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1. ¿QUÉ SON LAS REFORMAS SOCIALES?

Definir qué es una reforma social es algo complejo, pues esta se


encuentra estrechamente relacionada con concepciones de carácter
ideológico, político y económico. Para cada actor social, la naturaleza de
una reforma de carácter social puede variar sustancialmente.
Acercándonos a una definición lo más amplia posible, podríamos señalar
que las reformas sociales son medidas de carácter político que apuntan a
mejorar la eficacia, la calidad y la igualdad en el acceso a servicios y
bienes considerados fundamentales para la sociedad, como la salud, la
educación, el acceso a la tierra, el acceso a la propiedad y a la calidad
del trabajo. Por su parte, las reformas económicas son medidas de
carácter teórico o instrumental, que buscan regularizar el funcionamiento
de la economía, independiente de los efectos que estas medidas puedan
tener en la sociedad. Como la palabra lo expresa, estas medidas son
tomadas estrictamente en términos económicos y, al igual que las
reformas sociales, este tipo de reformas depende en buena medida de
elementos de carácter ideológico y político que determinan sus
propósitos y sus alcances.

2. ANEXO.

3. REFORMAS ECONÓMICAS.

Desde hace muchos años es claro que uno de los principales problemas
en América Latina tiene que ver con la distribución de la riqueza. La
pobreza en nuestro continente, a diferencia de otros lugares del mundo,
no es producida por una deficiencia en la capacidad productiva o por los
limitados recursos económicos o naturales con los que se cuenta, sino
que se origina en sistemas inequitativos de acumulación, que hacen que
la riqueza generada no llegue a todos los habitantes de una nación
determinada.

Ante esta situación, diversos organismos internacionales y académicos


han venido recomendando reformas que permitan a los ciudadanos
acceder a servicios y bienes básicos para su subsistencia. No obstante,
la gran mayoría de estas reformas siguen sin ser llevadas a cabo. Una
explicación de ello, tiene que ver con el hecho de que las decisiones
políticas se encuentran relacionadas con intereses económicos, y que las
reformas sociales que se necesitan con urgencia no tienen prioridad
frente a otros temas tales como la regularización de los mercados, el
control de la inflación, la preservación de las cuotas de exportación y, en
general, los indicadores económicos, sobre las condiciones reales de los
habitantes. Esto significa que se ha privilegiado el crecimiento y la
estabilidad económica, con inmensos costos sociales que podrían ser
menguados a través de reformas sociales. Es un hecho que en los
últimos cincuenta años la economía se ha transformado más allá de sus
expectativas. Hoy nos vemos abocados a procesos globalizadores que
hacen que, lo que los economistas llaman "interdependencia económica':
determine la capacidad de un Estado para realizar ajustes en sus
estructuras económicas. En otras palabras, hoy por hoy, un Estado es
menos libre de tomar decisiones autónomas respecto a determinaciones
económicas que afecten a sus ciudadanos.

4. TIPOS DE REFORMAS SOCIALES.

Existen diversos tipos de reformas, dependiendo de su calidad,


profundidad y duración. Hablaríamos en principio de tres tipos,
dependiendo de su manifestación en el tiempo:

 Las reformas estructurales. Son reformas que afectan las


partes más profundas de la sociedad, y que implican
cambios fundamentales en los modelos económicos y
productivos, como también en las formas de entender a la
sociedad y su desarrollo.

 Las reformas graduales. Se producen en largos lapsos de


tiempo, buscando disminuir los efectos del impacto de su
aplicación. Se relacionan con decisiones políticas de largo
plazo y que afectan a la estructura económica.

 Las reformas de choque. Son medidas implantadas para


hacer frente a crisis inesperadas o momentáneas que urgen
una solución inmediata. Generalmente estas medidas son de
carácter temporal y de corta duración.

2. IMPACTOS DE LAS REFORMAS SOCIALES.

Desde hace muchos años es claro que uno de los principales problemas
en América Latina tiene que ver con la distribución de la riqueza. La
pobreza en nuestro continente, a diferencia de otros lugares del mundo,
no es producida por una deficiencia en la capacidad productiva o por los
limitados recursos económicos o naturales con los que se cuenta, sino
que se origina en sistemas inequitativos de acumulación, que hacen que
la riqueza generada no llegue a todos los habitantes de una nación
determinada.

Ante esta situación, diversos organismos internacionales y académicos


han venido recomendando reformas que permitan a los ciudadanos
acceder a servicios y bienes básicos para su subsistencia. No obstante,
la gran mayoría de estas reformas siguen sin ser llevadas a cabo. Una
explicación de ello, tiene que ver con el hecho de que las decisiones
políticas se encuentran relacionadas con intereses económicos, y que las
reformas sociales que se necesitan con urgencia no tienen prioridad
frente a otros temas tales como la regularización de los mercados, el
control de la inflación, la preservación de las cuotas de exportación y, en
general, los indicadores económicos, sobre las condiciones reales de los
habitantes.

Esto significa que se ha privilegiado el crecimiento y la estabilidad


económica, con inmensos costos sociales que podrían ser menguados a
través de reformas sociales. Es un hecho que en los últimos cincuenta
años la economía se ha transformado más allá de sus expectativas. Hoy
nos vemos abocados a procesos globalizadores que hacen que, lo que
los economistas llaman "interdependencia económica': determine la
capacidad de un Estado para realizar ajustes en sus estructuras
económicas. En otras palabras, hoy por hoy, un Estado es menos libre
de tomar decisiones autónomas respecto a determinaciones económicas
que afecten a sus ciudadanos.

3. REFORMAS EN SALUD Y EDUCACIÓN.

Una reforma educativa es una modificación, enmienda o actualización


del sistema educativo de una nación con el objetivo de mejorarlo.
En este sentido, la propuesta y la ejecución de una reforma educativa
requiere, por parte de los distintos factores políticos y sociales
involucrados, una seria y constructiva discusión y reflexión, pues este
tipo de iniciativas tienen enormes repercusiones en el futuro de un país,
debido a que pueden modificar las formas, los métodos y los contenidos
que se les imparten a los niños y jóvenes.

El objetivo principal de toda reforma educativa es, desde luego,


mejorar el sistema educativo, bien porque se considere que es necesario
actualizar el currículo escolar, bien porque se quieran modificar métodos
o contenidos, bien porque se busque implementar un sistema de
educación más eficaz, que brinde la cultura y las herramientas
adecuadas a los jóvenes de cara al futuro.
Vea también 
La propuesta de una reforma educativa implica el reconocimiento de que
hay aspectos del sistema educativo que es preciso mejorar o corregir. En
este sentido, en tiempos actuales, se han producido múltiples reformas
educativas orientadas a incluir el internet y las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación como herramientas de conocimiento
fundamentales para los nuevos tiempos.

Una reforma educativa puede ser propuesta por los factores políticos, y,
dependiendo de la legislación de cada país, debe ser sometida a una
serie de procedimientos de revisión y aprobación por parte de diferentes
instancias para poder ser promulgada e implementada. En este sentido,
es importante señalar que, precisamente debido a su trascendencia, el
proceso de introducir una reforma educativa debe ser paulatino y
consensuado.

La cobertura universal forma parte de los principios del sistema de salud


colombiano. Se considera efectiva cuando toda la población de una
nación está cubierta en el aspecto de atención a la salud y tiene acceso
real correspondiente a sus necesidades en salud. En Colombia, antes de
la reforma de salud de la ley 100 de 1993, la afiliación en salud
aproximada era de 60% de la población; 10 los hospitales estaban en
crisis permanente con un promedio de ocupación que no alcanzaba
50%.11 En la actualidad, la afiliación al sistema de salud es de 96.4%: el
Régimen Subsidiado (RS) cuenta con 48.5%, contributivo (RC) con
42.8% y 5.2% el régimen de excepción (de trabajadores del Estado,
fuerzas militares y Ecopetrol); el 3.6% restante de la población no tiene
afiliación en salud;12 por lo que busca la protección financiera de la
población. El gasto de bolsillo pasó de representar el 44% del gasto total
en salud en 1993 a tan solo 14.0% en 2011.13
Los recursos de financiación del sistema de salud son tomados de los
contribuyentes a través de impuestos en la nómina en trabajos
formales.14 El manejo de los recursos se hace a través de las EPS, de los
entes territoriales y por destinación específica de la nación. La nueva
reforma de ley estatutaria aprobada genera nuevos cambios: en la ley
100 de 1993, la salud era considerada "un bien y servicio" que proveía el
Estado, el cual pasa a ser un "derecho fundamental", en donde la
cobertura universal avanza hacia la prestación de servicios de calidad en
salud y no se queda sólo en la "inscripción" o aseguramiento en salud.
4. ECONOMIA LATINOAMERICANA A PARTIR DE LOS AÑOS
50.

Hasta mediados del siglo XX el crecimiento económico, producto de las


exportaciones de materias primas, se mantuvo constante y permitió la
consolidación de procesos modernizadores que se impulsaron desde los
Estados latinoamericanos. Entre los efectos de crecimiento
económico tenemos el crecimiento de las ciudades, debido a la migración
y al crecimiento demográfico. En algunos países como Argentina, Chile y
Brasil, la tecnificación del campo y la expansión de los cultivos generaron
un repunte importante en el nivel de la calidad de vida. En otros países
como Perú, Ecuador y Colombia, el desarrollo económico se sectorizó en
torno a polos urbanos que jalonaron el crecimiento, mientras que algunas
regiones se mantuvieron en condiciones económicas marginales.

El crecimiento de los países latinoamericanos estuvo estrechamente


ligado a los efectos de la Segunda Guerra Mundial, que generó una
importante demanda de materias primas y que, ante el descenso de la
producción europea, permitió que las industrias nacionales crecieran,
gracias a los procesos de sustitución de importaciones. Las naciones
latinoamericanas encontraron, en este proceso, una manera de
sostenerse económicamente y de alcanzar un grado de industrialización
importante.

La década perdida

Hasta los años setenta el crecimiento fue sostenido y relativamente


estable, sin embargo, para los años ochenta, una confluencia de factores
internacionales hizo que el crecimiento se frenara y que incluso, en
muchos lugares, decayera. A este período se denominó "la década
perdida" de América Latina.

Entre las razones más importantes de este fenómeno tenemos:

 Los países latinoamericanos debieron endeudarse para realizar ajustes


en la inserción económica luego de la Segunda Guerra Mundial. Entre
tanto, el alto costo de los intereses de la deuda obligó a los países
latinoamericanos a endeudarse nuevamente para cumplir con los pagos
de los intereses. Esto produjo un descenso evidente en el producto
interno bruto.

Se redujo el consumo interno, lo que debilitó la inversión extranjera e


hizo que los capitales nacionales salieran, originando lo que se conoció
como fuga de capitales.

Ante la reducción en la demanda de materias primas, las exportaciones


decayeron, mientras que el aumento del dólar encareció las
importaciones.
Un resultado complejo

La crisis económica que caracterizó a América Latina en estos años, trajo


consigo una serie de consecuencias inevitables que se harían
manifiestas en el escenario político. Por un lado, se incrementó
la protesta social de los sectores más pobres y marginados, quienes
fueron los directamente afectados debido a la reducción del gasto social
por parte de los Estados, y por otro, se cerraron los espacios políticos
para la negociación de los conflictos. Los niveles de represión
aumentaron y se dio el nombre de "orden público" a las manifestaciones
de insatisfacción de los ciudadanos.

5. CIUDADES CON CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO, SIGLO XX

Suzhou, China
Guangzhou, China
Surat, India
Luanda, Angola
Kinshasa, Congo
Lagos, Nigeria
Beijing, China.
Hangzhou, China
Quanzhou, China
Bangalore, India
Dhaka, Bangladesh
Chengdu, China
Nanjing, China
Karachi, Pakistán
Riyad, Arabia Saudita
Ahmedabad, India
Shanghai, China
Hydebarad, India
Tianjin, China
6. PROTECCIONISMO ECONÓMICO.

Cuando se escucha hablar de proteccionismo económico, hay muchas


personas que ya tienen un prejuicio definido que puede ser, lógicamente,
a favor de ello o en su contra.

Pero se debe señalar, para que se tenga en cuenta, que el


proteccionismo per se no resulta ser a priori, en cualquier ocasión, algo
que ocasione nada malo, ni obviamente tampoco por ello, por lógica ,en
ese sentido, algo bueno.

Hay que señalar, pues es algo absolutamente demostrado, que la


competencia empresarial suele redundar siempre en un proceso de
mejora continua de los procesos necesarios para satisfacer la demanda
de bienes y servicios, lo que ocasiona que se aboque, habitualmente  en
una mayor calidad de ellos, una mayor productividad e, incluso, también
favorece la Innovación; por lo general.

Pero en la mesura que lleva al equilibrio de las cosas, estriba, como todo
en la vida ,evidentemente, que al final en realidad algo sea perjudicial o
no lo sea en la práctica, en absoluto.

El proteccionismo económico puede llegar a ser muy beneficioso e


incluso necesario para sectores industrialesde ciertas zonas geográficas
que sean de interés, que necesiten para poder conseguir su adecuado
desarrollo una protección contra las industrias competidoras y que
ocasionen, por ello, que no puedan instaurarse y desarrollarse
debidamente en la realidad, por muy diversos motivos.

Aunque si el proteccionismo que se implementa resulta en la práctica ser


excesivo, serà al final, sin lugar a duda, algo que resulte nocivo para los
componentes de las sociedades que lo pongan en práctica, precisamente
porque ningún sector industrial se encuentra posicionado en el campo de
su máximo desarrollo si no puede competir suficientemente con los
demás competidores del mercado.

Y ese éxito en la competencia es, precisamente, lo que se necesita para


alcanzar un crecimiento económico sostenible que pueda llegar a
redundar en el desarrollo económico deseado de esas sociedades .

Por eso hay que analizar antes de adoptar una posición en lo relativo al
proteccionismo, cuáles son las medidas concretas que van a ser
adoptadas, y evaluar cómo realmente van a redundar en los sectores y
empresas, a medio y largo plazo, para ver cómo les pueden afectar; ya
que lo que parece que puede ser de manera evidente bueno a corto plazo
de tiempo, puede llegar a trasformarse, en realidad, en algo muy malo
finalmente si en buena lógica esas medidas de protección se tornan en la
realidad excesivas.

7. DÉCADA PERDIDA

La década perdida de América Latina es un término empleado para


describir las crisis económicas sufridas en América Latina durante
la década de 1980 (y que para algunos países continuaron hasta bien
entrada la década siguiente). En general las crisis se componían
de deudas externas impagables, grandes déficit fiscales y volatilidades
inflacionarias y de tipo de cambio, que en la mayoría de los países de la
región era fijo.

Durante los años 1970, el alza del precio de las materias primas


(principalmente el petróleo) y el abaratamiento del dólar desembocó en el
arribo masivo de divisas a Latinoamérica, región que por aquel entonces
se debatía entre un modelo de industrialización dirigido desde el Estado
o un modelo de mercado.

Para 1980, el menor precio de las materias primas y el alza de las tasas
de interés en los países industrializados generó una fuga de capitales, lo
que provocó una masiva depreciación de los tipos de cambio,
aumentando el tipo de interés real de la deuda, situación agravada por la
presencia de burocracias excesivamente grandes [cita  requerida]o el colapso
industrial provocado por su incapacidad de competir con productos
importados.

En respuesta a la crisis, la mayoría de las naciones debieron abandonar


sus modelos económicos de industrialización por sustitución de
importaciones y adoptaron una estrategia de crecimiento orientada hacia
las exportaciones, estrategia fomentada por el Fondo Monetario
Internacional, aunque hubo excepciones como Chile o Costa Rica que
brevemente adoptaron estrategias reformistas. La tasa de crecimiento
real del PIB (Producto Interno Bruto) para la región fue de sólo 2,3%
entre 1980 y 1985. Entre 1982 y 1985, América Latina pagó 108 mil
millones de dólares en obligaciones vencidas.

Para inicios de la década de 1990, América Latina ya estaba


recuperándose de la crisis, la cual sin embargo reconfiguró el panorama
económico de la región: Aquellos países que previamente habían sido las
potencias regionales como Argentina, México y Venezuela quedaron con
diversas secuelas que no han sido superadas, mientras que naciones
más rezagadas como Chile, Brasil, Perú y Colombia han destacado en
las últimas décadas por un alto crecimiento económico y un mayor
bienestar social en términos relativos.

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