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La familia y como eje transversal la cultura, educación o religión.

Comenzare mi ensayo definiendo lo que es familia, el diccionario de google nos


muestra las siguientes definiciones, “Grupo de personas formado por una pareja
(normalmente unida por lazos legales o religiosos), que convive y tiene un
proyecto de vida en común, y sus hijos, cuando los tienen” y también podemos
encontrar la siguiente definición, “Conjunto de ascendientes, descendientes y
demás personas relacionadas entre sí por parentesco de sangre o legal”, teniendo
estas dos definiciones puedo partir con mi concepto de familia, para mí familia es
al principio la unión de dos personas ya sea legal o religiosamente, que deciden
compartir su vida juntos y que deciden tener hijos o no tenerlos.

Habiendo definido el termino familia comenzaremos hablando de la familia y la


religión, desde los tiempos antiguos las creencias religiosas tienden a atribuir una
importante particularidad a la vida familiar, por ejemplo, en la tradición judaica la
obligación de respetar al padre y a la madre se incorpora explícitamente a uno de
los mandamientos, “Honra a tu padre y tu madre para que vivas largos años en la
tierra que Jehová tu Dios te da, éxodo 20:12”. Creer en Dios y en otra vida, lejos
de rebajar el interés por la vida presente, hace a las personas más
comprometidas. Sin embargo, a pesar de las creencias que se tenían con respecto
a la familia, estas no pueden erigirse en un valor absoluto, siempre se tendrán
conflictos o diferencias, y en algunos casos se pueden ignorar los vínculos que se
tienen hacia ella. No solo se pueden quebrantar los principios de solidaridad
cristiana, sino que también se puede caer en el egoísmo. En el caso de ciertas
familias conservadoras, la religión se considera como factor de disciplina moral,
más que su sentido religioso, y dejan a colegios cristianos o parroquias encargase
de la educación cristiana de sus hijos, dejándoles a ellos el rol que le
corresponden, pues es el hogar donde se deben aprender los principios y valores
cristianos.

El espíritu de Jesús nos inspira, nos guía y nos confiere una mayor participación
en la verdadera naturaleza de Dios siempre que optamos por su voluntad antes
que la nuestra, siempre que preferimos a nuestra familia de personas antes que a
nosotros. este constante donarse y recibir entre Dios y el alma está en el corazón
del espíritu de familia en nosotros. habituándonos a este tipo de vida familiar,
transmitimos este espíritu a los demás. así como dios es el iniciador de todo bien
en nosotros, así nosotros nos convertimos en iniciadores del bien en la vida de los
demás. así como dios nos ama porque él es bueno, así nosotros amamos a
nuestros semejantes desde esa infinita fuente de bien que habita en nosotros.
Desde mi punto de vista, proviniendo de una familia cristiana puedo decir que el
espíritu de Dios en nuestras almas ennoblecerá y edificará el espíritu de familia en
nuestros hogares, en nuestra comunidad y en nuestra nación.

Educar es aprender a vivir en sociedad. La educación supone una interacción


entre las personas que intervienen enseñando y aprendiendo simultáneamente, en
un inter-juego de relaciones personales que le confieren una dinámica particular a
este proceso. La educación, así como los valores, deberían ser enseñados desde
el hogar, pues es la familia la encargada de transmitir esos conocimientos a sus
hijos. La dinámica educativa incluye a todos, es una actividad que integra a los
hijos, maestros, a los padres y a la comunidad en su conjunto.
La participación de los padres en la educación de los hijos debe ser considerada
esencial y fundamental. En estos días de pandemia nos podemos dar cuenta que
tanto se involucran los padres en la formación educativa de sus hijos, algunos de
ellos muestran interés, algunos otros no y algunos otros no pueden ya que
trabajan.
La familia es una de las instituciones básicas que existen en la sociedad y es la
más importante en los primeros años de nuestra vida, además de ser la, más
cercana es donde nos sentimos seguros, donde nos sentimos más a gustos y
donde empieza nuestra socialización y el aprendizaje de nuestro papel dentro de
un grupo, que primero será la familia, luego se extiende a la escuela, a los amigos
y así hasta poder relaciónate con el resto de la sociedad. Es, por tanto, muy
importante esta institución ya que forma a los individuos desde pequeños
adquiriendo valores y aprendiendo a adaptarnos en nuestra cultura y sociedad. Se
necesitan canales de comunicación y una acción coordinada para que los niños se
desarrollen intelectual, emocional y socialmente en las mejores condiciones. Por
ello, la suma del esfuerzo de los dos baluartes de ese proceso, la familia y la
escuela, es, según los expertos, el camino a seguir. La sintonía entre los dos
ámbitos vitales del niño, además de generar confianza entre padres, madres y
profesores, estimulará la idea de que se encuentra en dos espacios diferentes
pero complementarios. La participación de los padres en la vida escolar parece
tener repercusiones tales como una mayor autoestima de los niños, un mejor
rendimiento escolar, mejores relaciones padres-hijos y actitudes más positivas de
los padres hacia la escuela. Los efectos se repercuten incluso en los mismos
maestros, ya que los padres consideran que los más competentes son aquellos
que trabajan con la familia. Entre la escuela y la familia debe existir una estrecha
comunicación para lograr una visión globalizada y completa del estudiante,
eliminando en la medida de lo posible discrepancias y antagonismos a favor de la
unificación de criterios de actuación y apoyo mutuo ya que, por derecho y por
deber, tienen fuertes competencias educativas y necesariamente han de estar
coordinados, siendo objeto, meta y responsabilidad de ambas instituciones
construir una intencionalidad educativa común.
Las familias acompañan la evolución de los niños, en el proceso de escolarización,
que es la vía excelente para ir penetrando en otros ámbitos sociales diferentes a la
familia. Esta, a través de estas funciones, apunta a educar a los niños para que
puedan ser autónomos, emocionalmente equilibrados y, al mismo tiempo, capaces
de establecer vínculos afectivos satisfactorios.
La palabra Cultura, proviene del latín cultūra o cultus y significa cultivo. Hace
acepción a dos cosas significativas. En primer lugar, al Conjunto de conocimientos
que permite a alguien desarrollar su juicio crítico y en segundo lugar al Conjunto
de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico,
científico, industrial, en una época, grupo social, familiar, entre otros.

Así como los principios y valores, la cultura es consideraba también importante


dentro del crecimiento y desarrollo de los hijos dentro del núcleo familiar. Podemos
entender como cultura de familia como un conjunto de valores, creencias, normar
y que muy a menudo de manera inconsciente, son compartidos e interiorizados
como principios de conducta personal por los miembros de la familia. Recordemos
que nuestra identidad está arraigada a nuestra familia y que por lo tanto nuestros
pensamientos y actitudes están relacionados a ellos, pues los comportamientos y
pensamientos del padre son aprendidos por el hijo, es decir el hijo reproduce los
comportamientos que observa de sus padres, es así como características del
comportamiento trascienden de generación en generación, lo que se podría
determinar como una tradición cultural familiar

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