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La competencia monopolística y la eficiencia económica

Los mercados perfectamente competitivos son deseables porque son económicamente


eficientes: en la medida en que no hay externalidades y nada impide que funcione el mercado, el
excedente total de los consumidores y de los productores es el máximo posible.
1. A diferencia de lo que ocurre en la competencia perfecta, en la competencia monopolística el
precio de equilibrio es superior al coste marginal. Eso significa que el valor que tienen para los
consumidores las unidades adicionales de producción es superior al coste de producirlas
2. La entrada de nuevas empresas reduce los beneficios a cero tanto en los mercados
perfectamente competitivos como en los monopolísticamente competitivos. En un mercado
perfectamente competitivo, cada empresa se enfrenta a una curva de demanda horizontal, por lo
que el punto de beneficios nulos se encuentra en el punto de coste medio mínimo, como muestra
la Figura.

Estas ineficiencias empeoran el bienestar de los consumidores. ¿Es, pues, la competencia


monopolística una estructura del mercado socialmente negativa que debe regularse? La
respuesta probablemente es negativa por dos razones:
1. En la mayoría de los mercados monopolísticamente competitivos, el poder de
monopolio es pequeño. Normalmente, compiten bastantes empresas con marcas que son
bastante sustituibles unas por otras, por lo que ninguna de ellas tiene mucho poder de
monopolio. Por tanto, la pérdida irrecuperable de eficiencia que pueda provocar el
poder de monopolio también será pequeña. Y como las curvas de demanda de las
empresas son bastante elásticas, el coste medio será cercano al mínimo.
2. Las ineficiencias deben compararse con una importante ventaja de la competencia
monopolística: la diversidad de productos. La mayoría de los consumidores valoran la
posibilidad de elegir entre una amplia variedad de productos y marcas rivales que se
diferencian en algunos aspectos.

EL OLIGOPOLIO
En los mercados oligopolísticos, el producto puede o no estar diferenciado. Lo que importa es
que solo unas cuantas empresas producen la mayor parte o toda la producción total. En algunos
mercados oligopolísticos, algunas o todas las empresas obtienen considerables beneficios a
largo plazo porque las barreras a la entrada dificultan o impiden la entrada de otras. El
oligopolio es un tipo de estructura del mercado que está muy extendido. Ejemplos de industrias
oligopolísticas son los automóviles, la siderurgia, el aluminio, los productos petroquímicos, el
equipo eléctrico y las computadoras.
Gestionar una empresa oligopolística es complicado, ya que, en las decisiones de precios, de
producción, de publicidad y de inversión intervienen importantes consideraciones estratégicas.
Como solo compiten unas cuantas empresas, cada una de ellas debe preguntarse cómo afectan
sus decisiones a sus rivales y cómo es probable que estos reaccionen.
Estas consideraciones estratégicas pueden ser complejas. Cuando las empresas toman
decisiones, deben sopesar las reacciones de sus competidoras, sabiendo que estas también
sopesarán sus reacciones a las suyas. Por otra parte, las decisiones, las reacciones, las reacciones
a las reacciones, etc. son dinámicas y evolucionan con el tiempo. Cuando los directivos de una
empresa evalúan las posibles consecuencias de sus decisiones, deben suponer que sus
competidoras.

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