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El Dr. Zimbargo, quiso investigar cuán fuerte podía ser la influencia del
medio ambiente en que se desenvuelve una persona, así que contrató a
varios voluntarios para que hicieran el papel de policía, y otras voluntarios para que
hicieran el papel de presos en una cárcel real, en la que habían policías verdaderos y
presos verdaderos.
Pues ocurrió que habiendo empezado con una actitud muy saludable, de colaboración y
actitudes positivas, los voluntarios policías fueron sintiendo “la presión” del ambiente,
y progresivamente entraron en el remolino del maltrato hacia los prisioneros,
“olvidando” que eran también voluntarios. Se pudo así comprobar que los nuevos
policías contratados (voluntarios) se dejaban llevar por las actitudes de los policías
más antiguos, acostumbrados a agredir a los presos, lo merecieran o no.
Así a veces, aún a pesar de que nos encontramos en un lugar determinado para una
misión específica, pareciera que el ambiente que predomina nos va ganando (aún
cuando fuese negativo) y pareciera que no nos damos cuenta y “olvidamos” la razón de
ser de estar allí.
¿Puede ocurrir esto en un hospital? ¿Puede ocurrir en una institución militar? ¿Puede
ocurrir en un circo, en una escuela, en una empresa, en un club? ¿Qué tan poderosa
puede ser la fuerza del ambiente que nos rodea?