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SEMANA 15
Actividad: IDENTIFICAMOS CÓMO VENCER LA VIOLENCIA
DESDE LAS ENSEÑANZAS DE JESUCRISTO.

¡Hola! Gracias por participar en el desarrollo de esta actividad que te ayudará a tu crecimiento
personal y a acercarte más a Dios.

Iniciamos poniéndonos en las manos de Dios y diciendo con fe la oración de San Francisco de Asís.

“Señor, hazme un instrumento de Tu Paz. Donde hay odio, que lleve yo el Amor.


Donde haya ofensa, que lleve yo el   Perdón. Donde haya discordia, que lleve yo
la Unión. Donde haya duda, que lleve yo la Fe. Donde haya error, que lleve yo
la Verdad. Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría. Donde haya
tinieblas, que lleve yo la Luz. Maestro, haz que yo no busque tanto ser consolado,
sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar.
Porque es: Dando, que se recibe; Perdonando, que se es perdonado; Muriendo,
que se resucita a la Vida Eterna”. Amén.

Estimado estudiante, en esta actividad identificarás como vencer la violencia teniendo en


cuenta las enseñanzas de Jesucristo descritas en la Biblia.

Sitúate y cuestiónate sobre la violencia familiar


Lee la hoja que te presentamos
de la “Cartilla de orientación
para casos de violencia hacia
las mujeres e integrantes del
grupo familiar durante el
COVID-19” y reflexiona con
ayuda de la pregunta:

 ¿Cómo crees que


podemos prevenir la
violencia en nuestros
hogares?

Ahora conoce comprende y reflexiona sobre lo que nos enseña Jesucristo


para vencer la violencia

Te invito a leer la Palabra de Dios:


 Mateo 11,29: “Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y
humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas”.
 Gálatas 5,22-23: “Los frutos del Espíritu son: amor, alegría, paz, paciencia, longanimidad,
bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad”.
Jesús nos enseña a vivir sin violencias, Él es el ejemplo perfecto de la
Mansedumbre: tenía todo el poder del mundo, pero lo usaba para el bien del
prójimo y hacer la voluntad del Padre. Entregó su vida completa a hacer la
voluntad de Dios.

La mansedumbre no es una opción, sino que está mandado en el evangelio. Es el


control sobre sí mismo. Manso es el que logra interiormente la paz, el que no se
irrita gratuitamente, el que se domina, que no se altera en forma desmedida ni se
descontrola, aunque le sobren motivos para hacerlo.
Ser mansos como
Jesús, nos ayuda La mansedumbre es un fruto del Espíritu Santo, comúnmente se asocia a la
en el camino a la mansedumbre con la timidez, la debilidad y la falta de carácter, pero la
santidad, lo cual es mansedumbre no significa debilidad. La mansedumbre es la virtud de los fuertes
voluntad de Dios. que saben dominarse en aras de un bien mayor, los que saben soportar con
paciencia las contrariedades y tienen dominio de sí por sobre las pasiones
desordenadas y los impulsos violentos. Es una virtud muy importante que lima las
asperezas cotidianas y contribuye enormemente a la armonía y a la paz familiar.

El débil generalmente actúa con violencia para que no se descubra su


debilidad (fruto muchas veces de su inseguridad). El débil llega a ser a veces
duro y dominante con los débiles, pero cede ante los poderosos y se enoja sin
motivo para demostrar una fortaleza que no tiene. La mansedumbre es la
virtud de los pacíficos, que son valientes sin violencia, que son fuertes sin ser
duros. Los pacíficos son contrarios a la violencia innecesaria, a las guerras
injustas, a la agresividad como sistema de comunicación, a la brutalidad y a la
crueldad.
¡Sé fuerte, practica la mansedumbre para evitar la violencia!

El plan de Dios para las relaciones humanas, especialmente las familiares es


el amor. La familia debe reflejar el amor de Dios. A nuestro Padre Dios le
entristece cuando un hogar se convierte en un lugar de dolor por la violencia.

Por eso ¡ahora tienes un reto mayor!:

Dialoga con los miembros de tu familia sobre la importancia de la mansedumbre para


evitar la violencia y escribe en tu cuaderno u hojas de rehúso, actitudes que deben
mejorar para evitar la violencia y lo guardas como evidencia. .
¡Buen trabajo! ¡Eres genial!

Terminamos nuestra actividad diciendo la siguiente jaculatoria a Jesús:

“Jesús manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo”.


Te propongo que la aprendas y le enseñes a los demás miembros de tu familia para que lo puedan
repetir todos los días al momento de acostarse y levantarse.

! Recuerda: La violencia en contra de cualquier persona es contraria al mensaje


del Evangelio de Jesús: "Ámense los unos a los otros como yo los he amado."

¡Cristo te ama!

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