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PRIMERA PARTE LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA Bajo este epigrafe hemos incluido todas aquellas aportaciones cientifi- cas ala evaluacion psicolégica que hacen recaer el énfasis evaluador en lo que el sujeto es o tiene (cardcter,,temperamento, personalidad...) en con- traposicién a aquellas otras contribuciones que enfatizan lo que el sujeto hace (conducta manifiesta). La idea esencial preconizada por estos modelos te6ricos es que las variables inherentes al organismo (rasgos, pulsiones, propensiones...)'son determinantes primarios de la conducta de los sujetos. Silt persona exfld evaluacion psicolOgica deberd tener por objetive captar esta esencia conda maxima precisién posible. ‘Vamos a destacar brevemente las caracteristicas esenciales de este enfo- que, al que suele denominarse personologicista por estar centrado en las ca- racteristicas de persona. La personalidad se interpreta como resultante de variables intraorga- nismicas, relativamente estables, subyacentes al comportamiento observa~ ble. Al hablar de variables intraorganismicas estamos aludiendo a entida- des conceptuales que hacen referencia al organismo. No obstante, este arganismo es interpretado de forma diferente segin diversos autores. Asi pues, para los investigadores situados en una dptica biologicista el organis- mo es una entidad anatomo-fisiolégica (sistema nervioso, sistema endocri- no, etc.) que regula el comportamiento manifiesto. Los autores psicodiné- micos entienden por organismo instancias intrapsiquicas (pulsiones, deseos, elaboraciones mentales, etc.) que se constituyen en Srgano motor y reguiador de la conducta. Los tedricos del rasgo, por su parte, conside- ran la existencia de estilos de comportamiento que se expresan en diversas dimensiones (extraversi6n, neuroticismo, sociabilidad, etc). Finalmente, para los autores. fenomenolégicos el organismo es un vehiculo de expe- riencias que permite conformar la propia esencia de la persona y su per- cepcién del mundo exterior. Todas estas perspectivas, pese a sus diferencias, interpretan la conducta como signo; es decir, la conducta manifiesta es tan s6lo, un reflejo externo, un signo de estas variables subyacentes (Goldfried y Kent, 1972) que no pueden ser aprehendidas directamente, pero que determinan inexorable- 2 EVALUACION PSICOLEGICA nente el comportamiento del sujeto. En ese sentido, se dice que el foco de atencién evaluativa de los autores personologicistas se centra en lo que la ) dersona es 0 tiene (Mischel, 1968). Puesto que estas variables son sustanti- vas e inherentes al sujeto, se deduce que la conducta es relativamente esta~ ble a través del tiempo y de las situaciones. La estabilidad de la conducta se ha identificado de diferentes formas segiin los autores. Tal como explicita Ibafiez (1982), Kretschmer 0 Sheldon dan relevancia a las caracteristicas so- maticas del sujeto (picnico, leptosomitico...), Eysenck Grey hacen énfa- ) sis en las bases fisioldgicas de la conducta (excitaci6n-inhibicion del cértex )_ zerebral, labilidad del SNA, etc.), Allport o Cattell dan relevancia a estruc~ turas psicolégicas (dominancia, gregariedad, afectividad, etc.), 0 incluso Freud’o Jung identifiean la estabilidad conductual en la sociogénesis de las estructuras de personalidad (arquetipos, instancias intrapsfquicas, etc). Todos estos conceptos, que se utilizan para otorgar sustantividad a va- riables internas, se denominan constructos hipotéticos, cuyas caracteristicas \ciales estriban tanto en su alto grado de abstraccién como en sus posi- idades de operacionalidad. ese aque los modelos agrupados bajo la rabrica personologicisfa com- | parten los factores comunes que acabamos de mencionar, debemos tener en cuenta sus caracteristicas diferenciales, segsin el valor que le otorgan ala va~ tiable organismo. Tradicionalmente suelen incluirse el modelo de atributos y el modelo psicodinamico. Por nuestra parte hemos afadido el modelo fenomenolégico, por las razones que aduciremos més adelante. ) "ST pmodelo de atribucos defiende que la conducta esté determinada por a ) organizacion interna de los rasgos del sujeto, que tienen un fuerte compo- nente constitucional. La configuracién genética del individuo determina, cen buena medida, sus caracteristicas personales. El modelo psicodinamico ) basa los méviles de la conducta en instancias intrapsiquicas ¢ impulsos ins- tintivos, dando un importante peso etioldgico al desarralla histarica-afec ‘vo del sujeto. Finalmente, para el modelo fenomenologico rogeriano el vérmino organismo esta intimamente ligado al concepto de «yo» (self), con- cebido como un mecanismo de experiencias con una capacidad innata hacia la autorrealizacién y crecimiento positivo, que le lleva a una determinada ) interpretacion de la realidad percibida, o campo fenoménico. La conducta del sujeto, pues, emana en primera instancia de sus cualidades como perso- na y esta encaminada a preservar la congruencia de su «yo» y a aumentar su )afan de autorrealizacién, Somos conscientes, no obstante, de que el modelo rogeriano se incluye habicualmente entre las corrientes fenomenolégicas, humanistas, e incluso, para algunos, cognitivistas, y de hecho part ). pliamente de estas concepciones tedricas. Pero nos ha parecido apropiado incluirlo entre los modelos personologicistas por su éntasis en el self como ente organizador de los estimulos con una serie de cualidades innatas, y "| poraue, en kms instanci, el peso del ambiente es inferior al de las varia les organismicas. CAPITULO 1 EL MODELO DE RASGOS El modelo de rasgos, también denominado psicométrico o de atributos, tiene su origen en los paradigmas diferencialistas interesados en analizar las diferencias individuales e investigar ¢l origen de las mismas. Dentro de esta linea cabe mencionar, entre otros, los trabajos pioneros de F. Galton (1822- 1911) y J. McKeen Cattell (1860-1944). La obra de Galton, de clara raiz darwinista, destaca por sus aportaciones en la cuantificacién de variables antropomérficas. El autor relacioné unida- des clementales de conducta de orden sensorio-motor (velocidad de golpeo, agudeza visual, agudeza auditiva, rapidez de reaccidn, etc.) con las aptitudes intelectuales. Su campo de investigacién fundamental fue el analisis de la va- riabilidad de la inteligencia humana, estudiando basicamente sujetos su- perdotados. Creia en la heredabilidad de la capacidad mental y, de hecho, su objeto de estudio preferente fueron los problemas sobre la herencia, utili- zando ampliamente cuestionarios para la recogida de datos. Elaboré arboles genéticos con el objeto de analizar estas variables. Desde el punto de vista metodolégico su contribucién mas remarcable fue el desarrollo de técnicas estadisticas, como la correlacidn, el principio de regresidn y la aplicacién de la ley del error de Laplace y Gauss a la medida psicolégica. J. McKeen Cattell fue dise‘pulo de Wundk y de Galton. Profundizé sobre Ja medida de tiempos de reaccién y agudeza visual, lo cual le permiti6 esta- blecer diferencias individuales entre sujetos. Contribuy6 decisivamente al de- sarrollo de la psicologia en América, fundando, con Thorndike, el primer la- boratorio de psicologia en la Universidad de Columbia. Le cabe el mérito de haber usado, por primera vez, la palabra test mental de amplia resonancia posterior. La notoriedad de su obra —segiin Reuchlin (1957)— se debe més a su capacidad divulgadora de conocimientos-cientificos, mediante la crea- idn de laboratorios y revistas, que a la calidad de sus trabajos cientificos. En ocasiones se ha relacionado también la obra de A. Binet como pre- cursora de esta linea de atributos. Probablemente se pretendia, con ello, en- fatizar la contribucién de este autor francés a la medida psicolégica como creador del primer test de desarrollo de la inteligencia. Es cierto que Binet, junto con Simon, introdujo importantes novedades en la medida psicolégi- 24 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA ca, ya que este primer test, conocido como Escala Binet-Simén, permitia determinar habilidades cognitivas y graduarlas en un orden de dificultad creciente; asi se establecian grados de debilidad cognitiva en funcién del éxito que los sujetos obtenian en esta escala, introduciéndose el concepto de edad mental, de extenso uso en la medida psicol6gica. No obstante, Binet no caracterizé la inteligencia como un «rasgo», ni como una capacidad innata, ni como una habilidad resultante de la adicién de clementos basicos. Entendia la inteligencia como un sistema de acciones (com- prensidn, invencién, direccién y censura), que funciona como un érgano bio- lisgico y tiende a la elaboracién de conocimientos de la realidad externa y ala adaptacién, Binet consideraba que el pensamiento actia basindose en el ensa- yo, la eleccién, el tanteo, con participacién de multiples facultades tales como ia Comprensién, la memoria, la imaginacién, la palabra y el juicio, entre otros. La-obra de Binet fue introducida en Estados Unidos por Terman y Me- rrill, quienes efectuaron adaptaciones y actualizaciones de sus items y con- teibuyeron a popularizar el test. ‘Como puede comprobarse, los objetivos comunes de los autores pre- sursoees dela onsigselin von benefice de toa sapmctne paieficigean de los sujetos y el deseo de resaltar las diferencias individuales, de identifi- car sus causas y determinar cémo se distribuyen estos rasgos entre la pobla- cidn, Se trata, pues, de un modelo fuertemente vinculado al desarrollo de la psicometria y a sus formulaciones teéricas. A partir de estos inicios y hasta los afios sesenta, fue el modelo predo- minante en evaluacién psicolégica y cuenta entre sus filas con obras tan relevantes como la de R. B. Cattell (1965, 1980), H. J. Eysenck (1967) y J.P. Guilford (1967). 1. Presupuestos conceptuales basicos: el rasgo En el modelo de rasgos se considera que Ia conducta es una funcién pri- mordial de las variables internas w organismicas, Por tanto, su formulacién teGrica es: C f O. Estas variables internas, o constructos, que pueden denomi- narse segiin los distintos autores, capacidades, atributos, rasgos de personali- dad, factores de caracter, etc., explican y determinan la conducta del sujeto. La conducta es una manifestacidn indirecta de estos constructos internos que no son medibles directamente. Las respuestas dadas por el sujeto en las diferentes téenicas de evaluaci6n se interpretan como «signos» de la variable que se in- tenta analizar. Pongamos un ejemplo para clarificar estos conceptos. Lmagine- mos que en una reunin social observamos a una persona que habla animada- mente con los demés, gesticula mucho, explica anéedotas graciosas, se constituye en el centro de atencién y es capaz de entusiasmar a los otros para que realicen determinadas actividades. Todos estos comportamientos exter- fos que acabamos de mencionar podemos interpretarlos como signos de la existencia de un rasgo de personalidad, de extraversin en este caso. i EL MODELO DE RASGOS 25 Estos construgtos internos, o variables del organismo, dan consistencia y estabilidad al comportamiento a lo largo del tiempo y a través de las dis tintas situaciones, puesto que se les otorga un estatus estructural. El nticleo base de esta estructura es el concepto de rasgo que tiene un sentido innatis- ta, geneticista, propiciador de esta concepcién estable e idiosincrasica de la conducta. A pesar de todo, los diferentes autores tienen concepciones del rasgo no siempre convergentes. Como ejemplo de esta diferencia, vamos a ocuparnos, aunque sea brevemente, de tres autores muy representativos de este enfoque: R. B. Cattell, H. J. Eysenck y J. P. Guilford. i Datos biogréficos Raymond B. Cattell nacis en 1903, en Devonshire, Inglaterra, cerca del famoso puerto de Plymouth. z Estudié en la Universidad de Londres donde se licencis en Fisica y Quimi- ca en el ario 1929, Durante alguno de sus arios wniversitarios fue ayudante de Spearman pieSlogo ingles defensot de a exitencia del factor p>, 0 intelectual general y basica, quien ejercié sobre el joven Cattell una fuerte in- fluencia y quien le introduciria en el mundo de la psicologia. También contacté con Cyril Burt, polémico y controvertido defensor de los {factores genéticos de la inteligencia. De ambos autores hereda su interés por la es- tadistica y la cuantifcacion de pardmetros comportamentales, especialmente la pese a su avanzada edad —en el momento de escribir esta obra cuenta con 97 aios—, no ha abandonado su actividad cientifica en su empeno de buscar las bases objetivas del comportamiento humano. 26 LA EVALUACION ENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA La obra de R. B. Cattell ha recibido una triple influencia. A nivel meto- dolégico se observa un fuerte interés por la biisqueda de una estructura je- rarquica de la personalidad, siguiendo a pasos que Spearman habia dado en la determinacién del factor «g» de inteligencia. Recoge de Dougall el interés por los aspectos motivacionales de la personalidad, asentados en aspectos instintivos y matizados en funcién de las experiencias personales, hasta cris- talizar en los sentimientos. Finalmente, y debido a la eficacia que lograron los sistemas taxonémicos en otras ciencias, especialmente puestos de relieve Mendelejev, Cattell intenta aplicarlos en Ia investigacidn sobre personalidad. Para Cattell (1965) la personalidad es la determinante de la conducta en una situacién dada. Componente basico de la personalidad son los rasgos. Su trabajo le llevé a identificar, a través del anslisis factorial, res grupos de fac- tores internos que se diferencian segiin su grado de consistencia o fluctua- cidn: los rasgos temperamentales, los rasgos dindmicos y las habilidades. La conducta es la resultante de la combinacién de estas categorias de factores. Para probar la existencia de estos rasgos el autor elaboré un disefio complejo presidido por la idea de que éstos debian poderse idenuificar con- sistentemente en diversas manifestaciones conductuales de los dujetos. Se- ‘gin este presupuesto, los datos suministrados por la biograffa de un indivi- duo (datos L o de vida), el informe verbal que efectia de si mismo (datos Q ‘0 de cuestionario), asi como las medidas objetivas de sus actuaciones en di- versas situaciones (datos T equivalentes a tests objetivos), deben confluir en una descripcién idéntica de un mismo sujeto. Esta homogeneidad se inter- preta como prueba de la existencia de los rasgos y sustenta la validez de cada una de estas medidas tomadas aisladamente. Los rasgos temperamentales tienen un carcter innato y un alto compo- nente hereditario probado mediante estudios de tipo biogenético y se ca~ racterizan por su fuerte estabilidad temporal. El autor ha identificado, a partir de los datos Q, un total de dieciséis rasgos temperamentales, o facto- res primarios que definen la personalidad, para cuya evaluacién ideé un cuestionario conocido como 16PF (Cattell, 1980). Los rasgos dindmicos, que se subdividen en motivos y estados, se carac~ terizan por su mayor transitoriedad o fluctuacin derivada de la incensidad de los impulsos (motivacién) y del grado de privacién o saciedad del sujeto en relacién a los mismos (estado). Si bien en un principio estos factores di- nimicos adolecian de menor elaboracin te6rica que los factores vempera- mentales, en la actualidad el autor les ha dedicado una atenci6n especial ya que «sabemos actualmente que los impulsos bisicos y las estructuras de los sentimientos madurados mediante aprendizaje en el area dindmica forman un conjunto de medidas separado de los factores generales de personali- dad» (Cattell, 1980, pig.14). Los rasgos dindmicos de tipo motivacional es- tarian representados, a su vez, por los ergios (fuerzas basicas de los impul- sos biologicos innatos) y por los sentimientos (que reflejan pautas de conducta determinadas por el ambiente). Han sido identificados un total de EL MODELO DE nasGos 2 diez factores o motivos que componen el Test de Andlisis de Motivacién (MAT) (Cattell y otros, 1964). Finalmente, los rasgos de habilidad se refieren a la destreza en efectuar tran- sacciones con una situacién compleja. Se les presupone un alto contenido he- reditario y una fuerte consistencia transtemporal. Segiin diversos autores, las caracteristicas intelectuales de los sujetos constituyen uno de los parémetros comportamentales més constantes de la actividad humana, Cattell propuso tuna estructura jerarquizada de las capacidades intelectuales. La cuspide es de- finida como factor G, el cual tiene varias manifestaciones intelectivas de segun- do orden de las cuales las mas estudiadas han sido por un lado, la inteligencia {fluida y, por 016, la inteligencia cristalizada. La inteligencia fluida, de tipo in- rato y con un fuerte componente biologicista e independiente de la educaci6n, inclaye habilidades de razonamiento inductivo, deductivo, memoria asociati ‘a, rapidez intelectual, ete Laintelgenca crstalizadavinculada a la asimila- cidn de pardmetros culturales por parte del sujeto, esté relacionada con apren- dizajes, como pueden ser conocimientos mecanicos, verbales-seménticos, etc. En un trabajo posterior, Kline (1985) sintetiza el modelo psicométrico de Cattell considerando que toda conducta esta determinada por la interac- cidn de cuatro categorias de factores: rasgos temperamentales, estados, mo- tivaciones y capacidades. Tipos de rasgos segiin Cattell A) Rasgos temperamentales: los que presentan mayor estabilidad. 2B) Resgos deverieor: Hocuian segin b itcadidad del ampules yelegiadodel organismo. 1. Motiv a) ergios: fuerza innata biol6gica. ') sentimientos: modulados por la educacién, 2, Estados. ©) Rasgos de habilidad: uno de los parametros mas estables y distintivos del comportamiento humano. H. Eysenck (1959, 1967) es otro destacado psicdlogo que ha dedicado su vida tanto a la investigacién te6rico-conceptual como a la aplicacién te- rapéutica, La densidad de su obra y sus largos afios de dedicacién a la refle- xion sobre la conducta le ha levado a estudiarla desde miiltiples perspecti- vas, lo que dificulta ubicarle en un marco conceptual concreto. Esti influido por Maudsley, de quien recoge el positivismo escéptico y el recha- z0 a las opciones introspeccionistas; asi mismo, hereda de Pavlov la preo- cupacidn por los aspectos fisiolégicos que estan en la base de la conducta tanto humana como animal (Walker, 1984). 28 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA Para Eysenck los rasgos son disposiciones de personalidad semiperma- nentes se; Trias cuales los sujetos difieren entre st Al igual que Cattell sos- tiene que tienen también un fuerte sustrato hereditario, estrechamente liga- do a los componentes biolégicos y neurofisiolégicos del organismo. Los rasgos pueden identificarse mediante estudios de tipo factorial 0 correlacio- nal. Los estados son productos de la interacci6n entre el rasgo y la situaci6n y pueden medirse, al igual que los rasgos, mediante pruebas objetivas, cues- tionarios y escalas o medidas psicofisiolégicas. Datos biogréficos Hans Jiingen Eysenck es uno de los psicélogos actuales de mayor relieve y product centfice, Nacté en Berlin en 1916, en elseno de una familia ibe val, emigré a Francia (en 1934) en oposicion al régimen nazi. Unos afios mds tarde, después de haberse formado en Alemania y Francia, se instala en el Rei- no Unido, donde ha desarrollado su extensa obra psicoldgica. ‘Durante los afios de la Segunda Guerra Mundial actia como psicélogo en el Maudsley Hospital de Londres, Afios mds tarde dirige el departamento de Psicologia de los Hospitales Maudsley y Bethlehem, y es profesor de pspoologia en el Instituto de Psiquiatria de la Universidad de Londres Los aspectos que merecen mayor atencién de su obra son los siguientes: Su interpretation psicoldgica de la personalidad sc ha asentado a la par en conocimientos priquiatricos 9 bioldgicos. Ha demostrado la importancia de {factores genévicos en el desarrollo de las caracteristicas de personalidad. Sus trabajos acerca de los rasgos basicos de la personalidad, elaborados ‘con metodologia factorial, coman elementos de la psicologia pavlovniana (ex- ‘itacién-inbibicion y condicionamiento), de la experimental (tiempos de reac- Gdn), de la newrologia (activacion cerebral) y de la psiquiatria,(contrastes en- tre grupos patoligico). Defend el componente bereitario y biolégico de buena parte de los raigos de personalidad y, especialmente, de la inteligencia, 1 s0n destacables sus estudios biogenéticos para probar sus presupnestos, asi ‘Como la utilizacin de medidas bioldgicas de la inteligencia, s Participé activamente en el objetivo de dar un estatus cientifico a la psi- cologia en general y la psicoterapia en particular, siendo wno de los mds acé- rrimos defensores de los métodos de tratamiento de base conductual y, para- lelamente, detractor de las psicoterapias de corte psicoanalitico. En esta linea ‘fue uno de los promotores del desarrollo de la terapia de la conducta, Fundé la ‘revista Journal of Behavioral Research and Therapy x fue miembro del con- scjo editorial de mittiples revistas psicolégicas. ‘Autor de numeroios libros y articulos cientificos, destacamos The biologi- cal basis of personality (1967), Learning theory and behavior Therapy (1959) ¥y Psychoticism as a dimension of personality (1976). También ha sido ator ‘de numerosos tests psicoldgicos de amplia difusién, entre los que destaca el sInventario de Personalidad de Eysenck» (EPI) (1973), elaborado para me- EL MODELO DE RASGOS 29 dire dos imensiones iin de personalidad postulades inert trovernén-extraversion y el newroticismo-establlidad, y que es aplicable a po- blactin de diversas edades Foe Ha fallecido en Londres muy recientemente (1997) y basta poco antes de su muerte siguid siendo un activo defensor de sus ideas mediante conferencias, congresos y otros tipos de actividades cientficas, A través de estudios factoriales se ha logrado aislar diversos rasgos o facto- res estructurales de personalidad que varian en niimero segiin la técnica con- creta de andlisis factorial utilizada (con rotacién ortogonal o con rotacién obli- cua), asi como en funcién de los presupuestos te6ricos subyacentes. Las investigaciones de Eysenck (1967) y Eysenck y Eysenck (1976) detectan tres dimensiones de personalidad fundamentales: un factor de neuroticismo (N) li- gado alla labilidad del sistema nervioso aut6nomo; un factor de extraversion (E) relacionado con el contrabalanceo inhibicién-excitaci6n del sistema nervioso central y un tercer factor, explorado posteriormente y no tan contundente, el psicoticismo (P), que parece tener relaci6n, entre otros componentes biologicos, ‘con el nivel de androgenos en sangre. En el esquema adjunto el lector puede apreciar las caracteristicas comportamentales mas sobresalientes de los sujetos con notas altas o bajas en cada uno de estos tres factores de personalidad, Caracteristicas comportamentales pei. Newroticismo alto: — variabilidad emocional — hipersensibilidad = ansiedad — esarreglos sométicos (jaquecas, dolores de espalda, problemas digestivos) Neuroticismo bajo: — ausencia o presencia moderada de los anteriores comportamientos Extraversion: — expansividad, impulsividad, desinhibicién gusto por las actividades grupales — despreocupacién — optimismo, poca autoexigencia Psicoticismo: — despreocupacién por las normas sociales — frialdad emocional — agresividad, incluso crueldad 30 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA La inteligencia es otro de los parametros comportamentales a los que Eysenck ha dedicado buena parte de sus estudios. Deliende la heredabilidad de este rasgo cognitivo (concretamente en un 80%) y cree que podria estar Tigado a algun gen del cromosoma X; si esto fuera asi existiria mayor corre- Tacin entre la inteligencia de la madre y la de su hijo que la existente entre el padre el hijo, dado que, en el primer caso, ambos comparten el mismo cro- mosoma X y en el segundo, no. Para probar este presupuesto ha ideado nu- imerosos estudios de tipo correlacional entre el nivel intelectual de padres e hijos y entre pares gemelares. También destaca por su asuncién de que la in tcligencia podria estar relacionada con la velocidad de procesamiento de informacion o de transmisin de impulso nervioso. Para ello ha utilizado en sus investigaciones lo que se conoce como medidas bioldgicas de la inteli- gencia, como pueden ser los potenciales evocados y los tiempos de reaccin. Finalmente J. P. Guilford (1967) es otro autor destacado dentro del mo- delo de rasgos en el estudio de la inteligencia y personalidad humanas. Coineide con los anteriores autores en su perspectiva psicométrica, apli- cando preferentemente como técnica de investigaci6n el anélisis factorial, ‘También defiende el concepto de rasgo entendido como el aspecto dis- tintivo y estable por el que unos sujetos difieren de los otros. Distingue cua- tro clases de rasgos aislados a partir de los analisis factoriales: sopnéticos, aptitudinales, temperamentales y motivacionales. Los rasgos somdticos hacen referencia a aspectos morfolégicos y fisiol6- gicos del organismo (por ejemplo tamafio de la cabeza, anchura dal tronco, grosor de la masa muscular, ete..), dentro de una linea tipologicista. ‘La aptitud es una dimension subyacente a las habilidades, que sugiere que el individuo esté preparado para ejecutar alguna actividad o para aprenderla. Las aptitudes detectadas mediante andlisis factorial son: per- ceptivas, psicomotoras e intelectuales. Las perceptivas hacen referencia a Tas diferentes modalidades sensoriales y a la atencién, como estrategia pre- via. La aptitud psicomotriz hace referencia a cuestiones tales como la fuer- za, la impulsidn, la velocidad, etc. Las aptitudes intelectuales han sido las mas elaboradas por el autor que defiende un modelo complejo conocido como «Structure of Intelligence» (SOD. Su originalidad consiste en que mientras otros psicmetras intentan inferir la teoria a partir de los datos, él usa la teoria para generar datos, alejindose del modelo jerérquico para proponer un modelo multidimensional y ortogonal. Guilford sostiene que los componentes de la inteligencia pueden or- ganizarse en tres dimeniones: operaciones, contenidos y productos. Las operaciones son: cognicién, memoria, produccidn divergente (construc cidn de alternativas logicas), produccién convergente (construccién de ar- gumentes légicos) y evaluacion. La dimensién de contenidos involucra jas areas de informacidn en las que se realizan las operaciones: figurativa, simbélica, semantica y conductual. Cuando se aplica una operacién men. tal particular a un contenido de tipo especifico, se obtienen seis productos ppsibles: unid: chan, socaenas, wilacionan, tranalirmecionse in Caciones. Si consideramos todas las combina: tun total de 120 habilidades intelectuales o factores. E modelo se basa en la suposicién de que un factor puede definirse en términos de un tipo exacto de contenido, un tipo exacto de operaci6n y un tipo exacto de pro- ducto, y que cualquier combinacién de contenido, operacién y producto puede generar un factor. En el esquema siguiente tiene el lector un resu- men del modelo SOI. EL MODELO DE RASGOS nes posibles, obtenemos RESUMEN DE LA TEORIA SOI DE GUILFORD Operaciones Contenidos Evaluacién: Tomar decisiones ajustindose cetiterios dela informacién. Produccion conwergente: ‘A partir de unk informacion dal mejor respuesta, Produccién divergente: Apartdenna informacign dar variedad y méxima Cantidad de respuestas ‘Memoria: Retencién 0 acopio de informacién la misma forma en aque fue recibida. Conocimiento: Reconocimiento de la informaci6n, ‘Clases: Capacidad de agrupar la informacién por de conceptos. Relaciones: Conexiones entre las partes de informacién que comparten similitudes. Sistemas: Conjuntos ‘organizados de partes de informacién, Redes de interrelaciones informativas. Transformaciones: Modificaciones de la informacién existence. Implicaciones: Extrapolaciones de informaci6n para predecir, anticipar, crear ‘expectativas 0 Figurative: Informaci6n recordada cen forma de imagenes. Simbélico: informacién en forma de signos simbdlicos (letras, moneda Seméntico Tnformacién en forma de significados (Palabras 0 dibujos) que tportan informacion, Conductual: Informacién no verbal involucrada en las interacciones humanas (actitudes, intenciones, deseos...). 32 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA Los rasgos temperamentales estin relacionados con los modos com- portamentales de los sujetos (costumbres, acciones tipicas, etc.), Estos facto- Pos pueden ser de disposicion general (por ejemplo la atenci6n, la impulsi Thad Ia objetividad, etc), de disposicién emocional (Ia depresion, la madurez Gmocional, el nerviosismo, la conciencia de sf mismo), y de disposicién so- Gal (como socializacion, amistad, tolerancia, etc... Estos factores son, gene- talmente, bipolares. Para explorarlos confeccioné un cuestionario conocido Como Cuestionario temperamental de Guilford-Zimmerman (1949), En la nvestigacién sobre temperamento realizada por Guilford y colaboradores se identificaron trece factores en las respuestas de estudiantes universitarios 3 un cuestionario de personalidad. Se calcularon las correlaciones entre ele~ + Rntos individuales del cuestionario hasta obtener un total de diez factores Claramente establecidos que se incorporaron en el cuestionario de tempera- mento de Guilford-Zimmerman, que comentaremos més adelante Bajo cl término motivacin, Guilford entiende las pulsiones biol6gicas que dependen de las necesidades orgénicas. Un aspecto importante a sefalar es que tales necesidades se van inerementando con el desarrollo experiencial del sujeto. Las motivaciones son de tres niveles: dimensién de necesidad, de interés y dimension de actitud. La categorfa necesidad abarca elem ginicos, ambientales, de logro, de autodeterminacién y sociales. por la realizacién de actividades diversas, el valor otorgado a los aspectos Calturales, la capacidad de diversion, el gusto por las actividades intelec~ tuales, ete, son ejemplos de los intereses. Finalmente las actitudes son las posiciones que adopta el sujeto frente a la realidad social: instituciones gu- Bernamentales, religiosas, humanitarias. Entre los factores de activud pode~ mos mencionar el conservadurismo, el humanitarismo, el liberalismo, etc Ene grifico adjunto quedan esquematizados estos supuestos te6ricos. Resumen de la teoria de Guilford A) Rasgos sométicos B) Rasgos aptitudinales 1. perceptivos 2\ psicomotores 3. intelectuales C) Rasgos temperamentales 1. de disposicién general 2. de disposicién emocional 3. de disposici6n social D) Rasgos motivacionales 1. dimensién de necesidad 2. dimensién de interés 3. dimension de actitud joie yA a vhasp een g hae aune Wegner nee ew MEEPS es] EL MODELO DE RASGOS 33 Algunos steed ins wétalad aus an znd me inte wae wsseaectia 2 clasificacién que un’ teoria. La critica metodolégica (J. Horn, 1968) re- prochaba a Guilford su precipitada aceptacién de factores en base a jui- vise subjetivos y concordancias con sus datos que, en realidad, podian ser debidos a la casualidad. La critica desde el punto de vista l6gico, era que en los datos de Guilford no habia nada que requiriese o incluso indicase positivamente la existencia de las construcciones clasificatorias postuladas por él, ya que afirma que todos los factores son ortogonales ¢ indepen- dientes. i Eysenck, Cattell, y Guilford coinciden en otorgar un importante peso explicativo de la conducta a factores inherentes al organismo y en su interés por el uso de técnicas factoriales como medio de poner de relieve la estruc~ tura de la personalidad. ‘Desde la perspectiva del rasgo se defiende el principio de la estabilidad de la conducta a través de las situaciones: la conducta de un sujeto es cons- tante. Con todo, no se defiende una estabilidad comportamental absoluta, sino una consistencia relativa, ya que los estados y propensiones pueden elicitar conductas puntuales y especificas. De hecho se han desarrollado diferentes métodos estadisticos (como, por ejemplo, el MAVA, Multiple ‘Abstract Variance Analysis) para determinar el peso relativo del ambiente y de laherenia en el desarrollo de los distintos rasgos, llegindose a esti- mar que dos terceras partes de la personalidad global estan determinadas por el ambiente yuna tercera parte por la herencia (Hundleby, Pawlik y Cattell, 1965). La misma ecuacidn de especificacién elaborada por Cattell es un intento de predecit mateméticamente el comportamiento de los su- jetos en base al peso especifico de factores personales y ambientales. El peso de los factores innatos en relaci6n a los ambientales variaré se~ grin el rasgo concreto de que se trate. Tanto Cattell como Eysenck piensan este respecto que el constructo intelectual es uno de los que cuenta con un mayor peso hereditario; concretamente, para este ultimo autor, Ia relacién herencia-ambiente seria del 80% frente al 20% respectivamente. 2. Unidades de andlisis: la medida de los rasgos La evaluacién psicolégica, desde este modelo, pretende «captar» los ras- gos que conforman la personalidad. Un rasgo aislado sdlo adquiere su mi- ximo sentido interpretativo cuando es analizado en relacién al conjunto de rasgos que déterminan una estructura; de lo que se deduce que la evaluacin del perfil de personalidad, como conjunto complejo de rasgos, es priorita- ria frente a la detecci6n del rasgo aislado. El rasgo, no sdlo debe ser analizado en funcién de su presencia 0 ausen- cia, sino, fundamentalmente, en base a la intensidad de su manifestaci6n en relacién a un grupo normativo. Dado el interés por ubicar a un sujeto en re- 34 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA lacién a su grupo de referencia, el enfoque preferente es nomotético (con- sistente en determinar las leyes generales de la conducta), frente al idiogré- fico centrado en el anilisis del sujeto como unidad funcional. La evaluacién psicolégica, al pretender poner de manifiesto la estructura global de la personalidad, deberd centrar su anilisis en las distintas categorias de rasgos que la componen (remperamentales, cognitivos, dinémicos). Estas unidades de andlisis son abordadas obviando cualquier perspecti- va evolutiva; en este sentido representa un corte transversal en la historia comportamental del sujeto. 3. Aspectos metodolégicos: una base en el método correlacional La metodologia empleada preferentemente por el modelo de atributos ¢s la correlacional que, como el lector sabe, consiste en poner en relacién dos o varios parimetros y observar sus variaciones conjuntas; esta metodo- Joga contrasta con la experimental utilizada desde la perspectivaeonduc- tual, como veremos mas adelante. El foco de interés se centra en determinar y estudiar las diferencias indi- viduales y en ubicar a un determinado sujeto en relacién al grupo normati- vo en un rasgo 0 dimensién conereta, que puede cuantificarse. El método estadistico mas utilizado es el andlisis factorial en sus distintas variantes. 3.1. Técnicas de evaluacién Una de las caracteristicas teenolégicas de este modelo esla aportacién de abundante material estandarizado destinado a la evaluacién de parametros diversos del comportamiento humano. De hecho, una parte muy importan- te de los tests psicolégicos que se conocen se han elaborado dentro y a par- tir de este modelo tedrico. Seria imposible citarlos todos aqui, pero sf vamos a intentar esbozar las catacteristicas més destacadas de los que han gozado y gozan de mayor po- pularidad. Dado que los campos de la actividad humana que evalian son también amplios, nos centraremos en las areas ms importantes del com- portamiento: a) area cognitivas b) area de la personalidad; ) area de las motivaciones e intereses. Finalmente, trataremos la interpretacién que se efectia a partir de los datos obtenidos mediante estas técnicas, es decir, los niveles de inferencia, EL. MODELO DE RASGOS 35 A. Técnicas de evaluacién del area cognitiva. ‘Son muy numerosas las técnicas que se han ideado para explorar pardme- tros intelectuales. Desde que Binet elabor6 en 1905 el primer test de inteligen- cia infantil y desde que los psicdlogos norteamericanos editaron, a raiz de la Primera Guerra Mundial, los primeros tests colectivos para clasficar a los sol- , que ex- plicarfa gran parte de la varianza de la conducta inteligente), y aquellas otras provenientes de la teoria de los factores de Thurstone. Finalmente hablare- mos de las escalas intelectuales basadas en un concepto mas funcionalista de la inteligencia, que si bien no pertenécen a la tradicién del rasgo, si siguen la tradicién psicométrica. ‘Vamos a ejemplificar los tests de factor «gx con dos de las pruebas mas clisicas: Test de Matrices Progresivas (Standard Progresives Matrices; Ra- ven, 1965), y el Test libre de cultura o Test de factor «g» (Culture Fair Inte- Hligence Test; Cattell y Cattell, 1959). La prucba de matrices progresivas fue desarrollada por Raven en Gran Bretaiia en el afio 1938, Se trataba de hallar una medida cognitiva de factor Xinico. Para ello se seleccioné una tarea visuo-espacial que pusiera a prucba la capacidad de los sujetos para captar relaciones analégicas entre los dibu- jos y/o figuras geométricas que conformaban el test. La tarea del sujeto consistia en completar un elemento ausente en la matriz de dibujos. Este elemento ausente debia respetar una doble progresign: relacién de progre- sidn de los dibujos en sentido horizontal y relacién de progresién de los bujos en sentido vertical. La identificacién del elemento ausente, de entre 6 U8 posibilidades, debia corresponder a aquel dibujo que cumpliera simul- tineamente con la doble relaci6n establecida. La version del test para adultos consta de 60 matrices o dibujos agrupa- dos en cinco series de doce elementos cada una. Las dos primeras series pre- cisan para su resoluci6n, ademds de las operaciones antes especificadas, una buena habilidad visual. Las series restantes requieren razonamiento analé- gico, de permutacién y alternancia de modelos. En un principio se conside- 6 que este test era una medida de inteligencia relativamente libre del factor cultural, pero investigaciones posteriores han hecho surgir dudas respecto a Ia adecuacién del test para grupos con un medio ambiente muy distinto al occidental. Precisamente en grupos de culturas muy distintas se reflejé la importancia de los afios de escolarizacion del sujeto y que la prueba era sen- sible al aprendizaje. Existen varias versiones de este test, para nifios, adul- tos, ancianos y poblaciones especiales. 36 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA El Test de factor «g» de Cattell (R. B. Cattell y K. $. Cattell, 1959) se ide6 también con el objetivo de evaluar esta supracapacidad general que nos permite pensar, inducir y deducir. Comprende tres escalas segiin nivel de edad y cultural: Escala 1: G1A, para nifios de 4 a 8 afios y adultos deficientes mentales. Escala 2: para nifios entre 8-14 afios y adultos con nivel cultural bajo. Presenta dos formas paralelas: (G2A) y (G2B). Escala 3: para chicos de 15 afios en adelante y adultos de nivel cultural alto. Presenta dos formas paralelas: (G3A) y (G3B). Composicion del test de factor «g» de Cattell ESCALA 1: Explora la capacidad légico-abstracta mediante 8 escalas: sustitucién, clasificacién de objetos, laberintos, identificacién, érdenes, adi- vinanzas, errores y semejanzas. ESCALAS 2 y 3: Comprenden cuatro tipos de tareas que exploran as- ppectos especificos de la actividad cognitiva abstracta: capacidad de seriacién, capacidad clasificatoria segtin igualdad o diferenciacién, completamiento de matrices y establecimiento de condiciones por exclusi6n. De entre los tests factoriales o de habilidades primarias, que como he- mos adelantado se inspiran en la teoria de Thurstone, comentaremos los que han tenido una mayor resonancia y aplicabilidad, sin detrimento de muchos otros: Test de Habilidades Mentales Primarias (PMA, Thurstone, 1938) y Test de Aptitudes Diferenciales (Diferential Aptitude Test, DAT, Bennett, Seashore, Wesman, 1966); EI PMA es una prueba que explora cinco factores diferenciales de las manifestaciones intelectivas: Composicién del PMA FACTOR V: Razonamiento verbal. Analiza la comprensién verbal me- diante una tarea de identificacién de sinénimos. Dada una palabra, el sujeto debe reconocer su sinénimo de entre varias alternativas de respuesta. FACTOR R: Razonamiento abstracto. Analiza la capacidad de abstrac- cidn mediante una tarea de completamiento de series. Dada una serie de letras, debe descubrirse la ley que la rige y extenderla alos dos elementos siguientes. FACTOR N: Habilidad para trabajar con niimeros. Explora la rapidez.y precisién para comprobar la exactitud de diversas sumas. é EL MODELO DE RASGOS 7 FACTOR E: Capacidad de imaginacién visuo-espacial. Mide la capaci: dad para representar mentalmente un signo abstracto y reconocerlo en diver- sas posiciones giratorias en el espacio. FACTOR F: Fluidez verbal. Evahia la rapidez de evocacin de palabras que deben compartir como elemento comin la igualdad de su primera letra. El andlisis de los datos permite obtener notas tipicas para cada uno de estos factores diferencialés y a su vez una nota total, suma de las anteriores, que nos daria una aproximation a la capacidad intelectiva global del sujeto evaluado. Por su parte ef DAT (Bennett, Seashore y Wesman, 1966), fue ideado para evaluar habilidades diferenciales de sujetos de niveles culturales me- dios y altos a partir de los 14 afios. Explora 6 aptitudes: ‘Composicién del DAT VR: Aptitud para el razonamiento verbal. Analiza la capacidad para comprender relaciones anal6gicas expresadas verbalmente. NA: Aptitudywmérica. Implica capacidad para razonar de forma cuanti- tativa mpdiante la resoluicién de problemas de tipo matemético. AR: Razonamiento abstracto. Explora la capacidad légica y capacidad general de andlisis y sintesis mediante tareas que implican el descu- Brimiento de las leyes que rigen la organizacion de una serie de di- bbujos y la aplicacion de estas leyes para continuar la serie dada SR: Relaciones espaciales. Implica capacidad para visualizar una figura dibujada en un plano bidimensional, componerla de forma tridimen- sional y reconocerla en diversas posiciones giratorias en el espacio. MR: — Razonamiento mecénico, Evalia la comprensin y aplicacién de principio fisico-mecinicos, mediante la resolucidn de problemas CSA: Rapidez y precision perceptiva ante tareas simples y reperitivas. Se trata de retener en la memoria un estimulo formado por cifras y/o letras, eidentificarlo entre otros varios. ‘No quisiéramos terminar este epigrafe referido a las técnicas més utiliza~ das de evaluacién psicoldgica de la inteligencia sin referirnos a un autor que, sibien no esta adscrito al modelo de rasgos, sino que cabe ubicarlo dentro de una concepcién més funcionalista de la inteligencia, puede considerarse uno de los maximos representantes de la tradicién psicométrica: David Wech~ sler. A él le corresponde el mérito indudable de haber elaborado un test plicable tanto a poblacién infantil como adulta) que se ha convertido en Uno de los mas utilizados en el ambito de la evaluacién intelectual y que, en sus sucesivas revisiones, sigue en plena vigencia en la actualidad. 38 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA Se las conoce, en su conjunto, como Escalas Wechsler con tres variantes segiin la edad de aplicacién: WAIS, prueba ideada para sujetos adultos, WISC, para nifios entre 5 y 15 aitos, y WPPSI pensado para preescolares a partir de los 3 afios (Wechsler, 1949, 1955, 1963). Las tres escalas, formadas por distintos subtests especificos, tienen una composicién similar, con ligeras variaciones. Todas ellas se componen de dos grandes escalas, una de tipo verbal, relacionada con los conocimientos adquiridos y la habilidad de razonar y procesar informacién por via oral- auditiva, y otra escala denominada manipulativa, relacionada con la inteli- gencia practica y la capacidad visuo-motriz. Los subtests que conforman cada escala son los siguientes: Escala verbal Informacién: explora el grado de conocimientos generales adquirid. Compronsién:relscionad con la atimilaign de pavtas sociales prictico. ‘Vocabulario: evaliia conocimiento y riqueza léxica. Revela la riqueza del ‘medio familiar temprano. Semejanzas: analiza la capacidad de éonceptualizar extrayendo la esencia comiin de dos elementos. “Aritmética: capacidad para resolver problemas mateméticos. Capacidad de razonamiento. ‘ ‘Digitos: explora memoria numérica auditiva inmediata. Atencién y con- centracién. Escala manipulativa Figueras incompletas: analiza la capacidad visual para detectar la ausencit de detalles oh hguras. Historsetas: explora, entre otras, la capacidad de efectuar una secuenci l6gica. Se relaciona con la comprensi6n de situaciones sociales. ‘Cubos: prueba relacionada con la capacidad para reconstruir con dado: de dos colores figuras que se le presentan al sujeto y que pone en juego la ca pacidad de anzdlisis y sintesis Rompecabezas: explora la capacidad para el andlisis y la sintesis percept vaa través de la construccin de rompecabezas. Clave: se relciona con Ia apie en coordinasingrafo-pereesva motivacion de logro. Laberintos: que evalti la capacidad de anticipacién y prevision y habili dad grafo-motriz. i EL MODELO DE RASGOS 39 El WPPSI, pot su parte comprende las mismas pruebas verbales, yen las manipulativas la prueba de claves es sustituida por la llamada «Casa de ani- males», que explora la misma habilidad cognitiva, pero adaptada a nifios pe- quefios. Las Escalas Wechsler permiten obtener tres indices cognitivos: un co- ciente intelectual total (CIT), que nos da una medida de la capacidad global del sujeto para pensar y adaptarse a las exigencias del medio; un cociente in- telectual verbal (CIV) y un cociente intelectual manipulativo (CIM). Ade~ mis, cada subtest, como ya hemos descrito, nos brinda informacion especi- fica de alguna dred cognitiva concreta y diferenciada de las demas. Las pruebas originales ideadas por D. Wechsler se han ido modificando y adaptando a lo largo de los aftos; en nuestro pais la versi6n més utilizada en estos momentos es la que corresponde a nifios en edad escolar y que se conoce con el nombre de WISC-R. La otra prueba revisada (WAIS-R) atin no ha sido adaptada a la poblaciénespafola. B. Técnicas de evaluacion de la personalidad. Este modelo tedrico ha generado miiltiples técnicas para evaluar la per- sonalidad, Cada autor, en funcién de la especificidad de su teoria defiende una determinada estructura de personalidad que queda reflejada en los tests elaborados. Comentaremos los instrumentos de andlisis de los autores mas significativos. Raymond B. Cattell (1950) en su libro Personality: A Systematic, Theo- retical and Factual Study resume su concepto de la personalidad en la si- guiente frase «Personalidad es aquello que me permite predecir lo que una persona haré en una determinada situaci6n» . Su test mas conocido es el 16 PF Cuestionario Factorial de Personalidad (Cattell 1972), cuyos items son la expresién del total de los factores utiles para valorar la personalidad. La ardua tarea de establecer cuales cran estos factores titiles, la comenzaron Cattell y sus colaboradores en la Universidad de Illinois en 1943. Mediante técnicas de anélisis factorial, el autor comprobs la existencia de 16 factores primarios cuya nomenclatura més actualizada es la siguiente: ‘Cuéstionario factorial de personalidad 16PF ‘A Orientacin soa caliente frente fra B. - Capacidad de discernir relaciones cognitivas G - Estabilidad emocional. Adspuacion al ambiente E = Control y condescendencia en las relaciones humanas frente a dominancia F = Orientacién imperuosa frente a sombria G - Contenido y accién de los valores morales H - Audacia frente a timidez 40 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA, T = Pensamiento frente sentimiento o modos contrastantes de valorar la ‘experiencia L. - Confiado frente a suspicaz M- Intuici6n y sensacién como modos d N - Autopresentacién en situaciones soci © - Tendencia a la culpabilidad y disp. Ql - Orientacién hacia el cambio Q2 = Nivel de autosuficiencia Q3 - Orientacién de la energia psiquica hacia la conservacién de una imagen social aceptable (Q3) Qs Temperamento tenso 0 relajado (Q4) cepci6n contrastada A partir de estos factores primarios, se obtiene, mediante anilisis facto- tial, una serie de factores de segundo orden de los que resaltamos los de ma- yor peso: \ Factor Ql: alta ansiedad-baja ansiedad Factor QU: extraversi6n-introversién Factor QUI alto control-bajo control social Factor IV: independencia-sometimiento El cuestionario (en su forma A/B) comprende 187 items como los que transcribimos: «Poseo suficiente energia para enfrentarme a todos mis pro- blemas»; «Casi todo se puede comprar con dinero»; «Me considero a mi mis- ‘mo como una persona muy abierta y sociable». El sujeto deberé elegir entre tres altcrnativas de respuestas no homologadas. Por ejemplo a veces podra escoger entre «Algo, nada mucho»; otras veces entre «), En realidad, la explicacién se constituye en un tema polémico para las cien- cias humanas. La explicacién en términos de control de los fendmenos, con explicito establecimiento de las relaciones y leyes causales entre los hechos, ¢s dificil de lograr. La explicacién en términos de determinacién de las rela ciones funcionales entre los hechos parece més propia de nuestra materia. Los estudios experimentales de tipo biolégico persiguen, a nuestro enten- der, este tiltimo tipo de metas explicativas. 5. Ambitos de aplicacién Los ambitos de aplicacién més tradicionales de este modelo han sido el escolar y el industrial con funciones de seleceién y evaluaci6n de personal, consejo profesional y educacional, andlisis del rendimiento, de climas de trabajo, ete... La preocupacién por las diferencias individuales, por los datos cuantifi- cados y sus técnicas de aplicacién colectiva han potenciado el uso del mo- 48 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA delo en estos campos. También es frecuente trabajar desde esta perspectiva del rasgo en el ambito clinico con la finalidad de establecer diagnésticos di- ferenciales y para controlar el proceso de tratamiento. Tampoco debe olvi- darse la utilizacion de métodos y técnicas propios de este paradigma en tra~ bajos de investigacidn; en efecto, las técnicas psicométricas clasicas son a menudo usadas para definir los pardmetros de los grupos o los sujetos par- ticipantes en disevios experimentales, con valor de variables independientes. 'No cabe duda de que la evaluacion desde la perspectiva del rasgo ha te- nido momentos histéricos de gran resonancia y, de hecho, la sigue teni do. No obstante, el giro progresivo que ha sufrido la evaluacién psicolégi- ca desde una evaluacién de tipo sumativo, que hace énfasis en el estado actual de conocimientos de un sujeto, a una evaluacién de tipo formativo, que da prioridad al proceso que se ha seguido para alcanzar un objetivo, ha conllevado la crisis del enfoque psicométrico, que abandoné temporalmen- te los tests normativos en pro de los tests criteriales. ‘Con todo, esta supuesta crisis del modelo del atributo eg més concep- tual que operativa; 0 dicho en otras palabras, mas académica que aplicada. Pocas son las empresas de seleccién de personal, pocas las escuelas y esca- sos los dmbitos clinicos que no utilizan este modelo, tanto desde ef punto de vista conceptual como, y sobre todo, técnico-metodolégico, para fun- ciones clasificatorias y de asesoramiento predictivo. 6. Debate en torno al modelo Las criticas que se han efectuado a este modelo son numerosas. Si bien hasta mediados de los atios sesenta goz6 de plena credibilidad, los contrar- gumentos esgrimidos por Mischel (1968) y Peterson (1968), entre los mas destacados, le asestaron un fuerte golpe que desencadené su crisis concep- tual. Concretamente, los trabajos de estos autores pusieron en entredicho la estabilidad de la conducta humana a través del tiempo y de las situaciones, punto bésico en el que se sustenta la teoria de rasgos. Como sefala Ibafiez ¥ otros (1981), hasta entonces nadie se habia cuestionado la existencia de es- iructuras de personalidad que dieran consistencia e individualidad a los su- jetos. Recordemos que en la propia definicién de personalidad que nos brinda Cattell (1950) esta implicito el concepto de estabilidad comporta~ mental: «Personalidad es lo que nos permite predecir lo que har una per- sona en una situacién determinada» (op. cit., pag. 2). ‘Dado que la existencia o no existencia de constructos internos subyacen- xes es de dificil comprobacién empirica, ésta deberd efectuarse a través de las manifestaciones de los constructs. La manifiestacién més clara de la existen- cia de estructuras internas es justamente la estabilidad conductual a través del tiempo y las situaciones. Es precisamente en este punto, taln de Aquiles del modelo del atributo, segin exponen McFall y MeDonel (1986), donde inci- uv EL MODELO DE RASGOS 49 den las criticas de Mischel. Numerosos trabajos correlacionales ponen de re~ lieve que, en el mejor de los casos, el rasgo explica entre un 10 y un 15% de a varianza cross-situacional de la conducta, de lo que cabe inferir que las per- sonas son mas inconsistentes que consistentes; esta evidencia llevé consigo un descrédito de la teorfa (McFall y McDonel, 1986).. El cuestionarse la nocién de rasgo, Ilevé implicito, como es légico, la critica al uso de los tests psicolégicos y la propia bondad del proceso eva- luador desde esta perspectiva. El debate sobre consistencia-especificidad de la conducta dio lugar a en- conadas polémicas, sin llegar a conclusiones definitivas. Ademés, la consta- tacién de que la intéraccién entre consistencia y especificidad explicaba ma- yor parte de la varianza de la conducta que cada una de las dos variables independientemente consideradas, afiadi6 nuevos elementos de discusién sobre las posibilidades del modelo de rasgos. Aparte de estas criticas, que pudieramos denominar fundamentales ya que minan el propio concepto de rasgo, tenemos creas de tipo més puntual dir gidas contra los procedimientos metodolégicos empleados por los psicome- tristas. Segin recoge Torres (1988), existen numerosas «fuentes de error» en los procedimientos de medida, que hacen referencia, tanto a la propia tarea, como al método dé administracién, y a caracteristicas del propio individuo comro su motivacién. Por su parte, Edwars (1957, 1971) centra sus contrargu- mentos en la tendencia del sujeto a dar respuestas deseables soclalmente, he cho que puede distorsionar el correcto andlisis de su comportamiento. Son numerosos los autores que, ante las detracciones que se le han formu- lado al modelo psicométrico, salen en defensa del mismo. Kline (1985) refuta los alegatos de Mischel (1968) apelando a los argumentos defensivos siguientes: * las criticas al modelo del atributo no son lo suficientemente podero- sas para invalidar la tcorfa, Se basan cn bucna parte cn los cstudios de Hiarishome y Hay (1928) que adolecen de graves irreglaridades me- todol6gicas; + el modelo no obvia per se el papel que desempeiian las variables si- tuacionales en el comportamiento; «las discrepancias entre las perspectivas psicométrica y situacionista no son antitéticas, sino que pueden ser consideradas como una cues- tidn de énfasis; + el modelo cumple los requisitos considerados cientificos por Popper (1959), por cuanto puede ser sometido a contraste emprrico ince tanto, ser falseados * tiene validez. predictiva, explicable s6lo en base a la consisten conduetas ‘+ Mischel basa la inconsistencia de la conducta en estudios de actos muy especificos y puntuales més influidos por la situacién que por la comportamental de la vida real. dela 50 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA Por su parte Hogan, Desoto y Solano (1981) piensan que el concepto de rasgo se va reformulando, y va perdiendo su caracter estructural (implicito en la obra de Allport y Cattell) que se ve sustituido por el de consistencia estilistica en la conducta. De hecho, debiéramos afiadir que el propio Cat- tell (1980) va perfilando modelos que pueden englobarse dentro de postu- ras mas interactivas; y otros autores de larga tradicién psicometrista, como ‘Anastasi (1985), reconceptualizan el rasgo en funcién de la historia de aprendizaje del sujeto y de su contexto ambiental En estos momentos la concepcién de que los tests psicolgicos miden rasgos, seria sostenida por muy pocos profesionales. «Suponer que las esca~ {gs de personalidad miden rasgos es adoptar una perspectiva platonica en la filosofia de la medicién, es decir, tomar el enfoque de que los puntajes esca- lares constituyen representaciones imperfectas de propiedades psicoldgicas que existen de forma pura en algdn otro sitio (en este caso dentro de las per- sonas), lo que muy pocos contemporéneos investigadores de la personalidad sostendrian» (Hogan y otros, 1981, pag. 75). Efectuando Sg parangén de la medicién psicoldgica con la medicién en otras ciencias se puede observar claramente cémo medir no implica evaluar realidades preexistentes. «Nadie cree que los velocimetros miden realmente la velocidad, o que la escala de in- teligencia de Stanford-Binet mide la inteligencia o que las escalas de perso- nalidad miden los rasgos. Mas bien a las personas se les asignan puntajes de acuerdo con un procedimiento objetivo en la expectativa de que estos pun- tajes permitan realizar predicciones acerca de otros puntajes darivados de modo diferente para los mismos sujetos» (Hogan y otros, 1981 pag. 76). ‘Otro aspecto a tener en cuenta es que hay muchas clases diferenciales de rasgos de muy distinto valor. Resulta incoherente, pues, hablar de inconsis- tencia de los rasgos a través de las situaciones sin especificar a qué tipo de rasgo se hace referencia; tampoco se ha demostrado que todas las clases dis- tintas de rasgos sean inconsistentes antes al contrario, s6lo un pequeiio ni~ mero de rasgos han sido evaluados en términos de consistencia. En definitiva, el modelo, segiin sus defensores, es potente, aunque de- bieran revisarse algunos aspectos. Amelang y Borkenau (1980) proponen las siguientes lineas de actuacién: * potenciar investigaciones cuyo objetivo sea demostrar la consistencia de la personalidad en distintas situaciones; + especificar situaciones en las que el comportamiento tenga como determinante primario caracteristicas de la personalidad; * identificar grupos de sujetos cuyo comportamiento pueda predecirse en base a sus puntuaciones en tests de rasgos. A nuestro entender, y segtin defiende Kirchner (1989), uno de los pun- tos de friecidn entre este modelo y el situacionista radicaria en la distinta amplitud otorgada al término conducta y a los distintos pardmetros de ana~ \ EL MODELO DE RASGos 51 lisis que se primo, Mientras algunos autores centran su foco de interés en el qué de la conducta, para otros es mas importante el cémo. El énfasis eva- Juativo en lo que hace el sujeto, evidentemente presupone atender a varia- bles situacionales y utilizar metodologias observacionales. Asi mismo, el énfasis en la evaluacién del cémo 0 estilo de actuacién del sujeto, implica medir variables de actuacién habitual, e incluso su trayectoria comporta~ ‘mental, en comparaciGn con otros sujetos; en este caso, el método correla cional se muestra idéneo. Es evidente que se pueden hacer distintas cosas en distintas situacionés, pero con el mismo estilo personal. Por lo que hace re- ferencia a la diferente amplitud otorgada a algunos términos clave, evi- dentemente no es lo mismo hablar de reaccidn 0 respuesta que de compor- tamiento. Cada término lleva implicito un nivel de especificidad y de estabilidad distintos. Si al debate afladimos la otra gran variable en litigio, el ambiente, es logico que se susciten polémicas, ya que, evidentemente, no es Jo mismo hablar de estimulo que de contexto. No es il6gico pensar que un estimulo puntual y concreto elicite reacciones concretas, mientras que en los contextos habituales y amplios pudieran manifestarse comportamientos stables. Pese a las criticas aducidas, el modelo de rasgos cuenta también con una serie de ventajas. Posee abundante material psicométrico tipificado, con normas de correccién y puntuaciGn claramente estipuladas que permiten evaluar a poblaciones de muy distintas caracteristicas, efectuar réplicas de trabajos ctentificos y evaluar con escasa inversidn de tiempo a grandes co- lectividades. Ctra indudable ventaja es que este material tipificado abarca campos amplios de la conducta humana (cognitivo, personalidad, motivacional, in- tereses vocacionales, etc...) y, por ultimo, cumpliendo una funcién econé- mica, permite el didlogo y el rapido entendimiento entre profesionales. ‘Como primera apraximacidn al estudio de la personalidad se revela un modelo itil y practico; no en vano, pese a las criticas que se le han efectua- do, son numerosos los profesionales que lo utilizan en ambitos de aplica~ cién muy distintos, y con porcentajes de éxitos predictivos que superan ampliamente el factor azar, hecho que consideramos como otra de sus ven~ tajas. También quisiéramos seftalar que los recientes avances de la genética han comportado un resurgir de este modelo. La constataci6n de que la fal- tao mutacién de un determinado gen es la causante ya no sélo, y como es bien conocido, de ciertas enfermedades y alteraciones cognitivas y com~ portamentales importantes y pervasivas, sino incluso de ciertas deficiencias Cognitivas concretas (como, por ejemplo, la capacidad de andlisis-sintesis, que parece estar controlada por el gen LIM kinasa 1), reintroduce el debate de las complejas relaciones entre genética, inteligencia y personalidad. 52 LA EVALUACION CENTRADA EN VARIABLES DE PERSONA Conceptos clave El modelo de rasgos parte del presupuesto teérico de que la conducta csté determinada basicamente por un conjunto de dimensiones 0 rasgos que en una base bioldgica y heredada. Estos rasgos dan consistencia a la conducta y permiten hablar de cardcter © personalidad, como conjunto de patrones tipicos de comportamiento que ‘marcan nuestra individualidad. Si bien no se descarta la influencia del am- biente en la conformacién de estos constructos, su importancia es inferior a adel organismo. Destacan las aportaciones de R. B. Cattell, as de H. J. Eysenck y las de J.P. Guilford tanto a nivel teérico como aplicado. Los tres autores han ela- borado disefios tedricos complejos y han ideado pruebas para evaluar sus presupuestos. Sus tests se utilizan ampliamente hoy en dia y abarcan amplios espectros comportamentales referidos tanto a la esfera de la inteligencia, como de la personalidad y la motivacién. is ee dolopiase rabeps welicads pe low tones oh tas modelo ce preferentemente la correlacional en su vertiente factorial. Los principales ambitos donde este modelo adquiere su maxima relevan- cia son en la seleccin de persona la orientacin escolar y Ia jvestigaion cientifica.

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