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0. Introducción 3
Clasificación de plaguicidas 4
Es el caso de aquéllos trabajadores que por su puesto tienen que manejar plaguicidas, también
denominados fitosanitarios. Sobre todo, en el sector agropecuario donde son agentes químicos de
uso muy extendido.
Se han utilizado numerosos agentes plaguicidas, algunos de ellos nada específicos, que afectaban
gravemente a la salud de los trabajadores que tenían que manipularlos a diario, con diferentes
efectos tóxicos muy graves.
Esto ha hecho que se regulen de forma más exhaustiva la comercialización y utilización de los
plaguicidas en las actividades agropecuarias, donde son muy frecuentes y necesarios.
Debido a su efecto a nivel biológico, generalmente sobre el sistema nervioso, el empleo de estos
compuestos y sus formulaciones conlleva riesgos para el hombre, y para el medio ambiente.
Por ello, las dosis empleadas de plaguicidas deben controlarse cuidadosamente, la tendencia es a la
formulación específica de cantidades mínimas con efectos potentes y localizados, para impedir que
se contaminen las aguas superficiales y/o subterráneas, se dañe a otros animales, y/o al operario que
los manipula. Con ayuda de la evolución de la tecnología de laboratorio se conseguirá proteger los
ecosistemas y a los trabajadores.
Favorecer o regular la producción vegetal, con excepción de los nutrientes y los destinados a la
enmienda de suelos.
Conservar los productos vegetales, incluida la protección de las maderas.
Destruir los vegetales indeseables.
Destruir parte de los vegetales o prevenir un crecimiento indeseable de los mismos.
Clasificación de plaguicidas
Los plaguicidas como cualquier agente químico se clasifican en función de su toxicidad:
En algunas de las ocasiones, los efectos de los plaguicidas se presentan combinados, de tal forma
que se pueden afectar por ser corrosivos y peligrosos para el medio ambiente, o ser teratogénicos y
muy tóxicos. Por lo que hay que analizar de forma exhaustiva su composición.
Con la evolución de la composición química y del estudio de los agentes contaminantes, algunos de
los más peligrosos se han desechado por formulaciones mucho menos agresivas, pero igual de
efectivas como agente controlador de plagas.
Por la especial peligrosidad de estos agentes plaguicidas es muy importante conocer la normativa y
regulaciones sobre su utilización para minimizar los riesgos para la salud por su uso.
Pero por ser agentes químicos peligrosos, están sometidos también a la regulación sobre el
envasado, etiquetado y almacenamiento de agentes químicos, y además el uso de plaguicidas está
regulado por su propia legislación específica:
Al ser normativa muy específica y compleja, se aporta un documento de consulta sobre la Legislación
sobre productos fitosanitarios publicado por el INSST:
Ingrediente o
principio
activo
Coadyuvant
es
Vehículo
Tipos de formulaciones
En función de la naturaleza del vehículo que soporta al producto, existen preparados para su
aplicación en forma sólida, gaseosa o líquida, siendo esta última la más habitual.
El tipo de formulación a emplear puede afectar de manera muy importante a los resultados obtenidos.
Siempre que sea posible, deben realizarse pruebas a pequeña escala de la eficacia del plaguicida,
antes de adquirir grandes cantidades del mismo y de liberarlo en el medio.
De forma general, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones para la elección de una
formulación de plaguicida determinada:
Cada vez adquieren más relevancia los dos últimos factores, para mejorar los plaguicidas sin
perjudicar a la salud de los trabajadores que los manipulan, y para no provocar un efecto negativo
sobre el medio ambiente.
La transmisión del contenido genético, por reproducción de estos individuos resistentes, da como
resultado que para una misma dosis de plaguicida disminuya la mortalidad de la población expuesta.
Se reduce de este modo la eficacia de la aplicación, de un modo análogo al que las bacterias
desarrollan resistencia a los antibióticos.
“Desarrollo de la habilidad de tolerar dosis de tóxicos, las cuales resultarían letales a la mayoría de
los individuos de una población normal de la misma especie” (Organización Mundial de la Salud,
OMS).
La aplicación continua de un mismo plaguicida sobre una zona generará una resistencia cada vez
mayor debido a los siguientes mecanismos de resistencia de los organismos:
Por tanto, para abordar el estudio de cualquier exposición a plaguicidas sobre el organismo que se
quiere eliminar o controlar para reducir su presencia, tenemos que abordar un estudio biológico de
dicha especie para poder prever posibles mecanismos de resistencia con el tiempo a plaguicidas.
El que aparezca antes o después dependerá exclusivamente del uso racional que se realice de los
mismos.
USAR LA DOSIS MÍNIMA Idealmente, lo mejor sería comenzar aplicando la menor dosis
EFECTIVA recomendada. Así, si comienzan a evidenciarse fallos en el control
de la plaga podrá optarse por emplear dosis más altas.
Una vez que se deja de obtener efectividad con la dosis máxima no
debe continuar elevándose la dosis, sino que se debería sustituir el
plaguicida por otro no relacionado toxicológicamente.
Cuando se dispone del plaguicida más adecuado para controlar una
plaga, lo usual es aplicarlo hasta que ya no sea tan efectivo.
Normalmente existen opciones de menor efectividad que también
USAR MEJORES suponen un menor costo, por lo que puede ser conveniente emplear
OPCIONES SÓLO EN estos plaguicidas cuando los niveles poblacionales no sean tan
SITUACIONES críticos y dejar el de mayor efectividad para cuando la situación sea
CRÍTICAS realmente crítica.
Si el plaguicida más eficaz se aplica de forma permanente desde el
inicio, se corre el riesgo de que cuando la plaga desarrolle
resistencia se pierda la única herramienta de control que funciona en
condiciones críticas.
Se debe racionalizar y hacer un programa de estudio para la aplicación de dichos agentes químicos
por los elevados riesgos que presentan como hemos visto anteriormente.
Efectos fisiológicos de
los plaguicidas en el
hombre
Para que los plaguicidas causen algún tipo de patología, obviamente antes tienen que penetrar en el
cuerpo humano. Las principales vías de entrada son:
Principales vías de
contaminación por
plaguicidas
Figura 3: Vías de entrada de los plaguicidas en el cuerpo humano. (Fuente: Elaboración propia, 2018).
Una vez han penetrado en nuestro organismo los plaguicidas pueden tener los siguientes efectos:
En todos los casos los plaguicidas generan efectos negativos sobre la salud humana porque son
agentes químicos formulados para afectar la biología de las células, y por tanto, generarán afecciones
que pueden ser desde leves a provocar incluso la muerte.
Las patologías más graves pueden darse en operarios o aplicadores directos, debido a la exposición
continuada que sufren las personas que se dedican a la fabricación, manejo y aplicación de
plaguicidas, por un tiempo de exposición muy elevado y en la mayoría de los casos, acumulativos.
Es decir, la dosis del plaguicida puede ser mínima pero una exposición diaria laboral durante las ocho
horas de jornada, puede dar lugar a un efecto acumulativo, que a la larga genere una enfermedad
profesional por exposición a dicho agente químico.
Pero siempre desde el punto de vista de la afección de los trabajadores que manipulen dichos
agentes químicos. Llegados a este punto del análisis se debe determinar siempre número de
trabajadores expuestos, condiciones de sensibilidad especial, estado de salud, etc. que nos permita
hacer un análisis completo de su exposición al plaguicida.
Para realizar la evaluación de su toxicidad se emplean una serie de parámetros que miden su
capacidad de alterar a los seres vivos afectados, que se diferencian en:
La toxicidad aguda, que causa intoxicaciones y accidentes de trabajo, aunque el tiempo de
exposición sea breve.
Frente a la toxicidad crónica, que genera enfermedades derivadas del trabajo por una exposición
prolongada y acumulativa a dichos agentes plaguicidas.
Generalmente se tiene en cuenta para que los niveles de plaguicidas presentes en alimentos no
provoquen daños en el consumidor, porque se han comprobado casos de afecciones por falta de
control:
Los tres últimos parámetros se originan a partir de una serie de evaluaciones llevadas a cabo por una
comisión mixta de la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación) y la OMS
(Organización Mundial de la Salud) para el estudio de residuos de plaguicidas en alimentos.
El control biológico es la medida y valoración de los contaminantes del lugar de trabajo o de sus
metabolitos en una muestra biológica, para evaluar la exposición y el riesgo para la salud del
trabajador comparando con unos valores de referencia adecuados.
Son técnicas complementarias a los análisis ambientales de exposición a plaguicidas, pero como se
ha comprobado la vía principal de entrada al organismo es la dérmica por lo que se debe estudiar en
muestras biológicas cómo afectan dichos agentes químicos.
Esta técnica está mucho más relacionada con la Higiene Industrial que con la Medicina del Trabajo,
ya que sus resultados informan sobre la exposición y/o el riesgo para la salud del trabajador por un
agente extraño al organismo (xenobiótico), como es propio de la Higiene, y esta información, salvo en
casos muy concretos, no se puede interpretar intrínsecamente en términos de salud o enfermedad.
Debe aclararse que no tiene relación alguna con el análisis de muestras para la evaluación de riesgos
por la presencia de agentes biológicos en el lugar de trabajo, actividad con la que frecuentemente se
la confunde debido a la similitud terminológica.
Los VLB son aplicables para exposiciones profesionales de ocho horas diarias durante cinco días a la
semana.
Representan los niveles más probables de los indicadores biológicos en trabajadores sanos
sometidos a una exposición global a agentes químicos equivalente, en términos de dosis absorbida, a
una exposición exclusivamente por inhalación del orden del VLAED.
Debe tenerse siempre presente que un VLB no constituye una distinción definida entre las
exposiciones de riesgo o no riesgo, no representa una "frontera de riesgo".
De todos modos, incluso en el caso de una superación de carácter puntual, debe ponerse en marcha
una investigación con el objetivo de encontrar una explicación plausible para esa circunstancia.
Entretanto se alcanza una conclusión al respecto, se deberían adoptar medidas para reducir la
exposición del trabajador afectado.
Se debe aplicar siempre el principio de cautela y precaución antes de liberar al medio y de exponer a
los trabajadores, a un agente químico que puede ser perjudicial, y para ello tenemos que ayudarnos
de investigaciones científicas sobre las nuevas formulaciones.
El siguiente cuadro recoge los principales indicadores y medios empleados para el control biológico
de plaguicidas:
La clave para un uso seguro de plaguicidas es reducir al mínimo las posibilidades de una exposición
a los mismos, para lo cual deberá extremarse el cuidado a la hora de manejarlos, particularmente en
el momento de su formulación y durante su aplicación.
Todos los plaguicidas son tóxicos para el ser humano en mayor o menor medida, si bien las dosis
tóxicas para el mismo son generalmente mucho más elevadas que aquellas empleadas para eliminar
las plagas.
Se enumeran a continuación una serie de recomendaciones generales a modo de guía sobre la cual
basar el uso seguro y responsable de plaguicidas:
Las medidas más eficaces para la protección de los trabajadores son siempre acudir a medios de
protección colectiva, pero en muchos de los casos, para la aplicación de agentes plaguicidas hay que
recurrir a protección individualizada de los operarios.
En el caso de operarios que manejan plaguicidas, lo más importante es que reciban formación e
información suficiente sobre los riesgos a los que están expuestos por su utilización. Porque además
conocen perfectamente el proceso y estando informados, pueden indicar medidas de protección más
efectivas para sí mismos y para el puesto de aplicador de plaguicida en general.
Por último y no menos importante, se debe hacer una vigilancia de la salud de los aplicadores de
plaguicidas exhaustiva, se les debe ofrecer siempre a los trabajadores e informarles de los beneficios
de pasar dichos reconocimientos médicos específicos para determinar posibles señales de efectos
acumulativos, etc.
En caso de no ser posible ayuda médica urgente, se muestran a continuación una serie de medidas
generales de primeros auxilios que se pueden tomar antes de obtener tratamiento médico, pero que
de ningún modo deben sustituir a éste último:
Como medidas de primeros auxilios más específicas podemos citar las siguientes:
ACGIH. TLVs. Threshold Limit values and Biological Exposure Indices for 2001. American
Conference of Governmental Industrial Hygienists, Cincinnati, Oh, USA, 2001.
ACGIH Documentation of the Biological Exposure Indices (BEI)-7th edition. Cincinnati, Ohio.
B.O.E. 24 enero 1984. Real Decreto 30 noviembre 1983, núm. 3349/83 (Presidencia)
PRODUCTOS QUÍMICOS, Reglamentación Técnico-Sanitaria para fabricación, comercialización
y utilización de pesticidas
DFG (Deustch Forschungsgemeinschaft)-"List of MAK and BAT Values" 2003. Report 39-
Wiley-VCH. Alemania.
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INSST. AIP Control biológico. Guía de valores límite biológicos, muestreo, análisis y
evaluación. INSST. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2002.
INSST Límites de exposición profesional para Agentes Químicos en España. 2004 Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales.
INSST. Límites de exposición profesional para Agentes Químicos en España 2001-2002. INSST.
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid, 2001. (Ver sucesivas actualizaciones en
www.mtas.es/insht/practice/vlas.htm#vlb).
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Edted. By Chambers, J.E., Levi, P.E. Accademic Press, San Diego, 1992.
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WHITAKE, J. Plasma colinesterase variants and the anacthetist Anaesthesia, Vol. 35, 1980
WORKING, P. K. Reproductive toxicology In: Patty's Industrial Hygiene and Toxicology, Third
Edition, Vol. 3, Part B, 193-230, 1995
NTP 660: Control biológico de trabajadores expuestos a plaguicidas (I): aspectos generales
NTP 661: Control biológico de trabajadores expuestos a plaguicidas (II): técnicas específicas
Normativa específica:
Directiva 2009/128/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octubre de 2009, por la
que se establece el marco de la actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de los
plaguicidas.
Real Decreto 2163/1994 de 4.11. (M. Presid. BOE 18.11.94) Implanta el sistema armonizado
comunitario de autorización para comercializar y utilizar productos fitosanitarios.
Real Decreto 374/2001 de 6.4. (M. Presid., 131300E 1.5, rect. 30.5. y 22.6.2001). Protección de la
salud y seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con los agentes
químicos durante el trabajo.
Real Decreto 1054/2002 de 11.10. (M. Presid. BOE 15.10.2002) Regula el proceso de evaluación
para el registro, autorización y comercialización de biocidas.
Real Decreto 255/2003 de 28.2 (M. Presid. BOE 4. 3.2003). Reglamento sobre clasificación,
envasado y etiquetado de preparados peligrosos.
Real Decreto 39/1997 de 17.1. (M. Trabajo y A. Soc., B.O.E. 31.1.1997). Reglamento de los
servicios de prevención. Art. 37.3.c.
Real Decreto 665/1997 de 12.5. (M. Presid., B.O.E. 24.5.1997). Protección de los trabajadores
contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo.
Anexo II. 2.3.
Web relacionadas:
http://www.magrama.gob.es/es/agricultura/temas/sanidad-vegetal/productos-
fitosanitarios/fitos.asp
http://ec.europa.eu/food/plant/pesticides/index_en.htm
http://www.insht.es/portal/site/Insht/