En este mismo sentido, en la doctrina italiana, TARUFFO afirma que
las garantías procesales de las partes serían meramente formales y vacías
si se les impidiera presentar todos los medios de prueba relevantes que necesitan para acreditar sus versiones de los hechos en litigio. Por consiguiente, el derecho a presentar todos los medios de prueba relevantes que estén al alcance de las partes es un aspecto esencial del derecho al debido proceso y debe reconocerse que pertenece a las garantías fundamentales de las partes(55).
Con similar parecer, el Tribunal Constitucional ha señalado en la
STC Exp. N° 6712-2005-PHC/TC, que “una de las garantías que asiste a las partes del proceso es la de presentar los medios probatorios necesarios que posibiliten crear la convicción en el juzgador de que sus argumentos son los correctos. De esta manera, si no se autoriza la presentación oportuna de pruebas a los justiciables, ¿se podrá considerar amparada la tutela procesal efectiva? Todo hace indicar que ello sería imposible. Solo con los medios probatorios necesarios, el juzgador podrá sentenciar adecuadamente. Por ello, la ligazón entre prueba y tutela procesal efectiva
86 es ineluctable: la primera constituye un derecho-regla de la segunda; una verdadera garantía de su ejercicio”