Está en la página 1de 10

EL YO SOCIAL

RESUMEN: EL YO SOCIAL

HUGO ALBERTO ATEHORTUA


ADRIANA MARÍA MONDRAGÓN GARCÍA
EUDOCIA COTES
ERIKA ROCÍO PATIÑO ORTÍZ
JESSICA LORENA ARIAS LINARES

UNIVERSIDAD ANTONIO NARIÑO


FACULTAD DE PSICOLOGÍA- SEMESTRE IV
PSICOLOGÍA SOCIAL II
ROLDANILLO - VALLE DEL CAUCA
OCTUBRE 02 2020
EL YO SOCIAL

RESUMEN: EL YO SOCIAL

HUGO ALBERTO ATEHORTUA


ADRIANA MARÍA MONDRAGÓN GARCÍA
EUDOCIA COTES
ERIKA ROCÍO PATIÑO ORTÍZ
JESSICA LORENA ARIAS LINARES

DOCENTE
MARIBEL PÉREZ

UNIVERSIDAD ANTONIO NARIÑO


FACULTAD DE PSICOLOGÍA- SEMESTRE IV
PSICOLOGÍA SOCIAL II
ROLDANILLO - VALLE DEL CAUCA
OCTUBRE 02 2020
1
EL YO SOCIAL

Resumen: El Yo Social

Autoconcepto

El autoconcepto es el conjunto de ideas, opiniones y pensamientos que cada individuo se

adjudica a sí mismo en lo concerniente a las propias características, cualidades y capacidades a

partir de la percepción que otras personas tienen en relación con ese individuo. Dichas ideas u

opiniones contribuyen a la construcción de una imagen que representa la forma en la que una

persona se reconoce, describe y define, es decir, que atiende al interrogante ¿Quién soy yo?

Como afirma Markus: “El autoconcepto está compuesto de moléculas cognitivas denominadas

autoesquemas: creencias acerca de uno mismo que guían el procesamiento de información

individual y relevante para la persona” (1977, citado por Markus, Fein, & Kassin, 2015, pág. 55).

Es decir, que los autoesquemas son producto de una acumulación paulatina de información

proveniente de las experiencias pasadas y del presente que se han originado de las relaciones y el

contacto que se establece con el mundo social en el transcurrir de la vida. Esta información es

almacenada en la memoria humana e influye significativamente en la forma en la que el

individuo se percibe en lo referente a los propios atributos, en la manera en la que se proyecta

ante los demás, ya que el tener un determinado pensamiento se ve reflejado en el

comportamiento que se emite y, además, permite que intuya lo que piensan los demás respecto a

él.

El autoconcepto no es innato, por lo tanto, no se nace con un concepto de sí mismo, sino

que como se mencionó anteriormente este se edifica con el pasar de los años y la influencia de

cinco aspectos que se presentarán a continuación:


2
EL YO SOCIAL

El primero es la introspección, ya que el individuo puede conocerse al realizar una

inspección interna que le permita autoanalizar los sentimientos y pensamientos.

En segundo lugar, está la autopercepción que alude a que el ser humano puede

comprenderse a sí mismo si se centra en observar e interpretar el propio comportamiento para

deducir respecto a lo que subyace en él y conlleva a la ejecución de las acciones. Por su parte, la

autopercepción de la emoción señala que las expresiones o movimientos faciales y la adopción

de ciertas posturas corporales tienen la capacidad de producir reacciones emocionales en el

individuo que las está realizando. Mientras que la autopercepción de la motivación apunta hacia

esos factores que el individuo considera que son el verdadero motor que lo impulsan o lo animan

a dirigir y a realizar acciones encaminadas a un fin particular, ya sea por la gratificación y

satisfacción que le producen o por la expectativa de obtener un beneficio.

También se encuentra la influencia de otras personas, aquí adquieren especial relevancia

dos teorías, la primera de ellas es la teoría de la comparación social que como señala Festinger:”

Cuando la gente tiene dudas respecto a sus capacidades u opiniones, es decir, cuando no tiene a

la mano información objetiva, se evalúa a sí misma estableciendo comparaciones con personas

similares” (1954, citado por Markus, Fein, & Kassin, 2015, pág. 64). Por otro lado, la teoría de

los dos factores de la emoción confirma que los individuos interpretan los cambios en la

actividad fisiológica que son producto de las variaciones en los estados emocionales a partir de la

comparación con lo que sienten otras personas.

Posteriormente, aparecen los recuerdos autobiográficos, es decir, las remembranzas de

sucesos y momentos importantes que acontecieron en el pasado y se grabaron en la memoria,

puesto que, ayudan a construir la identidad del yo.


3
EL YO SOCIAL

Por último, está la cultura propia del lugar en el que se vive y crece, porque esta influye

en cómo el individuo se percibe, siente y se define, ya sea como un ser dependiente dentro de las

culturas individualistas o interdependiente en aquellas en las que prima el colectivismo.

Autoestima

Según Coopersmith: “La palabra estima proviene del latín aestimare, que significa

“estimar” o “valorar”. La autoestima, por lo tanto, se refiere a las valoraciones positivas y

negativas que hacemos de nosotros mismos” (1967, citado por Markus, Fein, & Kassin, 2015,

pág. 72). De tal forma que como estado mental varía y depende de las interpretaciones que la

persona haga hacía esas influencias externas y se irá construyendo conforme se va percibiendo,

de esta manera la influencia social actúa en la autoestima y por esta razón si se genera rechazo o

aceptación social, la percepción de la persona hará el papel de traducirla en baja o alta

autoestima, por ende, se debe tener un control en ella, pues una muy baja autoestima puede

causar fracasos y una autoestima muy elevada estrés por la obsesión de querer tenerla alta. Como

afirma Higgins: “Nuestra autoestima se define a partir de la compatibilidad o incompatibilidad

entre cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo queremos vernos” (1989, citado por Markus,

Fein, & Kassin, 2015 pág. 75).

Resaltando la teoría de la autodiscrepancia esta divide la personalidad del ser humano en

tres unidades con discrepancias entre ellas que pueden causar altibajos en la personalidad, estas

crisis causan una reducción en la autoestima. El ser humano suele compararse con algún ideal y

en ocasiones causa discrepancias negativas obligándolo a autoevaluarse y reconocer las

deficiencias, según la teoría de la autoconciencia estas discrepancias pueden causar que los
4
EL YO SOCIAL

individuos actúen de forma evasiva a la autoconciencia causando una inestabilidad, las personas

con tendencia a enfocarse hacia el propio pensamiento tienden a regularse manteniendo

claramente sus ideas. En cuanto a las personas que su actitud se ve influida por lo externo se

verán obligadas a depender de las normas de la sociedad, cómo resultado a esto el papel que

ejerce la autoconciencia es poder controlar la actitud de la persona.

La autorregulación es aquella que nos obliga a mantenernos en un estado donde podemos

manejar nuestras emociones y al querer controlar aquellos deseos tanto biológicos como externos

genera conflictos, los procesos mentales irónicos hacen referencia al esfuerzo consciente por

mantener el control generando discrepancia, ya que la conciencia de sí mismo genera

preocupación y, por consiguiente, causa un bloqueo en la persona.

Los mecanismos de autoimagen consisten en enfrentar estas fallas resaltando rasgos

positivos de sí mismos, en cuanto al optimismo este hace que las fantasías positivas sean muy

importantes para la personalidad permitiendo que se desarrolle actitudes saludables, aunque

según Baumeister & Scher: “Advirtieron que las fantasías positivas pueden dar lugar a patrones

crónicos de comportamiento autoderrotista” (1988, citado por Markus, Fein, & Kassin, 2015 pág.

90). Y como resultado utilizarían las excusas para poder evitar el fracaso de carencia de

capacidad y las postergaciones hacen parte de esas excusas, de tal forma que esto provocaría que

el yo quede resguardado si se fracasa y resulta realzado si obtiene algún logro.

Autopresentación

El ser humano busca desarrollarse en sociedad por medio de conceptos como autoestima

y autoconocimiento, para de esta forma poder expresar diferentes aspectos de su yo interno. Se


5
EL YO SOCIAL

debe tener en cuenta que la mayoría de las personas por lo general siempre se ven preocupadas

por la forma como los demás ven su imagen, por lo anterior es que se señala la participación en

los tiempos actuales de industrias de la moda, cirugías, formas de no envejecer, entre otros ya

que se tiene una alta preocupación por la apariencia física, a esto se le suma que todo el tiempo

las personas se encuentran preocupadas por el que dirán o la impresión que estos causan en la

sociedad. Como afirma Gilovich: “Encontraron que las personas son tan conscientes de sí

mismas en los entornos públicos, que muchas veces se ven expuestas al llamado efecto reflector,

una tendencia a creer que la atención social está más pendiente de ellos de lo que la realidad”

(2000, citado por Markus, Fein, & Kassin, 2015, pág. 92).

Autopresentación estratégica de manera natural y causemos una impresión falsa o poco

honesta ante los demás, pero con el tiempo y la práctica en las relaciones sociales, podremos

llegar a perfeccionar nuestra autopresentación, logrando que estas sean más naturales y por

consiguiente más aceptadas por los demás.

Debido a que nosotros no solo somos autopresentadores, sino también percibimos las

presentaciones de los demás y en algunas ocasiones hasta llegamos a juzgarlas y rechazarlas,

somos vulnerables a sentirnos preocupados sobre las evaluaciones

El problema de la identidad constituye una preocupación de la sociedad contemporánea,

que se expresa tanto en la vida cotidiana como en discursos políticos y de movimientos sociales.

Sin embargo, en estos ámbitos, el yo y sus necesidades de autorrealización suelen darse por

sentados. El presente trabajo ofrece reflexiones acerca de la identidad individual a partir de las

herramientas de la teoría de sistemas en la versión de Willam James (1890). Desde esta

perspectiva, la identidad se observa no como cosa ni como sujeto, sino como “autoilusión” de un
6
EL YO SOCIAL

sistema de conciencia, que se diferencia a sí misma del mundo, evento tras evento, de manera

contingente. En el plano de contenidos de la identidad del yo, las estructuras de los sistemas

sociales definen quién es una persona, cómo debe actuar y cuánta estima merece recibir. Estas

estructuras son adoptadas por la conciencia como sus propias estructuras de identidad; no

obstante, ciertos contextos sociales son más relevantes para la construcción de la identidad

individual que otros. La comunicación moral aumenta la probabilidad de que esta apropiación de

estructuras ocurra, dado que el factor afectivo de la identidad está ligado a la estima/menosprecio

que el individuo recibe en las interacciones que este participa.


7
EL YO SOCIAL

Referencias

Markus, H. R., Fein, S., & Kassin, S. (2015a). El yo social. En H. R. Markus, S. Fein, & S.

Kassin, Psicología social. Novena edición (pág. 55). México D.F: Cengage Learning

Editores S.A.

Markus, H. R., Fein, S., & Kassin, S. (2015b). El yo social. En H. R. Markus, S. Fein, & S.

Kassin, Psicología social. Novena edición (pág. 64). México D.F.: Cengage Learning

Editores S.A .

Markus, H. R., Fein, S., & Kassin, S. (2015c). El yo social. En H. R. Markus, S. Fein, & S.

Kassin, Psicología social. Novena edición (pág. 72). México D.F.: Cengage Learning

Editores S.A. .

Markus, H. R., Fein, S., & Kassin, S. (2015d). El yo social. En H. R. Markus, S. Fein, & S.

Kassin, Psicología social. Novena edición (pág. 75). México D.F.: Cengage Learning

Editores S.A.

Markus, H. R., Fein, S., & Kassin, S. (2015e). El yo social. En H. R. Markus, S. Fein, & S.

Kassin, Psicología social. Novena edición (pág. 90). México D.F.: Cengage Learning

Editores S.A.
8
EL YO SOCIAL

Markus, H. R., Fein, S., & Kassin, S. (2015f). El yo social. En H. R. Markus, S. Fein, & S.

Kassin, Psicología social. Novena edición (pág. 92). México D.F.: Cengage Learning

Editores S.A.

También podría gustarte