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Barreras culturales para terminar la

escuela 29 de Abril de 2011 P/12


Un informe de Unicef revela que la escolaridad es mayor para los mapuches y kollas que para
los tobas. La diferencia es que aquellos hablan español y éstos tienen pocos docentes bilingües.

La mitad de los adolescentes tobas (qom) no completó la escuela primaria: sólo uno de cada cuatro
ingresó a la secundaria, y prácticamente ninguno logró finalizarla. Y, a su vez, las cifras de repitencia
y deserción triplican los niveles de la escuela no indígena. En cambio, los niveles de escolaridad de
los chicos mapuches y kollas son mayores al de otras comunidades indígenas, pero muy pocos
hablan su lengua nativa. En este escenario, la falta de maestros indígenas bilingües y de programas
interculturales en las escuelas son algunas de las barreras que encuentran los chicos aborígenes en
las aulas. Así lo demostró una investigación sobre la situación socioeducativa de niñas, niños y
adolescentes de comunidades toba, mapuche y kolla, realizado por Unicef, el Centro de Estudios de
Población (Cenep) y la Asociación de Juventudes Indígenas. De acuerdo con el trabajo, la educación
intercultural bilingüe tiene por delante aún grandes desafíos, que requieren de políticas integrales
para que los estudiantes indígenas accedan a una educación de calidad.

Los estudiantes tobas tienen una de las tasas de deserción escolar más altas de los pueblos
indígenas del país. El 58 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 19 años, que asistieron alguna vez a
la escuela, no completó la primaria. La falta de dinero para comprar zapatillas y útiles escolares y la
necesidad de trabajar son algunas de las causas del abandono escolar en estas comunidades de
Chaco, Formosa y Santa Fe, de acuerdo con los dos informes, presentados ayer en el Senado
nacional.

El 60 por ciento de los alumnos de nivel primario tiene sobreedad. El fenómeno se manifiesta en
forma más crítica en los grados más avanzados de ese nivel, donde llegan a ser entre el 80 y el 90
por ciento del total. La mitad de los estudiantes tobas no termina séptimo grado y sólo uno de cada
cuatro ingresa al nivel medio. “El paso al secundario es casi una excepción. El retraso escolar por
repitencia es de al menos tres grados”, afirmó Georgina Binstock, una de las autoras de la
investigación. Según describió Marcela Cerruti, otra de las especialistas, el trabajo infantil, el
embarazo precoz, la oportunidad laboral y la falta de recursos son algunas barreras para la
permanencia en los estudios. “En los últimos 20 años hubo un enorme avance en el acceso, pero es
grave la situación de los adolescentes: ingresan pocos y terminan muchos menos”, aseguró Elena
Duro, especialista en Educación de Unicef.

Según el informe, los mapuches y kollas son los pueblos indígenas con mejor rendimiento escolar:
sólo un 25 por ciento no completó el nivel primario; el 40 por ciento empezó el secundario, pero sólo
la mitad llegó a completarlo. Si bien los niveles de escolaridad están por debajo de los promedios
nacionales, son mayores a los de las comunidades toba, wichí y mbyá-guaraní. Ocurre que tanto los
kollas como los mapuches hablan español en sus casas, lo cual, según el informe, les facilita la
permanencia en la escuela.

Las familias indígenas quieren que sus hijos vayan a la escuela ya que lo ven indispensable para una
vida mejor. El porcentaje de jóvenes con la primaria incompleta es del 11,1 por ciento en los
mapuches y del 6,6 entre los kollas, frente al 54,1 de abandono de los mbyá-guaraníes, el 52,4 de los
wichí y el 50,4 de los tobas, tres pueblos que conservan el idioma nativo.

El pueblo toba, tercero en tamaño en el país, aún mantiene vivo el idioma de sus ancestros: el 78 por
ciento de los qom utiliza la lengua materna para comunicarse en el hogar. Ellos aprenden el español
en la escuela, como segundo idioma, aunque los docentes muchas veces no conocen su lengua
indígena. En cambio, muy pocos kollas o mapuches hablan la lengua materna. Estas comunidades
luchan contra la extinción de su lenguaje, ya que con la pérdida del mapudungun y el quechua se va
gran parte de su identidad cultural. “No resignamos nuestro derecho a tener nuestra propia educación
bilingüe. Los docentes deberían ser miembros de las comunidades indígenas, así se garantiza que
conozcan la cultura”, enfatizó la kolla Natalia Sarapura.

“No vamos a tener una educación bilingüe de calidad si se desjerarquiza el rol de las comunidades
indígenas dentro de las escuelas”, advirtió la especialista de Unicef. Según el informe, algunas de las
barreras en las aulas son la escasez de docentes indígenas bilingües y de programas interculturales –
de abordaje de la cultura indígena– en las escuelas. Según Duro, aún quedan grandes desafíos
educativos: “La escuela bilingüe requiere de educadores indígenas formados –incluso becados para
acceder a estudios terciarios– y una organización escolar con un tiempo para lengua originaria y otro
para la segunda lengua, el español”. En suma, la meta perseguida es la ejecución de políticas
públicas, inclusivas y respetuosas de los derechos de los niños, niñas y adolescentes indígenas.

Informe:  Soledad Arréguez Manozzo.

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