ‘mente interesados en el franccionamiento de la parcialidad, Al cabo de 8 afios de haberse hecho Ia division de tierras en Calderas ya se han vendido subrepticiamente 4 de las propiedades asignadas por INCORA y el descontento por el nuevo régimen se ha dado desde casi el mismo momento de la parcelacién, Incluso, las querellas entre los mismos Piflakué se acentuaron a partir de la distribucién de tierras y uno de ellos, piensa que es mejor volver al sistema de resguardo, tal como era antes, porque él se ha ganado muchos enemigos, segin sus palabras, Los traspasos de tierra se hacen ante todo clandestinamente y como una altemativa de solucién al endeudamiento cuando el manejo de la gana- deria no ha sido exitoso, Pero es més. Uno de los Pafikué amenazd varias, vyeces con que iba a vender parte de su tierra a un comerciante de Belalcdzar para que no le enrostran mis que tenfa mas tierra de la cuenta, Definitiva- mente, la parcelacién ha sido causa de aumento de fricciones internas de la ‘comunidad. En 1941 se fraccioné el resguardo de Turmind y los indigenas fueron vendiendo la tierra hasta que todas las propiedades pasaron a manos de mes- tizos. Hoy no hay habitantes indigenas propietarios de tierra en Turmind, En Calderas se estén dando pues las primeras evidencias de pérdida de con- trol sobre la propiedad. En todos los resguardos existen dos mecanismos sobresalientes de soli- daridad y que mantienen la homogeneidad social y econdmica: Son las ‘mingas y_ las fiestas. Sevilla ha descrito y analizado con bastante detalle las rmingas, Bn resumen se trata de trabajos colectivos para ayudar a une familia ¥ a cambio del cual se recibe cominda y chicha, Elemento fundamental de la comida ha de ser la eae. En Calderas con la introdueeién de la ganaderia ‘comercial, los indigenas consideran que no vale la pena matar una :es para hhacer minga si deben plata sobre dicho animal. Solamente hacen minga los mas ricos que coineiden en ser los promotores del cambio en el sistema de propiedad. Y lo hacen para demostrar que efectivamente la incorporacion a tina economfa moderna, con metas comerciales, no va en detriment de las ‘actividades tradicionales. Pero aunque todavia se hacen mingas, son pocas las familias que las ‘organizan. Cada vez se hace mas popular el jomslerismo que en buena parte ha aumentado a raiz de los mencionados cambios ‘econdmicos pues los afiliados al sistema de crédito para ganaderfa utilizan eomo peones a salario de 40 pesos en 1975 a quienes no tienen tierra dedi- ‘cada a ganaderfa por no haberse inscrito en el programa. Ya no hay mingas ‘agricolas sino que las pocas a las cuales se convoca son para obras relaciona- das con Ia erfa y levante de ganado, Los indfgenas estiman que ahora resulta més barato pagar jornales que efectuar mingas y como se han creado nuevas necesidades satisfectas con 331 dinero, la mayorfa necesitan y esperan trabajar como asalariados. Clsro que 6sto sucede para quienes no tienen mucho ganado o no esta afiliados al programa 0 no tienen tierra atin, Los demas —que son considerados ricos— figuran como patronos, Con relacién a las fiestas patronales, éstas siempre han tenido entre los, Paez una eminente funcién de nivelacién socio-econémica, Quienes son escogides cada afio como fiesteros y abaceros, tienen la responsabilidad de realizar por su propia cuenta todos los gastos que implica la fiesta: comida para los comunes, chicha para el consumo de todos ellos, pélvora, transporte del cura y contribucién al mismo por los oficios en la comunidad. Entonces slompre se decide que sea gente que ha tenido éxito econémico en su trabajo. ‘Sucede muchas veces que el designado —o designados— se descapitaliza, pero 2 cambio de ello aumenta su prestigio dentro del grupo, y 10 que es mas importante, se nivela el resto de la comunidad. As{ se logra contener las tendencias discriminatorias y estratificantes que permiten la participacién en el mercado. Las fiestas, pues, contribuyen mucho a la estabilizacion y mante- nimiento de Ia homogeneidad en las parcialidades. Luego de la distrioucién de tierras de resguardo, las fiestas en Calderas no han pérdido su vigencia, pero las designaciones hechas por la Junta de Accién Comunal recaen siem- ppre sobre los mismos, Son los que tienen més ganado y ellos no protestan. Su mayor y mejor participacion en mercado de ganado con comerviantes de Belaleézar les permiten tener excedentes suficientes para invertit en sus obligaciones sociales de las fiestas. El propésito no ha variado, puesto que sigue dirigiéndose a quienes en la actualidad concentran mis capital y por sto, pensamos que la comunidad se ha adaptado para frenar 0 al menos retardar el surgimiento de grupos econémicos diferenciados. No quiero terminar esta exposici6n sin referirme a que el proceso de endeudamiento es franeamente notorio después y como consecuencia de la introduceién de la propiedad privada y del erédito supervisado (sic) puesto que no solo se han retirado las familias mencionadas antes por incapacidad de atender los préstamos, sino que hasta 1977, los nuevos propietatios no hhabian pagado absolutamente nada por concepto de impuesto predial en el ‘municipio de Inza y llevaban 7 afios de acumulaci6n de intereses. Aunque los impuestos no son grandes la mayor propiedad paga casi $ 400 al afio— de todos modos la deuda si se acumula afio tras aflo, Lo significativo es que la ‘mayoria de los indigenas est consciente de que ellos no tienen por qué ‘pagar impuestos sobre las nuevas propiedades dado que nos las adquirieron de nadie, sino que por siempre han sido de ellos. Este argumento es tipico de una organizacién comunitaria, de resguardo. Es otra razon més para demostrar la precipitud con que se Hlevaron a cabo los cambios. CONCLUSIONES Histéricamente, los resguardos o parcialidades han demostrado ser bue- nas altemativas.para Ia conservacién de la tierra en poder de los indigenas. A pesar de que no anulan las invasiones si las limitan mucho por la p:obibi- 332 ci6n legar a vender Ja tierra a gente no india. Incluso los resguardos han sido la finica via posible para la campesinizacién del indjgena en Colombia, La totalidad de nuestros campesinos-indigenas son los que viven en resguar- ddos o parcialidades, ante todo en las tierras altas. Los grupos de tierras bajas ‘tropicales ~especialmente Llanos Orientales y Amazonia, no organizados en parcialidades y cuyo contacto con Ja sociedad nacional ha sido mucho més reciente, han tenido una existencia como grupo biolégico y cultural mis corta, Esto se explica porque los colonos no encuentran barrerss para apropiarse de Ia mano de obra y la tierra del aborigen. Al sustraerle a éste dichos factores de la produccién le anulan de hecho la capacidad de partici- par en el mercado. Cosa contraria ocurre con los indigenas de resguardo. Aunque la situacién de varios de ellos es angustiosa por la penetracién mes- tiza 0 blanca’, los resguardos han conservado la tierra para el indi en la medida en que ‘se impide la penetracién aludida, Mientras la incorporacién de los indfgenas del Vaupés y los Llanos, por ejemplo, los coloca de hecho y muy répido como individuos sin tierra y jomaleros de colonos, caucheros 0 ueiios de fundos, los indios de resguardo alcanzan a llegar auténomamente al mercado donde, al igual que los demés campesinos, son éngafiados y explo- tados por los intermediatios. Pero naturalmente su situacién es superior a Jos llamados no muy exactamente, de tierras bajas, pues éetos no gczan de ‘ninguna autonomia luego de experimentar las relaciones inter-étnicas. Respecto a las perspectivas en Calderas, no son del todo desesperantes, Aunque los halagos del principio no se han cumplido sine muy poco ~-ya tienen luz eléetrica y la carretera ha avanzado algunos kilémetros en los liltimos afios hacia Belaledzar— y hay familias que han tenido que pasar de ser productoras a convertirse en jomaleras ante el desestimulo absoluto de Ja agricultura y a quedar endeudadas, parece que el proceso de absorcién de a comunidad y sus tierras no tiene perspectivas cercanas y nunca se ha enterrado la posibilidad de regresar al sistema tradicional, 338 REFERENCIAS [BERNAL VILLA, Sepundo; 1964 Econom de los Pate, REVISTA COLOMBIANA DE ANTROPO- cits Si Ses" nseoek *Siomiblane, Hopod, Bax Eee GONZALEZ, Marsa: 1970 El regu on Ia Noera Granade, Boots, Unive Nestnal de ‘lente SEVILLA CASAS, Blan; 1976-77 Monosata sobee un raguardo dive de Tezaentz, Baton ‘timeoefoss. 334

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