Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Marzo 2016
La presencia corporal, las sensaciones, el conocer a través del movimiento han sido
interrogantes que me planteo desde mi propia experiencia. Convencida de que somos cuerpo y
de que nuestras vivencias pasan por nuestras percepciones considero que toda interacción con
otro -objeto, persona, ambiente- implica un despertar particular. Irrumpe en el cuerpo
haciéndolo permeable a nuevas sensaciones.
Creo que nuestra experiencia viviente e interactuante nos abre la posibilidad de conocimiento y
expresión que trascienden el discurso y la palabra hablada.
Sentir.
Comunicar.
Este trabajo que surge como reflexión luego de participar en el Seminario dictado por Patricia
Aschieri “Del Movimiento a las Palabras”. Me propuse repensar lo vivido en esos encuentros
para comenzar a definir algunos interrogantes con los cuales trabajar, abro el abanico de
preguntas y cuestionamientos, lejos de encontrar respuestas amplio mis horizontes.
Intento encontrar un hilo conductor que guíe mis reflexiones. Andando, circulando, pensando,
siguiendo y parando. Sintiendo.
Mi planteo se centra en pensar de qué manera los cuerpos interactúan sin la intervención de la
palabra hablada, sin el discurso, sin el decir.
El espacio que tienen los sentidos en una investigación, cómo, cuándo y dónde aparece la
posibilidad de ver, tocar, oler, gustar… La forma de registrarlo y la manera de transmitirlo.
¿Cómo explicar una sensación? ¿Invitando a sentirla?
Mi propia experiencia como performer de danza árabe.
¿Cómo ser capaz de danzar otra cultura? Interpretar las concepciones orientales de mujer,
cuerpo, movimiento. La configuración de los sentidos.
Sentir.
Expresar.
SER
El filósofo Maurice Merleau-Ponty define la sensación como la manera en que algo me afecta y
la vivencia de un estado de mí mismo y asegura que “La sensación pura será la vivencia de un
‘choque’ indiferenciado, instantáneo, puntual” (1945: 25).
“La práctica de danza y/o de técnicas corporales nos sumerge de manera ineludible en una
dimensión corporal que comprende el aprendizaje de nuevas dinámicas físicas y nuevas
relaciones con nuestro cuerpo y el cuerpo de los otros” (Aschieri, 2013:1).
Es revelador para sentir nuestro cuerpo experimentar prácticas en las que sea protagonista,
ponerlo en movimiento para reconocer sus atributos y sus límites permite tenerlo presente en
cuanto queramos.
Permitirnos sentir, expresar e interactuar con el cuerpo da la posibilidad de ser corporalmente
conscientes de ciertas experiencias, siendo permeables a ese “choque” del que habla Merleau-
Ponty para referirse a las sensaciones.
ANDANDO
Como punto de partida a mis futuras investigaciones considero que es interesante rescatar y
pensar en la noción de Trayectoria Corporal propuesta por Patricia Aschieri. Partir de este
concepto como inicio para poder abordar futuras investigaciones o reflexionar sobre aquellas
ya realizadas, permitirá repasar mis intervenciones a partir de mi propia experiencia.
En el artículo “Hacia una etnografía encarnada: La corporalidad del etnógrafo/a como dato en
la investigación”, Aschieri presenta un marco metodológico que denominó Etnografía
Encarnada y que involucra la observación-participación de y desde los cuerpos. “El planteo
central sostiene que el antropólogo debe explicitar el carácter situado de su proceso de
conocimiento a partir de incluir en el transcurso de la investigación como parte de sus análisis,
ciertos elementos relativos a su identidad y su modo de estar-en-el-campo” (2013: 2).
Siguiendo con esta idea, la autora plantea que la dimensión corporal del investigador abarca
un complejo entrecruzamiento de valores y sentidos sociales, culturales y políticos. Esta
particular confluencia depende de los diferentes ámbitos en que cada uno ha sido socializado
de acuerdo a los devenires de su historia particular (Aschieri, 2013). De acuerdo a las
experiencias propias de prácticas corporales, sentimientos y percepciones experimentadas a lo
largo de la vida y que configuran formas de estar en el campo y de relacionarnos con lo que
allí se encuentra.
(ABRO PARÉNTESIS…
Descalza.
Libre.
Real.
Conocer.
Sentidos.
Permeable.
…CIERRO PARÉNTESIS)
SEGUIMOS
La propuesta de Aschieri (2013) es considerar también un Nivel micro que reflexiona sobre el
examen de las formas de estar en el campo. Aquí pensar en un modo de corporización que en
el transcurso de la experiencia de trabajo de campo debe dirigir intermitentemente su atención
hacia diferentes dimensiones, entre las que debe ser incluida la experiencia corporal, para
situarla de modo analítico por un momento en el primer plano de la conciencia.
En este aspecto, considero que es interesante pensar la forma de registro corporal, muchas
sensaciones y experiencias corporales no pueden ser transcriptas verbalmente. Aquí se abre, a
mi entender, la posibilidad de trascender, ir más allá del discurso y llegar a un espacio y forma
de expresión diferente. Poder recoger del campo sabores, aromas, elementos, texturas y
sensaciones corporales para retrasmitirlas de esa manera.
Tocando.
Oliendo.
Gustando.
Escuchando.
De esta forma se podría intentar acercar a quien no conoce nuestro campo de estudio hacia
algunas sensaciones que son nodales para aquellos que investigamos sobre y con el cuerpo.
Pero también, quienes participan de espacios de interacción a través de entrevistas y
observaciones participantes, deberían considerar trasladar alguna percepción a sus
investigaciones.
El desafío está en cómo comunicar una sensación corporal sin las palabras.
Coincido con Patricia Aschieri en que el conocimiento encarnado no siempre es
inmediatamente “traducible” al lenguaje escrito o hablado, por eso el reto de explorar más
sistemáticamente la implementación de nuevos dispositivos que interpelen a las actuales
políticas académicas en lo que refiere a formas de transmitir y producir saberes. “Me refiero a
implementar dispositivos complementarios de los actuales en los que prevalezca un poco más
la experiencia y menos la reflexión lógico-racional” (Aschieri, 2013: 13).
La autora propone el examen de las formas en que las informaciones de tipo auditivas,
visuales, gustativas, táctiles y olfativas aparecen, o no, en nuestras notas y registros del campo.
En relación a esto creo que sería interesante que dichos registros se trasmitan a través del
mismo sentido por el que fueron recabados al finalizar una investigación o al presentar los
avances. Debido a las limitaciones del lenguaje escrito y oral sería enriquecedor incluir la
materialidad del campo a través de sus percepciones para acercarlo a aquellos que no lo han
sentido.
En este parámetro Aschieri (2013), citando a Feldenkrais incluye el “sentido cenestésico”, que
comprende “el dolor, la orientación en el espacio, el paso del tiempo y el ritmo” en esta
dirección entiende que atender al sentido cenestésico supondría que el investigador preste
atención a sus sensaciones internas de espacio, tiempo y movimiento.
“Mi propuesta entiende el espacio como espacio habitado desde una perspectiva que supone
su extensión más allá del espacio geométrico. Sostengo que cada uno de nosotros es el
espacio que habita en cada momento, que éste sería una de las dimensiones fundamentales de
nuestra experiencia del cuerpo y de la identidad. Propongo una interpelación de la experiencia
personal del espacio y cómo ésta se presenta en las interacciones de trabajo de campo,
considerándolo desde un doble aspecto. Por un lado, la forma en la que cada investigador
configura la experiencia de su cuerpo en movimiento y los otros cuerpos. Por otro, focalizando
en la percepción de los límites de las experiencias” (Aschieri, 2013: 8).
Resulta interesante poder pensarse en un espacio definido de este modo ya que a partir del
mismo se tiene registro del entorno. Cada sensación es particular, propia de cada uno.
Mis percepciones de una vivencia seguramente son diferentes a la de otro en esa misma
experiencia por eso la necesidad de pensar esta cuestión de espacio habitado incluyendo
aquellas particularidades del mismo.
Sentir. Solo.
Solo. Sentir.
Entiendo que un aporte de esta propuesta es que a partir de considerar el análisis de la propia
imagen, el uso de los sentidos, el estilo del movimiento o el uso del espacio, el investigador
podría ir “descentrándose” de sus formas habituales y probar intencionalmente otras posibles,
para entonces registrar los efectos o reacciones, de sí mismo y de las personas de su campo
con las que se relaciona (Aschieri, 2013).
PUNTOS SUSPENSIVOS
En relación a este tema Howes (2014) plantea que le damos sentido al mundo a través de
todos nuestros sentidos y asegura que existen algunos lugares y asuntos a los cuales los
sentidos como medios de comunicación logran acceder mientras que las palabras no pueden
hacerlo.
En relación a esta idea agrego que estoy convencida de que el medio más concreto, amplio y
diverso para comunicarse es el cuerpo, en todos sus aspectos y situaciones. Con un gesto,
presencia o movimiento. El cuerpo, aquí y ahora.
La comunicación va más allá del discurso verbal, podemos escribir con nuestro cuerpo,
podemos expresar, decir, contar.
Las manifestaciones corporales artísticas -o no- rompen de alguna manera nuestras estructuras
o usos cotidianos del cuerpo y generan sensaciones, imposibles de traducir en palabras, son
perceptibles solo para el que las siente.
Creo que los cuerpos pueden comunicarse dentro de un mismo lenguaje, el de los sentidos.
La participación en el seminario dictado por Patricia Aschieri “Del Movimiento a las Palabras”
me reencontró con las lecturas relacionadas al cuerpo y sus posibilidades de investigación, me
permitió pensar mi Trayectoria Corporal y a partir de la misma entender algunas de mis ideas.
Pero sobre todo me dejó la libertad, la amplitud, la contradicción y la curiosidad de seguir
pensando la Comunicación de y desde los cuerpos.
Considero que con lo experimentado en esos encuentros puedo comenzar a pensar en alguna
investigación en la que la danza oriental sea mi objeto de estudio. Poder librarme de los
prejuicios occidentales y pensar en dicha cultura con sus posibilidades y particularidades.
Abordarla desde todos los sentidos, para así poder trasmitirla de esa forma.
Libertad.
Aschieri, Patricia (2013) Hacia una etnografía encarnada: La corporalidad del etnógrafo/a
como dato de la investigación. Reunión de Antropología del Mercosur – Situar, actuar e
imaginar antropologías desde el Cono Sur. G11. Córdoba, Argentina.
Howes, David (2014) El creciente campo de los estudios sensoriales. Revista Latinoamericana
de estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad N° 15. Argentina.
Korek, Devorah (2009) El arte de la danza oriental. Danza del vientre. Barcelona: Editoria
Océano.
Le Breton, David (2009) El sabor del mundo. Una antropología de los sentidos, Buenos Aires:
Nueva visión.
Passo, Patricia (2011) Fusión. El universo que danza. Visión antropológiva de la Danza en
Oriente y Occidente. Madrid: MFS Artes gráficas.
Serres, Michel (2011) Variaciones sobre el cuerpo, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.