Serán siempre susceptibles de apelación las sentencias siguientes:
Las que declaren la inadmisibilidad del recurso en el caso de la letra a) del apartado anterior. Las dictadas en el procedimiento para la protección de los derechos fundamentales de la persona. Las que resuelvan litigios entre Administraciones públicas. Las que resuelvan impugnaciones indirectas de disposiciones generales. EL PLAZO DE LA APELACION 30 días a partir de la notificación de la sentencia por acto de alguacil a persona o a domicilio. El plazo de apelación tiene un efecto suspensivo contra la sentencia del fondo. Cuando se intenta el recurso se alargan los efectos de la suspensión. Si el juez cazó la sentencia y le pone "sentencia ejecutoria no obstante cualquier recurso", entonces, la sentencia hay que ejecutarla y lo único que la suspende es la "demanda en suspensión de una sentencia", demandada ante el presidente de la Corte correspondiente y para que esta pueda tener éxito, la primera debe estar precedida de un recurso de apelación contra ella. i luego del plazo muere contra quien se apela, se interrumpe la instancia y, tal como ocurre en primer grado, es menester renovar la instancia mediante nueva constitución de abogados. EFECTOS DE LA APELACION La finalidad del recurso de apelación es que el superior del juez se pronuncie respecto a la providencia impugnada y decida al estudiarla si procede confirmarla revocarla o modificarla. LA AVOCACION DE LA APELACION La avocación, concretamente, no es más que la facultad que tiene el tribunal de segundo grado de conocer el fondo del asunto, en casos donde se ha apelado algo incidental, sin que el juez a-quo haya estudiado y decidido el fondo: el primer juez simplemente decide sobre un presupuesto procesal y esa decisión es apelada. Para que proceda la avocación son necesarios los siguientes requisitos: 1) Que las partes hayan concluido al fondo. Al respecto, ha decidido la Suprema Corte de Justicia que con que una sola parte haya concluido al fondo basta para la avocación. 2) La conclusión al fondo debe darse en primer grado; lo cual casi siempre sucede, porque el apoderamiento al tribunal de primer grado siempre contiene conclusiones al fondo; o sea, que se verifica fácilmente esa condición. 3) Que la alzada sea competente territorialmente. Si se propone una incompetencia y prospera, pues no procedería avocación. Si de oficio se produce en alzada una incompetencia, tampoco procedería la avocación. Sobre este punto, importa recordar que a la luz del artículo 20 de la ley 834, en alzada sólo procede la incompetencia de oficio cuando la jurisdicción competente sea extranjera, represiva, etc. 4) Que la sentencia sea revocada, o infirmada. Si la sentencia es confirmada no procede avocación. Si el fallo incidental es confirmado no procede. Esta condición ha sido criticada amargamente por parte de la doctrina. Se la califica como insensata en este tiempo; se cita como ejemplo un proceso de partición donde no se resolvió el fondo, sólo se falló el incidente, pero se confirmó el incidente en la Corte. Lo que quiere decir, que se confirmó el incidente, pero aun cuando el fondo no se resolvió, no procede la avocación, pues para ello se requiere que la decisión no sea confirmada. Para lanzar la crítica se sostiene que con este requisito se produce el perjuicio consistente en una dilación irracional del proceso, donde pudiera llegar la litis, hasta la Suprema Corte de Justicia, sin un fondo resuelto.