Está en la página 1de 31

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACION DOCENTE N°41- ALMIRANTE BROWN

SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN HISTORICA II


EUGENIA LUGONES

La Liga Patriótica e Yrigoyen durante la Semana Trágica


(enero de 1919)
Ezequiel Matias Canavesi

Adrogué, 28 de febrero de 2019

1
Índice

Introducción ....................................................................................................................... 3

Capítulo I. Contexto Internacional (1914 -1919) .............................................................. 5


1. Primera Guerra Mundial: nacionalismo obrero (1914-1918)
2. La Revolución Rusa: obreros en el gobierno (1917)
3. La posguerra y el movimiento obrero

Capítulo II. Contexto Nacional (1912 – 1918) .................................................................. 9


1. Los efectos de la Ley Sáenz Peña
2. El movimiento obrero y la derecha argentina
3. La intervención estatal en las huelgas

Capítulo III. La Liga Patriótica Argentina (1918 -1919) .................................................. 14


1. La Liga Patriótica, sus comienzos
2. Sus Miembros
3. Su vínculo con el gobierno

Capitulo IV. Yrigoyen y la Semana Trágica (1919) .......................................................... 20


1. Antecedentes
2. La Semana Trágica
3. Del diálogo a la represión

Conclusión .......................................................................................................................... 27

Bibliografía ........................................................................................................................ 29

2
Introducción

La Liga Patriótica Argentina se crea entre diciembre de 1918 y enero de 1919. La misma
interviene en la sociedad a partir del conflicto que se genera entre el movimiento obrero y el
gobierno de Yrigoyen, en la llamada Semana Trágica. Durante esos días, se produce un
cambio en las formas de intervención política frente a los conflictos sociales. La Liga
Patriótica influye en la relación entre la sociedad y el gobierno en base al principio de
mantener el orden y la patria a través de la articulación de los intereses de sus miembros.
A partir de entonces se presentan cambios en la acción política de la presidencia de Hipólito
Yrigoyen (1916–1922), en la que pasa de un rol mediador en los conflictos obreros-patronales,
en los primeros años de su presidencia, a uno represivo hacía los trabajadores. De esta manera,
la investigación se centra en la relación entre el gobierno y el sector social que integra la Liga
Patriótica en torno a las decisiones que se toman durante la semana trágica de enero de 1919.
Es por ello que se busca responder la siguiente pregunta: ¿Cómo incide la Liga Patriótica
durante la Semana Trágica en el accionar del gobierno de Yrigoyen?
Este trabajo procura verificar que el accionar de la Liga Patriótica durante la Semana Trágica
permitió que Yrigoyen pase del arbitraje a la represión en los conflictos obreros.
Las variables de análisis se abordan, por una parte, desde la variable social enmarcadas por
el accionar de la Liga Patriótica durante la Semana Trágica frente a los conflictos obreros y la
variable política donde se tiene en cuenta el gobierno de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) y su
cambio de actitud frente a los mismos.
Para realizar esta investigación el marco teórico elegido es la historia social, en dicha
corriente se pretende realizar un análisis que haga hincapié en los distintos niveles que
constituyen la realidad histórica, es decir, en las estructuras en las que se elaboran procesos de
larga duración y en las coyunturas que son cambios más perceptibles en los que se producen
transformaciones políticas y económicas. Además, enfatiza en los sujetos y sus conflictos
como en las ideologías que configuran a la sociedad. Es por esto se utiliza en la presente
investigación. Desde la historia social, no se consideran los acontecimientos específicos de
intervención por parte del Gobierno de Yrigoyen en cada huelga o conflicto social en
particular, sino que se lo aborda como la decisión política de un proceso.
Como variable social, el movimiento obrero se lo enfoca como un fenómeno histórico, es
decir, que tiene un carácter cambiante, es el sector de la sociedad que vende su fuerza de
trabajo a cambio de un salario, pero a través de sus experiencias de lucha por mejoras
socioeconómicas establecieron distintas formas de consciencia y organización.
También se entiende como un conflicto social al resultado de una diferencia de intereses
entre grupos que constituyen una sociedad. El conflicto durante la Semana Trágica se da entre
la el movimiento obrero y sectores de derechas que, según la historia social, estan asociados a
posiciones, conservadoras , religiosas en el que se aceptan las desigualdades sociales y se
priorizan intereses económicos individuales. Estos sectores integran la Liga Patriótica cuya
defensa del orden social y la idea tradicional de patria; además sus miembros, justamente
provienen de sectores como la Iglesia, las fuerzas armadas y sectores de la elite económica,
integrados por oligarcas y empresarios, que veían en la violencia legítima el medio para
contrarrestar las tendencias políticas que tenían los trabajadores.
Como parte de la variable política; se toma al Estado en este caso bajo la presidencia de
Yrigoyen en el que busca mediante un conjunto de instituciones, garantizar el control social.
Es decir que, mediante dichas herramientas institucionales se sigue un plan preestablecido por
3
quienes gobiernan, lo que permite la organización de la sociedad. Es por eso que las
interacciones entre Estado y clase obrera son dadas a partir del uso de la política como
herramienta que busca responder a distintas situaciones según las necesidades particulares.
El objetivo de esta investigación es analizar que el accionar de la Liga Patriótica durante la
Semana Trágica produjo un cambio de relación entre Yrigoyen y el movimiento obrero.
Como parte del contexto internacional, la Primera Guerra Mundial modificó el accionar
de la clase obrera europea al producir una división entre los trabajadores a causa del
nacionalismo. A su vez la guerra hizo que se desplazaran inmigrantes que escaparon de
ella a todo América.
También la imposición de sanciones económicas a los países vencidos provocó el
surgimiento de condiciones críticas en el plano social, que derivaron en la aparición de
movimientos autoritarios de derecha.
Durante 1917, la revuelta de los soldados de varios países que intervinieron en la guerra,
junto con la Revolución Rusa, demostró que la revolución era posible en regiones periféricas
en las que sus recursos principales estaban ligados al agro y no a la industria pesada. Este tipo
de características, propios de un desarrollo capitalista periférico, en los que la clase obrera, si
bien tiene una tendencia reformista, no está orientada a una tendencia revolucionaria.
En Argentina las elecciones presidenciales de 1916 produjeron cambios en la relación entre
el Estado y la sociedad como conjunto. En la medida en que desde entonces los sectores
políticos se vieron en la necesidad de entablar vínculos con la clase obrera para contar con sus
votos en las elecciones.
Durante la guerra y posguerra posguerra, el gobierno de Yrigoyen recibió grandes oleadas de
inmigrantes que vinieron en búsqueda de trabajo. Durante su primer mandato, logró el apoyo
de la clase obrera y al ser electo democráticamente pudo respaldar a los trabajadores mediante
diferentes negociaciones. Lo que provocó que, en esos años, las tendencias anarquistas dentro
de la clase obrera perdieran influencia frente a las corrientes sindicalistas, más proclives al
diálogo y a la negociación con el gobierno.
A partir de 1918, se generó un crecimiento de las zonas urbanas, y aunque en los años de
guerra se produjo un descenso en los salarios y condiciones de vida, como contrapartida se dio
lugar a un impulso de movilización social. No solo la clase obrera logró un cambio en sus
formas de pensar y en su organización, también los sectores de derecha modificaron su
accionar, al oponerse a la lucha de los trabajadores por mejorar su calidad de vida. Dicho
sector, compuesto por las clases sociales que defendían el orden y el progreso, buscaba
obtener un beneficio mayor a costa de la precarización de las condiciones obreras.
De esta manera la clase obrera comenzó a movilizarse ante la acción de los movimientos de
derecha, principalmente la Liga Patriótica, que procuró mediante la represión controlar las
reivindicaciones obreras. La derecha veía intolerable la relación que se mantuvo entre el
Estado y la clase obrera en los primeros años de su gobierno (1916-1918) ya que en su
mayoría los conflictos obrero–patronales eran resueltos a favor de los trabajadores, como fue
el caso de la huelga portuaria y la huelga ferroviaria.
La Liga Patriótica logró organizarse como un movimiento preparado para enfrentar las
reivindicaciones de los trabajadores; su accionar, combativo, fue utilizado para socavar las
huelgas y los reclamos ante las desigualdades en los entornos laborales. La Semana Trágica
fue el resultado de un cambio en la relación entre el gobierno y la clase obrera, por lo que se
modificó el modo de intervención política en los conflictos obrero-patronales.
Elegí este tema porque me resulta interesante la relación que tiene el Estado con la Liga
Patriótica y cómo, a partir de esto, el gobierno cambia su interacción con los trabajadores ya
que pone un precedente en el vínculo Estado- clase obrera.
4
Capítulo I
Contexto Internacional (1914 -1919)

Primera Guerra Mundial: nacionalismo obrero (1914-1918)

El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, el 28 de junio de 1914, dio


inicio a la Primera Guerra Mundial, en la que las rivalidades entre naciones de un mismo
continente lograron, mediante el poder armamentístico y el apoyo popular promovido por el
patriotismo, que la guerra se extendiera hasta 1918.
Las alianzas entre naciones dividieron la guerra en dos frentes, por un lado, la Triple
Alianza, integrada por el Imperio Alemán y Austria-Hungría, y por el otro, la Triple
Entente, compuesta por el Imperio Ruso, Francia y el Reino Unido (posteriormente Japón y
Estados Unidos).
La Primera Guerra Mundial o Gran Guerra fue el primer conflicto bélico en el que los
países o naciones participantes destinaron y movilizaron todos sus recursos disponibles
(militares, industriales, agrícolas, naturales, tecnológicos, científicos, humanos, entre otros).
A esta organización bélica se la conoció como guerra total en donde la política de guerra
atravesaba a toda la sociedad.
Además, generó una reconversión económica en los países industriales. Estos debieron
orientar sus industrias a la fabricación de instrumentos bélicos y de abastecimiento, las
cuales necesitaron de enormes cantidades de mano de obra, razón por la cual se reforzó el
poder de las organizaciones obreras y la incorporación de la mujer a las industrias en donde
antes predominaba el trabajo de los hombres.
En los países cuya producción era fundamentalmente agropecuaria, la guerra provocó un
estancamiento de la producción agrícola y generó un aumento en el costo de vida de los
ciudadanos, a pesar del aumento de la necesidad de carne barata para alimentar a las masas
de obreros que combatieron en la Gran Guerra. De dichos países surgieron las primeras
oleadas migratorias hacia América.
Aunque, inicialmente todos los países beligerantes consideraban que se trataría de un
conflicto breve, la prolongación de la guerra - en ausencia de un bloque decisivamente
superior al otro -, convirtiéndose en una gran matanza en la que perecieron alrededor de
once millones de personas.1 Esto implicó que se utilicen mucho más efectivos y armamento
del estimado.
“Los campesinos, artesanos, obreros y burgueses fueron educados como patriotas, por lo
que el heroísmo militar encontró una nueva justificación en el servicio a la nación.”2
Incluso la negativa que se le dio a la Segunda Internacional a proponer el universalismo
socialista por encima de la patria permitió una organización obrera en favor de las naciones.
1
Hobsbawn, Eric. Historia del siglo XX. Buenos Aires. Crítica. 1999. Pág. 51
2
Furet, Francois. El pasado de una ilusión. Madrid. Fondo de cultura económica. 1995. Pág. 62

5
De esta manera el nacionalismo en el movimiento obrero logró posicionarse dentro de la
sociedad desde 1914 manteniéndose durante y después de la Gran Guerra. La Europa del
siglo XIX era un espacio de Estados construidos sobre el principio nacional, con la
excepción de Austria-Hungría, que se apoyaba en el principio dinástico y sufría continuas
tensiones nacionalistas en su seno. Incluso la autocracia zarista apelaba al sentimiento
nacional ruso.
El nacionalismo se manifestaba en todos los rincones de Europa en dos vertientes
opuestas. En unos lugares como impulso de liberación de las nacionalidades que se sentían
oprimidas, como era el caso de Irlanda respecto a Gran Bretaña, Alsacia-Lorena respecto a
Alemania resistía la germanización, las distintas nacionalidades del imperio de Austria-
Hungría (checos, eslovacos, polacos, alemanes, húngaros, italianos, eslovenos y serbios), o
los diferentes pueblos de los Balcanes respecto al Imperio Otomano, también en Rusia se
hacía sentir la inquietud con la agitación de finlandeses, polacos y rumanos. En otros
lugares el nacionalismo se expresaba como fuerza expansiva conquistadora como era el
caso de las potencias imperialistas de Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia o Japón.
El nacionalismo, de esta manera, fue la fuerza política y social que se manifestó en toda
Europa y permitió la expansión de las naciones imperialistas. También (…) “El desarrollo
de los sindicatos y de las reivindicaciones obreras, bajo el influjo de nuevas ideologías
(socialismo, anarquismo, corrientes sindicalistas propiamente dichas), se vio
acompañado de conflictos y huelgas .”3

La Revolución Rusa: obreros en el gobierno (1917)

En 1917 se producen en Europa conflictos dentro de las trincheras por parte del ejército y
también por parte del pueblo ante el hambre y la larga duración de la guerra. Además, la
Revolución Rusa se inició en febrero de dicho año, con el golpe al zarismo y con la
posterior creación de gobiernos provisionales que no pudieron organizar las revueltas
campesinas, de quienes se negaban a entregar su producción para ayudar a los soldados del
frente.
La situación industrial continuó deteriorándose tanto por la guerra como por el arrastre de
pasados fracasos - económicos, políticos y sociales – producto de la tradición zarista, el
transporte sufría el efecto acumulativo de la crisis, y la falta de combustible afectaba a todas
las ramas de la industria. Además, existía, a diferencia de las regiones industriales, una
extensión agrícola mucho más amplia dentro del territorio ruso.
En este contexto, el nacimiento de nuevos soviets (asambleas o consejos de obreros,
campesinos y soldados), permitió que el movimiento obrero este organizado ante los
conflictos, al buscar la unidad en Rusia contra la guerra y el gobierno provisional.

3
Rapopport, Mario. Historia Económica Política y social de la Argentina (1880 -2000). Buenos Aries.
Machi. 2003

6
De esta manera la revolución organizada por los sectores industriales contó con el apoyo
de la mayoría de los trabajadores agrícolas, lo que “(…) permitió demostrar que la
revolución también era posible en un país de capitalismo periférico, es decir, en países
dependientes de las regiones industrializadas.”4
El ejército, a causa del desabastecimiento y la preparación militar inferior a otras
potencias, acumuló una gran cantidad de derrotas lo que llevó al abandono de las trincheras
y la deserción.
El desenlace desencadenó una crisis social, política y militar, que se manifestó en las
grandes ciudades Moscú y Petrogrado, también en los sectores rurales de todo el territorio
ruso provocó la caída del gobierno provisional.
Es por eso que, después de octubre de 1917, la consecuencia inmediata que afectó a la
guerra fue la retirada de Rusia y, por consiguiente, dicha revolución liderada por Lenin
anunció que desde ese momento se emprendería la construcción de la sociedad socialista y
se buscaría su difusión en todo Europa volviéndose una amenaza a los intereses económicos
a nivel mundial al cambiar el sistema político y procurar la expansión socialista. “Lenin
consideraba al movimiento en Rusia un éxito y confiaba en que se pueda dispersar en
revoluciones por toda Europa”5
El cambio en el movimiento obrero y la propaganda de ‘Paz, pan y tierra’ que proponían
los bolcheviques detuvo las sublevaciones en las trincheras y en el pueblo ruso.

La posguerra y el movimiento obrero

Al finalizar la Primera Guerra Mundial comenzó un proceso de reconstrucción de las


economías de los países europeos (Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos,
entre otros) que se encontraba en crisis. Inflación, endeudamiento, falta de puestos de
trabajo.
La industria al estar organizada en torno a la producción bélica necesitó reconvertirse
según las necesidades de cada país o nación. Pagar sus deudas contraídas durante la guerra
y recuperar la producción y estabilizar sus mercados como también pagar a las reparaciones
de guerra que Alemania estaba obligada a hacerlo a los vencedores tras el Tratado de
Versalles.
Los préstamos dados por Estados Unidos tanto para países vencedores como para aquellos
vencidos aumentaron, transformándose en la solución para reconstruir Europa. La situación
demográfica en 1919 había descendido a causa de las bajas de guerra, invalidez, y también
el índice de natalidad por escasez de población joven.
Dicha situación provocó movimientos migratorios de obreros y familias enteras durante la
guerra y tras su finalización. Los europeos migraron a distintos países de América (entre
4
Fitzpatrick, Sheila. La Revolución Rusa. Buenos Aires. Siglo XXI. 2005. Pág. 96
5
Fitzpatrick, Sheila. Ídem. Pág. 121

7
ellos Argentina) y muchas migraciones también, se vieron afectados por las modificaciones
de fronteras. En los países pobres, donde las mejoras económicas fueron ralentizadas por la
propia reconstrucción de posguerra y donde sus economías eran, principalmente rurales, la
población obrera en su mayoría migró en búsqueda de mejores condiciones de trabajo y de
vida.
Otra consecuencia de la gran guerra, en relación con la revolución rusa, fue que dio lugar
a la organización del movimiento obrero, a la par que Rusia se retiró del conflicto bélico.
La creación de la Tercer Internacional (1919), cuyo líder fue Lenin, tuvo como objetivo
principal la internacionalización de la organización obrera, es decir que,
“(…) lo que buscaban Lenin y los bolcheviques no era un movimiento
internacional de socialistas simpatizantes con la revolución de octubre, sino un
cuerpo de activistas totalmente comprometido y disciplinado: una especie de
fuerza de asalto para la conquista revolucionaria. 6”
De esa manera, la inmediata posguerra se caracterizó por la búsqueda de la unión
revolucionaria del movimiento obrero, influyó así en las ideas de los trabajadores
inmigrantes que apoyaron la Tercer Internacional.

6
Hobsbawm, Eric. Op cit. Pág.77

8
9
Capitulo II
Contexto Nacional (1912 – 1918)

Los efectos de la Ley Sáenz Peña

La falta de respaldo e identidad en el pueblo argentino a los regímenes oligárquicos a


principios del siglo XX sumado al aumento demográfico de inmigrantes, que llegaron a
nuestro país con diferentes identidades políticas como nacionalidades, hicieron que en 1912
la ley Sáenz Peña7 no solo buscará incorporar a los sectores que estaban fuera de la
participación política, sino que también reordene a aquellos sectores de la elite nacional
mediante el manejo democrático y genere respaldo.
A principios de 1912, el presidente Roque Sáenz Peña sancionó la ley 8.871, que instituía
el sufragio universal, secreto y obligatorio, siempre masculino, que pasó a la historia como
la Ley Sáenz Peña.
“(…) El presidente Sáenz Peña ponía en claro los objetivos. La nueva ley
amenguará los efectos alarmantes de la inmigración, pues la reforma estimulaba la
nacionalización de los mismos. (…)”8
De esta manera, la nueva política electoral permitía que todos los adultos hombres nativos,
mayores de dieciocho años voten obligatoriamente. A demás que, dos tercios de los cargos
se los llevara el partido ganador y que sólo el tercio restante quedara para la segunda fuerza,
quedaron excluidas otras minorías.
El 31 de marzo de 1912, en la provincia de Santa Fe se dio el voto popular por primera
vez a la fuerza radical el gobierno de una provincia. Manuel Menchaca fue el primer
gobernador elegido en el país con la aplicación de la Ley Sáenz Peña con un apoyo popular
de colonos agrícolas, extranjeros e hijos de argentinos extranjeros.
El triunfo electoral permitió que se amplié el número de votantes además de Santa Fe,
posteriormente se aplicó las elecciones distritales de Entre Ríos. Aunque en el resto de los
distritos provinciales, en su mayoría, triunfaron grupos conservadores. Los mismos se
encontraban divididos en grupos que deseaban mantener los métodos tradicionales de
elección y aquellos que preponderaban la idea de crear un partido único para las elecciones
de 1916.
Sin embargo, las elecciones presidenciales de 1916 permitieron eliminar las costumbres
electorales asociadas con el fraude, la violencia, la limitación al acceso al voto (solo
varones mayores de dieciocho años propietarios y nacidos en Argentina).

7
Ley 8871. Ley General de Elecciones. 1912. Disponible en:
http://www1.hcdn.gov.ar/dependencias/dip/wdebates/Ley-08871-Debate-Ley-ElectoralS%C3%A1enz-
Pe%C3%B1a.pdf

8
Sánchez Sorondo, Matias. El 6 de septiembre de 1930. Revista histórica. V. 3. 1958. Págs. 85-86.
Extraído de: Rouquié, Alain. Poder militar y sociedad política en la Argentina. Buenos Aires. Emecé.
1981. Pág. 176

10
Los radicales, alejados de los grupos políticos tradicionales, supieron estructurar su
partido, Yrigoyen creó comités provinciales que den mayor participación política a los
ciudadanos ya que estableció la figura de un sistema político honesto y que permitiría la
amplia participación de los sectores sociales antes excluidos del sistema electoral.
Gracias a la apertura argentina a las relaciones exteriores y su recibimiento de inmigrantes
que escapaban de la Primera Guerra Mundial, el desarrollo del movimiento obrero permitió
la apertura ideológica a movimientos socialistas y anarquistas que ayudaron al nacimiento y
crecimiento de los sindicatos. Esto permitió que cooperaran con las nuevas formas políticas
radicales y se demostraron dispuestos a apoyar a las propuestas de gobierno que lo
promovían como intercesor entre las demandas de los movimientos obrero y los
empleadores.
Yrigoyen triunfó en 1916, convirtiéndose en el primer presidente argentino radical, con
abstención de votantes femeninos, extranjeros, entre otros de masas. Logró el 46 % del voto
popular, aunque no logró obtener el control de la Cámara de Diputados, formó un bloque de
cuarenta y cuatro bancas sobre el total de ciento dieciséis. 9
A partir de 1916 las huelgas a causa de los problemas económicos producidos por la
Primera Guerra Mundial, la desocupación y la inflación intensificaron la agitación obrera.
Cuyo movimiento recurría a Yrigoyen como negociador ante sus demandas. También
surgieron demandas frente a situaciones edilicias, por el aumento demográfico de sectores
extranjeros y estudiantiles. Estas fueron solucionadas con políticas de ampliación del
trazado urbano y, posteriormente, se logró la reforma universitaria ante las demandas de
accesibilidad y modernización. “(…) de esta manera Yrigoyen y los radicales tuvieron un
papel importante en las reformas y se hicieron acreedores a gran parte del mérito.”10
Las elecciones, bajo la ley Sáenz Peña, anunciaron un cambio en la imagen de la
hegemonía conservadora en materia electoral.
La organización política a causa de la reforma electoral modificó el sistema político
tradicional. En Buenos Aires se tomó al partido radical como un partido moderno al siglo
XX, a la vez que, en muchas provincias, el recurso político del fraude, la violencia y la
manipulación seguía en práctica. Tal es el caso de las provincias de Mendoza y San Juan,
donde los grupos radicales disidentes tenían mayor autonomía y no se siguieron las posturas
electorales que la reforma electoral proponía.

El movimiento obrero y la derecha argentina

9
Horowitz, Joel. El radicalismo y el movimiento popular (1916 – 1930). Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. Edhasa. 2015. Pág. 26
10
Horowitz, Joel. Op. cit. pág. 39

11
Con el inicio de la Primer Guerra Mundial, el movimiento migratorio proveniente de
Europa reflejó la capacidad de la Argentina de integrar la fuerza de trabajo extranjera. En
un principio, en sectores rurales, y a partir de 1914 se produce una creciente demanda del
sector urbano, especialmente en Buenos Aires y Santa Fe. El desarrollo de actividades
terciarias también contribuyó a la migración golondrina cuyos trabajadores viajaban de
provincia en provincia según las cosechas regionales.
Los factores de la concentración en los centros urbanos se vieron influenciados por el
contexto internacional, ya que
“(…) se produjeron fluctuaciones a la baja productividad agrícola y la lentitud
del ritmo de crecimiento industrial, que impidió la absorción de la mano de obra
desocupada en el campo, elementos que impulsaron la emigración de los países
meridionales de Europa hacia el Plata.”11
Con la llegada de los inmigrantes, el movimiento obrero provocó la movilidad
ocupacional en Buenos Aires y el litoral, cuyos trabajadores en su mayoría tenían una
escasa calificación distinguiéndose, los asalariados ocupados con las pequeñas fábricas y
talleres, con el transporte, también las empresas de construcción, y con el comercio
mediano y grande.
Otra división, social se encontró dentro del movimiento obrero y sus sindicatos. Los
socialistas y anarquistas buscaban la unidad sindical, aunque esta se dificultará por la forma
de accionar. Los socialistas se orientaron a la formación de planes de luchas asociados al
diálogo y los anarquistas buscaban la coacción del movimiento obrero para lograr sus
objetivos, por encima de las corrientes ideológicas y políticas.
Las organizaciones sindicales que apoyaron la reforma electoral lograron la unidad en pos
de un gobierno que apoye sus reclamos. El movimiento obrero organizó huelgas desde
principios del siglo XX en torno a la demanda de mejores condiciones laborales,
económicas y políticas, sin poder lograr los objetivos que se proponían a causa de las
divisiones internas.
El movimiento huelguístico se caracterizó hasta 1916 por el recurso frecuente a la huelga
espontánea y general, muchas veces ligadas a factores aparentemente extraeconómicos,
como la aplicación de la legislación represiva, ya que esta era aplicada como medida para
detener sus reclamos.
A partir del final de la guerra se reflejan las modificaciones que se produjeron en la
estructura industrial, y también en ciertos aspectos de la actividad agraria, así como en las
relaciones políticas entre los sectores agroexportadores y el movimiento obrero, al adoptar
un carácter más disciplinado donde la huelga era un recurso de apoyo a los procesos de
negociación conducidos por las organizaciones sindicales.
La pluralidad entre las tendencias políticas e ideológicas que se manifestaron en las
primeras décadas del siglo XX en el movimiento obrero también permitió que grupos
integrados por sectores militares, la burguesía, aristocracia, la iglesia, entre otros,
cuestionen la reforma electoral y las manifestaciones obreras. De esta manera los

11
Bellini, Carlos; Korol, Juan Carlos. Historia Económica Argentina en el siglo XX. Buenos Aires. Siglo
XXI. Pág. 40

12
movimientos de derechas integrados por grupos civiles tenían rasgos y estrategias comunes
en sus influencias como también proyectos para formar y gobernar la Argentina.
“(…) Esos grupos, más allá de la diversidad, se articulaban laxamente en un
anti-igualitarismo, en el reclamo de una disciplina ordenadora de la sociedad. Es
necesario entender que las derechas fueron – y son – colectivos amplios, diversos
y dinámicos que están siempre construyendo y reconstruyendo su identidad en
una relación dialógica conflictiva con su entorno y con otras fuerzas políticas e
ideológicas.”12
En Argentina, se estableció como noción general de los sectores conservadores que sin
orden no había progreso, en tanto que la participación política de los ciudadanos fue vista
como un peligro para el orden republicano y los sectores tradicionales que gobernaban.
“(…) Así, se implementó una república escasamente republicana, con un poder
ejecutivo fuerte y centralizado, escaso margen de maniobra a los partidos de
oposición y se desalentó la intervención ciudadana” 13.
La modernización de las elecciones y la formación de nuevos partidos políticos se
planificó con apoyo los movimientos de derecha, herederas de agrupaciones conocidas
como conservadoras, con ideas de participación civil limitada, que buscaron afianzar la
soberanía de la nación, ampliar los derechos a ciudadanos, pero sin dejar de condicionarlos
y sin abandonar la desconfianza hacia los contingentes migratorios y la participación
popular.
Luego de las elecciones de 1916, el triunfo de la Unión Cívica Radical (UCR) en 1916
implicó que las clases dominantes y sus representantes políticos e intelectuales que habían
ideado la reforma electoral como un reaseguro para mantenerse en el poder se den cuenta
que su plan no había funcionado. La formación y divulgación de la UCR en el territorio
nacional, fue apoyada por los movimientos obreros. Desde los sectores políticos
tradicionales y sus grupos de derecha que los apoyaban, comenzaron a cuestionar este
nuevo manejo del Estado.

La intervención estatal en las huelgas

12
Bohoslavsky, Ernesto; Echeverría, Olga. Las derechas: las palabras y las cosas. Extraído de
http://ungs.academia.edu/ebohos el día 08 de enero de 2019
13
Botana, Natalio. El Orden Conservador. Buenos Aires.Sudamericana.1997. Pág. 106

13
Desde la creación de la reforma electoral, el movimiento obrero argentino multiplicaría
por diez las cantidad de sindicatos y por veinte la cantidad de afiliados. Los sindicatos
argentinos crecieron y se expandieron a nuevos sectores productivos y a sectores no
sindicalizados.
En este período se organizan sindicalmente asalariados de clase media que se habían
mantenido alejados del sindicalismo y la participación política. 14
Los sectores transportistas, textiles, frigoríficos, metalúrgicos, entre otros, se identificaron
con las propuestas alternativas que proponían los radicales para las elecciones
presidenciales, posteriores a la reforma electoral.
El triunfo de la UCR en 1916, cuyo presidente fue Hipólito Yrigoyen, demostró que el
radicalismo estaba diferenciado del régimen oligárquico y adoptó una política de apoyo al
movimiento obrero, que permitió avances que beneficiaron a los trabajadores, como la
legislación laboral y la negociación colectiva.
La mediación del presidente con las empresas permitió mejoras en las condiciones
laborales del movimiento obrero, desde aumentos de salarios o la jornada de 8 horas
laborales.
Los sindicalistas se adaptaron rápidamente a las nuevas condiciones que creaba la
transformación del contenido del Estado y de su comportamiento. En este periodo, se
convocó a empresas y sindicatos para promover acuerdos entre ellos. El Estado se convirtió
en mediador en los conflictos entre el capital y el trabajo, la negociación colectiva se instaló
como el modo adecuado de resolverlos.
El promedio anual de huelgas se redujo y las movilizaciones de protesta se desarrollaron
sin violencia por parte del movimiento obrero.
Si bien Yrigoyen hasta finales de 1918 no dejó de mediar entre el movimiento obrero y la
patronal, las huelgas iniciadas por los trabajadores transportistas (sector asociado a la
economía agroexportadora) organizada por el sindicato de la Federación Obrera Marítima
(1917) o las huelgas generadas por el sindicato ferroviario, tuvo que utilizar a la policía
para detenerla en su avance a nivel nacional pero sin perder las negociaciones.
Ya a fines de 1917 la creación de partidos asociados a los movimientos de derecha
comenzaron a plantearle a Yrigoyen su disconformidad con el apoyo que este le daba al
movimiento obrero y como las huelgas afectaban a los intereses de los sectores adinerados y
tradicionales de la Argentina.
Antes de 1919, el gobierno no deportó militantes ni declaró el Estado de sitio en la
provincia de Buenos Aires como tampoco utilizó en todas las manifestaciones a la policía ni
al ejército para resolver los conflictos entre el movimiento obrero y la patronal. No
obstante, su respaldo a las compañías extranjeras en la huelga de los frigoríficos en 1917
demuestra también la influencia de sectores privados en sus decisiones.

14
Man, Laura. Historia del Movimiento obrero y del sindicalismo en Argentina. Extraído de
http://trabajo.gob.ar/downloads/formacionSindical/Historia%20del%20Movimiento%20Obrero%20y%20
del%20Sindicalismo%20en%20la%20Argentina.pdf el día 10 de enero de 2019

14
Capitulo III
La Liga Patriótica Argentina (1918 -1919)

La Liga Patriótica, sus comienzos

Luego de la reforma electoral, los partidos políticos que antes defendían los intereses de
sectores terratenientes, industriales y oligárquicos (PAN)15 comenzaron a tener rivalidades y
desacuerdos en sus organizaciones.
De las diferencias generadas en el PAN surgió la creación de distintas a agrupaciones
como el Partido Conservador de Buenos Aires (fundado en 1908) y otros partidos que
también se identificaban con el rótulo de conservadores y patriotas. Estas agrupaciones y
partidos no eran conservadoras en sentido tradicional.
“La mayoría de sus adherentes habían heredado posturas del PAN, sobre la
inmigración, la educación pública, posturas antidemocráticas. La mayoría
comenzó a llamarse conservador después de las elecciones de 1916, para denotar
su postura conservadora ante los avances del movimiento obrero y migratorio”16.
Luego de dichas elecciones, estas agrupaciones comenzaron a organizarse en grupos
civiles, armados y con el apoyo de diferentes sectores de la sociedad.
Con la llegada de Yrigoyen al poder y sus políticas en apoyo del diálogo entre el
movimiento obrero y sindical con el movimiento patronal, aquellos integrantes que
apoyaban a los movimientos políticos tradicionales y que en muchos casos se encontraban
en contra de los derechos laborales adquiridos al inicio del primer gobierno radical,
comenzaron a planificar reuniones en grupos sociales que no permitían la entrada a
trabajadores, ciudadanos extranjeros y a personas cuyas religiones difieran del cristianismo.
Sus integrantes utilizaban la Sociedad Rural como punto de reunión en sus inicios, pero
también optaban por casas privadas o clubes como el Naval y el Jockey´s club.
La Liga Patriótica formalmente como agrupación se inicia en 1919, pero sus miembros
originales comenzaron su organización en 1917, apoyados por el Contraalmirante de
Marina Domecq García y por quien luego sería su fundador Manuel Carles. Cuya labor de
empresario, escritor y luego de interventor de las provincias de Salta en 1918 bajo la
presidencia de Yrigoyen y luego de San Juan bajo la presidencia de Alvear, permitió
el acercamiento de sus miembros a las ordenes de Yrigoyen como también de sus
ministerios y asesores.
De esta manera, la Liga Patriótica articuló dentro del gobierno de Yrigoyen mediante
cargos públicos, pero también formaba parte de los círculos empresarios. Sus miembros se

15
Partido Autonomista Nacional (1874 – 1916) (PAN) fue un partido político conservador liberal
argentino conocido también como régimen oligárquico. En: Lobato, Mirta. Nueva Historia Argentina. El
progreso de la modernización y sus límites. Buenos Aires. Editorial Planeta. 2000
16
MacGee Deutz, Sandra. Las derechas, La extrema derecha en la Argentina, el Brasil y Chile (1890 –
1939). Buenos Aires. Universidad de Quilmes. 2005. Pág. 113

15
encontraban en desacuerdo con las posturas laborales y migratorias del gobierno.
En 1918 la conformación de brigadas civiles en todo el territorio argentino permitió que la
Liga Patriótica elevara los reclamos de distintos puntos del país y éstos sean escuchados por
sus organizadores. Si bien sus actividades inicialmente no fueron apoyadas por Yrigoyen, la
colocación de propaganda patriótica con mensajes en contra del pueblo judío, el
movimiento sindical, el anarquismo y el socialismo les permitió que grupos civiles apoyen
sus reclamos.
El uso de las fechas patrias para crear eventos como el 25 de mayo o el 9 de julio, permitió
presentar a sus integrantes ante la opinión pública, donde manifestaban sus fundamentos y
le daban apoyo a los fundamentos que presentaba la Liga Patriótica.
“Cumple la Liga Patriótica Argentina con el ineludible deber de hacer un
llamado al pueblo de este territorio, ya argentinos como extranjeros
nacionalizados en este suelo, para que unidos todos y asociados en comunidad de
sentimientos y propósitos, glorifiquemos tan fausta fecha y a la vez levantemos
un grito de protesta, contra todo aquello que importe subversión al orden
establecido”17
Junto con las brigadas, posteriormente la Liga Patriótica conformó grupos llamados
‘rompehuelgas’ que respondieron de manera ilegal y clandestina a la defensa de los
intereses de los dueños de fábricas, campos, como también en el manejo del puerto. Dichos
grupos mantenían el orden en las jornadas de trabajo o perseguían a los trabajadores en sus
manifestaciones.
Si bien los rompehuelgas eran utilizados como grupos de choque ante el movimiento
obrero, también perseguían a los inmigrantes y a los ciudadanos judíos que se encontraban
en las zonas linderas a barrios industriales y portuarios.
En relación con la inmigración, la Liga Patriótica buscó nacionalizar a los extranjeros y
que estos dejen sus posturas políticas y religiosas de lado para que se formaran como
argentinos. Realizó cursos de economía hogareña, cuidado de niños e higiene.
No solamente favorecieron la inclusión de los inmigrantes de acuerdo con la posición
social, sino que también pusieron a la mujer en el marco de un modelo de sociedad
patriarcal y burguesa argentina y esperaban que esto se difunda en las futuras familias de
inmigrantes. No sólo no tuvo éxito, sino que además generó el efecto contrario, hacían que
los ciudadanos extranjeros se aferren a sus tradiciones y religiones. 18
También se realizaron obras caritativas con el fin de nacionalizar al inmigrante, escuelas
obreras y relocalización de familias en centros religiosos o en diferentes provincias donde
las brigadas les conseguían trabajo, y el movimiento obrero no estaba organizado como
ocurría en Buenos Aires.
De igual manera, la organización del movimiento obrero comenzó a realizarse en todo el
país según la cantidad de trabajadores que necesitaba cada región productiva y que luego

17
Recorte del Diario La Capital. 25 de mayo 1918. Extraído de
https://www.lacapital.com.ar/secciones/informacion/semanatragica.html el día 05 de octubre de 2018
18
MacGee Deutz, Sandra. Contrarrevolución en la Argentina. La Liga Patriótica Argentina. (1900- 1932).
Buenos Aires. Universidad de Quilmes. 2003. Págs. 161 - 162

16
también harían frente a demandas ante sus patrones, como es el caso de la Patagonia
después de 1919.
Es por eso que, la Liga Patriótica además de velar por los intereses económicos y políticos
de sus integrantes, buscó la separación y la disciplinamiento del movimiento obrero ante las
condiciones laborales que existían desde antes de la llegada de Yrigoyen al poder, imponer
la religión cristiana, revalorizar la postura nacional y proponer la defensa de la patria en pos
de la defensa de la ley. Buscaba justificar sus acciones, basándose en el carácter patriótico y
cristiano de su misión. De hecho, los liguistas se enorgullecían de haber pergeñado una
alternativa a la Argentina que se vivía en 1918 contra el movimiento obrero.
Una vez organizados y con el apoyo suficiente a finales de 1918 y principios de 1919, días
anteriores a las huelgas iniciadas en el sur de la ciudad de Buenos Aires, se le daría un titulo
formal a la Liga Patriótica Argentina y se conformaría, así como una organización
ciudadana, aunque siempre ligada a intereses políticos y económicos.

Sus miembros

Desde sus inicios, la Liga Patriótica Argentina estuvo compuesta por integrantes que
representaron los intereses económicos y políticos de sectores agrarios, industriales y
comerciantes. Estos grupos conservadores lograron posicionarse dentro del equipo de
gobierno del presidente Yrigoyen.
Sus primeras reuniones en 1917 cuyo liderazgo y fundación era de Manuel Carles,
dirigente radical, permitió su expansión en las clases medias y altas, y permitió que la Liga
Patriótica creciera en número de miembros. Su amplia difusión a nivel nacional y provincial
con mensajes en contra del movimiento obrero, sus integrantes, sus nacionalidades y sus
religiones, lograron que grupos de jóvenes, hijos de empresarios, miembros del ejército, la
iglesia, entre otros, formaran comités con el fin de perseguir a los inmigrantes de los barrios
judíos y obreros a sus habitantes. Destruían propiedades de judíos y sedes de organizaciones
de la colectividad, así como las instituciones y periódicos obreros, disparaban en la vía
pública y algunos utilizaron sus propiedades para arrestar a las personas capturadas 19.
Dentro de las persecuciones al movimiento obrero y los inmigrantes, existió también el
apoyo de uniformados que se encontraban dentro de las brigadas rompe huelgas, como fue
el caso del comisario general Luis Dellepiane que mantuvo relaciones con Yrigoyen.
El vínculo que tenía Yrigoyen con el comisario general de la policía permitió que este
apoye a los grupos paramilitares y rompe huelgas en las manifestaciones, aunque el
presidente ordenó “(…) la negativa al apoyo de organizaciones paramilitares y sus usos sin
escrúpulos. Dellepiane trato de poner freno a las fuerzas, aunque sus intentos parecieron
pocos convincentes”20.

19
Carles, Manuel (dir). Revista La Liga Patriótica. La Verdad. Buenos Aires ,19 de enero de 1919. En:
Archivo Histórico Nacional Caja 1596, inv.: 255340. Buenos Aires
20
MacGee Deutz, Sandra. Op cit. 2005. Pág. 117

17
La complicidad de la policía convirtió a la represión en una propaganda implícita del
accionar de la Liga Patriótica que luego se pudo observar en ataques a comunidades judías
en Rosario, Córdoba y otras ciudades.
A principio de 1918 Manuel Carles logró que la Liga Patriótica tenga influencias en todas
las fuerzas del Estado. Las fuerzas armadas le dieron el prestigio, legitimidad y poder al
movimiento que, si bien no se conformó como partido político, su carácter ciudadano y de
derecha ayudó a su postura nacional y patriótica.
Mientras los civiles patrullaban las calles de Buenos Aires, también inscribían a
voluntarios militantes en sus grupos de jóvenes o en sus brigadas rompe huelgas. La
conducción de las mismas mostró similitudes con las organizaciones militares y sus
influencias. La conducción del contra almirante de la armada Domeneq García (quien
presidia las brigadas rompe huelgas), se le unieron grupos radicales antipersonalistas que en
1919 romperían relaciones con el presidente Yrigoyen. Bajo su mando se encontraba
Dellepiane, con el apoyo de la Policía, y el general del ejército Jorge Yalour.
De esta manera la organización se extendió por todo el país, con un total de brigadas
masculinas que sumaron aproximadamente once mil miembros permanentes, representados
en los congresos anuales. Las brigadas se situaron en regiones donde la actividad sindical se
encontraba concentrada, como es el caso de Capital Federal, los puertos y zonas rurales del
Litoral21.
Con el aumento de sus miembros, el rol de la mujer fue aceptado dentro de la Liga.
Manuel Carles, permitió su participación en 1918 después de dictar el octavo congreso.
Reafirmó la posición de la mujer dentro de la familia, que consideraba baluarte de la
Nación. Con sus roles diferenciados de su marido y organizado jerárquicamente.
Los primeros comités integraron a las mujeres para que promuevan la beneficencia, la
educación y los valores de la familia. El respaldo de agrupaciones similares a la Liga
Patriótica, como la Asociación Pro Patria de Señoritas o el consejo Nacional de Mujeres y
las Damas Patricias permitió que se organicen desfiles y se creen juntas femeninas
permanentes y paralelas a la de sus miembros masculinos, en las que el 20 de julio de 1918,
eligieron a su presidenta Julia Elena A. de Martínez de Hoz, patrocinadora de obras de
caridad, católica y esposa e hija de terratenientes miembros de la Liga Patriótica también. 22
Las mujeres también organizaron sus propias brigadas de Maestros, articulaban con el
movimiento masculino ante las huelgas educativas, caminaban por los barrios de
inmigrantes, pero con la finalidad de invitar a los cursos que se dictaban para la formación y
organización de la familia argentina.
Si bien la conformación de los miembros de la Liga Patriótica era de orígenes
heterogéneos, puesto que integraron las Fuerzas Armadas, los sectores económicos y
empresarios, como sus trabajadores participantes, tenían en común su fe cristiana.

21
MacGee Deutsch, Sandra. Idem. Pág. 121
22
Discursos de Manuel Carlés de 1918. Págs. 6-9. En: Ospital, María Silvia. Inmigración y
nacionalismo: La liga patriótica y la Asociación del Trabajo (1910-1930). Buenos Aires. Centro Editor de
América Latina. 1994. Pág. 157

18
La iglesia católica se encontró presente desde sus primeras reuniones y en todos sus
congresos donde tenían su espacio de opinión frente a las posturas políticas del movimiento
obrero si bien la Liga Patriótica fue apoyado por los sectores mas conservadores, “el propio
Manuel Carles dictó charlas en iglesias”.
La articulación de la Iglesia permitió que la Liga Patriótica tenga diferentes puntos en
común, aunque las diferencias dentro de sus miembros se mantuvieron, ya que sus
integrantes aspiraban a intereses personales. Y si bien la iglesia no se encontró desde un
principio en disidencia con la presidencia de Yrigoyen, en 1918 los sectores dentro de la
iglesia que apoyaron a la Liga Patriótica e inclusive los sacerdotes y obispos lograron que
un sector católico de la sociedad difiera con el accionar del gobierno de Yrigoyen.
La influencia de los sectores femeninos de la Liga Patriótica dentro de los movimientos
católicos y la ayuda benéfica permitieron que los arzobispos se inscriban como miembros
del movimiento.

Su vínculo con el gobierno

La Liga Patriótica desde sus inicios y desarrollo hasta su aparición formal y pública en
1919, amplió su composición social. Aproximadamente el 69% de las autoridades centrales
del género masculino pertenecían a la clase alta de la República Argentina. La mitad de sus
dirigentes eran propietarios de tierras o de familias terratenientes, y al menos el 31 % había
desempeñado cargos gubernamentales antes de 1916, lo cual demuestra que existen
relaciones con antiguas clases gobernantes previos a la reforma electoral. 23
Desde su ascenso en 1916, Yrigoyen entabló vínculos con jefes policiales, también
entabló relaciones con miembros de la Liga Patriótica en ámbitos relacionados con distintas
actividades económicas. Si bien la postura de negociación entre el movimiento obrero y la
patronal favoreció a las demandas de los trabajadores, los miembros de la Liga Patriótica
consideraban que la posición del gobierno yrigoyenista, “al que acusaba de tener buenas
relaciones con las clases trabajadoras a fin de ganar sus votos, no tomaba las medidas
represivas correspondientes para lograr una pacificación y mantenimiento del orden.” 24
Es por eso que la Liga Patriótica formó parte de los sectores que comenzaron a alejarse de
la posición de Yrigoyen, con el apoyo de miembros radicales antipersonalistas en el Senado
y en las negociaciones empresariales. La Liga Patriótica comenzó a trabajar con sus
brigadas barriales y rompe huelgas para defender los intereses de los sectores económicos y
sociales de sus miembros.
Las diferencias dentro de sus filas hicieron que la Liga no se presente como un partido
político, sino como un frente social que representó a partir de 1917 una oposición a las
decisiones políticas del gobierno de Yrigoyen.

23
MacGee Deutsch, Sandra. Op cit. 2003. Pág. 238
24
MacGee Deutsch, Sandra. Op cit. 2005. Pág. 157

19
El apoyo de las fuerzas armadas en las huelgas portuarias, iniciadas por la Federación
Obrera Marítima y las ferroviarias apoyadas por la Federación Obrera Regional Argentina
entre 1917 y 1918, hicieron que después la intervención policial en apoyo a las brigadas
rompehuelgas el presidente Yrigoyen en julio 1918 prohíba al personal militar activo
afiliarse o respaldar públicamente a cualquier accionar, ya sea violento o no, de la Liga
Patriótica Argentina. Al mes siguiente prohibió a los integrantes de la Liga Patriótica
reclutar policías o que las reuniones de sus brigadas se hagan en dependencias policiales.
Las medidas tomadas por el presidente Yrigoyen para separar a las fuerzas estatales de la
Liga Patriótica fueron acatadas en la esfera pública, no así en los ámbitos privados.
Las fuerzas oficiales del orden apoyaban a las brigadas rompe huelgas y las posturas en
contra del presidente por su limitación en la intervención de estas en las manifestaciones del
movimiento obrero o en los desalojos de inmigrantes.
No obstante Yrigoyen nombró a Manuel Carles como gobernador interventor de la
provincia de Salta y a Luis Dellepiane como Teniente General de la policía de la provincia
de Buenos Aires, ampliaron los vínculos y la influencia de la Liga Patriótica dentro y fuera
de la Capital Federal.
La clandestinidad les dio la posibilidad a los miembros de la Liga Patriótica de
organizarse sin regulaciones estatales y a planificar estrategias para poder defender sus
ideales y también sus intereses económicos. Dicha organización no solo se centró en una
base patriótica, en contra del movimiento obrero y de sus nacionalidades, sino que también
en el papel mediador que tuvo Yrigoyen frente a las demandas de los trabajadores en las
huelgas.
A fines de 1918 con el inicio de las huelgas, que desencadenarían en la Semana Trágica, la
Liga Patriótica creó su primer estatuto presidido en ese entonces por Manual Carles y el
contraalmirante de la Armada Domeneq García, quien en enero de 1919 al formalizar y
hacer publica a la organización cede la presidencia solamente a Manuel Carles, apoyado por
radicales que abandonarían las directivas del presidente Yrigoyen.
Además, para ese entonces, gracias al crecimiento de “(…) la Liga Patriótica, Manuel
Carles creo una junta con 8 funcionarios que formaron un consejo ejecutivo que discutía las
decisiones que tomaba el gobierno y cómo debía actuar la Liga patriótica ante los
problemas nacionales”25
De esta manera, los miembros de la Liga Patriótica, o por lo menos aquellos que
integraban los sectores productivos y comerciales, consideraba que la libertad para
desarrollar sus actividades económicas no estaba garantizada, frente a un movimiento
obrero que comenzaba a organizarse y ejercer presión real sobre la patronal.

25
MacGee Deutz, Sandra. Ídem. Pág. 120

20
Capitulo IV
Yrigoyen y la Semana Trágica (1919)

Antecedentes

Desde 1918 se produce una recuperación económica en sectores rurales exportadores de


cereales, aunque el mercado de carnes y lanas se contrajo. La recuperación urbana no fue de
la misma magnitud, por lo que los salarios se redujeron un 38 % en la provincia de Buenos
Aires y el costo de vida subió un 71%.26
La llegada de inmigrantes europeos a la Argentina dio al movimiento obrero la posibilidad
ampliar cuantitativamente su organización. “Sólo en Buenos Aires, el número de huelgas y
de huelguistas ascendió, respectivamente, de 80 y 24.300 en 1916 a 367 y 309.000 entre
1918 y 1919.”27
En noviembre de 1918, el fin de la Primera Guerra Mundial, posicionó a los integrantes de
la Liga Patriótica a favor de los países aliados, ya que ellos, en especial el capital británico
contribuía a las empresas portuarias y agrícolas que defendían sus miembros, sumado a la
política de negociación en pos de mejorar las condiciones laborales del movimiento obrero.
Yrigoyen, sin tomar en cuenta las criticas de diputados y senadores, como de miembros de
la Sociedad Rural y la Cámara de Comercio, permitió que la Liga Patriótica comience a
reprimir, con sus brigadas civiles rompehuelgas las manifestaciones que desde diciembre de
1918 comenzaron a surgir regularmente en la Ciudad de Buenos Aires.
El sector metalúrgico desde principios de 1918 exigió mejores salarios y beneficios dentro
de los talleres e industrias. Si bien la primera huelga en los talleres Vasena fue en abril de
1918, a partir de entonces, los obreros, apoyados por sus sindicatos, comenzaron a realizar
reclamos por mejoras salariales y de trabajo.
Dichos reclamos fracasaron y al no cumplir el cometido de sus trabajadores, dividió a la
Federación Obrera Metalúrgica (FOM) en dos. Se creó, la Sociedad de Resistencia de
obreros Metalúrgicos (SRMU) que recibió apoyo del movimiento obrero y de los sindicatos
portuarios e industriales de la Ciudad de Buenos Aires.
Entre octubre y noviembre de 1918 las huelgas metalúrgicas fueron encabezadas por la
SRMU o apoyadas por los mismos. El 2 de diciembre de 1918 los trabajadores de los
talleres metalúrgicos Vasena declararon huelga. La empresa estaba ubicada en el barrio de
San Cristóbal y en el barrio de Pompeya tenían galpones de almacenamiento que permitían
el abastecimiento de los talleres.
La ubicación de los talleres se encontró dentro de los llamados barrios obreros, cuyos
integrantes eran, inmigrantes italianos, españoles, rusos y judíos. La SRMU tenía su sede
26
Bilsky, Edgardo. La Semana Trágica. Buenos Aires. Razón y Revolución. 2011. Pág. 190
27
Bilsky, Edgardo. Ídem. Pág. 191

21
sindical en el recorrido de los transportes entre los galpones y los talleres metalúrgicos por
lo que la huelga se organizó desde dicha sede interrumpió la producción, el traslado y la
distribución, por lo que los talleres Vasena no podían poner en marcha su producción.
Una vez realizada la huelga, el sindicato realizó una carta petitoria que el dueño de los
Talleres metalúrgicos Alfredo Vasena, miembro de la Liga Patriótica, negó recibir.
“La familia Vasena apostó a quebrar económicamente a los huelguistas
recurriendo a rompehuelgas y civiles armados provistos por la Asociación
Nacional del Trabajo brigada perteneciente a la Liga Patriótica, cuyos
integrantes eran policías en actividad, retirados y civiles armados . Creado y
dirigido ese año por el entonces presidente de la Sociedad Rural
Argentina Joaquín de Anchorena”28
El sindicato y el movimiento obrero siguieron con su postura de huelga con
enfrentamientos a las brigadas rompehuelgas que no podían llegar a los talleres, ya que se
encontraban tomados por sus trabajadores. El apoyo a los huelguistas por parte de los
vecinos del barrio y la llegada de miembros de otros sindicatos, como el marítimo y el
portuario, derivó en la creación de patrullas de trabajadores que cuidaban los accesos a los
talleres y galpones Vasena.
Diez días después del inicio de la huelga en los talleres Vasena, el apoyo al movimiento
obrero continuó por parte los vecinos de los barrios linderos y de diversos sindicatos,
agregándose frigoríficos y transportistas. La organización del movimiento llevó a la
fabricación de barricadas en las calles y armas caseras. Por su parte, la Liga Patriótica
propuso la intervención de la policía y el ejército para desalojar a los trabajadores, aunque
el presidente Yrigoyen no aceptó durante todo diciembre la intervención de estos, a la vez
que comenzó a recibir emisarios británicos dueños de sectores transportistas y frigoríficos
para pedir la resolución del conflicto.
Al recibir la negativa de intervención del presidente, se empezaron a entregar armas a los
movimientos rompe huelgas para que actúen contra los huelguistas. Desde el 13 de
diciembre de 1918 se produjeron hechos de violencia cuyo método era el de utilizar los
camiones de los talleres para llegar a las concentraciones en la vía pública del movimiento
obrero, y disparar desde los mismos. Luego descendían de los medios de transportes y
golpeaban a los huelguistas.
Los acontecimientos violentos duraron más de un mes, dejaron decenas de muertos
huelguistas, vecinos, niños y adultos. La policía y las brigadas rompe huelgas sufrieron
bajas en los enfrentamientos por lo que Yrigoyen pidió a la policía bajo la orden del
teniente Domeneq que detenga los enfrentamientos y pare la violencia.
La policía no detuvo la violencia, sino que proveía de municiones y personal a las
brigadas rompe huelgas como también se producía el asesinato en la vía pública de
inmigrantes judíos y del movimiento overo en general. 29

28
Oddone, Jacinto. La Semana Trágica. Gremialismo proletario argentino. Buenos Aires. Líbera. 1975
Págs. 403-414.
29
Bilsky, Edgardo. Op cit. Pág. 99

22
La Semana Trágica

El 7 de enero de 1918 la Dirección General del Trabajo bajo la orden de Yrigoyen y los
reclamos de las empresas británicas representada por miembros de la Liga Patriótica,
pidieron a Vasena que acepte recibir a los huelguistas para entablar diálogo y que conceda
ciertas demandas (12% de aumento y reducción de horas de trabajo, entre otros).
El papel de la policía sería el de impedir que se realicen más conflictos en las calles
alrededor de los talleres y depósitos, lo que generó un fuerte desacuerdo de los sectores
conservadores, ya que de esta manera se demostró la poca acción para defender sus
intereses por parte del gobierno. Desde el Congreso, los diputados radicales aliados a la
Liga Patriótica emitieron un comunicado para llamar a confiar en el accionar de las fuerzas
y buscar que el movimiento obrero, en huelga, retome sus actividades.
Adolfo Vasena no aceptó a los delegados, ya que este se entrevistó con suboficiales de las
Fuerzas Armadas, en la sede de la Sociedad Rural Argentina, diputados y senadores. Lo que
demostró cómo los sectores conservadores ejercerían presión al gobierno, para lograr que
este aplique las medidas represivas pertinentes.
El 7 de diciembre se produjo, por un lado, un cortejo fúnebre hacia el cementerio de la
Chacharita con los muertos a causa de la represión policial, delante de ellos y detrás se
encuentran custodiados por trabajadores armados, y por el otro, se iniciaron movilizaciones
organizadas que derivaron en la huelga general, en diferentes sectores industriales de la
Ciudad de Buenos Aires.
Las huelgas trajeron enfrentamientos en los que se incendiaron talleres, tranvías, se
reprimió y mató a oficiales de la fuerza policiales y las brigadas rompehuelgas. El teniente
de la Policía, Luis Dellepiane, ordenó desde Campo de Mayo, la movilización de las fuerzas
policiales y militares para reprimir sin orden directa del presidente Yrigoyen al cortejo
fúnebre y generó un enfrentamiento obrero entre trabajadores y policías que se desencadenó
en toda la ciudad. “Durante los últimos disturbios de Buenos Aires, el comandante y
teniente, tomó la responsabilidad de reestablecer el orden. Sin instrucción al respecto del
presidente”.30
A partir de la intromisión de las Fuerzas Armadas, el día 7 de enero de 1919 se dio inicio a
la llamada Semana Trágica, donde el presidente Yrigoyen, tras el inicio de la misma, recibía
mensajes negativos de la prensa y “(…) presiones de los sectores más conservadores. Las
noticias sobre la evolución violenta dentro de las huelgas hicieron que el presidente de la
Liga Patriótica, en conjunto con el embajador inglés, pidan una entrevista con Yrigoyen
para debatir la situación”31 .
Desde el día 9 de enero, el gobierno reunido en sesión permanente, ordenó la movilización
de las tropas. Dellepiane fue el encargado de dirigir a las fuerzas y comenzó a reprimir al
movimiento obrero desde los alrededores de los talleres Vasena y luego en las huelgas y
30
Carta de embajada francesa en defensa de Luis Dellepiane. En: Bilsky, Edgardo. Idem. Pág. 118
31
MacGee Deutsch, Sandra. Op cit. 2003. Pág. 260

23
tomas localizadas en distintas zonas de la Ciudad de Buenos Aires, la movilización de la
policía y la creación de cuarteles temporales del ejercito y granaderos para actuar con mas
rapidez y no esperar la llegada desde Campo de Mayo.
Los días posteriores al inicio de la Semana Trágica continuaron con la represión por parte
de las fuerzas armadas y las brigadas rompehuelgas, pero también con la unión de
sindicatos de trabajadores del Estado, del correo. El enfrentamiento armado se realizaba en
la vía pública o dentro de las fábricas y talleres.
Dentro de los conflictos, los miembros de la Liga Patriótica participaban con las Fuerzas
Armadas y perseguían a aquellos inmigrantes que no hablaran español, judíos, rusos y
aquellos que creían que participaban de agrupaciones anarquistas y comunistas.
El movimiento obrero, para contrarrestar los ataques represivos de las Fuerzas Armadas,
atacó varias dependencias policiales y oficinas del correo, para detener las comunicaciones
con el ejército.
Como respuesta, se destruyeron sedes sindicales y el Ejército ocupó las instalaciones
ferroviarias y portuarias para poder regularizar los servicios. El movimiento obrero
comenzó a quedarse sin armamento, los sindicatos comenzaron a reunirse por separado con
enviados del gobierno y con el teniente Dellepiane.
El 14 de enero la Ciudad de Buenos Aires comenzó a tener nuevamente servicios de
tranvías y de correos. El gobierno envió delegados a Vasena para poder negociar la
rendición de los trabajadores y la renegociación de sus demandas, que no serían del todo
cumplidas ya que sus salarios se mantendrían, pero sus horas de trabajo serían reducidas.
Los obreros volverían al trabajo el lunes 20 de enero, luego de reparar los establecimientos
y maquinarias, pero comenzaron a percibir su salario desde ese día y fueron supervisados
por la policía.
Dellepiane se reunió con los sindicatos de la FORA y la UOM para terminar con la huelga
general y con los conflictos en la ciudad. Cuya única demanda era la liberación de los
huelguistas detenidos.
El teniente de la policía, si bien aceptó las demandas de los sindicatos, ordenó la
intervención y destrucción de sedes anarquistas y de la redacción de su diario La Protesta.
Además, en las sedes sindicales de la Fora V se detuvo nuevamente a sus integrantes que
luego fueron liberados. La FORA canceló las medidas de fuerza y se levantó la huelga
general.
Al no cumplir con lo acordado, Dellepiane presentó su renuncia, aunque solo por 24 horas
ya que se lo convocó nuevamente por Yrigoyen, al tener en cuenta que la Cámara de
Diputados aprobó la declaración de Estado de sitio con apoyo de los radicales.
Ese mismo día Dellepiane apoyado por la policía y brigadas rompe huelgas organizadas
por la Liga Patriótica ingresaron al barrio de Villa Crespo y Once para despojar de sus
viviendas y asesinar a rusos judíos cuyos cuerpos fueron llevados al arsenal del Ejercito en
San Cristóbal.32
32
Izaguirre, Inés, Argentina. Una larga tradición de prácticas genocidas normalizadas. Extraído de
http://www.apdh-argentina.org.ar/sites/default/files/In%C3%A9s%20Izaguirre%20-
%20Argentina%2C%20una%20larga%20%20tradici%C3%B3n%20de%20pr%C3%A1cticas%20genocid
as%20%20normalizadas.pdf el día 01 de octubre 2018.

24
También el presidente Yrigoyen otorgó a la Sociedad Rural Argentina mayor autonomía
en la decisión de aranceles rurales para la exportación, mejoró sus vínculos con los sectores
portuarios y envió cartas a las embajadas francesas y británicas para informarles que no
dejarían que se extienda nuevamente una huelga general.
Por otro lado, Manuel Carles mantuvo su puesto de oficial interventor en las provincias y
se le ofreció un puesto en las bancas de senadores.

Del diálogo a la represión

Antes de que sucediera la Semana Trágica, la Liga Patriótica se encontró articulada y


organizada desde los sectores relacionados con las fuerzas armadas, diputados, senadores y
también de sectores civiles los apoyaron. Otro grupo de importancia es el que se encargaba
de representar a los sectores conservadores y de alcance directo al diálogo con el presidente
Yrigoyen.
Con las huelgas iniciadas en octubre 1918, los sectores empresarios de la Liga Patriótica
manifestaron con cartas formales entregadas por el mismo Manuel Carles al presidente,
“(…) la búsqueda de eliminar a los huelguistas utilizando las fuerzas de gobierno como
apoyo para reestablecer el orden y el respeto de los intereses de la patria, como así también
el control de la población judía en los barrios obreros (…)”33
Los dirigentes de la Liga Patriótica, al enterarse de lo sucedido en Vasena y que el
presidente Yrigoyen ordenó una acción conciliadora a través del dialogo, comenzó a
concentrar sus fuerzas cerca del circulo naval y Campo de Mayo, y a enviar equipos de
rompehuelgas a las fábricas y a los barrios obreros y de judíos.
El apoyo de empresas extranjeras y la financiación de estos grupos también permitieron
que el Teniente General Dellepiane comande el asalto a los cortejos fúnebres el 7 de enero
de 1919 sin órdenes del presidente Yrigoyen, que al enterarse de lo sucedido no pudo dar
nuevas directivas ya que se encontró en sesión general con diputados, senadores y
embajadores europeos para discutir el accionar a partir de la huelga general y ver cómo el
movimiento obrero ocupaba las calles.
La prensa también exigía el accionar del gobierno ante los huelguistas, tuvo en cuenta que
los diarios con alcance nacional se encontraban también bajo las directivas de la Liga
Patriótica.
“(…) durante meses dejó las manos libres a los revolucionarios, lo cual lo pone
en contra de todo ciudadano amigo del orden. La situación es extremadamente
grave, el presidente Yrigoyen sigue decidiendo por no adoptar ninguna actitud
porque depende del dialogo de su gobierno para emplear medios que devuelvan el
orden y las garantías”.34
33
Bilsky, Edgardo. Op cit. Pág. 200
34
Cancela, Arturo. Ante los sucesos. Diario La Nación. Pág. 8. 19/01/1919. En
http://209.177.156.169/libreria_cm/archivos/pdf_961.pdf extraído el día 17/01/2019

25
La autorización del accionar violento por parte de la Liga Patriótica y sectores extranjeros
influyentes fue otorgada a partir del 9 de enero, cuando Yrigoyen ordenó el envío del
Ejército en apoyo a la policía con el fin de poder recuperar las calles tomadas por el
movimiento obrero, ordenó reprimir y detener a aquellos que se encontraban en huelga o
que apoyaron a la misma y estableció por decreto breve el Estado de sitio que
posteriormente fue tratado por diputados.
La posición de los miembros de la Liga Patriótica ante Yrigoyen, como también su
accionar frente a la huelga, hicieron que detenga su postura de diálogo ante la situación y
optó por apoyar la represión y persecución del movimiento obrero.
De esta manera la Liga Patriótica logró colocar al presidente Yrigoyen y a su gobierno
como responsable del Estado de sitio. El movimiento obrero tras la persecución y represión
dejó de apoyar al presidente debilitándolo ante las elecciones provinciales y luego
nacionales de los meses posteriores.
Luego de la Semana Trágica, se detuvieron las relaciones con el movimiento obrero. No
se utilizó en primera instancia la negociación como ocurrió antes de La Semana Trágica.
También una vez que finalizó la huelga, el 19 de enero, la Liga Patriótica Argentina realizó
un acto formal de iniciación como sociedad civil, autorizada por el gobierno realizaron
actos en la vía pública, crearon asociaciones barriales y fomentaban la unión voluntaria
como miembros activos.
La creación de estatutos cuyas directivas plantearon la defensa de la patria y la
colaboración con las autoridades en el mantenimiento del orden público. “Si hay fuerzas
organizadas para la destrucción, sepamos oponerles fuerzas organizadas para el orden, la
construcción, el progreso; si hay voces que se alzan contra la patria, hagamos que la escuela
difunda sanamente el sentimiento nacional” 35
La participación de las Fuerzas Armadas dentro de la Liga Patriótica se intentó prohibir
después de la Semana Trágica, pero no se creó un mecanismo para poder controlarlo, por lo
que Manuel Carles permitía en sus filas a nuevos integrantes provenientes de las Fuerzas
que se encontraban en oposición a Yrigoyen, por su demora en la toma de decisiones
durante las huelgas de los talleres Vasena.
Si bien la Liga Patriótica tenía su postura basada en la nación y la patria, en el terreno
económico no pudo afianzarse por las disparidades de sus miembros, ya que los mismos
velaban por intereses de sectores productivos o sociales diferentes.
El apoyo extranjero a la Liga Patriótica y la importancia económica de sus inversiones en
el país hizo que, una vez finalizada la Semana Trágica, Yrigoyen redacte a los embajadores
de Gran Bretaña y Francia una carta donde señalaba la normalidad de la situación. Con la
finalidad de demostrar que solucionó los inconvenientes en el territorio y que los líderes
sindicales como también las influencias de los inmigrantes fueron detenidos.
La creación de la ley de residencia permitió que se cumplan también los reclamos de La
Liga Patriótica para detener el avance de los inmigrantes judíos en los barrios obreros y

35
Carles, Manuel. Estatuto de La Liga Patriótica. En
https://www.championsofregnum.com/forum/archive/index.php/t-55157.html extraído el día 17/01/2019

26
también para continuar con la represión a aquellos sectores del movimiento obrero que
ofrecieron resistencia.
“Los recientes conflictos obreros en la República Argentina no fueron más que
simple reflejo de una situación común a todos los países y que la aplicación
enérgica de la ley de residencia y la deportación de más de doscientos cabecillas
bastaron para detener el avance del movimiento, que actualmente está
dominado.”36

36
Godio, Julio. Op cit. Pág. 64

27
Conclusión

El movimiento obrero argentino, en la primera parte del siglo XX, se conformó con la
llegada de grupos de inmigrantes europeos cuyas influencias marcadas por la Primer Guerra
Mundial y la revolución rusa permitieron que los sindicatos tomen mayor identidad a la
hora de plantear sus reclamos y huelgas.
El triunfo de Yrigoyen en las elecciones de 1916, gracias a la reforma electoral, implicó
un apoyo a sectores representados por el movimiento obrero, ya que sus propuestas se
orientaron a mejoras en las condiciones de trabajo y de vida de los sectores industriales y
agropecuarios. Este apoyo estuvo signado por el arbitraje mediador de los conflictos
obrero/patronales, en los que mayoritariamente resultaban beneficiosos para el movimiento
obrero argentino.
Paralelamente, los sectores conservadores quedaron sin representación, aquellos
ciudadanos herederos de partidos tradicionales previos a la reforma electoral buscaron
dentro de su organización la manera de poder reclamar contra las posturas de arbitraje y
diálogo que propuso el presidente Yrigoyen.
La creación de la Liga Patriótica, años antes de la Semana Trágica, permitió que se amplíe
el número de representantes en todo el país, pero principalmente sus miembros más
destacados eran los representantes de las Fuerzas Armadas, de sectores económicos
industriales y agroexportadores, y también allegados políticos del presidente. Esta
organización buscó combatir no solo el accionar y la organización del movimiento obrero,
sino que también se dedicó a la persecución de ciudadanos que no practicasen el
cristianismo.
La organización de la Liga Patriótica permitió que los ciudadanos - tanto hombres como
mujeres - que no se encontraban a favor del accionar de Yrigoyen frente a las huelgas y a la
recepción de inmigrantes, hallen en el movimiento la posibilidad de formar parte de una
oposición, al ser parte de las brigadas rompe huelgas, al participar en colectas o en
movilizaciones cristianas que también apoyaron los sectores de derecha.
La heterogeneidad de sus miembros hizo que se generen diferencias económicas y
políticas por lo que nunca se pudo presentar como un partido político.
La postura de la Liga Patriótica desde sus inicios siempre fue utilizar el accionar violento
ante los huelguistas y los reclamos laborales que se le presentaban a Yrigoyen. Es por eso
que sus miembros, entre ellos el presidente de la Liga Patriótica, Manuel Carles, supo
ganarse la confianza de Yrigoyen y poder participar en las juntas organizativas desde 1918
en adelante.

28
La justificación de que el pueblo se revelaba en las calles permitió que la Liga Patriótica
pueda, a través de sus miembros, presentar reclamos formales que fueron escuchados
después de la intervención policial de Luis Dellepiane (miembro fundador de la Liga
Patriótica) y apoyado también por intereses extranjeros. El libre manejo que tenían los
miembros y brigadas de la Liga Patriótica también permitió que su accionar sea reconocido
y que los sucesos de la Semana Trágica (1919) sean un punto de inflexión en las relaciones
que planteó Yrigoyen frente al movimiento obrero al pasar del dialogo en primera instancia
(de 1916 a 1919), a la represión de las huelgas ante los reclamos, lo que confirma la
hipótesis de la presente investigación.
La Liga Patriótica logró, mediante diferentes recursos y presiones, que el presidente
Yrigoyen cambie la postura tomada desde el inicio de su mandato frente al movimiento
obrero, en la medida en que hasta la Semana Trágica priorizó el diálogo y el arbitraje frente
a los reclamos de las huelgas ante la patronal.
A partir del 07 de enero de 1919, tras la influencia de la Liga Patriótica y de la
intervención parapolicial de sus brigadas y los sectores asociados a ella, Yrigoyen perdió el
control de la Ciudad de Buenos Aires y cambió su postura a una violenta y represiva, dio la
orden de reprimir a los huelguistas y de perseguirlos para después declarar el Estado de sitio
y leyes que permitan expulsar a los inmigrantes sin ningún tipo de diálogo.

29
Bibliografía

• Alain Rouquié. Poder militar y sociedad política en la Argentina. Buenos Aires.


Emecé. 1981
• Bellini, Carlos; Korol, Juan Carlos. Historia Económica Argentina en el siglo
XX. Buenos Aires. Siglo XXI.2012
• Bilsky, Edgardo. La Semana Trágica. Buenos Aires. Razón y Revolución.2011
• Botana, Natalio. El Orden Conservador. Buenos Aires. Sudamericana. 1997
• Camarero, Hernán. La cultura política en la clase obrera argentina de
entreguerras. La Plata. Anuario del Instituto de Historia Argentina. 2016.
• Carles, Manuel (dir). Revista La Liga Patriótica. La Verdad. Buenos Aires ,19
de enero de 1919. En: Archivo Histórico Nacional Caja 1596, inv.: 255340. Buenos
Aires
• Di Mario, María Cecilia. De Crónicas y escrituras en la Semana Trágica.
Buenos Aires. Ediciones del Centro Cultural de la Cooperativa Floreal Gorini. 2008
• Falcón, Ricardo. Nueva Historia Argentina. Democracia, conflicto social y
renovación de ideas (1916 – 1930). Buenos Aires. Sudameriana.2000.
• Fitzpatrick, Sheila. La Revolución Rusa. Buenos Aires. Siglo XXI. 2005
• Furet, Francois. El Pasado de Una Ilusión. Madrid. Fondo de cultura
económica. 1995.
• Godio, Julio. La semana trágica de enero de 1919. Buenos aires. Hyspamerica.
1993
• Halperin Donghi, Tulio. Vida y muerte de la República Verdadera (1910 –
1930). Buenos Aires. Planeta. 2000.
• Horowitz, Joel. El radicalismo y el movimiento popular (1916 – 1930). Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Edhasa. 2015.
• Hobsbawn, Eric. Historia del siglo XX. Buenos Aires. Crítica. 1999
• Lobato, Mirta. Nueva Historia Argentina. El progreso de la modernización y sus
límites. Buenos Aires. Planeta. 2000.
• MacGee Deutsch, Sandra. Contrarrevolución en la Argentina. La Liga Patriótica
Argentina (1900- 1932). Buenos Aires. Universidad de Quilmes. 2003.
• MacGee Deutsch, Sandra. Las derechas. La extrema derecha en la Argentina, el
Brasil y Chile (1890 – 1939). Buenos Aires. Universidad de Quilmes. 2005.
• Oddone, Jacinto. La Semana Trágica. Gremialismo proletario argentino. Buenos
Aires. Líbera. 1975
• Ospital, María Silvia. Inmigración y nacionalismo: La liga patriótica y la
Asociación del Trabajo (1910-1930). Buenos Aires. Centro Editor de América Latina.
1994
• Rapopport, Mario. Historia económica política y social de la Argentina (1880 -
2000). Buenos Aries. Machi. 2003
• Revista La Liga Patriótica. La Verdad. 19 de enero de 1919. En: Archivo
Histórico Nacional Caja 1596, inv.: 255340. Buenos Aires.
• Rock, David. Argentina en el siglo veinte. Economía y desarrollo político desde
la elite conservadora a Perón. Buenos Aires. Letra Gamma. 2009.
• Rouquié, Alain. Poder militar y sociedad política en la Argentina. Buenos Aires. Emecé.
1981.

30
Páginas de Internet.

• Blacha, Luis Ernesto. El estado interventor y el control social. El caso de la


Liga Patriótica Argentina. Rio Negro. Rev. Pilquen. 2011
Extraído de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3789531.pdf el día 09 de
mayo de 2018.
• Bohoslavsky, Ernesto; Echeverría, Olga. Las derechas: las palabras y las cosas.
Extraído de http://ungs.academia.edu/ebohos el día 08 de enero de 2019
• Cancela, Arturo. Ante los sucesos. Diario La Nación. Pág. 8. 19/01/1919. En
http://209.177.156.169/libreria_cm/archivos/pdf_961.pdf extraído el día 17/01/2019
• Carles, Manuel. Estatuto de La Liga Patriótica. En
https://www.championsofregnum.com/forum/archive/index.php/t-55157.html extraído
el día 17/01/2019
• Cepeda Matías. La Liga Patriótica y la construcción de nuevos ciudadanos.
Mendoza. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad
Nacional de Cuyo. 2013
Extraído de http://cdsa.aacademica.org/000-010/751.pdf el día 09 de mayo de 2018.
• Estatuto de La Liga Patriótica. Extraído de
https://www.championsofregnum.com/forum/archive/index.php/t-55157.html el día 17
de enero del 2019
• Izaguirre, Inés, Argentina: Una larga tradición de prácticas genocidas
normalizadas. Extraído de http://www.apdh-
argentina.org.ar/sites/default/files/In%C3%A9s%20Izaguirre%20-
%20Argentina%2C%20una%20larga%20%20tradici%C3%B3n%20de%20pr%C3%A1
cticas%20genocidas%20%20normalizadas.pdf el día 01 de octubre 2018.
• Ley 8871. Ley General de Elecciones. 1912. Disponible en:
http://www1.hcdn.gov.ar/dependencias/dip/wdebates/Ley-08871-Debate-Ley-
ElectoralS%C3%A1enz-Pe%C3%B1a.pdf extraído el día 12 de septiembre de 2018
• Man Laura, Historia del Movimiento obrero y del sindicalismo en Argentina.
Extraído de
http://trabajo.gob.ar/downloads/formacionSindical/Historia%20del%20Movimiento%20
Obrero%20y%20del%20Sindicalismo%20en%20la%20Argentina.pdf el día 10 de enero
de 2019
• Moscatelli, Mirta. La Liga Patriótica Argentina, Una Propuesta nacionalista a la
conflictividad social de la década de 1920. Rosario. Universidad de Rosario. 2014.
Extraído de http://biblioteca.universia.net/html_bura/ficha/params/title/liga-patriotica-
argentina-propuesta-nacionalista-frente-conflictividad-social-decada-
1920/id/48007401.html el día 11 de mayo de 2018
• Recorte de diario La Capital del 25 de mayo 1918. Extraído de
https://www.lacapital.com.ar/secciones/informacion/semanatragica.html el día 05 de
octubre de 2018

31

También podría gustarte