En la actualidad, el comercio ambulatorio es una realidad social y
económica que vive nuestro país. Por un lado, hay quienes están a favor ya que existen personas que no poseen un trabajo estable y recurren a la informalidad que les genera ingresos rápidos, pero también es muy criticado por que genera dificultad en el orden público. Desde mi punto de vista, estoy de acuerdo en que el comercio ambulatorio se debe radicar de raíz, debido a que genera muchas dificultades en el orden público. En los últimos años el número de las personas que se dedican a este tipo de negocio se ha incrementado en 50%. Según el INEI, el empleo informal provino de las empresas con menos de 10 trabajadores. En estas compañías, el empleo informal creció 4,2% y el formal disminuyó en 3,7%. En cuanto a sectores de la economía, el empleo informal creció en las ramas de agricultura, pesca y minería (5,2%), construcción (4,1%), comercio (3,1%) y servicios (2,3%). Estas estadísticas demuestran la realidad frente a este tema controversial. (Castillo, 2019).
El comercio ambulatorio debería ser erradicado y puesto que no es
justo para los comerciantes que pagan impuestos. Según el economista Armando Mendoza El problema de la informalidad en el Perú es un problema muy complejo que incluye factores económicos, laborales, acceso al financiamiento, condiciones de trabajo, requerimientos administrativos, e incluso me atrevería a decir que es cultural. Para enfrentar la informalidad será necesario capacitaciones para mejorar la competitividad y la incorporación de nuevas tecnologías. (Mendoza,2016).