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Llamamos materia a todo aquello que ocupa un lugar determinado en el universo, posee una
cantidad determinada de energía y está sujeto a interacciones y cambios en el tiempo, que
pueden ser medidas. Desde un punto de vista químico, la materia es el conjunto de los elementos
constituyentes de la realidad perceptible, o sea, lo que constituye las cosas a nuestro alrededor y a
nosotros mismos. Empleamos el término materia como un sinónimo de sustancia, es decir, de la
cosa de la que están hechos los objetos, y la comprendemos científicamente como un tipo de
fenómeno distinto al de las fuerzas o energías: las dinámicas que interactúan con los objetos. La
materia se encuentra en todas partes, y en cualquier estado físico. Hay materia en el aire que se
respira así como en un vaso de agua. Todo lo que vemos, sentimos y tocamos, es materia, que es
un elemento fundamental para el desarrollo de la vida en el planeta. Hasta donde sabemos, la
materia está formada por partículas invisibles, indivisibles y estables, que llamamos átomos.
Existen 118 tipos de átomos, es decir, de elementos químicos o sustancias puras, indivisibles en
otras más simples, reflejados en la Tabla Periódica de los Elementos. Estos átomos son distintos
entre sí, dependiendo de la cantidad o distribución de partículas subatómicas, que son siempre de
tres tipos: electrones (carga negativa), protones (carga positiva) y neutrones (carga neutra).
Toda forma de materia reacciona en presencia de otras sustancias afines, de acuerdo a ciertas
propiedades constitutivas de sus átomos o moléculas, lo que permite que el resultado de dichas
reacciones sean sustancias diferentes de las iniciales (más complejas o más simples).
Radiactividad. No todos los átomos de la materia son estables. Algunos adquieren formas
inestables que liberan partículas u ondas de energía, en forma de radiación ionizante,
altamente peligrosa para la vida. Esto es la radiactividad, y es típica de algunos elementos
o de algunos átomos producto de reacciones artificiales como la fisión y la fusión atómica.
Una vez que liberan su exceso de energía, los átomos radiactivos degeneran en un
elemento diferente más estable.
Existen muchas formas y criterios para clasificar la materia. Desde un punto de vista general,
podemos enumerar los principales del siguiente modo:
Materia viviente. Conforma a los seres vivos, mientras estén vivos.
Materia inanimada. Compone los objetos inertes, sin vida, o muertos.
Materia orgánica. Aquella formada principalmente por átomos de carbono e hidrógeno, y
que generalmente está vinculada con la química de la vida.
Materia inorgánica. No es orgánica, o sea, que se halla libre en la naturaleza y no tiene
que ver necesariamente con la vida, sino con reacciones químicas espontáneas como el
electromagnetismo.
Materia simple. Está compuesta por átomos de pocos tipos diferentes, o sea, que está
más cerca de la pureza.
Materia compuesta. Se compone de numerosos elementos de diverso tipo, alcanzando
niveles de complejidad elevados.
Ejemplos de materia
Prácticamente todos los objetos del universo son un buen ejemplo de materia, mientras que se
encuentren formados por átomos y posean propiedades físico-químicas determinables,
discernibles y mensurables.
Las piedras, los metales, el aire que respiramos, la madera, nuestros cuerpos, el agua que
tomamos, todos los objetos que usamos a diario, son ejemplos perfectos de materia. Hay incluso
teorías recientes de la física cuántica que proponen que el vacío, comprendido hasta ahora como
la ausencia de materia, estaría “lleno” también de algún tipo de partículas, llamados “bosones de
Higgs”.
Una buena alimentación significa que tu cuerpo obtiene todos los nutrientes, vitaminas y
minerales que necesita para trabajar correctamente. Para ello debes aprender a planear tus
comidas y colaciones inteligentemente, de modo que sean ricos en nutrientes y bajos en calorías.
Se suele vincular justamente a la Buena Alimentación con los deportes, a una vida con ejercicios ya
que se suelen adoptar Dietas Equilibradas para poder suplementar estas actividades físicas,
mientras que por el contrario los desequilibrios alimenticios suelen relacionarse más bien con una
Vida Sedentaria y carente de ejercitación física.
Los malos hábitos alimenticios, han contribuido al aumento de obesidad en el mundo. De acuerdo
a la OMS, en 2014, más de 1.9 billones de adultos de 18 años en adelante, sufrían sobre peso. De
ellos, más de 600 millones eran obesos. Aún para aquellos con un peso adecuado, una dieta pobre
en nutrientes se asocia con mayores riesgos para la salud, que pueden causar enfermedades e
incluso la muerte.
Los atributos que caracterizan a una alimentación saludable son: seguridad, variedad, equilibrio,
moderación y que sea apetecible. A estos atributos se le ha unido en los últimos años, otro, muy
importante: sostenibilidad. Es decir, la dieta no sólo debe ser saludable para nosotros, sino
también para el entorno o medioambiente donde vivimos.
Una alimentación sana permite por un lado que nuestro organismo funcione con normalidad, que
cubra nuestras necesidades fisiológicas básicas, y por otro, reduce el riesgo de padecer
enfermedades a corto y largo plazo. No se trata de una relación directa de causa-efecto, pero sí
contribuye a aumentar el riesgo de aparición y desarrollo de dichas enfermedades.
Enfermedades sin una alimentación saludable
Por el contrario, una mala alimentación, con exceso de grasas saturadas, sal, azúcar y la forma de
cocinar ciertos alimentos (frituras y rebozados) se asocian a algunas enfermedades. Según la OMS,
cerca de 2,7 millones de personas fallecen al año por una mala alimentación, por un bajo consumo
de frutas y verduras. Algunas de las enfermedades que se relacionan con una mala alimentación
son las siguientes:
1. Diabetes
2. Cáncer
3. Sobrepeso y obesidad
4. Problemas bucodentales.
1. La comida rápida, rica en grasas y azúcares
o los alimentos precocinados son
alimentos que favorecen la proliferación
de bacterias cariógenas.
5. Hipertensión arterial
6. Colesterol elevado o hipercolesterolemia
• Bajo en grasa Los nutriólogos coinciden en que comer menos grasas saturadas, en alimentos
fritos, mantequilla, crema, margarina y aceites es una forma de hacer llevar una dieta saludable y
la bajar de peso. Disminuir el consumo es en particular, importante para el corazón.
• Carbohidratos y almidones Hemos olvidado lo importante que son el arroz, la pasta, las papas, el
pan y los cereales para nuestra salud. Anteriormente se creía que el almidón era dañino, pero hoy
se sabe que puede llegar a ser tan importante en una dieta adecuada, como la fibra.
• Alto contenido de fibra Aunque a veces no nos guste, la fibra mantiene nuestro aparato digestivo
en movimiento y ayuda a bajar el colesterol, a prevenir los cálculos biliares, el cáncer de intestino
y a mantener nuestro peso bajo control. La fibra se encuentra en cereales, en arroz integral,
cebada, lentejas, frijoles y verduras.
• Vitaminas, minerales y antioxidantes Las verduras, frutas y granos contienen una gran cantidad
de vitaminas y minerales que funcionan como antioxidantes. Numerosos estudios muestran que
las personas que comen muchas legumbres y frutas tienen tasas más bajas de enfermedades del
corazón y cáncer.
• Poca sal La dieta moderna está cargado de sal y esto es perjudicial para el corazón. El 75% de la
ingesta total de sal proviene de alimentos comerciales cotidianos; por lo tanto es imperativo
comprar productos de sal reducida o sin sal agregada.