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1. ÉTICA.

Es la parte de la filosofía que trata de la moral de los actos humanos que permite
calificarlos corno buenos o malos y de las obligaciones del hombre. También se
puede definir corno el conjunto de costumbres y normas morales que dirigen o
valoran cualquier relación o conducta humana, sobre todo en un ámbito
específico, por ejemplo: la ética empresarial, la ética médica o la ética periodística.

Cuando hablarnos de la ética en los negocios, nos referimos a las normas y los
principios morales que rigen el comportamiento en este campo. La diferencia entre
una decisión común y corriente y una decisión ética, está en el papel principal que
los valores y los juicios desempeñan en tales decisiones.
2. LOS VALORES
Cuando hablamos de valores, hacemos referencia a lo que debería ser, y no a lo
que es. Los valores son guías que orientan la conducta de los seres humanos. Si
tenernos un claro reconocimiento de los valores que poseernos, ello contribuirá a
tornar decisiones congruentes con lo que creernos; nos ayuda a resistir la presión
que otros puedan ejercer y a evitar los sentimientos de culpabilidad y la frustración
de actuar en función de los valores de otros.

El terreno de los valores es un tanto abstracto ya que los valores son cosas
difíciles de precisar. Por eso hay que recurrir a los ejemplos. Todos sabemos más
o menos lo que es un adjetivo; es lo que acompaña al nombre mostrándole o
calificándole. Pues bien, un valor es algo que acompaña siempre a lo bueno y así
decimos que lo bueno tiene valor y lo malo, no. Luego, ese valor debe expresarse
en normas. La normatividad forma parte de nuestra vida precisamente porque
necesitamos v.1lores compartidos. Una norma que no se basa en algún valor es
una norma sin valor.

Los valores son normas, ideales y principios de acción que constituyen un medio
de orientación y regulación de la actividad humana como expresión del reflejo
valorativo de la realidad.
Los valores son normas o reglas de conducta expresadas en el modo con que las
personas gobiernan su vida y dirigen sus acciones. Están muy vinculados al orden
que impone la sociedad. El individuo en su desarrollo va conformando su propio
código moral, éste nace de su propia vida, de sus interrelaciones, es fruto de la
época en que se desenvuelve y puede arrastrar taras e imperfecciones del
pasado.

Los valores son ideales porque el individuo busca o trata de acercarse a un


modelo o prototipo de perfección en la intención de realizar acciones que
conduzcan sus fuerzas a la realización de una obra. Esto puede llevar a los
hombres a emprender acciones progresistas y revolucionarias sin límites,
constituyendo paradigmas de perfección humana.

También pueden conducir a todo lo contrario, a desarrollar modelos negativos que


limitan el progreso de la organización, y con ello la mejora de la productividad.

Los valores son principios porque es guía y fundamento de conducta de los


miembros de una sociedad, y por ende, de la organización.

Realmente tendremos que decir que los valores valen, y por eso, nos atraen y nos
complacen, no son una pura creación subjetiva. Consideramos buenas aquellas
cosas que son portadoras de algún tipo de valor, como es el caso de una melodía
hermosa o el de una gesta liberadora. Y las consideramos buenas porque
descubrimos en ellas un valor y no por que decidamos en nuestro fuero interno
asignarle uno.

Ahora bien, para que esos valores se expresen tendrá que intervenir un sujeto
humano que los capte, de ahí que la creatividad humana sea también
confrontadora de la realidad ya que ayuda a dar a luz valores y formas de percibir
valores. Dependerá de esa intervención del sujeto humano la captación de unos
valores y no de otros.
No debemos confundir valor y precio. Normalmente, estamos demasiado
habituados a poner precio a las cosas y al final acabamos pensando que no sólo
fijamos su precio sino también su valor.

Ahí está el error, porque podemos poner un precio, pero un valor no. Por tanto,
tendremos que decir que los valores son cualidades o adjetivos reales de las
personas, las cosas, las instituciones y los sistemas.

Los valores se orientan a un fin determinado desarrollando acciones que darán


como resultado nuevos conocimientos, habilidades y convicciones que reafirmen
la personalidad del joven líder, jugando un papel importe las motivaciones, los
sentimientos y las valoraciones en su actuar.

Los valores en los jóvenes líderes contribuyen a la función integradora de la


persona y la empresa mediante la valoración de las contradicciones, las
motivaciones y los intereses existentes.

La formación en valores colabora con la tendencia interna de la personalidad a


integrar y armonizar los factores internos y externos, es decir, a la autorregulación
sobre la base de fines conscientes, lo que está por supuesto, en interacción y en
dependencia con la realidad de la empresa y la sociedad.

En la medida que un empresario líder esté mejor preparado tanto en el sistema de


relaciones que establezca, como en las actividades que realice, estará en mejores
condiciones para enfrentarse a las influencias positivas o negativas del medio en
que vive y se desarrolla.

2.1 Características de los valores


• Independientes e inmutables: Son lo que son y no cambian, por ejemplo: la
justicia, la belleza, el amor .
• Absolutos: Son los que no están condicionados o atados a ningún hecho social\
histórico, biológico o individual. Ejemplos: la verdad, la bondad.

• Inagotables: No hay ni ha habido persona alguna que agote la nobleza, la


sinceridad, la bondad, la solidaridad, el amor.

• Objetivos verdaderos: Los valores se dan en las personas o en las cosas,


independientemente que se les conozca o no. Un valor objetivo siempre será
obligatorio por ser universal (para todo ser humano) y necesario para todo
hombre, por ejemplo, la sobrevivencia de la propia vida. Los valores tienen que ser
descubiertos por el hombre y sólo así es como puede hacerlos parte de su
personalidad.

• Objetividad y subjetividad: Los valores son también objetivos porque se dan


independientemente del conocimiento que se tenga de ellos. Sin embargo, la
valoración es subjetiva, es decir, depende de las personas que lo juzgan. Por esta
razón, muchas veces creemos que los valores cambian, cuando en realidad lo que
sucede es que las personas somos quienes damos mayor o menor importancia a
un determinado valor.

• Polaridad: Un aspecto también a tener en cuenta en lo referente a los valores es


su polaridad. Los valores son polares: positivos y negativos. Todo valor tiene su
antivalor: justicia-injusticia, igualdad – desigualdad, utilidad-inutilidad, belleza-
fealdad, agilidad – torpeza, salud -enfermedad.

• Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son
más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más
fugaz que el de la verdad.

• Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible.


• Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las
personas.

• Satisfacción: los valores generan satisfacción en las personas que los practican.

• Jerarquía: Hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad) y


otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales). Las
jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van construyendo
progresivamente a lo largo de la vida de cada persona.

• Trascendencia: Trascienden el plano concreto y momentáneo. Dan sentido y


significado a la vida humana y a la sociedad.

• Aplicabilidad: Se aplican en las diversas situaciones de la vida; entrañan


acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona.

• Complejidad: Los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados


juicios y decisiones.

2.2 Los valores morales


Son aquellos valores que perfeccionan al hombre en lo más íntimamente humano,
orientándolo a defender y crecer en su dignidad de persona y por tanto, con mayor
calidad humana. Algunos de ellos son: la solidaridad, la justicia, el respeto, el
trabajo, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, la responsabilidad, la paz. El valor
moral nos lleva a hacernos más humanos.

Sin los valores que humanizan, nuestra humanidad se degrada; pero hay también
valores que son deseables. Así, es deseable que una persona sea simpática a que
no lo sea, pero en cambio no es deseable que una persona sea hipócrita, porque
la hipocresía no es una peculiaridad más del carácter, sino una característica que
lo deshumaniza.
Serán morales aquellos valores que nos humanizan, aquellos de los que no
podemos prescindir si queremos seguir siendo humanos. En cambio, hay otros
valores que son simplemente deseables. El que todo el mundo sea hermoso es
deseable pero nadie pierde cuotas de humanidad porque no sea hermoso.
Igualmente, si nos encontramos a alguien que desprecia la justicia seguramente
pensaremos que a esa persona le falta humanidad y que no aspirar a la justicia
significa perder humanidad. Pues bien, de alguna manera los valores morales son
aquellos que nos permiten crecer en humanidad y viceversa.

Carecer de valores humanos supone carecer de aquello que hace nuestra vida
más humana, y es por ello, que son reguladores del resto de valores, como por
ejemplo: el placer, la fuerza, la agilidad, el buen gusto, la riqueza, el éxito, la
prosperidad, el prestigio, la autoridad.

Uno de los valores que al parecer se está debilitando es la solidaridad; pues el


mundo actual con todo el ímpetu vertiginoso de la la globalización privilegia y
condiciona el éxito personal. La única imagen que se salva es la del triunfador. Se
propagandiza y fortalece el ser eficiente, emprendedor, agresivo, decidido, hábil,
dinámico, juvenil, como un estereotipo en el cual se nos pretende sumergir. Sin
embargo, debemos ser conscientes que ello es relativo, porque aliado de los
“juveniles” hay ancianos que necesitan apoyo, al lado de los hábiles hay
discapacitados que son excluidos. Está bien ser exitoso cuando ello no implica
explotar a unos y olvidarse de los demás. Por cada ser humano exitoso a costa del
sacrificio de otros, hay miles que deben soportar la angustia de la frustración y el
fracaso. La imagen del éxito está asociada sólo al éxito individual, mientras que el
fracaso suele ser colectivo. Rebelémonos ante la norma generalizada, que para
surgir hay que ser egoístas, como si los demás no importaran.

Es importante que todas las personas y principalmente los jóvenes tengan claridad
en su escala de valores, la misma que no es eterna y probablemente irá variando,
aunque no en los aspectos fundamentales, dependiendo de la evolución tanto
personal como social.
Existen diversas clasificaciones de los valores; para el caso, además de los
valores morales existen: valores técnicos, económicos y utilitarios; valores vitales
(educación física, educación para la salud); valores estéticos (literarios, musicales,
pictóricos); valores intelectuales (humanísticos, científicos, técnicos); y valores
trascendentales (cosmovisión, filosofía, religión).

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