Edgar Varese- Ionisation

Podría pensar en la intencionalidad de las percusiones como referencias de estados de

fuerza dados en un momento especifico de la tensión que produce la música. Podría pensar

como este es un acercamiento poético que habla sobre un estado de ausencias o exceso de

actividad dentro de un punto de energía para reestablecer los valores de la armonía en el

ambiente o la naturaleza química de las cosas. Podría pensar que en esencia al ser todo

química dentro de nuestro cerebro, esta leve conexión es un símil, una emulación, o cuando

menos un esbozo de material frenéticamente dispuesto a la exaltación de los instrumentos

omitidos y los resaltados dentro de la pieza. Pero sin duda me quedaré primordialmente con

ese intento siempre y cada vez más limitado de acercar a las bellas artes a esquema

cientificistas del pensamiento. Siempre todo resulta dispuesto a la persecución y la

ignominia de resultados más básicos de la interpretación artística. Las melodías que

sustentan el carácter emocional de las artes es sustituido fuertemente por pretensiones

nunca bien esbozadas más que a modo de caricaturización, pues las ciencias prescindirían

de su fuerza para teorizar sobre algo.

Buscar nuevos sonidos o posturas ideológicas referente a los movimientos culturales de las

épocas en que se gestan los diversos tropos dominantes de las bellas artes, puede ser un

terreno peligroso en el que se arriesga el profundo arraigo que genera el arte, por llamarlo

de un modo verosímil y honesto, “mundano”, y querer sobreexponer el arte de la

experimentación y los valores que si bien en esta pieza no resultan tan demarcados como en

otros casos, si aparecen como una intencionalidad más allá de la vitalidad misma de la

música; esto es un discurso que se tiene que buscar para lograr comprender, en lugar de

percibirlo.