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ISSN electrónico: 2448-8828. No. 14.

enero-diciembre 2007

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS,


HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO 2007
Anuario de
Espacios Urbanos

Historia, Cultura y Diseño 2007


Universidad Autónoma Metropolitana
Dr. José Lema Labadie
Rector General
Mtro. Luis Javier Melgoza Valdivia
Secretario General

lJnidad Azcapotzalco
Dr. Adrián de Caray Sánchez
Rector de Unidad
Dra. Silvie Turpin Marion
Secretario de Unidad
M.A.V Paloma Ibañes Villalobos Anuario de
Director de División de Ciencias y Artes para el Diseño
Mtro. Luis Carlos Herrera Gutiérrez de Velasco Espacios Urbanos
Secretaria Académica de la División de Ciencias y Artes para el Diseño
D.l. Luisa Regina Martínez Leal
Jefa del Departamento de Evaluación del Diseño en el Tiempo Historia, Cultura y Diseño 2007
Mtra. Carmen Bemárdez de la Granja
Jefa de Área de Estudios Urbanos

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO. Año 2007, número 14, enero -
diciembre 2007, es una publicación anual de la Universidad Autónoma Metropolitana a través de la Unidad
Azcapotzalco, División de Ciencias y Artes para el Diseño. Prolongación Canal de Miramontes 3855, Col. Ex-
Hacienda San Juan de Dios, Del. Tlalpan, C.P. 14387, Ciudad de México y Av. San Pablo 180, Col. Reynosa
Tamaulipas, Del. Azcapotzalco, C.P. 02200, Ciudad de México. Teléfonos 54834000, ext. 1509 y 53183145.
Página electrónica de la revista: http://espaciosurbanos.azc.uam.mx.
Dirección electrónica: anuarioeu@correo.azc.uam.mx. Editora Responsable: Consuelo Córdoba
Flores. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo de Título No.04-2017-031609463400-203, ISSN
digital: 2448-8828, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última
actualización de este número, Consuelo Córdoba Flores, Departamento de Evaluación del Diseño en el Tiempo,
División de Ciencias y Artes para el Diseño, Unidad Azcapotzalco, Av. San Pablo 180, Col. Reynosa
Tamaulipas, Del. Azcapotzalco, C.P. 02200, Ciudad de México, Teléfonos 53189000, ext. 9179 y 53189368.
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Editor de este número
Indexación: LATINDEX
ISSN versión digital: 2448-8828 Dr. Osear Terrazas Revilla

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007. ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007.
Consejo Editorial División de Ciencias Consejo Editorial Índice
y Artes para el Diseño
Dr. Osear González Cuevas Marco Tonatíuh Águilar / Universidad Autóno­
Mtro. Mauncio Guerrero Alarcón ma Metropolitana, Azcapotzalco
D.C.G. Laura Elisa León Valle Rodolfo Cruz Piñeiro/ El Colegio de la Frontera
Lic. Helia Ramírez Hemández Norte
Emilio Duhau / Universidad Autónoma Metro­ Presentación 7
Dr. Francisco Santos Zertuche
politana, Azcapotzalco
Ronald Hellman / Bildner Center for Hemis­
Espacio urbano y vida cotidiana 11
Comité Editorial de Teoría Historia y Cultura pheric Studies/ City University of New York
Dr. Gerardo G. Sánchez Ruíz Carlos lllades / Universidad Autónoma Metro­ Gabrieúi A. Victoria lardón, Jorge Morales Moreno
Dr. Georg Liedenberger politana, lztapalapa Espacio urbano, memoria colectiva y la vida cotidiana: algunas considera­
Arq. Ale1andro Ortega Cedillo Alan Knight/ Oxford University ciones teóricas y metodológicas a partir del giro linguístico. Una perspec­
Dr. Carlos Lira Vázquez Jorge Legorreta / Uni\·ersidad Autónoma Me­ tiva desde los estudios urbanos 13
Dr. Salvador Díaz Berrio tropolitana, Azcapotzalco
Shannan Mattiace/ University of Te.xas at Aus­ Osear Terrazas, Orlando lpiña
tin Dinámica inmobiliaria en el cruce de dos caminos: el Paseo de la Reforma
Coordinador del Programa Editorial Divisional Norma Meichtry / Instituto de Investigaciones e Insurgentes en la ciudad de México: 39
Arq. Carlos Pérez Infante Geohistóncas, Argentina
Maria Elena Rodríguez Lara, Wendy Jazmín Monroy Jiménez
John Mollenkopf / City University of New
York Los caminos de la juventud callejera 61
Comité Editorial del Anuario Rodrigo Negrete Prieto / Instituto Nacional de
Félix Alfonso Martínez Sánchez
de Espacios Urbanos Estadística, Geografica e Informática, Aguasca­
OsearTerrazas Revilla lientes Imagen colectiva del paisaje urbano en Mexicali, B.C. 77
Jorge Ortiz Segura Emilio Pradilla Cobos / Universidad Autónoma
Carlos Lira Vázquez Metropolitana, Xochimilco
Ma. Dulce de Mattos Fernando Pozos Ponce / Universidad de Gua­ Uso social del espacio urbano 127
Jorge Morales Moreno dalajara Felipe Link L.
Georg Liedenberger Bryan Roberts/ University ofTexas at Austin
Edward T. Rogawsky / City University of New Espacios globales, nuevas forrnas de fragmentación y exclusión social. Los
Elías Huamán Herrera
York casos de Santa Fe en ciudad de México y Huechuraba en Santiago de Chile 129
Fernando Salmerón Castro/ Centro de Investi­ Maria Teresa Esquive{ Henuíndez, René Flores Arenales
gaciones y Estudios Superiores en Antropología
Análisis e implicaciones del Bando Dos en la distribución de la población
Social, CIESAS
metropolitana 151
Henry Selby/ University ofTexas at Austin
Ma. Eugenia Terrores / Instituto Mora Manuel Sánchez de Carmona, Maria del Carmen Bernárdez
Fran�ois Tomas Université de Saint-Etienne ,O, Las Lomas de Chapultepec 177
Peter Ward University ofTexas at Austin
Gloria Zafra / Universidad Benito Juárez de Ana Melétulez Crespo
Impresión
Jiménez Editores e Impresores S.A. de C.V Oaxaca La Paz, Bolivia. Una traza ideal religiosa y motivos políticos 219
Cuidado de la edición René Zenteno Quintero/ El Colegio de la Fron­
OsearTerrazas Revilla tera Norte

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007. ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007.
Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 7-9 7

Reseñas 245
Carmen Bernárdez
Reseña Renovación, restauración y recuperación arquitectónica y urbana
en Portugal 247

Planeación Moderna de Ciudades 255

Presentación

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8 PREHSTACIÓ� Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 7-9 9

surgidos en el contexto de globalización, son un de Insurgentes y Reforma, desde la perspectiva


claro ejemplo de esta lógica de fragmentación, del mercado inmobiliario y de los cambios en las
al insertarse como nodos autónomos de una red formas de uso y ocupación social del espacio.
más amplia, que no considera en su proceso de
desarrollo a los territorios y habitantes aledaños.
María Teresa Esquive! analiza las implicacio­ Osear Terrazas Revilla
nes de la puesta en marcha del Bando Dos en la Editor responsable
distribución de la población metropolitana, cuya
mayor debilidad fue su falta de visión metropoli­
tana y por lo mismo, el mayor efecto negativo fue
En el presente número del anuario hemos Wendy Monroy y María Elena Rodríguez la conformación de una ciudad de altos niveles de
definido dos secciones, la primera referente a la nos presentan la problemática intensa que vive segregación social, resultado de la especulación
discusión sobre el de,·enir de la vida cotidiana en la juventud que habita la calle y nos muestran del suelo urbano en las delegaciones centrales.
la ciudad, sea esta México o Mexicali, partiendo como las características de los procesos sociales Ana Meléndez nos presenta un análisis so­
de las perspectivas de la linguística, de la juven­ y económicos que una vez hicieron del cruce de bre los rasgos urbanos de La Paz en Bolivia, in­
tud callejera o del paisaje urbano. En la segunda Reforma e Insurgentes una ubicación estratégi­ cursionando en el origen remoto de su trazo y
sección se aborda el tema del uso social del espa­ ca para la sobrev1vencia de los jóvenes, inmersas en los motivos políticos que condujeron a crear
cio urbano que se perfila hoy, en las ciudades la­ en la tendencia globalizadora, se han convertido las características de la ciudad desde 1549, en
tinoamericanas, hacia la fragmentación social y la en la causa del abandono de estos puntos de en­ el contexto de las primeras ciudades españolas
exclusión ciudadana. Concluimos con una reseña cuentro. construidas en el continente americano.
de Carmen Bemárdez sobre intervenciones urba­ Felix Sánchez nos expone las modalidades Por su parte, Carmen Bernárdez y Manuel
nas y arquitectónicas significativas en Portugal. de la imagen urbana en Mexicali, abordando el Sánchez de Carmona discuten alrededor del
Gabriela Victoria lardón y Jorge Morales estudio del paisaje urbano visto a través de sus surgimiento del primer "suburbio" de la ciudad
nos entregan una revisión teórica sobre el espa­ habitantes, que son leídos por el autor por medio de México: el fraccionamiento de Las Lomas de
cio urbano, la memoria colectiva y la vida coti­ de la aplicación del Modelo Simplificado de la Chapultepec, que se dirigió a la burguesía favo­
diana concluyendo que el espacio urbano es una Realidad, compuesto por tres sistemas que son recida al término de la Revolución, abarcando la
construcción social definida por la acción social el espacio objetivo, el espacio sociocultural y el primera fase del proceso de ocupación compren­
de sus usuarios-sujeto s -actores, más allá de sus espacio tecnológico. dido entre las décadas de los años veinte y cua­
características físicas específicas. No es una ca­ Por su parte, Felipe Link adelanta un análi­ renta del siglo pasado.
tegoría fija e inmutable sino que sus diversas sis sobre las nuevas formas de fragmentación y Finalmente, Orlando lpiña y quien esto escri­
significaciones son asignadas por los sujetos en exclusión que las inserciones de la globalización be presentamos un análisis urbanístico de un cru­
función de las acciones e interacciones sociales han provocado en las ciudades de México y San­ cero significativo en la ciudad de México, el que
que en él tiene lugar. tiago de Chile, donde los distritos empresariales componen las avenidas o caminos metropolitanos

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Anuario de Esp3cios Urbanos
Historia • Culturn • Diseño 2007: l 1-126

Espacio urbano
y vida cotidiana

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Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 13-38 13

Espado urbano, memoria colectiva


y la vida cotidiana

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007.
14 V1CTORU G. y MORALES J.: Espacio urbano, memoria colectiva y la vida cotidiana Anuario de Espacios Urbanos, 2007: I 3-38 15

Resúmen
El tema central de este artículo es el espacio urbano enfocado en su dimensión cualitativa. Revisa
diversos autores que lo abordan descentrado de sus dimensiones físicas y geométricas, fuera de los
discursos topográficos y arquitectónicos. Así, el espacio urbano es revisado aquí como el contexto
donde se lleva a cabo la acción humana, el escenario de la acción social que tiene sentido por el
contexto espacio-temporal en el que se enmarca. Sostiene que este tipo de perspectivas, que dan
prioridad a temas como la vida cotidiana, memoria colectiva, representaciones sociales, cultura y len­
guaje, irrumpieron en los análisis de lo social y la historiografía con la emergencia del giro lingüístico,
una revolución conceptual que dirige la mirada en los aspectos del lenguaje, la interacción social, la
intersubjetividad, el discurso y la trasmisión de la memoria por medios no necesariamente escritos.
Dividido en dos apartados, en el primero realiza una caracterización del así llamado giro lingüístico,
subrayando los paradigmas teóricos metodológicos que confrontó en su momento y resaltando el
tema de la memoria (historia) que puso a debate; mientras que en el segundo enfoca el tema de la
vida cotidiana a través de tres autores que lo desarrollan desde diversas perspectivas que tienen en el
lenguaje a un denominador común.

Abstract
This paper focuses urban space in its qualitative dimension. It is a revision of sorne authors who focus
urban space out of its physical and geometrical contents and out of the topographical and architec­
tonical discourses. So, urban space is approached as the context where human actions happen, as the
social action's scene that has sense because of its historical and spatial framework. The papers argues
that this kind of theoretical perspective, which brings new themes as daily life, collective memory,
social representations, culture and language, has emerged in the academic debate thanks to the so
called "linguistic tum", a conceptual revolution which underlines topics linked to language, social in­
teraction, intersubjectivity, discourse and memory trasmisión through non written means. It has been
divided in two chapters: the first one describes and analyzes the impact of the linguistic turn in the
Gabriela A. Victoria Jardón traditional social sciences paradigms, especially in history; and the second one goes around the theme
Licenciada en Urbanismo (UNAM) y
of daily life, reviewing three different authors where the common point is language.
Maestra en Estudios Urbanos (UAM)

Jorge Morales Moreno


Sociólogo (UAM), Maestro en
Arquitectura (UNAM) y profesor
investigador en el Área de Estudios
Urbanos (UAM/ A)

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16 VICTORIA G. Y MORALES J.: Espacio urbano, memoria colectiva y la vida cotidiana Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 13-3 17

Espacio urbano, memoria colectiva y la vida cotidiana destal físico y ponerlo al ras de su configuración investigaciones y tesis que con estos temas nues­
simbólica, es decir de explicar al espacio mediante tros propios estudiantes han estado elaborando
Introducción En la perspectiva de los Estudios Urbanos,3 sus significados culturales, mediante las formas en fechas recientes, no siempre con la claridad ni
Desde los tiempos del llamado giro lingüístico' mu­ por ejemplo, el espacio urbano (social y público) lingüísticas que expresa o define, debe ubicarse en la precisión teórica o metodológica que los casos
cho se ha hablado sobre el carácter cualitativo del es enfocado en tres de sus características más ele­ un verdadero cambio de paradigmas que alrededor ameritan. Con ello pretendemos no sólo convocar
espacio urbano. Descentrado de sus dimensiones mentales: en su dimensión histórica (temporali­ de los años sesenta sacudió a las ciencias sociales, a una discusión sobre temas recurrentes de nues­
físicas y geométricas, el espacio urbano pasó de la dad), en su dimensión geográfica (espacio) y en en especial a la historia y a la sociología. tra disciplina, sino también iniciar una revisión
topografía o la arquitectura al contexto donde se lleva su dimensión simbólica (significado). La primera Pues bien, este artículo trata precisamente de crítica de los mismos que enriquezcan el acervo
a cabo la acción humana, al escenario de la acción plantea la posibilidad de analizarlo en tomo a su tal paradigma al que no pocos autores vinculan con metodológico con los que son abordados.
social que adquiere significado en tanto soporte de historicidad, es decir como soporte de una narra­ los así Llamados "giro lingüístico" y "viraje cultu­
una trama de significados. Esta valoración cualitati­ tiva que habla de actores (sujetos), acciones so­ ral" (cultural tum). Refiere cómo la irrupción de 1. Memoria: el giro lingüístico y los testi­
va del espacio resalta el papel activo que juega en el ciales y sentidos de la acción al paso del tiempo. la subjetividad desplazó gradualmente los temas monios de primera persona
"teatro" de la acción humana, pues así como no hay La segunda en tomo a su configuración espacial y de investigación propios de la filosofía, el lenguaje,
de cómo sus características tangibles son utilizadas el arte, la historia, la sociología y la antropología, La lucha del hombre contra el poder es la lucha
acción sin lugar (sitio, espacio, locus), tampoco tiene
conformando nuevas especialidades (y nuevos su­ de la memoria contra el olvido'
sentido un estudio del espacio urbano desprovisto de en políticas de planeación y consumo urbano. Y la Milan Kundera: El libro de l.a risa y el olvido, 1978
las acciones e interacciones que en él se suscitan. 2 Por tercera en tomo a su capacidad de alojar o refe­ jetos) como los Estudios Culturales, Estudios Ur­
su propia naturaleza el espacio urbano es social, con­ rir identidades colectivas, o bien como contexto banos, Estudios de Género y Transgénero (Queer
dición que explica su inmanente carácter público. de prácticas culturales (discursos) que hablan del Studies), Estudios Ciudadanos, Estudios Trans­ 4 Con esta frase Milan Kundera (197 ) teje en siete tiempos
modo de vida de los habitantes. Ahora bien, de­ fronterizos, etc., en tanto el análisis de la subjetivi­ narrativos El Libro de la Risa y el Olvido, una fina novela que
retrata el drama humano de "personajes del margen· en la Che­
bemos agregar aquí que la "revolución" que fue dad de la acción humana estuvo proscrito por un coslovaquia posterior a la Prfouwera de Praga (1968), qui7.á el
periodo más sórdido de la guerra fría en ese e>."tinto país de la
capaz de descentrar al espacio urbano de su pe- paradigma anterior centrado en la objetividad y la Europa Central. Al inicio del Ubre Kundera describe una foto­
1
Según Ana Soage (2006: 46), "la crisis del positivismo explicación propios de las ciencias positivistas. grafía tomada en febrero de 194 a un tal Klement Gottwald, el
y la influencia creciente del estructuralismo, el post­ líder histórico de la revolución comunista. Ubicada la escena en
estructuralismo, el marxismo y el psicoanáJjsis a partir Se centra en dos problemáticas características la PI= de la Ciudad Vieja de Praga, recoge el momento estelar
de los años sesenta y setenta del siglo XX provocaron el 3 Por lo menos los que desarrollamos profesores y alum­ de los Estudios Urbanos relacionadas con la acción en que declara el inicio del comunismo en su país. Junto a él
denominado "giro lingüístico" en las ciencias sociales, ca­ nos en el Posgrado en Diseño de la UAM -Azc., y pro­ se apreciaba un tal Oementis, uno de sus amigos más cercanos
racteriz.ado por una mayor conciencia de la importancia movidos por el Área de Investigación de Es111dios Urba­
social y el espacio urbano, vinculadas ciertamente que instantes antes se había quitado el sombrero para ponérselo
del papel del discurso en la formación y reproducción nos (AJEU) desde 1997 a la fecha. Por cierto, en alguna con el giro lingüístico: la construcción de la memo­ a Gottwalcl Así, pues, en esa fotografía aparecía un Gomvald
de las instituciones que enmarcan nuestra existencia y mmortaliz.ado bajo el sombrero de su amigo Clementis. Cuatro
ocasión hemos definido a los Eswdios Urbanos como ria (histórica, colectiva) y sus fuentes, y la vida años después, según Kundera, Oementis había sido acusado de
la consjguiente aplicación de] anilisis del discurso al es­ "esa emergente área de investigación que aborda el tema traición y ejecutado, y su desaparición de la bistoria fue precedida
tudio de materias tan diversas como la antropología, la de la ciudad desde su propia complejidad (siempre múl­ cotidiana como respaldo de la acción social en el por la de los documentos que hablaban de su existencia, inclu­
sociología, la psicología, la politología, etc." tiple, diversa y variable), problematizando aspectos de ámbito urbano. Para ello dialogará con cuatro au­ yendo aquella fotografía donde acompañaba a Gottwald luciendo
2
Sea en la relación objeto-usuario/sujeto, sea en el ob­ carácter cualitativo (historia, memoria, ,�da cotidiana, su propio sombrero. En sustitución de la misma, una "nueva· bo­
imagen del lugar, identidad) que pemúten compren­ tores que consideramos representativos de estos rraba tcxla huella de él en un momentoclave de la historia recien­
jeto que promueve la acción entre los sujetos, sea como
derla como la proyección (o extensión) de sus propios temas, ubicados en otras disciplinas como la his­ te: "Lo único que quedó de Clementis fue el gorro en la cabeza de
objeto resultado mismo de la interacción entre los suje­ Gom,,aJd", escribe no sin humor un lacónico Kundera. Como se
tos (social), en fm. En otro trabajo el lector encontrará habitantes, la materiali7.ación de su cultura y el laborato­ toria, la sociología y la antropología. La razón de verá en este inciso, nos parece que este pasaje resume el rescate
dos estudios de caso donde el objeto/espacio se vincula rio de formas sociales a las que acuden para apropiarse que hace Beatriz Sarlo del valor testimonial de las fuentes prove­
con el sujeto en su carácter simbólico, rugamos como de un territorio y/u organizarse en el espacio", en Jorge ello ha sido motivada por el número creciente de nientes de las vidas cotidianas de los sujetos, y que escapan de las
una representación cu.ltural. Jorge Morales (2006) Morales (2004: 8) visiones homogenizadoras y estructurales de la historia

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18 V1cTORIA G . y MORAi.ES J.: Espacio urbano, memoria colectiYa y la vida cotidiana Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 1 3-38 19

En este inciso reflexionamos sobre el impac­ tivas de la memoria y la historia. Supone que una racterización de los sujetos como el valor, carác­ las estructuras económicas, los modos de produc­
to que tuvo el giro lingüístico en los análisis de y otra derivan estrategias distintas, en tanto que ter y naturaleza de las fuentes. Este giro subjetivo ción o los valores de carácter universal o histó­
la historiografía contemporánea, y en la que la la primera acude al recuerdo y la segunda a un re­ ha "dislocado" la historia del campo y contexto ricos) . Así, el testimonio oral como discurso del
irrupción del lenguaje como factor documenta­ lato de (re)construcción que sigue metodologías de las grandes narrativas (a veces basadas en las recuerdo (para citar su expresión) cobra la fuerza
ble ha generado toda una especialidad relacio­ y selecciona fuentes supuestamente inobjetables. estructuras, a veces en grandes ontologías o vi­ del argumento, de tal manera que lo subjetivo se
nada con los temas de la memoria histórica y Sostiene que las estrategias del recuerdo apelan a siones monumentales) al campo y conte:Kto de comporta como el nuevo centro en el que des­
colectiva (testimonios de primera persona, his­ la memoria colecti1,a, que son libres, impredeci­ los simples sujetos cuyos testimonios de prime­ cansa la construcción del pasado y sin el cual se
toria oral. . . ). Lo hemos sintetizado en dos sub­ bles y espontáneas, acaso personales, en contras­ ra persona permiten reconstruir una perspectiva carece de toda perspectiva de futuro, si de lo que
incisos a partir de un texto que consideramos te con las de la historia, siempre sometidas a las histórica del pasado. se trata es de hacer una historia no petrificada en
representativo, de tal forma que en el primero reglas del método y a la veracidad de las fuentes. Según la autora, este "viraje subjetivo'' coin­ los objetos arqueológicos ni sujeta a los grandes
abordaremos sus ideas más generales, reseñán­ Unas y otras se acercan al pasado desde el pre­ cidió con una época de cambios de paradigmas esquemas explicativos.
dolas y centrándolas en el recuerdo del pasado sente y para el presente, de tal forma que ese es que afectaron no sólo a los enfoques de la histo­ De hecho, este enfoque proclama la recu­
como argumento político del presente, así como el tiempo en el que se manifiestan. 5 ria sino a los de las ciencias sociales en general, y peración de la memoria por la vía del recuerdo
en la pertinencia de los testimonios de primera Sostiene que desde la perspectiva de la his­ que puede rastrearse en los trabajos pioneros de testimonial de aquellos sujetos que usualmente
persona en la construcción del discurso histórico toria existen por lo menos tres tendencias de Raymond Williams y Richard Hoggart, así como fueron "sacrificados" en nombre de las estruc­
y en su carga subjetiva; mientras que en el segun­ construcción que plantean formas diferentes de en la creación del Binningham Centre Jor Con­ turas más generales, o "suprimidos" por las vo­
do se reflexiona sobre los cambios de paradigma sujetos y validez de las fuentes en sus argumen­ temporary Cultural Studies por el mismo Hoggart luntades clarividentes de "la época", abriendo la
que las ciencias sociales están experimentando tos: una que llama "académica", más preocupada y Stuart Hall en la Universidad de Birrningham posibilidad (o el buen deseo) de evitar la repe­
"desde hace décadas" y que ponen la mirada en por el rigor del método y las formas de interpre­ (Reino Unido) en el ya lejano año de 1 964. A par­ tición de las circunstancias que hicieron posible
contenidos propios del "giro lingüístico" (tam­ tación, otra que denomina de "circulación masi­ tir de este paradigma, donde el testimonio en pri­ la gestación, irrupción, imposición y hegemonía
bién llamado "subjetivo" o "cultural"), subrayan­ va" y cuya legitimidad está determinada por el mera persona logra el estatuto de documento de de una voluntad extraordinaria, sea mediante un
do el caso de la historia donde la naturaleza de mercado, y una más ligada a las "historias nacio­ primera fuente y herramienta de análisis, el sujeto discurso de poder excluyente, sea mediante una
las fuentes se ha visto afectada por un paradigma nales", narrativas lineales donde imperan órdenes participa como actor de su propia investigación. verdad oficial incuestionable.
emergente que desconoce narrativas maestras establecidos por ideologías que hablan de trayec­ Ahora bien, nos parece que la autora des­ Con todo, nos parece que la autora hace una
(monumentales), metahistóricas (esencialistas) y torias e identidades colectivas. prende de este hecho una tesis que parece fun­ defensa apasionada de semejante subjetividad
lineales (desarrollistas) . Independientemente de estas tres modali­ damental a lo largo de su texto y que es la perti­ sin estar ella misma exenta de un sesgo ideoló­
dades, la autora desarrolla la idea de que en el nencia del testimonio de primera persona como gico que supone que la batalla contra el olvido
1 . 1 . Hi torias oficiales y testimonios del ejercicio de la historia de las "últimas décadas" fuente documental histórica en el ejercicio de la es, de alguna manera, una batalla contra el poder,
margen ha predominado un giro si,bjetivo que antes era reconstrucción del pasado. No se trata tanto de un poder que manipula los recuerdos afines (o
El texto aquí seleccionado es Tiempo pasado: inconcebible, y que ha impactado tanto en la ca- si el investigador puede ser su propia fuente de funcionales, como los mitos o las historias oficia­
cultura de la memoria y primera persona de Bea­ información, sino de descentrar los argumentos les) y borra aquéllos que son inconvenientes para
triz Sarlo (2005), que se centra sobre las formas de las perspectivas más generales y "fijas", inde­ la expansión y legitimación de su dominio. Los
en que el pasado es rescatado desde las perspec- s De hecho, memoria e historia son representaciones pendientes a los sujetos o a pesar de ellos (como ejemplos que desarrolla en el texto son los testi-
del pasado en el presente

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Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 13-3 21
20 V1croRIA G. , MoRAUS J.: Espacio urbano, memoria colectiva y la vida cotidiana

monios orales de los años de la dictadura militar político o cultural en la que tal experiencia se ha Todos ellos también reflexionaron y reflexio­ Lo que Beatriz Sarlo expone en su texto al
en la Argentina de las décadas de los sesenta, se­ dado. Es pues un hipertexto que lleva del suje­ nan aún sobre la modernidad y sus representa­ respecto es que este paradigma emergente de
to al contexto, de su acción a su circunstancia, ciones sociales, sobre sus discursos de poder que las ciencias sociales, que invade los campos de la
tenta y ochenta, si bien sostiene que le interesa
de su pensar a su hacer. Como documento, da han modelado voluntades colectivas y los cuerpos, historia y los estudios culturales, incluyendo los
más discutir el carácter y el valor historiográfico
muestras coherentes y significativas de lo que e gustos y deseos de las masas, así como documen­ de la antropología cultural, la crítica literaria y
de los mismos. Como ella misma lo aclara en las
narra y recuerda, de lo que se dice y expresa. tado ciertas prácticas de resistencia de individua­ teórica, la psicología social, el urbanismo crítico
partes preliminares del texto, se trata de acudir
al recuerdo para propiciar el entendimiento. Es pues una interpretación o, parafraseando a la lidades (inmigrantes, mujeres, gays, enfermos, (o Estudios Urbanos) y la sociología postmarxis­

Hay pues una propuesta de historia donde autora, una representación del pasado basada en locos, criminales, extranjeros, disidentes) que ta, emerge en un periodo de crisis de las grandes
la memoria del evento. tratan de escapar o redefinir los argumentos de narrativas maestras, desarrollistas por naturaleza
los testimonios que se utilizan para reconstruir
El que este argumento sea válido tiene que ver una modernidad que asumen como un con.stntcto y propias de la modernidad decimonónica. Este
al pasado provienen de los "sujetos del margen",
sujetos anónimos cuya voz y experiencia son re­ con el paradigma que lo sostiene y que Sarlo ha discursivo que impone una forma ideológica del desplazamiento de paradigmas similar al que

cuperadas para evidenciar las incongruencias de ubicado en la esfera del "giro" subjetivo, conver­ ,·er al mundo, una forma de ordenarlo y repre­ Thomas Kuhn describe como característico de

los discursos de poder, las anomalías de las his­ gente en tiempo y filosofía con los giros lingüístico sentarlo, más que como una fase específica de la los periodos de crisis de la ciencia,9 propicios
toriografías oficiales. La apuesta quizá sea expli­ y culwral que aglutinaron perspectivas y análisis historia de la civilización o un estadio de la cultura para la irrupción de teorías preñadas de nuevas
-
car un trozo largo de la historia humana a partir de pensadores que resultaron fundamentales para en la evolución humana. En términos generales, preguntas y conceptos que no podían ser formu­
su consolidación y desarrollo. Del lado de los pri­ esta convergencia de giros que se ubican al "lado lados en los paradigmas anteriores, nace precisa­
del trozo de un día en la vida de G regor Samsa,
meros y sin constituir una generación homogénea izquierdo" de la objetividad propone una lectura mente en los giros subjetivo-lingüístico-cultural
Leopoldo Bloom o Mirck (el malogrado antihé­
de la historia en la que no constituye un fin en sí
roe de El Libro de la Risa y el Olvido), todos en intereses y metodologías, temas y propuestas, arriba aludidos y ya ilustrados con algunos de sus

ellos célebres herederos de narrativas literarias citaremos aquí a los pos-estrncturalistas franceses mismo, ni plantea ontologías ni pretende construir principales exponentes.
desde Jacques Derrida (1930 - 2004) a Michel verdades de "larga duración". Tan sólo una forma En términos generales, el paradigma des­
en primera persona que, de acuerdo con la auto­
Foucault ( 1 926 - 1 984), pasando por Roland Bar­ de leer el mundo, una manera de representarlo.8 plazado corresponde al de las historias totales o
ra, desde el siglo antepasado extendieron e influ­
yeron su uso en las construcciones históricas. thes ( 1 9 1 5 - 1980), Jean-Fran<;ois Lyotard ( 1924 monumentales, cargadas de ontologías que defi­
- 1 998) y Jean Baudrillard ( 1 929 - 2007); y del nían con anticipación un sentido, una sucesión u
segundo a los "culturalistas" de primera genera­ excluirse los enfoques que giran sobre la vida cotidiana, orden, una verdad ideologizada que hablaba de
1.2. Paradigmas de la objetividad y la sub­
ción como los ingleses Raymond Wúliams ( 1921 iniciados sin duda por Henri Lefevbre (1 962) (1 967) y un devenir coherente y en marcha, inexorable e
jetividad: algunas consideraciones sobre desarrollados a profundidad por Michel de Certaux, así
- 198 ), Richard Hoggart ( 1 9 1 8 - ... ) y Stuart como los estudios pioneros que desde la psicología so­
la naturaleza del documento histórico
Hall (1932 - . . . ) ya mencionados, así como los de cia! emprendió Serge Moscovici (l 961) sobre el tema
De la lectura del texto inferimos que las de las representaciones sociales. Ver también Alicia Lin­
segunda y tercera generación como el canadiense
perspectivas de la historia basadas en testimo­ dón (2003); Silvia Valencia Abundiz (2006); y Eulogio flexión el cuadro Las Meninas (1656) del pintor espa­
Charles Taylor (1931 - . . . ) o el argentino - mexi­ Romero Rodríguez (2004) ñol Diego Velázquez y en las que se asume al especta­
nios de primera persona basan su argumento de 7 Ver éstor García Canclini (1990); o Charles Tay­
cano Nestor García Canclini ( 1 939 - . . . ), todos dor como el sujeto de y en la representación, así como
veracidad en que el testimonio personal resume lor (J 994) el que escribe Taylor (2001) sobre los paradigmas de la
ellos connotados héroes de los Estudios Urbanos. 6
una experiencia vivida por el sujeto que le ha 8
Tres ejemplos inmediatos: véanse los textos que tan­ modernidad. Por cierto, en un artículo anterior Stuart
to Foucault (1966) como Stuart Hall (1997) escriben Hall ( 1996) define con precisión y claridad las modali­
trascendido, y que explica por sí sola (o al menos
respectivamente en tomo al papel del "sujeto" de la dades más generales de los Estudios Culturales
está entramada en) el contexto histórico, social, 6 En esta amplia convergencia de '"miradas" no deben representación histórica, tomando como centro de re- 9 Thomas S. Kuhn ( 1962)

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007. ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007.
22 V1croRIA G. v MORALES J.: Espacio urbano, memoria colectiva y la vida cotidiana Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 13-38 23

inevitable al destino humano. En este paradig­ do tan sólo un año después. 10 práctica y verificación histórica. esquemas más generales. Lo subjeüvo de lo par­
ma, la rueda de la historia no se detenía ante las Cuatro décadas más tarde, la ciencia de la Althusser tuvo tiempo para ver en tan sólo ticular y la diferencia simplemente no consti­
diferencias ni ante las voluntades individuales, historia propuesta por Althusser no superó ru la diez años la obsolescencia de su propia interpre­ tuían un documento histórico.
pues el pasado tenía una lógica que descifraba caída del muro de Berlín ru la globalización urbi tación: el 20 de agosto de 1 968, 5,000 tanques y Paralelo al pleno desgaste de la historia cientí­
a la historia. Desde nuestro punto de vista, este et urbi del capitalismo monopólico tardío (a pesar 200,000 soldados del Pacto de Varsovia, liderea­ fica marxista proclamada por Althusser, la rustoria
paradigma en crisis bien puede resumirse en el de la entusiasta recepción que tuvo el documento dos por la extinta Unión Soviética, suprimieron propuesta por Foucualt fue redefmiendo precisa­
materialismo histórico (auto)proclamado como en ciertas universidades mexicanas y de las múlti­ un incipiente movimjento reformista ("Primave­ mente el valor del documento (punto de partida
"ciencia de la historia", acaso el último reducto ples ediciones que se hkieron de la mjsma en los ra de Praga", o "Socialismo con Rostro Huma­ de cualquier rustoria), pues se interesó más por las
de las ciencias positivistas de tradición decimo­ idiomas más diversos). Centrada en el tema de las no") que pretendía liberar la política en la hoy excepcjones y las discontinuidades que se entrete­
nónica. En este modelo de la historia, la teoría estructuras metahistóricas, la propuesta althusse­ también extinta Checoslovaquia, mientras que el jían para motivar las transformaciones. Ajena a los
marxista se jugaba su propia vigencia y continui­ riana resultó limitada e ineficaz para explicar las 29 de abril de 1978 aguerridos obreros polacos argumentos metahistóricos, a las perspectivas que
dad. Suponía una historia general en la que los contradicciones, las discontinuidades e irregulari­ fundaron la Unión de Sindicatos Independientes resaltan las unifonnidades y las consistencias, a los
modos de producción se comportaban como los dades evidentes entre la especulación teórica del de la Costa, en la ciudad de Gdansk, en la enton­ hechos e ideas de autor, la propuesta foucaultiana
ejes de la transformación histórica, movidos por discurso marxista- científico (un pleonasmo en esa ces República Popular de Polonia, y que sería la reconsideraba la esencia del discurso rustórico al
las contradicciones sociales que tomaban cuerpo época) y el socialismo real, 1 1 digamos su puesta en semilla revolucionaria (io contra-revolucionaria?) acercarse y tratar a la fuente desde una posición
y forma en la lucha de clases, el verdadero motor de Solidamosé y su líder Lech Walesa, el electri­ arqueológica, resaltando modalidades en aparien­
y "partera" de la historia. cista católico que estallará una huelga histórica en cia irrelevantes o banales que, sin embargo, a nj­
o deja de ser curioso que precisamente 10 La década a.rranca con el texto de Kevin Lynch los Astilleros Lenin, dando inicio al derrumbe del vel micro se enlazaban irremediablemente con los
en los últimos años de la década de los sesenta, (1960) The lmage of the City, que acabaría convirtién­
bloque socialista en la década de los ochenta. procesos de cambio: 12
dose en una biblia para el planeador urbano y el arqui­
acaso la década donde convergieron la mayoría tecto de orientación social en la medida en que incor­ Así, paradójicamente, el materialismo bjs­
de los discursos alternativos que hablaban de la poraba la perspectiva del peatón común en la creación tórico propuesto por Althusser resultó ineficaz Digamos, para abreviar, que la histo­
necesidad de una nueva perspectiva de interpre­
de una representación colectiva de la ciudad, y continúa ria, en su fonna tradicional, se derucaba a
para explicar cómo los sindicatos obreros de un
con los de Moscovici (1961), Lefebvre (1962) (1967) "memorizar" los monumentos del pasado,
tación, colisionaron los enfoques de la historia y Kuhn ( 1 962) ya referidos, seguidos por otro cumbre país socialista como Polorua (l 978 - 1990) se a transfonnarlos en documentos y a hacer
monumental, total y positiva, con los del para­ de Marshall McLuhan (1964), la famosa conferencia
rebelaron contra un gobierno que se definía de
que Jacques Demda dictó en la John Hopkins Univer­
digma emergente que subrayaba el papel de las sity en 1 966 con el título "La estructura, el signo y el extracción obrera, privilegiando una identidad
discontinujdades y diferencias a la hora de cons­ juego en el discurso de las ciencias sociales", y termina religiosa sobre la conciencia de clase. O cómo 12
Quizá el mejor esfuerzo en esta dirección lo consti­
con los textos arriba citados de Louis Althusser (1 968)
truir una interpretación de lo social. Esta colisión y Michel Foucault ( 1 969), así como la célebre investi­ el comunismo chino fue la etapa preparatoria tuya Vigilary castigar. Nacimiento de la prisión (1 975),
en el que la prisión como institución y objeto de control
puede ilustrarse en dos textos representativos gación de campo que Robert Venturi y Denise Scott de un capitalismo globalizador y voraz que se burgués (moderno) se '"ª conformando por una serie de
(1972) realizaron en la ciudad de Las Vegas, cuya me­
publicados casi simultáneamente: La filosofía ha extendido por todo el mundo. Absorto en prácticas sociales ligadas al control y la disciplina de los
moria se publicaría tres años más tarde dando inicio cuerpos. Las fuentes ahí empleadas van desde crónicas
como arma de la revolución de Louis Althusser, formal al movimiento posmoderno en la arquitectura las transformaciones económicas de larga dura­ de suplicios o ejecuciones publicadas en periódicos ho­
aparecido en el turbulento año de 1 968, y La ar­ 11 Ese territorio de utopía que compartían ciertos paí­ ción, la "ciencia hjstórica" althusseriana no tuvo landeses del siglo XVIII hasta los reglamentos internos
queología del saber de Michel Foucault, publica- ses cuyos gobiernos, normalmente autoritarios, centra­ tiempo para detenerse en las "contradicciones de las prisiones francesas de mediados del XIX, pasan­
listas y emanados de un sistema electoral mo11oparti­ do por la descripción física del edificio penitenciario, la
dista, se declaraban inspirados en principios políticos e pequeñas" que se oponían a las definiciones y valoración de la arquitectura panóptica, los reglamen­
ideológicos derivados del discurso marxista. tos de escuelas y hospitales de la época, etc.

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007. ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007.
Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 13-3 25
24 V1CTORIA G. Y MORALES J.: Espacio urbano, memoria colectiva y la \'ida cotidiana

En fin, como podrá verse hasta aquí, el ale­ 2: La cue tión de la vida cotidiana te (2000); "La vida y el mundo: distinción con­
hablar esos rastros que, por sí mismos, no
son verbales a menudo, o bien, dicen en gato sobre la naturaleza de los datos en función ceptual entre mundo de vida y vida cotidiana"
78: En los banquetes que se dan entre
silencio algo distinto de lo que en reali­ de la legitimidad de las fuentes testimoniales en de Marco Estrada Saavedra (2000); y "Sujeto;
dad dicen. En nuestros días, la historia la gente rica, después de la
una ciencia social que, por tradición, se ha apre­ comida, un hombre Lleva una estatua sociales: historia, memoria y cotidianidad", de
es lo que transforma los documentos en
ciado por la objetividad incuestionable de sus de madera muy bien esculpida Irene Sánchez Ramos (2004).
monumentos, y que, allí donde se trataba
de reconocer por su vaciado lo que había fuentes, debe enmarcarse en la irrupción de un Y dibujada, representando un muerto
de tm codo o dos de longitud'.
sido, despliega una masa de elementos que nuevo paradigma de conocimiento que desde la 2 . 1 . Vida cotidiana y la construcción so­
y ense1iándolo a cada uno
hay que aislar, agrupar, hacer pertinentes, segunda mitad del siglo pasado no ha dejado "tí­ de los convidados le dice: cial de la realidad
disponer en relaciones, constituir en con­
juntos. Hubo un tiempo en que la arqueo­ tere sin cabeza" (para ponerlo en términos colo­ -Bebe y alégrate, pero mira a éste· Una liga que puede establecerse entre los au­
logía, como disciplina de los monumentos quiales) en el cada vez más vasto campo de las porque así serás una vez muert�
tores seleccionados es el papel que juega la vida
mudos, de los rastros inertes, de los o b ­ Herodoto: Historias, c 444 aC
ciencias del espíritu, y que corresponde quizá a cotidiana en la socialización de significados que, a
jetos sin contexto y de las cosas dejadas lo que Lyotard llamó "posmodernidad",'� un pa­ su vez, sustentan la reproducción del mundo. Tal
por el pasado, tendía a la historia y no ad­ Al fin liberada la subjetividad del corsé de lo
quiría sentido sino por la restitución de un radigma aún en ciernes que refuta las narrativas socialización se fundamenta y difunde mediante
objetivo, gradualmente fue desplegando una se­
discurso histórico; podría decirse, jugando metahistóricas y plantea nuevos sujetos sociales el lenguaje, que exige necesariamente la interac­
rie de campos y temas que antes no merecían la
un poco con las palabras, que, en nuestros que emergen de las periferias o "no-lugares" de ción de los interlocutores. Ahora bien, a partir de
días, la historia tiende a la arqueolog ía, a la atención de los expertos. Tal fue el caso de los
la modernidad. En cualquier caso, el trabajo esta coincidencia los autores se distinguen por la
descripción intrínseca del monumento 13 estudios orientados a la "vida cotidiana", cuyas
de Sarlo es puntual en la reseña de este hecho, amplitud o alcance con que desarrollan la cues­
raíces debemos ubicar en los planteamientos fi­
Esta historia que hace del monumento un del viraje subjetivo que afecta a la ciencia de tión, así como si ésta fue central o periférica en
losóficos de Husserl (1859 - 1938) y en la socio­
documento, que lo analiza y selecciona de quien la historia y del nuevo carácter atribuido al do­ sus disertaciones.
logía de Alfred Schütz (1 899 - 1959). Las lec­
sabe qué ruptura o escisión, subrayando aquellos cumento, cargado de subjetividades y abierto a Empecemos por el te:Kto de Hemández Ro­
turas que aquí reseñaremos giran precisamente
elementos irrelevantes que, sin embargo, hablan numerosas interpretaciones. sete. En él se plantea una cuestión central que
en este tema, sin duda capital en el campo de
por todo el documento (un artículo, un gesto, un puede sintetizarse en esta pregunta: icuáles y de
los Estudios Urbanos, y en las que recogemos los
objeto, una práctica), refuerza la idea del carácter qué naturaleza son los procesos sociales que per­
conceptos más relevantes que nuestros interlo­
polisémico del documento histórico. Este recono­ miten la construcción social de la realidad? En
cutores utilizaron en sus exposiciones, con el fin
cimiento es pertinente con las lecturas culturales la búsqueda de una teoría que de cuenta de tal
de que el lector pueda hacer un seguimiento de
y abiertas que se hacen de los documentos histó­ cuestión, el autor acude a una perspectiva feno­
su ernlución, desarrollo, complejidad y significa­
ricos, cargados de significados que sólo el análisis menológica que le permita explicar lo real como
do, de tal forma que deduzca cómo ahora el tema
histórico concienzudo puede descifrar o ligar con "un entramado de significados atribuidos social­
implica una especialidad propia de las ciencias
otros semejantes. Se erige así una nueva subje­ mente" (89), y a otra semiótica · en la que lo cul­
sociales sin la cual no es posible comprender al
tividad no lineal que plantea nuevas formas de tural "se delimita a través de formas simbólicas
sujeto en su interacción con los otros. Los tex­
ensayar una reconstrucción del pasado. que se pueden caracterizar como fenómenos sig­
tos aquí seleccionados son: "Cultura y vida co­
nificativos" (loe). La liga entre ambas la obtiene
tidiana. Apuntes teóricos sobre la realidad como
de un texto de Peter Berger y Thomas Luckmann
construcción social", de Daniel Hernández Rose-
13 Michel Foucault (1969: 10 y s) " Ver Jean-Franc;ois Lyotard (1 988)

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( 1 993), 1 5 en el que se propone "que la forma de diana y una etnografía interpretativa. incluso es el sentido común, el verdadero contexto de la es vida con el lenguaje que comparto con mis
interiorizar los significados que dan sentido a lo infiere ciertas técnicas de investigación cualita­ vida cotidiana. 16 semejantes y por medio de él" (citando a Berger
real se consigue por medio del lenguaje" y que tiva como las historia de vida y las entrevistas Siendo tangible la vida cotidiana, siendo un y Luckmann, loe); "El lenguaje es, entonces, una
para el autor resultó una proposición fundamen­ en profundidad que ayudan a explicar el carácter hecho social y fáctico, los procesos de reconoci­ producción social, toda vez que es el resultado
tal en tanto le permite pensar lo cultural "como simbólico de la cultura. miento (sentido común) que alberga y promueve de códigos creados colectivamente y, como tal,
un proceso simbólico que se crea socialmente y En esta propuesta teórica acerca de cómo la pasan sin embargo por un reconocimiento sub­ supone prácticas sociales diferenciadas" (93);
que se manifiesta en el orden de lo cotidiano, sociedad se constituye en una trama de significa­ jetivo por parte de los actores, de tal suerte que " . . . el lenguaje forma parte del acervo de recur­
( . . . ) además invita a suscribirlo como un hecho dos, la perspectiva fenomenológica de la cultura tenemos aquí una paradoja pues es "la interio­ sos con que cuenta el individuo para nombrar su
social en pleno movimiento, confiriendo al len­ que desarrolla el autor "invita a mirar lo etno­ rización individual de la realidad objetivada lo mundo, de aquí que sea el uso del lenguaje la ins­
guaje un lugar privilegiado dentro de la dinámica lógico como una condición social e histórica de que permüe la reproducción de los significados tancia capaz de revelar el lugar que ha de ocupar
etnográfica" (89-90). carácter dinámico, que varía en tiempo y espacio, socialmente establecidos" (92). os parece que el individuo en el mundo social" (loe).
Inserto pues en la corriente del giro lingüísti­ al punto que la diversidad cultural se presenta, esta es la aproximación fenomenológica de mayor Establecido el punto en el que la vida cotidia­
co, el autor desarrolla la idea de que e1 escenario precisamente, en función de la multiplicidad de alcance del autor: el análisis de la toma de con­ na se vuelve, mediante el lenguaje, el contexto
natural donde se socializa, trasmite e interioriza universos simbólicos que dan sentido a la vida ciencia individual de un horizonte de significados en el que se resuelven los significados que dan
la cultura, ese entramado de significados que da social" (91 ) . El individuo, así, hace del mundo colectivo predado e independiente del actor. Es sentido y orden al mundo real, el autor centra su
sentido al mundo, es en el seno de la vida coti­ una construcción social en el momento mismo de en este sentido que habla de la percepción "como artículo en la estructura de la misma, que ubica
diana. Este enfoque, a su vez, se sustenta en dos nombrarlo. Es, pues, un animal simbólico. Hecha un proceso de interacción entre el individuo y la en el aquí y en el ahora, en el cuerpo y en el
corrientes de la sociología clásica: aquélla que esta declaración, el autor explora la relación en­ sociedad a la que pertenece" Qoc), en la que la tiempo presentes. Es en ese "aquí y ahora" don­
asume que los eventos de la realidad son hechos tre universos de significado, "en tanto expresio­ apropiación individual de las objetivaciones "sólo de la realidad de la vida cotidiana "se manifiesta
sociales que pueden ser tratados como cosas, y nes de cultura según la corriente simbólica", y el es posible a través del lenguaje", de tal forma que como un mundo intersubjetivo, e n el entendido
por tanto resultan observables y cuantificables lenguaje como proceso social. Su fin es explicar deviene en el "instrumento que ofrece al indivi­ de que es una realidad que se puede compartir si­
para el investigador (Durkheim), y aquella otra "porqué la cultura puede ser vista como una pro­ duo la posibilidad de participar del mundo coti­ multáneamente con otros" (94). Al compartirse
de carácter comprensivo donde "el objeto de ducción de lenguaje''. Es en este punto donde, en diano, de su lógica y de su temporalidad". simultáneamente con otros, la realidad cotidiana
conocimiento es, precisamente, el significado nuestra opinión, su tex'to logra el mejor momen­ Puesto así en relieve la supremacía del len­ "puede ser entendida como un orden espacio­
subjetivo de la acción" (Weber) (90). De este to, pues resuelve esta cuestión en el contexto de guaje como vínculo del individuo con el mundo, temporal que implica múltiples experiencias
esquema y en función de asumir que la sociedad la vida cotidiana cuyo sustento "se encuentra en el autor no escatima párrafos en destacar sus cua­ subjetivas coexistiendo simultáneamente". Así,
implica un proceso de construcción "que eviden­ la conciencia subjetiva que permite al individuo lidades: "Es, por tanto, la vía instrumental para concluye que la vida cotidiana es un hecho social
cia la existencia de entramados de significación", reconocer el hecho de que estos significados son incorporar en la subjetividad del individuo las ob­ "cuya dinámica está determinada tanto por la di­
el autor deriva lazos analíticos entre lo que bien válidos para aquellos con quienes comparte lo jetivaciones que dan sentido a la realidad, y den­ versidad de subjetividades como por las objeti­
puede constituirse en una sociología de lo coti- cotidiano", y en el que lo cotidiano no es otra tro de las cuales la vida cotidiana adquiere cohe­ vaciones socialmente establecidas", encontrando
cosa que "una realidad que supone un consenso rencia" (92); "La vida cotidiana, por sobre todo, en la interacción subjetiva un fenómeno social de
en torno al significado objetivo de lo real". De fondo, "dado que el mundo de la cotidianidad
15 La construcción social de la realidad (Buenos Aires, acuerdo con Berger y Luckmann, tal consenso sólo es posible si existe un universo simbólico,
16
Amorrortu, 233 pp), citado por el autor reseñado Ver también José Hemández Prado (2005)

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28 VtCTORJA G. y MORALES J.: Espacio urbano, memoria colectiva y la vida cotidiana Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 1 3-38 29

construido socialmente, que permita la interac­ cionalizado que origina un principio de represen­ teóricos originales de los autores" ( l 05). intersubjetividad logra además traspasar la fronte­
ción de las subjetividades" (loe). tación binario, donde lo propio se contrapone a lo Así, el trabajo de Estrada es más extenso y rico ra de lo trascendental, tan presente en las últimas
En la última parte del escrito el autor aborda ajeno y lo habitual a lo extraño" (98). en argumentos y conceptos y, acaso, logra mayor obras de Schütz y donde el conocimiento se gesta
el tema de la habituación, un fenómeno "que tie­ precisión sobre el tema que nos ocupa (vida co­ únicamente en la conciencia del actor, pues intro­
ne lugar justo cuando la repetición frecuente de 2.2 Vida cotidiana y el "mundo de tidiana). De entrada, define al "mundo de vida" duce al "otro" como parte de ese conocimiento.
cualquier acto llega a constituirse como una pauta vida" como "un mundo público que compartimos esen­ Ese "otro" hace que lo cotidiano cobre sentido
para quien lo ejecuta" (95). De hecho, nos aclara, Ahora bien, el texto de Estrada Saavedra cialmente con otros semejantes a nosotros; esto en tanto exige una relación dialógica y en tanto
los hábitos restringen o inducen la elección de la aborda los mismos problemas que el trabajo an­ es, es un mundo intersubjetivo que, de manera comparte el mismo presente, un aquí y ahora que
posibilidad de cambio frente al mundo cotidiano, terior, salvo que las preguntas que pretende con­ fundamental, sostiene una realidad intuitivamen­ habla de una simultaneidad espacio-temporal del
pues funcionan como mecanismos inconscientes, testar y la intención del mismo son diferentes. te compartida y entendida como válida por todos que el "otro" y yo formamos parte. En palabras
cobijados por la costumbre, que se imponen de Éstas tienen que ver con la diferencia concep­ corno ''marco común de interpretación", produc­ del autor: "El otro y su flujo de conciencia se nos
forma natural y lógica a los sujetos. El hábito es, tual entre "vida cotidiana" y "mundo de vida", to de estratificaciones culturales y sociales de presentan en la conversación de modo simultáneo,
pues, el origen "de todo comportamiento ins­ dos categorías que el autor advierte que no hay nuestros predecesores y que a nosotros nos toca no de manera reflexiva, a nuestro propio flujo de
titucionalizado" y puede ser visto "como la ge­ que confundir. Para ello acude a la sociología continuar" (107), de tal forma que constituye el conciencia, por lo que "compartimos el mismo
nealogía del orden institucional" que ejerce "una fenomenológica de Alfred Schütz, quien unió horizonte general de significados del que se de­ presente vívido" ( I 1 1).
forma de control sobre el individuo" (loe): o se la fenomenología de Husserl con la sociología rivan prácticas, representaciones, proyecciones, Así, el "nosotros" resulta de compartir el
participa de los hábitos propios del lugar o se es de Max Weber (1 864 - l 920) para elaborar un hábitos, costumbres y actitudes que conforman presente en la esfera de lo mundano, donde la
un extranjero, un marginal, un excluido, un otro sistema teórico que supone que el conocimien­ precisamente a la vida cotidiana. El "mundo de vida cotidiana "se expresa en las relaciones de
que no se identifica con la trama de significados to se genera entre sujetos, por lo que la acción vida" es, entonces, un esquema de referencia, el los actores sociales entre sí y en cómo compren­
que me definen.17 En palabras del autor: "el há­ social puede explicarse mediante la intersubjeti· acervo de conocimientos que disponemos y que den y constituyen la realidad social" ( 1 1 2) de
bito y su institucionalización conllevan una doble vidad y la forma en que ésta crea un "mundo de condicionan los microactos de nuestra vida diaria, tal forma que, como se plantea en el artículo an­
función. Por un lado, legitiman todo acto que se vida". De la revisión crítica de Schütz, el autor de nuestro accionar cotidiano, que permite "in­ terior, su estudio bien puede constituir una teo­
inscribe en lo institucionalizado, confiriéndole acude a Agnes Heller ( 1 929 . . . ) para reconstruir terpretar el mundo y orientarnos en él de modo ría general de la acción social empotrada en dos
el atributo de lo normal y, por otro, propician la su concepto de "vida cotidiana" y, finalmente, rutinario, puesto que también trabaja como di­ perspectivas de análisis: una que enfatiza el ca­
aparición de un estigma alrededor de la persona a Jürgen Habermas (1 929 . . . ) para criticar y re­ rectivo de acción, sometiéndose continuamente rácter subjetivo de la realidad social y que revisa,
cuyo actuar no coincida con el contenido fáctico formular precisamente el concepto "mundo de a prueba y refinándose cuando las expectativas precisamente, el "cómo experimenta el actor el
de lo habitual" (96). vida" desde su renombrada teoría de la acción no concuerdan con las prácticas cotidianas que mundo en el que vive y cuáles son sus motivacio­
El "otro", pues, se identifica en función de comunicativa con el fin de hallar, en palabras modifican el mundo de vida" ( 1 08). nes e intereses particulares ( . . . )", y otra objetiva
que comparte o no los hábitos que estructuran del autor, "las mediaciones teóricas adecuadas Aclarado lo anterior, plantea que la mejor for­ que subraya el "cómo participa constantemente
mi vida cotidiana. Así, hábito y cotidianidad, que permitan trabajar tanto el concepto de vida ma de abordar el tema de la vida cotidiana es a en interacciones sociales con sus semejantes en
concluye el autor, "posibilitan un orden institu- cotidiana de Schütz y Heller dentro del marco partir de la intersubjetividad, pues esta responde el medio de los entramados sociales de sentido"
de la teoría de la sociedad de Habermas, pero a la pregunta en torno a cómo es posible que los (loe). Lo anterior y citando un texto de Richard
sin perder por ello las tensiones ni los impulsos actores sociales compartan un mundo social. La
17
Recordemos a J.P. Sartre: "los otros son el infienio"

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30 VICTORIA G. Y MORALES J.: Espacio urbano, memoria colectiva y la vida cotidiana Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 1 3-3 31

Grathoff (1 989), 18 le permite al autor caracte­ zonte de sentido que abarca a todas las regiones intel igible, y es el que hace posible la coparticipa­ del universo social: la esfera de la objetivación en
rizar la teoría social fenomenológica de Schütz o provincias finitas de sentido", mientras que el ción y la correspondencia entre los actores. sí misma que Estrada hace coincidir con la esfera
como una "ciencia de los "fenómenos de la inter­ segundo hace referencia a "una región particular Aclarada las diferencias entre uno y otro, de la vida cotidiana.
subjetividad mundana" por lo que un análisis de de sentido, ... [precisamente] la provincia finita Estrada pasa a retomar ciertos conceptos que Es aquí donde, en nuestra opinión, el artículo
las "estructuras del mundo" puede interpretarse de sentido privilegiada en el plano intersubjeti­ sobre la vida cotidiana ha desarrollado Agnes logra una aportación clara respecto al tema que
como una "sociología de la vida cotidiana" (loe) . vo" ( 1 1 5). Así, sostiene que la región de la vida Heller con el fin de enriquecer el suyo propio. nos preocupa, pues si la vida cotidiana es la esfera
Aquí hay, pues, un vinculo claro con el texto cotidiana es el "ámbito de la realidad" en la que La gran novedad aquí es el concepto "condición donde la apropiación mínima de lo social tiene
de Hernández Rosete ya reseñado, pues a ambos el actor participa y modifica con sus intervencio­ humana'', que Estrada retoma de esta autora y lugar, entonces es también el escenario donde lo
les preocupa la formulación teórica de una socio­ nes prácticas. Sólo en la vida cotidiana . . . el actor que refiere '"todo aquello que los seres huma­ social se reproduce y donde los actores, como
logía de la vida cotidiana. Ambos también acuden puede ser entendido y comprendido por sus se­ nos deben compartir' de un modo indefectible, particulares, se reproducen a sí mismos. En pala­
a la fe nomenología desarrollada por Schütz, quien mejantes y, en consecuencia, actuar en concierto de igual forma como lo hicieron en el pasado bras del autor: "Sin duda, la vida cotidiana puede
por cierto traslada el término "mundo de vida• de con ellos. Es, pues, el cimiento y la esfera de las nuestros antecesores y nos lo transmitieron, y entenderse como un "hecho social" fundamental:
la filosofía de Husserl al campo de las ciencias so­ relaciones sociales en la que el estilo cognitivo como lo harán en el futuro nuestros descendien­ a) en tanto que el actor se reproduce a sí mismo
ciales, y ambos también asumen al individuo so­ preeminente es el de la actitud natural (el senti­ tes y aprenderán de nosotros" ( 1 24) . La condi­ como actor social, está cumpliendo una 'fun­
cial arropado en una trama de significados donde do común) y el estilo de actuar típico está dicta­ ción humana es, pues, la última referencia, la ción' en la sociedad y b) en tanto que genera de­
el lenguaje, en el marco de la vida cotidiana, hace do por el motivo pragmático" (loe). categoría límite que enmarca a la propia vida terminadas condiciones para la reproducción de
posible su participación en la construcción social Semejante postura le permite precisar la di­ cotidiana que, como han establecido los auto­ la sociedad y de sus diferentes clases y estratos"
de la realidad. Y ambos también reconocen una ferenciación "mundo de vida - vida cotidiana", res reseñados, podría cambiar de contenidos, ( 127). Visto así, la vida cotidiana tiene una histo­
estructura de la vida cotidiana constituida en la donde el primer concepto denota el "transfondo adaptándose a los tiempos y siguiendo siempre ria que refleja en su propia reaüdad: es historia,
"relación social directa pura", es decir en el aquí estructural de la vida cotidiana", compuesto por el desarrollo de la historia humana. Aquélla no, hace historia.
y ahora de los sujetos sociales, y en la que "otros la intersubjetividad, el sentido, las estructuras de pues ubicaría al hombre en "la zona crepuscular Otro punto importante es el de la vida co­
tipos de relaciones presentes, pasadas y futuras, relevancia, tipificación, etc., como "fenómenos entre cosmos y caos" ( 1 25). tidiana como escenario de la "reproducción del
directas o indirectas, no son sino variaciones de preciados y siempre presentes en la acción social, Se establece así una dicotomía entre la natu­ hombre en particular", pues eUo implica la "esce­
aquélla, 'meras modificaciones' " (1 13). que la coproducen y cooperan en su realización", raleza genética del individuo (su condición huma­ nificación" de las reglas (y con ellas las expecta­
Sin embargo el texto de Estrada toma otro en tanto que el segundo es donde, "a través de la na) y su naturaleza social (inserto en una trama tivas y costumbres sociales) mediante las cuales
sendero al diferenciar el mundo de vida (de acción social y los entramados interactivos que de significados en la que interactúa con otros), los actores se objetivan: "El ejercicio de la puesta
extracción schütziana) de la vida cotidiana. El constituye, tiene lugar ese despliegue y donde, mediada por un "juego de reglas" que permite en juego de lo apropiado es, en un sentido pro­
primero, dice, hace referencia al "extenso hori- a su vez, se genera la (re)producción del mundo preservar la primera y entender (y actuar en) fundo, un proceso de "objetivación"; esto es, al
de vida" (1 1 8) . Hay pues una estrecha relación la segunda: '"reglas para la adquisición de los realizar todo tipo de actividades el actor se obje­
mundana entre ambos, en la que el lenguaje (y medios de subsistencia, para la cooperación y el tiva al dejar huellas palpables a su paso que son
sólo él) permite la coparticipación significativa conflicto humanos y para una constitución de sig­ comprensibles y significativas para otros" (1 28).
18 Milieu w1d Lebenswelt. Einfiilmmg in die phiinom­ de los sujetos. El lenguaje es la clave para superar nificado' " (loe). Se da, pues, una apropiación mí­ Se colige aquí, entonces, que la vida cotidiana es
e,wlogische Soziologie imd die socialphiinomenologische nima de lo social que constituye la primera esfera
Forscl1ung (Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag), el "impasse" trascendental de la conciencia de lo el escenario natural donde se dan los procesos de
citado por el autor reseñado

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007. ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007.
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objetivación de los actores sociales, mismos que Al término de este apartado, el autor nos 2.3. Vida cotidiana y conciencia para sí cedió su lugar al de movimiento social, en la me­
se dan siempre en el contexto de un "ambiente proporciona una síntesis de los planteamientos Ahora bien, el texto de Sánchez Ramos saca dida en que las transformaciones sociales de los
inmediato", de tal forma que "todas las objeti­ de Schütz y Heller por él expuestos, e interpre­ al partic ular de su vida cotidiana y lo proyecta en décadas recientes (en la región de estudio) han
vaciones que no se refieren al particular o a su tando una postura de esta última, sintetiza una el todo social como un sujeto colectivo. Su tema sido explicadas mediante el análisis generalizado
ambiente inmediato, trascienden lo cotidiano". acepción muy completa del término: "Al igual no se refiere, pues, al análisis de la vida cotidiana de múltiples casos donde las organizaciones de
Destacaremos aquí también la idea del autor que Schütz y G rathoff, Heller entiende la vida per se, sino cómo ésta juega un papel activo en clase no son actores: "en el caso de América La­
acerca del carácter heterogéneo de las actividades cotidiana como un proceso de fonnación del mun­ la construcción del cambio y en la construcción tina, los primeros usos del concepto movimien­
propias de la vida cotidiana que impide hablar de do propio de los actores sociales, dentro del mar­ social del sujeto. De hecho, su principal preocu­ to social daban cuenta de fenómenos de acción
una primacía, de unas más importantes o menos co más amplio que es la sociedad. Un mundo que pación está referida a la necesidad de los sujetos colectiva distintos de los sindicatos o partidos
esenciales que otras, aún reconociendo cierta "je­ construyen individual y colectivamente a través, sociales de "construir organizaciones y su acción políticos, o algunas otras formas organizativas
rarquía sociohistórica". Esta situación hace que por un lado, de las herramientas y los medios que para incidir en una realidad determinada" (220). tradicionales" (loe) .
el investigador se vea obligado concebir al actor encuentran ya predados en su mundo de vida Asumiendo una postura de izquierda, 1 9 la autora Durante un tiempo, afirma, el término se usó
como una totalidad, en la que la vida cotidiana re­ ( . . . ) y, por el otro, de las experiencias personales supone la existencia de un sujeto colectivo en la de una manera poco crítica, y daba cuenta por lo
sume la vida de todo hombre y, al mismo tiempo, y sociales particulares para "definir su situación" región latinoamericana que puede ser analizado general de movimientos sin estructura organiza­
la vida del hombre entero. Es decir, "del hombre ( . . . ) y las interacciones y relaciones sociales en "desde su acción en el presente" en función de tiva, con motivos coyunturales o reivindicativos.
que participa con todas sus cualidades, talentos, las que día a día toman parte. . . " ( 1 33). Esta do­ moldear un futuro inmediato. Así, su trabajo Movimientos que no se proponían la toma del
opiniones, ideas, gustos, sentimientos, pasiones, ble función de la vida cotidiana permite al autor analiza la acción social que busca un cambio en poder y que eran más bien efímeros o marginales,
etcétera, de su personalidad" ( 1 30). agregarle un último atributo, que llama de la "do­ el estatus social. Digamos acciones sociales que sin una estructura ni programa de clase Sin em­
Finalmente, una idea más que enriquece el ble apropiación": ser la esfera del ámbito de la reproduzcan de otra manera al todo social. bargo, a la par de esta tendencia de uso del tér­
tema: suponiendo que, como hasta aquí hemos realidad (donde opera el "ambiente inmediato") Para ello parte del análisis de la clase social mino hubo otra que, sin rechazarlo, adoptó una
reseñado, la vida cotidiana es la trama de signifi­ y, al mismo tiempo, ser la esfera del espacio so­ y del concepto "movimiento social", pues me­ postura crítica del rnismc y, de paso, buscó tam­
cados socializados intersubjetivamente entre los cial. Es en la primera donde los actores "pueden diante tales es posible, desde una perspectiva bién resignificar el concepto de clase social. Aun­
actores a fm de asegurar su propia existencia y la comunicarse con y ser comprendidos intersub­ marxista, abordar el tema del cambio social. que la autora no cita ni autores representativos
reproducción de la sociedad, una trama de la que jetivamente -a través del uso del lenguaje na­ Hace un repaso de cómo el término clase social ni fechas o casos de estudio, es posible suponer
se desprenden un conjunto muy diverso de ac­ tural- por los otros", y es en la segunda donde se anquilosó en un esquema que, poco a poco, que esta búsqueda coincidió con el desgate de la
tividades, iqué impide pensar, como se pregun­ "pueden actuar en concierto, llevar sus negocios teoría marxista en las décadas finales de la guerra
ta el autor, que éstas no sean equivalentes "a lo y producir y reproducir su existencia individual y fría (70s, 80s) , al menos en su versión estructu­
que en sociología se denomina llanamente acción colectiva" (loe). Así, el concepto propuesto por 19 Como la autora no aclara lo que significa "asumir ralista (Althusser, Poulantzas, Balibar, Hanecker)
social?" ( 1 3 l). De este razonamiento Estrada in­ Estrada contiene dos momentos estructurantes: una postura de izquierda", y como en México el tér­ como hemos anotado en otro momento.
mino "de izquierda" ha visto pulverizado su significa­
fiere que la vida cotidiana es también el marco el de la (re)producción simbólica y el de la (re) do al paso del tiempo de tal forma que en el ámbito Así, junto con el de la clase social, el término
natural de la "acción social" que, como ya sabe­ produccón material de lo social. político ciertos actores que hoy se dicen de izquierda fue sometido a diversos análisis críticos donde el
defendieron en el pasado posiciones de derecha o ins­
mos, concierne a la reproducción de la existencia titucionales, definiremos aquí la expresión como "estar
tema central fue (y sigue siendo) el sujeto co­
particular y colectiva. comprometida con el cambio social en función de los lectivo organizado. A la cuestión sobre qué for-
más necesitados" (N. de los A.)

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VICTORIA G. y MORALES J.: Espacio urbano, memoria colectiva v la vida coudiana Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 13-3 35
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de los 90s
oción del algu nas" (loe). En fin, para la década organizativo y de movilización social "como un ceso de reconstrucción del pasado en el presente,
ma social es más idónea para la prom
rico, si la quedaba claro, de acuerdo con la autor
a, que am­ proceso, independientemente de las expresiones difundida mediante la memoria colectiva,20 que
cambio en función del momento histó ad, esto
a sostiene que tal bos conceptos "atañen a una sola realid particulares que asuma en la coyuntura" (228). el analista debe considerar a la hora del análisis
clase o el movimiento, la autor los sujetos
es, a aquella que da especificid ades a En esta afirmación quizá radique la principal con­ del cambio social, de sus organizaciones y movili­
comple­
debate resultó falso, pues son términos cialidad
los debates y en la que éstos pueden ejercer su poten tribución del artículo, pues supone que los mo­ zaciones. Como dice la autora: "Precisamente en
mentanos en la medida en que de
para el cambio" (loe). vimientos sociales no pueden verse en abstracto, el plano de los procesos organizativos, el sujeto
n perspecti­
sobre sus resignificados se obtuviero central
n y los Enfocada así la cuestión, la pregunta desligados del contexto y del todo social, que social construye nuevos marcos de referencia y,
vas que los enriquecieron, los actualizaro la inves­
plo, el análi sis desde que se plantea es hacia dónde orientar cuentan con una historia que no necesariamente en esa acción, rescata el pasado resignificándolo
hicieron vigentes. Por ejem Y, en su
ite la tigación del sujeto colectivo organizado se remonta a los "antecedentes", ni a los eventos para y por el presente" (232).
la perspectiva de las clases sociales "perm
de sus ac­
para la caso, hacia dónde dirigir el carácter cruciales ni a las fechas ni a los nombres. En sus Esta cuestión es importante en tanto que la
incorporación de elementos esenciales cualitativa
la mo,·i lización ciones u organizaciones, si en la parte propias palabras: "Si asumimos que un espacio es­ resignificación permite al sujeto recuperar una
comprensión del fenómeno de
scindible propia de los movimientos socia les obvia ndo el pecífico (una formación social) está cruzado por parte de la historia: aquélla que le permita poten­
social", exigiendo "la referencia impre l que im­
econó­ análisis de clase, o en la parte estructura otros espacios (regionales, mundiales), y si tam­ ciar acaso nuevas formas de lucha, organización
del marco estructural concreto (modelo ucción. O
los sujetos, ponen las relaciones sociales de prod bién consideramos que no existe un tiempo sino y resistencia. Esta selección misma de la memo­
mico específico) en que se mueven a con la
bien, ¿cómo incorporar una persp ectiv muchos tiempos que condicionan "el presente", ria histórica bien podría incluso equipararse a la
o políti­
así como la referencia también al marc énfasis
ctura otra, sin diluirlas entre sí o perdiendo los abriríamos el análisis a una visión de proceso don­ toma de conciencia: "Situados en posiciones dis­
co en que se desarrolla el conflicto (estru e hacer
propios de cada una de ellas? ¿Se pued de lo aparentemente novedoso tiene una historia tintas, estaríamos abordando el mismo problema:
mayo r
de poder) y del cual forman parte, con iana sin
(223, un análisis concienzudo de la vida cotid que el sujeto social recupera y un futuro que pue­ el proceso por el cual un grupo o sector social es
y menor conciencia, los sujetos sociales"
ctura eco­
perder o desdibujar el peso de la estru de (y es) construido por éste" (229). consciente del presente que vive, comparándolo
cursiva nuestras). ión advir­
nómica? La autora resuelve esta cuest En ese abrir del paradigma la autora acierta al con el pasado una vez que éste ha sido resignifi­
tos
Y desde la perspectiva de los movimien
radica una tiéndonos sobre la teoría que adoptemo
s para ta­ incluir el papel que juega la memoria colectiva en cado. El ámbito de la memoria colectiva aporta
sociales (y, en nuestra opinión, aquí
rcionarnos los procesos organizativos y de movilización. Ésta,
abrió el camino les fines. Sostiene que ésta debe propo elementos para detectar aquellos mecanismos
gran aportación del teXto), ésta de esta­
herramientas útiles de análisis que lejos que hace referencia a la vida cotidiana en tanto el concretos mediante los cuales se da eso que, des­
toma­
"a la incorporación de elementos que no
blecer aprioris o determinaciones, contr
asten los crisol que la trasmite, socializa y difunde entre de otra perspectiva conceptual, sería la toma de
eXtrema­
ba en cuenta (o lo hacía en un grado tal suerte
conceptos con los e,·en tos reale s, de los actores, resulta vital para el análisis de los pro­ conciencia" (233). Aquí se unen dos escalas: la
lista de las
damente menor) el análisis estructura en vali­
nto de es­ que en la medida de su acierto o no result cesos organizativos del sujeto social. Como podrá de la vida cotidiana desde la que se promueve
clases sociales", es decir el "relevamie
la vida cotidia­ dados o modificados. ob ervar el lector, se empatan aquí entonces los la memoria colectiva en una infinidad de micro­
pacios analíticos concernien tes a
la
l de los En todo caso, nos advierte también sobre tres textos referidos: de campo natural de la re­ eventos, y la toma de conciencia que aquélla
na al mundo de las necesidades, al pape l en in­
de iden- moda reciente de fragmentar el todo socia producción del particular y de la propia sociedad, puede generar y que implica una visión de largo
imaginarios, al proceso de construcción sociales
que invol ucra al numerables organizaciones y movimientos la vida cotidiana deviene ahora en el vehículo que aliento que supone asimismo un macro-evento.
tidades, en fin, a todo aquello gener al de
sin vínculos entre sí, ni con el conteXto promueve y difunde un pasado histórico. Es ahí Esbozada así la cuestión, la autora termina su
nien­
ámbito de la cultura e integra ,isiones prO\·e a. Sostie­
la semió tica e inclus o, a una sociedad históricamente determinad donde el pasado es recuperado mediante una re­
tes de la antropología, fenómeno
menc ionar ne que tales esfuerzos desconocen al construcción colectiva y anónima. Y es este pro-
la psicología social y política, sólo por 20
Como ya vimos en la primera parte de este trabajo

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007. ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007.
Anuario de Espacios Urbanos, 2007: 1 3 - 3 37
36 VICTORIA G. Y MoRALFS J.: Espacio urbano, memoria colectiva y la vida cotidiana

bién un espacio con historia y, por tanto, un pro­ tacan las historias de i,ida, Las entrevistas a pro­
texto afirmando que la cotidianidad del sujeto Louis Althusser ( 1 96 �: La filosofía como amia
ducto cultural. fw1d1dad, los testimonios de primera persona, la
social es un espacio diario de construcción al que de La revolución, México, Siglo XXI ( 1 1 ª ed) ,
La estrategia de análisis que aquí hemos revi­ foto- interpretación y los planos mentales, quizá el 1 9 1 , 1 46 pp
el analista debe escudriñar, pues contiene la his­
arsenal metodológico más socorrido por nuestras Marco Estrada Saavedra (2000): "La vida y el
toricidad de los sujetos sociales, promueve la me­ sado, propia de una transdisciplina como los Estu­
investigaciones. 21 La complejidad de las fuemes mundo: distinción conceptual entre mun­
moria colectiva como proceso de resignificación dios Urbanos, apuesta a que el sentido asignado al
dependerá, a su vez, de la e cala en las que éstas do de vida y vida cotidiana", en Sociológica,
del pasado y traduce y da sentido a sus acciones espacio urbano en un momento dado sea inteligi­ UAM-A, núm. 43, may-ago, pp 1 03 - 1 54
se ubiquen, aunque ya hemos dicho que es en
del día. La propuesta final es, así, "no perder de ble mediante las acciones sociales que soporta y Michel Foucault (1 966): Las palabras y Las co­
anima, en tanto que éstas literalmente nos hablan el contexto de la vida cotidiana donde tienen su sas. Una arqueología de Las ciencias humanas
vista las diversas dimensiones temporales y espa­
referente más inmediato. Se trata, en todo caso, ( 1 6ª ed), México, Siglo XXI, 1 9 5, 375 pp
ciales en las que los sujetos sociales se organizan de las intenciones de los actores. A lo largo de este
de que estos documentos logren representar con­ (Cap. !: Las Meninas, pp. 1 3 - 25)
y construyen su futuro, incluso desde su propia artículo hemos visto cómo tales acciones pueden Michel Foucault (1 969): La arqueología del saber,
fiablemente las ideas que se tenían o se hacían
fragilidad como seres humanos" (237). ser abordadas por el investigador mediante los tes­ México, Siglo XXI ( 1 1 ª ed), 1 9 5, 355 pp
los sujetos de su espacio urbano en un momento Michel Foucault ( 1 975): Vigila r y castigar. Na­
timonios de primera persona, o bien enmarcadas
en una estructura primigenia que aquí hemos ubi­ históricamente determinado. cimiento de la prisión, México, Siglo XXI
A manera de conclu ión Bibliografía ( 1 I " ed), 19 5, 3 1 4 pp
La lectura de este artículo habrá cumplido su cado en la vida cotidiana. En uno y en otro caso el éstor García Canclini ( 1 990): Culturas Híbri­
misión si el lector(a) logra extraer del mismo la lenguaje, en tanto acción comunicativa, nos per­ das. Estrategias para entrar y salir de la mo­
mite hacer un seguimiento preciso y confiable de dernidad, México, Edit. Grijalbo, 391 pp
idea de que el espacio urbano e una construcción Stuart Hall ( 1 996): "Cultural studies: two para­
sus propios contenidos. Precisamente por ello el 21 Dos excelentes ejemplos al respecto lo constituyen
social definida por la acción social de sus usuarios­ digms", en John Storey, editor: What is Cul­
investigador acude a un catálogo de metodologías lo� trabajos de tesis de maestría (en Diseño - Estudios
sujetos-actore , más allá de sus características fí­ Urbanos) de Maria Esther Sánchez Manínez (200 ) y tural Studies. A Reader, ew York, Arnold /
sicas específicas. o es, así, una categoría fija e cualitativas donde la representación simbólica del Gabriela Adriana Victoria lardón (200 ). Mientras que Hodder Headline G roup, pp 3 l - 48.
espacio es recurrente. la pnmera aborda el tema de la representación del es­ Stuart Hall, editor ( 1997): Representation. Cultu­
inmutable, digamos al estüo de las variables inde­ ral Representations and Sygnifying Practices,
Es decir, la reducción (representación) del paoo público desde la perspectiva de los discursos ofi­
pendientes que existen fuera de la acción social, ciales (analiza el caso de la Plaza de "La Constitución" London, Sage Publications / The Open Uni­
sino que sus diversas significaciones son asigna­ espacio a (en) una forma lingüística - y a un mapa, de la ciudad de Tlaxcala), a partir no sólo de las carto­ versity (3ª reimp), 2000, 400 pp (Cap. 1, inci­
ya un testimonio, ya una foto, una nota periodís­ grafías y los planes urbanos institucionales sino también so 5: Where is the "subject"?, pp 54 - 63)
das por los sujetos en función de las acciones e de los planos mentales de numerosos "informantes"
tica, una referencia en un diario de viajes o en José Hernández Prado (2005): Epistemología y
interacciones sociales que en él tengan lugar. El ocasionale� (de quienes recoge nombre y edad), la se­
una carta personal, un croquis, un plano mental, gunda realiza una extensa y bien documentada in\"es­ sentido común, México, CSH-UAM Azc. (2ª
tiempo histórico en el que éstas se dan permiten tigación sobre el valor cultural y simbólico de una vía reimp), 2007, 1 64 pp
descifrar o hacer inteligible el sentido dado al es­ una tarjeta postal, una leyenda o un monumen­ Daniel Hernández Rosete (2000): "Cultura y
pública (un auténtico fragmento de la historia del lugar
pacio urbano en un momento dado, en la medida to, etc.- le permite asirse de pruebas, digamos que habla por la historia de la urbaniza ión de la ciudad vida cotidiana. Apuntes teóricos sobre la rea­
construir u obtener sus propio testimonios de México) que estructura la vida cotidiana en un frac­ lidad como construcción social", en Sociológi­
en que éste también constituye una construcción aonamiento urbano enclavado en la colindancia entre ca, UAJ'vl-A, núm. 43, may-ago, pp 87 - 102
social. Así, no hay una lectura única del espacio. con los cuales argumentar su trabajo, sea éste el D.F. y el municipio de Tlalnepantla, mediante en­ Thomas S. Kuhn ( 1 962): La estructura de Las
descriptivo o interpretativo. Se acude así a una trevistas a profundidad a vecinos representativos (por revoluciones científicas, México, Fondo de
Hay lecturas, aproximaciones, interpretaciones, la edad o por los años de residencia), planos mentales
serie de documentos cualitativos, sostenidos o Cultura Económica - Breviarios no. 2 1 3 ( 1 5ª
y el investigador tendrá que considerar necesaria­ a usuarios anónimos pero cotidianos, dibujos de njño
"respaldados" por lo que aquí hemos llamado "el que utilizan la vía como zona de recreo, testimonios reimp), 1 999, 3 1 9 pp
mente las determinantes históricas y culturales. El Milan Kundera ( 1 978): El Libro de la Risa y el
paradigm a del giro lingüístico", entre los que des- de paseantes de mascotas y recuerdos personales entre
espacio urbano en tanto social y público es tam- otras técnicas de representación Olvido, México, Seix Barral, 327 pp

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piación del espacio público a través de los
programas de intervención t1rbana. Caso de

ANUARIO DE ESPACIOS URBANOS, HISTORIA, CULTURA Y DISEÑO ISSN digital: 2448-8828. No. 14 enero-diciembre de 2007.
Anuario de Estudíos Urballos 2007 se terminó ele imprimir en el mes de febrero
2009 en los talleres de Jiménez Editores e Impresores, S.A. de C.V, ubicados en el
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