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Para empezar una investigación es necesario encontrar un buen problema, ya que la solución a
este o en todo caso el proyecto a realizar es una parte del mundo desconocida que está
conectada a ti y no lo sabías que te permitirá desarrollar tu esencia aportando al mundo.
1. Elegir un problema.
Un problema puede resolverse de manera fácil o difícil, pero como todos sabemos en
campo todo es variable, así que aumenta su grado de dificultad automáticamente la
ventaja es que obtendremos conocimiento en la medida de su dificultad, por lo que
nuestro interés en ello nos lleva a potenciar nuestro avance.
En el artículo hace una comparación entre dos gráficas: “Diagrama de factibilidad –
interés para elegir un proyecto” y “Diagrama Pareto”, el primero nos demuestra la
proporcionalidad entre la dificultad y la obtención del conocimiento comparándolo
con el Diagrama de Pareto donde a medida que estudias el problema (recomendación
3 meses para un proyecto bien planificado) el hecho de estudiarlo, analizarlo da como
resultado fundamento a discutirlo haciéndolo más fácil obteniendo mucho
conocimiento.