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LA ESTRUCTURAL SOCIAL
EN LA ARGENTINA
CONTEMPORÁNEA
Secretario Ejecutivo
Pablo Gentili
Directora Académica
Fernanda Saforcada
Diseño: trineo
Maquetación y corrección de textos: Lucila Schonfeld - edit.ar
Este libro está disponible en texto completo en la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO
ISBN: 978-987-722-222-7
camente demográficas quizá por las limitaciones para contar con datos estadísticos guber-
namentales.
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En este libro partimos del supuesto de que la estructura social refleja los
diferenciales de capitales materiales y simbólicos de una sociedad dada,
los cuales están atravesados por cuestiones económicas, culturales, y a su
vez son el producto de luchas y relaciones sociales de clase, de género,
étnicas y territoriales. Más allá de la complejidad de este campo de
conocimiento y de su alta densidad explicativa, lo que está en juego es el
INTRODUCCIÓN 19
2 Entre los autores clásicos que desarrollaron esta perspectiva puede mencionarse a
Marx y Durkheim.
3 Weber es uno de los principales representantes de este enfoque.
4 Entre estos autores podemos mencionar a Bourdieu y Giddens.
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5 Aporte realizado por Rodolfo Iuliano en el marco de una entrevista llevada a cabo
con motivo de la realización del documento guía.
6 Migración que el diario porteño La Primera de la Semana sintetiza en la frase de “la
invasión silenciosa” (4 de abril de 2000).
INTRODUCCIÓN 23
7 Por ejemplo Amalía Eguia en la entrevista realizada plantea que si bien se pueden
encontrar diferencias entre los estudios más funcionalistas basados en conceptos como es-
tratificación social y los del materialismo histórico que piensan en términos de clase, a la
hora de realizar los estudios empíricos estos últimos utilizan datos sobre el empleo y el
mercado de trabajo y no de clases.
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bajo (Salvia, Stefani y Comas, 2007; Vera y Salvia, 2011). Estas investi-
gaciones hacen hincapié en la persistencia de un sector de la fuerza de
trabajo ocupada en la informalidad y en la continuidad de una heteroge-
neidad estructural, que se manifiesta en la estratificación sectorial del
empleo, la segmentación del mercado de trabajo y la disparidad remune-
rativa. Vinculados con este último punto se realizaron también investi-
gaciones que enfocaron su mirada en la distribución del ingreso y en la
cuestión salarial señalando que si bien a fines de 2003 los salarios reales
iniciaron un proceso de recuperación, en 2006 los mismos no habían
logrado recuperar la totalidad de lo perdido por la devaluación (Arceo,
Monsalvo, Schorr y Wainer, 2008; Lozano, Raffo y Rameri, 2009; Arceo
y Gonzalez, 2011).
Para quienes se inscriben en esta perspectiva la movilidad socio-ocu-
pacional que se produjo en el período fue de corta distancia y los ascensos
tuvieron casi igual peso que los descensos. Dicha movilidad habría presen-
tado diferentes matices permitiendo vislumbrar una tendencia a una ma-
yor polarización social en término de clases, pues se observa una alta capa-
cidad de auto-reproducción en la cumbre de la estructura social y una
fragmentación de los sectores medios tradicionales, alguno de los cuales
habrían continuado descendiendo (Salvia y Quartulli, 2011). Estas tema-
tizaciones atraviesan todo el libro pero sobre todo se pueden visualizar con
mayor claridad como preocupaciones fundamentales en los estudios sobre
el trabajo, sobre clases sociales y sobre pobreza.
En lo que respecta a la mirada centrada en las percepciones y repre-
sentaciones de los sujetos, se ha observado una relevante producción teó-
rica sobre estrategias de vida. Existen importantes trabajos sobre temáticas
de desigualdad y pobreza aunque aparecen estudios sobre sectores medios
que no habían tenido tanta influencia en períodos anteriores. Si bien so-
bre clases altas son muy escasos en general, en las ciencias sociales argenti-
nas en este período se observa una preocupación mayor sobre su constitu-
ción e influencia en los cambios acaecidos recientemente. Este tema se
puede observar en el capítulo de clases sociales con mayor claridad.
Los estudios que abordan la Estructura Social desde el punto de vista
de los actores sociales se encuentra muy bien representado en las produc-
ciones analizadas, algunos por un posicionamiento teórico o disciplinar
(como es el caso de la antropología o el trabajo social), otros por la dificul-
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que llama el “obrero criollo” del interior por oposición al “trabajador mi-
grante” de ultramar, junto a otros muchos sobre las clases obreras de Bue-
nos Aires8 como una problematización de las elites y los filántropos. En el
estudio de Bialet Masse se puede ver con claridad el pensamiento neocolo-
nial que representa al obrero criollo como inferior al resto de los trabaja-
dores del centro aunque critica la situación de explotación en que se
encuentran en poblaciones del norte del país. La cuestión racial de las re-
presentaciones de la ES eran evidentes. Según Germani (1969: 215) las
políticas que favorecían la migración de poblaciones europeas a finales del
siglo XIX y principios del XX estaban fuertemente vinculadas a una cues-
tión racial. Dice Germani: “Veamos lo que ocurrió con la migración (se
refería por supuesto a la ultramarina). Su propósito era doble: en primer
lugar “poblar el desierto”, según una frase famosa. En segundo lugar trans-
formar el carácter social de la población, para darle aquellos rasgos que se
consideraban necesarios para el desarrollo una nación moderna. En el fondo
se trataba de sustituir el tipo social “tradicional” por un tipo más adecuado a
una estructura industrial moderna (aquí el “tipo social” tradicional equivale
a lo nativo es un eufemismo científico de la teoría de la modernidad)…”.
En el lenguaje de la época se trataba de “traer Europa a América”, de
europeizar la población del interior, considerada factor principalísimo de ines-
tabilidad política y de formas atrasadas de economía”. “En esa época esta
transformación era percibida como un cambio ‘racial’ y no como el efecto
de la transición de una estructura social a otra”. Vemos que Germani con-
sidera que sus estudios en cambio no tendrían este componente racial. Sin
embargo, la teoría de la modernidad a la que también adscribe embute
representaciones de darwinismo social no expresadas en términos de raza,
pero si de etapas evolutivas donde se mantiene asimismo la creencia de la
inferioridad de la población del interior. Esta temática se desarrolla con
mayor profundidad en producciones vinculadas con la relación entre es-
tructura social, geopolítica nacional y racismo que se estudian en el capí-
tulo II.
En la producción de la década de 1990 en las ciencias sociales argenti-
nas se puede observar la injerencia de sectores de poder nacionales y de la
8 Véase Aguilar, 2013 para un análisis sobre los censos realizados a la clase obrera
porteña a principios de siglo XX.
INTRODUCCIÓN 35
cupación por los efectos sobre los sectores más empobrecidos, aquellos
sobre los que la concentración acrecentó el despojo, especialmente en las
áreas “extrapampeanas” (Tiscornia, 2005; Flores Klarik, Alvarez y Naha-
rro, 2012; Hocsman, 2013; Villagrán, 2012; Álvarez Leguizamón, 2012;
entre otros).
La presencia de movimientos sociales agrarios, campesinos e indíge-
nas y las organizaciones gremiales han cobrado voz desde los estudios so-
ciales y en las denuncias públicas de sus problemáticas relacionadas a la
tierra, la identidad y el medio ambiente. Mucho menor es la incidencia de
gremios que representan a trabajadores rurales en las demandas colectivas
y en las investigaciones que se realizan sobre estos actores.
Según Natalia López Castro las perspectivas de abordaje sobre la estruc-
tura social agraria han tenido tradicionalmente una mayor incidencia de es-
tudios cuantitativos que, en base a datos estadísticos (provenientes de Cen-
sos Nacionales Agropecuarios o encuestas) caracterizan la distribución de la
propiedad de la tierra, las superficies de las unidades productivas, su grado
de capitalización y/o formas de organización social del trabajo, según el en-
foque analítico que guíe cada trabajo. Este abordaje convive, cada vez más
asiduamente, con estudios cualitativos que profundizan analíticamente en
algunos aspectos que consideran clave para poder dar cuenta de los cambios
y continuidades en el agro argentino. La articulación de estas dos perspecti-
vas se ha dificultado en la última década, ya que los datos censales disponi-
bles resultan muy desactualizados (fueron relevados en 2002 respecto de la
campaña del año 2001), por lo cual han proliferado las valiosas pero parcia-
les aproximaciones cualitativas sin que pudiera trabajarse en una triangula-
ción con datos que den cuenta de rasgos y procesos más generales.
Algunas de las preguntas que se plantearon en torno a la producción
científica sobre esta tematización son:
¿Qué tipo de abordajes son predominantes: los análisis estructurales
basados en datos cuantitativos, estudios cualitativos que indagan cuestio-
nes subjetivas o colectivas? ¿Se tienen en cuenta los cambios relacionados
con las empresas familiares capitalistas, las economías campesinas, las for-
mas de subsistencia indígenas en relación con las transformaciones produ-
cidas por la reconversión de la soja y la expansión de la frontera agrícola,
entre otras transformaciones? ¿Cuáles serían las tematizaciones predomi-
nantes en relación a los cambios en la estructura social: ascenso, expulsión,
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visión “pampa/porteño” centrada sobre la ES. Esto sucede tanto en las in-
vestigaciones sobre problemas urbanos y en menor medida en los rurales.
Si bien el relevamiento muestra la importancia de estudios “regionales”
priman los producidos en el centro del país.
2) Se observa una preeminencia de estudios de pobreza en contraposi-
ción a un menor desarrollo de investigaciones sobre la producción de ri-
queza.
3) Para estudiar la desigualdad social en la Estructura Social se utiliza
predominantemente la conceptualización francesa de cuestión social, de
colectivización y descolectivación de las relaciones sociales, aunque se ob-
servan aportes importantes sobre la importancia del pensamiento crítico
latinoamericano, sobre todo en estudios de pobreza y las miradas críticas
antropológicas al racismo.
consecuencia sobre todo del enfoque de los OID que obliteran los proce-
sos de acumulación de riqueza y ponen el énfasis en la pobreza.
En contraste, los estudios de la pobreza realizados en la década de
1990 se desarrollaron análisis vinculando este fenómeno con la estructura
social. Una gran cantidad de trabajos de la economía política sobre la po-
breza en América Latina, a pesar de puntualizar las causas de la produc-
ción de la pobreza masiva, en esta última etapa, como consecuencia del
ajuste estructural y las políticas implementadas, mantienen influencia de
los enfoques de la escuela del desarrollo anglosajona. Si bien hasta media-
dos de la década de 1990 realizan investigaciones que se focalizan en la
medición de la pobreza, poniendo énfasis en la existencia de “pobres es-
tructurales” y “nuevos pobres”, luego señalan que tal dicotomía paso a es-
tar conformada por “pobres estructurales” y “volátiles”, es decir por pobres
que nunca lograban salir de esa situación y aquellos que entraban y salían
de la pobreza como consecuencia de la desestabilización creciente del mer-
cado de trabajo. Generalmente se refirieron a estos grupos con el nombre
de nuevos pobres, clases medias en transición o grupos empobrecidos.
Estos procesos, que acontecieron en territorios distintos, no pueden
pensarse como homogéneos, pues se desarrollaron en espacios rurales, en
zonas muy relegadas pero urbanas, en asentamientos y villas, etc. Influencia-
dos por estas formas de abordar los estudios sobre la pobreza, algunos/as
autores/as usaron el concepto de pobreza estructural para referirse a la pér-
dida de ingreso y la cobertura de protección social debido al debilitamiento
de los derechos sociales, a sus consecuencias sobre la precariedad del empleo
y el desempleo creciente, producido por la transformación neoliberal de la
economía (Minujin et al.; 1995; Murmis y Feldman, 1995).
A finales de la década de 1990 se pueden señalar categorías y clasifi-
caciones a las que se vincula un abordaje subjetivo de la pobreza junto
con una explosión de estudios cuantitativos de alta especialización. Estas
categorías se asocian a representaciones más cualitativas y lábiles de la
pobreza tales como: la pobreza heterogénea y específica, la pobreza vulnera-
ble, la pobreza participativa, con capacidades y voces propias (García Del-
gado, 1995; Golbert, L. y Tenti, E, 1994; Minujin y Kessler, 1995; Mi-
nujin y otros, 1995; Murmis, y Feldman, 1995). En el contexto de crisis
de los paradigmas estructuralistas y la progresiva relevancia de los abor-
dajes constructivistas, se inicia una etapa de revisión de las visiones de la
INTRODUCCIÓN 45
Este libro comienza con un primer capítulo realizado por Leticia Muñíz Te-
rra, Jésica Pla y Natalia López Castro sobre el vínculo entre estructura social
y el mundo del trabajo. Las autoras organizaron la presentación de la pro-
ducción a partir de cuatro ejes analíticos: 1. la heterogeneidad de miradas
contrapuestas en relación con los modelos de acumulación, los procesos
productivos y las transformaciones en el trabajo; 2. el mercado laboral y el
mundo del trabajo urbano; 3. las relaciones laborales; y 4. los debates en
torno a las políticas sociales y la estructura social.
En una rigurosa recuperación de lo producido analizan un corpus ex-
tenso de materiales que les permite identificar temas “recuperados” que se
encontraban opacados en el período anterior y un conjunto de transicio-
nes temáticas generadoras de discrepancias teóricas y metodológicas de
gran centralidad política en el período.
El capítulo 2, denominado “Las clases sociales en la investigación so-
cial de la Argentina (2003-2014)” fue realizado por Gabriela Benza, Ro-
dolfo Iuliano, Sonia Álvarez Legizamón y Jerónimo Pinedo. Los autores
organizan la presentación de acuerdo a la tradicional forma de descripción
de la estructura social a partir de clases altas, medias y populares. Dan
cuenta de una pluralidad de enfoques conceptuales y muestran cómo se
expresa un renovado interés sobre el análisis de las clases en los últimos
años. Más allá de la persistencia de los abordajes cualitativos como pre-
ponderantes, abordan la novedad del resurgimiento de temáticas clásicas
de movilidad social y estructura de clases desde perspectivas macrosociales
y con estrategias metodológicas cuantitativas.
Se podrán observar disparidades en el volumen de la producción y en
la disponibilidad de datos estadísticos, tanto se trate de los distintos secto-
res sociales como de las regiones del territorio nacional. Así, como las esta-
dísticas, también los investigadores sociales han privilegiado poner el foco
sobre la parte baja o media de la estructura de clases, haciendo menos visi-
bles a quienes concentran la riqueza y el poder en el país.
INTRODUCCIÓN 47
Bibliografía