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AUTOREFLEXION:

Considerando los textos leídos y la situación actual de Colombia nos lleva a analizar y pensar como
de un momento para otro las cosas pueden cambiar, como el virus nombrado COVID-19 te puede
privatizar de tu libertad, de las cosas que tanto te gusta hacer, de las que podrías hacer e incluso
como te aleja momentáneamente de tus seres queridos, tenemos que concientizarnos que el
aislamiento preventivo del gobierno es una medida que de alguna u otra manera minimiza el
riesgo del contagio y aumento de la cantidad de personas perjudicadas por este virus.

Se trata de pensar en ti, en los demás y sobre todo en el bienestar de los tuyos, pues bien, se sabe
que no tenemos libertad completa, las medidas preventivas lo prohíben, en estos momentos de
crisis es cuando reflexionamos y empezamos a pensar ¿porque no disfrute un poco más?, hemos
derrochado el tiempo libre y nuestra libertad en cosas que no dan felicidad, tal vez s esta prueba
nos ayude a pensar y apreciar mas lo que tenemos, a los que están con nosotros en estos
momentos.

Como hemos observado a nivel social es evidente que el miedo es mas contagioso que el propio
virus, esta bien que nos de miedo pero no podemos permitir que este desate cantidad de
perjuicios, también el hecho de comprar compulsivamente e innecesariamente, estos son algunos
de los actos que actualmente hemos visto, es debido resaltar que también hemos evidenciado el
buen comportamiento y los valores que tienen las personas un ejemplo claro es la solidaridad que
se ha demostrado con Italia, el cual es uno de los principales afectados por esta crisis.

En momentos así, quizás merezca la pena conectar con otras personas, reconociendo nuestra
vulnerabilidad, la incertidumbre característica de la vida y nuestro instinto de supervivencia y a
partir de la experiencia de esta crisis explorar las cualidades que llevamos dentro, poner en
práctica nuestra ética, los valores que nos han infundido por años. Lo bueno de una crisis es que
nos hace a todos iguales, como se ve, borra las fronteras, las geográficas y las de la piel, y nos da la
oportunidad de colaborar solidariamente y modificar comportamientos y barreras que hasta antes
de la crisis eran lo más importante.

La crisis pasará, ojalá lo que quede nos haga más humildes y conectados con los valores esenciales
que llevamos dentro. El virus se quedará con nosotros. Puede que nos sirva, en el futuro, para
recordarnos nuestra fragilidad y que, más allá del susto por lo que podemos perder, sepamos
agradecer todo lo que tenemos para disfrutar

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