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Universidad Santo Tomás

Filosofía política
Reseña
Realizado por: Sofía Díaz Rico, y Duvan Camilo Hernandez Castro

Rumores de muerte: la historia de un país sumido en la violencia

Imaginar el cielo tupido de banderas rojas y azules, el paso fuerte del rumor de la muerte, las personas
huyendo de las balas, el advenimiento del monstruo que ya tocó a la puerta, el enfrentamiento de antiguos
hermanos con la ruana y la metralleta, pueblos que se regocijan en sangre ajena. ¡No hay duda! Alfredo
Molano roza con sus letras el pasado oscuro de un país fracturado por la violencia. Se ven francotiradores en
el campanario, es 1886 y la iglesia ha tomado el control político, Dios no puede salvar a los liberales, ha
iniciado la guerra civil, autoridades eclesiásticas se inclinan por ciertos candidatos, ellos son vanagloriados y
los otros satanizados. La voz de Pumarejo reclama la separación iglesia-estado y en respuesta la gente de
ruana impulsada por las autoridades eclesiásticas se arma para eliminar las propuestas peligrosas de los
liberales. Ya se ha sembrado la semilla, la guerra ha comenzado.

Así, crece la enemistad, Molano descubre otra verdad que parece irreal, el fascismo y el nazismo han
empezado se sumergirse en Bogotá. Son los famosos años cuarenta y López ya no es popular, se
fortalecieron los sindicatos y los trabajadores se muestran descontentos, Colombia es un mundo desigual. La
ley la ley 100 del cuarenta y cuatro enciende un nuevo enfrentamiento con los terratenientes. La bandera roja
estaba ennegrecida, se acusaba de corrupción al ejecutivo, los rojos perdían fuerza y ante la caída inminente
López se desliza hacía la vida austera. Un año y se reaviva la contienda, los liberales dejan ver sus
diferencias, por un lado, Turbay un liberal moderado y Gaitán un gran líder. Mientras que los conservadores
presentan a Mariano Ospina. El caudillo era popular entre el pueblo pero no le fue suficiente, Ospina gana
las elecciones y enseguida se encienden las antorchas en todo el territorio nacional. En las áreas rurales, las
ruanas amanecen ensangrentadas, la milicia recibe ordenes de no interferir en los enfrentamientos entre
liberales y conservadores. Colombia es una autentica trinchera. En el cuarenta y siete Gaitán toma el control
sobre su partido y enseguida el gobierno de Ospina emprendió la conservatización de la Policía, pero en
respuesta los liberales proponen dejar en manos del congreso a la policía para frenar el derramamiento de
sangre. Las declaraciones sólo provocan más enfrentamientos.

Rios de sangre, familias destruidas, campesinos sin tierras eran el panorama cotidiano, para Molano la
respuesta más clara es la marcha del silencio, una iniciativa desesperada, miles de personas caminan en
silencio para denunciar la muerte de campesinos liberales, pidiendo a gritos el cese a la violencia, personas
que visibilizaron la mancha negra que ya causaba estragos en muchas familias, pero aún ante el clamor la
violencia no descansaba. Era nueve de Abril, las calles inundadas de muertos, vidrios rotos, gente
enfurecida, comercios destruidos, incendios, auguraban el recrudecimiento de los enfrentamientos. En la
radio anunciaron el asesinato de Gaitan y seguido a esto los liberales toman definitivamente las armas. La
segunda semilla ya se había sembrado en los corazones heridos de los colombianos. Los conservadores
perseguían liberales, la policía se convirtió en un órgano asesino, habían desarrollado una estrategia para
cercar a los liberales y lo habían logrado, nadie escapa de sus manos.

Un verdadero genocidio, sin embargo, lo liberales en algunas zonas del pais donde eran mayoría empiezan a
organizarse. Cuenta Molano, que uno de los epicentros más importantes es la ciudad de Barrancabermeja, en
donde nace la unión sindical de obreros, que declara un paro revolucionario y conforma una junta
revolucionaria desde la que nace el gobierno popular armado. Como se esperaba, muchos jefes del
movimiento fueron perseguidos, aunque muchos logran huir a las selvas para salvarse. Nadie lo sabía pero
esto abriría otro capítulo en la historia, pues con esta huida muchos se organizarían y formarían guerrillas.
Así, en los años sesenta se empezaría conocer el movimiento del ELN.

Ahora bien, Molano narra paralelamente el proceso de colonización, que en cualquier caso significo la
desaparición de selvas vírgenes y en algunos casos enfrentamientos y muertes. Uno de los mas importantes
es el proceso antioqueño, que inició con la expansión de industrias azucareras tomando las tierras planas y
más fértiles del valle del Cauca. Sin embargo, un patron común en muchas zonas del país fue el
desplazamiento de las familias con ruana, por los poderosos terratenientes que llegaban con machete y
obtenían las escrituras de terrenos a la fuerza. Un personaje que destaca el autor es Leocadio Salazar, uno de
los aguerridos campesinos que negociaba por los terrenos dejando una hilera de sangre a sus espaldas,
alcanzo a tener miles de hectáreas gracias al derramamiento de sangre, importantes haciendas quedaron bajo
su poder, tenía muchos a su servicio y puso de moda el uso de testaferros. Era un auténtico embaucador, que
logró involucrar en este proceso a grandes personalidades que ostentaban cargos cercanos al presidente.

Sumado a esto, Molano relata una de las acciones más desconcertantes cometidas por el gobierno en la
cordillera Oriental. En esta zona un comandante se subordina ante la presión de los conservadores y empieza
a tomar importantes puntos como Villavicencio y sus alrededores, asunto, que por supuesto, se convierte en
amenaza para el gobierno. Rápidamente, se alzan las banderas azules y responden cerrando todas las
entradas al Llano, provocando el desplazamiento masivo de familias. Luego, próximos a los cincuenta, estos
hombres indignados, organizan conferencias guerrilleras, intentando erigir una república en los llanos, hecho
que sólo aumenta las tensiones. El ejército parecía no tener limites, desplegó toda un operativo en contra del
pueblo, obligando a estas guerrillas a desplazarse hacia el Sumapaz, el Sur y el Norte del Tolima, Antioquia,
Caldas y los Santanderes. En definitiva, se convirtió en un ciclo vicioso que hizo que todas estas personas
terminaran migrando a diferentes partes del país, lo que explica la rápida expansión de las guerrillas.

Continuando, es aún más desconcertante lo que ocurre cuando las guerrillas de Guadalupe Salcedo intentan
negociar y entablar conversaciones durante el gobierno Urdaneta. Ambas partes se mostraban interesadas,
hasta que este sector revolucionario pide al senado realizar una investigación sobre los orígenes y efectos de
la confrontación armada. Era algo aparentemente sencillo asi que ...¿ por qué no responderían? La realidad
es que el gobierno se mostro reticente y en cambio les pide a los militares reunirse para que entreguen las
armas garantizandoles la titulación de las tierras y la reconstrucción de sus pueblos, pero sólo ocurriría si
cumplían sus condiciones, pero nuevamente la respuesta fue inesperada. Los revolucionarios llegan al lugar
y los militares los rodean, a algunos los toman como prisioneros y otros los asesinan, entre ellos a su
cabecilla Guadalupe Salcedo.

En este viaje bañado en sangre, el relato de Molano deja varios puntos importantes. El primero es entender
que la iglesia fue en ese momento histórico un regulador, era la institución más influyente. Campesinos
relatan como inspiraban al pueblo desde el pulpito, la iglesia era un lugar que servía para difundir ideologías,
paradigmas, es decir que el uso de la palabra fue imprescindible para anexionar ciudadanos a las filas de los
liberales o conservadores. Por otro lado, lo que subyace aquí, es la necesidad de secularizar el poder. Ahora
se ve con mayor claridad en lo estados modernos, sin embargo la apuesta por lo laico ya se divisaba en ese
momento. Después de vivir con la iglesia manejando y controlando todos los ámbitos de la vida, se ve un
nuevo camino en el que los estados deben ser autónomos de cualquier ideología política. Hablar de estados-
nación implica neutralidad, pues la importancia de desligar estado de iglesia es dar paso a los derechos
individuales y al contrato social de Rousseau (Alvear, 2014 ). Lograr esa ruptura significa para cualquier
país reconocer que los limites del poder no son dados por organismos fuera de los establecidos en los marcos
del derecho, es decir el ejercicio del poder político no puede ser limitado por las directrices de la iglesia.
Además, esto significa democracia y pluralidad al reconocer y abrir posibilidades a otras creencias y
perspectivas, pues ahora, según Gauchet (citado por Alvear, 2014), vivir la religión de manera individual es
la muestra del ejercicio de la libertad.

Ahora bien, un segundo punto importante es la ley cien de 1944, que permite entender el problema
estructural frente a la repartición de tierras, que además precede a la actual reforma agraria, que ha sido
motivo de diferentes manifestaciones, luchas políticas y ciudadanas. En este sentido, lo que subyace en el
relato de este periodista es el problema de la democratización de las tierras, pues no todos pueden acceder a
ellas porque no tienen el poder que otros si tienen, es decir algunos poseen recursos económicos y fuerza
armamentística y esto lleva a analizar esos procesos esencialmente violentos de la expropiación y
concentración de la propiedad de la tierra y por tanto las estructuras de poder que se han ido erigiendo.
Personajes como Leocadio, generan unos marcos de violencia estructural, simbólica y cultural, desde que la
gente es desarraigada de su cultura, sus raices y tradiciones, les son arrebatados sus bienes escenciales como
la vivienda y por tanto estas personas pasan a un escenario en el que no pueden solventar sus necesidades y
deben buscar por sus propios medios maneras de subsistencia, entonces se puede hablar de pobreza y perdida
de identidad. Además, esto acentúa las desigualdades y las injusticias sociales, poniendo en evidencia la
ineficacia del estado, pues si se toma en consideración el concepto de justicia distributiva de Aristoteles, es
deber de los estados y gobiernos, en el ejercicio de su gobernanza, distribuir de manera equitativa los
recursos de los que se disponen, sin embargo, esto parece sólo quedar en la teoría.

Por otro lado, se generan marcos de violencia física, ya que la injusticia que viven al ser desplazados ha
llevado a un gran porcentaje de la población a sublevarse porque han perdido la confianza en el estado, como
ocurrió en los Llanos Orientales, en el Valle del Cauca, en Tolima y otros territorios nacionales, esas
organizaciones al margen de la ley buscan reivindicar una posición social, los derechos como personas y
ciudadanos a través de estrategias violentas, que destruyen a las familias, hacen que las personas vivan con
miedo, sean tratadas de maneras inhumanas, obligan al ser humano a acomodarse a condiciones insalubres,
no tienen acceso a un buen sistema de justicia y así esto termina convirtiendose en un ciclo sin fin, que
remite a las violencias ya mencionadas.

En este sentido, con este segundo punto se revelan relaciones de poder entre terratenientes y campesinos,
pues los primero son los que tienen las herramientas para quedarse con las escrituras de las casas y así se
acentúan esas distancias y asimetrías sociales. Esto explica por que Colombia es un territorio de dos mundos;
pobres y ricos. Es un sistema en el que el pobre se hace más pobre y el rico más rico, no hay opciones de
movilidad social, es decir de escalar a estratos mayores. En este país como en muchos del Tercer Mundo, la
pobreza se hereda, pues es muy difícil romper con esas estructuras invisibles. También, allí en esas lógicas
de expropiación hay una intención colonizadora, los que llegan imponen sus formas de vivir y los que vivían
allí tienen que adaptarse o simplemente deben huir.

Un tercer punto importante, es el papel del lider en Colombia. En esta historia Gaitan no es descrito
totalmente, seguramente por que el sociólogo quiere abordar varios asuntos, sin embargo este es otro
personaje que destaca en ese proceso que intenta ser democrático y que sucumbe en el intento. Él es
apreciado por la opinión pública, es un defensor de las causas del pueblo, característica que ya se dilucidaba
con su participación en la bananeras, fue un gran orador y por ese don de la palabra logro movilizar al
pueblo bajo sus preceptos. Este liberal cumplía, teóricamente, todos los parámetros de un lider social,
incentivar, motivar, ejercer e influenciar en el comportamiento o modo de pensar de la gente con el propósito
de trabajar por un bien común, pero esto, en este país parece ser una formula matemática de muerte. Lo
increíble, es que después de décadas aún no se ha hecho la deconstrucción de ese concepto de peligro, ¿qué
es lo realmente peligroso? ¿las personas que luchan por la justicia social? ¿los que reivindican derechos? ¿la
población vulnerable? ¿ la población civil que intenta revertir las dinámicas de poder tradicionales? En
realidad cualquiera que subvierta o que intente alterar el statu quo es un foco de inmundicia social, pensar
diferente es un problema y por eso hoy se ha naturalizado la intolerancia, las divisiones, las polaridades.

En definitiva, los lideres sociales llaman a la muerte, sus denuncias revelan estructuras subterraneas que no
deberían exponerse, además el poder que pueden alcanzar se ve como amenaza. Esa conducta del pasado con
Gaitan parece que se ha sistematizado y se ha hecho mas cruenta y fraudulenta, al asesino de Gaitan al
parecer lo atraparon. Hoy nadie se atreve a buscar a los responsables de las muertes, ni siquiera el estado,
hay que conformarse con discursos moralistas y perdones generalizados, pero... ¿dónde esta la justicia? La
respuesta es que hay más peligro al intentar encontrar respuestas, entonces ni siquiera saber nombres es
posible. Se habla de organizaciones oscuras e invisibles que no pueden ser detectadas por los gobiernos a
pesar de saber de sus métodos sistemáticos y de observar patrones de comportamiento, todavía la justicia
esta lejos de alcanzar esas superestructuras.

El cuarto punto que subyace aquí es la corrupción, la falta de transparencia del estado y la ausencia de
discursos en pro de la paz en el país. Cuando el autor relata en su texto, el día en los Llanos cuando el
ejercito engaña a esa organizaciones subversivas y termina asesinandolos, lo que se hace evidente es esa
falta de confianza, las ganas constantes de ser siempre los vencedores y la visión del otro como enemigo.
Estos tres puntos sólo hacen que se propague un discurso guerrerista, pues siempre se cree estar en un
escenario de amenaza, se empiezan a alimentar unas creencias sobre el otro y esto en gran parte construye
esa visión sobre el conflicto, entonces los liberales son demonios y los conservadores son afortunados y
bendecidos o al contrario para los liberales ellos son modernos y libre pensadores y los conservadores son
asesinos, todas estas lógicas las van construyendo esos lideres de opinión y por tanto influyen en la visión
colectiva. Ahora bien, teniendo encuenta la propuesta de Wilhelm Kempf (2001), en Colombia lo que ha
sucedido es que los conflictos se han escalado por que se mantiene una estructura “pierda- pierda”, es decir
que los dos bandos buscan siempre derrotar al otro, liquidarlo o paralizarlo y por ello nunca habrá espacio
para el dialogo o la concertación, ninguno cede. Sin embargo, hay que decir que para solventar estos
conflictos no se puede mantener la postura inicial, hay que empezar a buscar otros caminos, habrá cosas que
no se puedan obtener, ambas partes tienen que abandonar unas cosas para ganar otras, pero lamentablemente
esto no ocurre y por eso, actualmente es tan difícil que el proceso de paz llegue a buen termino, todas las
partes deben entender que tienen que ceder en algunas puntos. En definitiva, el gobierno debe dar un voto de
confianza para acabar con las matanzas y masacres.

En la misma vía, hay que reconocer que el estado y gobierno ha sido propiciador de la violencia, también se
ha manchado las manos con sangre y eso hace que se vulneren una serie de derechos a la luz de las
corrientes universales. En este sentido, hay que corregir estas deficiencias de fondo en el gobierno si se
quiere erradicar esa violencia estructural, pues estos grandes poderes tienen en sus manos proteger a sus
ciudadanos, como ya se decía, gobernar implica propender al bien común. El autor muestra aqui, que el
estado ha cometido hechos fraudulentos y entonces, la vía es reformular el sistema o que los ciudadanos
hagan un ejercicio democrático responsable para ir eliminando paulatinamente esa corrupción arraigada.
Resumiendo, el texto “Fragmentos de la historia del conflicto armado” de Alfredo Molano permite la
reflexión acerca del papel de la iglesia y la importancia de la separación de esta con respecto al estado, en un
segundo momento permite comprender que una de las causas que ha llevado al enfrentamiento en Colombia
tiene que ver con la expropiación de tierras. Además, que detrás del desplazamiento de familias surgen una
serie de violencias visibles e invisibles. Por otro lado, refleja el problema de la libertad de expresión y el
asunto de la eliminación sistemática de lideres y finalmente el papel que juega el gobierno en el
escalamiento del conflicto debido a su creciente desconfianza y falta de apertura a la negociación.

Bibliografía
Alvear Téllez, Julio. (2014). La comprensión del Estado laico y de la secularización del poder político
según Jellinek, Gauchet, Schmitt y Gambra. Revista de derecho (Valparaíso), (43), 765-799.
https://dx.doi.org/10.4067/S0718-68512014000200022

Gutiérrez Villalobos Sonia, Kempf Wilhelm. (2001). Los medios y la cultura de paz. Berlin.
https://kops.uni-konstanz.de/bitstream/handle/123456789/10370/2001_Los_Medios.pdf?sequence=1

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