El pasado fin de semana, María Paula Munera recordaba junto a su mejor amiga aquel día en el que la virgen cayó encima de su cara y formo la aún existente torcedura en su nariz. Los padres de la entonces pequeña María, aseguran haber escuchado los llantos de su hija desde el segundo piso donde se encontraban descansando, alarmados bajaron rápidamente a la habitación donde su pequeña hija minutos atrás dormía al lado de su abuela Edilia, quien tan solo unas 2 horas antes había orado a la virgen junto a su nieta. Angela, la mamá de María Paula quien se unió entre risas al relato de la anécdota, recuerda que su madre “no paraba de reclamarle a la figura por haber golpeado a la niña, como si esta le fuera a dar una respuesta”. La ahora no tan pequeña Munera, describió la escena basada en el relato que sus padres le han contado en diferentes ocasiones afirmando que “la imagen de porcelana se encontraba en una pequeña repisa sujeta a la pared, por encima del respaldar de la cama y sin razón aparente la virgen cayo justo en mi cara”. Con caricias a su nariz, en un intento de acomodarla un poco, María sonríe mientras afirma creer que eso le dio una característica particular.