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UNIVERSIDAD NACIONAL “JORGE BASADRE GROHMANN”

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y EMPRESARIALES ESCUELA


PROFESIONAL DE DERECHO

DELITOS CONTRA LA VIDA, EL CUERPO Y LA SALUD


ABORTO Y SUS DERIVADOS

MAG. HUGO MORA ARCE


CAPÍTULO I

DELITO DE ABORTO

1.1. Aspectos generales

De acuerdo a lo que se pretende plantear hay que tener muy presente que la

protección penal de la vida humana se circunscribe tanto a la persona que vive de

forma independiente es decir fuera del claustro materno como a la vida en formación,

la cual es plasmada en:

 Art IV del título preliminar del CP.- Refiere al principio de lesividad, pues la pena

necesariamente precisa de la lesión o puesta en peligro de un bien jurídico

tutelado por la ley.

 Art 1 del código civil. - referentes a los sujetos de derecho pues la persona

humana es sujeto de derecho desde su nacimiento. Asimismo, La vida humana

comienza con la concepción. Y, El concebido es sujeto de derecho para todo en

cuanto le favorece. La atribución de derechos patrimoniales está condicionada a

que nazca vivo.

 Art 2 inc. 1 de la constitución. - referente “A la vida, a su identidad, a su

integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar. El

concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.”

 Art 4 del pacto de san José (convención americana sobre derechos humanos). -

referente a la vida pues señala “Toda persona tiene derecho a que se respete su

vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento

de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.”

 Art 3 de la declaración universal de los derechos humanos. - señala “Todo

individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.”

En materia cabe mencionar que el sistema de delitos de aborto se encuentra

regulado en el capítulo II del título I, del libro segundo, entre los artículos 114 a 119

del código penal de 1991, lo cual en esencia representa “la misma tipología delictiva

que preexistía en el código penal de 1924, el cual permite identificar tres modalidades

de aborto punible: en primer lugar, se regula el <<aborto practicado por la mujer


gestante>>; luego, se criminalizan tres supuestos de <<aborto practicado por

terceros>>; y, en tercer lugar, se incluye un caso de <<aborto especial>>, muy propio

de la legislación histórica peruana, al que se denomina <<aborto

preterintencional>>”[CITATION Víc17 \p 40 \l 10250 ]

Asimismo, en consideración del principio de lesividad y el hecho de que la vida

en formación es un proyecto que aún no adquiere concreción propia a diferencia de la

vida humana ya lograda, donde cabe mencionar que la primera no es menos

protegida; los delitos de aborto reciben una pena atenuada en comparación con los

delitos de homicidios, lo cual resulta injusto de acuerdo a peña cabrera ya que no solo

debe valorarse el interés digno de tutela del nasciturus sino también de la madre por

lo cual advierte que no hay una política criminal correcta (porque respecto al aborto

tiene una visión restrictiva de las cosas que puede resultar en la mayoría de casos

inhumano) dando paso al sistema de penalización elegida.

Con respecto a lo anterior peña cabrera, advierte que el estado a fin de

establecer una correcta política criminal debe establecer políticas sociales concretas

fijadas en:

 Tutelar el derecho del concebido

 Tutelar la integridad de la madre

 Afianzar verdaderos programas de planificación familiar mediante la impartición

de métodos anticonceptivos o preventivos lo cuales de acuerdo peña cabrera no

pueden ser calificados como abortivos pues el derecho penal democrático

existente hoy en día se basa en el método resolutivo de los bienes jurídicos en

conflicto lo cual implica que “ningún interés jurídico puede ser entendido de

forma unilateral y absoluta de ahí justamente como resalta que se hayan

reconocidos ciertas exenciones de pena por ejemplo cuando se debe ponderar

otros intereses jurídicos propios del estado de necesidad justificante”

[CITATION Alo08 \p 166 \l 10250 ]

En conclusión, para establecer una correcta política criminal respecto al

aborto, el rol de ello debe ser compartido entre una política de legislación penal y una
política social que plantee opciones a la pareja para que elija el método anticonceptivo

más adecuado y así evitar la proliferación de prácticas abortivas clandestinas de difícil

verificación y que precisamente es la causa de una escasa jurisprudencia.

Por su parte, En la doctrina constitucional, Diaz Muñoz, escribe expresamente

“que la vida y la integridad de la mujer se ven seriamente amenazados por embarazos

no deseados que terminan en abortos practicados en condiciones clandestinas sin el

cumplimiento de las más elementales reglas de higiene.” Asimismo “La Organización

de las Naciones Unidas ha señalado que la tasa de mortalidad materna podría

disminuir entre 20% y 35% si se previenen embarazos involuntarios mediante el

acceso a la planificación familiar, toda vez que constituye un derecho de las personas,

tal como se regula en el artículo 10, inciso h), de la Convención sobre eliminación de

todas las formas de discriminación contra la mujer señala "el acceso al material

informativo específico que contribuya a asegurar la salud y el bienestar de la familia,

incluida la información y el asesoramiento sobre planificación de la

familia”[CITATION Muñ07 \p 40 \l 10250 ]

1.2. Aspectos de la realidad del aborto

De acuerdo a nuestra realidad y de manera sucinta la investigación realizada por

Elizabeth Salazar señala los siguientes datos:

 424.570 adultos y menores de edad fueron atendidas en los hospitales

públicos de todo el Perú por secuelas de aborto inducido o espontáneo

 571 adultos y menores fueron llevadas a los tribunales por interrumpir

directamente su gestación

 Durante los años 2015 y 2018 la fiscalía impulsó 961 denuncias por el delito

denominado “auto aborto” y consiguió evidencias para llevar a instancias

judiciales a 312 de sus autoras

 De 990 hombres y mujeres que facilitaron el acceso al aborto, 88 eran

profesionales de la salud

Con respecto al penúltimo dato, la investigadora señala que la mayoría de los

casos son archivados debido a la falta de testigos o acusadores ya que resulta difícil
saber si el aborto fue ocasionado de manera espontánea o en su defecto de manera

inducida.

Por otro lado, “En el Perú, las mujeres y adolescentes que deciden interrumpir

su embarazo son perseguidas judicialmente por el Estado. El Código Penal considera

ilegal toda forma de aborto, excepto aquella recomendada por un médico cuando la

gestante está en riesgo de muerte. La norma, textualmente, lo prohíbe en casos

violación sexual o “de una inseminación artificial no consentida”, o “si se confirma que

el bebé nacerá muerto o con graves deficiencias físicas que le permitan

sobrevivir.”[CITATION Eli19 \l 10250 ]

De acuerdo al mismo autor, este menciona que en general, los acusadores de

estas mujeres y adolescentes son los propios servidores públicos a los que ellas

acuden en busca de ayuda entre los cuales encontramos asistentes sociales, médicos,

policías y fiscales. Son ellos quienes las denuncian amparados en los artículos 114 y

120 que establece de tres meses hasta dos años de cárcel para ellas. sin embargo, en

la práctica esta sanción es considerada como moral ya que las condenas que imponen

son mínimas e incluso pueden ser de tres a seis meses de trabajos comunitarios

asimismo se generan antecedentes y se califica a una mujer o adolescente como

criminal.

Con respecto a aquellas personas que ayuden a la autora a cometer el delito de

aborto, el código penal provee hasta 5 años de cárcel efectiva, así como su

inhabilitación profesional si se tratase de médicos, obstetras, farmacéuticos o

enfermeros, entre otros. los cuales según el artículo 30 de la ley general de salud

tienen la obligación de reportar a aquellas pacientes que tengan indicios de aborto

criminal, la cual, de acuerdo a los parámetros legales, el artículo mencionado con

anterioridad resulta contradictoria respecto al artículo 2 de la constitución política, el

artículo 165 del código penal y el mismo código de ética del colegio médico pues este

incluye el secreto profesional para no revelar datos de sus pacientes.

Asimismo, resulta sorprendente la gran diferencia entre nuestro país y los

estados europeos de occidente puesto que ellos a diferencia de nosotros han articulado

políticas sociales dirigidas a fomentar la natalidad mediante la subvención de una


serie de aspectos (laborales, económicos, seguro, etc.), a consecuencia de su baja tasa

de nacimientos, mientras que en nuestro país se advierte un crecimiento incesante y

cada vez más progresivo de la tasa de la natalidad, sobre todo en las capas sociales

más pobres, situación muy lamentable producto de una indecisión del estado.

Asimismo, durante la década de los noventa se llevaron a cabo hechos constitutivos de

una conducta criminal que consistió en realizar prácticas de esterilización forzadas a

diversas personas sin informarles sobre las consecuencias de dicha decisión.

De la misma forma, la realidad nos demuestra que las elevadas cifras de

mortalidad materna en el Perú no hacen sino demostrar que mantener vigente la

sanción del aborto al margen de la realidad implica un costo social y humano tan

elevado que contradice en la práctica el fundamento de una represión: "la defensa de

la vida”[CITATION Alo08 \p 168 \l 10250 ]

Por consiguiente, peña cabrera plantea que la política criminal en este ámbito

de la criminalidad que es el aborto,”(…) debe asumir una propuesta despenalizadora,

que sin optar por una posición muy "liberalizadora", sea flexible en orden a evitar que

la intervención del Derecho penal, se convierta en un arma represor de los derechos

fundamentales (…) Para ello se deben conciliar los intereses jurídicos en juego, sin que

un reconocimiento a ultranza de la voluntad de la mujer, lleve a disminuir la tutela del

bien jurídico en los delitos de aborto, lo que refiere una cuestión de mayor punición

desde una franja conservadora, y de una mayor liberalización desde la perspectiva

liberal” [CITATION Gon \p 61 \l 10250 ]

Por tanto, a clara luz se presenta un evidente divorcio entre la norma y la

realidad social que surgen a raíz de una represión indiscriminada del aborto. por

tanto, algunas de esas evidencias son:

 Se promueve la discriminación ya que las clases más favorecidas

económicamente y culturalmente no representa ningún problema al procurarse

de medios anticonceptivos; pudiendo así controlar más fácilmente la natalidad

por tanto es menor el número de mujeres de esos sectores sociales que quedan

embarazadas en contra de su voluntad y que se ven obligadas a buscar en el


aborto el último remedio. Asimismo, en caso de quedar embarazadas y no

desear tener un hijo tampoco supone mayor problema para ellas desplazarse a

un país europeo donde el aborto no constituye delito Consecuentemente, la

violencia estatal que significa el Derecho penal únicamente recae, sobre las

clases sociales marginales.[CITATION Alo08 \p 168 \l 10250 ]

 La aparición de una verdadera Industria del aborto, compuesta por sujetos

empíricos, que muchas veces ni siquiera son médicos que realizan las prácticas

abortivas con providencias médicas mínimas, es decir en condiciones de pésima

higiene y salubridad, donde al actuar en estas condiciones, fácilmente se pone

en riesgo la vida y la salud de la gestante, de estas inobservancias puede

también sobrevenir la muerte de la mujer o la causación de lesiones graves.

Estos empíricos únicamente actúan impulsados por la obtención de lucro,

quienes abultan su patrimonio a costa de las necesidades de las

mujeres[CITATION Alo08 \p 169 \l 10250 ]

1.3. Sistema de despenalización

Son un conjunto de sistemas adoptados por la legislación comparada al igual que el

derecho positivo para impedir el embarazo de forma natural dejando de lado al

sistema tradicional defendida por la iglesia católica, estas son:

 Sistema de los plazos: es aquel que se configura cuando la interrupción no

resulta criminalizada y cuando es realizada dentro de un tiempo determinado el

cual se ciñe hasta la doceava semana (3 meses) de embarazo ya que se considera

que el producto de la concepción ni tiene la forma ni los órganos característicos

del ser humano asimismo desde el punto de vista científico, la actividad cerebral

del producto recién comienza a finalizar después de los 3 meses, por lo que en

realidad no es vida humana sino un puro producto biológico, no susceptible

todavía de tutela penal, por tanto pasado dicho lapso de tiempo su interrupción

tiene un grave riesgo para la vida y la salud de la gestante salvo que se dé por

indicación precisa o en un supuestos concretos; por otra parte, este plazo es

fijado teniendo en cuenta el grado de desarrollo alcanzado por el producto de la


concepción y los diferentes riesgos que para la mujer comporta la realización del

aborto antes y después de ese momento

Este sistema es adoptado por la mayoría de estados en USA y algunos de los

países mas desarrollados quienes llevan una mayor tolerancia y liberalidad, ya

que ponen en primer relieve “el libre albedrio de la gestante para decidir si

continúa o no con el embarazo no deseado”, ello con ciertos matices, como que

dicha decisión no pueda poner en riesgo la propia vida de la gestante, así como

una vida que ya cuenta con cierta viabilidad de existencia independiente. Lo

que implica según hurtado pozo “(…) un modelo combinado de libertad plena

del aborto practicado en un periodo inicial y de su admisión, en las demás

etapas, bajo ciertas condiciones (médica, eugenésica, ética y

social)”[CITATION Hur \p 40 \l 10250 ] , dando así lugar a un mayor


reconocimiento de la voluntad humana

En conclusión: este sistema dentro de todas sus generalidades si bien cumple

un factor positivo como el hecho de reducir la clandestinidad y por

consecuencia la cifra negra de criminalidad ante el hecho de que la gestante

sabiendo que su conducta no es penalmente prohibida, acudirá a los centros

hospitalarios autorizados; también tiene un factor negativo que radica en el

fomento de una actividad sexual irresponsable

 Sistema de las indicaciones: Es aquel que se configura en contraposición del

sistema de plazos pues hace alusión a una exoneración de la pena en aquellos

casos donde se advierta de un real conflicto de bienes jurídicos es decir cuando

concurra una razón concreta que permita otorgar mayor relevancia a la dignidad

de la persona humana y al libre desarrollo de su personalidad (circunstancias

especiales), como el de la madre gestante En este caso las indicaciones en

concreto a considerarse son las siguientes:

 Primero, cuando la continuidad del embarazo coloca en


Refiere al aborto
grave riesgo la vida y/o salud de la gestante terapéutico el cual
no es punible
 Segundo, cuando el embarazo es producto de una violación,

desde un plano ético, sentimental, llevado a la dignidad


Refiere a figuras
humana atenuadas pues no
son exoneradas de
 Tercero, cuando ha de advertirse que el niño ha de nacer
pena
con graves taras físicas y/o psíquicas, que hayan de

suponer una vida poco plena tanto para él como para su

familia.

En conclusión, este sistema dentro de todas sus generalidades presenta una

serie de objeciones como las siguientes:

 No se toman los intereses de la embarazada en toda su magnitud: refiere a

que la indicación queda sujeto a causas taxativamente previstas en la ley.

Dejando de lado otras que pueden resultar atendibles

 Lentitud y deficiencias de los servicios autorizados producto de la

burocratización de los tramites: refiere a que las burocracias en gran

medida pueden hacer inviables la realización del aborto como por ejemplo

con el plazo, induciendo en gran medida que se siguán realizando abortos

clandestinos

En sumatoria con respecto a estos sistemas de despenalización solo se puede

dejar en claro, “Que el hecho de que el fruto de la concepción se encuentre recluido en

el seno de la gestante, no puede centrarse en una relación de pertenencia” , Asimismo

cabe negar que luego de la anidación el nasciturus no sea una vida que merece una

protección independiente a la de su madre ya que “el hecho que su organismo no se

halla desarrollado plenamente, no puede conducir a negar su condición de bien

jurídico -merecedor de tutela-.” según peña cabrera; caso contrario a lo manifestado

según el mismo autor “se pondría en grave riesgo una efectiva protección a la vida

humana a formación”.[CITATION Alo08 \p 173 \l 10250 ]

1.4. Opción política criminal deseable en los delitos de aborto

Esta parte de la redacción gira en torno a diversos cuestionamientos a la hora de

adoptar la política criminal que cabe mencionar están avalados y desprendidos del

texto realizado por Gonzales Ruz sobre si ¿el aborto debe ser o no punible?, ¿la tutela
debe ser igual en todo el proceso de gestación o de lo contrario varia conforme avanza

su desarrollo?, ¿qué peso tiene en cada momento esta tutela frente a los intereses que

puedan entrar en conflicto con ella?

De acuerdo a la realidad peruana que cabe mencionar tiene grandes deficiencias,

económicas y materiales; el mismo autor respecto a las preguntas señala:

“Mientras el proceso en formación de la vida humana se encuentre en un estado

más avanzado, será más latente la tutela hacia el nasciturus, y a la inversa cuando el

fruto de la concepción se encuentre en los primeros meses de gestación, se optará por

dar una mayor preponderancia hacia los intereses de la madre. Lo que daría lugar al

sistema de los plazos” [CITATION Hur \p 47 \l 10250 ]

“Nuestro derecho positivo únicamente prevé la impunidad del aborto terapéutico, y

una penalidad mínima para el caso de los abortos ético sentimental y

eugenésico.”[CITATION Alo08 \p 175 \l 10250 ]

“(…) con respecto al aborto es de respetar al máximo la vida del concebido, es decir,

pro-Ufe, con algunas excepciones, cuando el desarrollo del embarazo entra en conflicto

con bienes jurídicos de la gestante.”[CITATION Alo08 \p 175 \l 10250 ]

Por otro lado, Con respecto al aborto, el autor señala expresamente que no se

puede traer al mundo hijos bajo condiciones infrahumanas, pues no es una cuestión

de moral sino una cuestión de sobrevivencia [CITATION Hur \p 40 \l 10250 ], por


tanto plantea prevenirlos y no interrumpirlos, Ya que en el aborto siempre va a existir

una probabilidad de riesgo para la vida y la salud de la gestante, Asimismo, ante una

situación ya preexistente deben tomarse medidas idóneas para solucionar el

problema. Esta indicación se condice plenamente con la realidad social de nuestro

país, donde cada vez son más profundos los niveles de pobreza y de pobreza extrema

según señala Gimbernant Ordeig.

De la misma forma siguiendo con el autor ya mencionado este enfatiza: "A la mujer

que, por la amenaza penal, desiste de practicar un aborto, se le impone un hijo que no

desea y se introduce con ello un cambio tan radical y permanente en las circunstancias

sociales y económicas de su vida que puede acabar, irreversiblemente, con sus pocas o
muchas posibilidades de felicidad"[CITATION Gim \p 39 \l 10250 ] ,para entender
ello, es necesario plantear un ejemplo, una adolescente de 13 años, que no ha

comenzado aún la secundaria, perteneciente a una familia pobre, no le podemos exigir

que siga con un embarazo que en definitiva va a significar la frustración de su

proyecto de vida, de su realización como persona humana, hacerlo significaría la

existencia de una torpe política estatal que no pone en práctica la libertad humana,

como portadora esencial de los demás bienes jurídicos de la persona humana. de

acuerdo a ello, Gimbernant, plantea lo siguiente:

 La interrupción del embarazo debe prolongarse solo hasta el tercer mes de su

gestación la cual no debe ser penada puesto que de esa manera tal practica seria

realizada por galenos especializados, con todas las providencias de seguridad

medicas disminuyéndose en gran medida los riesgos para la vida y la salud de la

gestante.

 Debe establecerse una ley de ayuda a la embarazada como existe en Alemania

pues esta representaría un camino intermedio entre la represión absoluta y una

holgada permisibilidad ya que de ninguna manera se puede aceptar la idea de

que el derecho penal sea el mecanismo más idóneo para atenuar este delito.

 Debe brindarse asesoramiento social antes de realizarse la interrupción para que

este logre instaurar en la mujer una responsabilidad individual donde esta

decida si da o no al niño en adopción, así como que esta genere autoconciencia

de la planificación, de la sexualidad, de la reproducción y de sus consecuencias.

1.5. Definición del aborto

El aborto es la expulsión o interrupción provoda del feto de manera

intencional, siempre y cuando su muerte se dé antes del inicio del parto, de lo

contrario sería considerado como un delito de homicidio, a su vez es considerada

como un delito de resultado, donde lo que importa es la acción u omisión lesiva

(dolosa) que recae sobre la vida humana en formación (cigoto), generando su

eliminación, sea por vías físicas, psíquicas, mecánicas y artificiales según Carbonell; y

no la acción lesiva culposa. por tanto, Algunas de las características del aborto:
 La acción dolosa no puede incidir sobre el feto muerto (imposibilidad del objeto) y

tampoco antes a la fecundación y anidación

 El tiempo del embarazo no interesa, así como los medios que ha de emplearse

para la realización de la acción abortiva que bien “pueden ser de origen natural,

de aplicación mecánica o de composición química; lo importante es que ellos

sean idóneos para provocar tal resultado antijuridico” [CITATION Víc17 \l 10250

 La calidad del agente solo interesa a efectos de una mayor pena

 Se requiere no sólo de un feto que tuvo viabilidad existencia, sino también que

haya estado vivo al momento de haberse ejecutado la modalidad típica.

 Es indiferente si presenta anomalías físicas o fisiológicas

 Tampoco puede ser objeto de aborto el producto del desarrollo completamente

anormal del huevo, tampoco la destrucción de óvulos fecundados in Vitro que no

llegan a implantarse

Quedan fuera del ámbito de protecciones de las normas:

 aquellas interrupciones del embarazo, producto de deficiencias orgánicas de la

madre, de una concepción no bien llevado en el claustro materno.

 aquellos abortos que acaecen, debido a la injerencia de ciertas substancias,

fármacos, medicinas, etc., por parte de la madre, que obedecen más bien a una

conducta a veces negligente por parte de la gestante.

1.6. Bien jurídico tutelado en los delitos de aborto

Luego de aclarar que en el Perú subsiste un sistema de indicaciones, cabe

mencionar la no negación de un bien jurídico que merece tutela, por tanto, el bien

jurídico protegido en los delitos de aborto según peña cabrera es la vida del feto es

decir la vida en formación que según hurtado pozo surge desde el momento en que el

feto adquiere viabilidad de existencia, es decir a partir de la anidación del óvulo en la

pared uterina que finaliza cuando se inicia el proceso del parto; asimismo lo son los

intereses de la madre pues cabe recordar que hemos admitido un sistema de

indicaciones que toma en consideración la dignidad , intimidad y el desarrollo de la


personalidad de la gestante que cabe mencionar no pueden superponerse a los

intereses del nasciturus.

1.6.1. Sujeto pasivo

Según Gonzales Ruz el sujeto pasivo del delito de resultado mencionado es el

nasciturus quien es el titular de la vida que se infringe tras el delito de aborto sin

embargo nos conduce a cuestionarnos ¿por qué no pueden ser otros?; la respuesta a

ello es la siguiente

 La madre: porque si bien será ella la principal agraviada, cuando se produce la

conducta criminal también será esta quien muchas veces será la causante del

aborto tal como lo establece el art 144 del código penal

 El estado: porque a este no le incumbe la vida prenatal de forma directa ya que

solo está obligado a protegerla

 La sociedad: porque la vida en formación recae sobre un ámbito personalista del

individuo es decir no trasciende la individualidad por lo cual este no sería sujeto

pasivo ya que para tener esta calificación el delito tiene que tener naturaleza

colectiva.

CAPÍTULO II

AUTOABORTO

La figura del auto aborto como tal se encuentra de manera expresa en el art

114 del CP parte especial la cual señala "La mujer que causa su aborto, o consiente

que otro le practique, será reprimida con pena privativa de libertad no mayor de dos

años o con prestación de servicio comunitario de cincuentidós a ciento cuatro

jornadas”. A fin de analizarla a profundidad es necesario desarrollar las siguientes

pautas:

2.1. Cuestiones preliminares

En manifiesto de la normativa expresa con prelación, sin duda es de evidencia,

que hace referencia al aborto ocasionado por la madre es decir la gestante provoca el

aborto por su propia mano, así como el aborto ocasionado por un tercero es decir el

aborto consentido. pues tal, ha sido autorizado por la madre, bajo estos preceptos la
política criminal estaría direccionada a reprimir la conducta de la madre sin

interesarse por los motivos que la orillaron a dicha decisión sin embargo si la madre

probase que los motivos fueron muy importantes, se daría lugar a un aborto

atenuado el cual se regula en base a los preceptos del artículo 120 del código penal el

cual debe ser atendido de común idea con el artículo 115 para determinar la

responsabilidad penal en caso de que haya intervenido un tercero a gracia de la

madre.

2.1.1. Tipo objetivo

Como ya es de análisis quedo claro que la modalidad típica hace alusión al

aborto por tanto lo siguiente es determinar el tipo penal el cual cabe mencionar no

define de manera expresa la forma de cómo ha de realizarse el aborto, por lo que

puede ser utilizado cualquier medio, siempre y cuando éste fuese útil e idóneo, para

que se pueda perfeccionar la voluntad criminal. Asimismo, el resultado lesivo

(aborto=muerte del feto), debe ser concreción última de la conducta de la madre que

generó el riesgo no permitido, y no de otros cursos causales que hayan podido incidir

también en la provocación de dicha causación, a fin de dar por acreditada la relación

normativa referida a la imputación objetiva. [CITATION Alo08 \p 181 \l 10250 ]

En síntesis, lo que Importa es un comportamiento activo por parte de la autora

(gestante) ya que se requiere de una conducta comisiva por parte de la autora del

crimen por lo que se diría que no resulta factible su realización típica mediante una

comisión por omisión según los alcances normativos del artículo 13 del CP.

2.1.2. Clases de auto aborto

2.1.2.1. Auto aborto Activo

Consiste cuando ella misma (gestante) valiéndose de cualquier medio, ejecuta

por si misma las maniobras abortivas como introducirse en el útero elementos

extraños con el propósito de abortar; o cuando ella por si misma toma los abortivos.

en ese sentido se establecen ejemplos como:

 En el caso de que tome medicamentos abortivos cuando el feto ya había fallecido

por problemas orgánicos en ese sentido se tendrá por descartada la imputación

objetiva
 En el caso de que la gestante tomo medicamentos abortivos por error a

recomendación del padre, al afirmar este que el galeno lo había dicho así, se

trataría de un aborto no consentido la cual es tipificada en el art 116 del CP,

asimismo no se configura autoría mediata pues el hombre de atrás no puede ser

autor del tipo penal previsto en el art 114.

 en el supuesto de que la gestante pese a tener conocimiento de la prohibición de

ingerir ciertas sustancias y/o comidas, lo ignora, por lo cual acontece el aborto

por una conducta negligente en este supuesto queda exonerada de

responsabilidad, al no haberse previsto normativamente la modalidad culposa.

2.1.2.2. Auto aborto Pasivo

Consiste cuando la gestante no provoca directamente el aborto ya que

simplemente permite que otra persona, realice sobre su cuerpo una actividad

encaminada a propiciar la muerte del feto; bajo esta premisa se supone que ambos

se han puesto de acuerdo, para lo cual es necesario verificar que la decisión de la

mujer fue prestada en un ambiente de plena libertad y voluntariedad, la cual debe

estar presente en todo el proceso abortivo.

Asimismo, al igual que el primer supuesto, el auto aborto pasivo recae sobre

un tipo penal que no define de forma expresa cuales deben ser los medios que

utilice el agente, para lograr la realización típica. Asimismo, la madre sería

considerada como instigadora según los alcances del artículo 115 del CP pues es

quien busca al tercero para que la practique el aborto a merced de un pago

concertado previamente.

De ello cabe dejar claro que a la gestante no se le podría penalizar por

ambas conductas y con respecto al tercero devendría en un injusto cualificado

tomando en cuenta las circunstancias y factores que llevan a la mujer a deshacerse

de su hijo a diferencia de los móviles (lucrativos) que inspiran al tercero a cometer

el aborto.

En conclusión, según Hurtado, “si se excluyen estos dos casos del dominio de

aplicación del art. 114, se desnaturaliza totalmente su finalidad”, [CITATION


Hur \p 62 \l 10250 ] pues resulta acertado reprimir de forma atenuada a la mujer,
debido a su peculiar situación económica y psíquica que la conduce a realizar tal

hecho y que sin duda deberá ser calificado por el juez ya que según lo establece el

artículo 120 del CP, se mantienen criminalizados, aunque con una penalidad leve

que podría consistir en una pena no mayor de tres meses dentro de este margen

encontramos al aborto legal por indicación ética o criminológica y por indicación

eugenésica.

2.1.3. Autoría y participación

Con respecto a los intervinientes en el delito de aborto cabe aclarar que se hace

presente una estructura dual que consiste en lo siguiente:

 La autoría: solo puede ser referida a la madre que da muerte a su hijo mediante

actos dirigidos a tal propósito ya que ella tiene el dominio del hecho, asimismo si

se presenta un error en su accionar configura un aborto no consentido. De

acuerdo a ello cabe dejar constancia que la madre puede no solo ser autora, sino

que también puede ser coautora, instigadora o cómplice.

 Coautores: está referida a todas aquellas personas que se ponen de acuerdo con

la madre y establecen un reparto de roles para cometer el delito, en vista de que

han de recibir un pago, conforme a ello el legislador ha optado por adscribir una

tipificación penal autónoma para la represión de un tercero la cual esta concisa

en el art 115 del CP.

 Complicidad primaria: Esta referida a aquel tercero que, si bien no ejecuta el

aborto, es aquel que le proporciona a la gestante la sustancia abortiva.

 Instigación: está referida a aquel tercero que convence a la gestante a que de por

finalizado el embarazo.

Como recordamos, ya sabemos la figura del aborto solo es a título de dolo,

conciencia y voluntad de la gestante por tanto la cognición debe cubrir todos los

elementos constitutivos del tipo penal asimismo en esta figura vale incluir el dolo

eventual, ya que el conocimiento del riesgo permitido resulta suficiente según Peña

Cabrera.
Por otro lado, se deja en claro que la consumación de esta figura delictiva se

alcanza con la muerte del fruto de la concepción sin embargo puede darse el caso de

aquellos actos que se encaminaron a lograr dicho resultado lesivo, pero que por una

serie de circunstancias no logro perfeccionarse por ejemplo por una intervención

policial, bajo este supuesto se presenta la tentativa, la cual de acuerdo a su incidencia

en el delito de resultado tratado trae controversia, por lo cual se ha precisado las

siguientes opiniones:

 Según Peña Cabrera: opta por la impunidad en caso de tentativa pues considera

que generalmente los actos de tentativa en esta figura no constituyen figuras

delictivas independientes, pues debemos considerar que en el espacio de la

tentativa en este delito tiene un margen limitado [CITATION Alo08 \p 184 \l

10250 ]

 Según Hurtado Pozo: opta por establecerla de manera expresa como una

excepción tal como lo hizo el legislador argentino en el artículo 88 del

CP[CITATION Hur \p 65 \l 10250 ]

 Según Saldarriaga: opta por la punibilidad de la tentativa en el auto aborto ya

que considera que toda interpretación a favor de la impunidad de la tentativa en

el auto aborto excede los límites de nuestro sistema penal [CITATION Víc17 \p

42 \l 10250 ], asimismo afirma que la tentativa es punible en todos los casos


incluida la que fuese ejecutada por la propia mujer gestante. Sin embargo,

conforme lo precisa él, lo estipulado en el artículo 17 del código penal, solo

deviene en impune penal la denominada <<tentativa inidónea>>; es decir aquella

que tiene lugar cuando se practican maniobras abortivas sobre una mujer que

no está embarazada.

Como conclusión de tal problemática, solo podríamos afirmar que la razón de

la impunidad es estática en la intimidad de la mujer ya que no ocasiona un daño

efectivo y, por tanto, si bien no se admite actos reputados como tentativa, en el caso

del auto aborto ello no significa lo suficiente para negarlo pues por algo el legislador,
decidió normar autonómicamente la conducta de la madre y la del tercero que ejecuta

el aborto con consentimiento de la gestante. [CITATION Alo08 \p 184 \l 10250 ]

CAPITULO III

ABORTO CON CONSENTIMIENTO

3.1. Tipo Penal

El delito conocido como aborto consentido se encuentra tipificado en el artículo

115, donde literalmente se prescribe:

“El que causa el aborto con el consentimiento de la gestante, será reprimido

con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años. Si

sobreviene la muerte de la mujer y el agente pudo prever este resultado, la pena será

no menor de dos ni mayor de cinco años.”

3.2. Tipicidad Objetiva

Antes de señalar la acción típica del aborto consentido en nuestro sistema

penal vigente, cabe indicar que en el código derogado del 1924, el tipo penal pertinente

recogía dos acciones delictivas diferentes: causar el aborto con el consentimiento de la

abortante y prestar asistencia para que aquella se cause el aborto. Sin embargo,

actualmente se ha superado tal equívoco. En efecto, con la fórmula del código

derogado se confundía la cuestión. Se sancionaba un acto de complicidad primaria

(prestar asistencia) como un acto de autoría. En consecuencia, se afirmaba que si bien

el tercero no causaba el aborto en forma directa, él cooperaba a que la abortante se lo

cause. Sólo el carácter esencial de la colaboración del tercero le hacía pasible de la

sanción prevista en el artículo 160.

El legislador del Código Penal de 1997, aplicando de manera coherente los

conceptos y categorías del derecho punitivo moderno, ha tipificado en el artículo 115

la conducta delictiva de causar el aborto con el consentimiento de la gestante como

única conducta típica, dejando de lado la acción de "prestar asistencia", la cual se

encuentra prevista como una hipótesis del artículo 25 del Código Penal que regula la

complicidad, según sea el grado de cooperación del tercero.


En esa línea, actualmente el hecho punible que se conoce con el zomen iuris de

aborto consentido aparece cuando el sujeto activo, contando con el consentimiento de

la embarazada, le somete a prácticas abortivas v le provoca la interrupción de su

embarazo. En el supuesto recogido en el tipo penal, el tercero actúa activamente

ejecutando la interrupción del estado gestacional. La conducta de la mujer aparece

circunscrita a prestar su consentimiento para que el tercero ejecute la acción delictiva.

Resultando como circunstancia agravante del actuar del agente, la muerte de la

gestante, pudiendo preverlo o suponerlo y, por ende, evitarlo.

El consentimiento prestado por la gestante debe ser legal, voluntario y

espontáneo v sin ningún vicio que lo invalide, esto es, debe ser emitido por mujer

mayor de 18 años, sin violencia ni coacciones de algún tipo, caso contrario, estaremos

frente a la figura delictiva del aborto no consentido.

Bien señala ROY FREYRE, el consentimiento de una menor de edad es

equivalente a un no consentimiento y, por tanto, carece de valor alguno. También

carece de valor el permiso que pudiera prestar una enajenada o débil mental.

Igualmente, si el consentimiento es obtenido por violencia, intimidación, amenaza o

engaño, desaparece la figura delictiva estudiada. Por su parte, el profesor VÍCTOR

PRADO SALDARRIAGA asevera que el consentimiento puede ser expreso o tácito, lo

importante es que provenga de una mujer con capacidad para otorgarlo (mayor de 18

años y con pleno goce de sus facultades físicas y mentales).

Respecto del consentimiento que resulta un presupuesto importante para la

configuración del aborto, debemos destacar y dejar establecido en forma tajante, que

el consentimiento prestado por la mujer embarazada en nada exonera ni afecta la

responsabilidad penal del sujeto activo, ello debido a que nos encontramos ante un

bien jurídico que no es de libre disposición.

La mujer puede cooperar con el tercero o limitarse a consentir que este le haga

abortar. Es importante poner de relieve que en el presente accionar delictivo se

encuadra la conducta del "otro que le practique", al que hace mención el tipo penal del

artículo 114. No obstante, se hace un tratamiento diferenciado de la misma acción

delictiva en razón de las personas. En efecto, el hecho único del aborto consentido es
visto, primero en relación con la mujer que consiente y, segundo, en relación con el

tercero que practica el aborto consentido por aquella. Mientras la mujer es sancionada

de manera atenuada en aplicación del artículo 114, el tercero es sancionado de

acuerdo a los parámetros del artículo 115.

Para efectos de hacer derecho penal comparado, es menester precisar que en el

inciso 1 del artículo 145 del Código Penal español de 1995 se regula el aborto

consentido con el contenido siguiente: "El que produzca el aborto de una mujer, con

su consentimiento, fuera de los casos permitidos por la ley será castigado con la pena

(...)".

3.2.1. Aborto seguido de muerte

En doctrina, aún en polémica, se le conoce como muerte

preterintencional. Ello ocurre cuando el agente que dolosamente somete a

prácticas abortivas a la gestante, provoca por culpa previsible su muerte.

La muerte tiene que ser a consecuencia del aborto o del procedimiento

abortivo al que fue sometida la embarazada para lograr aniquilar el producto

de la concepción, exigiéndose como requisito esencial la concurrencia de la

previsibilidad para reprochar penalmente la conducta del autor. De un acto

doloso deviene un acto culposo. HURTADO POZO afirma que el fallecimiento

previsible de la gestante no solo ha de ser causa de las maniobras abortivas,

sino que es necesario que se deba a una imprevisión culpable.

ROY FREYRE, comentando el tipo penal del artículo 160 del código

derogado, explica que para hacer responsable al actor por el resultado más

grave, no es suficiente la causalidad física, se necesita también la causalidad

jurídica, que exige la previsibilidad del resultado letal. En tanto que el vocal

supremo PRADO SALDARRIAGA entiende que la muerte se imputa como efecto

de una imprevisión culpable, de una falta de cuidado, de un acto imprudente.

El juicio del reproche por la muerte alcanza al tercero a título de culpa, a

contrario sensu, si la muerte sobreviene como resultado imprevisible

(deficiencia orgánica de la gestante imposible de detectar) el tercero no será

responsable de aquella muerte.


El sujeto activo debe tener la posibilidad de prever el resultado muerte

de la gestante, contrario sensu, es atípica la conducta. La responsabilidad es

mayor no en función del resultado exclusivamente, sino en atención a que el

agente no previó aquella gravísima consecuencia que pudo y debió prever,

siendo su correlato el artículo VII del Título Preliminar del Código Penal que

claramente establece como principio de cumplimiento imperativo: "La pena

requiere de responsabilidad penal del autor. Queda proscrita toda forma de

responsabilidad objetiva".

Es de resaltar que desde la vigencia del actual código sustantivo, ha

quedado desterrada la responsabilidad penal por el simple resultado. Ahora, es

requisito sine qua non la presencia del dolo o la culpa en determinada

conducta para considerarla delictiva (artículo 11 del C.P).

En consecuencia, la agravante presupone que el delito base se haya

consumado, siendo suficiente establecer el nexo de causalidad entre el

procedimiento abortivo y la muerte de la mujer. Sin embargo, la agravante

subsiste aunque luego de producidas las maniobras abortivas, el producto de

la concepción se logre salvar por intervención de terceros.

En suma, como afirman BRAMONT-ARIAS TORRES Y GARCÍA

CANTIZA, la muerte de la gestante como consecuencia del aborto o prácticas

abortivas solo agrava la conducta si se realiza de manera culposa. Si se

determina que el sujeto activo ha tenido el dolo de matar a la gestante, ya sea

dolo eventual, nos encontraremos ante un delito de homicidio o asesinato,

según corresponda.

3.2.2. Bien jurídico protegido

La vida dependiente. El interés que se pretende tutelar con la

tipificación del delito denominado "aborto consentido" lo constituye la vida

producto de la concepción, el mismo que produce el estado de gestación o

embarazo en la mujer. Así lo ha entendido la jurisprudencia nacional. En

efecto, la Resolución Superior del 26 de enero de 1998, emitida por la Corte

Superior de Lima enseña que: “en esta clase de delitos se tiende a proteger la
vida humana dependiente, esto es, la vida del embrión o feto, teniendo en

cuenta que nuestra Constitución Política del Perú, consagra en su artículo

segundo inciso primero como derecho fundamental de la persona, la vida

humana y establece, además, que el concebido es sujeto de derecho en todo

cuanto le favorezca".

Con la tipificación del supuesto previsto en el segundo párrafo del tipo

penal en comentario, sin duda que se pretende proteger y defender un solo

bien jurídico como lo es la vida, pero en grado de desarrollo evolutivo diferente:

la vida dependiente del embrión y la vida independiente de la abortante.

3.2.3. Sujeto activo

Autor puede ser cualquier persona, desde un profesional de la ciencia

médica hasta una comadrona, siendo suficiente la verificación del desarrollo de

su conducta dolosa, después de haber obtenido el consentimiento de la mujer

que se dispone a abortar. En este supuesto, solo se excluye a la gestante que

presta su consentimiento, pues su conducta se encuadra en el tipo penal del

artículo 114 ya tratado en su calidad de autora.

3.2.4. Sujeto pasivo

El producto de la gestación, sobre el cual recae la acción dolosa del

agente.

De producirse el supuesto agravado, víctima será la mujer fallecida a

consecuencia del aborto o del procedimiento abortivo empleado por el sujeto

activo.

3.3. Tipicidad Subjetiva

El agente debe actuar con conocimiento y voluntad de practicar el aborto

con pleno consentimiento de la abortante. Es un acto doloso. El tercero debe

tener la intención de aniquilar el producto de la concepción. Caso contrario, si se

determina que el tercero solo participó para acelerar el parto y a consecuencia de

una deficiente maniobra ocasionó el aborto, su conducta será irrelevante para el

derecho punitivo. Esto es, al no haberse tipificado el aborto culposo, cualquier


acción que no tenga como objetivo y finalidad aniquilar al embrión, constituye

conducta irrelevante penalmente, así se verifique el aborto.

En el supuesto del segundo párrafo del tipo penal del artículo 115,

interviene el elemento culpa como circunstancia para ocasionar un resultado

más grave, motivando el aumento de la penalidad.

3.4. Antijuricidad

Una vez que se ha verificado la concurrencia de los elementos objetivos y

subjetivos de la tipicidad del aborto consentido, al operador del derecho le

corresponderá verificar si la conducta típica es antijurídica o conforme a

derecho. Es decir, en esta etapa se determinará si en la conducta concurre o no,

alguna causa de justificación como puede ser el estado de necesidad justificante

o un miedo insuperable. Si llega a determinarse que en la conducta típica de

aborto no concurre alguna causa de justificación estaremos ante una conducta

típica y antijurídica.

3.5. Culpabilidad

Ante la conducta abortiva típica y antijurídica, el operador jurídico

analizará si es pasible de ser atribuida personalmente a su autor, es decir, el

operador del derecho verificará si es posible que el aborto típico y antijurídico sea

atribuible penalmente al autor de las maniobras abortivas ocasionadas con el

consentimiento, autorización o anuencia de la gestante. En primer término, se

verificará si el abortante es imputable, es decir, mayor de 18 años de edad y no

sufre alguna anomalía psíquica. Luego de verificarse que el agente es imputable,

corresponderá determinar si al momento de desarrollar las maniobras abortivas

en la embarazada conocía que su acto era contrario al derecho (conocía la

antijuridicidad de su conducta). Aquí puede presentarse la figura del error de

prohibición. Estaremos ante un error de prohibición cuando, por ejemplo, el

autor ocasiona o causa el aborto consentido en la creencia de que en el país tal

conducta no es punible.

Luego de verificarse que el autor de las maniobras abortivas es imputable

y conocía perfectamente la antijuridicidad de su conducta, corresponderá


verificar si en lugar de cometer el aborto le era exigible otra conducta, es decir, le

era exigible no cometer el aborto y respetar al producto del embarazo. Si se

determina que al autor del aborto no le era exigible otra conducta en el caso

concreto por concurrir un estado de necesidad exculpante, la conducta no será

culpable.

3.6. Consumación

El aborto consentido se perfecciona cuando el agente que actúa con el

consentimiento de la mujer que se encuentra gestando, logra su objetivo de

provocar la muerte del producto de la concepción mediante maniobras abortivas.

En ese sentido, queda claro que es indiferente la circunstancia que se cause o no

la expulsión del producto del embarazo, debido a que es perfectamente posible

que se ocasione la muerte del feto dentro del vientre de la madre sin producirse

la expulsión al exterior.

Al tratarse de la conducta indicada en el segundo párrafo del tipo penal,

en hermenéutica, se consuma o perfecciona al producirse la muerte de la

gestante. LUIS BRAMONT ARIAS enseña que la agravante se considera

consumada en el momento que se verifica la muerte de la mujer y para su

consumación se requiere la consumación del aborto. Si el aborto queda en grado

de tentativa y se produce la muerte de la gestante se verifica un concurso de

homicidio culposo y tentativa de aborto.

3.7. Participación

La participación es posible y en cada caso concreto el juzgador

determinará el grado de complicidad de los partícipes. La acción puede ser por

instigación al aborto o por complicidad, ya sea primaria o secundaria. Por

ejemplo, será sancionado en calidad de instigador, el padre de la embarazada

que le motiva e induce para que se someta a prácticas abortivas, expresando

promesas de ayuda económica para que finalice sus estudios universitarios. En

tanto que tendrá la calidad de cómplice primario, el causante del embarazo

quien conduce a la gestante a la comadrona para que le ocasione el aborto e,

incluso, paga sus servicios. También será cómplice la ayudante de la comadrona


que ayuda a preparar a la gestante para ser sometida al proceso abortivo; o la

amiga que indica la dirección de la clínica donde practican abortos, e incluso le

presta parte del dinero para pagar al autor del aborto ilegal, etc.

3.8. Tentativa

Al constituirse en una figura delictiva de resultado, la tentativa es

perfectamente posible. Ocurrirá, por ejemplo, cuando por circunstancias

extrañas a la voluntad del agente (es intervenido cuando ya se disponía a hacer

uso de la sonda, o cuando estaba haciendo los masajes respectivos, etc.) se

frustra el aborto; cuando la mujer supuestamente embarazada no 1o está en la

realidad; cuando los medios empleados en las maniobras abortivas no son

idóneos para tal fin; o, cuando después de la expulsión violenta, el producto del

embarazo no muere y logra sobrevivir.

3.9. Penalidad

El agente acusado por la comisión del delito de aborto consentido será

merecedor de una pena privativa de libertad que oscila entre uno a cuatro años. Si se

produce la muerte de la gestante, siendo previsible o sospechada, el agente será

merecedor de pena privativa de libertad que oscila entre dos y cinco años.

Información recopilada de: (SALINAS SICCHA, 2013)

CAPÍTULO IV

ABORTO NO CONSENTIDO

4.1. Consideraciones Generales

El Artículo 116° de nuestro Código Penal señala: el que hace abortar a una

mujer sin su consentimiento, será reprimido con pena privativa de libertad no menor

de tres ni mayor de cinco años.

Si sobreviene la muerte de la mujer y el agente pudo prever este resultado, la

pena será no menor de cinco ni mayor de diez años. [ CITATION CÓD19 \l 10250 ]
El aborto practicado con la intervención de terceros es reprimido por la ley con

mayor severidad. Se describe esta conducta ilícita en los artículos 115, 116 (que

regulan el aborto consentido y no consentido, respectivamente). [CITATION Pad17 \l

10250 ]

Como se pudo ver en el capítulo anterior, existen casos donde una mujer

gestante está dispuesta a ponerle fin a su embarazo con la ayuda de una o varias

personas, pero hay ocasiones en las que se puede ocasionar un aborto sin que la

gestante haya tenido el deseo que ese hecho ocurriese, es decir, que alguien por

motivos egoístas realizara dicha acción con la intención de hacer desaparecer al feto

que lleva dentro de sí una mujer en contra de su voluntad.

Partiendo de esta premisa podemos entender el concepto del delito de aborto

no consentido. La posición de James Reátegui sobre practicar un aborto sin mediar

consentimiento de la mujer supone, no solo un atentado contra la vida en formación,

sino que también es un atentado contra la propia mujer específicamente en su

libertad y voluntad de actuación, por eso se ha dicho con razón que estamos ante un

delito pluriofensivo. [CITATION Reá \l 10250 ]

Por delito pluriofensivo el autor hace referencia a que se presenta la afectación

de varios bienes jurídicos, no solo a la vida dependiente perteneciente al feto que se

encuentra dentro de la madre sino también la vida y la integridad física de la mujer

gestante. Es por ello que al haber sido forzada a abandonar el embarazo sumando a

esto el peligro que corre la mujer al exponerse a tales prácticas abortivas se han

vulnerado los derechos que le corresponden a toda mujer que lleva un embarazo

consigo como lo son el derecho a la libertad de la mujer, al libre desarrollo de su

personalidad y su salud.

El autor Salinas Siccha mantiene una opinión igual refiriendo que el aborto

practicado contra la voluntad de la mujer embarazada representa el mayor ataque que

puede cometerse contra los bienes jurídicos afectados, la vida del embrión o feto, por

un lado; y la vida, salud y libertad de la mujer, por otro. [ CITATION Sal101 \l

10250 ]
Nosotros consideramos necesario mencionar a la Constitución Política del

Perú, específicamente sus artículos 1° y 2° inc. 1, el primero hace referencia a la

defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad como fin supremo de la

sociedad y del Estado, mientras que el segundo corresponde al derecho a la vida, el

primer derecho fundamental mencionado en nuestra Carta Magna, siendo el más

importante ya que sin vida no se podría abarcar los demás derechos establecidos.

El derecho a la vida implica no solo el derecho a nacer, a salir del vientre de la

madre, sino también que la persona ya nacida desarrolle todas sus aptitudes en

plenitud, contando con la máxima calidad de vida. [ CITATION Cha15 \l 10250 ] En


este inciso también se encuentra el concebido como sujeto de derecho, nuestra

legislación le considera derechos tanto patrimoniales como extrapatrimoniales, esto

solo podrá ser disfrutado siempre y cuando nazca vivo, de no serlo procedería a

extinguirse.

4.1.1. El Principio de la Dignidad Humana.

El artículo 1° de la Constitución, otorga a la persona la más alta jerarquía

política, económica, legal y moral: inclusive sobre el Estado y la propia sociedad, la

persona es el eje central del ordenamiento jurídico nacional. Todos, sin ningún tipo de

excepción, tienen la obligación de respetarla y protegerla. [ CITATION Cha15 \l

10250 ]

Por dignidad humana se entiende el reconocimiento de todo hombre como ser

humano y no como otra cosa u objeto. Dignidad que es inherente a su ser, es decir, a

su esencia e intrínseca naturaleza. [ CITATION Esp08 \l 10250 ]

La dignidad humana constituye la seguridad, bienestar y desarrollo integral,

tanto moral, psíquico y físico, de la persona donde en el aborto sin consentimiento

claramente se ven afectados de forma grave. Complementando esta idea con el artículo

2° inciso 1, también se puede considerar el daño al proyecto de vida de la madre

porque al ser sometida por otra persona sin dar su aceptación pondría fin a lo que ella

planeaba continuar con normalidad.


4.2. Tipicidad Objetiva

La hipótesis delictiva que recoge el artículo 116 del Código Penal se configura

cuando el agente, sea este una persona natural común o profesional de la medicina,

practica el aborto a una mujer en estado de gestación sin contar con su

consentimiento o, lo que es más reprochable, en contra de su expresa voluntad. En

efecto, la acción típica la realiza un tercero en oposición a los deseos de la gestante.

Esta puede haber ignorado las intenciones del agente o, conociéndolas haber

manifestado, expresamente, su rechazo. [ CITATION Sal101 \l 10250 ]

4.2.1. Sujeto activo.

Con respecto al sujeto activo es aquel quien realiza una conducta delictiva

prevista en el tipo penal por lo que podrá serlo cualquier persona, menos la madre,

pues la tipicidad penal señala que el aborto se comete sin su asentimiento.

[ CITATION Peñ08 \l 10250 ]

De la propia redacción del tipo penal, se desprende de modo claro que la propia

mujer en estado de gestación queda excluida. Cualquiera puede ser sujeto activo

menos la mujer embarazada. [ CITATION Sal101 \l 10250 ]

Entonces, queda claro que con respecto a este delito el sujeto activo en ningún

momento puede ser la madre, en realidad esto abarca a cualquier persona natural

partiendo desde un profesional de la salud hasta un extraño, la familia de la agraviada

también se encuentra incluida y no hay que dejar de lado a la pareja o responsable del

embarazo de la víctima, quien es la persona que, al igual que la mujer, es responsable

de llevar el embarazo de una manera adecuada.

4.2.2. Sujeto pasivo.

El sujeto pasivo es el titular o portador del interés que ha sido ofendido. Así

como se expresó en líneas anteriores, en cuanto al sujeto pasivo lo será el feto o

embrión y a la vez la mujer gestante. [ CITATION Reá \l 10250 ]

Son dos las víctimas de este delito. No solo se está dañando la vida en camino

quien aún depende de la madre, la propia mujer se ve expuesta a sufrir daños en su

cuerpo sin haberlo dispuesto, todo esto es obra del sujeto activo quien dolosamente
realiza prácticas abortivas incluso llegando a poner en riesgo la vida de la mujer, así

como lo expresa el segundo párrafo del artículo 116, la pena será no menor de cinco ni

mayor de diez años si sobreviene la vida de la mujer, siendo este el delito de aborto

con mayor pena en comparación a los otros tipos previstos en el Código Penal.

4.2.3. Acción típica.

En este caso, el agente realiza la modalidad del tipo penal, dirigiéndola no sólo

a la eliminación del feto, mediando maniobras abortivas, sino que previamente ha de

procurar que la madre no impida dicha realización, por lo que ésta debe mostrarse

renuente a que se de muerte a la vida humana en formación. [ CITATION Peñ08 \l

10250 ]

El comportamiento típico estará enmarcado en la ausencia del consentimiento

de la mujer, no importando en realidad la edad de la mujer, basta que sea una edad

fértil. [ CITATION Reá \l 10250 ]

Entonces, lo importante es la «falta de consentimiento» de la gestante hacia

toda propuesta o acción abortiva. Cabe señalar también que se presume que no hay

consentimiento o, mejor dicho, que se estima como carente de validez el que brinda

para la práctica abortiva una menor de 18 años o una mujer que padece alguna forma

de incapacidad psíquica para prestarlo (oligofrenia, demencia o estado de

inconciencia). [CITATION Pad17 \l 10250 ]

Se debe aclarar que, si en caso la mujer ha manifestado en anteriores

ocasiones su deseo de no continuar con el embarazo dando su respectivo asentimiento

para abortar, pero posteriormente se arrepiente, la doctrina menciona que deberá

tipificarse como un aborto consentido, como es el caso donde una mujer se dirige a un

centro de salud para abortar, pero en el momento en que están extrayendo al feto

decide arrepentirse.

Asimismo, según la Ley N° 26842 – Ley General de Salud en su artículo 30°

precisa que el médico que brinda atención médica a una persona herida por arma

blanca, herida de bala, accidente de tránsito o por causa de otro tipo de violencia que

constituya el delito perseguible de oficio o cuando existan indicios de aborto criminal,


está obligado a poner el hecho en conocimiento de la autoridad competente. (Ley

26842, 1997) De no hacerlo constituiría falta grave. Esto se da en circunstancias

donde a la víctima le hayan realizado un aborto en malas condiciones trayendo

consigo complicaciones debiendo recurrir necesariamente a un establecimiento médico

para ser tratada.

4.3. Tipo Subjetivo Del Injusto

La forma de redacción del tipo penal exige la presencia del dolo en la conducta

del agente, esto es, el sujeto activo tiene conocimiento de que la gestante no ha

prestado su consentimiento e incluso que se opone o no puede darlo válidamente, sin

embargo, voluntariamente la somete a maniobras abortivas con la finalidad de acabar

con la vida del embrión que se proyecta decididamente a convertirse en persona.

[ CITATION Sal101 \l 10250 ]

Poniendo como ejemplo un caso, según el Recurso de Nulidad N.º 480-

2017/LIMA NORTE en donde el acusado aprovechando que tenía la calidad de padrino

de promoción de primaria de la menor además que contaba con la confianza de los

padres lo cual permitió que pudiera darle clases particulares en donde procedía a

hacerle tocamientos indebidos a la menor, en ese entonces, de trece años quien fue

amenazada por un arma de fuego para mantener relaciones sexuales con él, producto

de ello salió embarazada. En cuanto al delito de aborto tipificado en el artículo 116,

primer párrafo, del Código Penal, se configura cuando el agente, sin tener el

consentimiento de la mujer en estado de gestación, la somete a prácticas abortivas;

quedando acreditada tal conducta con la diligencia de entrevista a la menor practicada

por el fiscal, donde señala que el acusado le introdujo dos pastillas por la vagina y le

dio de tomar dos más; asimismo con el certificado médico legal practicado a la menor

L. E. P. T., con fecha veintisiete de septiembre de dos mil trece, el cual concluyó como

diagnóstico ginecoobstétrico: aborto incompleto infectado. (Ver anexo N° 03)

4.4. Autoría y Participación

El autor debe obrar con dominio en la realización del hecho, lo cual supone

una acción típica y antijurídica como mínimo; la sola realización de los elementos

objetivos y subjetivos de la descripción típica fundamenta únicamente el título de


“sujeto activo” (…) La participación constituye el segundo nivel de amplificación de la

concurrencia de personas en la realización de un ilícito penal, y puede entenderse

como la contribución o la colaboración a la comisión del delito prestada por personas

que no poseen el dominio del hecho, pues su actuación en el delito es accesoria al

comportamiento del autor directo. [ CITATION Rod12 \l 10250 ]

Teniendo en claro estos conceptos autor será todo aquel que posea el dominio

del hecho, que en sus manos haya estado la perpetración y/o frustración del hecho

punible. Podrá darse una coautoría, en cuanto a la actividad concertada de dos

agentes, uno que se dedica a neutralizar los mecanismos de defensa de la gestante, y

por otro, el que se encarga de realizar la práctica abortiva, debiendo concurrir en

ambos, el elemento subjetivo exigido en el tipo penal. [ CITATION Peñ08 \l 10250 ]

Aparece la participación en forma de complicidad cuando el responsable del

embarazo ayuda en forma directa a vencer la resistencia de la gestante para que la

comadrona le someta al proceso abortivo. [CITATION Sal101 \t \l 10250 ]

CAPÍTULO V

EL ABORTO AGRAVADO POR LA CALIFICACION DEL SUJETO ACTIVO

“El aborto supone toda aquella conducta (dolosa), que se ejecuta sobre el fruto de

la concepción, cortando abruptamente el proceso de la gestación con ello una

esperanza de vida. Conducta típica que puede concretizarse mediante una actividad

propia de la madre (autoaborto), o a partir de una conducta que acomete un tercero,

con aquiescencia de la madre (consentido) o, en contra de su voluntad (no

consentido)” [CITATION MarcadorDePosición4 \p 194-195 \l 3082 ]

Ahora bien, es necesario aclarar que, tal como lo afirma el jurista Alonso Peña

Cabrera Freyre [CITATION Del08 \n \t \l 10250 ] “En las tres figuras delictivas el
disvalor del resultado es el mismo: la muerte del feto, pero si dicho comportamiento va

aparejado por un quiebre de la voluntad de la gestante, determina una reacción penal

más intensa.” [CITATION MarcadorDePosición4 \p 195 \l 3082 ]


Asimismo, según el jurista Alonso Peña Cabrera Freyre (2008), “Las

circunstancias agravantes, no ha de contemplarse sólo en vista de un mayor disvalor

del injusto típico, sino también en cuanto a la calidad del agente, que por haber

ostentado un determinado cargo, profesión, oficio y/o industria, amerita un reproche

personal de mayor advertencia. Cuestión que ha puesto de relieve el legislador, para

construir la circunstancia agravante en este articulado, tomando en cuenta el

prevalimiento de la profesión o cargo, para dar muerte al nasciturus, en otras

palabras para provocar el aborto”[CITATION MarcadorDePosición4 \p 195 \l 3082 ]

5.1. Tipo Penal

El articulo 117 del Código Penal tipifica la conducta delictiva de aborto abusivo,

conducta agravada por la calidad o condición del sujeto activo, así tenemos:

El médico, obstetra, farmacéutico o cualquier profesional sanitario que abusa

de su ciencia o arte para causar el aborto, será reprimido con la pena de los

artículos 115 y 116 e inhabilitación conforme al articulo 35 incisos 4 y 8.

5.2. Hermeneutica Juridica

De la lectura del Contenido del artículo 117, se advierte que el legislador solo

pretende poner énfasis en el sentido que, además de la pena privativa de libertad

prevista en los artículos 115 Y 116 del Código Penal, se impondrá la pena limitativa de

derechos denominada inhabilitación a aquellos autores del aborto que tengan el titulo

de médico, obstetra, farmacéutico o cualquier profesional de la salud, En otros

términos, el articulo 117 regula una agravante por la condición del autor.

En ese sentido se manifiesta el autor Ramiro Salina Sicha (2015) quien sostiene

que, “ con esta forma de legislar se ha dado cabida para hablar de un aborto abusivo,

el mismo que se configura cuando el agente que tiene condición especial de ser

profesional de la medicina, abusando de sus conocimientos de la ciencia medica o de

su arte, somete a prácticas o proceso abortivo a una gestante, ya sea contando con su

consentimiento o sin el” [CITATION RAM15 \p 211 \l 3082 ]


Por su parte, Bramont Arias Torres y García Cantizano (1997) con igual criterio

afirman que, “no se castiga toda intervención sanitaria, sino sola aquella en la cual se

da un abuso en su ciencia o arte para causar el aborto. Dentro de las facultades

elementales del profesional de la ciencia médica, está el de cuidar los bienes jurídicos

más importantes, la vida y la salud. Si se aprovechan de sus conocimientos en contra

de estos bienes jurídicos, deben ser penados de manera más grave”. [CITATION

BRA97 \p 95 \l 3082 ]

Por lo demás, no le falta razón al profesor Villa Stein (1997), cuando basado en

Roberto Terán Lomas, asevera que “la naturaleza del abuso del conocimiento

profesional se revela en el móvil que anima el autor, quien preparado para rehabilitar

y salvar la vida del embrión le trunca valiéndose precisamente de esa preparación, en

lo que se da en llamar falta de una finalidad terapéutica. [CITATION VIL97 \p 166 \l

3082 ]

En otro aspecto, “si el agente, profesional de la medicina, ocasiona la muerte de la

gestante en forma culposa a consecuencia de la practica abortiva, será merecedor de

la pena privativa de la libertar prevista en el párrafo segundo de los tipos penales de

los artículos 115 y 116, ello por el hecho concreto de que por sus especiales

conocimientos médicos tienen mayores posibilidades de prever el resultado letal a

diferencia de otras personas, y no obstante lo evitan. Asimismo, se requiere el

profesional médico o sanitario actúe con conocimiento y voluntad de practicar el

aborto sin ninguna finalidad terapéutica estando este prohibido. Es una conducta

punible de comisión solo a titulo de dolo y, como en todas las figuras delictivas de

aborto, no es posible la comisión por culpa”.[CITATION RAM15 \p 212 \l 3082 ]

En tanto que, en el mismo sentido, el profesor Bramont-Arias (1997) afirma que,

“cuando el profesional de la medicina obrare de buena fe en razón de los remedios o el

tratamiento aconsejado, por falta de pericia o error produce el aborto, quedara exento
de pena, porque este no se imputa a titulo de culpa” [CITATION BRA97 \p 33 \l

3082 ]

5.3. Condiciones a efectos de Punicion

Del artículo 117 del Código Penal, se desprende la descripción de un listado de

personas, que pueden ser considerados “autores” de la figura delictiva en cuestión.

Sobre la base de lo mencionado con anterioridad, el jurista Alonso Peña Cabrera

(2008), manifiesta que, “Primero, dice el médico, es todo aquel que cuenta con un

título de una universidad reconocida por Ley, y debidamente colegiado en el Colegio

Médico, no hace alusión el tipo, que debe contar con una determinada especialidad

(ginecólogo), por lo que puede ser cualquiera, con tal que cuente con la certificación

respectiva; eso sí, debe estar ejerciendo la profesión médica, pues si el autor cesó o

está suspendido de ejercerlas, no podrá encuadrarse en la especificación normativa en

cuestión. Máxime, si la punición está condicionada al prevalimiento del

cargo”[CITATION MarcadorDePosición4 \p 197 \l 3082 ]

Ahora bien, con posterioridad se menciona al obstetra y al farmacéutico, en ese

sentido, el jurista Alonso Peña Cabrera (2008) afirma que “el primero de ellos es un

profesional que, sin ser médico, ejerce una actividad ligada a la medicina humana.

Entre las funciones de una enfermera obstetra certificada se alude a servicios de

diagnóstico (elaborar la historia clínica, realizar la valoración física, ordenar los

procedimientos y exámenes de laboratorio), manejo terapéutico, suministrar

prescripciones, coordinar consultas, así como la difusión de programas de salud, en

cuanto a la prevención de ciertas enfermedades, y el segundo es una persona que

hunde sus conocimientos en temas relativos a los medicamentos que se expenden en

las farmacias”. [CITATION MarcadorDePosición4 \p 197 \l 3082 ]

Asimismo, desde un punto de vista analítico respecto de la autoría y participación

de los obstetras y farmacéuticos , el autor Alonso Peña Cabrera Freyre (2008),

considera que “tal vez los primeros puedan tener un mayor dominio de escena para
cometer esta clase de conductas, en tanto, que los segundos, se limitan muchas veces

a sugerir un determinado fármaco, que puede ser abortivo, y si esto es así, sólo cabría

su intervención como cómplices de cualquiera de los artículos anteriores; a menos que

de forma directa y inequívoca produzcan la interrupción dolosa del

embarazo”[CITATION MarcadorDePosición4 \p 197 \l 3082 ]

Retomando lo anterior, posteriormente en la descripción del listado de personas

que pueden ser considerados “autores”, se establece “cualquier profesional sanitario”.

De igual forma, el jurista Alonso Peña Cabrera (2008), manifiesta al respecto que”

el círculo de posibles autores se propone con una fórmula abierta ("cualquier

profesional sanitario"), será todo aquél que ejerce una actividad ligada al ejercicio

médico, los enfermeros por ejemplo, el anestesista, de ninguna manera los visitadores

médicos, si estos últimos intervienen, proveyendo a un médico de sustancias

abortivas, para que éste último realice la práctica abortiva, serán en todo caso

cómplices. Será finalmente, el juzgador quien llene de concreción valorativa, dicho

espacio legal”[CITATION MarcadorDePosición4 \p 198 \l 3082 ]

Ahora bien, es necesario aclarar que la figura delictiva en cuestión, debe darse en

el escenario del ejercicio médico, tal como lo afirma el jurista Alonso Peña Cabrera

Freyre [CITATION Del08 \n \t \l 10250 ] , “La descripción típica hace alusión al verbo
rector "causar el aborto", en abuso de la profesión y/o oficio, quiere decir esto, que la

muerte del feto debe producirse en prevalimiento del ejercicio médico, con ocasión del

mismo, no de forma coincidente, es decir, si por ejemplo el autor es médico de

profesión, pero empuja directamente a su esposa contra la pared, para causarle un

aborto, no podrá darse la tipicidad penal en cuestión, sino la prevista en el artículo

116° del C.P.. De no ser así, estaríamos desnaturalizando el fundamento material de

la agravación”[CITATION MarcadorDePosición4 \p 198 \l 3082 ]

Es conveniente precisar, en esa misma línea, tal como lo afirma el jurista

argentino Núñez. R (1978) que “no puede adecuarse a los alcances normativos de este
tipo penal, la mera ayuda del médico, sanitario, para que la gestante logre su propio

aborto o, para que tercero lo pueda realizar. La indicación de un abortivo, que ha de

conseguir la embaraza de ningún modo puede ser interpretado como causar un

aborto, sería un acto de complicidad primaria, por cualesquiera de las anteriores

tipificaciones”[CITATION NUÑ \p 174 \l 3082 ]

En último lugar, se debe tener en considerar que, se debe delimitar la tipicidad

penal únicamente a los profesionales de la salud, que en calidad de autores hayan

cometido el delito de aborto, excluyéndose por tanto, a los cómplices, más por

cuestiones de legalidad que por razones de Justicia Material, en la medida que los

tipos penales, solo aluden normativamente la persona del autor, si es que quisiese

extender la agravante a los cómplices, tendría que estar taxativamente previsto en la

Ley penal.

5.4. Consideraciones de Politica Criminal

Para Alessandro Baratta, desde un enfoque crítico, la política criminal se ocupa

de la prevención y reacción del delito, y hace frente a las consecuencias, en

consecuencia, nos preguntamos ¿A qué apunta el Derecho penal, cuando reprime con

una pena más severa, al facultativo que aprovechando de su ciencia o arte, produce el

aborto en una mujer?

Por su parte, el jurista Alonso Peña Cabrera (2008), sobre la base de lo

mencionado con anterioridad, afirma que, “en principio, a desplegar efectos de

prevención general negativa, incidiendo en el campo disuasorio que se supone toma

lugar con la amenaza de pena, de que los potenciales se abstengan de realizar estas

conductas delictivas, de anti motivarlos a la comisión de esta conducta; lo que en la

praxis tiene un reflejo en realidad mínimo. Lo cual se refuerza con la pena de

inhabilitación que viene aparejada, juntamente con la pena privativa de libertad, en

virtud del cual el agente queda neutralizado en seguir ejerciendo la profesión, de la

cual se prevalió para cometer el injusto penal” [CITATION MarcadorDePosición4 \p

197 \l 3082 ]
Con base a la misma forma, el jurista Hurtado Pozo, manifiesta que, “también

produce efectos preventivo-especiales, pero inferimos desde una perspectiva negativa.

Se busca alejar al agente de una actividad que le brinda oportunidades para delinquir,

y al mismo tiempo, se intenta proteger mejor a las personas del peligro que

representan los profesionales sin escrúpulos400. Se podría decir que incide un factor

criminológico, al despojar al autor, de aquellos instrumentos que requiere para seguir

cometiendo su designio criminal.” [CITATION HUR \p 74 \l 3082 ]

5.5. Penalidad

“Si el agente actuó con consentimiento de la gestante, será merecedor de pena

privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatros. En el caso de muerte de la

abortante, con una pena no menor de dos ni mayor de cinco años. Si se actúa sin el

consentimiento de la gestante, la pena oscila entre tres y cinco años, y en el caso de

muerte de la mujer sometida a la maniobras abortivas, será no menor de cinco ni

mayor de diez años”.[CITATION RAM15 \p 213 \l 3082 ]

“En ambos supuestos, el agente se le imposibilitara conforme a lo dispuesto en

el artículo 36, incisos 4 y 8, del código sustantivo. Aquí la inhabilitación se le aplica

pena accesoria tal como lo expresa el Supremo Tribunal en la Ejecutoria Suprema del

23 de octubre de 1997. En efecto, allí se expone que: “la pena de inhabilitación se

impone como pena principal o accesoria, fijándose en este ultimo sentido cuando el

agente comete el delito abusando de una lesión u otra circunstancias, conforme a lo

previsto por los artículos treinta y cinco y treinta y nueve del Código Penal”

[CITATION RAM15 \p 213 \l 3082 ]

5.6. Legislacion Comparada

“En cuanto a la Legislación comparada podemos citar el Código Penal para el

Distrito Federal (México), que en el artículo 146, señala lo siguiente: “Si el aborto lo

causare un médico cirujano, comadrón o partera, enfermero o practicante, además de

las sanciones que le correspondan conforme al artículo anterior, se le suspenderá por


un tiempo igual al de la pena de prisión impuesta en el ejercicio de su profesión u

oficio”.[CITATION REA15 \p 74 \l 3082 ]


CAPÍTULO VI

ABORTO PRERINTENCIONAL

6.1. Consideraciones Generales

“La vida del que esta por nacer, del nasciturus, es una esperanza concreta de

vida, que requiere una intensa protección por parte del Derecho penal, teniendo en

cuenta la particular forma de cómo viene al mundo, al estar ligado al vientre de su

madre. Situación de indefensión, que importa que el instrumento punitivo cierre

espacios de impunidad, ante conductas que también pueden exteriorizar el disvalor

del resultado que el legislador, ha plasmado en todas las tipificaciones penales

comprendidas en el Capítulo II del Libro Segundo del C.P” [CITATION

MarcadorDePosición4 \p 199-200 \l 3082 ]

Asimismo, es importante enfatizar, que, tal como lo afirma Alonso Peña Cabrera

Freyre (2008) “Las conductas típicas antes analizadas, constituyen modalidades

dolosas de comisión (omisión), en cuanto el autor dirige su conducta (riesgo no

permitido) a la causación del resultado penalmente antijurídico, esto es, la muerte del

feto; no obstante puede que en algunos casos, la acción ilícita no se dirija

directamente a causar la muerte del feto, sino que habiéndose inferido una violencia

significativa en el cuerpo de la gestante, puede provocar también la interrupción del

embarazo”.[CITATION MarcadorDePosición4 \p 200 \l 3082 ]

6.2. Tipo penal

El articulo 118 del Código Penal regula el aborto conocido en la doctrina peruana

como preterintencional. En efecto, aquí se prescribe lo siguiente:

El que, con violencia, ocasiona un aborto, sin haber tenido el propósito de

causarlo, siendo notorio o constándole el embarazo, será reprimido con pena

privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio

comunitario de cincuenta y dos ciento cuatro jornadas.


6.3. Tipicidad Objetiva

“Aun cuando en doctrina no existe unanimidad para etiquetar esta modalidad del

aborto, en la dogmática peruana se ha decidido en aceptar como nomen iuris más

adecuado el de “aborto preterintencional”. Ello debido a que la tipicidad subjetiva se

constituye de una mixtura entre dolo en la acción inicial y culpa en la consecuencia o

acción final.”[CITATION RAM15 \p 214 \l 3082 ]

“En efecto, el presupuesto delictivo se configura cuando el agente, mediante el uso de

violencia, ocasiona el aborto sin haber tenido el propósito de causarlo, El sujeto activo

dirige una energía física sobre la mujer de la cual le consta que viene gestando o es

notoria tal circunstancia y le ocasiona el aborto sin habérsele propuesto” [CITATION

RAM15 \p 214 \l 3082 ][ CITATION RAM15 \l 3082 ]

En consecuencia, debemos establecer que tal como lo afirma el jurista Ramiro Salina

Sicha (2015), “para la configuración del aborto preterintencional se exige la

concurrencia de uno de los supuestos claramente diferenciados y previstos en el tipo

penal. En efecto, el comportamiento delictivo bien puede configurarse cuando el

embarazo sea notorio para cualquier persona incluida el agente, es decir, que la

gestación sea objetivamente evidente, o cuando el estado de gestación le conste al

agente, es decir, aun no siendo visible el embarazo, el agente sepa el estado en que se

encuentra la mujer”[CITATION REA15 \p 214 \l 3082 ]

Ahora, de lo mencionado con anterioridad, podemos establecer que de ejercer violencia

sobre la mujer gestante puede ocasionar el aborto, tal como lo afirma el Profesor

Ramiro Salina Sicha que, “El autor, haciendo uso de la violencia, actúa dolosamente

al querer lesionar la integridad física de la gestante, sin embargo, infringiendo el deber

objetivo de cuidado ocasiona la muerte del producto del embarazo. La responsabilidad

del agente salta inmediatamente, pues toda persona sabe y es consciente que, de

actuar con violencia sobre la mujer delicada por la gestación, puede ocasionar

consecuencias graves como el hacerle abortar”[CITATION RAM15 \p 214 \l 3082 ]


Como se puede constatar, en la la Resolución Superior del 19 de marzo de 1998

emitido por la Corte Superior de Lima presenta un caso real calificado como aborto

preterintencional. Aquí se señala que "a lo largo del proceso ha quedado plenamente

establecido que la acusada Blanca Esther Cóndor Apaza conjuntamente con el reo

contumaz Alejandra Apaza Condori el día dieciocho de mayo de mil novecientos noventa

y seis, en el interior del Mercado Siete de Noviembre, agredieron físicamente a la

agraviada profiriéndoles golpes, de puño, patada en las zonas de estómago y vientre,

ocasionándole a esta, quien se encontraba gestando, la pérdida de su bebe".

Asimismo, “resulta elemento constitutivo del injusto penal, la circunstancia que el

sujeto activo debe conocer o sospechar el estado de embarazo de la mujer sobre la

cual dirige su violencia, esto es, debe constarle el embarazo o ser notorio, caso

contrario, solo se encuadrará la conducta en el hecho punible de lesiones. En tal

sentido, si el estado de gravidez no es notorio ni conocido por el agente, y a

consecuencia de unos golpes se produce el aborto, no se configura el aborto

preterintencional”[CITATION RAM15 \p 215 \l 3082 ]

En efecto, “Según la redacción del tipo penal en hermenéutica, no es posible aceptar la

figura del dolo eventual en la acción inicial, pues si llegara a determinarse en un caso

concreto que el autor no obstante advertir o conocer el estado de embarazo de la

mujer y previendo la posibilidad de causar el aborto, ejerce violencia sobre ella no

importándole el resultado (lo menosprecia) ocasionándole en consecuencia el aborto,

estaremos ante a la figura del aborto no consentido. El tipo penal del artículo 118

exige que el agente no haya tenido el propósito de causar el aborto, lo que en buena

cuenta significa que no debe haberse representado el resultado aborto, caso contrario,

si hay dolo eventual en el actuar del agente, se configura simplemente el aborto no

consentido. Finalmente, para configurarse simplemente el aborto en comentario,

sostenemos que las lesiones producidas por el empleo de la violencia que ocasionó

lamentablemente la interrupción del embarazo, deberán ser de escasa gravedad, caso

contrario, de haberse producido lesiones de cierta gravedad en la integridad física de

la gestante, configurará un concurso real de delitos entre el aborto preterintencional y


el delito de lesiones simples o graves, según sea el caso.” [CITATION RAM15 \p 215 \l

3082 ]

6.3.1. Bien juridico protegido


Al igual que, las otras figuras delictivas del aborto, en el aborto

preterintencional se protege la vida dependiente, tal como lo afirma, el jurista Ramiro

Salinas Sicha (2008), “Como en todas las modalidades de aborto, esta figura delictiva

busca proteger la vida dependiente del producto de la concepción, cuando no la

integridad física o psíquica de la mujer grávida” (Salinas Sicha, 2015, pág. 216)

6.3.2. Sujeto Activo


Al respecto, el jurista Ramiro Salinas Sicha (2008), afirma que “Al no exigir el

tipo penal alguna cualidad o condición especial en el sujeto activo, este puede ser

cualquier persona, sea profesional o sin profesión, solo se excluye a la propia

gestante” (Salinas Sicha, 2015, pág. 216)

Por su parte, el jurista Jeames Reategui Sanches, del mismo modo manifiesta

que, “El sujeto activo puede ser cualquier persona” [CITATION REA15 \p 70 \l

3082 ]

6.3.3. Sujeto pasivo


Conforme al jurista Ramiro Salinas Sicha (2008), afirma que “El producto de la

gestación y la mujer en estado de embarazo, pues le privan de su gestación sin su

consentimiento, ocasionándole sin duda un perjuicio material y moral al frustrarle

su expectativa de llegar a ser madre en tiempo cerca” [CITATION RAM15 \p 216 \l

3082 ]

Asimismo, el jurista Jeames Reategui Sanches, asevera que “El sujeto pasivo lo

será el feto o embrión”[CITATION REA15 \p 216 \l 3082 ]


6.4. Tipicidad Subjetiva

De acuerdo, al jurista Ramiro Salinas Sicha (2015) “Tratándose de una conducta

delictiva preterintencional se exige que el agente actúe con dolo al momento de dirigir

la violencia sobre el cuerpo de una mujer grávida cuyo estado es notorio o le consta.

La finalidad del agente debe ser el de lesionar la salud de la embarazada y como

consecuencia de no haber previsto o sospechado el resultado, ocasiona el aborto. La

violencia de ningún modo debe ser la causa del aborto sino simplemente la ocasión

para que ello se produzca. En suma, la violencia no origina directamente el aborto,

sino que ocasiona o sirve para que el aborto se produzca incluso ayudado por otras

causas como, por ejemplo, la fragilidad de la gestante” [CITATION RAM15 \p 216 \l

3082 ]

Ahora bien, respecto al elemento subjetivo de la culpa, el jurista Ramiro Salinas Sicha

(2015) afirma que “Aparece después del uso doloso de la violencia por el agente sobre

la integridad física de la embarazada. El agente no quiere ni busca interrumpir el

embarazo que es notorio o le consta, pero este deviene como consecuencia automática

del uso de la violencia, debido que el agente infringió el deber objetivo de cuidado que

tenemos todas las personas hacia aquellas que se encuentran en el estado bendito de

embarazo. En efecto, ante una mujer con embarazo notorio, todos los demás nos

convertimos de una u otra manera en garantes para que el estado gestacional finalice

sin contratiempos, pues todos sabemos que con una actitud hostil o violenta sobre la

gestante podemos malograr el embarazo. En esa línea de interpretación, si el

embarazo no es notorio ni le consta tal estado al agente de la violencia, no es posible

atribuirle la interrupción de la gestación, pues al no ser evidente ni constarle el

embarazo, este de ningún modo se convierte en garante del embarazo. Asimismo, si se

determina que el aborto fue consecuencia de circunstancias fortuitas ajenas a la

violencia producida por el tercero, la conducta delictiva no aparece” [CITATION

RAM15 \p 216-217 \l 3082 ]


6.4.1.Violencia
De acuerdo a Alonso Peña Cabrera (2008),” La acepción de violencia debe ser

entendida de forma amplia, no podemos restringirla a la fuerza física, puede también

exteriorizarse a través de actos de coacción, de amenaza grave {vis compulsiva), que

haya generar tal pánico y angustia a la gestante, ocasionándole un estado de crisis,

que ha de desencadenar el aborto; (...) son acciones agresivas idóneas (...) así también

ha de comprenderse el uso de ciertas sustancias, barbitúricos, fármacos, etc.; que por

sus efectos nocivos puedan provocar la muerte del nasciturus, es acá donde el error

del agente puede jugar un rol fundamental, no perdamos de vista que el resultado

debió haber sido previsible y no toda circunstancia lo es. Ahora bien, la efectiva

concreción del resultado lesivo debe ser consecuencia directa de la violencia ejercida

por el autor, si ello obedeció a otro factor causal, v.gr, si el agente la golpeo, pero

aceleró los efectos de un medicamento abortivo que con antelación se le había

suministrado a la embarazada. Si el golpe le propinó una lesión leve a la gestante, por

lo que acude a su ginecólogo, quien le receta ciertas medicinas, que ella por

negligencia hace caso omiso, habiéndosele advertido, que la vida de su bebe corría

peligro, elimina la imputación objetiva, ante una eminente auto-puesta en peligro, que

podría dar lugar a un aborto culposo, por parte de la mujer, pero que no es punible

según el derecho positivo vigente”[CITATION MarcadorDePosición4 \p 211-212 \l

3082 ]

Como dice NUÑEZ, aborto,la violencia debe causar el lo que debe ser entendido

en términos normativos, no naturalísticos.

6.4.2. Embarazo Notorio


Según el jurista Alonso Peña Cabrera (2008) “Coincido con SOLER en el sentido

de que la "notoriedad", no debe ser valorada conforme a una percepción generalizada,

sino que sea evidente y manifiesto para el autor al momento en que se ejecuta la

violencia. Según dato a saber, es que se podrá tomar conocimiento del embarazo, a

partir de ciertos elementos de juicio, que puedan hacer constar el autor el estado de

gravidez de la mujer. Se dijo que el embarazo se hace notorio a partir del tercer mes,
pero antes de ello, puedan aparecer otros factores que puedan hacer constar el

mismo. Con ello, ciertas personas pueden manejar ciertas informaciones que hagan

advertir dicho estado, nos referimos a quienes ostentan una proximidad de parentela

con la embarazada; en primera línea, el padre del embrión, quien es por lo general, el

primer enterado de la noticia, quien la acompaña al médico, etc., así cualquier otro

pariente que haya tomado conocimiento del embarazo. Lo que deberá acreditarse con

las pruebas que se ventilen en el proceso penal” [CITATION MarcadorDePosición4 \p

203 \l 3082 ]

6.5. Antijuricidad

Una vez que se ha verificado la concurrencia de los elementos objetivos y

subjetivos de la tipicidad del aborto preterintencional, al operador jurídico le

corresponderá verificar si la conducta típica es antijurídica o conforme a derecho.

En ese sentido, Ramiro Salinas Sicha (2015), afirma al respecto” En esta etapa

se determinará si en la conducta inicial, esto es, el uso de la violencia efectuada por el

agente sobre la gestante, fue realizada por una causa de justificación, como puede ser

el estado de necesidad justificante o ante un miedo insuperable. Si llega a

determinarse que en la conducta típica de aborto preterintencional no concurre

alguna causa de justificación estaremos ante una conducta típica y antijurídica.

[CITATION RAM15 \p 217 \l 3082 ]

6.6. Culpabilidad

Ante la conducta abortiva típica y antijurídica, el operador jurídico deberá

analizar si es pasible de ser atribuida personalmente a su autor, es decir, analizará si

es posible que el aborto preterintencional típico y antijurídico sea atribuible

penalmente al autor de la violencia.

En efecto, el jurista Ramiro Salina Siccha (2015), afirma que”primero se verificará

si el agente del aborto es imputable, es decir, mayor de 18 años de edad y no sufre

alguna anomalía psíquica. Una vez verificado que el autor del delito es imputable,
corresponderá determinar en seguida si al momento de desarrollar la conducta

abortiva conocía que su acto era contrario al derecho (conocía la antijuridicidad de su

conducta).Luego, de verificarse que el autor de la violencia, es imputable y conocía

perfectamente la antijuridicidad de su conducta, corresponderá analizar si en lugar de

hacer uso de la violencia sobre la mujer gestante, le era exigible otra conducta, es

decir, le era exigible no hacer uso de la violencia y, de ese modo, respetando el

embarazo, evite la interrupción violenta de la gestación. Si se determina que al agente

no le era exigible otra conducta en el caso concreto por concurrir un estado de

necesidad exculpante, la conducta no será culpable”[CITATION RAM15 \p 217-218 \l

3082 ]

6.7. Consumacion

Ahora bien ,“El delito se perfecciona al producirse la muerte real del producto de la

concepción. Al intervenir el elemento culpa como requisito sine qua non del delito en

hermenéutica, es imposible la participación. En el caso que dos o más personas

actúen violentamente sobre la mujer grávida, todas responderán a título de coautores.

No obstante, si se concluye que alguno de ellos no conocía el estado gestacional de su

víctima, no responderá por el aborto preterintencional, limitándose a responder solo

por las lesiones que se hubieran producido”.[CITATION RAM15 \p 218 \l 3082 ]

6.8. Tentativa

“Al sancionarse la conducta delictiva a título de preterintencionalidad, donde

concurre el elemento culpa, es imposible que se quede en el grado de tentativa. No

obstante, resulta discutible si aparece la tentativa en el caso que como producto de la

violencia que recibió la mujer gestante, esta expulsa el feto, pero gracias a su

viabilidad ya intervención de terceros, logra sobrevivir. Por nuestra parte, pensamos

que es posible hablar de tentativa en este único supuesto”. [CITATION RAM15 \p 218

\l 3082 ]
6.9.Penalidad

“El sujeto activo de la presente conducta ilícita y dependiendo de la forma y

circunstancias en que actuó, así como a su personalidad podrá ser merecedor de una

pena privativa de libertad que oscila entre no menor de dos días ni mayor de dos años,

o con prestación de servicio comunitario de cincuenta y dos a cincuenta y cuatro

jornadas”.[CITATION RAM15 \p 218 \l 3082 ]

6.10. Concurso de Delitos

Ahora el autor Alonso Peña Cabrera (2008) estable al respecto que “El tipo penal

in comento, tiene como núcleo rector, el empleo de violencia, que debe causar la

muerte del feto; empero, dicha fuerza (física y/o psicológica), también puede propinar

lesiones graves, hasta la muerte de la gestante. Un conflicto aparente de normas

penales aparece cuando dos tipificaciones penales, por compartir elementos comunes

en el contenido del in- justo, pueden resultar siendo aplicables ambas. Con tal motivo,

se utilizan ciertos criterios delimitadores, que permiten hacer desplazar una figura

delictiva, optando por la otra, por adecuarse con mayor precisión a los hechos materia

de valoración-. De ahí se habla de los principios de consunción, subsidiariedad y de

especialidad. En este caso, la violencia debe ser interpretada como el medio comisivo,

que da lugar a la producción del resultado, mas no puede ser entendida gestante,

como aquella que ha de incidir también en la Dicho así: la aplicación del tipo penal del

artículo 118°, no puede llevar en algunos casos, a consumir por entero, aquellas otras

afectaciones lesivas, que deben ser re- putadas como lesiones o, inclusive un

homicidio de la embarazada, siempre y cuando se cumplan con las exigencias

normativas que se contemplan en cada una de estas descripciones típicas. Si las

lesiones no llegan a causar mayor afectación a la mujesis , no ajustables al artículo

122°, se deberá penalizar sólo por el artículo 118°, dejando de lado la posibilidad de

ser reprimidas a título de falta contra las personas. [CITATION MarcadorDePosición4

\p 204 \l 3082 ].
CAPÍTULO VII

ABORTO TERAPÉUTICO

7.1. Tipo Penal:

Artículo 119.- Aborto terapéutico.

No es punible el aborto practicado por un médico con el consentimiento de la

mujer embarazada o de su representante legal, si lo tuviere, cuando es el único medio

para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y

permanente.

7.2. Nociones Generales:

Se trata de un caso en que el ordenamiento jurídico, con carácter excepcional y

bajo estrictos requisitos de necesidad autoriza la destrucción 1; cuya inclusión expresa

en el texto punitivo obedece a la necesidad de que su admisión -como eximente de

pena- haya de tomar lugar, bajo la concurrencia de una serie de presupuestos 2. Es

efectivamente una causa de justificación, escribe DIEZ RIPÓLLES, de estado de

necesidad específico cuya peculiaridad más remarcable reside en que la ponderación

de intereses, además de ocupar un lugar destacado, por un lado, determinados

intereses de las embarazada, como su vida e integridad física y psíquica o si derecho a

una maternidad no impuesta, y de la sociedad, como el aseguramiento de la calidad

de vida de sus ciudadanos, y por otro, el interés social en la vida del nasciturus, se

añaden otros intereses, que he denominado sociales instrumentales 3. Continúa, el

autor, señalando que parece claro que estos últimos intereses, que enriquecen la

ponderación y que son los que termina destacando la balanza a favor de la

intervención abortiva, tienen una naturaleza estrictamente político-criminal,

basándose en razones de oportunidad y conveniencia originariamente extrapenales o

penales supra-específicas, según los casos4.

Los únicos intereses que puede justificar penalmente un aborto, son aquellos

que tienen ver con la incolumidad de la vida humana, que se ponga en riesgo la salud

1
HIRSCH; Adecuación Social y teoría del Injusto, cit., p. 47.
2
Vid.; al respecto, CARBONELL MATEU, J.C./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Aborto, cit., p. 125; GONZÁLEZ
CUSSAC, J. J.; El aborto. Lesiones al feto, cit., p. 127
3
DIEZ RIPÓLLES, J.L.; La categoría de la Antijurícidad en Derecho Penal, cit, p.438
4
DIEZ RIPÓLLES, J.L.; La categoría de la Antijurícidad en Derecho Penal, cit., p. 438.
de otra persona, en este caso de la madre. Así, LUZÓN PEÑA al sostener que nó es

admisible el estado de necesidad ante peligros para la sociedad, p.ej., para la salud

pública en el futuro ante un feto portador de alguna enfermedad contagiosa, pues

caben otras medidas para conjurar el peligro tras el nacimiento5.

En el caso del aborto terapéutico se ingresa a un plano valorativo en suma

complejo, pues por más que se diga que la vida de la gestante ostenta preponderancia

frente a la esperanza de vida (feto) 6, se trata de todas formas de la eliminación de una

vida humana, de común idea con lo previsto en la Ley Fundamental y el Código Civil.

No obstante, la valoración procede de conformidad con los intereses a proteger,

dependiendo también del resto de presupuestos que deben concurrir para que pueda

admitirse el estado de necesidad justificante: el consentimiento de la madre y que no

exista otro medio menos traumático para poder conjurar el peligro.

El orden jurídico debe valorar positivamente los intereses de la gestante, que se

ponen en juego en el embarazo, vgr., el desarrollo de su personalidad, su

inviolabilidad personal, y de que se preserve su propia existencia, en cuanto a una

proyección ya plasmada en ciertas relaciones sociales. Cuando su vida o salud se

encuentren realmente en peligro, no resultará justificable, cuando la gestante

pretende cautelar su integridad estética, por ejemplo, para guardar su figura.

Los casos más frecuentes de abortos necesarios son lo de graves vómitos

incoercibles (toxamia gravídica), estado epiléptico, esterosis mitral, cólera gravídica,

insuficiencia cardiaca y gravidez ectópica, mediando las cuales el médico se ve forzado

a interrumpir la gravidez con la muerte del feto o del embrión 7.

Ello debe ir aparejado con un diagnóstico médico debidamente certificado por

los médicos tratantes; debe constituir una enfermedad o mal de tal gravedad que

ponga en serio riesgo la vida y/o salud de la embarazada, objetivamente idóneo para

que pueda producirse su muerte o lesiones graves.

5
LUZÓN PEÑA, D.M.; Indicaciones y Causas de Justifícadón en el Aborto. En: Cuadernos de Política
Criminal, N" 36, EDERSA, Madrid, 1998, cit., p. 630; Asf, CEREZO MIR, J.; Curso de Derecho Penal
Español, II, cit., ps. 279-283; BUSTOS RmÍREi^'S.rManual de Derecho Penal. Parte General, cit., p. 217.
6
Asi, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. III, cit, p. 128.
7
PEÑA CABRERA, R.; Estudios de Derecho Penal. Delitos contra la vida..., cit., p. 258
En todo caso, la realización del aborto no puede determinar un riesgo mayor

que el que trata de prevenirse8. El consentimiento de la madre, por tanto, resulta

fundamental, para que pueda admitirse la presencia del estado de necesidad

justificante (precepto autoritativo), en la medida que no se puede forzar a la gestante a

continuar con un embarazo que puede desencadenar su propia muerte, pero tampoco

se le puede obligar (conminar) a que se someta a la práctica abortiva, sólo a partir de

una decisión libre y debidamente razonada, podrá ésta realizarse. Si de las propias

maniobras abortivas, acaece la muerte de la embarazada, no será posible atribuir

responsabilidad penal al médico9, en cuanto su actuación se sujeta al riesgo

permitido, a menos que se haya ejecutado en contravención a las normas que rigen

la /ex artis.

En el caso de que el médico proceda a realizar la operación abortiva, sin haber

recabado el consentimiento de la embarazada, sea porque se encuentra inconsciente y

ante la ausencia de su representante legal, no se dará la justificante en cuestión, pero

el médico será eximido de sanción penal, amparado en el ejercicio legítimo de un

derecho; no perdamos de vista que la principal función de un galeno importa la

salvación de vidas humanas.

El tema de que el representante legal sustituya a la embarazada, en lo que

respecta al consentimiento del aborto, puede presentar ciertas problemáticas; piénsese

en elícaso del padre más interesado de que nazca su hijo, por lo que se muestra

renuente a que le practiquen el aborto a la madre, y finalmente ésta muere.

Tremendas potestades deben ser de cierta forma limitadas, para evitar abusos

y arbitrariedades. En todo lo no dicho, sobre este punto, es aplicable lo analizado en el

marco del Aborto consentido (art. 115° del C.P.). Se habla en todo caso, de un

consentimiento libre de vicio, que pueda afectar una decisión que debe reflejar la

voluntad de la madre. No cabe en este caso el consentimiento presunto10.

El médico o médicos deben explicar a la madre, con claridad y precisión, la

naturaleza de la complicación surgida por el embarazo y el riesgo que representa para

8
GONZÁLES Rus, J. J.; El aborto. Lesiones al feto, cit., p. 128.
9
Así, STRATENWERTH, G.; Derecho Penal..., cit., ps. 250-251.
10
Asi, GONZÁLES RUS, J. J.; El aborto. Lesiones al feto, cit., p. 125.
la vida o su salud11. Por otro lado, si el médico que realice el aborto, debe ser uno

calificado profesionalmente, esto es, que cuente con el diploma correspondiente, a fin

de evitar colocar en mayor riesgo la vida de la embarazada. Eso sí, no es necesario que

sea un especialista (ginecólogo), basta con que maneje los procedimientos médicos de

acuerdo a las reglas de la /ex artis12.

Sería discutible, el tema, cuando como consecuencia de los propios actos de la

embarazada, su vida se pone en peligro, cuando interviene en deportes de alto riesgo o

el consumo de sustancias prohibidas. La lege lata no dice nada al respecto, y no se

pone dicha condición, no se podrá condicionar el aborto a que el peligro de su vida y/o

salud sea consecuencia de factores ajenos a su ámbito personal de organización.

Lo que, si debe quedar claro, que la mujer tiene plena potestad, de continuar

con su embarazo, y así poder dar a luz a su hijo; un sentimiento de tal espiritualidad

no puede ser resquebrajado so pena de proteger bienes jurídicos preponderantes,

entonces las normas no pueden ir en contra de un derecho natural. En palabras de

SOLER, en caso de peligro para la vida de la madre, la ley, para lo cual la vida de ésta

es más valiosa, puesto que no la sacrifica forzosamente a la del hijo, respeta, sin

embargo, la decisión de aquélla, respeta su derecho, heroico si se quiere, a la

maternidad y el reconoce a ella, sólo a ella, el derecho de optar entre su propia vida y

la del hijo13. Ante ausencia de algunos de los elementos que se exigen para la admisión

de la justificante, se debe aplicar la fórmula del artículo 21° del C.P. En resumidas

cuentas, la justificación axiológica, en cuanto a una ponderación de bienes jurídicos

en conflicto, dando prioridad a la vida de la madre, no admite cuestionamiento

doctrinal alguno; en tal virtud, los terceros que participan (enfermo, anestesista, etc.),

en la acción justificante, se benefician con la eximente proclamada, siguiendo la

postura de una accesoriedad limitada.

Información recopilada de: [CITATION Fre08 \p 205-209 \l 2058 ]

11
HURTADO POZO, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 98.
12
Así, HURTADO POZO; J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 95; PEÑA CABRERA, R.;
Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., ps. 218 y ss.
13
SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. III, cit., p. 128.
7.3. Conflicto De Intereses:

En la figura impune del aborto necesario, se presenta un conflicto de intereses

entre dos circunstancias de desarrollo de un mismo bien jurídico como es el derecho a

la vida: el desarrollo a la vida independiente y cierta de la gestante, reconocida como

persona, y el derecho a la vida dependiente e incierta del producto de la gestación,

identificación como esperanza de vida o vida en desarrollo. Este es un ser en el que

recién comienza la vida humana. Circunstancia, que objetivamente no pueden ser de

la misma magnitud. Hecho evidente que el legislador en el momento histórico de

legislar no puede soslayar en la escala de valores impuestos en el Código Penal. El

fallecimiento de la gestante es un mal de mayor entidad que la eliminación de lo que

ha venido a denominarse “proyecto o esperanza de persona humana”. Situación que se

evidencia en el hecho concreto que se castiga más severamente al produce la muerte

de una persona (homicidio, asesinato, parricidio, etc), que al que ocasiona un aborto.

En doctrina ha quedado que la vida autónoma y cierta de la gestante, de modo

alguno, puede ser igual a la vida dependiente e incierta del producto del embarazo. Su

rango en la consideración social y su potencia vital son plenamente diferenciables, lo

que ha sido acepta por nuestro legislador y finalmente, plasmado en nuestro sistema

jurídico desde mucho tiempo atrás.

Información recopilada de:[CITATION Sal19 \p 276-277 \l 2058 ]

7.4. Derecho Comparado:

Este artículo tiene como antecedentes el art. 163° del Código Penal de 1924,

que constituía una descripción exacta del art.107° del Proyecto Suizo de 1918, la

única diferencia respecto a la regulación actual es la referencia al representante

legal14.

En la legislación comparada en el artículo 417 inciso 1 del Código Penal

español, se señala que el aborto no es punible cuando: “sea necesario para evitar un

grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada y así conste en

un dictamen emitido con anterioridad a la intervención por un médico de la

14
Art. 163: “No es reprimióle el aborto practicado por un médico con consentimiento de la mujer encinta, si no hubiere
otro medio de salvar la vida de la madre o evitar en su salud un mal grave y permanente.”
especialidad correspondiente, distinto de aquel por quien o bajo cuya dirección se

practique el aborto. En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante, podrá

prescindir del dictamen y el consentimiento expreso”. Alemania también consagra esta

indicación en el artículo 218, II: “La interrupción del embarazo realizada por un

médico con el acuerdo de la embarazada no será ilegal cuando la interrupción sea

indicada por el reconocimiento médico, considerando las circunstancias presentes y

futuras de la embarazada, para evitar un peligro para la vida o el peligro de y de un

perjuicio notable del estado salud corporal o mental de la embarazada, y el peligro no

pueda ser evitado de otra manera exigible a ella”. En nuestra región consagran esa

indicación: Argentina (Art. 86 inc.1: “Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para

la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios”);

Brasil (Art. 128, inc. 1); Bolivia (art 266: “tampoco será punible si el aborto hubiere

sido practicado con el fin de evitar un peligro para la vida o salud de la madre, y si

este peligro no puede ser evitado por otros medios”); Paraguay (Art. 109: “No obra

antijurídicamente el que causar indirectamente la muerte del feto mediante actos

propios del parto si ello, según los conocimientos y la experiencias del arte médico,

fuera necesario e inevitable para desviar un peligro serio para la vida o la salud de la

madre”); Uruguay (Art. 328 inc. 3: “Si el aborto se cometiere sin disminuida de un

tercio a la mitad, y si se efectuare con su consentimiento o para salvar su vida, será

eximido de pena”).

El legislador ha entendido que no se puede establecer cargas

desproporcionadas, sobre los derechos de la mujer, pues se trata de eventos en los

cuales está amenazada su salud y su vida. El estado no puede imponer a la mujer

embarazada sacrificios heroicos, exigiéndole la declinación de sus propios derechos en

beneficio de terceros o del interés general. La sanción penal de aborto en este

supuesto implicaría el sacrificio de la vida independiente (ya formada), por la

protección de la vida en formación, lo que resultaría a todas luces excesivo. La

punición del aborto en este supuesto resultaría inconstitucional, ya que en esta

hipótesis concreta no hay ni siquiera equivalencia entre el derecho no solo a la vida,

sino también a la salud de la propia madre, respecto de la salvaguardia de la vida del


nasciturus. Nuestra ley siguiendo una concepción valorativa de la vida, ha privilegiado

la protección de la vida y salud de la gestante.

Información recopilada de:[CITATION Gál11 \p 619-620 \l 2058 ]

7.5. ¿El Aborto Terapéutico Es Un Estado De Necesidad Exculpante?

Un sector de la doctrina ha señalado que este precepto es innecesario, por

cuanto este se halla contemplado dentro de los supuestos de estado de necesidad.

Aun cuando resulta interesante esta perspectiva, consideramos que se pueden

establecer diferencias entre ambos supuestos; así, por ejemplo, respecto al estado de

necesidad justificante, en el presente caso (Aborto terapéutico) se establecen

exigencias distintas a las establecidas en el inc. 4 del artículo 20° del CP, así: no se

requiere de la existencia de un peligro actual o inminente, se restringe a la persona

que pueda conjurar al peligro, que en este caso solo puede ser un médico, y no

terceros; y, por último, en el caso del aborto terapéutico juega un papel primordial el

consentimiento de la mujer embarazada, lo que no sucede en un estado de necesidad

justificante15.

De otro lado, tampoco puede asimilarse a un estado de necesidad disculpante o

exculpante16. Esta causa especifica de no exigibilidad estamos frente a un supuesto de

colisión de bienes de igual valor, lo que no se da en el caso materia de análisis, ya que

como se ha señalado anteriormente, no existe equivalencia entre los derechos a la vida

y la salud de la madre respecto de la salvaguarda de la vida del nasciturus 17.

En tal sentido, creemos que no se puede asimilar este tipo de aborto a un

supuesto de estado de necesidad exculpante, sobre todo, por las consecuencias

jurídicas que ello puede originar, puesto que en el caso del estado de necesidad

exculpante, la conducta únicamente no es culpable, siendo típica y antijuricidad, por

15
ROY FREYRE: Ob. Cit. p. 279; CREUS: Ob. Cit. p. 62; PEÑA CABRERA: Oh. Cit. p. 240-241; DONNA: Ob. Cit. p. 87:
“(...)Se debe hacer notar que, como es realizado por el médico y con fines terapéuticos, no es necesario que se den ciertas
condiciones inherentes al estado de necesidad, tales como la actualidad, la no inminencia del mal que se quiere evitar.
Sólo es necesario que el peligro exista, basado en la propia Lex Artis".
16
GARCÍA CAVERÒ, Percy: El Aborto Terapéutico. Una propuesta de interpretación dogmática. En Gaceta Penal &
Proceso Penal. Tomo 7, Gaceta Jurídica, Lima, 2010, pp. 107 y 108, considera que el aborto terapéutico no puede ser
considerado como una causa de justificación general o específica, pues no hay manera de sostener que la salud o vida de
la madre resulta más valiosa que la vida del feto
17
BRAMONT ARIAS-GARCÍA CANTIZANO: Ob. Cit. p. 92, señalan que la importancia de la vida y la salud de la
madre se equiparan en una misma escala de valores, por lo cual no hay mayor inconveniente en admitir en estos casos
un estado de necesidad exculpante.
lo que deja vigente otros tipos de responsabilidad penal; en cambio en el caso del

aborto terapéutico, la conducta no es antijuridica, por lo que queda exenta de todo

tipo de responsabilidad.

A modo de conclusión podemos señalar que esta indicación constituye una

particular justificación del aborto consentido, eliminado la antijuricidad, lo que no

impide que concurra otras causas de justificación, siempre y cuando concurran sus

requisitos; asi, se puede aplicar la eximente del estado de necesidad justificante,

cuando se cumplan todos los requisitos en aquellos supuestos no comprendidos en el

art. 119 bis, vg. Cuando el aborto no es practicado por medico no se cuenta con el

consentimiento expreso de la gestante18. Tampoco hay inconveniente en admitir una

eximente incompleta (art. 21 del CP), ya que como bien señala BAJO FERNANDEZ: “

(…) la voluntad de la ley al establecer la exenciones del art. 417 bis (…) es ampliatoria

de las causas de exención de responsabilidad criminal, por lo que no tiene sentido

incluir dentro de la voluntas legis, la finalidad de excluir las fórmulas intermedias de

atenuación por eximente incompleta. Razones de equidad facultan la aplicación de las

analogías in bonam parte (…).

Información recopilada de: [CITATION Gál11 \p 621-623 \l 2058 ]

7.6. El Caso L.C Vs. Perú Como Precedente Fundamental Para La

Promulgación De La Guía Técnica.

El 18 de junio de 2009, la menor de iniciales L.C, representada por el Centro

de Derechos Reproductivos y el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos

Sexuales y Reproductivos, presentó una denuncia argumentando que los hechos

enumerados constituyen una violación de los artículos 1, 2, 3, 5, 12 y 16, párrafo 1 e),

de la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la

18
MUÑOZ CONDE: Ob. Cit. p. 92; ROMEO CASABONA: Ob. Cit. p. 183; CREUS: Ob. Cit. p. 62-63; RODRÍGUEZ
RAMOS: Ob. Cit. p. 74-75; CASTILLO ALVA: Ob. Cit. p. 198, señala que se trata de una eximente específica, aunque
precisa que tiene una estructura común al de una causa de justificación, constituida por una situación de necesidad y
apremio para bienes de carácter personal; VILLA STEIN: Ob. Cit. p. 184, por el contrario sostiene que se trata
únicamente de un estado de necesidad justificante, de que se puede colegir que para dicho autor la regulación del art.
119° del CP es innecesaria; También refrenda esta tesis SILPREDO: Ob. Cit. p. 250, quién precisa que el actuar del
profesional también puede ser amparado por otras causas de justificación, como el d obrar por disposición de la ley, en
cumplimiento del deber o en ejercicio legítimo de su profesión o cargo (Inc. 8 del art. 20 CP).
mujer , así como de la Recomendación general Nº 24 del Comité sobre la mujer y la

salud.

Dentro del texto de la CEDAW, cita el derecho a no recibir trato inhumano ni

cruel, no ser sujeto de discriminación, especialmente por razones de matrimonio o

maternidad, imputando al Estado, quien rechazó categóricamente dichas afirmaciones

en los diferentes escritos de defensa. En breve, el Comité debía decidir si la negativa

del hospital a realizar el aborto terapéutico a L. C. previsto en el artículo 119 del

Código Penal y la programación tardía de su operación de columna dieron lugar a una

violación de sus derechos a tenor de la Convención. “(…) el Comité considera que,

debido a su condición de mujer embarazada, L. C. no tuvo acceso a un procedimiento

eficaz y accesible que le permitiese establecer su derecho a los servicios de atención

médica que su estado de salud física y mental requería. Estos servicios comprendían

tanto la operación de columna como el aborto terapéutico (…) “El Comité señaló que el

Estado Peruano era responsable por las imputadas violaciones a la Convención, por lo

que deberá:

1) Revisar su legislación para el acceso efectivo al aborto terapéutico. b) Revisar

su legislación para despenalizar el aborto por violación sexual. c) Informar

sobre los avances de la implementación a través de informes escritos al

Estado peruano. Sobre esta decisión, consideramos que el dictamen del

CEDAW, ha ignorado la defensa presentada por el Estado peruano, en tanto

del dictamen emitido, no se desprende que haya existido una adecuada

valoración de los argumentos del Estado ni mucho menos una motivación

suficiente para declararlo responsable. Segundo, el CEDAW ignora

absolutamente el orden constitucional interno peruano e impone como

obligación la revisión de la legislación peruana para despenalizar el aborto

por violación sexual, así como regular el aborto terapéutico, obviando la

protección y reconocimiento del derecho constitucional a la vida del

concebido, tal como hemos desarrollado en el primer capítulo del presente

trabajo. Tercero, el CEDAW es un comité dentro del sistema de Naciones

Unidas, y por lo tanto, “sus funciones son meramente consultivas, pues no


constituyen tribunal de justicia alguno. En definitiva, se trata de órganos

políticos, pues no representan el papel legislativo o judicial.” Cuarto y último,

la decisión del comité fue la semilla principal mediante la cual se reactivó el

debate para la redacción del protocolo de aborto terapéutico, que fue

impulsado también por diferentes organizaciones no gubernamentales,

quienes no solo patrocinaron el caso de la menor ante el CEDAW, sino que se

encargaron de llevar a cabo una agresiva campaña mediática orientada a

victimizar a la menor y a responsabilizar al Estado peruano por no garantizar

el acceso a un aborto terapéutico seguro. Nosotros sostenemos que el Estado

debió ante este caso, velar por la óptima atención a la menor, tener un rol

más activo en la defensa jurídica y, sobre todo, centrar sus esfuerzos en la

formulación y ejecución de políticas públicas que permita educar a la

población, para así reducir los casos de violencia sexual contra la mujer.

CAPÍTULO VIII

ABORTO SENTIMENTAL Y EUGENÉSICO

En el año 1990, existía un proyecto en el cual se estipulaba la impunidad del

aborto sentimental y eugenésico, junto al aborto terapéutico, ello para que estos tipos

de aborto sean considerados impunes ya que se pretendía proteger el derecho a la

libertad de la madre sobre todo, sin embargo en el texto definitivo de 1991 se descarta

esta idea, teniendo solo como licito el aborto terapéutico, aunque es de verse que a

pesar de ser considerados como ilícitos tanto el aborto sentimental y eugenésico, estos

recibieron penas mínimas. La principal razón por la cual se mantuvo como punibles el

aborto ético y eugenésico la encontramos en La Exposición de Motivos del Código

Penal de 1991 en las Innovaciones propuestas en la Parte Especial el cual refiere lo

siguiente: "También dentro del mismo título, el Código Penal prevé como delitos el

aborto sentimental (o ético) y el eugenésico. De esta manera se protege el derecho a la

vida del ser en formación, amparado constitucionalmente (art. 2 inc. 1), pues al que

está por nacer se le considera nacido para todo cuanto le favorece", con ello se
obedeció a una concepción de protección a la vida del ser en formación, que si bien

aún no es persona ya tiene la concepción de concebido, entendiendo además que

constitucionalmente merecía protección; se debe resaltar también que hubo una fuerte

presión por aquellas personas que protegían sobre todo el derecho a la vida, es así

como hubo una fuerte influencia para ser considerado como punible este tipo de

aborto, dejándose llevar el legislador en cierta forma por el populismo formado por la

sociedad.

Se sostiene que la vida del nasciturus es un bien jurídico protegido de forma

constitucional según el art. 2 inc 1 de la Constitución Política del Perú: “(…) El

concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece”, por lo que se debe

entender que las decisiones de la madre para la interrupción de la gestación vienen a

ser punibles, ello le interesa al Estado, sociedad y al legislador, asimismo se hace

mención que todos los tipos de aborto son punibles con excepción del terapéutico, el

cual es licito por las características que este contiene señalado en el Código Penal art.

119°, primando la protección de la vida de la madre. En la misma línea se tiene que el

derecho a la vida del nasciturus no puede ser de forma absoluta, ya que el ver todos

los tipos de aborto de forma punibles se genera la preminencia de la vida del

nasciturus incluso por encima de la de los derechos fundamentales de la madre, como

es el derecho a su libertad y autonomía personal; pues, de ser así se estaría

desconociendo la dignidad de la gestante y reduciéndola a un mero objeto de

procreación, carente de derechos, es por ello que existe como forma licita el aborto

terapéutico, para de esta forma demostrar al menos en un aspecto aparente la

protección de los derecho fundamentales de la madre, en tal sentido el conflicto

presentado por la vida del concebido y los derechos de la mujer gestante deben ser

examinados para una correcta proporcionalidad.

Bajo esta perspectiva, “Nuestro Código Penal ha consagrado una prohibición

general del aborto con excepción del terapéutico, y en el caso del aborto ético y

eugenésico, si bien establece la atenuación de la pena debido a la especial afectación

de ciertos derechos fundamentales de la mujer embarazada, como su dignidad y libre


desarrollo de su personalidad, aún sigue atribuyendo responsabilidad penal a la

gestante”19[CITATION MarcadorDePosición1 \p 636-637 \l 10250 ].

Una regulación en este sentido es evidentemente desproporcionada, pues, en

definitiva, el hecho sigue siendo punible, y en esa medida continúan afectándose

gravemente los bienes constitucionalmente relevantes de la mujer gestante. Esto es

más evidente en el caso del aborto sentimental, en el cual se desconoce totalmente la

dignidad y el libre desarrollo de la personalidad de la mujer gestante, cuyo embarazo

no es producto de una decisión libre y consentida, sino el resultado de una acción

delictiva, que, al obligar a la mujer a seguir adelante con tal embarazo, se la desconoce

como sujeto autónomo de derechos. La mujer que, como consecuencia de una

vulneración de tal magnitud a sus derechos fundamentales, queda embarazada no

puede ser jurídicamente obligada a adoptar comportamientos heroicos, obligándola a

asumir sobre sus espaldas la enorme carga vital que implica la continuación del

embarazo en esas condiciones, considerándola únicamente como un instrumento útil

de procreación20. En estas condiciones cuando una mujer ha sido violada o

instrumentalizada para procrear, lo excepcional y admirable- lo heroico-, consiste en

que adopte la decisión de mantener su embarazo hasta el final, la mujer tiene derecho

a continuar su embarazo, si tiene el coraje para hacerlo de acuerdo a su conciencia,

pero no puede ser obligada a procrear ni ser objeto de sanción penal por hacer valer

sus derechos fundamentales y tratar de reducir las consecuencias de su violación.

[CITATION MarcadorDePosición1 \p 637 \l 10250 ].

“La penalización de la mujer significaría la aplicación de un doble castigo, el

primero constituido por la propia violación sexual, y luego, el Estado, a partir de una

obtusa penalización, amenaza su libertad”[CITATION Peñ09 \p 37-38 \l 10250 ].


Resultando incoherente que el Estado obligue a la mujer a la que se le quebranto su

19
Reyna Alfaro, Luis Miguel: Reflexiones sobre las propuestas de descriminalización del aborto eugenésico y
sentimental. En Gaceta Penal & Proceso Penal. Tomo, 4, Gaceta Jurídica, Lima, 2009, p. 29
20
Carbonell Mateu- Gonzales Cussac: ob. Cit. P.115: “si el ordenamiento hubiera optado por obligar a la mujer a
continuar su embarazo-pese a que tal continuidad sea valorada positivamente-, habría ignorado el valor superior
que tiene el libre desarrollo de la personalidad y la dignidad de la persona humana, así como que el hombre,
específicamente la mujer es un fin en si mismo, y de ninguna manera puede considerarla como ya dijera Kant, un
simple medio o instrumento”.
libertad sexual, a llevar en su vientre a un hijo no deseado, ello es contrario a la

esencia de la dignidad humana y a la libertad de la misma, vulnerando de esta forma

derechos fundamentales de la mujer como persona.

Con la punibilidad del aborto eugenésico o embriopático también se afectan los

derechos fundamentales de la mujer de manera desproporcionada e irrazonable, ya

que nuevamente se exige a la madre una posición de heroína, al exigirle que se haga

cargo de un niño con graves anomalías que afectarían su propia vida, situación que

involucra la realización de su proyecto de vida, que se vería frustrado al tener que

soportar la permanente atención y cuidado que ameritaría el nacimiento de un niño

con estas características, situación que implicaría la propia afectación a la propia

dignidad del niño21[CITATION MarcadorDePosición1 \p 638 \l 10250 ]. La regulación


penal del aborto debe tener como punto de partida, por las razones antes expuestas,

que la mujer es un ser humano digno, por tanto se merece una protección que permita

su optimo desarrollo integral, es decir que le permita alcanzar su proyecto de vida, por

lo que debe ser tratado como un sujeto de derechos y no como un objeto de

procreación; asimismo no se le debe desconocer a la mujer el desarrollo de su

personalidad, lo cual le permite elegir cuando, como y con quien desea engendrar un

hijo; a propio juicio la protección del concebido, afecta de forma grave y

desproporcionada los derechos de la mujer ,por ello es que se puede ver la protección

del aborto de forma inconstitucional. Tal posición no afecta que se dé un análisis

dogmático de estos delitos, los cuales pasaran a ser detallados a continuación.

8.1. Aborto Sentimental o Ético

8.1.1. Tipo Penal

El aborto sentimental que ha generado múltiples y nada pacíficos debates

doctrinarios, se encuentra regulado en el inciso 1, artículo 120 del Código Penal de la

manera siguiente:

21
Carbonell Mateu- Gonzales Cussac: ob. Cit. P 116: “No se trata así de que la vida prenatal no posea tanto valor
como en el supuesto en que las taras no existan, sino que se produce un conflicto mayor con el derecho al libre
desarrollo de la personalidad de la mujer, para quien continuar con el embarazo puede suponer un trauma muy
grave”.
El aborto será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres

meses:

1. Cuando el embarazo sea consecuencia de violación sexual fuera del

matrimonio, o inseminación artificial no consentida y ocurrida fuera del

matrimonio siempre que los hechos hubieren sido denunciados, o

investigados cuando menos policialmente.

El aborto ético, llamado también sentimental o humanitario es aquel que se

realiza sobre el feto o embrión cuando el embarazo proviene de delitos sexuales o de

técnicas de reproducción asistida (inseminación artificial propiamente dicha) no

consentida y ocurrida fuera del matrimonio. Nuestra norma penal exige como requisito

a fin de que pueda favorecerse con esta atenuante, que los hechos violatorios o

contrarios a la voluntad, hayan sido denunciados o investigados al menos,

policialmente.

8.1.1.1. El embarazo como consecuencia de una violación sexual

Nuestra norma penal establece que el embarazo debe ser con secuencia

de un delito de violación sexual; el problema se suscita al momento de

establecer cuáles son los alcances de esta referencia. Al respecto pueden

esbozarse tres posiciones, la primera de ellas, que privilegia una interpretación

literal, entiende que la expresión utilizada por nuestro legislador abarca

únicamente aquellos embarazos que se han producido como consecuencia de

la conducta típica prevista en el art. 170° de nuestro Código Penal 22; una

segunda posición postula que la expresión utilizada en la configuración de esta

atenuante debe-englobar a todos los delitos contra la libertad e indemnidad

sexual, ya que no existe un razón válida para restringir la referida atenuante a

los casos del art. 170° del Código Penal, pues, en todos estos casos el

fundamento sería el mismo23; una tercera posición a la que podríamos

denominar mixta, señala que la expresión “violación sexual” abarca, en

22
Bajo Fernández: ob. Cit. P. 124 (desde la perspectiva del código español derogado)
23
CASTILLO ALVA: Ob. Cit. p. 240, sostiene que la referencia a la violación sexual debe comprender a todos los
delitos contra la Libertad Sexual, incluyendo la seducción y a los actos contrario al pudor, pues desde el punto de
vista teleológico lo que se pretende es atenuar todo aborto que sea consecuencia de la realización de un delito contra
la Libertad Sexual independientemente de su clase y gravedad.
principio, a todos los delitos contra la libertad sexual, a excepción de la

seducción. Esta posición es mantenida por ejemplo por HURTADO POZO, para

quién la víctima en estos casos, como quiera que acepta tener relaciones

sexuales con el seductor (aun cuando actúa con un consentimiento viciado por

las falsas promesas) asume conscientemente el riesgo del embarazo, que es

consecuencia del resultado del ejercicio de su libertad de maternidad y de

decidir con quién practicar el acto sexual.

8.1.1.2. El embarazo como consecuencia de una inseminación artificial no

consentida

El segundo supuesto abarcado por esta atenuante es la del aborto del

embrión o feto, que ha sido concebido en virtud de un proceso de inseminación

artificial no consentido por la mujer, para lo cual pueden haberse utilizado

medios compulsivos como la violencia y la grave amenaza, así como medios

fraudulentos.

8.1.1.3. Embarazo fuera del matrimonio

Resulta totalmente incomprensible que nuestro legislador exija este

requisito, en principio porque un atentado a la libertad sexual es punible ya

sea si es cometida por el cónyuge o por terceros, esto es, fuera del matrimonio

o dentro del mismo; más aún, resulta reprochable que se pretenda imponer a

la mujer el deber de procrear aun en contra de su voluntad. En el fondo se

trasluce aún la concepción desfasada que imperaba en el Código Penal de

1924, donde se reprimía únicamente la violación sexual realizada fuera del

matrimonio (Art. 196° del CP de 1924).

8.1.1.4. Denuncia de los hechos o investigación policial

Nuestra norma exige, además, que los hechos hayan sido denunciados

o al menos investigados policialmente; esto es, que la violación o la

inseminación artificial en contra de la voluntad de la gestante se haya puesto

en conocimiento de la autoridad competente en el momento en que se

produjeron los hechos o al tomar conocimiento de los mismos, sea ante jueces,

fiscales, policías, u otras autoridades. Debiendo precisarse que el fundamento


de esta exigencia es que se cuente con un dato cierto de que realmente los

hechos de violación o inseminación artificial efectivamente se produjeron, aun

cuando no se sepa quién o quiénes son los autores de los hechos.

Dentro de las autoridades competentes no se debe considerar

únicamente a las autoridades formales como jueces, fiscales o policías, sino

también a autoridades comunales o tenientes gobernadores, en los lugares

donde dichas autoridades tienen competencia para conocer, en un primer

momento, los conflictos que se suscitan en el seno de su comunidad. Se

entiende que la denuncia debe obedecer a un delito contra la libertad sexual, o

contra la libertad individual (coacción) en el caso de una inseminación artificial

no consentida. No es necesario que la denuncia haya sido presentada por la

mujer afectada, pues, la norma no restringe este acto a determinadas

personas, por lo que cualquiera puede haber efectuado la denuncia respectiva,

ya sea a la comisaría del sector, al Ministerio Público, los juzgados de paz o las

demás entidades a las que se ha hecho referencia. Constituye una exigencia

normativa que la denuncia debe ser presentada antes de la ejecución de

aborto. No es necesario, sin embargo, que se formule un atestado policial o que

la investigación, a raíz de la denuncia interpuesta haya continuado con la

realización de las diligencias pertinentes, y muchos menos, que se haya

formalizado denuncia fiscal, se haya Iniciado una investigación preparatoria o

que se haya emitido un fallo condenatorio24. Si posteriormente se determina

que la denuncia ha sido falsa, se castigará por el delito de denuncia

calumniosa (Art. 402° del Código Penal), en concurso con el delito de aborto

contemplado en el art. 115° y 114° del Código Penal, según sea el caso.

El fundamento de esta exigencia radica, de alguna manera, en evitar

que personas inescrupulosas hagan uso indiscriminado de esta atenuante, con

lo cual se pretende dotar de cierta seguridad a su aplicación.

24
ROMEO CASABONA: Ob. Cit. p. 195-196, precisa que el hecho debe ser típico y antijurídico, aunque el autor de la
violación no sea culpable. En el mismo sentido BAJO FERNÁNDEZ: Ob. Cit. p. 124-125, quien precisa que no es
necesario que la denuncia tenga éxito, bastando con que no sea falsa.
Información recopilada de: [CITATION MarcadorDePosición2 \p 639-646 \l

10250 ]

8.1.2. Tipicidad Objetiva

Tradicionalmente, se ha conceptuado al aborto sentimental o ético como aquel

practicado a una mujer por haber resultado embarazada como consecuencia de haber

sufrido el delito de violación sexual. En otros términos, por haber resultado gestando

como consecuencia de haber sido sometida al acto sexual lesionando su libertad

sexual. No obstante, el legislador de nuestro Código Penal, acorde con el avance de la

ciencia y tomando en cuenta el flamante derecho genético, también ha considerado

como una modalidad del aborto ético al practicado a una mujer que haya sido

embarazada como consecuencia de una inseminación artificial no consentida y

producida fuera del matrimonio.

Importante sector de la doctrina sostiene que esta clase de aborto debe ser

impune, pues toda mujer tiene derecho a tener una maternidad libre y consciente. Si

le hubiere sido impuesta la maternidad con violencia física, grave amenaza o, en su

caso, mediante inseminación artificial sin su consentimiento, se sostiene debe

reconocérsele a la mujer la facultad de deshacerse del estado de embarazo. En estos

casos, debe prevalecer el derecho a la propia dignidad y el derecho al honor de la

mujer, reconocido a nivel constitucional como consecuencia mediata del

reconocimiento en normas internacionales.

En nuestra opinión, este tiро de aborto debió despenalizarse por fundadas

razones, sin embargo, haciendo dogmática penal no podemos en esta oportunidad más

que señalar y explicar los elementos constitutivos del delito.

Del tipo penal anotado se desprende que la conducta punible se configura

cuando se practica el aborto a una mujer que resultó en estado de gestación como

consecuencia de una violación sexual o, en su caso, de una inseminación artificial no

consentida, siempre que ambas situaciones hayan ocurrido fuera del matrimonio y

sido cuando menos denunciados ante la autoridad competente los hechos causantes

de la concepción no deseada.
De ese modo, el agente cometerá aborto sentimental o ético cuando practique

maniobras abortivas sobre una mujer que resultó embarazada por un acto sexual

realizado en contra de su voluntad por persona diferente a su cónyuge, de ser casada.

Aquí debe haber existido un atentado a la libertad sexual, que debió ser cuando

menos denunciado. Cuando el tipo penal se refiere a violación sexual fuera del

matrimonio, debe entenderse que engloba a todos los supuestos delictivos que

lesionan los bienes jurídicos libertad sexual e indemnidad sexual que regula nuestro

Código Penal a excepción de la seducción. No le falca razón al profesor Hurtado Pozo 25,

cuando fundamentada la exclusión de la figura de la seducción, enseña que la víctima

capaz de consentir acepta tener relaciones sexuales con el seductor. Las falsas

promesas de éste motivan su consentimiento viciado; pero ella asume el riesgo del

embarazo”.

También, se configura el ilícito penal cuando el sujeto activo someta a práctica

abortiva a una mujer que resultó embarazada con ocasión de una inseminación

artificial no consentida y ocurrida fuera del matrimonio, es decir, cuando resulta la

gestación por haber sido sometida la mujer, sin su consentimiento, a una de las

técnicas de reproducción humana como es la inseminación artificial (IA), la cual se

realiza inoculando el semen del varón de manera directa, pero asistida, en la vagina de

la mujer teniendo como finalidad esencial la procreación26. Por la forma como el

legislador ha redactado el tipo penal, entendemos que no ha tomado en cuenta la otra

técnica de reproducción humana asistida, conocida como fecundación extracorpórea

(FEC), la misma que se realiza uniendo el espermatozoide y el óvulo en una probeta

para después transferirlo al útero de la mujer. En consecuencia, de verificarse que se

practicó el aborto a una mujer que resultó gestando como resultado de la técnica de la

fecundación extracorpórea sin su consentimiento, se subsumirá tal conducta al delito

de aborto común y no al aborto privilegiado.

Otra circunstancia importante está constituida por haber sido denunciadas o

investigadas, por lo menos, policialmente, las causas que ocasionaron la gestación.

25
Hurtado Pozo, 1995, II, p. 90.
26
Varsi Rospligiosi, 1995, p.62.
Esto es, si se produjo una violación sexual fuera del matrimonio, cuando menos debió

ser denunciada ante la autoridad competente, para de ser el caso se pueda practicar el

aborto privilegiado. La misma condición reza para la inseminación artificial no

consentida.

Si no hay denuncia de los hechos a nivel policial, no hay privilegio y el hecho

será calificado como aborto común. En consecuencia, no es necesario que el

responsable de la violación sexual o dei delito de coacción haya sido condenado, de ahí

que Castillo AIva27 argumente que los términos en los que se fija la relación entre el

embarazo y la inseminación artificial o la violación sexual no requiere de la certeza

absoluta, sino que basta la simple probabilidad. De otro modo no habría manera de

establecer un aborto ético, pues de esperarse la condena, la gestación finalizará con el

nacimiento.

En suma, se entiende que, si se practica el aborto sin la concurrencia al mismo

tiempo de los elementos referidos, estaremos ante un aborto agravado.

El fundamento de la atenuación se halla en el reconocimiento del derecho de la

mujer a una maternidad libre y consciente, es decir, a una maternidad no impuesta

contra su libre voluntad28. En tal sentido, de ningún modo podernos encontrar el

fundamento de esta atenuación en la libertad de la mujer para abortar cuando ha

quedado embarazada en contra de su voluntad, como enseñan Bramont-Arias Torres y

García Cantizano29 así como Castillo Alva30, pues al prohibirse esta clase de aborto, es

desde todo punto de vista incoherente pensar que a la vez se le reconoce a la gestante

el derecho a practicarse el aborto.

8.1.2.1. Bien jurídico protegido

El derecho a vida dependiente producto del embarazo.

8.1.2.2. Sujeto activo

De la lectura del contenido del inciso primero del artículo 120, se concluye que

cualquier persona puede practicar el aborto privilegiado siempre y cuando cuente con

27
Castillo Alva, 2008, p. 1093.
28
Peña Cabrera, 1992, p. 225; Roy Freyre. 1989, p. 286.
29
Bramont Arias Torres/ García Cantizano, 1997, p.96.
30
En efecto, Castillo Alva (2008, p.1082) sostiene que tanto en el aborto ético como en el aborto embriopático el
bien jurídico que se contrapone y prevalece sobre la vida del concebido es la libertad de la mujer.
el consentimiento o autorización de la gestante. No se exige la concurrencia de alguna

condición especial en el agente. Por su parte, la embarazada que prestó su

consentimiento también se constituye en sujeto activo del delito de aborto privilegiado

y será sancionada en su calidad de coautora. No se descarta que la propia

embarazada, por sí sola, sea la que se provoque el aborto.

8.1.2.3. Sujeto pasivo

El producto de la gestación.

8.1.3. Tipicidad Subjetiva

El agente debe obrar con conocimiento y voluntad de poner fin a la vida del teto

que es producto de una violación sexual o, en todo caso, consecuencia de una

inseminación artificial sin el consentimiento de la gestante. El agente debe conocer

estas circunstancias, caso contrario su conducta se subsume en otro tipo penal. Así,

en su forma peculiar, Villa Stcin 31 enseña que el dolo debe estar acompañado de la

motivación del agente de actuar para mitigar los estragos de un parto derivado de un

hecho violento.

8.1.4. Consumación

El insignificante delito se perfecciona en el mismo momento que se constata la

muerte del producto del embarazo no deseado.

La participación en todas sus formas es posible, así como la tentativa.

8.1.5. Penalidad

El agente será pasible de pena privativa de libertad que oscile entre dos días a

tres meses. Considerando esta situación y conociendo nuestra administración de

justicia, parece imposible que a alguna persona se le pueda condenar por este delito,

debido a que antes que se agote la investigación judicial, cuando no la policial, ya

habrá operado la figura de Ja prescripción de la acción penal.

Información recopilada de: [CITATION MarcadorDePosición3 \p 277-281 \l 10250 ]

31
Villa Stein, 1997, p.179.
8.2. Aborto Eugenésico

8.2.1. Tipo Penal

El aborto eugenésico se encuentra regulado en el segundo inciso, artículo 120°

del código sustantivo en los términos siguientes:

El aborto será reprimido con pena privativa de la libertad no mayor de tres

meses:

(...)

2. Cuando es probable que el ser en formación conlleve al nacimiento graves

taras físicas o psíquicas, siempre que exista diagnóstico médico.

Traer un hijo al mundo es una gran responsabilidad. Máxime, ante los peligros

que la sociedad moderna trae consigo, lo que ha de incidir en una mayor cautela de

que el niño cuente con los mecanismos suficientes para hacer frente a dichos

problemas. Lo que supone también, que éste gocé de plena salud física y mental, para

que llegado el momento pueda alcanzar su autorrealización personal

¿Qué es lo que se pone en juego en el aborto eugenésico?, acaso el derecho de

los padres, de traer al mundo únicamente seres perfectamente saludables o, será la

alternativa de que el niño no llegue al mundo en condiciones que no le permitirán

concretizar las aspiraciones de cualquier ser humano dígase "normal". Debe quedar

claro, que las razones apuntan a motivos de humanidad, no a proteger la vergüenza

de los padres, que haya de solventarse mediante la muerte del feto, sino de que el

nasciturus pueda gozar de una vida bajo ciertos estándares cualitativos y

cuantitativos[ CITATION ALO08 \l 10250 ].

El aborto eugenésico es el practicado para evitar el nacimiento de un ser con

serias incapacidades físicas o mentales, o con ambas a la vez32.

El fundamento de la atenuación de la pena en este caso, podemos hallarlo en

la menor culpabilidad de la mujer a quien le es menos exigible el respeto a las normas

cuando se ve expuesta a graves repercusiones que van a afectar su esfera sentimental,

social y moral en el devenir de su vida, ante la angustia incesante acerca de la suerte

del hijo afectado por la grave tara en el caso de que sobreviva.

32
Godoy Lemos: Op. Cit. p. 159.
En la legislación comparada se ha optado por declarar la no punibilidad del

aborto en estos casos; así, en España el art. 417 inc. 3 de su CP, establece: “Que se

presuma que el feto habrá de nacer con grandes taras físicas o psíquicas, siempre que

el aborto se practique dentro de las veintidós primeras semanas de gestación y que el

dictamen, expresado con anterioridad a la práctica del aborto, sea emitido por dos

especialistas de centro o establecimiento sanitario, público o privado, acreditado al

efecto, y distinto de aquel por quien o bajo cuya dirección se practique el aborto”).

8.2.1.1. Graves taras físicas o psíquicas

La gravedad de las taras ha de entenderse en el sentido de su

perdurabilidad e importancia, así como en el grado de reparabilidad. De este

modo, si fueran fácilmente eliminables, aunque fuesen de gran entidad, no

estaremos ante esta atenuante33. No debe tratarse de disfunciones de menor

entidad que pudieran ser eliminadas mediante alguna intervención (labio

leporino), o mediante algún tratamiento pre o post natal.

En este juicio es además indispensable tener en consideración las

consecuencias que la tara tendrá respecto de los derechos de la madre -libre

desarrollo, libertad, salud integral, entre otros-. Asimismo, debe tomarse en

cuenta en este juicio la probabilidad de que la tara impida al nasciturus llevar a

cabo en el futuro una vida independiente, sin necesidad de una tutela

permanente, o una vida normal sin una permanente hospitalización o

postración34.

8.2.1.2. Probabilidad

La norma solo exige que el diagnóstico de que el feto porte taras físicas

o psíquicas graves, debe tener un carácter probable; sin embargo, este

pronóstico debe estar basado en consideraciones científicas, razonables y, por

ende, racionales.

8.2.1.3. Diagnóstico médico

33
ROMEO CASABONA: Ob. Cit. p. 198.
34
FEIJOO SÁNCHEZ: Ob. Cit. p. 318.
Nuestra norma exige que el diagnóstico sea efectuado por un

profesional médico, el mismo que debe ser emitido antes que la mujer se

someta a la práctica abortiva. Con la exigencia de este requisito se busca

afianzar las garantías sobre la realidad de la atenuante y conseguir de este

modo una mayor protección de la vida del nasciturus35.

Este diagnóstico, como es evidente, debe precisar que el feto es portador

de una tara física o psíquica, su carácter grave desde el punto de vista médico,

y las circunstancias en las que se va a manifestar, durante o después del

nacimiento.

Si el médico emite un diagnóstico falso respecto a la concurrencia de las

malformaciones, es responsable penalmente por falsedad, en concurso real con

el delito de aborto no consentido, de acuerdo a las circunstancias del caso;

también puede incurrir en falsedad cuando determina que el embrión o feto no

presenta taras físicas ni psicológicas cuando en realidad sí las tiene.

Información recopilada de: [CITATION MarcadorDePosición1 \p 647-650 \l

10250 ]

8.2.2. Tipicidad Objetiva

Se configura el delito denominado aborto eugenésico cuando el sujeto activo

somete a práctica abortiva a una gestante con el diagnóstico médico de que el

producto del embarazo nacerá con graves taras físicas o psíquicas.

En doctrina, es lugar común sostener que la impunidad de la figura del aborto

eugenésico tiene por objeto evitar el nacimiento de seres humanos que sufrirán toda

su vida por las graves taras de las que pueden padecer. Su objetivo es, como advierte

Roy Freyre36 el prevenir la procreación de hijos defectuosos o enfermos en su aspecto

físico o mental. Sin embargo, aquellos objetivos fácilmente comprensibles en una

sociedad severamente injusta e hipócrita, al parecer, han sido soslayados por el

legislador al disponer que aquella conducta es punible.

35
ROMEO CASABONA: ob. Cit.199.
36
ROY FREYRE, 1989, p.286.
Para la configuración del hecho punible del aborto eugenésico, el agente debe

actuar después de conocer el diagnóstico médico que indica la sólida probabilidad del

nacimiento de un ser defectuoso. El diagnóstico médico se convierte en un elemento

constitutivo de trascendencia del aborto eugenésico. Dicho diagnóstico no

necesariamente ha de tener un grado de certeza o de credibilidad absoluta. Basta que

se funde en un juicio de probabilidad, es decir, que exista la elevada posibilidad de

que pueda nacer un niño con graves taras. El mismo debe basarse en criterios

científicos y ha de utilizar los medios técnicos e informáticos a su alcance 37. Desde el

momento que se admite la probabilidad en el diagnóstico, se tolera un margen de

error, siempre que no sea burdo o se demuestre una imprudencia grave38.

En su defecto, de no contar con diagnóstico médico en aquel sentido, la figura

delictiva privilegiada no se verifica.

En el pasado se criticó este tipo de aborto privilegiado, señalando que muchas

veces podían frustrarse nacimientos de seres normales por erróneo diagnóstico

médico; sin embargo, actualmente con el desarrollo de la ciencia médica especializada,

la arbitrariedad en los diagnósticos es cada vez más remota. De ese modo, se justifica

que el profesional de la ciencia médica pueda ser privilegiado por practicar un aborto

después de diagnosticar graves males en el producto de la gestación.

Se entiende también que las graves taras detectadas en el producto de la

concepción deben ser permanentes, es decir, el diagnóstico debe señalar claramente

que la tara detectada es de imposible curación. Caso contrario, de detectarse que la

tara del feto es curable con especial tratamiento médico, la práctica del aborto se

subsumirá a una figura mucho más grave. En ese sentido, carece de fundamento la

posición adoptada por Bramont-Arias Torres y García Cantizano 39, cuando refieren

que el legislador ha dejado abierto este supuesto al no especificar qué se entiende por

afección grave física o psíquica. Tampoco ha señalado si esta afección debe ser

perenne, porque plantearía duda la aplicación de este precepto a aquellos casos en los

que tales malformaciones sean curables.

37
Hurtado Pozo, 1995, II, p.89.
38
Castillo Alva, 2008, p. 1103, citado de Muñoz Conde.
39
Bramont Arias Torres/García Cantizano, 1997, p.97.
8.2.2.1. Bien jurídico protegido

Sin mayor duda, se desprende que el bien jurídico que al Estado le

interesa proteger es el derecho a la vida del producto de la gestación, aun

cuando sea probable que tiene graves taras físicas o mentales.

8.2.2.2. Sujeto activo

Puede ser cualquier persona, desde la gestante que presta su con

sentimiento hasta aquellas personas inescrupulosas que lucran con la práctica

del aborto. No obstante, aun cuando la norma penal no resulta clara,

consideramos que, al hablarse de diagnóstico médico, el legislador ha querido

señalar que las únicas personas con posibilidad de practicar el aborto

eugenésico, son los profesionales de la medicina, pues se pretendí no poner en

riesgo la vida ni la salud de la gestante.

8.2.2.3. Sujeto pasivo

El producto de la gestación.

8.2.3. Tipicidad Subjetiva

El sujeto activo debe tener conocimiento y voluntad de poner fin a la vida del

feto, siendo consciente de la existencia de un diagnóstico especializado regularmente

emitido, el cual indica la probabilidad de que aquel sufre graves taras incurables.

Si el agente actúa dolosamente sin conocer la existencia del diagnóstico médico

que exige el tipo penal o sin efectuarlo o, en su caso, en el diagnóstico se indica que la

tara del feto es curable después de producido el nacimiento, su conducta se adecuará

a otro tipo de aborto, mas no al eugenésico.

8.2.4. Consumación

Igual que en todas las figuras delictivas de aborto, el injusto penal se

perfecciona en el instante que se produce la muerte del producto de la concepción. De

haberse dirigido la acción a lograr la muerte de aquel, sin obtenerlo, estaremos frente

a la categoría de la tentativa.

La participación también es posible.


8.2.5. Penalidad

El agente de esta figura delictiva, si luego del debido proceso se acredita su

responsabilidad penal, será sancionado con pena privativa de libertad no menor de

dos días ni mayor de tres meses.

Información recopilada de: [CITATION Sal19 \p 282-284 \l 10250 ]

CONCLUSIONES

1. El delito de aborto como tal gira en torno a la valoración de un bien jurídico que es

la vida humana en general, la cual se circunscribe tanto a la vida de forma

independiente, como a la vida en formación. Ella encuentra su protección en

diversas normativas internas y normativas a las que estamos sujetas la cual

establece una política criminal al menos en el Perú no tan correcta por tanto

juristas como peña cabrera y Gimbernant entre otros han planteado una

conjugación entre la política de legislación penal y social que consista en asumir

una propuesta despenalizadora flexible a fin de evitar la conversión del derecho

penal en un arma represor de los derechos fundamentales.

2. El delito de auto aborto como tal se encuentra regulado en el artículo 114 del CP

parte especial, la cual estima una pena de 3 meses a 2 años de pena privativa de

libertad. Respecto a él, claramente se dejó expreso que se hace necesario y

primordial, el comportamiento activo de la madre, Así como la aparición de un

tercero instigado por la madre, que será motivado por un pago monetario de ello se

puede afirmar que la madre no solo puede actuar como autor e instigados, sino

que a la vez como cómplice primario y coautor.

Por otro lado, respecto a este delito, si bien en nuestra normativa esta preciso que

el delito de auto aborto recae en el dolo y no en la culpa, aun así, se plantea una

controversial disputa sobre considerar la punibilidad o impunidad de la tentativa

en el delito de auto aborto a fin de lograr establecer una política criminal

adecuada.

3. Del capítulo III se puede concluir que, el consentimiento prestado por la gestante

debe ser legal, voluntario y espontáneo y sin ningún vicio que lo invalide, esto es,
debe ser emitido por mujer mayor de 18 años, sin violencia ni coacciones de algún

tipo, caso contrario, estaremos frente a la figura delictiva del aborto no consentido.

El agente acusado por la comisión del delito de aborto consentido será merecedor

de una pena privativa de libertad que oscila entre uno a cuatro años. Si se produce

la muerte de la gestante, siendo previsible o sospechada, el agente será merecedor

de pena privativa de libertad que oscila entre dos y cinco años.

Asimismo, del apartado de jurisprudencia podemos concluir que, ha quedado

establecido plenamente la responsabilidad de la procesada J.A.R., puesto que esta

tenia fines de causar la expulsión del producto que llevaba en sus entrañas, la

menor agraviada, existiendo en autos los medios probatorios que vinculan a la

procesada como presunta autora de la comisión del delito Contra la vida, el cuerpo

y la salud, en la modalidad de aborto consentido. Se le impuso dos años de pena

privativa de libertad suspendida y condicional.

4. Del capítulo IV se concluye que, tal como su nombre lo expresa, en el delito de

aborto no consentido la madre embarazada se ha visto afectada porque no solo

alguien atentó contra ella en contra de su voluntad sino también porque la

intención de ese agente era la de eliminar aquel feto en formación trayendo consigo

consecuencias en la vida, salud e integridad de la mujer, es por ello que este delito

recibe la mayor pena a comparación de los demás delitos de aborto, sobre todo si

trae consigo la muerte de la gestante.

5. En el capitulo V se concluye que en el aborto agravado por la calificación del sujeto

activo, la conducta del profesional de la ciencia medica resulta reprochable, puesto

que teniendo pleno conocimiento de que esta prohibido el aborto, lo realiza. Sin

duda, el profesional de la medicina practica el aborto con alevosía, en

consecuencia, si se aprovecha de sus conocimientos en contra del bien jurídico de

la vida, deben ser penado de manera más grave.

6. En el capitulo V se concluye que, en el aborto preterintencional, el agente no

quiere ni busca interrumpir el embarazo que es notorio o le consta, pero este

deviene como consecuencia automática del uso de la violencia, debido que el

agente infringió el deber objetivo de cuidado que tenemos todas las personas hacia
aquellas que se encuentran en el estado bendito de embarazo. En efecto, ante una

mujer con embarazo notorio, todos los demás nos convertimos de una u otra

manera en garantes para que el estado gestacional finalice sin contratiempos, pues

todos sabemos que con una actitud hostil o violenta sobre la gestante podemos

malograr el embarazo.

7. El aborto terapéutico estando a lo desarrollado tanto en la doctrina como en el

derecho comparado podemos concluir que, si bien nos podemos encontrar en un

conflicto de derechos, es decir vida por vida, la decisión al fin y al cabo será

solamente de la madre gestante por lo tanto ella tiene el derecho a elegir si prefiere

correr el riesgo de un parto que genere peligro contra su integridad o salvaguardar

la misma mediante el aborto terapéutico.

8. El aborto sentimental o ético y eugenésico se encuentra regulado en el artículo

120° del Código Penal, en el cual se le establece una pena mínima de tres meses; a

criterio mismo y de diversos autores como Peña Cabrera y Ramiro Salinas, se llega

a pensar que en realidad este tipo de aborto no debería encontrarse regulado como

un delito, es decir no debe ser considerado ilícito porque se debe proteger ante

todo la libertad de la madre de elegir sobre su integridad personal y futuro propio;

si bien el concebido es sujeto de protección, este no debe de ser en forma absoluta

ya que el código al darle una máxima protección comienza a vulnerar a la madre

como persona poseedora de derechos fundamentales, esta vulneración se da

debido a que en el caso del aborto sentimental o ético, se estaría esperando que la

madre asuma un embarazo no deseado, que le traería graves daños psicológicos,

asimismo en el aborto eugenésico porque seria la madre quien tendría que cargar

un hijo con taras físicas o psíquicas, protegiendo además la vida digna del

concebido, evitando que llegue a la vida en condiciones desfavorables para el

mismo. Es por todas las razones expuestas que la punición de estos tipos de

aborto afecta de manera desproporcional los derechos de la mujer, sin embargo, el

análisis dogmático de este delito sigue vigente en nuestro Código Penal

argumentado en su Exposición de Motivos que se penaliza porque se obedece a la

protección de la vida del ser en formación en concordancia con el art 2 inc. 1 de la


Constitución Política del Perú “(…) El concebido es sujeto de derecho en todo

cuanto le favorece”.

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