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1. ANTECEDENTES
momentos. Sobre la cultura de El Argar, “parecía estar clusiones como esta: “A través de las estratigrafías de
todo dicho”. Galera podemos decir cuan lejos se está de los impactos
coloniales del momento final del Bronce II ”. (1966,
En 1947, Santa-Olalla y otros arqueólogos, a través 33).
de la Comisaría General de Excavaciones
Arqueológicas, se interesaron por el yacimiento de la La cultura de El Argar adquiere relevancia entre los
Bastida de Totana, que denominaron Ciudad de investigadores de la llamada Edad del Bronce y se
Bronce II Mediterráneo. ¿Porqué eligieron este lugar?. incorporan a sus trabajos nuevas tendencias y técnicas
Saenz Martín, arqueólogo del equipo, hace una des- del momento; entre ellas, las dataciones radio carbóni-
cripción del entorno: “En la provincia de Murcia, es cas imprescindibles para obtener cronologías absolutas.
Totana, con Lorca, cabecera de una región natural per- El binomio estratigrafía + C-14 comienza a ser aplica-
fectamente definida que constituye una dilatada do. Equipos de científicos nacionales y extranjeros, que
vega...”. a pesar de su relevancia no citaremos por tratarse de un
extenso listado, excavan yacimientos en las provincias
Es muy significativo que eligieran este yacimiento de Murcia, Granada y Almería; aunque no con la abun-
existiendo otros casi intactos como Fuente Álamo o dancia que sería deseable. Es en la provincia de
Gatas situados en el corazón de la denominada área clá- Granada donde se realizan con más profusión.
sica. Creemos que fue el valle del Guadalentín y su
enorme riqueza arqueológica, además de la magnitud La Tesis Doctoral de Vicente Lull (1983), prologada
del yacimiento, que como estos mismos arqueólogos por Ana María Muñoz Amilibia, puso de manifiesto un
dicen ya había sido objeto de prospección de los Siret y modelo para el estudio de las formaciones económico-
del expolio de buscadores de tesoros, lo que llamó su sociales prehistóricas, centrado en la cultura de El Argar,
atención y motivó las campañas; tal vez, buscando “algo que fue totalmente innovadora y sentó bases en campos
nuevo”. Sin embargo, estas excavaciones, aunque sin- hasta entonces casi desconocidos para esta cultura.
tiendo preocupación por la estratigrafía, se realizaron
con técnicas muy similares a las utilizadas por los Siret. Por esas fechas, ya existía en Lorca un grupo, pione-
Aún están muy lejos los estudios sociopolíticos, demo- ro en la región, de amantes de la arqueología y, en espe-
gráficos, ambientales, de antropología forense, etc. cial, de la cultura de El Argar, denominado Murviedro
(citado por AYALA 1991, 249 y MARTÍNEZ RODRÍGUEZ et
Con la casi ausencia de investigaciones se llega hasta alii 1996, 21 ), que durante años (desde la década de
principios de los años sesenta considerándose a la cul- los 60) había explorado amplios territorios y consegui-
tura de El Argar como un bloque situado entre el do un catálogo de yacimientos argáricos inéditos que
Calcolítico (también denominado Bronce I Hispánico fueron objeto de estudio y de publicaciones (Cerro de
o Eneolítico) y la Edad del Hierro. las Viñas, Los Cipreses, Cerro Negro de Ugéjar, etc.).
El primer intento de periodización fue la Tesis Los resultados de los trabajos sobre El Argar, reali-
Doctoral de B. Blance (1960), basada en el estudio zados en los últimos quince años, dónde aparecen estu-
detallado de 366 sepulturas, con sus ajuares funerarios, dios edafológicos, palinológicos, osteológicos, sociales,
procedentes de la publicación de los Siret, donde pro- urbanísticos, papel e importancia de la mujer, etc., son
puso la existencia de dos fases cronológicas que deno- verdaderamente espectaculares; aunque todavía queda
minó A y B. A partir de la publicación de sus análisis mucho por hacer.
estadísticos en 1964 y 1971, sus tesis fueron mayorita-
riamente aceptadas hasta la presentación de la Tesis 2. RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LA CULTU-
Doctoral de V. Lull (1983). RA DE EL ARGAR
Sin embargo, los análisis de B. Blance procedían de Expondremos los que son comúnmente aceptados.
materiales extraídos en una época en que la estratigrafía
no era o no podía ser debidamente estudiada. Pellicer y Hábitat: “Los poblados se sitúan en zonas altas o estra-
Schúle publican en 1966 el resultado del corte estrati- tégicas (espolones, vertientes montañosas, vertientes de
gráfico IX practicado en el Cerro del Real (Galera – ríos) sin que falten asentamientos en tierra llana de utili-
Granada), donde queda manifestada la importancia e zación agrícola, aunque casi siempre dependientes de otro
imprescindibilidad de la estratigrafía, llegando a con- poblado de mayor entidad cercano y bien defendido. [...]
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Lámina 1. Dos casa unidas por tabique medianero. Rincón de Lámina 2. Poblado de Llanura. Los Cipreses, Lorca, Murcia (Foto: M. Ayala).
Almendricos, Lorca, Murcia (Foto: M. Ayala).
El cambio es notorio en lo que se refiere a la ordenación Cerámica: La cerámica argárica es muy característica
del territorio. Según datos que poseemos hoy, esta orde- y capaz, por sí misma, de datar un yacimiento, tanto por
nación territorial, que ha sido advertida por diversos sus formas como por el bruñido de algunas de sus piezas.
autores desde el inicio de los estudios argáricos, parece
responder a unas necesidades geoestratégicas, entre las La pasta que se utilizaba para su fabricación era de
que podemos destacar: 1º. El control de las zonas con barro arcilloso con desgrasantes finos, medios y gruesos
yacimientos mineros o de las rutas naturales que condu- de mica, esquistos y cuarzo (A. MARTÍNEZ RODRÍGUEZ
cen a ellos; 2º. El dominio y control de zonas aptas para 1990, 73); el color de la superficie generalmente no es
el laboreo agrícola y el desarrollo de cabañas ganaderas; uniforme y abarca los tonos marrones (a veces rojizos),
3º. El dominio territorial de las vías naturales de comuni- los grises y el negro.
cación y comercio y 4º El control de una posición estra-
tégica de autodefensa del poblado o del grupo de pobla- La tipología de sus formas abarca una amplia varie-
dos” (JORGE J. EIROA 1989, 70). Casi todos los asenta- dad que incluye: plato hondo o cuenco con borde
mientos en llano que se conocen están situados en el tér- entrante y cuerpo redondo, olla baja con borde entran-
mino municipal de Lorca (Los Cipreses, El Rincón de te, olla de forma esférica u ovoidea, vasos de carena en
Almendricos, finca de Juan Gabarrón en Aguaderas, La todas sus variaciones, copa con forma esbelta o achata-
Escarihuela, etc.). da, vasos con superficie de asentamiento, grandes reci-
pientes en forma de tinaja con boca ancha, etc. En el
Se constatan elementos de fortificación, entre los tratamiento exterior destaca el alisado y el bruñido.
que destacan murallas, bastiones, poternas, rampas res-
baladizas, puestos de vigía, torres de señales etc. Los La existencia de grandes recipientes de almacena-
denominados poblados de altura suelen ser espacios miento denotan una economía agrícola excedentaria;
amurallados; a veces, con doble muralla (El Oficio). seguramente de carácter familiar, al no documentarse
depósitos comunales.
Las viviendas, en muchas ocasiones también a extra-
muros, se adaptan a las pendientes del terreno en forma Ritual funerario: quizá sea el elemento que más
de aterrazados artificiales, siendo la morfología de su llamó la atención de los primeros investigadores y que,
planta poligonal y tendente a los muros rectos. El inte- en la actualidad, se continúa estudiando con mucho
rior de la vivienda suele estar dividido en estancias. Se interés por ser una de las principales fuentes de infor-
documentan viviendas de dos plantas (Lugarico Viejo, El mación. El sistema de enterramiento era la inhuma-
Oficio) y obras públicas como grandes cisternas (Fuente ción. Las gentes argáricas sepultaban a sus difuntos
Álamo, El Oficio), posibles presas hidráulicas (Gatas), y siempre dentro del área del poblado (esto no quiere
espacios comunes como calles (El Oficio). Hoy se puede decir a intramuros), las tumbas se encuentran bajo los
afirmar (J. EIROA 1996, 74) que durante la cultura de El pisos de las viviendas, adosadas o empotradas en los
Argar se alcanza la plenitud de la vida urbana. muros, junto a ellos en el exterior, etc. Las inhumacio-
nes son mayoritariamente de un individuo; aunque hay
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se acepta que los metalúrgicos argáricos desconocían el razón a la solidez que ofrece la disposición de su
proceso de copelación; hasta hoy no se ha podido veri- enmangue y a la peligrosidad que representa su forma.
ficar.
La existencia de una arquitectura defensiva de los
También aparecen algunos objetos de oro; si bien, poblados y la de algunas armas de bronce, como la ala-
son muy escasos y pudieron estar manufacturados a barda y la espada (ésta, quizás más como símbolo de
partir del metal en su estado nativo. poder que como arma), indicaría una jerarquía militar,
seguramente asociada a la social y política.
La metalurgia del hierro, por supuesto, era desco-
nocida. 3. ORIGEN DE ESTA CULTURA
“El metal mayoritariamente ha sido localizado en Es un asunto controvertido. Siret fue el iniciador de
enterramientos formando parte del ajuar, no obstante las tesis difusionistas que abogaban por la llegada de ele-
se han encontrado algunos útiles en el interior de las mentos étnicos procedentes de otros lugares del conti-
casa” (M. AYALA 1991, 131). Los objetos metálicos per- nente Europeo, hacia referencia a una invasión Celta
tenecientes a la cultura de El Argar son variados: unos (SIRET 1906-7). En 1947, Santa-Olalla y Sáez Martín
destinados para el trabajo o defensa (cuchillos, puñales, (121 y ss.) inician las tesis que defienden una penetración
punzones, cinceles, hachas, alabardas y espadas) y otros algarariense o anatolioegea rápida y profunda llegada por
como útiles de adorno (anillos, pendientes, pulseras, vía marítima; fueron aceptadas y seguidas por un elenco
brazaletes y diademas). de investigadores pero, cada cual, con sus matices, entre
ellos Schubart (1976, 341-2). Entre otros aspectos, las
Estructura social: Las tesis de V. Lull, basadas en el tesis difusionistas se basan en paralelismos tales como:
estudio estadístico de ajuares funerarios, ponen de que las sepulturas en urna tienen antecedentes en
manifiesto la existencia de una sociedad jerarquizada y Anatolia, Hélade, Sicilia, Palestina, etc; que las cerámicas
con diferentes clases sociales; entre ellas, la dirigente. de brillo metálico y ángulo de carena tienen precedentes
en Asia Menor y Siria, que la forma 7 de Siret (copa) tiene
Organización política: Los indicios apuntan hacia antecedentes en Anatolia, Grecia, Sicilia y Malta; que la
esa posibilidad. La existencia de poblados núcleo tipo cultura de El Argar tiene rasgos mediterráneos muy acen-
ciudad o emporio comercial y satélites (dependientes tuados; la posibilidad de navegar por el Mediterráneo
de ellos) parece una realidad. A este respecto, se han mediante cabotaje; la presencia de cuentas de fayenza; etc.
realizado estudios de áreas de captación de centros con-
siderados importantes como La Bastida (JORGE J. EIROA Sin embargo, existían opiniones contrarias iniciadas
1989, 93) o Cerro de las Viñas (AYALA 1991, 347). por Bosch Gimperá (1944, 101) que defendían el ori-
gen autóctono producto de la evolución del Calcolítico
Organización militar: La arquitectura defensiva, a local, también con sus seguidores y matices, entre ellos
veces sofisticada, que muestran los poblados fortifica- V. Lull (1983, 448-50).
dos evidencian una concentración de esfuerzo en mano
de obra y recursos comunales con fines militares, aun- Si bien nunca se han podido demostrar totalmente
que más bien defensivos. Las fortificaciones les permi- las tesis difusionistas, aunque se han admitido paralelis-
tirían resguardarse de las incursiones procedentes del mos tipológicos, tampoco las que defienden un origen
mar o del interior. autóctono lo han hecho satisfactoriamente; por ejem-
plo, la aparición de algo tan característico e innovador
“La metalurgia aplicada al armamento no supuso como que las acrópolis sea al mismo tiempo necrópolis
grandes ventajas funcionales, porque el proceso de fun- pone de manifiesto un cambio importante en las cos-
dición, produjo cobres bastante blandos y con una tumbres funerarias con respecto a las del Calcolítico.
manifiesta falta de homogeneidad, que determinaban
una mínima resistencia ante la acción mecánica, cuya La tendencia actual se inclina hacia las tesis autoc-
función entonces seria eminentemente social, símbolo tonistas, también con matices. Jorge J. Eiroa, (1989, 69
de poder” (MANZANO 1997, 111). No obstante, cree- y ss), dice “que no se conoce bien el proceso de forma-
mos que algunas armas eran aptas para combatir en ción de El Argar porque faltan datos que ilustren con
campo abierto o para defender una muralla; la alabar- más precisión el momento de transición entre el final
da, por ejemplo, debió ser un arma muy hiriente en del Calcolítico y el principio del Bronce Antiguo, aun-
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que parece claro que hay que vincularlo a la expansión No obstante, cuando desapareció el mundo argári-
de la explotación sistemática de los yacimientos mine- co, la metalurgia del bronce ya se había difundido por
ros de cobre y a la comercialización ordenada de los ele- todo el ámbito peninsular y el modelo de vida de El
mentos metálicos elaborados; [...] que las evidencias Argar había dejado una profunda huella en la cultura
arqueológicas más recientes parecen indicar que esta- de la Península Ibérica (JORGE J. EIROA 1990, 137).
mos, más bien, ante un fenómeno social, económico,
comercial y, tal vez político que tuvo como aliciente, 5. CRONOLOGÍA
sobre todo, la explotación de los minerales y la fabrica-
ción de objetos metálicos de la mano de una tecnología La escasez de estratigrafías fiables, excavaciones
perfeccionada que se apoyaba en el dominio de las altas modernas y dataciones radio carbónicas, conlleva a que
temperaturas en hornos de fundición y en la creación sólo se puedan hacer aproximaciones. Como es sabido,
de modelos metálicos que eran objeto de una fuerte los datos obtenidos en un yacimiento no son extrapola-
demanda social, más que ante un auténtico y, supuesta- bles a otro y sólo hay bien excavados una ínfima parte
mente, masivo movimiento migratorio Ni el urbanis- de los poblados conocidos.
mo, ni la tecnología, ni la organización social eviden-
cian con claridad elementos “coloniales” que hubiesen Chapman (1991, 139), sitúa a la cultura de El Argar
podido ser el motor del cambio [...] “. No obstante, entre el 2200 - 1500 A.C.; González Marcén, V. Lull y
también dice (pág. 73) refiriéndose a los paralelismos y Risch (1992, 129) lo sitúan entre el 2.15 0 - 1600 A.
posibilidad de navegación por cabotaje, que esto pone C. (las fechas son calibradas: C-14 +
en evidencia las relaciones y el intercambio de ideas Dendrocronología); o sea, tuvo una pervivencia de
entre El Argar y otros centros culturales perimediterrá- unos 550 años de los que, hasta ahora, parecen haberse
neos de la misma época; que es probable que el cambio diferenciado cinco fases (MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, PONCE
que experimentan las poblaciones del Sureste español y AYALA 1.996, 11).
entre principios y mediados del II milenio a.C., tenga
que ver con este flujo de ideas vertidas sobre un sustra- 6. ÁREA DE EXPANSIÓN
to local Calcolítico potente y desarrollado.
Antes de que se determinara la existencia de un
De modo que nos encontramos con teorías difusio- Bronce Valenciano, Manchego, Del Suroeste, del Valle
nistas, autoctonistas, posiciones intermedias; pero aún no del Ebro etc., se pensaba que la cultura de El Argar ocu-
se puede explicar con precisión el origen de la cultura. paba gran parte de la Península Ibérica. Fue Tarradell
(1946-47) quien propuso que el espacio en que se
4. DESAPARICIÓN encuentran asociados los elementos típicos de la cultu-
ra de El Argar se encuentra delimitado por las provin-
A pesar de evidencias en poblados argáricos de ele- cias de Almería, Murcia, Granada y parte de Jaén así
mentos adscritos al llamado Bronce Tardío (Fuente como de Alicante.
Alamo, Cuesta del Negro, El Peñón de la Reina, La
Bastida, Murviedro etc.) que parecen suponer una con- V. Lull (1983, 24) ha precisado un poco más y nos
tinuidad de un Argar en decadencia y de diferentes pro- dice que está comprendido aproximadamente entre 36º
puestas como agotamiento de filones metalíferos, defo- 39’2” N y 38º 18’ 18” O, formando un trapezoide de
restación, ruptura del equilibrio económico político, unos 49.000 km2, que comprende Murcia, Almería,
desestabilización de sus fundamentos político-ideológi- Granada y parte de Alicante, Jaén y Albacete. Hasta
cos y en las relaciones económicas en las que basaba su hoy, es aceptado.
reproducción, la alteración de las formas productivas
subsistenciales, influencia de los cambios que se produ- 7. DISTRIBUCIÓN DE YACIMIENTOS
cen en los centros de poder del Mediterráneo central y
oriental, etc., aún no hay nada concluyente. A este res- El primer croquis fue publicado en la obra de los
pecto, todavía, hasta podría tenerse en cuenta la Siret, que englobaba los yacimientos (no todos argári-
siguiente frase de los Siret (1890, 237): “Esta civiliza- cos) por ellos prospectados en la zona de Vera. Resulta
ción fue destruida sin que pudiera desarrollarse más, curioso e indignante, que tuvieran que transcurrir casi
¿cómo y por quién?, nuestras excavaciones no nos lo cien años hasta que se publicara un catálogo riguroso y
han revelado”. pormenorizado de los yacimientos argáricos conocidos
hasta 1983; se lo debemos a V. Lull.
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SALVADOR FONTENLA BALLESTA • JUAN ANTONIO GÓMEZ MARTÍNEZ • MIGUEL MIRAS GARCÍA
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Fig. 1. Plano de Lorca (Instituto Geográfico Nacional) donde se resaltan las superficies, aproximadas por defecto de: Cerro del Castillo, Laderas y Murviedro.
Fotocomposición: M. Miras.
Lámina 8. Cerro de Murviedro, Cerro del Castillo y Laderas (Lorca). Foto: M. Miras.
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A primera vista, se nos presentan tres grandes núcleos: hasta el final de la época argárica y, las urnas, desde el
Murviedro, con una superficie a intramuros de 43.000 1950 A.C. también hasta el final.
m2; el Cerro del Castillo, con una superficie en la meseta
de 47.000 m2 y Laderas del Cerro del Castillo, con una Pues bien, este tipo de sepulturas (fosas, urnas) ha
superficie de 56.000 m2. Las mediciones son aproximadas aparecido en la meseta del Cerro del Castillo (SÁNCHEZ
y se han realizado siempre por defecto. Como puede apre- PRAVIA 2001, 97) y en distintas partes de las Laderas
ciarse, cada uno de estos bloques, por separado, tiene (MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, PONCE y AYALA 1996).
mayor extensión que La Bastída o El Argar.
Pero, la coincidencia tipológica de sepulturas sólo
La existencia de tres conjuntos, en apariencia dife- indica una posibilidad y no es concluyente, ya que la
rentes, nos ha dado indicios suficientes para afirmar banda cronológica de estos tipos de enterramiento es
que se trata de un enclave extraordinario y de suma tan amplia que pueden presentarse vacíos en el tiempo
importancia que no ha sido tenido en cuenta, en toda en los que sólo pudo estar activo uno de los enclaves.
su magnitud, por los investigadores. Resultan imprescindibles dotaciones radio carbónicas
obtenidas en estratigrafías seguras.
Hasta ahora, no se conocen tres grandes centros
argáricos contiguos ni en el espacio ni en el tiempo; ni Análisis -C14 + Calibración- realizados en muestras pro-
siquiera dos. Pero, ¿en realidad son tres, dos o uno?. cedentes del poblado en altura de Lorca (Cerro del Castillo)
arrojan fechas de 2100 – 2000 A.C. (MARTÍNEZ RODRÍ-
Si atendemos a las características aceptadas para la GUEZ, PONCE y AYALA 1996, 12). En la zona de Laderas, o
elección de los lugares de asentamiento en los poblados sea, casco antigüo de la ciudad, se han obtenido las siguien-
denominados de altura (geoestratégico, defensa etc.) es tes fechas: C/ Ruvira 2.166 A.C. (PONCE, 1997, 360), C/
muy poco probable que se ocuparan primero las Laderas Los Tintes, 2070 A.C. y 1887 A.C. y en Mercedarias 2000
del Cerro del Castillo sin ocupar previamente la meseta A.C., 1840 A.C. y 1695 A.C. (EIROA, 1997 - 1998, 87).
de dicho Cerro. Por lo que nosotros creemos, se ocupa-
ba primero las partes altas de los cerros, se amurallaban En el poblado de Los Cipreses, considerado satélite
los lugares de fácil acceso y, tal vez, por falta de espacio del nuclear de Lorca, tenemos 1887 A.C y 1830 A.C.
para viviendas, en la natural expansión demográfica, se (MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, PONCE y AYALA, 1996, 12).
ocupaban progresivamente las laderas, practicando ate-
rrazados para salvar las pendientes del terreno; decimos, Creemos qué puede existir poca discusión en cuan-
tal vez, puesto que la ocupación a extramuros puede res- to a la contemporaneidad del Cerro del Castillo y
ponder a razones de otro tipo (social -clases dirigentes Laderas; cómo, tampoco, en que se fechan en momen-
en la cima-); a éste último respecto, resulta curioso que tos iniciales de la cultura.
los Siret excavaran primero las cimas de los yacimientos
(Fuente Álamo, lfre. Zapata, Gatas etc.) y, dentro de El tercer núcleo, Murviedro, sufre las incógnitas de
éstos, los lugares considerados como privilegiados en el no poseer, todavía, ni excavaciones suficientes ni data-
interior de los recintos (Oficio); creemos que la respues- ciones absolutas; aunque los primeros resultados indi-
ta está en que en esos lugares era dónde encontraban las can su continuidad durante el Bronce Tardío.
sepulturas con ajuares funerarios de mayor riqueza.
La aparición de los poblados satélites parece que fue
Resulta evidente que para poder afirmar que el algo posterior a la del nuclear.
Cerro del Castillo y sus laderas eran un solo poblado
argárico y que, en algún momento, existió contempo- ¿Dónde apareció la primera población argárica en
raneidad, es necesario el análisis de los restos encontra- Lorca? ¿En el Cerro del Castillo, en sus Laderas o en
dos en esos enclaves. Murviedro? Nos atrevemos a proponer la hipótesis, a
falta de dataciones para Murviedro, que fue en primer
Si nos basamos en el análisis tradicional o tipológi- lugar en el Cerro de Castillo por sus excepcionales con-
co, atenderemos a los tipos de enterramientos por con- diciones de todo tipo; el aumento demográfico o, tal
siderarlos elementos muy fiables. Según Lull y otros vez, la misma población existente o llegada, pudo
científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona imponer la ocupación de las Laderas. No descartando la
(Conferencia en Museo Arqueológico de Lorca), las posibilidad de que los tres núcleos se ocuparan, casi a la
fosas y cistas funerarias se fechan desde el 2000 A.C. vez y durante un corto espacio de tiempo.
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SALVADOR FONTENLA BALLESTA • JUAN ANTONIO GÓMEZ MARTÍNEZ • MIGUEL MIRAS GARCÍA
El 7 de enero del 2002 se daba a conocer la posible valle a Sierra Espuña y al corredor Cúllar - Vélez Rubio
existencia de restos neolíticos de importancia en la - Zarcilla de Totana - Mula, a través de la rambla de
Plaza de S. Vicente (noticia de prensa que reflejaba el Lébor, subsidiaria del Guadalentín.
resultado de las excavaciones que se llevaban a cabo), a
unos cuatrocientos metros de Floridablanca; esto con- Sin embargo, Lorca es visible desde muchos kiló-
firma la existencia de un área neolítica situada en metros a la redonda mostrándose cómo fortaleza muy
Laderas que aún se desconoce su extensión pero que difícil de expugnar. Puede establecer enlace óptico
parece que fue bastante amplia. directo con gran cantidad de poblados y, por estaciones
intermedias, llegar hasta La Bastida y otros muchos
¿Hay presencia neolítica en el cerro del Castillo y en murcianos; así como a los almerienses de El Oficio,
Murviedro?. Es imprescindible que se realicen excava- Gatas, Fuente Alamo, El Argar y, además, a muchos de
ciones porque hay muchas posibilidades de que sí. la zona norte almeriense y granadinos (lo hemos com-
probado sobre el terreno; es el asunto de otra investiga-
15. CONCLUSIÓN ción que se está llevando a cabo). Cabe pensar que
podrían establecerse estos enlaces a la inversa; aunque,
Durante largo tiempo se ha tenido la “vieja idea” de también es lógico que sean los grandes centros de poder
que el origen de la cultura argárica podría situarse en la los que organicen el sistema.
depresión de Vera. Hoy sabemos que, necesariamente,
no hubo de ser así. Nosotros pensamos que, precisamen- Es muy significativo que el poblamiento argárico en
te, el valle del Guadalentín reúne condiciones excepcio- Lorca estuviera asentado sobre los mismos y extensos
nales, de todo tipo, para que pudiera haber surgido en él. espacios calcolíticos, que las fechas se remonten a
momentos de transición del Calcolítico al Bronce
El origen de la cultura plantea complicados proble- Antiguo e iniciales de la cultura de el Argar, continúen
mas que expusimos de modo sucinto en el apartado 2. durante el Bronce Pleno, perduren hasta el Bronce
Tardío y que la densidad de yacimientos argáricos en
¿La cultura de el Argar apareció por generación espon- valle del Guadalentín sea tan alta.
tánea en uno o varios puntos próximos y desde allí irradió?
Son demasiadas coincidencias las que parecen indi-
Las tesis autoctonistas, cada vez, cobran más fuerza car que puede anularse la “vieja idea”.
intentando demostrar una evolución progresiva del
Calcolítico local. Nuestra conclusión final es que la población argári-
ca de Lorca es, en extensión, la mayor que hasta hoy se
Sea como fuere, puesto que, todavía, estimamos que conoce, que se remonta a los momentos iniciales de la
no se dispone de datos fehacientes para poder inclinar- cultura, que está asentada sobre un fuerte substrato
nos sobre una u otras posturas, lo evidente es que son Calcolítico ocupando sus mismos espacios y que existe
muy escasos los grandes centros poblacionales argáricos. continuidad entre la población calcolítica y argárica.
Creemos que debió existir un foco, culturalmente Nuestra propuesta es que el poblado argárico de
importante y bien situado por razones geoestratégicas, Lorca fue el primigenio de la Cultura de el Argar en el
agropecuarias, mineras y otras, desde el cual las nuevas valle del Guadalentín y, muy posiblemente, de toda el
tendencias, bien de origen foráneo, autóctono o mixto, área cultural argárica.
ejercieran influencia y, muy posiblemente, control polí-
tico-militar sobre su entorno más o menos lejano. Así mismo, creemos, que el poblado Calcolítico de
Lorca es el más extenso de la península Ibérica, aunque
En el valle del Guadalentín se encuentran los dos más la zona de Laderas se encuentre bajo las edificaciones
extensos hasta ahora conocidos: Lorca y la Bastida de actuales.
Totana. La Bastida tiene más de dos veces la extensión de
El Argar y, Lorca (sin computar Murviedro), supone más Serán futuras investigaciones las que confirmen o
de dos veces y media la extensión de La Bastida. desmientan nuestras propuestas.
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