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LOS MITOS E ÍCONOS QUE NO EXISTEN

Por: Peter Guzmán Mejía*

* Administrador de Empresas, analista programador de sistemas y especialista


en Gerencia de Mercadeo (Universidad del Norte); especialista en Psicología del
Consumidor (Universidad Konrad Lorenz). Con diplomados en mercadeo
Internacional, Mercadeo de servicios y en Logística Empresarial. Con amplia
experiencia en el área de mercadeo a nivel nacional e internacional en empresas
el Grupo Bavaria (Cervecería Aguila), y el grupo Argos (Dicementos, cementos
del Caribe, Colclinker, Tolcementos, Cementos Andino en Venezuela y L’cement
d’Haiti). Docente universitario, Motivador, Consultor empresarial, conferencista.
Decano de ciencias administrativas de la Corporación universitaria de Colombia
IDEAS.
Contactos: peterguzmanmejia@yahoo.com

Las manzanas de los árboles que nunca he visto.


Recuerdo que cuando era niño, las profesoras de preescolar les pedían a
sus alumnos que dibujaran un árbol con frutas. Casi
todos dibujaban un árbol de manzanas.
Yo vivía en Barranquilla, a orillas del Mar Caribe, en
donde nuca en mi vida había visto un árbol de
manzanas. 30 Años después todavía no lo conozco.
Este es uno de los íconos que no existen, tal vez
penetrado en nuestra mente por la televisión o los libros
de texto de los colegios. Los niños se burlaban cuando
yo dibujaba el palo de mango del patio de mi casa.

Las naranjas en Colombia no son naranja, son verde limón.


Igual pasaba cuando me pedían que
dibujara 6 naranjas, yo las dibujaba de
color verde limón, como las que mi
madre me exprimía para el jugo del
desayuno. La mayoría de naranjas en
Colombia son verdes limón, o amarillas,
son escasas (y caras) las de color naranja. Pero igual mis compañeros
se burlaban de mí.

Voy a disfrazarme de Preso.


El una fiesta de disfraces, una pareja de amigos
fueron vestidos con pantalón y camisa a rayas
verticales negras, con un gorro de tela también a
rayas. Todo el mundo le reconocía como la pareja
de “presos”. Y ahí estaba yo otra vez diciendo que
los presos en Colombia no tienen uniforme, o en las películas tiene un
uniforme azul claro, o de otro color, nunca a rayas. Igual es un ícono,
tomado tal vez de las caricaturas de Condorito o de películas de los años
60. Otra vez tragamos sin masticar, Esta vez me hicieron mala cara
cuando critiqué el disfraz.

Cocodrilo vs. Caimán.


Otra vez los íconos se le inculcan a
los niños desde al colegio. Los niños
van al zoológico y reconocen un
Caimán al que le llaman Cocodrilo.
En Colombia no hay cocodrilos, solo
en Norteamérica, en África, Asia o
en Australia, aquí no. Y sin embargo
las profesoras de preescolar le
llaman Cocodrilo. Esta vez el ícono
existe, pero nos equivocamos de nombre.

El Borracho sin hipo.


Es muy común ver a los humoristas
imitando a un borracho, siempre son el
hipo característico. Yo nunca me he visto
a mí mismo borracho, pero en mi largo
historial de bohemio nunca he visto a un
borracho con hipo. Escupen, eructan,
sueltan pedos, arrugan la cara, pero
nunca hipo. Otro ícono que no existe,
pero todos tenemos nuestro borracho con
hipo modelo en la cabeza.

El parto por cesárea es mejor...


Antes de entrar en vigencia la Ley 100, donde se reformaba la salud en
Colombia, estaba muy de moda el parto por cesárea. Obvio, como decía
un amigo médico, es mejor recomendarle a las futuras madres un parto
con cesárea “sin dolor” a un precio mucho más caro, que un parto
natural, al que todas las primerizas le tiene pavor. Se satisfacían los
deseos del paciente y también el bolsillo del médico. Pero quedaban las
madres con una herida incómoda en su abdomen, casi un mes sin poder
moverse mientras sanaba.
Ahora la cuestión es muy diferente. Ya el paciente no paga, paga la EPS.
Y a dicha entidad no le interesa pagar más por un parto. Por eso ya no
se ordenan muchas cesáreas, a menos que médico lo amerite. Y las
madres se quejan de que la EPS es pésima porque no le ordenó la
cesárea. Y hasta intentan sobornar al médico o pagan de su bolsillo la
cesárea. (lo cual le conviene la médico)…
Por eso el título: El parto por cesárea es mejor… para el bolsillo del
médico.

El Perro bonito que no come concentrado.


Trabajaba yo en una importante productora de Cervezas en Barranquilla,
en el departamento de mercadeo. En la planta había más de 2000
personas en tres turnos, y había un casino (comedor) grandísimo para
satisfacer el apetito voraz de los sindicalistas y no sindicalistas. Yo, con
mis habilidades en relaciones públicas, conseguí que dos o tres veces a
la semana me regalaran una gran bolsa negra con los desperdicios
(trozos de carne entera, pollos a medio comer y otras cosas), con
destino a un perro labrador y una perra Cocker con apetito voraz.

Los perros comían mejor que los habitantes de


la casa, y se mantenían siempre sanos, y con
un pelo brillante. Una vez un amigo que llegó
de visita me preguntó cuál era el concentrado
que le daba al perro, puesto que tenía uno
igual y no estaba tan bonito. Para resumir la
conversación, él no creyó que yo no los
alimentaba con concentrado; y hasta me
regaño porque no alimentaba correctamente a
mis perros. Me dijo que para que los perros
tuvieran pelo bonito, debían comer
concentrado. Y creyó más en el ícono del
concentrado que en lo veían sus ojos. Una
vez más se rieron de mí, pero ya no con convencimiento.
Tal vez en su memoria estaba aquel comercial de los ochenta: “Las
sobras que usted les da solo los alimenta a medias, aliméntelos con
Purina”.
Cuántas personas hoy en día creemos ciegamente en los mitos, en los
anuncios de la TV. Siempre tragamos entero y no nos quitamos la venda
de los ojos.

Los detergentes que no quintan manchas.


En una universidad de Bogotá propuse a mis alumnos el realizar una
prueba de detergentes, como la de los comerciales de televisión.
Tomamos una camiseta blanca, la manchamos con cuento se nos
ocurrió, la partimos en 2 y la echamos a lavar en dos lavadoras
(alquiladas) con la misma cantidad de detergente de las 2 marcas
principales. Después de 45 minutos (lo que dura el ciclo de lavado
“normal”), sacamos las dos mitades y… Las dos mitades estaban
manchadas, de igual manera, pero olían a limpio. Ninguna sacó las
manchas, y la gente todavía cree que hay un detergente mejor que otro.
No hay tal, sólo es un mito.

Los médicos ya no son millonarios.


Cuando era adolescente, y hoy todavía, muchos soñamos con ser
médicos. En mis tiempos significaba tener la vida arreglada, volverse
millonario. En muchas zonas rurales todavía ven a los médicos como
super-hombres-sabios-que-todo-lo-saben. Y tal vez todavía ser médico
tiene status. Pero ya no se vuelven millonarios. Con la ley 100 pasaron
a ser unos trabajadores como cualquier administrador o ingeniero. Ya
deben trabajar como cualquiera para ganarse un sueldo decente. Y los
adolescentes todavía no se dan cuenta de esto, y las escuelas de
medicina están a reventar. Estudian más, invierten mucho más en su
educación, le vacían el bolsillo a los padres, y no están tan bien
remunerados como en tiempos de otrora. El mito ya cambió.
Respeto mucho a los médicos, pero no cambiaría por nada del mundo mi
carrera de Administrador de empresas.

Los Iconos regionales Colombianos.


Aviso clasificados:
“Costeño trabajador, abstemio y fiel busca pereirana virgen e inocente para relación
seria”
“Paisa honrado vende mercancía importada original a toda la comunidad de Pasto”

Los Colombianos se creen todos los íconos regionales. Para la mayoría


de los Colombianos el venir a Villavicencio significa encontrar a todo el
mundo saliendo a trabajar en Caballo, con sombrero y botas (Ni siquiera
“Cotizas”). Creemos que el bogotano es traicionero, que el pastuso es
bruto, que el opita es flojo, que las Pereiranas son ligeras de piernas, los
paisas siempre engañan en los negocios, y que el barranquillero
perezoso anda todo el día en guayabera de colores. Nada está más lejos
de la realidad. Cuando uno visita una ciudad, - como le ha sucedido a
muchas personas- uno se da cuenta de que nada es como lo pintan, que
una vez más estamos creyendo en estereotipos.

Todos tenemos un ícono de las otras culturas, y más en Colombia, que


es un país rico en culturas regionales, y rico en íconos. Pero no todos
son ciertos,

---o---
Podemos mencionar y mencionar casos en los cuales asumimos íconos
como reales cuando éstos no existen. Lo importante es saber que
muchas veces tragamos entero información sin devorarla, sobre todo
cuando somos niños o adolescentes. No nos dejemos engañar por los
medios, quitémonos la venda de los ojos, creamos en lo que es real y
dudemos de los íconos, siempre nos llevaremos gratas sorpresas.

Y la lista pude continuar…


de mitos e íconos promovidos por los medios de comunicación, y por los
gerentes de mercadeo…
Si a una niña se le ven las costillas, mucho mejor…
Los productos light que no son dietéticos… La cerveza Águila Light que
no engorda … (eso se lo escuché a una mujer el otro día)
Los spaguettis que deben ser amarillos (en el mundo son blancos,
excepto en Colombia)…
La mayonesa que debe ser blanca. (En el mundo es amarilla, menos en
Colombia)
Todo lo caro es bueno…
El Axxe te hace conquistar mujeres…
La crema Pond’s te hace quitar 10 años de encima…
El pan integral no engorda…
Todo lo Chino es malo y barato…

Como podemos ver, creemos ciegamente en cosas que no existen. Nos


dejamos manipular por las creencias, los íconos, los mitos, lo medios de
comunicación.
Identifiquemos los mitos e íconos y ayudemos a quitarle el velo a los
demás. Espero que este artículo le haya servido para abrir los ojos. (O
por lo menos que se hayan divertido)

Desde ahora fundo el club de “Mithbusters” criollo


(respetando a la serie de Discovery Channel).

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Peterguzmanmejia@yahoo.com

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