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Concepto
La palabra herbario proviene del latín herbarium, vocablo derivado del griego con la significación
de ‘libro en que se describen las hierbas’. Modernamente, sin embargo, se entiende por herbario,
a una colección de plantas desecadas, prensadas, preservadas y montadas en cartulina, de modo
tal que conserven tanto como sea posible sus caracteres.
Es indudable que las muestras depositadas en los herbarios han sido coleccionadas bien porque se
ha querido colaborar en el conocimiento de la flora del país, o porque se ha tenido un interés
especial en la planta. En uno u otro caso la finalidad perseguida es determinar la especie y esto
sólo se consigue a satisfacción cuando se dispone de muestras representativas, dicha
representatividad, debe referirse tanto a la muestra en sí (con el mayor número de órganos
posibles), como a sus condiciones habitacionales, de modo que lo que ella no muestra
(características que desaparecen más tarde), debe suplirse con unas notas de campo
satisfactorias. Es claro que el logro de este cometido está sujeto por una parte al grado de interés
del colector; por la otra, a su capacidad para percibir y expresar lo que percibe; en cuanto a la
última condición, también es obvio que la percepción se amplía en la medida en que se disponga
de conocimientos fitomorfológicos generales suficientes y de aquellos particulares de relevante
interés según el grupo taxonómico al cual pertenece la especie de planta en cuestión.
Importancia de los Herbarios
1. Son utilizados para descubrir o confirmar la identidad de una planta o decidir que una planta
dada es nueva para la ciencia.
2. Documentan los conceptos de los especialistas que han estudiado los especímenes en tiempo
pasado.
3. Proveen información acerca de localidades para planificar viajes de campo.
4. Proveen información para estudios florísticos.
5. Sirven como depositarios de nuevas colecciones botánicas.
6. Proveen información para revisiones y monografías.
7. Proporcionan la infraestructura para obtener préstamos, intercambios, regalos de material
entre diversas instituciones.
8. Permiten la documentación sobre aspectos fenológicos de las plantas.
9. Proveen las bases para la ilustración de una planta.
10. Proporcionan polen y hojas para estudios taxonómicos y sistemáticos.
11. Proporcionan muestras para la identificación de plantas consumidas por los animales.
12. Suministran información acerca de la dinámica de las especies a través del tiempo (especies
invasoras, cambios climáticos, destrucción de hábitats).
13. Proporcionan material para estudios de ADN.
14. Proporcionan material para análisis químico.
15. Proporcionan material para la enseñanza.
16. Proporcionan material para estudios de expediciones y exploraciones (Historia de la Ciencia
Botánica).
17. Proveer información sobre la distribución geográfica de las especies y sus hábitats.
¿Cómo Contribuyen los Herbarios en el Estudio de la Fitodiversidad?
Como paso previo para asegurar las medidas que se establezcan para la conservación y protección
de la diversidad vegetal, se debe tener conocimiento de las especies y de los diversos ecosistemas
donde éstas habitan, lo cual se logra en parte con la amplia y variada información que suministran
las muestras de herbario como fuentes de documentación bibliográfica. Con dicha información se
pueden:
• Elaborar censos de las contribuciones reales y potenciales de las especies y ecosistemas a las
economías nacionales.
• Documentar todos los usos tradicionales de los recursos silvestres, asignando prioridad a la
recuperación de conocimientos que de otro modo se perderán rápidamente.
• Elaborar bases de datos nacionales de conservación sobre recursos naturales, para utilizarlos en
el establecimiento de prioridades y la adopción de decisiones relacionadas con conservación de los
ecosistemas y las especies que en ellos habitan. Dichas bases de datos deben estar diseñadas de
tal manera que puedan conectarse entre sí y con el Centro Mundial de Monitoreo de
Conservación.
• Hacer investigaciones sobre las repercusiones que sobre la biodiversidad tiene la fragmentación
de los hábitats, la explotación irracional de madera, la recolección de residuos vegetales en las
selvas, los diversos tipos de incendios.
Sin embargo, en ciertos grupos es conveniente acompañar a los órganos citados por algunos otros,
ya sean aéreos o subterráneos, de imprescindible examen para la determinación de géneros y
especies, por ejemplo: partes subterráneas en Gramíneas y otras Monocotiledóneas; zarcillos en
Bignoniáceas; discos adhesivos o raíces epicorticales en Lorantáceas; frutos en Leguminosas; etc.
I. Colección
II. Secado
III. Preservación
IV. Montaje
V. Ordenación
I COLECCIÓN
Un buen colector presupone una persona con un mínimo de conocimientos botánicos y una buena
capacidad de observación. Así en el momento de coleccionar una muestra debe observar y anotar
todas aquellas características de la planta que se pierden o se alteran durante los procesos de
prensado y secado, más las referentes a sus condiciones habitacionales. Cosas estas
perfectamente alcanzables, si realmente nos interesamos en el asunto y a él dedicamos un poco
de voluntad. Se requieren los siguientes útiles:
a) Libreta de Notas
b) Lápiz
f) Tijeras de podar
g) Recipientes con solución alcohólica al 10% a ser usada como preservadora temporal, bolsas de
polietileno de diversos tamaños, etiquetas de cartulina y cuerdas preparadoras.
h) Eventualmente: machete, cuerda, navaja, palita de jardín, redes con mango, pinzas fuertes,
sobres, frascos con alcohol, etc.
a) Libreta de Notas:
Si bien todos los pasos para la elaboración de un herbario son necesarios para obtener una buena
y representativa muestra botánica, no menos necesario es la elaboración de unas buenas notas de
campo, las cuales deben acompañar a cada una de las diferentes muestras que se hagan en un
momento dado.
A continuación se señala una guía de referencia con todas las especificaciones que deben tomarse
en cuenta en la elaboración de la libreta de notas:
A. Biotipo
* Apariencia general de la muestra de aquel individuo predominante en la población, así como del
rango de variación observable en la misma, expresada morfológicamente y en sus dimensiones
extremas.
a) Aludiendo al grado de lignificación y al porte. Ej. Hierba, subarbustos, arbusto, árbol, etc.
* Adaptación a condiciones hídricas edáficas o atmosféricas. Ej.: hidrófita, xerófita, higrófita, etc.
* Adaptación a condiciones de iluminación. Ej.: heliófita, esciófita, etc.
* Adaptación a condiciones texturales extremas del substrato. Ej. Rupícola, psamófila, etc.
* Adaptación a condiciones bioquímicas extremas del substrato. Ej. halófita, calcícola, etc.
B. Ocurrencia Espacial
Alude a ella en función de las actividades humanas. Ej.: cultivada, adventicia, maleza, silvestre,
etc.
Al estudiar las diversas especies y familias vegetales pueden adoptarse diferentes criterios de
clasificación tales como la importancia económica que revisten para el hombre o bien su
comportamiento en las comunidades vegetales o bien su importancia taxonómica, etc., y de
acuerdo entonces al criterio seleccionado pueden resultar, entre otros, los grupos siguientes:
2. Ambientes perturbados debido a la erosión y/o tectonismo, los cuales son rápidamente
invadidos por especies generalmente heliófitas y de ciclo corto que se conocen con el nombre de
especies adventicias.
3. Ambientes perturbados teniendo al hombre como agente o sea por causas antrópicas,
susceptibles también de ser invadidos por los mismos tipos de plantas (adventicias).
II. Desde el punto de vista de la importancia económica se pueden agrupar las especies
vegetales de la manera siguiente:
1. Cultivadas
2. Adventicias a) No malezas
b) Malezas
Arvenses: cultivos
3. Silvestres propiamente dichas donde se incluyen las autóctonas o nativas o indígenas (propias
del país, originadas aquí o emigradas hasta acá sin intervención humana)
4. Exóticas:
Al encarar con criterio agronómico la clasificación de las llamadas plantas superiores, conviene
contemplar tres grandes grupos; cultivadas, malezas, silvestres. Cada uno de estos grupos, no
obstante su heterogeneidad sistemática, posee características diferenciales importantes de
conocer si aspiramos a manejarlas con propiedad. Veamos algunas de esas características.
Plantas Cultivadas: La misma denominación indica que estas plantas subsisten a satisfacción sólo
mediante los cuidados y atenciones del hombre: a cada uno de los individuos de una especie
cultivada, se le trata de garantizar condiciones óptimas de desarrollo, a costa de la eliminación de
la competencia de plantas no cultivadas, es decir: se le proporcionan las cantidades suficientes de
luz, agua y nutrientes minerales. Por otra parte, en condiciones óptimas, cada uno de los
individuos de una especie cultivada, hace un uso mucho más eficiente del agua, luz y nutrientes,
que los individuos de las especies vecinas; uso que se traduce en productos de mejor calidad, en
mayor cantidad y menor tiempo que el de las especies no cultivadas. Es evidente que el estado de
cultivo incapacita a las plantas cultivadas para la competencia, fundamentalmente por:
1) su limitación numérica; ínfima frente a las plantas que le rodean.... Zea mays, p. ej. no llega por
lo regular, a 100 semillas por planta y Triticum aestivum a 500; mientras que Amaranthus
retroflexus –una maleza- puede alcanzar la elevada cifra de 2,350,000;
3) mucho más atacadas y más susceptibles al ataque, por parte de: hongos, virus, bacterias,
insectos, roedores, pájaros, etc.;
Es bueno conocer como las malezas actúan y algunos de los daños que causan:
a) presencia de residuos
b) dificultad en la desecación
No siempre las malezas están relacionadas con los cultivos, por definición son plantas dañinas,
esto es, que “interfieren con actividades productivas o recreativas del hombre”, por ejemplo,
además de cultivos: vías de comunicación, canales de riegos, cortafuegos, embalses y lagunas,
sitios de trabajo, etc. En ocasiones en cambio, pueden comportarse como tales malezas en un
sitio y como plantas indiferentes o beneficiosas, en otro. En cuanto a la competencia, al cesar las
condiciones de cultivo, terminan, más temprano que tarde, por ser reemplazadas por las plantas
propiamente silvestres.
Indicadoras de suelos muy secos y calcáreos: Cereus y afines (cardones), Opuntia spp. (tunas),
Agave cocuy (cocui).
Indicadoras de áreas pantanosas: Typha latifolia (enea), Thalia geniculata (platanillo), etc.