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Feminismo

Uno de los símbolos del movimiento feminista alemán, a partir de la década de 1970.

Acto por el Día Internacional de la Mujer en Dhaka, Bangladés, el 8 de marzo de 2005, organizado por el


Centro Nacional de Trabajadoras.

El feminismo es un conjunto heterogéneo1 de


movimientos políticos, culturales, económicos y sociales que tiene como objetivo
la búsqueda de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres,2345 y eliminar la
dominación y violencia de los varones sobre las mujeres 6 además de una teoría
social y política.7
La influencia del feminismo ha conseguido cambios en ámbitos como el derecho a
la educación, el voto de la mujer, el derecho al trabajo, la igualdad ante la ley o
los derechos reproductivos, entre muchos otros.89 En su vertiente intelectual,
la teoría feminista también ha influenciado a la teoría crítica, dando lugar a
los estudios de género,10 así como a subdisciplinas de estudios de las ciencias
sociales.11

Índice

 1Conceptos generales sobre el feminismo


 2Etimología
 3Cronología
o 3.1Protofeminismo, feminismo premoderno y memorial de agravios
o 3.2Primera fase: feminismo e Ilustración
o 3.3Segunda fase (primera ola)
o 3.4Segunda ola
o 3.5Tercera ola
 4Impacto del feminismo en la sociedad
 5Conceptos clave
o 5.1Patriarcado
o 5.2Género
o 5.3Androcentrismo
 6Críticas
o 6.1Aspectos teóricos
o 6.2Movimiento del desacuerdo
 7Véase también
 8Referencias
 9Bibliografía
 10Enlaces externos
Conceptos generales sobre el feminismo
El feminismo es definido por la Real Academia Española (RAE) como un «principio
de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.». 4 La definición de este
concepto ha sido tema de debate entre diferentes autores e incluso ha generado
diferentes movimientos sociales y culturales.[cita  requerida]
Como movimiento de transformación de la sociedad, tiene una vocación de
influencia sobre la forma en la que se conceptualiza la realidad y en el discurso
científico. A medida que el movimiento feminista adquiere relevancia en el mundo
académico, se va generando un cuerpo teórico independiente con herramientas
conceptuales propias.12
En su consideración de movimiento social, el feminismo se conceptúa como
un proceso, una sucesión de etapas o fases, también llamadas «olas». Es
importante tener en cuenta que la cronología del feminismo estadounidense no
coincide con la de los estudios feministas europeos, entre los que destacan los
que se realizan en idioma español. En cada fase u «ola» se han desarrollado
ideas y conceptos, teorías, estrategias, acciones, corrientes muy diversas, así
como una teoría feminista que ha dado lugar a la aparición de disciplinas como,
por ejemplo, la geografía feminista, la historia del feminismo o los estudios de
género. Como movimiento de transformación de las relaciones de poder entre
varones y mujeres,12 el feminismo realiza una crítica de la visión androcéntrica de
la sociedad, a la que debe atacar para conseguir sus objetivos.

Etimología
Aunque el tema de la igualdad se trataba en publicaciones del siglo XVII, como De
l'Égalité des hommes et des femmes (1622), de Marie Le Jars de Gournay o De
l'Egalité des deux sexes (1673), de François Poullain de la Barre, el
neologismo francés féminisme se formó a finales del siglo XIX, a partir de la
palabra latina «femina» y el sufijo «isme». El primer uso del término, aunque con
un significado distinto, se produce en 1871, cuando un estudiante de medicina,
Ferdinand-Valérie Fanneau de la Cour, lo utilizó en su tesis, Du fèminisme et de
l'infantilisme chez les tuberculeux (Del feminismo y el infantilismo en los
tuberculosos), para referirse a la patología que aquejaba a los varones que sufrían
de este mal. Según su tesis, se producía una detención del desarrollo del cuerpo,
lo que derivaba en el debilitamiento del individuo enfermo, y, finalmente, se
presentaba una feminización del cuerpo masculino. Es poco probable, sin
embargo, que se diseminara este término, tanto por su contexto como por la
coyuntura en el que se produce.13
Meses después, en 1872, Alexandre Dumas hijo, escritor y dramaturgo, retomó el
término, ahora con un sentido político, en sus panfletos «Feminismo» y «El
hombre-mujer» para desprestigiar a los varones que apoyaban decididamente el
movimiento de mujeres que demandaban el acceso a sus derechos ciudadanos.
Según la historiadora y filósofa francesa Geneviéve Fraisse, Dumas utilizó el
término feminismo en el marco de un debate sobre temas como el adulterio y el
divorcio.14 No fue hasta la década de 1880, cuando Hubertine Auclert, sufragista
francesa, retomó el término, ahora con una connotación dirigida a los movimientos
que buscaban la justicia social y política para las mujeres. 15
Por su parte, el Diccionario de la lengua española recoge por primera vez el
neologismo en 1914 y no modifica la definición hasta 1992 [cita  requerida] (del
latín femĭna, mujer, hembra, e -ismo).4 Hasta esta fecha ha definido feminismo
como «doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos
reservados antes a los varones». En su segunda acepción, es el movimiento que
exige para las mujeres iguales derechos que para los varones. Esta segunda
acepción la incorpora la edición de 1992. 4

Maryana Marrash (1848-1919) fue una de las primeras feministas de Cercano Oriente.

Se reconocen varias modalidades de feminismo, entre otras: el feminismo cultural,


el feminismo liberal, el feminismo radical, el ecofeminismo, el anarcofeminismo,
el feminismo de la diferencia, el feminismo de género, el feminismo de la igualdad,
el feminismo marxista, el feminismo socialista, el feminismo separatista,
el feminismo filosófico, el feminismo islámico, y el feminismo lésbico. Todo ello
hace que se hable de «feminismos» (en plural) y no de un solo «feminismo». En
esta línea, se define feminismo como el conjunto heterogéneo 16 de ideologías y de
movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la
igualdad de derechos entre varones y mujeres.

Cronología
Después de vender su casa, Emmeline Pankhurst, en la foto en la ciudad de Nueva York en 1913, viajó
constantemente, dando discursos en toda Gran Bretaña y Estados Unidos.

Los estudios feministas europeos, entre los que destacan los que se realizan
en idioma español, distinguen como primera fase la del feminismo e Ilustración,
también llamada la polémica feminista.
Una de las primeras mujeres filósofas con principios feministas fue Hiparquía,
esposa de Crates de Tebas. Era miembro de la escuela cínica, por lo que se
despojó de sus posesiones, familia y comportamiento acuerdo a la sociedad, dejó
el rol tradicional dado a la mujer y comenzó a vestir ropa de hombre a modo de no
seguir las tradiciones de la sociedad griega. Teodoro el Ateo, que se reía de ella,
le preguntó por qué no se dedicaba a las tareas propias de su sexo. Hiparquía,
consciente de lo que podía haber de revolucionario en su actitud, le respondió:
«¿Crees que he hecho mal en consagrar al estudio el tiempo que, por mi sexo,
debería haber perdido como tejedora?». 17
Si bien las polémicas sobre la mujer se remontan hasta la Edad Media y aunque
arrancan con el preciosismo, siendo de destacar la obra de Poullain de la
Barre (1673), es en el siglo XVIII cuando la polémica sobre igualdad y diferencia
entre los sexos se plantea con un discurso crítico, a través de la filosofía de
la Ilustración, que era contemporánea. El detonante fue la publicación de la
obra Vindicación de los derechos de la mujer, de Mary Wollstonecraft (1792). La
segunda ola fue el feminismo liberal sufragista, centrado en el derecho al sufragio
y a la educación. Fue un interregno, después de las Guerras, con la
llamada mística de la feminidad. La tercera ola comienza en los años setenta con
lo que las feministas llamaron «el malestar que no tenía nombre», y el análisis
del patriarcado, los techos de cristal, así como la situación de las mujeres en el
resto del planeta donde no se reconocen los derechos humanos que se declararon
universales e inalienables. En esta tercera ola sigue el feminismo, que es un
internacionalismo, en la segunda década del siglo XXI.18
Otra cronología distingue1920 la primera ola, que apareció a finales del siglo XIX y
principios del XX y se centró mayormente en el logro del derecho al sufragio
femenino; la segunda ola aparece en los años 60s y 70s y se centra en la
liberación de la mujer; por último, la tercera ola comienza en los años 1990 y se
extiende hasta hoy en día, y constituye una continuación y una reacción a las
lagunas que se perciben en el feminismo de la segunda ola. 21
Christine de Pizan presenta su libro a la reina Isabel de Baviera.

Protofeminismo, feminismo premoderno y memorial de


agravios
Se denomina protofeminismo o feminismo premoderno 22 a las protestas
expresadas por mujeres como «memorial de agravios» 23y a la defensa de las
mujeres que se llevó a cabo en el contexto de las polémicas sobre mujeres,
durante la época que precede a La Ilustración y que se remonta hasta la Edad
Media.22 Este feminismo premoderno no surge del discurso de exaltación de las
virtudes femeninas que es parte de la tradición europea del siglo XIII conocida
como Amor cortés.24 Tampoco es un discurso que reivindique la igualdad entre los
sexos, pues se mueve en el marco de una sociedad estamental en la que rige el
prejuicio de que es por voluntad divina que existan diferentes «estados» y
diferentes formas de servir al amo, según los sexos.
Según Simone de Beauvoir, la primera mujer que utilizó una pluma para defender
a las mujeres fue Christine de Pizan, quien en el siglo XV escribió, entre otras
obras, la que tituló como Ciudad de Damas y la que publicó bajo el título Epître au
Dieu d'Amour (Epístola al dios del amor).25
Ahora bien, esta defensa no se ajusta completamente al concepto de feminismo
nacido con la Ilustración, al feminismo moderno, que trasciende de la mera
enumeración de agravios y entra en el terreno de la vindicación de la mujer y la
crítica racionalista de las estructuras sociales.
Primera fase: feminismo e Ilustración
Primera edición impresa de Vindicación de los derechos de la mujer: crítica acerca de asuntos políticos
y morales de Mary Wollstonecraft.

Salvo excepciones, los principales autores varones de la Ilustración relegaron el


papel de la mujer en la modernidad. Tanto Rousseau como Kant consideraban
que las mujeres, al igual que los niños, estaban excluidas «por naturaleza» del
derecho de ciudadanía.26 Celia Amorós estudió el tema, señalando que aunque el
feminismo se encontraba ínsito en «la cara romántica de la Ilustración»,
registrando importantes iniciativas aún desde sus etapas más tempranas, sería
finalmente una «senda no transitada», que llevó a que el pensamiento feminista
sea habitualmente ignorado en los estudios sobre del movimiento ilustrado. 26
Entre los intentos más notables de incluir igualitariamente a las mujeres en el
movimiento racionalista, se encuentran los clubes de mujeres en la Revolución
francesa y la publicación en 1791 de la Declaración de los Derechos de la Mujer y
de la Ciudadana, redactada por Olympe de Gouges, con el fin de completar
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada dos años
antes por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia. Pero aquellos intentos
fueron «brutalmente acallados», en la expresión de Amorós, como lo evidenció la
prohibición de los clubes de mujeres y la ejecución de Olympe de Gouges. 26
Se genera cierta literatura de carácter liberal a favor de la mujer: John Stuart
Mill o Nicolas de Condorcet van a ser ejemplos de líderes (varones) que defienden
los derechos de la mujer, pero el vacío y aparente olvido de la relegada figura de
la mujer dentro del estado liberal, que perdura hasta el siglo XX, no va a ser
denunciado hasta la aparición de autoras como Mary Wollstonecraft autora
de Vindicación de los derechos de la mujer, que rompe con la tónica de las obras
escritas hasta el momento por mujeres, descritas como «memorial de agravios» y
pasa a la «vindicación», componente esencial del feminismo. 27
En el Imperio español también hubo expresiones feministas ligadas a la
Ilustración, como fue el caso de la actuación de Josefa Amar y Borbón en la Real
Sociedad Aragonesa de los Amigos del País, defendiendo la equidad de las
mujeres ante el hombre. Una de sus obras disponibles actualmente en internet, es
el Discurso en defensa del talento de las mujeres:
No contentos los hombres con haberse reservado, los empleos, las honras, las utilidades, en una
palabra, todo lo que pueden animar su aplicación y desvelo, han despojado a las mugeres hasta de la
complacencia que resulta de tener un entendimiento ilustrado. Nacen, y se crían en la ignorancia
absoluta: aquéllos las desprecian por esta causa, ellas llegan a persuadirse que no son capaces de otra
cosa y como si tubieran el talento en las manos, no cultivan otras habilidades que las que pueden
desempeñar con estas. ¡Tánto arrastra la opinión en todas materias! Si como ésta da el principal valor
en todas las mugeres a la hermosura, y el donaire, le diese a la discreción, presto las veríamos tan
solícitas por adquirirla, como ahora lo están por parecer hermosas, y amables. Rectifiquen los hombres
primero su estimación, es decir, aprecien las prendas, que lo merecen verdaderamente, y no duden que
se reformarán los vicios de que se quexan. Entretanto no se haga causa a las mugeres, que sólo cuidan
de adornar el cuerpo, porque ven que éste es el idolillo, a que ellos dedican sus inciensos. 28

Segunda fase (primera ola)


Artículo principal: Primera ola del feminismo

La feminista franco-peruana Flora Tristán se destacó en el movimiento socialista francés en la primera


mitad del siglo XIX.

Manifestación de sufragistas en Nueva York el 6 de mayo de 1912


La segunda fase o primera ola del feminismo se refiere al movimiento feminista
que se desarrolló en Inglaterra, Estados Unidos y otras partes del mundo como
Iberoamérica a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX.
Originariamente, se concentró en la obtención de igualdad frente al varón en
términos de derecho de propiedad e igual capacidad de obrar, así como la
demanda de igualdad de derechos dentro del matrimonio. A finales del siglo XIX,
los esfuerzos se van a concentrar en la obtención de derechos políticos, en
concreto el derecho al sufragio.29
En las décadas de 1830 y 1840 se destaca en el movimiento socialista francés, la
peruana Flora Tristán, con obras como La emancipación de la mujer, considerada
como precursora del movimiento feminista moderno.
Un hito del feminismo es la Convención de Seneca Falls en Nueva York en el año
1848, donde trescientos activistas y espectadores se reunieron en la primera
convención por los derechos de la mujer en Estados Unidos, cuya declaración final
fue firmada por unas cien mujeres.
Al iniciarse el siglo XX aparecen en el Reino Unido las suffragettes, activistas por
los derechos cívicos de las mujeres, en particular el derecho al sufragio. El
movimiento fue liderado por Emmeline Pankhurst y numerosas autoras y
activistas, en su mayor parte de Estados Unidos y Reino Unido, que van a llevar el
feminismo al terreno del activismo, especialmente en un contexto de vindicación
de igualdad de derechos frente al Estado.
Los acontecimientos históricos del momento, especialmente la abolición de la
esclavitud, van a ser muy influyentes en el devenir del movimiento feminista,
pudiendo encontrar una correlación entre la lucha por la abolición y la lucha por los
derechos de la mujer: muchas de las líderes de esta primera corriente son
esposas de líderes abolicionistas.

La argentina Julieta Lanteri, médica y líder del movimiento feminista argentino de comienzos del siglo
XX, convirtiéndose en la primera mujer que logró votar en Argentina y América Latina durante las
elecciones municipales de Buenos Aires de 1911.

--Una vez conseguida la abolición, se van a producir contactos entre las feministas
y las mujeres negras, poniéndose de relieve las grandes diferencias en la situación
de las mujeres blancas de clase media-alta, las únicas feministas hasta el
momento, con las mujeres negras. Este encuentro lo personaliza la figura
de Sojourner Truth y su discurso Ain't I a Woman? (1851). Las diferencias y
características específicas de los problemas de la mujer negra junto con los de las
mujeres obreras (un grupo que va a comenzar a hacer aparición) van a generar
fricciones y problemas como por ejemplo, la incompatibilidad del modelo femenino
de la mujer obrera con el de las pioneras del feminismo.
Autoras y activistas importantes de la primera ola del feminismo son: Lucretia
Mott, Lucy Stone, Elizabeth Cady Stanton, y Susan B. Anthony, muchas de ellas
vinculadas al abolicionismo e influenciadas por el pensamiento cuáquero. El
carácter del feminismo predominante en ese momento vindica la mujer a través de
cualidades positivas consideradas femeninas como la templanza, la vida piadosa o
la abstención de beber alcohol. Sin embargo, esta vindicación de la mujer a través
de la templanza no es menoscabo para enérgicas protestas y un activismo
beligerante, con acciones como encadenarse en lugares públicos, romper
escaparates, huelgas de hambre, desobediencia civil o actos desesperados y
extremadamente peligrosos como tirarse delante del caballo del rey durante una
carrera.
En Argentina la anarquista Virginia Bolten lidera un movimiento feminista sindical
alrededor del periódico La Voz de la Mujer (1896-1899), publicado bajo el lema «Ni
Dios, ni patrón, ni marido». Pocos años después Bolten integró la mesa de
conducción de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). Instalada en
Uruguay participó del movimiento que conquistó el derecho al sufragio para las
mujeres (primero de un país iberoamericano) y el divorcio. 30
La abolición de la esclavitud va a llegar pero, para decepción de las mujeres, la
igualdad de raza no se extiende a la igualdad de género, de modo que el
movimiento feminista va a tener que buscar un camino propio, separándose del
movimiento abolicionista. Tras grandes esfuerzos, se conseguirá el derecho al
sufragio en 1918, cuando en Inglaterra se regula el voto para mujeres mayores de
treinta años y poseedoras de una casa. En Alemania se consigue el sufragio en
noviembre de 1918. En 1928, la edad para votar se equipara a la de los varones.
Por su parte, en Estados Unidos, la Decimonovena Enmienda de 1920 otorga
derecho al voto en todos los estados del país. La mayor parte de los grandes
estados europeos van a tomar medidas semejantes con algunas excepciones
como Francia o Italia, que aún postergarán unos veinte años el derecho al sufragio
femenino.
Con la consecución de la igualdad de iure, la primera ola va a perder su razón de
ser, tras un periodo de poca actividad en lo que a feminismo se refiere.
Aparecerán nuevas corrientes feministas, centradas en el progreso e igualdad
social y cultural de la mujer y para diferenciarlas, se les va a calificar como la
«Segunda ola», nombrando de forma retrospectiva a la «Primera ola».
Sarmiza Bilcescu (1867-1935), abogada y feminista, es la primera mujer con título de Doctor en Derecho
del mundo.

La rumana Sarmiza Bilcescu (27 de abril de 1867-26 de agosto de 1935) fue la


primera mujer de Europa licenciada en derecho por la Universidad de París y fue
la primera mujer en el mundo que consiguió un doctorado de Derecho, con una
tesis titulada Sobre la condición jurídica de la madre (1890), donde mostraba todas
las contradicciones y la carencia de derechos de las mujeres y, muy
especialmente, de las madres.
Elisa Leonida Zamfirescu (1887-1973) fue la primera mujer ingeniero del mundo.
En 1909 se inscribió en la Academia Real Técnica de Berlín, «Charlottemburgen»,
y se graduó en 1912. Al registrarse, el decano trató de convencerla de que
renunciara, citando «las tres kas» («kirche, kinder, küche», «iglesia, niños,
cocina») que definían el perfil de la mujer en aquella época. Los directores de la
Academia estaban situados ante una situación nueva: era la primera candidata de
la historia de la Academia, pero escribía y hablaba perfectamente el alemán y
tenía conocimientos sobresalientes de matemáticas, física y química. Finalmente,
la aceptaron.
Segunda ola
Artículo principal: Segunda ola del feminismo
Betty Friedan, 1960

La Segunda Ola Feminista, del Movimiento de la Mujer o de liberación de la


mujer hace referencia un período de actividad feminista que comienza a principios
de los años 1960 y dura hasta los años 1990 del siglo XX.
Así como la primera ola del feminismo se enfocaba principalmente en la
superación de los obstáculos legales (de jure) a la igualdad legal (sufragio
femenino, derechos de propiedad, etc.), la segunda ola tenía una amplia variedad
de temas: la desigualdad no-oficial (de facto), la sexualidad, la familia, el lugar de
trabajo y quizá de forma más controvertida, los derechos en la reproducción. 31

Cartel de Do the job HE left behind, empleado en la segunda guerra mundial para llevar a las mujeres a
ocupar los puestos de trabajo vacantes de los hombres que fueron a la guerra.
En esta etapa se encuentra la Segunda Guerra Mundial, donde compañías
como Westinghouse Electric hicieron carteles que animaban a las mujeres a
trabajar en los puestos que los hombres habían dejado vacíos al marchar a la
guerra, es decir, propaganda de guerra para invitar a las mujeres a unirse a la
fuerza laboral, o que de la misma forma no eran para la contratación, sino para
exhortar a las mujeres ya contratadas a trabajar más duro. Pero la verdad es que
la intención de promover la idea de la mujer trabajadora fue creada con la idea de
que cumplieran con su obligación de esposas llenando los puestos de trabajo
dejados por sus maridos para ir a la guerra, casi como si se tratara de un deber
patriótico. De aquí salió el cartel de Rosie the Riveter o también llamado We Can
Do It, que actualmente constituye un símbolo del feminismo contemporáneo más
allá de que, de la misma forma en que surgió este cartel, surgieron muchos otros
al final de dicha guerra, cuando muchas mujeres fueron prácticamente forzadas a
renunciar y volver a «sus verdadera obligaciones»: limpiar, cocinar, cuidar de los
niños, etc., ya que los hombres iban a volver a ocupar los puestos. Así, constituye
una paradoja para el feminismo.
Simone de Beauvoir, con su libro El segundo sexo, Betty Friedan con La mística
de la feminidad, Kate Millett con Sexual Politics o Shulamith Firestone con La
dialéctica del sexo son algunas de las autoras más representativas de esta
corriente de pensamiento. Termina en los años noventa con la llegada de la
tercera ola, con caracteres posmodernos, que diversifica de forma radical el
feminismo, tanto en sus visiones como en sus propuestas.
Tercera ola

Rebecca Walker, la autora que utilizó por primera vez el término «Tercera ola» en sus escritos. 20

Artículo principal: Tercera ola del feminismo


Feminismo de tercera ola es un término identificado con diversas ramas del
feminismo cuyo activismo e investigación en Estados Unidos comienza en 1990 y
se extiende hasta el presente. El movimiento surgió como una respuesta a los
fallos percibidos en el llamado Feminismo de segunda ola: la toma de
conciencia de que no existe un único modelo de mujer, por el contrario, existen
múltiples modelos de mujer, determinados por cuestiones sociales, étnicas, de
nacionalidad, clase social, orientación sexual o religión. 32
Esta corriente se aleja del esencialismo y las definiciones de feminidad, asumidas
en ocasiones como universales y que sobrestimaban las experiencias de la clase
media-alta de raza blanca norteamericana. Las interpretaciones dadas al género y
al sexo son esenciales dentro de la tercera ola, caracterizándose por
su posestructuralismo. La variedad de enfoques, propuestas, visiones de los
problemas de esta corriente y la carencia de un objetivo común claro refleja el
carácter post-modernista de la tercera ola del feminismo que incorpora múltiples
corrientes del feminismo teniendo componentes de la teoría queer, del anti
racismo, teoría post colonial, ecofeminismo, transexualidad, o la visión positiva de
la sexualidad, entre otros.
El replanteamiento del feminismo de tercera ola se manifiesta por ejemplo en que
algunas feministas de esta corriente tienen una percepción positiva de la
sexualidad femenina y han replanteado las posturas ante el trabajo sexual o
la pornografía de la segunda ola del feminismo.33
Las feministas de tercera ola se centran en la «micropolítica» y desafían el
concepto de lo que es bueno o malo para la mujer de la segunda ola. 343536
La tercera ola del feminismo surgió como respuesta a los fallos de la segunda ola,
pero algunos acontecimientos marcaron el comienzo de esta corriente, como por
ejemplo el caso de Anita Hill, una mujer que denunció por acoso sexual a Clarence
Thomas, nominado para el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Thomas negó
las acusaciones y tras extensas deliberaciones, el Senado votó 52 a 48 a favor de
Thomas.3537 Como respuesta a este caso, Rebecca Walker publicó un artículo
titulado Becoming the Third Wave (Convertirse en la tercera ola) en el cual
declaró: «I am not a post-feminism feminist. I am the third-wave» («no soy una
post-feminista, soy la tercera ola»),20 Otro hito en la historia de la tercera ola son
los debates llamados «Guerras feministas por el sexo», considerados a veces
como el inicio de la tercera ola, constituyeron una serie de encendidos debates en
torno a las posturas ante el sexo, la prostitución, el sadomasoquismo y la
transexualidad que enfrentaron al movimiento feminista con la comunidad
feminista lésbica.3839404142

Impacto del feminismo en la sociedad


Marcha de veinte mil mujeres en Nueva York, 23 de octubre de 1915.

Mujeres haciendo cola para votar en Bangladés.

Mujeres pertenecientes al grupo de feminismo radical Femen, protestan contra legislación para ilegalizar
el aborto en Ucrania.43

El feminismo ha conllevado importantes cambios en parte del mundo; gracias a su


influencia, en muchas sociedades las mujeres han logrado el acceso a la
educación, el ejercicio del derecho al sufragio activo y pasivo, la protección de
sus derechos sexuales y reproductivos —incluyendo, en algunos países,
la interrupción voluntaria del embarazo— entre muchos otros que configuran la
noción de ciudadanía en la democracia. Unas de las aportaciones más
importantes del feminismo es el edificio teórico que han construido las diferentes
autoras a lo largo de siglos; la teoría feminista ha introducido en la sociedad y en
el mundo académico, multitud de nuevos conceptos y áreas de estudio que, de no
ser por la vitalidad del movimiento feminista, no habrían aparecido. Entre estos
podemos destacar ejemplos como los estudios de género, la crítica literaria
feminista, la teoría y crítica feminista de cine, la teoría legal feminista o, de forma
más indirecta, la teoría Queer.[cita  requerida]
El feminismo ha tenido una importante repercusión en la legislación de gran parte
de países del mundo e influido amplias áreas del ordenamiento jurídico, con leyes
contra la violencia de género o leyes de paridad electoral: por poner algunos
ejemplos, cabe mencionar la Ley 581 de 2000 en Colombia que impone una cuota
mínima del 30 % de mujeres; la Ley 7142 de 1990 de Costa Rica que impone un
mínimo del 40 %; el Código Federal de Procedimientos Electorales de México que
limita al 70 % la presencia de cualquiera de los sexos; la Ley para la Igualdad
efectiva de mujeres y hombres en España (2007) que establece la obligación de
paridad, o la resolución del Consejo Electoral Venezolano de 2008, que obliga a
que las postulaciones de los partidos tengan un 50 % de mujeres.44 En Chile el
presidente Gabriel González Videla, firmó la Ley N.º 9292, que otorgó el sufragio
pleno de la mujer.[cita  requerida]
Sin embargo, en ningún país del mundo se ha logrado igual salario por igual
trabajo,45 el aborto espontáneo sigue siendo causa de muerte de muchas mujeres
en el mundo (tercera causa de mortalidad materna en el mundo 46) y aún hay
muchos países donde las mujeres no tienen derecho a votar en igualdad con los
varones.47 Al respecto, la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-
Ngcuka, comentó que, a fecha de 2015, los avances desde finales del siglo XX se
habían producido de forma desigual y no se había alcanzado una situación de
igualdad en ningún país.48
En 2017 «feminismo» fue declarada palabra del año por el diccionario
estadounidense Merriam-Webster revelando que en 2017 las búsquedas de este
término se incrementaron un 70% respecto al ejercicio anterior. 49 Analistas
consideran que los movimientos feministas están en expansión 50 señalando como
ejemplos el movimiento Ni una menos en Hispanoamérica, la Marcha de las
Mujeres de enero de 2017 en Washington o el impacto del movimiento Me
Too («Yo también») iniciado con las acusaciones de abuso sexual contra el
productor de cine estadounidense Harvey Weinstein por parte de diversas mujeres
publicada el 5 de octubre de 2017 por The New York Times51 y que se ha
extendido en otros países.50

Conceptos clave
El amplio conjunto de conceptos, tecnicismos, que utiliza el feminismo tiene un
enfoque muy concreto que se debe conocer para poder interpretar la teoría
feminista de forma adecuada, algunos de los más importantes son:
Patriarcado
Brecha salarial de género en salarios medianos de trabajadores a tiempo completo en la OCDE, 2008.52

Artículo principal: Patriarcado

El concepto de patriarcado es central dentro de la crítica racionalista a la sociedad


que, como regla general, hace el feminismo. Antes de ser reformulado por la teoría
feminista, el significado de este término se correspondía exactamente con
su etimología: la palabra «patriarca» se compone de las palabras griegas «άρχω»
(mandar) y «πατήρ» (padre)53 y desde antiguo denominó a la organización social
que otorga la primacía a la parte masculina de la sociedad, e institucionaliza la
influencia del padre de familia.5455
La introducción del concepto «patriarcado» en el debate feminista se debe a Kate
Millett, en su libro Sexual Politics (1970), y hoy en día es un componente esencial
de casi todos los enfoques del feminismo, en particular, del feminismo radical.
Dentro de la teoría feminista, el patriarcado ha pasado a significar el dominio del
orden social por los varones, que se manifiesta de innumerables formas, creando
un estado de cosas que configura, de forma exterior a las mujeres, todos los
aspectos de su existencia, a través de una violencia simbólica, de mitos y
creencias que convierten la situación de subordinación en «lo natural», algunos
ejemplos de esta subordinación patriarcal serían:

 Salarios más bajos para las mujeres, según la OCDE, en los países
miembros existe una diferencia salarial de género del 17 % y se calcula que un
30 % de esa diferencia se debe a causas discriminatorias. 5657

 Altera en favor del género masculino la sexualidad, orientándola hacia el


placer de los varones.

 Influencia en ámbitos como el lenguaje, que trataría al género femenino


como una excepción frente a la «norma» masculina (por ejemplo, al decir «los
ciudadanos» incluiríamos a ciudadanos varones y mujeres) o en inglés, la
palabra woman (mujer), que evolucionó del vocablo de inglés
antiguo wifman que significa «humano femenino», mientras
que man (hombre/varón) en inglés antiguo significaba «humano» a secas,
cayendo en desuso la palabra werman (humano masculino) alrededor del año
1000-1200 de nuestra era y pasando a usarse man para definir a todo el
género humano y a los varones.585960

 El sistema de recompensas y castigos de la sociedad, que daría más


importancia a las conductas masculinas que a las femeninas, definiendo los
roles o estereotipos sexuales y que, por medio de la ideología patriarcal, se
presentan como naturales y universales. 61 Ejemplo de este hecho es la
violencia de género, que era visto como algo natural y durante siglos las
mujeres maltratadas se culpaban a sí mismas y se avergonzaban por ser
golpeadas, hasta que los medios de comunicación y la crítica al fenómeno
rompieron esa lógica.62

 Reserva a las mujeres peores empleos y ocupaciones, como las tareas del
hogar, que no suelen ser remuneradas y están revestidas de poco o nulo
prestigio social, además de que, en muchos casos resultan incompatibles con
una vida profesional plena.63
Promedio de horas semanales dedicadas al trabajo

España México

Doméstico Extradoméstico Total Doméstico Extradoméstico Total

Varones 17:44 22:34 40:18 9:57 23:44 33:41

Mujeres 28:52 15:32 44:23 46:01 14:52 60:53

Promedio 23:27 18:57 42:24 29:01 27:04 56:05

Revista de Economía Crítica, nº 6. Enero de 2008, pp 145-170

ISSN 1696-0866

Género
Artículo principal: Género (ciencias sociales)
El concepto de «género» es central en la teoría feminista, que define el género (lo
masculino/lo femenino), no como una realidad natural, consustancial al ser
humano, si no como una construcción cultural. 64
De modo que el género sería el resultado de la inmersión en un conjunto de
valores socialmente construidos10 que dan lugar a la concepción de «lo femenino»
o de «lo masculino». Las características meramente biológicas (el sexo), a través
de una evolución social, han sido revestidas de un conjunto de comportamientos,
actitudes, percepciones, pensamientos, etc; que la humanidad ha impuesto a la
mujer, ligando a las características biológicas sexuales una imagen concreta de lo
que «debe» ser, creando la relación entre sexo (macho/hembra) y género.
Judith Butler, autora de El Género en disputa: Feminismo y la subversión de la identidad, y una de las
artífices de la teoría performativa del sexo.

Siendo cierto que las diferencias biológicas son deterministas, existe un proceso
mucho más determinante de aculturación que es el que realmente marca el
género. Desmontar la creencia de que la biología determina la condición femenina
(o masculina), afirmando su naturaleza social es uno de los principales objetivos
de la teoría de género.65
El género dominante es el masculino, a través de la estructura patriarcal establece
dicho dominio, necesitando diferenciarse del género femenino y determinando el
enfoque científico general, debido a esto, el surgimiento de los estudios de género
en los años 70 en EUA va a provocar una ruptura en otras ciencias sociales, que
van a verse obligadas a redefinir sus paradigmas, que hasta entonces estaban
diseñados en clave meramente masculina, así, la sociología, la geografía o la
psicología, en cuanto aparece la mujer (sexo) como objeto de estudio separado
del género, tienen que redefinirse. Dejando de lado el paradigma del determinismo
biológico y apareciendo una construcción racional de la relación de la sociedad
con la mujer.66
El género como construcción social y no biológica es una de las contribuciones
más importantes de la teoría feminista10 y pone de relieve la multiplicidad de
identidades, dando lugar, de forma indirecta, a la teoría queer. Aunque
originariamente es una construcción teórica creada por médicos, psicoanalistas,
etnólogos y sexólogos como John Money o Robert Stoller, a partir de la década de
1970, hasta los 90, las feministas van a hacer suyo el estudio de género, que va a
posibilitar la aparición de una serie de campos de estudio sobre género en
términos feministas.
El feminismo no cuestiona, de este modo, únicamente la construcción de la
feminidad y de la mujer, sino también de la masculinidad el concepto de varón,
puesto que tanto la primera como la segunda forman parte del sistema
sexo/género, al que Gayle Rubin dio forma y que supone en la actualidad una
categoría de análisis antropológica. El sistema sexo/género asigna características
culturales y, en consecuencia, artificiales y perfectamente modificables, a cada
uno de los sexos en forma de pares: alto/bajo, arriba/abajo, delante/detrás,
claro/oscuro, duro/blando, fuera (público)/dentro (privado), 67 castigando toda forma
de disidencia, tanto por parte de mujeres como por parte de varones. Es por ello
que, motivado por el feminismo y dentro de este surgen los estudios
sobre masculinidades, que se enfrentan a una única concepción posible del varón
como ser sexuado, al que consideran también limitado por el patriarcado, si bien
en menor medida que las mujeres. Se cuestiona, de esta forma, la figura del varón
y de lo masculino como ligada a la violencia, a lo fuerte, a lo insensible, a la
ausencia de emociones, etc., abogando por la construcción de una masculinidad a
la que se le permita la delicadeza, lo sensible, la emocionalidad o los cuidados,
situándose así el varón no en un plano superior a la mujer (ni tampoco inferior a
ella) sino junto a ésta.
Androcentrismo
Artículo principal: Androcentrismo

El «androcentrismo» es la visión del mundo y de las relaciones sociales centrada


en el punto de vista masculino,4 el androcentrismo convierte la visión del varón en
la única posible y establece una serie de paradigmas de estudio y análisis de la
realidad concretos, que además incluyen los sesgos raciales, de clase y de edad
del sector dominante de la sociedad.
En el caso de la investigación social, un estudio con enfoque androcéntrico sería
«un estudio, análisis o investigación desde la perspectiva masculina únicamente, y
utilización posterior de los resultados como válidos para la generalidad de los
individuos, hombres y mujeres».68La práctica totalidad de la producción intelectual
ha sido, hasta bien entrado el siglo XX, de carácter androcentrista, siendo ésta
circunstancia instrumental para la creación de la identidad femenina a la medida
del varón (sector masculino de la sociedad).[cita  requerida] Dado que a lo largo de la
historia de la humanidad, la parte masculina (y propietaria, de raza blanca y de
edad adulta) de la sociedad ha sido la que ha escrito y teorizado sobre la
sociedad, el androcentrismo es una consecuencia a la vez que una condición
posibilitadora de este dominio, el androcentrismo se extiende a todos los ámbitos
de la sociedad en general y de la producción intelectual en particular, afectando a
ámbitos como la escuela y sus materiales educativos,69 los medios de
comunicación, la producción científica, la administración pública, la sanidad, la
justicia, etc. El sesgo androcéntrico de la producción intelectual de una sociedad,
además de su carácter «de género», incluye otras condiciones ventajosas como la
clase social, el color, la etnia o la edad. Los privilegios de estas condiciones
sociales convierten la visión del varón blanco, adulto y propietario en la única
posible, posibilitando dicho monopolio de la visión de la sociedad el dominio
intelectual de la misma.70
Un claro ejemplo de androcentrismo lo encontramos en el Décimo mandamiento:
No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su
buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo. 71

Críticas
Véanse también: Masculinismo,  Movimientos
de hombres,  Movimiento derechos del
hombre y  Movimiento derechos de los padres.
Aspectos teóricos
Una de las corrientes del feminismo de tercera ola, el ecofeminismo, ha recibido
críticas contra el por su carácter esencialista, lo que ha llevado al rechazo de tal
denominación por las feministas que se definen también como ecologistas. 72 Tal
esencialismo se interpreta como una visión dicotómica y estricta, un dualismo que
en el fondo sigue enfocándose en diferencias de género, y no en aspectos
comunes,73 hasta el punto de relacionar el ser mujer con una supuesta moralidad
superior, y tender a mostrar a los varones «con una capacidad innatamente
inferior en áreas de desempeño consideradas significativas», por ejemplo, al
atribuirles fenómenos como la violencia, y a desligarles de valores como la paz,
sin haber evidencias científicas y prácticas que respalden estas relaciones. 73 Este
punto de vista ha sido denunciado como innecesario en el feminismo y como
ideología sexista.73
Según el psicólogo Sebastián Girona, las versiones más radicales del feminismo
achacan a los hombres toda la culpa de la opresión que han sufrido las mujeres a
lo largo de la historia sin reconocer la responsabilidad propia de las mujeres. Esta
perspectiva puede conducir a culpar al hombre de todos los males societales, y en
consecuencia, cosificarlo a la figura del mal y en algunos casos puede devenir en
un odio o aversión hacia los varones, llamado técnicamente misandria, que se
puede manisfestar abierta o sutilmente.74
El feminismo recibe críticas desde la ideología conservadora. Por ejemplo, la
periodista Naomi Schaefer Riley, sostiene que el feminismo ha perjudicado a las
mujeres y a las familias al promover una cultura que supuestamente considera las
relaciones sexuales casuales como «empoderantes», rechaza la necesidad de la
presencia del hombre en el hogar y minusvalora el trabajo doméstico de las
mujeres, a la vez que invita a la victimización de la mujer.75 En la misma vena,la
actriz Alessandra Cantini, candidata del partido Forza Italia opina que el feminismo
promueve un terrorismo de género y que las reivindicaciones de feminismo
obedecen al propósito de derribar el orden capitalista. 76La
economista paleolibertaria Vanessa Vallejo ve un vínculo entre medidas como
leyes de cuotas o cupos y el colectivismo y el autoritarismo político.77 Tanto Vallejo
como Cantini denuncian la forma en que estas medidas podrían atentar contra
principios como la libertad empresarial, o la meritocracia. 7677
Las críticas hacia tendencias totalitarias del feminismo más radical, provienen
también del sector del feminismo igualitario. Por ejemplo, Camille
Paglia y Christina Sommers acusan a las «feministas de género» de encasillar a
las mujeres en el rol de víctimas del patriarcado y lamentan una supuesta deriva
hacia la intoleracia y la censura del feminismo hacia los puntos de vista disidentes
en las instituciones académicas.78
Otros conceptos de la segunda y tercera ola del feminismo han sido cuestionadas,
como el patriarcado, la identidad de género y los constructos sociales.[cita  requerida]
Como un supuesto movimiento de igualdad, se denuncia el abandono del
feminismo por proteger y velar por la discriminación, la explotación y el abuso
hacia los varones. Por ejemplo, Carol Fontena y Andrés Gatica, en una
investigación sobre la violencia hacia los hombres, comentan sobre el problema de
la violencia doméstica:79
En este sentido, hay una lógica un tanto unilateral en su abordaje, apoyado por el feminismo, que a
contribuido ostensiblemente a la intervención de esta problemática, pero que ha tenido sus costos al
señalar a un solo tipo de agresor: al varón, manteniendo oculta esta problemática.

Cantini, por su parte, opina que «el status quo actual discrimina a los hombres en
tanto y en cuanto no existe ninguna ley humanitaria que los defienda de los
abusos que reciben».76
Movimiento del desacuerdo
Algunos colectivos de hombres y mujeres han mostrado su desacuerdo contra el
feminismo, como fue el caso de la campaña en Internet llamada «Mujeres contra
el feminismo» de 2014 en reacción a la campaña «#YesAllWomen»,80 o el «Frente
de hombres contra el feminismo» en Alemania.81 En 2013 el patriarca Kirill de
la Iglesia ortodoxa cuestionó al feminismo argumentando que «es muy peligroso y
puede destruir Rusia».82
En los primeros años de la década de 1990 el periodista estadounidense Rush
Limbaugh comenzó a difundir el término peyorativo «feminazi», asociando algunas
corrientes feministas con el nazismo. El término ha sido criticado por promover la
creencia de que Hitler era feminista.83 La feminista Gloria Steinem ha criticado
también a Limbaugh, exponiendo cómo Limbaugh apoya la mayoría de las
posturas que el nazismo tenía contra el feminismo.84
También el periodista Steve Bannon, jefe de Asesores del presidente
estadounidense Donald Trump y director de Breitbart News, y Milo Yiannopoulos,
bloguero británico, sostuvieron que el feminismo era una enfermedad como
el cáncer.85

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