Está en la página 1de 12
138'¢ Mares Bernard 1 Trabajo Psicoanaitico en los Pequeos Gripes El psicoandlisis de las configuraciones vinculares Psicoandlisis y vineulo 1 intends de las ciencias del hombce por establecer la relacién entre el individuo y sus vinculos significativas (la sociedad en su conjunto, 1os grupos de pertenencia y referencia y la familia, entre otros) no es nuevo. Una rama de la psicologia, la psicologia social, se aboca al estudio de esta articulacién, el Uesarrolio del psicoanalisis, en ef transcurso de este siglo, ha afadido un capitulo, por certo importante, a estas investigaciones. Aun cuando esta dlisciplina se defina centrada en et develamiento de 1a “significacion de las palabras, actos, producciones imaginarias (..) de un individuo’. (Laplanche, J- ¥ Pontalis, J.B, 1967). Los trabajos de Freud como Psicologia de las masas y Anilists del yo (1921) son una extensién de la teoria psicoanalitica en un campo que no es el especifico, una aplicacién del método fuera de sus fronteras naturales. Es mi intenciin, a través de estas lineas, plantear algunos interrogantes que surgen de} intento de utilizar el método psicoanalitico para el estudio, no ya del individuo o aun del individuo en situacion, sino del mismo contexto vincular en el que éste emerge, se desarrolla y apuntala. Qué sucede entonces con los conceptos mayores de identificacién, fantasia o transferencia, para mencionar algunos de los puntales teéricos de! método psicoanalitico? ¢Qué extension se puede hacer legitimamente de ellos, sin caer en tuna extrapolacion? Se ha escrito bastante sobre el psicoanalisis de las configuraciones vinculares: esta dlisciplina ha satido ya del taller de creacién y esté en los campos de prueba. ‘Aparece como necesaria una reflexin sobre sus pilares fundacionales. “ter Mao "EF troy pscounalitce cou peguesos grupos” Buenos Aires, Lugar: 2008 pp 133- "Trabajo presentado en las Primeras Jomadas Naconates de a Federackin Argentina de Padcnandlisis de bas Configutaciones Vinculares. Mendoza. 21 al 33 de mayo de 1%. 134 © Marcos Bernard El Trabajo Psicoanalitico en los Pequertos Grupos El impacto del conjunto Algo que ha Hamado siempre la atencién a quienes se dedicaron -nos dedicamos- al estudio de los conjuntos humanos, es esa sincronizacién de actitudes, ese afiatamiento de la conducta de aquellos incluidos en un vineulo, que hace pensar en un acuerdo, en el despliegue de algo preestablecido, eficaz para determinar a cada uno de los participantes, algunas veces aun en contra de su voluntad y muchas otras sin tenerla en cuenta, El ejército de Holoferes, disolvi¢ndose en el momento de la muerte de su comandante, estudiado por Freud, y los supuestos basicos de Bion, son un ejemplo paradigmatico de esos fenomenos. Es inevitable tal vez, en estos casos, hacernos la idea de un principio organizador que actia mas alli de las determinaciones individuales. Se plantea entonces un primer problema: considerada la existencia de tal principio orgartizador {qué estatuto otorgarle? En especial, partiendo de categorias psicoanaliticas gqué entenderemos, desde esta perspectiva, como determinaciones individuales? El mismo concepto de individuo debe ser interrogado, tironeado como aparece entre sus determinaciones egoistas', y otras que no son siempre reconocidas como propias por quien las porta. ¥ si no fueran propias, gde dénde provienen? {Del otro, que podria tampoco reconocerlas como de su autoria? {Del conjunto? Una vez mas surge el problema de cémo definir, qué cualidades atribuirle a este conjunto, supuesto generador de tales efectos. Lo que impacta al observador, la imagen de un mas-alli-del-sujeto que lo determina, puede Megar a transformarse en una explicacién: atribuir lo observable al efecto de una mentalidad vincular, sea ésta grupal, familiar, social, ete. es escamotear lo que debemos explicar, dindole precisamente el carécter de causalidad suficiente? Definamos e! punto més precisamente, en términos psicoanaliticos: qué es lo que hhace que el objeto asuma los contenidos de los que le hace depositario el sujeto, lo que transforma a ambos, si el proceso es reciproco, en un conjunto que se retroalimenta, Algunos autores? han atribuido este efecto a la utilizacién, por parte del sujeto, de mecanismos de identificacion proyectiva masivas. Este concepto psicoanalitico, sin embargo, no ha sido elaborado para dar cuenta de estos observables, sino de * Utilize este término en ef sentido que le da A. Lalande (1962): “(...) Tendencia natural a defenderse, a mantenerse y a desarrollarse”. > Esta es la linea que se desprende de las hipétesis de Bidn_y que tanto ha influido ene} movimiento grupalista psicoanalitico argentina. * Bleger (1967) por ejemplo, en sus trabajos sobre la simbiosis clinica. paren can reer 135 © Marcos Bernard EI Trabajo Psicoanalitico en los Pequeiies Grupos determinados estados intrapsiquicos; su aplicacién en un contexto multipersonal fuerza su sentido, Lo mismo podriamos decir de la transferencia, en sus distintas variables: neurdtica, psicética, etc: en todos los casos remite a la vivencia del sujeto frente a su objeto, no al poder real que pueda desplegar frente a éste. Clasificacién de los vinculos Consideraré otro aspecto de esta cuestidn: el referido a la diversidad en los tipos de vinculos. Queda claro que las caracteristicas de un pequefio grupo humano son diversas a las de una institucién © una familia. Esta variacién ha Hlevado a su abordaje Particularizado y a la creacién de especialidades profesionales destinadas 2 su estudio y eventual tratamiento. A primera vista, los distintos tipos de vinculo s6lo tendrian en comin el hecho de enfrentarse el analista con un objeto de estudio multipersonal. Desde lo manifiesto, esta diversidad seguramente se impone. D. Anzieu (1981) nos permite abrir el abordaje de esta cuestion. Los grupos, nos dice (y esto puede aplicarse, a mi juicio, a todo vinculo) estén provistos de una envoltura de doble superficie: una externa, adaptativa, que mira hacia el entorno det grupo, y otra interna que sirve de pantalla para la proyeccién y soporte de! ’ imaginario de sus integrantes, Cuando un conjunto humano se constituye, surgen, entre sus integrantes, normas y roles, se establece una historia, tradiciones, mitos. Todo esto esti destinado a sostener y cumpli la tarea manifiesta que dicho conjunto se ha propuesto, y que constituye su motivo y sentido racional. Al mismo tiempo, esta estructura formal es utilizada por los miembros de la agrupacién como pantalla para el juego de proyecciones e introyecciones propia del inconsciente de cada uno, movilizado por la situacién vivida y por el acerbo de experiencias que cada cual aporta‘, Anzieu habla aqui de endoltura porque esta estructura de normas y roles marca un limite preciso al conjunto: un niosofres, que las comparte y un los otras, que no lo hace. Desde lo manifiesto, las semejanzas y diferencias entre los vinculos (pareja, grupo, etc.) son evidentes, y estin marcadas Por las caracteristicas de la tarea que se proponen resolver. Desde el imaginario {que canalizan, la situacién es mas compleja. “Me he referido a este proceso en mis trabajos sobre la correlackin entre la estructura de roles de un ‘grupo y el despliegiue det insconsciente de sus integrantes (Bernard M..1979, 1980), 136 ¢ Marcos Bernard 1 Trabajo Psiconnalitico en los Pequetios Grupos Los origenes del vineulo 2, 1993) mi punto de vista sobre He desarrotlado en otro lugar (Bernard, My 199% i Haré aqui una sintesis de esas la genesis det vinculo, ligada a la del psiquismo, reflexiones, aplicables al tema que nos convocs. Es inevitable que un intento de conceptualizacién sobre la fantasia inconsciente (tomada como contenido del psiquismo, especialmente del inconsciente) impong> la consideracién de una hipstesis acerca de su origen. Esto ¢s necesario, para dar cuenta de los mecanismos tanto de regresion como de progresién que se observan en la clinica, mas atin trabajando en un contexto psicoanalitico vincular. Podemos situar ese origen en los momentos que suceden al nacimiento, tomando éste no como un acontecimiento puntual, sino como un proceso que avanza con la maduracién del infans. Antes del nacimiento, la madre es un complemento bioligico del niio, que no tiene percepciin de ella. Esta unién es la que se rompe en el nacimiento. La simbiosis biolégica cederé su lugar a la psicoldgica: Ia prematuracién del recién nacido, factor decisive determinante de Jas caracteristicas que asumira su desarrollo futuro, necesita de este protovinculo, en el que tendrin lugar las vicisitudes del nacimiento psicolégico. La membrana -la piel que envolvia al nonato ha sido reemplazada por una nueva: la del vinculo simbidtico con la madre, La sobrevida del nifio sélo es posible dentro de la unidad dual establecida con ella (0 su sustituto). El nuevo vinculo simbistico restablece, en ese primer y fugaz momento, la primitiva fusion. Existe, a diferencia de la etapa de simbiosis bioldgica, un registro, por parte del nifio, de esos primeros momentos, que corresponde al que P. Aulagnier describiera como pictograma: $i, de acuerdo con et modelo tebrico que intento exponer, denominamos a esta representacion grupo interno, encontraremos que un solo elemento (pecho fusionado a la‘boca del nifio) contiene lo que, desde un observador externo, es una relacién de dos. Podemos pensar que este momento no puede no puede durar mucho: la escansién producida por la secuencia de presencias-ausencias de la madre, introduciré un elemento de discriminacién, que aparecera como tna efraccign en la piel del vinculo. Este momento se corresponde con cambios profundos en el registro del nifio: ce 1 Trabajo Psicoanaitico en los Pequeiios Grupos funcién nutricia a partir de un surge Ia sexualidad, que se separa de la aneaes 1) hacia el pecho, ahora objeto desplazamiento del objeto leche (nutricio més sexual sexual. «La pulsién sexual da lugar a la emergencia del autoerotismo, con Ia sluctnactba: eptitica del pecher que podemon poner ent lbigar mica Ta primera fantasia El registro intrapsiquico, coincidente con el comienzo de un aparato psiquico que lo contiene, implica entonces un primer bosquejo de diferencia adentro-afuera. Todos estos surgimientos son simultineos. En la estructura de esta primera fantasia encontraremos la marca de un doble apuntalamiento: en et cuerpo del nifio (la sexualidad se apuntala sobre la autoconservacién) y en el grupo (a través de su portavoz, la madre) (Kaes, R., 1984). Eneste primer bosquejo de vinculo, y su correspondiente registro intrapsiquico. antecesor de los que vendrin @ posteriori, encontramos ya la doble superficie que describiera Anzieu: la relacién con la madre tiene una vertiente adaptativa obvia, impuesta por la indefensién del lactante. Esto organiza al vinculo alrededor de las ‘operaciones de cuidado (y aprendizaje) que son necesarias para la crianza del nifio. Apuntalado sobre esta estructura de relacién se genera el correlato sexual, que da origen a la actividad psiquica més primitiva, la fantasia, en este caso, la 3 alucinacién optativa, Pensamiento y fantasia se crean juntos, separados por la represién primaria y con funciones bien diferenciadas: el proceso secundario tenderé a la incorporacién del sujeto a su mundo, al manejo de aquellas operaciones que tiendan a su insercién en las leyes de la economia y la historia. La fantasia, en cambio, permanecera como un permanente intento de retorno a las fuentes, mis 0 menos complejo en sus recursos y estructura. El apuntalamiento reciproco hace que ambas vertientes del psiquismo aparezcan como las caras opuestas de una misma hoja de papel, cada una de ellas, sin embargo, con funciones diferenciadas. Las categorias fundantes Si hiciéramos un diagrama de este momento del vinculo intrapsiquico, veriamos que, a diferencia del pictograma, se reflejan aqui los bosquejos de un adentro, que a su vez determina un afuera, en el que esti implicito un ahora, que remite a un antes, y que plantea la problematica de lo mismo y lo otro. Aclaro qué quiero decir con esto: el pictograma no mostraba sefiales de una brecha entre sujeto y objeto. Una sola marca abarcaba un vinculo dual. Ahora, en cambio, el 138 © Marcos Bernard hecho de que exista una representacién psiquica interna da cuenta de un intento, por parte del infans, de negar una realidad que queda definida como externa a a, la de la alteridad de! objeto madre. La diferencia adentro-afuera, paradéjicamente, queda establecida en el momento en que se la niega. La fantasia es aqui un intento de volver a un tiempo en que la necesidad de un objeto (ahora exterior) no existia. Este objeto, en tanto impone su extraiidad, se define a si mismo como otro respecto del infans. Estas categorias serin encontradas posteriormente en todo vinculo humano, conformando la esencia de su estructura. El encadenamiento de fantasias En este primer momento, mitico, de formacién del psiquismo, las categorias adentro-afuera, antes-después y lo mismo-lo otro, son una experiencia, una vivencia del infans, y al mismo tiempo una forma organizativa que modela su naciente relacién con el mundo, lo ubica frente al otro, plantea la problematica mis esencial de todo vinculo. Es una experiencia, y, mas atin, es la estructura de una experiencia. Las relaciones futuras del infins con su entorno podrin enriquecerse y diversificarse, pero estas categorias permanecen con su caricter organizador. Las relaciones con el afuera serin complejas, pero se ubican necesariamente en el contexto de un adentro-afuera; la historia del infans progresa, pero respetando siempre la problemética antes-después, y la discriminacién creciente trabaja en las categorias de lo mismo-lo otro. En el comienzo, entonces, vivencia y estructura de esta vivencia se generan reciprocamente. De ahi en més, la vivencia se encuentra con la estructura que la modela, la ordena, la organiza. Las vivencias pueden variar considerablemente de tun sujeto a otro, y van diferenciindolo en el proceso de subjetivacién. La estructura bisica de su mundo de fantasias (prefiero utilizar esta formula para referirme a lo que Freud denominé fantasias originarias) es comin a todo ser humano y determina en lo esencial la ubicacién del propio cuerpo respecto del de los otros. El defecto de esta estructura arroja al sujeto a la soledad de la psicosis. Si bien hemos puesto el acento en la relacién dididica entre el nifio y la madre, la estructura de la fantasia es basicamente triangular. Cuando enumeré las categorias fundantes, encontramos en todos los casos un par de opuestos (adentro-afuera, por ejemplo) separados por un guidn. Este guidn es el que marca una distancia entre ambos términos, y sera el lugar al que advendrd la figura del EI Trabajo Psicoanalitico en los Pequerios Grupos 139 © Marcos Bernard El Trabajo Psicoanalitico en los Pequeiios Grupos padre. Esta estructura de fantasia precede y conduce a la estructura edipica, ya manifiestamente triangular. Toda fantasia presenta una doble polaridad: la narcisista, en tanto su lugar y funcién es negar y reemplazar un vinculo exterior por uno dentro del sujeto, y tuna objetal, en tanto figura en el adentro una realidad vincular. Diciéndolo de otra manera, la funcién de la fantasia es reemplazar ef vinculo perdido con la madre en et nacimiento, cerrar la brecha que se abriera entonces, y por otra parte producir un instrumento de reconocimiento de la aventura vincular, un acerbo de experiencias acumuladas que permitiré encarar los futuros vinculos con eficacia, La mayor complejidad fantasmatica adecia al psiquismo a la adaptacién; el polo narcisista tiende en cambio a mantener las formas més basicas, y aun a abolirias. En lineas generales y si no aparecen elementos perturbadores, el sentido del desarrollo es desde la menor a la mayor complejidad. Las formas simples se van incluyendo en formas mas complejas que las superan dialécticamente, sin Hegar nunca a hacerlas desaparecer. Las teorias sexuales infantiles incluyen, en la diferencia sexual, el nacimiento de los nifios, etc, la problematica inaugurada por las posiciones antes-después (del nacimiento), adentro-afuera (de la madre), lo mismo-lo otro (sexos diferentes, como antes el nifio se diferencié de la madre). En un futuro serdn la infraestructura de una relacién de pareja, de una familia, se elaboraran en un contexto grupal. Una pareja, por ejemplo, establecera un ‘ espacio de intimidad -un adentro- que excluiré -un afuera- otras alternativas sexuales. El ideal de fidelidad con el que se normatiza este espacio, esta expresado en términos genitales, pero puede reconocerse en él la marca de la mas primitiva categoria, del que desciende. La regresi6n, la progresién El hecho de que niveles de fantasia primitivos se incluyan en otros mis evolucionados, permite el complejo juego de progresiones y regresiones que se producen en un contexto vincular. Habiamos dicho que el acerbo de fantasias es tun instrument de reconocimiento de la realidad (recordemos que esto constituye la base de los fenémenos transferenciales, en su funcidn, especialmente, de “experiencia” -Lagache, D., 1951). En ocasién del enfrentamiento con un nuevo vinculo, la situacién de desconocimiento y desestructuracién que se desencadena, retrotrae al sujeto a sus mis primitivas experiencias. Esta regresién es inevitable y forma parte de las vicisitudes de la historia de toda nueva relacién. (Recordemos * 140 * Marcos Bernard EI Trabajo Psicoanalitico en los Pequetios Grupos que Bion habia definido a los grupos como constituidos por sujetos con un idéntico grado de regresion). En los sujetos incluidos en el contexto vincular se reactivan las fantasias Propias de las primeras etapas de la vida, ya que todo comienzo vincular pone en juego nuevamente las problematicas comprendidas en las categorias adentro- afuera, antes-después, mismo-otro. La regresion es parcial, sin embargo: se mantienen capacidades yoicas propias de los periodos mas evolucionados. Podemos decir que este momento regresivo se produce predominantemente a nivel de la capa interna de la piel del vinculo, es decir, en el campo de lo imaginario, aunque no deja de producir efectos en los procesos adaptativos. Todo proceso de aprendizaje tiene como base, no solo una ejercitacion de habilidades Pertinentes a la tarea hacia la que se dirige el entrenamiento, sino, ademas, una resolucién y elaboracion de estos momentos de regresién y progresién a nivel inconsciente. Un momento de regresién, de desestructuracién psiquica, es inevitable. Todo aprendizaje, ademas, implica un vinculo con aquello que se va aprehender; el reconocimiento de una carencia, un pasaje de afuera-adentro. La insercién en un vinculo implica, desde lo manifiesto, modalidades diferentes, seguin las caracteristicas de cada situacién. Desde la vivencia inconsciente, la problematica movilizada es la misma. He descrito en otro trabajo (Bernard, M., 1991) los mecanismos actuantes en un vinculo de pareja, en el momento del enamoramiento, y sus equivalencias con el estado de ilusion grupa! descrito por Anzieu. En ambos casos, el sentimiento de elacion es producto de una fantasia de fusion (borramiento del limite afuera-adentro) El vinculo humano, desde lo imaginario, es un intento insuficiente de colmar la falta, la brecha que funda al sujeto. Las vicisitudes de este acontecimiento liminar constituyen el niicleo iiltimo de todo conflicto inconsciente. Desde otro punto de vista, todo vinculo implica un pacto denegativo (Kaés, R. 1989) entre sus integrantes frente a esta falta. El apuntalamiento psiquico grupal y el ensamblaje de los conjuntos El proceso de complejizacién de la fantasia es correlativo con el de subjetivacion del ser humano. En los momentos de fantasia mis primitivas predomina en el psiquismo Ja identidad de percepcidn, es decir, la representacién no puede ser separada de su referente externo. La imagen de la madre debe apuntalarse, en ese momento, en la presencia concreta de la madre. Este fenémeno, base de la simbiosis infantil fisiolégica y de la adulta patologica, tiende 141 ¢ Marcos Bernard EI Trabajo Psicoanalitico en los Pequeties Grupos del todo, en el transcurso del desarrollo det resentaciones psiquicas se autonomizan de ia identidad de pensamiento. El sujeto to de su identidad que a disminuir, sin desaparecer nunca psiquismo, en la medida en que las rep’ sus referentes exteriores, estableciéndose |. necesitard siempre de un vinculo, para apuntalar este res permanece ligado a los referentes concretos. La identidad personal esti sustentada, en este nivel, en fantasias inconscientes cen las que el sujeto ocupa un lugar mas 0 menos determinado. El nivel de identidad de percepcién de estas fantasias obliga a su apuntalamiento en la sustancia real de los vinculos concretos.> ‘Asi, esta fantasia, en la que el sujeto se reconoce, se “derrama” en una escens que incluye a sus interlocutores. Estamos en un momento de dramatica, facilitado por las caracteristicas de las fantasias inconscientes que son su sustento: Feeordemos que Laplanche y Pontalis subrayaron su esencia como gwiones escénicos. El sujeto va al vinculo, entre otras cosas, porque lo necesita para ser; Pars apoyar su identidad, para negar su irremediable soledad. A través de accede a fermar parte de un cuerpo nuevamente recuperado (el propiowal de la madre) y sutura ea herida, Esta funcién del vinculo, esencial como es para la economia psiquica, sélo puede aleancarse si eo los otros integran ta dramatizacion que el sujeto propone. El rechazo, la indiferencia del/de los otro/s al guién puesto en acto, retrotrae al sujeto al punto inicial del proceso, enfrentindolo nuevamente con su angustia de desamparo. Las esperanzas parecen ser remotas en lo que hace a este acuerdo, y, sin embargo, el alcanzarlo es algo casi automitico. Veamos cual es el mecanismo. Por diverso que sea el caudal de experiencia de los aspirantes a integrar el vineulo, la regresién inicial los ha colocado en una situacién en que las problematicas son concluyentes. Las posiciones bisicas en lo que hace al cuerpo Fal otro, afuera-adentro, antes-después, lo mismo-lo otro, se ponen en juego y ficilmente entran en resonancias complementarias 0 contradictorias, en las que es posible encontrar una ubicacién. Cada uno de los aspirantes al vineulo puede contar con que los otros también necesitan entrar en la “negociacién” que les permita acceder a una dramatica compartida, en la que cada uno pueda apuntalar Eh escena fantasmatica. Subrayo que lo compartido es la dramatica: la fantasia sigue siendo patrimonio de cada uno de los integrantes del vinculo. Lo que ee Me he ocapado de la relacién entre identidad personal y pertenencia al grupo en otros trabajos (wer el articulo pigs. 99-103 de este libro y Bemard, M. 1986b y 1957), 3 "142 + Marcos Bernard 1 Trabajo Psicoanalitico en los Pequetios Grupos comparien es ese juego de posiciones, esas categorias que constituyen al ser humano, en tanto son ubicadas en un vinculo, surgen de un vinculo y se instalan en un vinculo. La experiencia individual, subjetiva, corre a ubicarse, como por gravedad, a estos lugares, casilleros, en la que compartirin posiciones con los demés sin confundirse nunca del todo con ellos (aunque ilusoriamente el conjunto dé una sengacién de unidad total). El sentimiento de desamparo, en un contexto vincular, se transforma en angustia de no asignacién (Kaes, R. 1976), de no pertenecer, de no tener puntales para una identidad a veces desfalleciente. De aqui surge el poder de ciertas instituciones 0 vinculos, que cobran caro este suministro narcisista, y lo otorgan al precio de un sometimiento extremo de los que aspiran a él. La sensacién de complecién, el afiatamiento de la conducta de Jos integrantes de un vinculo surge entonces de esta integracion a estructuras draméticas, habitualmente cabalgadas -no sin conflicto- sobre la estructura de roles manifiesta del vinculo, ligada a la tarea que éste se ha propuesto. Los organizadores del vinculo Volvamos sobre algunas de las preguntas que se nos planteaban al principio. {Qué tienen los vinculos en comin? ,Qué tienen de distintivo? Aproximémonos al tema desde la propuesta de Anzieu de la doble faz de la piel grupal, y desde el concepto de organizador.* El aparato psiquico esté organizado grupalmente, y en esta organizacién intervienen factores especificos. Por una parte el juego de las categorias que hemos mencionado; por otra parte la experiencia, en la que la funcién materna es portavoz del grupo y de la cultura. Dos series de organizadores entran entonces «en juego: los provistos por las categorias que emergen de la posicién del cuerpo del infans respect del de los otros, en especial el de la madre, y los socioculturales, que aportan un contenido organizable que da sustancia a la forma precedente, einserta al sujeto en la cultura y la historia. Como motor del proceso, desde lo adaptativo, las necesidades vitales de supervivencia; y desde lo sexual, la fuerza siempre actuante del deseo. Como metaorganizador, es decir, como tendencia general del proceso, e] complejo de Edipo: una corriente que tiende ala simbolizacion y a la complejizacion de las estructuras vinculares. Podemos ee 2 ee Ee eamccpis fos acutado por'A. Misecnard y R. Kat especiaimente, quienes So tomaron de Lacan y R. Spitz. y estos a su vex de ls embriotogia 143 # Marcos Bernard E! Trabajo Psicoanalitico em los Pequetios Grupos afirmar que son éstos los organizadores de todo vinculo, cualquiera que sea su funcién y forma manifiesta. En toda actividad humana, el tiempo, los limites extemos y la identidad frente a lo diverso son elementos organizadores, y responden a la exigencia formal de las fantasias mas primitivas, las que fundan el psiquismo, Ellas estan alli vigentes, habitualmente en el momento de comienzo del vinculo, y siempre formando ese zécalo que permanece inconsciente, depositado en los encuadres, dispuestos a reanimarse y retomar el comando en los momentos criticos. Esta serie es, entonces, lo que todos los vinculos tienen en comin, lo que nos autoriza a hablar de un psicoandlisis de las configuracion es vinculares. En la diversidad, en lo que distingue a un grupo de una pareja, y a una pareja de otras, debemos tener en cuenta el interjuego de organizadores especificos: el complejo de Edipo, ya no slo come metaorganizador sino, ademas, como organizador en las estructuras familiares; fantasias pregenitales en los grupos, ete. y también organizadores socioculturales especificos para cada uno de estos vincules. No pienso hacer aqui un anilisis exhaustivo de estos organizadores, sino marcar lo que, a mi juicio, es el camino a seguir para el desarrollo tebrico de los distintos abordajes. Es evidente, también, la necesidad de un lenguaje comin, que ' contribuya a no dispersar Jas investigaciones que se hacen en cada campo especifico. Psicoanalisis de las configuraciones vinculares He mencionado la dificultad que surge del hecho de tener que utilizar conceptos apenados por la teoria psicoanalitica, aplicados @ un contexto tmultipersonal. El de transferencia, por ejemplo, da cuenta de lo que ocurre en un nivel intrapsiquico, es decir, dentro de cada uno de los participantes, en ocasion Ge la actividad vincular. Recordemos las dificultades que enfrentaron algunos Sutores -Ezriel (1952) por ejemplo- para aplicar el modelo de interpretacion de Strachey a un gropo: al no tener éste historia, parte de la interpretacién (la Telacién con el allé-y- entonces), no podia hacerse. La solucién encontrada por ste autor -no fue el tinico en recurrir a ella- fue tomar al grupo como una unidad capaz de producir transferencia. El sujeto, en este enfoque. desaparecia como tal En el caso de la fantasia inconsciente nos encontramos con el mismo inconveniente, aunque el razonamiento expuesto en el item 4 de estas paginas nos permitan pensar en una alternativa te6rica, 14d # Marcos Bernard El Trabajo Psicoanalitico en los Pequeiies Grupos No existe un psicoanilisis det grupo, de fa pareja, de la institucién. Si, de fos miembros de un grupo, de una familia, de una institucién. Lo patognoménico del poicoandlisis de las configuraciones vinculares no es el analisis del conjunto como: tal, sino de sus miembros ex tanto pertenecientes aél. FI grupo, los conjuntos humanos, cualesquiera que sean, no transfieren, no vivencian, no sienten, salvo en los niveles en que sus integrantes han alcanzado un nivel de integracién simbilico. Lo otto, tal vez lo mas esencial de los vinculos desde punto de vista psicoanalitico, nos remite a un espacio de ilusién: sélo puede accederse legitimamente al otro en la medida en que se ha podido renunciar a él. FI psicoandlisis sigue siendo individual (ya lo afirmaban Foulkes y Anthony (1957), que no dejaron por esto de utilizarlo para la comprensién de sus grupos). Su aplicacion? a las configuraciones vinculares es pertmente, en tanto se dirige a la relacion de cada uno con el conjunto, en presencia de! conjunto. Varian en este caso los fundamentos de la técnica, la forma de despliegue de la fantasia inconsciente, la forma de intervencién del analista, Unlizo aqui apticacién en el sentido que lo hace D. Anziew (1981, pag: 22): “La tarea, muy _svanzoda va del paicoanalists general consist'en elaborar la teoria del aparato psiquico (su génesi, funcronamiento y transformaciones) a parti de Ia tarea que los psicoanalistas (y Freud primero) Ihicieran y ain han de hacer valiendose de este método. La tarea det psicoanslisis aplicado es la de descubrir los efectos especificos del inconsciente en una esfera determinada y Ia de realizar Irasponiciones, que en este campo requiere especialmente del Método general, en funcion, por emplo, de ta naturaleza de los objetos analizados Chormales", neuréticos, narcisistas 0 casos Psiconomiticos: adultos, adolescentes 0 nifos; individuos, grupos o instituciones) o de la naturaleza del ubytivo que el trabojo psicoanalitico pretende akanzar (diagndtico, terapia, formaciin, Intervencion en un ambiente natural)

También podría gustarte